La primera etapa de la vida se conocía con el nombre de INFANCIA. Infans es el
que ‘no habla todavía, el que no sabe hablar, el que no puede hablar’, y viene de in- ‘no’ +
fans, participio activo de for, faris, fatus sum, fari: ‘hablar’.
Quedaba, entonces, el hijo dentro de la familia, pero sometido a la patria potestas,
esto es el poder del padre. Si éste fallecía, se convertía, a su vez, en un nuevo pater, pero si
era aún menor de edad, necesitaba de un tutor. TUTELA significa guarda, amparo,
protección, defensa y deriva del verbo tueor, -eris, -itus sum, -eri: mirar atentamente,
observar; velar por, proteger, sustentar, sostener. El sufijo -ela indica abundancia. Los
romanos encarnaron el amparo y protección en la diosa Tutela
, quien tenía un santuario
en una ciudad de la Galia Céltica, llamada Tullum (hoy Toul, cerca de Nancy, Francia),
capital de los Leuci, donde se fabricaba el tejido de malla muy fina que conocemos como
‘tul’. De tutela viene también el nombre de la ciudad de Tudela, ubicada en Navarra
(España). De la misma raíz son tutor e intuición, un instinto que muchas veces nos protege.
En una primera etapa, hasta los siete años, mientras el pupillus (pupilo, de pupus +
illus, dimintivo) era un infans minor, el tutor lo reemplazaba totalmente en los negocios,
gestionaba su patrimonio, actuaba mediante la GESTIO. Esta palabra, que significa
‘administración, gestión’, viene del verbo gero, -is, gessi, gestum, gerere, que significa
‘llevar sobre sí’, en definitiva, ‘gestionar’. Pero cuando superaba los siete años y hasta la
pubertad, los actos podían ser cumplidos por el menor, aunque requería la AUCTORITAS
de su tutor. Esta palabra viene de augeo, -es, -ere, -auxi, -auctum: aumentar, robustecer,
desarrollar, en ocasiones, enriquecer, acrecentarse, multiplicarse. De ahí el sustantivo latino
auctoritas, que significa ‘garantía, responsabilidad, que aumenta la confianza’. El tutor
venía de esta manera a aumentar la capacidad del pupilo, supliendo lo que le faltaba para
serlo plenamente. Recuérdese también que de la mancipatio surgía la actio auctoritatis por
la cual el que había transferido una cosa mediante aquel procedimiento, respondía ante
quien la había recibido si resultaba ser de propiedad de un tercero que la reivindicaba.
Conocida como Tutelina o Tutilina al comienzo, se le encomendaba la guarda de la mies recogida; luego,
con el nombre de Tutela, aparece como la diosa de la protección general (J. GUILLÉN, Vrbs Roma, Vida y
costumbres de los romanos, t. III: Religión y Ejército, Salamanca, Ed. Sígueme, 1980, p. 283 y s.).