Pecano
Revista de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Córdoba
EL VUELO DEL PELÍCANO
PENSAMIENTO CRÍTICO LATINOAMERICANO
María Cristina Liendo: Acerca del Pensamiento Latinoamericano
Estela Fernández Nadal: El ser humano: infinitud atravesada por la
finitud. La dimensión vida-muerte en el pensamiento de Franz
Hinkelammert
Cecilia Inés Luque: La máquina vs el misterio. Tribulaciones de la
modernización desigual y contradictoria en Brasil
EL ASALTO DE LO IMPENSADO
Mario Rojas Hernández: Crítica ético-racional objetiva del positivismo
del poder
Juan Ezequiel Rogna: Del snob al gestor: una propuesta kuscheana
para re-pensar al sujeto político desde el peronismo
Gabriel Luis Bourdin: Marcel Jousse y la antropología del gesto
Ana Victoria Britos Castro: Interpelaciones a la dinámica
estado/sociedad civil en la lógica de la colonialidad del poder. Una
revisión de la Bolivia contemporánea
Mateo Paganini: Locura y colonización. Irrupciones autobiográficas en
los testimonios del reino de Araucanía y Patagonia
Guadalupe Estefanía Arenas Pacheco: Una aproximación al
pensamiento inculturado en el itinerario intelectual de Juan Carlos
Scannone
Victoria Casado Tolosa: Exotismo e indianismo: un sujeto político
místico
LAS FORMAS DE LA MEMORIA
Luis Miguel Baronetto: Angelelli: mártir del Concilio
Guillermo Alejandro Barón Del Pópolo: La intuición de una América
Latina distinta. Entrevista a Rolando Concatti sobre la revista Alternativa
Latinoamericana
NUEVAS NARRACIONES
Porfirio H. Calsín Zapana: Breve reseña revista AymaraQuechua
Volumen 2 – Año 2016
ISSN 2469-0775
DOI: 10.22529/p
Directora
Cecilia Padvalskis (Universidad Católica de Córdoba, Argentina).
Editor
Octavio Pedoni (Universidad Nacional de Jujuy, CONICET - Universidad Católica de Córdoba,
Argentina).
Correctora
Marcela Bricca (Colegio Nacional de Monserrat, Argentina).
Traductor
Diego Fonti (CONICET, Universidad Católica de Córdoba, Argentina).
Comité editorial
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Argentina).
Silvia Anderlini (Universidad Católica de Córdoba - Universidad Nacional de Córdoba, Argentina).
José María Bompadre (Universidad Católica de Córdoba - Universidad Nacional de Córdoba – Instituto
de Culturas Aborígenes, Argentina).
Patricia Scherman (Universidad Católica de Córdoba - Universidad Nacional de Córdoba, Argentina).
Carlos Asselborn (Universidad Católica de Córdoba, Argentina).
Comité académico
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Argentina); Horacio Cerutti (Universidad Nacional Autónoma de México, México); Rogelio De La
Mora V. (Universidad Veracruzana, México); Carlos Domínguez Morano (Facultad de Teología de
Granada, España); Diego Fonti (CONICET, Universidad Católica de Córdoba, Argentina); Francesca
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Nacional de Quilmes, Argentina); Marcelo González (Universidad Nacional de San Martín, Argentina);
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CNRS, Francia); Eduardo Mattio (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina); Martín Morales
(Pontificia Universidad Gregoriana, Italia); Beatriz Moreyra (CONICET, Universidad Nacional de
Córdoba, Universidad Católica de Córdoba, Argentina); Guillermo Nieva Ocampo (Universidad
Nacional de Salta, Argentina); Gustavo Ortiz (Universidad Católica de Córdoba, Argentina) †; Lila
Perren (Universidad Católica de Córdoba, Argentina); Germán Plasencia (Colegio de Saberes, México);
Pablo Quintanilla (Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú); Eugenio Rubiolo (Universidad
Católica de Córdoba, Argentina); Aaron Saal (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina); Héctor
Samour (Universidad de Centroamérica José Simeón Cañas, El Salvador); Arturo Sandiano (Universidad
Católica de Córdoba, Argentina); Carlos Schickendantz (Universidad Alberto Hurtado, Chile); Daniel
Vera (Universidad Nacional de Córdoba. Universidad Católica de Córdoba, Argentina).
Revista Pelícano
ISSN 2469-0775
Facultad de Filosofía y Humanidades - Universidad Católica de Córdoba
Sede Centro. Obispo Trejo 323 Bº Centro. X5000IYG - Córdoba - Argentina
Tel. (54) 351 4219000. Correo: pelicano@uccor.edu.ar - Sitio web: pelicano.ucc.edu.ar
Volumen 2 – 2016
Revista Pelícano Vol. 2.
pelicano.ucc.edu.ar
Agosto 2016 – Córdoba.
Orientaciones para la presentación de trabajos
Esta revista de la Universidad Católica de Córdoba es una publicación periódica anual de artículos de
investigación científica, originales y de revisión, sobre temáticas de Historia, Psicología, Filosofía, Letras
y Ciencias de las Religiones, escritos por investigadores de la propia institución y externos a ella.
Pelícano es una revista plural que sólo exige calidad científica, para lo cual se vale de un sistema de
arbitraje basado en dos evaluaciones con reserva de identidad de los autores y evaluadores, estos
últimos integrantes del Comité Editorial de la Revista y especialistas externos convocados al efecto. El
Consejo de Redacción de la Revista aceptará artículos originales e inéditos con pedido de publicación
en idioma español, inglés y portugués. El envío de los artículos puede hacerse durante todo el año, más
allá de las convocatorias periódicas que se efectúen y deberán ajustarse a las Instrucciones para los
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Las contribuciones que se recepten podrán obedecer a la siguiente estructura interna de la
publicación:
1) El vuelo del Pelícano. Sección en la que se puede participar sólo por invitación o pedido expreso
de la Revista Pelícano. Consiste en un Dossier con artículos (hasta siete) originales que debaten en
torno a un tema o eje temático común, y que persiguen objetivos similares entre sí. Estarán
supervisados por uno o dos coordinadores como máximo, quienes escribirán una “presentación
general” de la propuesta, que rescate los principales aportes individuales.
2) El asalto de lo impensado. De participación libre. Consiste en artículos de revisión e investigación
científica que exponen, de manera exhaustiva, los resultados originales de proyectos de
investigación individuales o colectivos. Abarca también las investigaciones que analizan, sistematizan
e integran los resultados de investigaciones publicadas o no publicadas, sobre un campo de las ciencias
sociales, humanas y/o teorías y desarrollos conceptuales en el ámbito de la filosofía, psicología, las
ciencias de las religiones, la historia y la literatura, con el fin de dar cuenta de los marcos teórico-
epistemológicos, metodologías y estados de las investigaciones en cuestión. Se caracteriza por
presentar una cuidadosa revisión bibliográfica y por su rigor teórico y metodológico. Además por la
argumentación reflexiva y crítica sobre nuevos problemas teóricos y prácticos.
3) Las formas de la memoria. De participación libre. Ocasionalmente Pelícano publicará
traducciones de documentos relevantes para el estudio de las Humanidades, como así también
entrevistas a personalidades destacadas en dichas disciplinas. Como también artículos y/o trabajos en
homenaje a algún autor o personalidad destacada.
4) Nuevas narraciones. De participación libre. Consiste en comentarios bibliográficos breves en
la que se presentan los aportes científicos de un libro de reciente aparición en el mercado editorial
(hasta cuatro años). No se atiene solamente al contenido, sino a una revisión crítica y contextual de su
contenido.
El Consejo Editorial de la Revista aceptará artículos originales e inéditos con pedido de publicación
en idioma español, inglés y portugués. El envío de los artículos puede hacerse durante todo el año, más
allá de las convocatorias periódicas que se efectúen.
Para más información de los requisitos que deben cumplir los artículos o trabajos que se
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Revista Pelícano Vol. 2.
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar
Agosto 2016 – Córdoba
Índice
EL VUELO DEL PELÍCANO
PENSAMIENTO CRÍTICO LATINOAMERICANO
Presentación (5-6)
María Cristina Liendo: Acerca del Pensamiento Latinoamericano (7-21)
Estela Fernández Nadal: El ser humano: infinitud atravesada por la finitud. La dimensión vida-
muerte en el pensamiento de Franz Hinkelammert (22-32)
Cecilia Inés Luque: La máquina vs el misterio. Tribulaciones de la modernización desigual y
contradictoria en Brasil (33-39)
EL ASALTO DE LO IMPENSADO
Mario Rojas Hernández: Crítica ético-racional objetiva del positivismo del poder (40-59)
Juan Ezequiel Rogna: Del snob al gestor: una propuesta kuscheana para re-pensar al sujeto
político desde el peronismo (60-68)
Gabriel Luis Bourdin: Marcel Jousse y la antropología del gesto (69-81)
Ana Victoria Britos Castro: Interpelaciones a la dinámica estado/sociedad civil en la lógica de la
colonialidad del poder. Una revisión de la Bolivia contemporánea (82-94)
Mateo Paganini: Locura y colonización. Irrupciones autobiográficas en los testimonios del reino
de Araucanía y Patagonia (95-105)
Guadalupe Estefanía Arenas Pacheco: Una aproximación al pensamiento inculturado en el
itinerario intelectual de Juan Carlos Scannone (106-115)
Victoria Casado Tolosa: Exotismo e indianismo: un sujeto político místico (116-121)
LAS FORMAS DE LA MEMORIA
Luis Miguel Baronetto: Angelelli: mártir del Concilio (122-145)
Guillermo Alejandro Barón Del Pópolo: La intuición de una América Latina distinta. Entrevista a
Rolando Concatti sobre la revista Alternativa Latinoamericana (146-155)
NUEVAS NARRACIONES
Porfirio H. Calsín Zapana: Breve reseña revista AymaraQuechua (156-159)
4
Revista Pelícano Vol. 2. Las formas de la memoria
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 146-155
Agosto 2016 – Córdoba
La intuición de una América Latina
distinta. Entrevista a Rolando Concatti
sobre la revista Alternativa Latinoamericana
Presage of a Different Latin America.
Rolando Concatti Interviewed on
Alternativa Latinoamericana Magazine
Guillermo Alejandro Barón Del Pópolo
1
INCIHUSA - CCT CONICET Mendoza
guillermobaron@yahoo.com
Modo de citar: Barón del Pópolo, G., A.
(2016). La intuición de una América Latina.
Entrevista a Rolando concatti sobre la revista
Alternativa Latinoamericana. Pelícano, 2.
Recuperado de http://revistas.bibdigital.uccor.
edu.ar/index.php/pelicano/article/view/1128
Resumen
La siguiente es una entrevista a Rolando
Concatti, intelectual argentino y antiguo
sacerdote tercermundista, sobre la revista
Alternativa Latinoamericana, editada en Mendoza,
Argentina, de 1985 a 1990, y dirigida por él. En
la entrevista se habla de los inicios del
cristianismo liberacionista en la Argentina,
narrados en primera persona por uno de sus
protagonistas, y de los ambientes y circuitos
intelectuales latinoamericanos de las décadas del
‘60, ‘70 y ‘80. También se trata específicamente
de la revista Alternativa Latinoamericana, de su
contexto de producción y circulación. De esta
manera, la entrevista nos permite dilucidar el
desarrollo de un latinoamericanismo que, en
épocas del gobierno radical de Raúl Alfonsín y
en los albores de la hegemonía cultural
neoliberal, parecía ir obstinadamente a
contramano de la historia. Por otra parte, se
explicitan en esta entrevista los fuertes lazos
existentes entre la militancia social y política y la
reflexión teórica e intelectual que caracterizaron
al surgimiento y desarrollo de corrientes de
pensamiento tales como la Filosofía de la
Liberación Latinoamericana y de lo que luego sería
1Becario doctoral del Instituto de Ciencias Humanas,
Sociales y Ambientales. Que es una Unidad Ejecutora del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas que conforma, con otras cinco, el Centro
Científico Tecnológico CONICET Mendoza.
englobado bajo el rotulo de Nuevos Movimientos
Sociales latinoamericanos.
Palabras clave: Latinoamericanismo,
Movimiento ecuménico, Teología de la
Liberación, Publicaciones político-culturales.
Abstract
What follows it’s an interview with Rolando
Concatti, argentine intellectual and former
Third World priest, about the Alternativa
Latinoamericana magazine, published in
Mendoza, Argentina from 1985 to 1990, and
directed by him. The beginnings of liberationist
Christianity in Argentina are treated in the
interview, narrated in first person by one of its
main characters, there’s also a description of
the Latin American intellectual circuits of the
60’s, 70’s and 80’s. The Alternativa
Latinoamericana magazine receives a special
treatment, as well as its production and
circulation contexts. The interview allows us to
dilucidate a developing Latin Americanism
which seemed to be stubbornly against history
in times of the Alfonsín administration and the
dawn of neoliberal cultural hegemony. On the
other hand, the strong links between social and
political activism and theoretical and intellectual
reflection that characterized the emergence and
development of such thought currents as Latin
American Philosophy of Liberation and what would
become engulfed under the label of New Latin
American Social Movements are made explicit in
this interview.
Key words: Latin Americanism, Ecumenism,
Liberation theology, magazines of politics and
culture.
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Rolando Concatti es una figura paradigmática
de un mundo en el cual la reflexión intelectual y
la acción social y política estaban tan
profundamente entrelazadas que era imposible
distinguirlas. Nacido en 1933 en el seno de una
familia humilde, Concatti hizo sus primeras
armas en la arena política como parte de la
Juventud Demócrata Cristiana. Allí compartiría
militancia con el que fuera el presidente del
centro de estudiantes de la Facultad de Filosofía
y Letras, Enrique Dussel.
2
Luego de recibirse de Contador Público
Nacional, ingresaría a los 23 años al Seminario
Menor de Lunlunta (Mendoza) y luego, en
1957, al Mayor de Córdoba. En 1965
participaría, junto a su gran compañero Oscar
“Braquio” Bracelis, del conflicto de los “27
curas rebeldes” (Lanusse, 2007; Concatti, 2009).
Posteriormente, adheriría al Movimiento de
Sacerdotes para el Tercer Mundo y se convertiría en
uno de sus principales líderes ideológicos. Así,
redactaría uno de los documentos clave de este
movimiento y de toda la izquierda peronista:
Nuestra opción por el peronismo (Concatti, 1972).
De una manera mucho menos visible, sin
embargo, contribuiría luego con la organización
del exilio chileno en Mendoza y en la fundación
del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos
(MEDH).
3
A ello siguieron largos años de exilio
interno durante la dictadura de 1976.
Al terminar la dictadura, Concatti
organizaría, junto a Oscar Bracelis, Norma
Fernández, Horacio Barri, Ricardo Rojo,
Alberto Pari y un grupo extenso y
renombrado de colaboradores, la publicación
de la revista Alternativa Latinoamericana. Durante
2 De esta época, Concatti ha recordado el primer
encuentro que ambos tuvieron con Mauricio López,
motivado más por el afán de la polémica que del
entendimiento ecuménico: “Pasó lo irremediable: nos
dejó en silencio pero sin humillarnos; nos ilustró sobre la
Biblia, su mensaje abierto, sobre el porvenir de la fe y el
diálogo de los creyentes. Siempre sonriente, dialogal, sin
posturas de maestro. Después de algunos intentos ya no
volvimos, cerriles en nuestro empeño. Pero lo que él
representaba ya nos había herido, y en el andar de
nuestros propios azares, con los años, otras dentelladas
de la misma estirpe, dulces y terribles, no harían sino
terminar de cambiarnos, o al menos, de erosionar poco a
poco el confortable edificio de los dogmas baratos”
(Concatti, 2002).
3 Sobre la acogida a los exiliados chilenos ver el trabajo
de Alejandro Paredes (2007; 2012).
cinco años (1985-1990) y en once números, la
revista-libro albergó y difundió debates e ideas
sobre temáticas tan variadas como la educación
popular y la Teología de la Liberación; las
problemáticas económico-sociales abordadas
desde teorías críticas y la reconfiguración de
movimientos políticos y sociales en forma de
organizaciones no gubernamentales.
La Alternativa se propuso reconstruir las
redes intelectuales y sociales que la dictadura
había desmantelado, cumpliendo un rol no sólo
“comunicacional”, sino también contribuyendo
a la subsistencia física de sus colaboradores. Fue
punto de encuentro para diversas corrientes
intelectuales: la Filosofía de la Liberación
(colaboraron en ella Arturo Roig, Enrique
Dussel, Osvaldo Ardiles, Horacio Cerutti), el
peronismo de la Renovación (Salvador Ferla,
Hugo Chumbita), el viejo grupo de las Cátedras
Nacionales y la Antropología 3er Mundo (Guillermo
Gutiérrez, Horacio González, Aníbal Ford,
Alcira Argumedo). También fue frecuente en
ella la reproducción de artículos provenientes
de distintas revistas latinoamericanas, como por
ejemplo Socialismo y Participación de Perú, la
revista Pasos del DEI de Costa Rica, Tempo
&Presença de Brasil, entre otras.
Para hablar de estos y otros temas, Rolando
me recibió una tarde de lluvia en el despacho de
su casa. La conversación es la que sigue:
Entrevistador: ¿Qué necesidad viene a cubrir o
a responder la revista Alternativa
Latinoamericana?
Rolando Concatti: Uno de los importantes
acontecimientos de los años ‘70, y en realidad
de algunos años antes, fue una suerte de
explosión intelectual, no sólo en la Argentina
sino también en el mundo. Los años ‘60 fueron
muy importantes, fueron años de efervescencia,
pero yo siempre digo que acá no hay mucha
consciencia de lo pesados que fueron los años
‘50 como momento de estupor de lo que había
pasado en la guerra del ‘45. Se empezaron a
revelar las monstruosidades de un lado y de
otro, surgieron todas las corrientes
existencialistas más pesimistas. A nosotros
mucho no nos pegaba, porque en la Argentina
en ese momento se vivía una cierta euforia,
estábamos en el primer peronismo: fue el
primer salto hacia delante de inclusión, de
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participación política de la gente. Pero de todas
formas, los círculos más intelectuales no
podíamos dejar de estar impactados por esta
corriente de ideas. Yo era muy joven, te
imaginarás que yo terminaba el secundario y
empezaba la universidad, fui muy chico a la
universidad. En la universidad corrían más estas
ideas, si bien yo estaba en Ciencias Económicas
que no tenía nada que ver, pero había un
ambiente más en [la Facultad de] Filosofía [y
Letras de la UNCuyo], que tenía una influencia
fuerte en Mendoza que no tiene ahora. Lo que
te llegaba era esta especie de situación de
estupor y de pesimismo. Había pasado una cosa
que así la Humanidad no la había conocido.
Aunque hubieran sido más graves [las guerras]
no habían sido así de colectivas: millones de
personas asesinadas, el nazismo, el
franquismo… Y además, después, la gran
oportunidad del avance yanqui. Todo eso traía
críticas, traía discusiones… Hubo acá incluso
una ola, por llamarlo así, existencialista
“kafkiana”… Se empezó a leer mucho a Kafka
y todo eso. Yo creo, contra otros que olvidan
esto, que a [Antonio] Di Benedetto por
ejemplo, no se lo puede leer sino en este
contexto, el contexto de enorme pesimismo. Y
otros, por el contrario, en una actitud de decir
“no todo está perdido”. Yo creo que mi
aproximación al cristianismo, al catolicismo,
tuvo que ver con eso, porque éramos unos
jóvenes que no queríamos que ese mensaje tan
autodestructivo, tan pesimista, nos agarrara.
Que por otra parte era de una esfera intelectual,
de una esfera que se sentía muy agredida por el
peronismo. En ese entonces “ser intelectual”
equivalía a “no tener nada que ver con estos
negros”.
El ‘60 fue una especie de reversión en el
mundo, donde se siguieron ahondado algunas
líneas, pero una década en la que en realidad
hubo una fuerte reacción: un salgamos de acá,
escrutemos los vicios que nos han llevado a esta
situación, hay que pensar un mundo distinto, es
la oportunidad para construir un mundo
distinto. Aun los más grandes clásicos, Sartre
por ejemplo, encontraban la vuelta para decir
“acá hay una gran cosa nueva, por primera vez
en la historia podemos construir una historia
distinta”… y así multiplicando, ¿no? Es muy
interesante estudiar ese prolegómeno de los ‘60
en la Argentina, en el que empezaron a salir
muchas cosas orientadoras, nacionalistas (del
bueno). En conclusión, esto generó lo que
finalmente iban a ser los últimos años ‘60 y
principios de los ‘70 –Yo viví en París tres años,
viví el París ‘68–. Esto erabasta de lo viejo, de
lo que ha probado su inutilidad, su
deshumanización. Con otra pluralidad, con otro
respeto a las ideas, tenemos para construir un
mundo distinto”. Un gran NO a las tradiciones
y una gran apuesta a construir un futuro
distinto. Por otra parte, la casi improvisación,
infantilismo, de esta propuesta generó la
represión de después del ’58, ya que el orden
establecido advirtió que esto no era una tontera,
no era una cosa superficial, y que se iría
profundizando terminando en las dictaduras
nuestras: primero Onganía, que no pudo frenar
esto –que terminó expresándose en la
expectativa de la vuelta de Perón, un momento
en el que virtualmente todos nos peronizamos–
y los poderes centrales que se dieron cuenta de
que esta vuelta la cosa venía en serio y por eso
las represiones que la sucederían [a la dictadura
de Onganía] serían mucho más feroces. Lo
aplicaron en Argelia, lo aplicaron en las
revoluciones africanas. También se intentaron
soluciones alternativas, por decirlo así: la
Alianza para el Progreso, ese gran proyecto de
Kennedy (pero a Kennedy lo asesinaron).
Bueno, fracasó entonces el último gobierno
peronista y fue la oportunidad para ponerse
firmes y para aplastar todo lo que pudieron
aplastar.
Entonces, aquel tiempo que había sido un
tiempo de euforia, de publicaciones (algunas
que todavía conservamos, a nosotros nos
pegaba mucho una revista que se llamaba
Antropología 3er Mundo,
4
que es más o menos
contemporánea de Cristianismo y Revolución. Vos
fíjate que yo no era simpatizante de Cristianismo
y Revolución, ni de Juan García Elorrio, que lo
conocí personalmente, además también fue la
aparición de las organizaciones armadas, muy
4El equipo editor de Alternativa Latinoamericana buscó
restablecer el contacto y dar un espacio en la revista a
varios de los antiguos integrantes de la revista
Antropología 3er Mundo. Guillermo Gutiérrez for parte
de su staff, mientras que Alcira Argumedo y Aníbal Ford
aparecieron en sendas entrevistas realizadas por Norma
Fernández.
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influidas por el proceso revolucionario cubano
y el guevarismo.
Pero bueno, 24 de marzo del ‘76 le puso una
tapa a todo esto, nos escondimos, la mayoría se
fue, aunque muchos de nosotros no nos
pudimos ir porque casualmente, en la
Fundación [Ecuménica de Cuyo], lateralmente a
la Fundación, organizamos la acogida a los
chilenos. En Testimonio Cristiano
5
hay una parte
en la que se va historiando todo esto. Fue otra
forma de resistencia. Un grupo de nosotros,
que habíamos organizado la acogida a los
chilenos, no nos podíamos ir. Aparte de que, en
nuestras estancias en Europa, habíamos visto
las dramáticas condiciones en las que vivían los
exiliados (españoles, portugueses y otros que
iban llegando). Tanto [Oscar] Bracelis como yo
teníamos terror a eso. Además ya estábamos
decididos a casarnos, y nos terminamos
casando en esos años (‘73). Aunque nosotros
representábamos un papel detrás de bambalinas
con el tema de los chilenos (porque fue una
condición de la gente del ACNUR,
6
que no
querían que hubiera ningún nombre urticante a
primera vista) nos quedamos, cagándonos de
miedo y mascando impotencia, pero siempre
con una especie de sueño que nos había
quedado en el garguero, de hacer una revista
distinta. La fantasía nuestra, y el dolor nuestro,
era la desaparición de la revista Crisis, que había
sido fantástica y que estiró el diálogo bastante
más allá de lo posible y que tuvo, a mi juicio, un
impacto muy saludable en el colectivo
intelectual de la Argentina, porque se hizo
cargo de todos los temas más progresistas, más
avanzados, los fogoneó, pero lo hizo en un
tono de mucha audacia pero también de mucha
ponderación, de mucho diálogo con opiniones
diferentes. Escribieron todos los grandes
intelectuales, [Aníbal] Ford, [Eduardo]
Galeano… pero desapareció.
Entonces la Fundación y sobre todo un
grupo en el que yo, junto a Bracelis,
pertenecíamos a la dirección nacional de APE
(Acción Popular Ecuménica), que tenía
recursos, a los que nos encomendaron, entre
5Se refiere a Concatti, R. (2009). Testimonio cristiano y
resistencia en las dictaduras argentinas. El movimiento ecuménico
en Mendoza 1963-1983. Buenos Aires: Centro Nueva
Tierra.
6 Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados
otras cosas, los del ACNUR también, que
pusieron plata, que intentáramos ser un sostén
del refugio interno, es decir, de la gente que se
había tenido que quedar, que estaba escondida y
que sobre todo estaba cagada de hambre. Es
decir, con poquitos recursos, eran 300 dólares
por mes. Pero en ese momento el dólar estaba
caro y en la desesperación que se vivía
significaba, no sé, 2500 pesos para cada uno.
Eso nos puso en mucho riesgo, nos detectaron
más de una vez pero, en fin, con Bracelis
también sosteníamos esto. ¿Y qué era lo que
uno descubría ahí? Que muchos eran
intelectuales, aunque la idea era apoyar a todos
y apoyar particularmente a los sectores más
pobres. Los más pobres en ese momento eran
probablemente los intelectuales, que se habían
quedado sin cátedra, que se habían quedado sin
nada, y que era un crimen que desaparecieran.
Y nos dimos cuenta que había un potencial de
pensamiento muy grande. Además muchos se
habían ido a diferentes países latinoamericanos.
Hubo una mayoría que se fue a Europa, pero
hubo mucha gente que se fue a Ecuador, que se
fue a Perú, que fue a Colombia y que fue a
México. México acogió a muchos, todavía
algunos como Enrique Dussel siguen allá, o
Arturo Roig, que después de irse a México hizo
una obra extraordinaria en Ecuador. Así
juntamos material y también juntamos la ilusión
de hacer una revista lo suficientemente aséptica
en apariencia, y lo suficientemente profunda y,
de algún modo, revolucionaria. Sacamos toda
una serie de revistitas, en formato rotaprint,
fotocopias. Pero claro, la ambición era hacer
una revista de envergadura, de envergadura
plásticamente. Y bueno… yo era secretario de
publicaciones de APE. Entonces tenía un
puñado de plata, no desdeñable, 16.000/18.000
dólares por año. Los convencí a todos que
pusiéramos esa guita en hacer algunos
encuentros y en sacar una revista. La condición
era que fuera rentable, que se recuperara la
plata. Conseguimos colaboraciones
importantes, contactos en toda Latinoamérica,
y, como la fundación en aquel momento tenía
una imprenta, Alfa se llamaba, empezamos a
publicar muchas cositas. Estamos hablando del
‘79-‘80, ya la represión se relajaba en algunos
aspectos, y ni te digo ‘81-‘82 y después de
Malvinas, que ya sabíamos todos que tiraban la
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esponja. El otro aspecto que fue un gran acierto
fue el aspecto estético, porque hay excelentes
publicaciones, pero todo como se ha hecho
siempre desde los sectores populares, de una
forma elemental y vergonzosa. Hay que tener
mucho empeño para leer el contenido y que te
guste, pero por fuera… También ahí tuvimos
suerte, la secretaría de redacción era una
cordobesa, con mucha experiencia periodística:
Norma Fernández. Ella se movía, trabajó en los
reportajes (casi todos los reportajes los hicimos
juntos). Le sabía dar forma, tenía idea de cómo
tenía que ser una revista, el placer de hacerla…
y sabía más que yo en el aspecto visual. Estos
chicos la imprimían, y conseguimos, porque
estaba trabajando en Córdoba, al que había sido
el diseñador de la Revista Crisis
7
. Por eso es que
formalmente la revista tiene la impronta, el
estilo de Crisis.
Lo otro que nos jugó muy bien es que, con
relativa facilidad, conseguimos colaboraciones
de toda América latina.
E: En relación con lo que acabás de decir, lo
que me llama la atención es que si bien era una
producción local, la revista tenía proyección
continental. ¿Dónde y cómo se distribuía
entonces la revista para haber logrado esto?
RC: Una cosa era fácil, que era hacerla. Fácil
porque, a pesar de todas las dificultades que
pudiera haber, había muchísima gente en
América Latina que estaba acostumbrada a las
dictaduras, las represiones y que más o menos
se sabía mover en ese ambiente y no llamaban
la atención. A nosotros dos tipos nos dieron un
espaldarazo sensacional. Uno fue Darcy
Ribeiro. De hecho aparece en reportajes.
8
Un
hombre grande ya, requete conocido.
Perseguido por la dictadura brasileña, pero él se
cagaba de la risa de eso. Además era un hombre
que tenía espalda, no le podían pegar muy
fuerte a Darcy Ribeiro. Él se entusiasmó muy
mucho, y nos estimuló y nos dio motivaciones.
Era un hombre de un carácter expansivo. Muy,
muy interesante Darcy Ribeiro. También Paulo
Freire se entusiasmó, tenía muchísimas cosas.
Él cambiaba de países… en ese momento había
7 Se refiere a Eduardo Williams Hermes Ruccio
“Sarlanga”. El histórico diseñador gráfico argentino fue
invitado a participar en la revista por Norma Fernández.
8 Fernández, N. (1985). “Hay que prohibir que la historia
se repita, hay que inventar el futuro” Reportaje a Darcy
Ribeiro. Alternativa Latinoamericana, 1, 31-40.
estado en Chile y después no dónde estaba.
Se hizo… no amigo, pero se vieron varias veces
con Bracelis. Y después el mexicano Guillermo
Bonfil Batalla,
9
al que conocimos en la casa de
Darcy Ribeiro… Bahhh… no en la casa de
Darcy Ribeiro, sino que un mendocino, un
empresario mendocino, que un día resolvió
largar todo a la mierda, romper con la familia y
con todo, se juntó con una muchachita
montonera mendocina, y se fueron a vivir a
Buenos Aires, y con la plata que él más o
menos tenía acumulada apechugaron e hicieron
una casa de reuniones, de intelectuales. Nos
invitaban y había oportunidades en las que
venía gente de verdad importante. Ahí también
lo conocimos a Fernández Retamar
10
, a Ernesto
Cardenal… Era una posibilidad para nosotros,
de viajar y de conocer a esa gente.
E: Venían todos ellos a Buenos Aires y
entonces ahí ustedes…
RC: Venían todos a Buenos Aires por una
razón o por otra, Buenos Aires seguía siendo
un polo importante. Y cuando venían a Buenos
Aires este hombre armaba una juntada. Se
juntaban 50, 60 personas, en un aire de fiesta…
y también los que iban ahí eran gente muy
interesante de la Argentina, y cada uno daba
una charla sobre su visión del país del que
venía, o de lo que escribía. Era un foco de
revitalización revolucionaria que la policía tenía
perfectamente identificado [risas], pero
tampoco eran boludos y no se iban a meter a…
Y bueno, nos toleraban, sabían que no tenía
gran repercusión en la sociedad, porque tenían
los medios totalmente controlados.
Y bueno, todo esto nos llevó a preguntarnos
¿cómo nosotros no tenemos una revista que fije
posiciones? Sobre dos o tres temas claros en
América latina y acá en la Argentina, de los que
no se hablan, que están más o menos
prohibidos, que sea suficientemente crítica de
todo lo que pasó, pero que sea esencialmente
positiva, prometedora de un futuro distinto, que
9 También Bonfil Batalla fue entrevistado para la revista,
ver Fernández, N. (1990). Las sociedades plurales.
Entrevista a Guillermo Bonfil Batalla. Alternativa
Latinoamericana, 10, 55-63.
10 Una entrevista a Fernández Retamar aparece en el
número 6. Ver Fernández, N. (1987). “Estamos
intentando soñar y creer en nuestros sueños”. Entrevista
a Roberto Fernández Retamar. Alternativa Latinoamericana,
6, 61-66.
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lograra definir a este bajón terrible más como
una oportunidad. En fin, todo lo que el
optimismo de la voluntad le puede poner a una
situación tan desagradable.
Y bueno, hicimos como dos años de
proyectos, de cosas, discutíamos muchísimo los
artículos que íbamos a publicar, los que sí, los
que no. Ticio Escobar
11
, un paraguayo que hasta
hace poco, con Lugo, ha sido Ministro de
Cultura de Paraguay. Era muy joven entonces,
creo que es un escultor, un tipo interesantísimo.
Y bueno… así también….
Y finalmente nos animamos, nos demoró
bastante, y sacamos, que costó muchísimo, el
primer número, que visto desde hoy te diría que
tuvo algunos defectos. El artículo mío para
empezar. Muchísimas de las cosas que dijimos
(¿eso hace cuánto ya? ¿30 años?) no las diría
ahora. Pero epocalmente hay que respetar en
qué momento salía. Fueron un poquito largos
los artículos… Pero aparecieron las líneas de lo
que más o menos queríamos estimular. Y nos
empezaron a mandar. Por ejemplo, Roig, que
tenía unas vinculaciones… Don Arturo Roig,
que había sido medio amigo de nosotros, pero
poquito amigo, no éramos íntimos ni nada por
el estilo.
E: Era más grande que ustedes…
RC: Mucho más grande que nosotros, era
por lo menos diez años más grande que
nosotros, de otra época, de la Universidad…
pero se entusiasmó mucho. Fue uno de
nuestros grandes promotores Arturo. Yo lo he
dicho veinte veces cuando he hablado en
público sobre Roig. Porque, cuando finalmente
él vino, antes de que regresara definitivamente,
nos incitó, nos llenó de tantos elogios, estaba
tan entusiasmado Roig. Y estaba entusiasmado
por dos cosas que él decía: “esta revista se hace
en Mendoza, y más” –decía Don Arturo–“esta
revista se hace en Luján de Cuyo”, porque la
dirección que tenía era la del estudio [contable]
que yo tenía que era en donde en definitiva la
hacíamos. Él se ofreció si queríamos que
11 Ticio Escobar contribuyó con un artículo en el
número 10 (ver Escobar, T. (1990). El mito de la
dominación en el arte. Alternativa Latinoamericana, 10, 87-
93).Norma Fernández nos infor en una entrevista
personal que muchos de los contactos del mundo de las
artes plásticas venían también de parte de Ricardo
Carpani, quien también figuró brevemente en el staff de
la revista.
estuviera en el comité de redacción, advirtiendo
que él iba a estar muy pocas veces, nos
explicaba. Pero a nosotros nos daba un
espaldarazo el nombre de Roig. La revista tuvo
la tragedia que, con esto de enviarla a diferentes
lugares de América latina, el recupero es cero,
porque además en todos los países nuestros
había procesos inflacionarios. En la Argentina
tuvimos una experiencia penosa con el
incumplimiento de los libreros. En Mendoza
teóricamente vendíamos 120, 150 ejemplares.
Los vendíamos prácticamente al costo, porque
era una revista carísima. Y bueno, acá el
“Flaco” Salgado,
12
creó una movida muy
interesante. Él terminaba recibiendo 100, 120
ejemplares. Nunca nos pagó nada, nada. El
petiso [Ricardo] Rojo era el encargado de
distribuírselas a él… Y bueno, en tiempos de
muchísima inflación, si había costado 100
retornaba 5. Entonces se hacía una enorme
dificultad la continuidad. Entonces resolvimos,
que no fue un error, hacer de cada número un
número autónomo. Así que empezamos a sacar,
creo que el primer año, con más entusiasmo,
sacamos tres ejemplares, después sacamos dos
ejemplares por año… y nos fuimos muriendo
de a poco. Pero por razones estrictamente
económicas, porque creo que fue un éxito, aun
hasta el día de hoy. Y además, inmodestamente,
nos prestigió a muchos de nosotros, que
éramos apenas conocidos, nos transformó en
referentes, en figuras. Fue el tiempo en el que
empezó a salir la revista Unidos
13
, poco tiempo
después. Todos nosotros fuimos amigos y
colaboradores de Unidos, casi todo a través de lo
que había sido Alternativa Latinoamericana, ¿no?
Era una revista que quizá tendría que existir
hoy, lo que tuvo esta revista fue la intuición de
una América Latina distinta, posible, fraternal,
en un momento en el que, al contrario, todas las
fuerzas de las oligarquías locales y todas las
12 Librero mendocino.
13
La revista Unidos era la revista de la Renovación
Peronista, la dirigió Carlos “Chacho” Álvarez y luego
Mario Wainfeld (quién todavía mantiene una relación
amistosa muy fuerte con el grupo de intelectuales
vinculados a la Asociación Ecuménica de Cuyo en
Mendoza). De los “unidos” que colaboraron con la
Alternativa podemos citar a Horacio González, Hugo
Chumbita, Salvador Ferla, etc. A su vez, Concatti fue
también colaborador ocasional de la revista Unidos.
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fuerzas exteriores querían justamente romper y
presentar mucho más los enfrentamientos, ¿no?
Bueno, en ese contexto y en ese salpiconeo
está el material. Si hay que hacer una crítica,
dijéramos, que se excluyera de las dificilísimas
condiciones en que nos movíamos, podría
encontrarle mil defectos, yo el primero ¿no?
Pero bastante meritoria y bastante sacudidora.
Mucha gente la agradecía, como decir, “pucha,
un tono distinto, un grito diferente, en un
momento de pesimismo, de pesadilla” porque
se venía lo que ya después ha sido todo el
pensamiento únic
E: Me llama la atención que eso está muy
claro en la revista. O sea, si bien es del ’85, ya
está todo eso advertido, como si dijeran “esto
es lo que se viene” y muy bien dibujado. No
qué grado de clarividencia haya habido, porque
en una de esas era algo que ya se veía, o…
RC: Sí, te voy a decir que se deseaba. Todas
esas cosas que el deseo es tan fuerte que te
vuelve profético. Aunque en algunas cosas
puedas decir disparates, era muy claro que la
boa constrictora del pensamiento único y del
imperialismo yanqui no se podía soportar. No
era soportable en el Brasil, que ya desde Getulio
Vargas y mucho tiempo después, había tenido
experiencias populistas. No lo podía ser en la
Argentina, con las experiencias del peronismo y
aun del frondizismo. Así también Chile con
Allende, todo el proceso que había llevado al
poder a Allende… y en Perú, Velasco Alvarado,
un militar también, pero realmente una figura
de envergadura. Venezuela y Colombia, que
tuvieron también sus procesos de nacionalismo
muy fuerte. El tiempo de Torrijos en Panamá,
uno de los tipos de verdad extraordinarios,
sobre todo por el papel que cumplió en el
momento. Un tipo que se les plantó a los
yanquis y les ga la parada… en fin… Y un
proceso también en los propios Estados
Unidos de discusión entre ellos…, estuvo
Kennedy…Y Kennedy, mierda!… Obama, tres
veces mejor. Entonces teníamos también, por
decir así, nuestros beneficios. Una lástima que
se murió, se murió de inanición realmente, se
murió de hambre… de no tener plata para
hacer el próximo número. Porque teníamos
puntualmente el compromiso de pagarle una
insignificancia, pero de pagarle algo a los que
colaboraban. Un mínimo, doscientos dólares…
para no caer en el puro amiguismo y en el puro
espontaneísmo y pagarle a gente que escribía y
estaba muerta de hambre. En fin… darle un
tono profesional a la cosa, que jamás se hace
eso con facilidad. Después yo creo que se
puede ver, se pueden secuenciar las etapas, se
puede leer entre líneas las discrepancias entre
nosotros, pero respecto a las etapas… hay un
número 6, me parece, en el que no tenía ganas
de escribir y finalmente me convencieron e hice
una suerte de evaluación, como diciendo
“estamos en un momento bisagra”
14
, porque
efectivamente lo era, ¿no? Era para nosotros
acá en la Argentina, después de la caída de estos
que ya se derrumbaban ¿qué?, entonces
empieza a aparecer el tema: ¿quiénes vuelven?
Pero bueno, fue un esfuerzo menor, perdido
probablemente, pero tan singular que llamaba la
atención.
E: ¿Y qué devolución hubo, a nivel
continental? Vos me decías que hubo grupos en
América latina que se entusiasmaron mucho
con la revista. ¿Qué hubo de vuelta de gente
que mandará artículos, que mandará
experiencias?
RC: Hubo, hubo bastante. No lo que
podríamos tener hoy, porque todavía, imagínate,
las comunicaciones nuestras eran por cartas de
correo, los envíos eran por correo. Nosotros
tuvimos una buena iniciativa, también para no
caer exclusivamente en el perverso sistema de
distribución de las librerías o de los kioscos
(que si no lo vende a la primer semana te lo
arrumba, te lo arruina o te lo pierde), hicimos
lo que se llama “grupos de referencia”.
Entonces eran efectivamente grupos que tenían
una vida, o que se estaban armando, entonces
les mandábamos veinte, treinta, quince
ejemplares. Hacíamos nada más que dos mil
ejemplares, que ya era mucho, pero bueno,
también se agotaban pronto. Te diría que, si
hubiera que hablar de eso, creo que fue más
notable las discusiones, los grupos de estudio,
que estuvieron y que, frecuentemente de una
manera tardía, nosotros nos enterábamos que
en tal lado, o que tal figura, o que tal tipo lo
había utilizado y que le servía. Y que nos
mandaban a decir que sacáramos uno nuevo
porque esto ha interesado muchísimo”, pero,
14
Concatti, R. (1987). ¿Podemos ser alternativos?
Alternativa Latinoamericana, 6, 4-5.
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francamente, no podríamos hablar de una
organicidad, ni tampoco de un tan fluido ida y
vuelta. Ni Crisis lo consiguió eso, que era en
todos los órdenes muy superior.
Pero bueno, fue una buena experiencia,
también los mismos que nos ayudaban…
Porque APE tenía diferentes secretarías,
Bracelis era secretario de Educación Popular, yo
era de Estudios y Publicaciones, pero los
recursos venían de agencias internacionales,
fundamentalmente protestantes, que tenían en
su mentalidad, consciente o inconscientemente,
la idea de que ellos ponían plata pero era para
difundir el cristianismo, y si era posible el
protestantismo ¿no? Y bueno, los que la
relojeaban, les parecía que era un despilfarro
hacer una cosa lujosa, como ellos decían, y en
segundo lugar los temas que ellos creían que
eran los más importantes no existían, sino que
existía todo este tipo de discusión política tierra
– tierra ¿no?
Pero bueno, fue una gran, gran satisfacción,
todavía hoy yo tengo reconocimientos que
tienen que ver con la Alternativa. A la larga la
hacíamos muy poquita gente, aunque había
colaboraciones y todo eso. La hacíamos yo,
Bracelis, Norma Fernández, Horacio Barri, su
marido, y algunos colaboradores. Después
teníamos entusiastas, Ricardo Rojo, que es un
tipo muy interesante, que escribía siempre
alguna cosita de economía y también
colaboraba mucho en la distribución.
Había además otros intentos, en la misma
Fundación (FEC) y en la misma imprenta se
hacía una revista, La Lupa, que fue importante
para Mendoza, que la condujo el León Repetur,
muy inteligente. Y a esto se sumaba que la
librería entró a publicarle a todos los
escritorcitos y poetas de Mendoza. En fin…
contribuyó a un sacudón ¿no? Creo que si los
que podían tener recursos, o una editorial
mínimamente inteligente, se hubieran
interesado más, poniendo parte de la plata ellos
(tuvimos algunas charlas) y, dijéramos, ir
sosteniéndola y aprovechando la redistribución,
podría haber sido de muchísimo más impacto,
pero bueno…
E: Hojeando la revista he notado una
ausencia de la coyuntura nacional.
¿Corresponde esto con la idea de darle a la
revista una proyección continental?
RC: Así es. Al revés de lo que habíamos
hecho tanto antes, de trabajar siempre sobre la
coyuntura y sacar muchas revistitas y
revistuchas, pero que se las consume el fragor
de la lucha y pierden interés a los quince días. Y
además, uno en la pelea cree que ahí se está
jugando todo, y luego adquiere cierta
perspectiva y te das cuenta que era una
peripecia más. Entonces acá dijimos no,
hagamos una cosa distinta, hagamos una cosa
que de ser posible permanezca”, en una línea.
Podrá ser refutada, pero su objetivo es hacer
progresar el pensamiento latinoamericano hacia
un, para muchos imposible o improbable,
proyecto común, que tenía mucha resistencia.
Había gente importante que escribía riéndose
de este tipo de propuesta. Pero sí, una cosa que
tuviera más el valor de un libro. Una cosa es
cuando uno se pone a escribir para un
periódico o una revista y otra cosa es cuando
uno se pone a escribir un libro. Vos te ponés a
escribir un libro y decís bueno, quiero escribir
cosas esenciales, permanentes, que vayan
recogiendo las de los de antes y que puedan
servir de algo para el futuro”. Esa era la idea de
la revista.
E: En relación con la etapa del alfonsinismo.
¿Cómo se paraban ustedes frente al
alfonsinismo? ¿Había algún tipo de diálogo o
era algo que transcurría lateralmente?
RC: Nosotros, creo que muchos, tuvimos, en
el terreno que estamos hablando, una especie
de gran desilusión. El alfonsinismo fue una
promesa. Nosotros habíamos estado tan
comprometidos con el peronismo que nos
resultaba una deserción, de algún modo, pero si
hay que decir la verdad (como sintieron la
mayoría de los argentinos en el fondo del
corazón) queríamos que ganara Alfonsín.
Porque el peronismo no sólo no ofrecía nada,
sino que lo que ofrecía, lo que ya se veía, eran
las terribles luchas que lo despedazaron al final
del mandato de Isabel. Y se empezó a ver que
era lo de siempre. Luder, que era el candidato,
era un pescado pecho-frío, que no iba a
gobernar a nadie. Y por el otro lado ya lo veías
vos a Herminio Iglesias, y el otro, y el otro… Y
entonces, como posibilidad para la Argentina
era muy mala. En cambio el radicalismo (no
tanto por el radicalismo, que los que somos más
grandes y los que hemos estudiado algo
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sabemos que siempre defraudó) tenía más
chances. Y convengamos que pronto
aparecieron, como cabezas pensantes, gente
interesante: De Ípola, Portantiero, todos esos
(creo que le terminaron haciendo mal, en
definitiva, porque eran muy orgullosos, muy
cerrados en lo de ellos). El día de las elecciones,
fue una de las elecciones no digo calientes, pero
estremecidas de la Argentina. La elección de
Alfonsín. Mi mujer se ríe, porque yo estaba
escuchando la radio y al lado del teléfono
(porque nos hablábamos con los amigos y todo
eso), y me decía “¿pero qué te pasa?”. Porque
yo, cada vez que iban aumentando los votos de
Alfonsín me ponía más contento. [risas] Había
vivido con tantos nervios toda la situación, que
cuando me veía me decía “¿Qué? ¿Estás
contento con el triunfo de Alfonsín?” Al
principio no me animé a decirle, hasta que le
dije, “¡Sí!, porque esta es una oportunidad para
la Argentina… Y además, si gana bien…”
(porque si no tenés el drama de que quedan
todas las cámaras chicas). Y de hecho,
convengamos que arrancó bien. Arrancó con
buenas intenciones. Después, como siempre,
mucho que hacer no sabía.
E: No fueron suficientes las buenas
intenciones…
RC: No, no. Y además, la verdadera tragedia
del radicalismo es que se pelean entre ellos a los
tres meses y ya están perdidos. Para el
crimen más grande en la historia argentina es el
abandono a Frondizi, que fueron ellos los que
lo abandonaron. Frondizi fue una oportunidad,
después del peronismo fue una oportunidad,
por capacidad de él y de la gente que lo
acompañaba. Pero ellos lo abandonaron, se
partieron. Los radicales tradicionales hicieron la
UCRP. Y después, es terrible, se han hecho
estudios, algunos muy antiguos como el de
[Alain] Rouquié, que hizo la tesis de él para
Francia sobre el alfonsinismo. Hay que ver las
cosas que pone ahí Rouquié… Fue quedando
[Alfonsín] más o menos solo sin consciencia de
eso. Al contrario, como las elecciones le daban,
fue subiendo y engañándose. Y bueno, ahí ves
lo que me parece grave del discurso de Parque
Norte, que fue emblemático. Borraban la
historia, desaparecían la historia, todo lo
anterior había sido nefasto, ahora iban a
empezar una cosa nueva. Enorme error. Ni
ellos ni nadie, por mucho tiempo, podrán
prescindir del peronismo. Y la otra es que, lo
digan o no, son anti-obreristas. Y además los
obreros se les pusieron en contra ¿no? Que se
iba a hacer una gran reforma de las leyes de los
sindicatos (tal vez necesaria, todavía hoy en la
Argentina), pero demasiado imprudente en un
momento de recuperación, de reivindicación de
lo que habían sido las mejores cosas, el poder
obrero, aun con todos los defectos del
sindicalismo. Lograron que se les pusieran en
frente los sindicatos, y que les empezaran a
hacer huelgas. Además como siempre pésimos
economistas, hicieron una tras otra. Una pena
¿no? Y propiciaron lo peor en todo este
periodo posterior que fue Menem. Menem
hubiera sido impensable sin el estridente
fracaso de Alfonsín.
Pero bueno… entre las cosas para mí
chocantes, fue que hicieron permanentemente
un discurso sobre la cultura, sobre las ayudas
que iban a hacer. Lo tenían a Marcos Aguinis de
Secretario de Cultura de la Nación. Todo
hablaba bastante bien… particularmente
algunas novelitas (una que a mí me tocaba muy
cerca, La Cruz Invertida), después hicieron un
congreso nacional, no a cuanta gente
juntaron… y la propuesta era tan tonta, tan
chirle… y a la vez tan revelando la intención de,
dijéramos, “queremos fundar una cultura
distinta”. No sólo nos resultó antipático, sino
que…
E: ¿Fueron convocados ustedes?
RC: Sí, claro, fuimos convocados. A
nosotros casualmente (después me trajeron un
grave problema), a través de una gran figura
que me la presentaron y se entusiasmó con la
revista, nos dieron mil pesos, que en aquella
época era mucha plata. Y bueno, cumplimos,
mandamos las acreditaciones de en qué lo
habíamos gastado y qué yo cuanto… ¡Y no!
¡Qué cagada! A los dos años me hicieron una
denuncia, y ¡un riesgo de tener un juicio de la
gran puta! Yo estaba más asustado que la
mierda. Carlos La Rosa (en ese momento era el
gobierno de [Octavio] Bordón) me mandó a
hablar con los administradores. Ya cuando
hablé con los propios administradores me di
cuenta de que la cosa era otra, que los tipos
estaban aplicando con rigor porque si no todo
el mundo se farreaba la guita. Bueno… una
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cosa totalmente lateral… como para decir
también las angustias que pasamos con la
revista, ¿no? Ojo, tuvimos denuncias…
Teníamos un senador muy amigo, que se metió
en los documentos de los servicios de seguridad
y me dijo “Muchachos, anden con cuidado
porque todo lo de ustedes, todo lo de la
Fundación, está más que controlado. De hecho,
en la jerga [policial] le han puesto a la
Fundación “la cueva de ratas” [risas]. Y uno de
los puntos muy mirado era el de la Alternativa
Latinoamericana.
Pero bueno, no prosperó. Vos te imaginás,
hubiéramos podido tener una continuidad.
Cuando Menem ya la revista estaba suspendida
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