Revista
Pelícano
vol.5 (2019) - 65
Es preciso tener en cuenta que la perspectiva de género, como todos los ejes de la ley,
no constituyen temas a tratar, aunque en determinadas circunstancias haya que
tematizarlos, sino que son el principio organizador del proyecto en torno al cual se
plantean objetivos, contenidos, actividades, etc.
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Este itinerario lleva tiempo y paciencia. Incluso habrá quienes se resisten a reconocer la
perspectiva de género. En estos casos, será difícil que los objetivos que se propone el
Programa de Educación Sexual Integral se lleven a término en su totalidad. La ley no solo
plantea unos contenidos a transmitir, sino que los asume desde una perspectiva que
permite cuestionar los modelos aprendidos y confrontar con las injusticias que generó y
genera una comprensión dualista y esencialista de las diferencias entre los sexos.
La educación sexual integral, maltrato y abuso sexual infanto-adolescente
En la implementación de la ESI, quienes ejercen la docencia han de crear un espacio de
diálogo e intercambio de saberes y experiencias que permita brindar herramientas para que
niñas, niños y adolescentes (NNA) puedan reconocer si en su corta biografía padecieron
situaciones de maltrato y/o abuso.
En estos últimos años en diversos estados se han elaborado numerosas guías de
orientación, intervención, prevención, acompañamiento de situaciones de maltrato y abuso
sexual.
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En ellas se describen las diversas situaciones que vulneran los derechos de niñas,
niños y adolescentes y se distinguen los conceptos para facilitar y clarificar el modo de
prevención y tipo y calidad de intervención en cada caso (Baita y Moreno, 2015, p.22-29).
Elena Duro (2014), en la Guía de orientación para la intervención en situaciones conflictivas y de
vulneración de derechos en el escenario escolar, explica qué se entiende por maltrato
toda situación que perjudica la salud física y/socioemocional de niños, niñas,
adolescentes (NNA) que pone en riesgo su desarrollo integral y es de difícil solución sin
ayuda externa, y constituye una grave vulneración de sus derechos. El maltrato puede
marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros. Vale aclarar que adaptar no
significa reducir ni mutilar.
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Los cinco Ejes de la ESI se presentan interrelacionados y no son inescindibles uno del otro. El ministerio de
Educación propone este ejemplo: “cuando se trabajan los modelos de belleza lo hacemos a través del eje
Reconocer la perspectiva de género. Si continuamos y problematizamos los estereotipos corporales vigentes
acerca del ser varón y ser mujer estamos abordándolo desde el eje “Cuidado del cuerpo y la salud”. Si
ponemos en cuestión los ideales que en algunos casos ponen en riesgo la integridad física, trabajamos desde el
eje “Ejercer nuestros derechos”, y si enseñamos que existen regulaciones vinculadas a la alimentación („Ley de
obesidad‟) y a la vestimenta („Ley de talles‟) que buscan incluir a todos/as estamos vinculados al eje del
“Respeto a la diversidad”. Por último, si rescatamos el valor positivo de la existencia de distintos cuerpos y
propiciamos la autoestima positiva sobre el propio cuerpo nos encontramos con el eje “Valorar la
afectividad” (Ministerio de Educación, 2013).
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La Confederación de adolescencia y juventud de Iberoamérica y Caribe en su sitio web ofrece un invalorable
catálogo del material actualizado. http://www.codajic.org/bibliografía/9