valores diferenciados, conocimientos, costumbres, estructura social, lengua, arte, historia,
familiaridad.
Por su parte, Ladd (2011) considera que estamos frente a una cultura colectivista, ya que
sus valores, ideas e intenciones van en camino a beneficiar lo colectivo.
Oviedo en sus “Notas para abordar un concepto emergente” (2006), acerca de la cultura
Sorda, señala:
Los Sordos que tienen ocasión de formar grupos desarrollan una peculiar manera
colectiva de sentir, de ver el mundo y de actuar, marcada por la experiencia común de
exclusión y con carácter predominantemente visual, articulada en la comunicación
señalada. Esta es la cultura sorda, así en singular, y es un fenómeno de carácter
universal, que se verifica cada vez que las condiciones lo permiten.
Una de las características de los colectivos de los Sordos es su fuerte dependencia y
relación con su entorno geográfico y cultural, y la influencia de la mayoría oyente. (s/p).
La denominación de la cultura con componentes visuales guía el presente texto.
Describiremos algunas particularidades de la cultura Sorda (Pino, 2007; Oviedo, 2006):
• Apodo en la cultura Sorda: hace referencia a la persona que lo asume, haciendo visible
alguna particularidad específica, física o psicológica. El apodo cumple las mismas
funciones (para todo efecto) que cumple el nombre, en la cultura oyente.
• Lazo azul: símbolo que se utiliza desde el XIII Congreso Internacional de la
Federación Mundial de Sordos, realizado en la ciudad de Brisbane, en Australia, entre
el 25 y el 31 de julio de 1999, como recuerdo de las muertes y experimentación con
Sordos ocurridas en la Alemania nazi.
• Apuntar a una persona: al ser una cultura visual gestual, el acto de apuntar no es señal
de falta de respeto, sino que asume diversas funciones gramaticales, como por ejemplo
de adverbio de lugar (aquí, acá, ahí, allí, allá), de adjetivo demostrativo (este/a/s,
ese/a/os, aquel/lla/llos) o de pronombre personal (tú, él/ella, ellos/as), utilizando el
espacio como marcador de significado.
• Los Sordos siempre van acompañados a distintos lugares por otros Sordos, ya que, de
no ser así, quedan expuestos a la posibilidad de que en el lugar visitado, no haya más
personas Sordas, quedando así en una situación de incomunicación, al no poder
comunicarse con otros en Lengua de Señas.
Revista Pelícano vol.4 (2018) - 191