Revista
Pelícano
vol.5 (2019) - 231
de un documento muy importante para lo que puede configurar un estudio genético de la
novela. Me refiero al Cuaderno de bitácora de Rayuela y a su transcripción. Se trata de un
instrumento fundamental, que permite conocer desde adentro los momentos progresivos
que acompañaron el proceso creativo de la novela en cuestión. Allí, la reproducción de las
notas escritas por Cortázar, los esquemas, los símbolos y las previsiones textuales,
elaborados en paralelo con la redacción de la novela, y reproducidos de puño y letra del
autor, nos está hablando a los lectores de que la escritura de Rayuela no fue un producto del
mero azar y del juego simple, sino que este momento de la creación tuvo las alternativas
propias de una novela planificada desde su concepción hasta la instancia misma de las
correcciones que se le aplicaron una vez terminada la escritura.
En la continuidad de esta edición, se reproducen textos de críticos canónicos relativos a
Rayuela, que se han recuperado para una relectura de la novela. Julio Ortega, Andrés
Amorós, Eduardo Romano y Graciela Montaldo son los autores convocados, reconocidos
estudiosos de la obra cortazariana. María Alejandra Atadía se ocupó de elaborar una
bibliografía que pone el acento en la crítica última dedicada a la novela y a la obra de
Cortázar, junto con un glosario y un índice onomástico, especialmente dedicados a un
público lector no argentino.
Si bien los testimonios pretextuales y los escritos críticos que acompañan al texto de la
novela tienen valor en sí mismos, la verdadera novedad de esta edición reside en la
inclusión del Cuaderno de Bitácora, que había tenido una edición pero que en el hoy había
quedado casi reservada para bibliófilos. Sin embargo, esta versión del Cuaderno es la
tomada del manuscrito original, que consta en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
Insisto con la importancia del Cuaderno, porque mucho se ha hablado y se sigue hablando
del proceso de escritura de la novela, a partir de referencias sencillas del propio autor, que
sindican este proceso como un mecanismo guiado por el azar y el puro ludismo. Sin
embargo, el Cuaderno deja a la vista que, si bien la planificación no era exhaustiva, había
todo un desarrollo deliberativo previo a la concepción de los núcleos narrativos más
relevantes, y de la construcción de personajes y atmósferas, que habrán de ser significativos
en el momento de la escritura de la novela.
Este antetexto, que se ubica en las periferias de la novela, nos permite corroborar los
experimentos previos que el autor realizaba, como un camino que habría de consolidar
aspectos de la poética narrativa cortazariana. La disolución de los géneros, el lenguaje
poético como sustento de la forma novela que se está reestructurando, la progresiva
ruptura con el concepto tradicional de espacio y tiempo, el orden lúdico como caos