derivadas del movimiento agrícola del mismo emprendimiento y su zona circundante
(García Delgado, 1898, pp.154-155).
El efecto que tuvo disponer de dicho medio de transporte sobre la colonización se
advierte con mayor claridad a partir de las siguientes cifras. En 1887, a poco tiempo de su
constitución, se cultivaron 250 hectáreas (Albarracín, 1889, p. 185) y, en 1895, 26.000, con
más de 21.000 hectáreas dedicadas al trigo9.
Sin lugar a dudas, la expansión agrícola registrada generó ingresos a los colonos para
afrontar la compra de sus parcelas, favoreciendo el proceso de traspaso de la propiedad,
originalmente, en poder de la sociedad anónima. De acuerdo con la información recabada
de los registros de escribanos, entre 1887 y 1900, se produjeron 94 operaciones de ventas
por parte de dicha empresa a los agricultores. Por medio del conjunto de transacciones
referidas, cambiaron de titularidad 21.850 hectáreas. De esta forma, 108 individuos se
convirtieron en propietarios de parcelas de muy variada extensión. Al igual que lo
constatado al repasar el conjunto de operaciones del mercado colonial, el proceso
indagado, al interior de la colonia Juárez Celman, permitió que coexistieran pequeños
medianos y grandes propietarios. En efecto, mientras el titular de dominio con menor
extensión controló 14 hectáreas; el de mayor dispuso de 1.18210.
Pero, aun cuando se verificó un traspaso significativo, la empresa siguió controlando
más del 50% de la superficie original. Sin embargo, es posible que esa dimensión fuera
menor. De acuerdo al informe elevado por el administrador de la empresa al gobierno
provincial, hasta fines del siglo XIX, otras 6.500 hectáreas habían sido transferidas a
colonos pero no se escrituraron porque aún quedaron saldos pendientes de pagar11. Si
fueran ciertas estas afirmaciones, la tierra en poder de la compañía sería menor a 22.000
hectáreas. Por lo tanto, desde su fundación hasta 1900, se habrían desprendido a un ritmo
anual de algo más de 2.300 hectáreas.
Un aspecto importante, que se observa a través de la redistribución de los derechos
sobre el suelo, es la mayor participación de los estratos inferiores en el control de la tierra.
Los propietarios con hasta 200 hectáreas, fueron 75, el 69 % del total y dispusieron de
9.000 hectáreas, 41 % de la superficie enajenada a colonos. Ambas proporciones superaron
las cifras correspondientes vertidas en el Cuadro N°4.
9 AHPC, Gobierno, Córdoba Legajo 2, 1896, Tomo 271.
10 AHPC, Protocolos Notariales, Registros 2, 9, 15 y 21.
11 AHC, Expedientes de Colonias, N°1, Marcos Juárez. Leandro Gómez al ministro de Hacienda
Colonización y Obras Públicas, Córdoba 13 de octubre de 1902, f°7.
Revista Pelícano vol.4 (2018) - 159