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Doctora en Educación. Magíster en Investigación Educativa. Licenciada en Educación en Ciencias del
Ambiente. Docente de nivel primario de la modalidad de jóvenes y adultos en el centro socioeducativo
y laboral Lelikelen. Córdoba, Argentina. Correo electrónico: silviprevi@hotmail.com
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Doctor en Educación. Magíster en Investigación Educativa. Licenciado y Profesor en Educación Física.
Docente de la Facultad de Educación Física, Universidad Provincial de Córdoba. Córdoba, Argentina.
Correo electrónico: licranzuglia@hotmail.com
Diálogos Pedagicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, 43, abril-septiembre 2024. Pág. 62-70.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)04 / Recibido: 1/07/2023 / Aprobado: 05/10/2023.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Trayectoria escolar de jóvenes en
contextos de encierro: adecuaciones
curriculares necesarias para la
terminalidad escolar
School career of young people in contexts of confinement:
curricular adjustments necessary for school completion
Silvia Inés Previgliano
1
Gustavo Orlando Ranzuglia
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Resumen: El presente informe refiere a la revisión teórica sobre la importancia de la
construcción de las adecuaciones curriculares necesarias para fortalecer las trayecto-
rias escolares de jóvenes en contextos de encierro. Se focalizó en un centro educativo
de la modalidad de jóvenes y adultos que presenta características particulares. Se
manifiesta la necesidad de desarrollar alternativas escolares para que los jóvenes que
permanecen fuera de la escuela se incluyan para completar su escolaridad. Es impor-
tante pensar en la necesidad de una mirada puesta en los procesos de aprendizaje de
jóvenes que, si bien han completado y certificado sus trayectos de educación primaria,
no han logrado desarrollar las competencias básicas de lectoescritura. Esta situación,
que se hace presente cada a con más impacto en todas las instituciones educativas
del sistema, nos hace reflexionar sobre cómo esta modalidad debe absorber esta po-
blación y definir una instancia nueva de acreditación para estos jóvenes.
Palabras clave: trayectoria escolar, escolaridad, jóvenes y adultos
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Abstract: This report refers to the theoretical review on the importance of constructing
the curricular adjustments necessary to strengthen the school trajectories of young
people in contexts of confinement. It focused on an educational center in the youth
and adult modality that has particular characteristics. There is a need to develop school
alternatives so that young people who remain out of school are included to complete
their schooling. It is important to think about the need to look at the learning processes
of young people who, although they have completed and certified their primary education,
have not managed to develop basic literacy skills. This situation, which is present
every day with more impact in all the educational institutions of the system, makes us
reflect on how this modality should absorb this population and define a new instance of
accreditation for these young people.
Keywords: School trajectory, scholarship, youth and adults
Introducción
La oferta de educación de jóvenes y adultos en la Argentina ha existido desde
los albores de la organización nacional, ante la necesidad de asegurar el derecho
constitucional de igualdad en la educación (Scasso et al., 2015). Es por ello que las
instituciones que ofrezcan oportunidades a los jóvenes y adultos deben adecuar
su oferta académica con la intención de responder a las características del contex-
to social y cultural que ellos tienen, como el sostenimiento del hogar, trabajo u
ocupación, padres adolescentes, vida signada por la droga, alcohol. La modalidad
de jóvenes y adultos, tiene por objetivo ofrecer la posibilidad de finalizar el trayec-
to escolar obligatorio a aquellos que no han terminado sus estudios primarios por
diversas causas de barrios periféricos de la ciudad de Córdoba o ciudades barrios;
en el caso del presente estudio se refiere a jóvenes de entre 16 y 18 años que
asisten a un centro educativo en conteos de encierro.
La provincia de Córdoba se caracteriza por ser una de las jurisdicciones que
presenta, en su estructura educativa, esta modalidad escolar. Esta problemática
se puede observar en la intermitencia en los estudios de estos jóvenes, tal como
lo señala Kessler (2004), una escolaridad de baja intensidad. En líneas generales,
continúan inscriptos, asisten de manera más o menos frecuente según los casos,
pero sin realizar casi ninguna de las actividades escolares. Completando la idea
del autor, habían pasado por la escuela, pero no les había producido ningún im-
pacto favorable; es decir, si bien han finalizado la escuela primaria no han logrado
incorporar los conocimientos básicos de lecto comprensión y matemáticas.
La modalidad educativa de jóvenes y adultos debe asumir el desafío de cons-
truir las condiciones necesarias frente a los procesos de desigualdad social y la
interrupción de las trayectorias escolares y tomar el compromiso de favorecer las
potencialidades de los jóvenes, a fin de posibilitarles el ejercicio pleno de su ciuda-
danía, el acceso al trabajo y la continuación de estudios secundarios.
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Esta investigación entra en la trama íntima de los contenidos, sus formas de
ser abordados en la clase y sus adaptaciones, si fueran necesarias. En relacn
con los contenidos curriculares, la escuela tiene que ofrecer las mismas oportuni-
dades a todos los alumnos para que puedan adquirir y desarrollar competencias
cognitivas, afectivas y culturales; para lograr una autonomía intelectual y social
que les permitan llevar un proyecto de vida, con una mejor calidad de vida.
Fundamentacn
Es creciente el número de jóvenes que necesitan de una efectiva ayuda per-
sonal para la superación de los obstáculos que impiden completar la trayectoria
educativa. Es preciso, como primer paso, atender a la reconciliación del joven con
el espacio escolar, para, a partir de allí, retomar el vínculo con la escuela y con sus
estudios.
En el régimen académico de la educación de jóvenes y adultos, se expresa lo
siguiente: los centros educativos de la modalidad son concebidos como espacios
inclusivos, respetuosos de la diversidad, abiertos al trabajo interinstitucional, orien-
tados a fortalecer las trayectorias educativas de los estudiantes en beneficio del
ejercicio del derecho a la educación.
Asimismo, son pensados como ámbitos propicios para el desarrollo de capaci-
dades para la interacción con otros y la participación crítica en una sociedad demo-
crática. Sus propósitos son garantizar el ingreso, la permanencia, la movilidad y el
egreso de los estudiantes, en cumplimiento con el derecho a la educacn a lo
largo de toda la vida.
Los jóvenes y adultos que asisten son heteroneos en diversos sentidos:
edades, experiencias de vida, intereses, motivaciones, situación laboral, historias
familiares e identidad cultural. Además, teniendo como principio pedagógico la in-
clusión, en los escenarios de la modalidad, están presentes jóvenes y adultos con
discapacidad certificada, en el menor de los casos, y, en la mayoría, discapacidades
evidentes sin diagnóstico ni acompañamiento.
Esta problemática se puede observar en la intermitencia en los estudios de
estos jóvenes, como lo expresa Kessler (2004), una escolaridad caracterizada por
el desenganche de las actividades escolares. El autor se refiere a lo que hacen
cuando van a la escuela, "asisten a la escuela, continúan inscriptos, van de mane-
ra más o menos frecuente, pero sin estudiar, sin realizar las tareas, sin llevar
útiles, sin llevar nada" (p. 24). Pero, al mismo tiempo, la escuela tiene su lugar en
el imaginario de estos jóvenes y "cuando hablaban de la educación en general
todavía aparecía como valorada genéricamente. Se repetía la idea de que la edu-
cación es importante para conseguir trabajo, de que la educación es importante
para el futuro" (p. 22).
Al hablar de atender a los requerimientos de cada joven, se hace referencia a
que todos, a lo largo de su educación, pueden presentar dificultades para apren-
der. Estas dificultades pueden ser transitorias o permanentes y oscilar en un con-
tinuo de poco a muy significativas. Los cambios a escala mundial han sido significa-
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tivos; en este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura [UNESCO] (2022) propone que, para que se logre una
reorientación en la atención de alumnos que presentan dificultades o que requie-
ren de mayor atencn en sus aprendizajes, es necesario que la escuela atienda
las características particulares de ellos, para que, de esa manera, se garantice el
acceso a una educación de calidad. Por ello, es necesario ajustar los contenidos
académicos con la idea de fortalecer la adquisición de nuevos conocimientos.
Marco legal y curricular
La Ley de Educación Nacional No. 26.206 (Argentina, Buenos Aires, 2006) ga-
rantiza la educacn permanente de jóvenes y adultos con el fin de regular el
ejercicio del derecho de enseñar y aprender, consagrado en la Constitución Nacio-
nal. Por su parte, la Ley Provincial de Educación No. 8.113 (Argentina, Córdoba,
1991), en su artículo 40, señala que la educación de adultos es la modalidad del
sistema educativo que tiene la finalidad de garantizar la educación básica general,
como también la capacitación técnico-profesional de la población adulta con el fin
de alcanzar el constante mejoramiento de su formación individual y de su integra-
ción en la sociedad. La Conferencia Internacional de Educación de las Personas Adul-
tas de Hamburgo y la Educación para Jóvenes y Adultos en América Latina, celebrada
en Hamburgo, en 1997, a la que Argentina suscribió, define a la educación de
adultos al conjunto de procesos de aprendizajes, que permite a las personas
desarrollar sus capacidades, enriquecer sus conocimientos y mejorar sus compe-
tencias técnicas o profesionales con la intención de atender sus propias necesida-
des y las de la sociedad. Las propuestas educativas deben incluir las múltiples
dimensiones de la vida social y personal y superar las perspectivas utilitaristas.
Este criterio de aprendizaje permanente e integral debe contemplar las nece-
sidades y los proyectos que las personas definen en las distintas etapas de su
vida y las oportunidades que encuentran para adquirir o fortalecer conocimientos,
saberes y competencias. Para ello, es necesario pensar en una oferta de educa-
ción general y de formación para el mundo del trabajo, como instrumentos estra-
tégicos para el mejoramiento de su calidad de vida. Una educación contextualizada
que permita una visión amplia del entorno, es decir, cómo se construye y se apro-
pia del conocimiento, que favorezca la cultura que transforma y humaniza.
Un enfoque antropológico
Desde una mirada antropológica y tomando las dimensiones educables ex-
presadas por Noro (2005), como el ser en construcción, es importante indicar que
la educación debe y permite darle un sentido a la existencia, en el individuo y en la
persona, con el propósito explícito de lograr que cada sujeto alcance su proceso
de individualización. La dimensión educable del hombre adulto como ser libre y
responsable permite encauzar el impulso hacia la libertad, sumar la conciencia de
responsabilidad y la regulación moral de las acciones, como también constituirse
en el ser que recibe, transmite y produce cultura objetiva y subjetiva. De esta
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manera, el ser humano adquiere la cultura que le precede a través de la educa-
ción, aprende a decodificar sus significados, se sabe parte de ella, pero, a su vez,
se vuelve productor de cultura, una producción que transforma el mundo exterior
y que, sobre todo, transforma el interior de cada sujeto creado.
La población actual de jóvenes y adultos se caracteriza por jóvenes, algunos
que han sido expulsados de la primaria común en cuarto o quinto grado, no han
asistido más y las condiciones del entorno los obliga a retomar sus estudios. Otros
han transitado la escuela primaria sin repitencia, aunque sin lograr valorar sus
aprendizajes.
La calidad de los procesos educativos depende no solo de lo que las escuelas
están en condiciones de ofrecer, sino, y fundamentalmente, de lo que los alumnos
están en condiciones de demandar y de recibir. Estos ingresan al nivel secundario
y, ante la exigencia de aprendizajes, dejan de asistir y recurren nuevamente a la
primaria de adultos.
El conocimiento de la realidad y la lógica del desarrollo de las dimensiones de
la vida social son necesarios para desarrollar políticas educativas y ejercer una
acción pedagógica acorde a los cambios culturales. Es por ello que se requiere un
esfuerzo para aprender de los nuevos lenguajes y nuevos modos de actuar de la
sociedad de los jóvenes, culturas juveniles o cambios en las configuraciones cultu-
rales de la sociedad o de una parte de ella.
La perspectiva sociológica en contexto
Es momento de tomar a la socioloa de la educacn como una dimensión
clave para entender no solo el sistema de la educación escolar, sino tambn la
trayectoria educativa, en donde la familia, la religión, la ciudad y en el entorno
social, la presencia de pares, los medios de comunicación social y de transmisión
de la cultura juegan un papel fundamental. Sociológicamente, según Noro (2005),
la educación es un bien social y universal porque todos los ciudadanos deben ser
educados para poder lograr los niveles necesarios de disciplinamiento, moralización
y civilización.
Analizar a la población que asiste a la modalidad de jóvenes y adultos requie-
re, en primera instancia, reconocer las trayectorias escolares de estos venes y
establecer aspectos recurrentes. En su mayoa, provienen de instituciones edu-
cativas enmarcadas en contextos de vulnerabilidad extrema (barrios, ciudades o
zonas periféricas), donde la integración de los jóvenes, en su momento niños, y la
atención de demanda sociocomunitaria superan los aspectos puramente pedagó-
gicos en las prácticas docentes. No es factible por la población escolar que asiste
en cantidad de estudiantes (aulas superpobladas) y calidad de los abordajes in-
tervenir sobre las dificultades de lectoescritura en temprana edad, con formato de
atención personalizada y con un proceso sostenido por parte de los estudiantes.
Las características más notables corresponden al primer ciclo (alfabetización), en
donde su asistencia ha sido irregular, totalmente discontinua o fragmentada y con
carencia de inclusión a nivel inicial.
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La escuela, como estructura sociocultural, se convirtió en una institución
sobredemandada, recargada de nuevas funciones (alimentacn, contención
afectiva, pacificación, salud), en desmedro de su función original y especifica (Tenti
Fanfani, 2008). En este contexto, es importante atender a la trayectoria de los
sujetos en el sistema escolar que, según Terigi (2008), son los recorridos que
realizan los sujetos en el sistema escolar comparados con la expectativa que su-
pone el diseño del sistema.
Las realidades adversas de muchos venes hacen que las trayectorias edu-
cativas reales estén muy lejos de las trayectorias teóricas: venes que se inser-
tan taramente en el sistema, abandono, deserción, inasistencias prolongadas,
repitencia, sobre-edad. Como dice Terigi (2008), estos factores hacen que las tra-
yectorias reales, las que se encuentran en la escuela, difieran de las trayectorias
teóricas de la teoría, lo que no implica que deban verse como trayectorias fallidas.
Son expresiones de un conjunto de condiciones socioeducativas diversas que atra-
viesan la vida escolar.
En la Figura 1, es posible observar una trayectoria de vida casi ideal, marcada
por una fuerte contención familiar en los primeros años de vida. Luego, el ingreso
y el acompañamiento en los trayectos escolares, con una perspectiva final de lo-
grar un título, un oficio y formar una familia.
En cambio, la trayectoria propia de los venes que asisten a la modalidad
antes descripta está marcada por poca contención en los primeros años de vida:
trayectorias escolares discontinuas, abandono, repitencia, un camino signado por
la droga y la delincuencia; familias numerosas con poca contención; madres solte-
ras, jóvenes y sin estudios; trayectorias escolares discontinuas; muchas personas
en la vivienda; mala alimentación; normas proporcionadas por su grupo; reinciden-
cia del delito y consumo de drogas desde temprana edad; contextos de encierro.
Ser estudiante es una construccn compleja que se da a lo largo de toda la
escolaridad. Esto implica una apropiación particular y singular de conocimientos,
capacidades, destrezas y habilidades que no se ensan solo en el espacio es-
Figura 1: La línea continua es la trayectoria de vida esperada por la socie-
dad de parte de nuestros jóvenes
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colar, sino que comienza por las estimulaciones tempranas en el hogar, los recur-
sos materiales y educativos con los que cuentan las familias. En definitiva, una
compleja interacción de factores sociales a los que se suman las condiciones
naturales.
Atento a lo antes expresado, el aprendizaje de estas trayectorias educativas
se realiza por apropiación de las representaciones sociales de los alumnos que
circula entre los otros alumnos y los adultos. Consideramos que la escuela -desde
sus prácticas- puede seguir instruyendo nuevos sentidos a la cultura que busca
transmitir un conjunto de valores y de representaciones, dentro de una interacción
y una relación determinada. En este sentido, Bambozzi (2005) propone
problematizar la especificidad que convierte en educativa a una práctica social y
en pedagógica a una reflexión. Tanto la educación como la pedagogía tienen en
común el mejoramiento integral de la persona. Este mejoramiento se da tomando
una posición antropológica que fija la definicn de persona tomada desde tres
atributos esenciales: libertad, razón y lenguaje.
Pero no podemos dejar de hablar de un factor determinante en el panorama
presentado. Parafraseando la idea de Meirieu (2007), el educador debe hacer
emerger el deseo de aprender, a través de situaciones favorables, diversificadas,
estimulantes, intelectualmente activas que pondrán al alumno en la posición de
actuar y no solamente de recibir. En este sentido, debemos realizar una mirada
sobre los objetivos de la modalidad de jóvenes y adultos, sobre su identidad, su
naturaleza, sus alcances, su misión y propósitos, ya que este panorama hace que
muchos jóvenes tengan dificultades para mantenerse en el sistema. Las condicio-
nes de vida de estos jóvenes se constituyen en obstáculos para una escolarización
exitosa.
Conclusión
El objetivo de la modalidad de jóvenes y adultos debe focalizar en una aten-
ción más personalizada del estudiante de acuerdo a sus necesidades para buscar
adecuaciones curriculares. Es oportuno citar miradas de profesionales vinculados
a la educación con grandes aportes teóricos. En atención a estas trayectorias,
Terigi (2008) manifiesta que hablar de trayectoria escolar refiere al desempeño de
los alumnos a lo largo de su paso por la escuela, año a año, valorando su punto de
partida, los procesos y los resultados del aprendizaje. Este concepto subraya la
importancia de conocer la historia de cada alumno en la escuela y de tener en
cuenta su pasado y su futuro. La educación es un acto multidimensional y comple-
jo; no se puede analizar desde una sola mirada.
Las instituciones educativas, para contener a los jóvenes, deben realizar pro-
puestas diferenciadas, brindar un marco referencial, ya que no todos aprenden de
la misma manera y del mismo modo con idénticos materiales, para que cada joven
descubra sus posibilidades y aprenda a partir de sus dificultades. En este sentido,
es importante poder acompañar y asistir a los jóvenes en los procesos de inclu-
sión escolar y sostener su trayectoria escolar al ofrecer una propuesta educativa
personalizada con adecuaciones curriculares. La escuela debe tener en cuenta,
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mediante diversas medidas educativas y sociales, aquellas condiciones vitales de
estos jóvenes que pongan en riesgo su proyecto de ser estudiantes y puedan así
finalizar el trayecto escolar requerido.
Resulta beneficioso crear instituciones que ofrezcan diversas oportunidades
a los venes para que se adecuen a sus posibilidades y den respuestas a las
restricciones del contexto social y cultural que ellos tienen, como el sostenimiento
del hogar, trabajo u ocupación, padres adolescentes, vida signada por la droga,
alcohol, delito, etc. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de un cambio
estructural en la función de la escuela a la que asisten estos jóvenes.
Se sugiere pensar en dispositivos de acompañamiento y nivelación que per-
mitan atender problemáticas de aprendizajes en los sujetos, que atiendan a las
trayectorias reales de los estudiantes como, por ejemplo, estudiantes con prima-
ria certificada que no esn alfabetizados o alumnos en trayectorias avanzadas
en nivel secundario que no pueden resolver situaciones problemáticas ni identifi-
car las operaciones básicas.
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