iconográfica visible en el Señor del Gran Poder). Sublevación abierta y lucha cultural son
modos y repliegues continuos de esa “conciencia anticipatorid” —como denomina la autora—,
que “revierte ese mundo al revés8 inaugurado por el colonizador y transforma las posibilidades
de la historia” (Rivera Cusicanqui, 2014, p.62).
La autora agudiza esta visión al retomar en sus líneas diversas interpretaciones del mito
de Chuqil Qamir Wirnita (Bernita), registrada en el THOA9 (Taller de Historia Oral
Andina) que habilita diversos registros de lo que podemos llamar acumulación mítica. De
esta forma, la recuperación y persistencia del mito en la memoria colectiva se vuelve en
contra de la sociedad opresora marcando su subjetividad, como en el caso de las “los
erradicadores de la coca [que] no se han atrevido a entrar en los Yungas [hasta 2001]”
(Rivera Cusicanqui, 2014, p.74) o bien creando la expectativa de un tiempo encantado por
venir (como subversión del mundo al revés colonial), en el que pasado y presente
(antepasados y “vivos”) se unen en la rebelión, como sucede con la reavivación táctica del
“cerco aymara” de 1781 o en episodios como el bloqueo de caminos de 1979.
Por su parte, la autora también recupera brevemente versiones del mito10 que, en otra
línea interpretativa, representan apropiaciones coloniales que canalizan, muy posiblemente,
el miedo de los q’ara1 hacia el autonomía indígena.
En síntesis, lo que destaca y vuelve recomendable no solo este libro, sino también la
lectura de las restantes obras de la autora, es su incansable espíritu por andar senderos
alternativos y por hacer colectivos las voces de victoria, de denuncia o decepción de
aquellxs que luchan por una vida digna y libre frente a las obturaciones del poder oficial y la
apropiación, desvirtuada, de sus discursos y prácticas descolonizadoras.
Por ello, en tiempos en los que el “giro a la derecha” latinoamericano se presenta como
un decreto politológico, el sugerente subtítulo de la obra escrita por Silvia Rivera nos
recuerda un sustrato presente, cada tanto olvidado, de las estatalidades latinoamericanas:
aquel del colonialismo en sus múltiples caras, recovecos y plexos.
8 La autora refiere a la obra de Waman Puma (Guamán Poma de Ayala), E l primer nueva coronica y buen gobierno,
fechada en 1613.
9 El Taller fue fundado junto con otros intelectuales de la región a comienzos de la década de los ’80.
10 La autora menciona como un ejemplo la novela Elfestejo del deseo, de Juan Claudio Lechín, donde la mujer
indígena se vuelve objeto sexual para consumo del macho dominador.
11 “Q’ara (u otras variantes dialectales) es el nombre peyorativo con que los quechuas y aymaras se refieren a
los blancos y mestizos. [ . ] lingüísticamente vinculado con ‘pelado’ y ‘desnudo’, tiene que ver con la falta de
cultura andina de estos blancos y también con su falta de ética, que le lleva a robar y explotar [cualquiera se
puede volver q'ara si imita esta conducta]” (Abó, 2002, p.80).
Revista P elícan o vol.4 (2018) - 216