Pecano
Revista de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Córdoba
EL VUELO DEL PELÍCANO
PENSAMIENTO CRÍTICO LATINOAMERICANO
María Cristina Liendo: Acerca del Pensamiento Latinoamericano
Estela Fernández Nadal: El ser humano: infinitud atravesada por la
finitud. La dimensión vida-muerte en el pensamiento de Franz
Hinkelammert
Cecilia Inés Luque: La máquina vs el misterio. Tribulaciones de la
modernización desigual y contradictoria en Brasil
EL ASALTO DE LO IMPENSADO
Mario Rojas Hernández: Crítica ético-racional objetiva del positivismo
del poder
Juan Ezequiel Rogna: Del snob al gestor: una propuesta kuscheana
para re-pensar al sujeto político desde el peronismo
Gabriel Luis Bourdin: Marcel Jousse y la antropología del gesto
Ana Victoria Britos Castro: Interpelaciones a la dinámica
estado/sociedad civil en la lógica de la colonialidad del poder. Una
revisión de la Bolivia contemporánea
Mateo Paganini: Locura y colonización. Irrupciones autobiográficas en
los testimonios del reino de Araucanía y Patagonia
Guadalupe Estefanía Arenas Pacheco: Una aproximación al
pensamiento inculturado en el itinerario intelectual de Juan Carlos
Scannone
Victoria Casado Tolosa: Exotismo e indianismo: un sujeto político
místico
LAS FORMAS DE LA MEMORIA
Luis Miguel Baronetto: Angelelli: mártir del Concilio
Guillermo Alejandro Barón Del Pópolo: La intuición de una América
Latina distinta. Entrevista a Rolando Concatti sobre la revista Alternativa
Latinoamericana
NUEVAS NARRACIONES
Porfirio H. Calsín Zapana: Breve reseña revista AymaraQuechua
Volumen 2 – Año 2016
ISSN 2469-0775
DOI: 10.22529/p
Directora
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Editor
Octavio Pedoni (Universidad Nacional de Jujuy, CONICET - Universidad Católica de Córdoba,
Argentina).
Correctora
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Traductor
Diego Fonti (CONICET, Universidad Católica de Córdoba, Argentina).
Comité editorial
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Argentina).
Silvia Anderlini (Universidad Católica de Córdoba - Universidad Nacional de Córdoba, Argentina).
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de Culturas Aborígenes, Argentina).
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Carlos Asselborn (Universidad Católica de Córdoba, Argentina).
Comité académico
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Argentina); Horacio Cerutti (Universidad Nacional Autónoma de México, México); Rogelio De La
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Córdoba, Universidad Católica de Córdoba, Argentina); Guillermo Nieva Ocampo (Universidad
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Pablo Quintanilla (Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú); Eugenio Rubiolo (Universidad
Católica de Córdoba, Argentina); Aaron Saal (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina); Héctor
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Católica de Córdoba, Argentina); Carlos Schickendantz (Universidad Alberto Hurtado, Chile); Daniel
Vera (Universidad Nacional de Córdoba. Universidad Católica de Córdoba, Argentina).
Revista Pelícano
ISSN 2469-0775
Facultad de Filosofía y Humanidades - Universidad Católica de Córdoba
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Tel. (54) 351 4219000. Correo: pelicano@uccor.edu.ar - Sitio web: pelicano.ucc.edu.ar
Volumen 2 – 2016
Revista Pelícano Vol. 2.
pelicano.ucc.edu.ar
Agosto 2016 – Córdoba.
Orientaciones para la presentación de trabajos
Esta revista de la Universidad Católica de Córdoba es una publicación periódica anual de artículos de
investigación científica, originales y de revisión, sobre temáticas de Historia, Psicología, Filosofía, Letras
y Ciencias de las Religiones, escritos por investigadores de la propia institución y externos a ella.
Pelícano es una revista plural que sólo exige calidad científica, para lo cual se vale de un sistema de
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en idioma español, inglés y portugués. El envío de los artículos puede hacerse durante todo el año, más
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1) El vuelo del Pelícano. Sección en la que se puede participar sólo por invitación o pedido expreso
de la Revista Pelícano. Consiste en un Dossier con artículos (hasta siete) originales que debaten en
torno a un tema o eje temático común, y que persiguen objetivos similares entre sí. Estarán
supervisados por uno o dos coordinadores como máximo, quienes escribirán una “presentación
general” de la propuesta, que rescate los principales aportes individuales.
2) El asalto de lo impensado. De participación libre. Consiste en artículos de revisión e investigación
científica que exponen, de manera exhaustiva, los resultados originales de proyectos de
investigación individuales o colectivos. Abarca también las investigaciones que analizan, sistematizan
e integran los resultados de investigaciones publicadas o no publicadas, sobre un campo de las ciencias
sociales, humanas y/o teorías y desarrollos conceptuales en el ámbito de la filosofía, psicología, las
ciencias de las religiones, la historia y la literatura, con el fin de dar cuenta de los marcos teórico-
epistemológicos, metodologías y estados de las investigaciones en cuestión. Se caracteriza por
presentar una cuidadosa revisión bibliográfica y por su rigor teórico y metodológico. Además por la
argumentación reflexiva y crítica sobre nuevos problemas teóricos y prácticos.
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traducciones de documentos relevantes para el estudio de las Humanidades, como así también
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homenaje a algún autor o personalidad destacada.
4) Nuevas narraciones. De participación libre. Consiste en comentarios bibliográficos breves en
la que se presentan los aportes científicos de un libro de reciente aparición en el mercado editorial
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contenido.
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Agosto 2016 – Córdoba
Índice
EL VUELO DEL PELÍCANO
PENSAMIENTO CRÍTICO LATINOAMERICANO
Presentación (5-6)
María Cristina Liendo: Acerca del Pensamiento Latinoamericano (7-21)
Estela Fernández Nadal: El ser humano: infinitud atravesada por la finitud. La dimensión vida-
muerte en el pensamiento de Franz Hinkelammert (22-32)
Cecilia Inés Luque: La máquina vs el misterio. Tribulaciones de la modernización desigual y
contradictoria en Brasil (33-39)
EL ASALTO DE LO IMPENSADO
Mario Rojas Hernández: Crítica ético-racional objetiva del positivismo del poder (40-59)
Juan Ezequiel Rogna: Del snob al gestor: una propuesta kuscheana para re-pensar al sujeto
político desde el peronismo (60-68)
Gabriel Luis Bourdin: Marcel Jousse y la antropología del gesto (69-81)
Ana Victoria Britos Castro: Interpelaciones a la dinámica estado/sociedad civil en la lógica de la
colonialidad del poder. Una revisión de la Bolivia contemporánea (82-94)
Mateo Paganini: Locura y colonización. Irrupciones autobiográficas en los testimonios del reino
de Araucanía y Patagonia (95-105)
Guadalupe Estefanía Arenas Pacheco: Una aproximación al pensamiento inculturado en el
itinerario intelectual de Juan Carlos Scannone (106-115)
Victoria Casado Tolosa: Exotismo e indianismo: un sujeto político místico (116-121)
LAS FORMAS DE LA MEMORIA
Luis Miguel Baronetto: Angelelli: mártir del Concilio (122-145)
Guillermo Alejandro Barón Del Pópolo: La intuición de una América Latina distinta. Entrevista a
Rolando Concatti sobre la revista Alternativa Latinoamericana (146-155)
NUEVAS NARRACIONES
Porfirio H. Calsín Zapana: Breve reseña revista AymaraQuechua (156-159)
4
Revista Pelícano Vol. 2. El asalto de lo impensado
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 69-81
Agosto 2016 – Córdoba
Marcel Jousse y la antropologia del gesto
Marcel Jousse and the Anthropology of
Gesture
Gabriel Luis Bourdin
1
Universidad Nacional Autónoma de México
bourding@prodigy.net.mx
Modo de citar: Bourdin, G., L. (2016). Marcel
Jousse y la antropología del gesto. Pelícano, 2.
Recuperado de http://revistas.bibdigital.uccor.
edu.ar/index.php/pelicano/article/view/1122
Resumen
La obra de Marcel Jousse, jesuita, antropólogo y
lingüista francés (1886-1961), es una de las más
trascendentes y singulares creaciones del
pensamiento antropológico del siglo XX y es,
curiosamente, una de las menos conocidas por el
lector especializado en temas de antropología y
ciencias del lenguaje, sin mencionar a un público
más general. El objetivo de esta presentación es
testimoniar la perenne vigencia de la nueva ciencia del
gesto y del mimismo inaugurada por Jousse, en la
primera mitad del siglo XX. L’anthropologie du geste es
la obra que compendia el pensamiento y las
investigaciones de Jousse. Fue compuesta partiendo
de un proyecto de sistematización de su enseñanza
científica, que es principalmente oral. Se
incorporaron a esa síntesis varias de sus memorias,
publicadas inicialmente en forma separada. El
presente artículo hace referencia a otra fuente
principal para el estudio de la obra de Jousse, que
son los llamados Cursos orales, impartidos por
Jousse entre 1931 y 1957 en la Sorbona, la Escuela
de Antropología y otras importantes casas de altos
estudios de Francia, cursos taquigrafiados por
profesionales en este tipo de registro y transcriptos
posteriormente por G. Baron.
Palabras clave: Antropología, gesto, mimismo.
1 Investigador titular de tiempo completo, Instituto de
Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional
Autónoma de México. Miembro del Sistema Nacional de
Investigadores del CONACYT México. Doctor en
Antropología. Principales áreas de investigación:
Antropología del Cuerpo, Antropología del Gesto,
Antropología Lingüística. Libros publicados: El cuerpo
humano entre los mayas, una aproximación lingüística (2007).
Las emociones entre los mayas. El léxico de las emociones en maya
yucateco (2014).
Abstract
The work of the french Jesuit, anthropologist and
linguist Marcel Jousse (1886-1961) is one of the
most significant and unique creations of
anthropological thought of the twentieth century,
and, curiously, one of the least known to the skilled
reader in anthropology topics and language sciences.
The objective of this presentation is to witness the
perennial validity of the new science of gesture and
mimism, created by Jousse in the first part of the
twentieth century. L'anthropologie du geste (1974) is a
compilation of three essays that epitomize Jousse’s
thinking and research. It was composed on the basis
of a draft systematization of Jousse scientific
teaching, which is primarily oral. They were
incorporated into that synthesis several of his
memoirs, first published separately. This article
refers another main source for the study of the
work of Jousse, which are called the oral Courses,
that were stenotyped by professionals in this type of
recording and later transcribed in french by G.
Baron. These courses were taught by Jousse
between 1931 and 1957 at Sorbonne, the School of
Anthropology and other important institutions of
higher education in France.
Key words: Anthropology, gesture, mimism.
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Apuntes biográficos sobre un antropólogo
(casi) desconocido
Jousse poseyó un genio singular. Lejos del
estereotipo del investigador científico y del
catedrático universitario, dos profesiones, por
así decirlo, “urbanas”, que a lo largo de tres
décadas ejerció fecundamente, Jousse se remitía
continuamente a sus raíces campesinas (de la
región del Sarthe), reflexionando acerca de la
influencia que esta matriz cultural -el habla, los
saberes y el estilo étnico sarthois- había tenido
en la conformación de su obra científica y de su
trayectoria vital. La infancia campesina fue el
fundamento vivencial de una distinción que
Jousse consideraba de enorme importancia
antropológica, cual es la que puede establecerse
entre la visión del mundo y el modo de
existencia campesino (paysannisme), por una
parte, y el modo de existencia citadino
(bourgeoisisme), por la otra. Esta dualidad no se
limita a la diferenciación de las prácticas
culturales específicas, correspondientes a uno y
otro medio, el rural y el urbano. Atañe más bien
a lo que podrían llamarse dos modalidades
diferentes que el Anthropos (es decir, el compuesto
humano, en terminología joussiana) es capaz de
adoptar como pautas de comportamiento
preponderantes de su hacer práctico, expresivo
y situado en un mundo más o menos
humanizado. Rémy Guérinel, quien forma parte
de un grupo de estudiosos, preservadores,
sistematizadores y continuadores
contemporáneos de la obra joussiana nucleados
en la Asociación Marcel Jousse, con sede en
Francia, ha señalado que en Jousse la biografía y
la obra se funden una en la otra y es desde este
ángulo que debemos abordarlas:
Marcel Jousse afirmó: “La historia de mi
vida es la de mi obra y la historia de mi obra
es la de mi vida”. Es, pues, desde este ángulo
que vamos a entrar en nuestro tema. El
diálogo con su obra es primero un diálogo
con su vida (Guérinel, 2009, p.37)
2
.
El modo de existencia campesino se
caracteriza por la expresividad gestual y oral y
por una vinculación “espontánea”, sensorial y
corpórea entre el hombre y su entorno natural y
social, no mediatizada por formas de
2 Las citas de obras escritas en francés e inglés son
traducción del autor del presente artículo.
simbolización y comunicación demasiado
abstractas, como la escritura fonética o las
formulaciones algebrizadas, que -en contraste
con el cosalismo paisano- fundan el verbalismo y la
disociación del citadino. Despegándose progresiva
e indefinidamente de la cosmovisión paisana, el
modo de vida citadino está caracterizado por las
fórmulas abstractas, por una relación entre el
individuo, sus semejantes y el medio no-
humano circundante gobernada por ellculo y
por la abstracción des-corporeizada, o por la
asimilación y retransmisión de fórmulas
algebrizadas, presentadas por escrito. Nuestra
civilización recae así en un desecado
intelectualismo burocrático, en una
desfalleciente vitalidad de la existencia y la
expresión global espontánea.
Su lengua materna fue el parler sarthois, el
habla o dialecto del Sarthe; recién en la escuela
primaria conoció el parler parisien, el francés
parisino y con él, la escritura. Se consideraba
afortunado de que su maestro de primeras
letras lo haya iniciado en la cultura escolar
francesa sin ejercer violencia en desmedro de su
habla materna y su cultura campesina del
Sarthe, ambas marcadas por la oralidad, la
gestualidad, la espontaneidad, el formulismo y
el ritmo. Gracias a ello, fue más tarde capaz de
desarrollar un segundo aspecto de su identidad,
la cultura escolar, científica o universitaria, sin
alejarse de mismo ni renunciar a la visión del
mundo campesina, de la cual decía conservar
siempre todo su peso y su sabor. Gracias a que se
inició en la cultura escrita y en el aprendizaje
escolar sin haber tenido que abandonar
traumáticamente las raíces lingüísticas y
culturales de su región natal, Jousse se
constituyó en un penetrante observador
reflexivo de su propia doble identidad cultural:
Su recorrido comienza con una experiencia
de bilingüismo, con una lengua regional, el
habla del Sarthe, que no se escribe ni se lee,
y una lengua oficial, el habla de París, es
decir, el habla escolar de la República y de
los libros. Jousse posee así una doble
identidad cultural, de erudito y de hombre
de la oralidad. Y en su cultura rural de
orígenes iletrados no es un ignorante; es un
conocedor, un sabio que funciona con reglas
distintas a las del mundo de la escritura
(Guérinel, 2009, p.39).
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En la obra, esto resultará en una
diferenciación de orden metodológico, la que
Jousse estableció entre distintos estilos
culturales y expresivos: el estilo manual-gestual,
el estilo oral, el estilo escrito y su algebrosis. Su
formación clásica comenzó a los doce años con
el estudio del griego, lengua que en aquel
tiempo y en aquel medio se enseñaba con un
método basado en el análisis de las raíces.
Posteriormente aprendería latín, hebreo,
arameo, inglés, alemán y otras lenguas. Años
más tarde, al recordar estas experiencias de
aprendizaje de una lengua clásica, dirá que una
de las más importantes fuentes de inspiración
para su antropología del gesto y del mimismo fue este
método de enseñanza del griego, aprendido en
su niñez, debido a su enfoque centrado en la
significación gestual y mimismológica de las raíces.
Al igual que la sugestiva gestualidad de los
signos iconográfícos y los jeroglíficos egipcios
dibujados en el sarcófago de una momia que,
siendo niño, pudo contemplar en el museo de
Le Mans, Jousse obser tempranamente que
las raíces griegas, que aprendía con el método
de Maunoury, tenían el sentido de gestos vocales,
es decir, eran expresiones o formas lingüísticas
asociadas a contenidos que en su esencia eran
gestos (en el sentido de: alguien hace algo), algo
que en otra terminología equivaldría a las
dimensiones praxeológica y narrativa del
significado lingüístico:
En un momento dado, me dije: “Es raro,
estas raíces griegas son siempre una
especie de gestos vocales. ¿ Tiene usted
un sonido? Siempre hay un sentido.
Significan tomar, arañar, empujar, etc., al
igual que esos pequeños gestos o dibujos
que yo había visto alrededor de la momia.
¿No se podría hacer, con respecto a las
palabras, la misma observación que había
hecho para esos diminutos dibujos?
(Jousse, 2011, Conferencia en la Sorbona,
10/02/1955
3
).
De modo que la temprana experiencia del
aprendizaje del griego desembocó más tarde,
junto a otros afluentes de su pensamiento, en la
teoría del mimismo:
3 Las citas tomadas de los Cours de Marcel Jousse se
mencionan en este artículo sin referencia de página,
aludiendo solamente al lugar y fecha de la conferencia.
Lo que se buscaba en sin llegar a
elaborarse aún es el gran principio con el
que vamos a encontrarnos más adelante: el
lenguaje es en primer lugar un mimaje. Es
mimograma cuando se lo proyecta y es
fonograma cuando lo escribimos en el
estado de pronunciación. (Jousse, 2011,
Conferencia en la Sorbona, 01/02/1934).
Era por así decirlo una especie de ligazón de
dos ideas que comenzaba a establecerse en
mí, sin mí, sin que yo supiera que iba a
darnos las dos primeras etapas de la
expresión: el estadio del estilo manual: gesto
expresivo viviente que se proyecta en
sombras chinas mimismológicas, las que,
estabilizadas sobre una pared, forman
mimogramas. Y después, el paso de estos
gestos a la forma de raíces orales, laringo-
bucales que van a desarrollarse hasta formar
un medio de intercomunicación, y
tendremos así el estilo oral. Veremos que
todo eso termina en una algebrización que
da como resultado el estilo escrito. (Jousse,
2011, Conferencia en la Sorbona,
01/02/1934).
Como puede inferirse a partir de estas citas,
Jousse no eludió enfrentarse a la complicada -y
algunas veces censurada- problemática de los
orígenes del lenguaje humano. Antes bien, la
misma ocupa un lugar fundamental en su teoría
del lenguaje y la expresión humana. Claro que
Jousse no abordó este problema como lo haría
el prehistoriador o el paleoantropólogo de su
tiempo, sino a partir de su propia teoría
antropológica, basada en el principio o ley
antropológica del mimismo.
Del griego y latín clásicos, el joven Jousse
pasa al estudio del hebreo y el arameo. Antes de
ingresar al colegio, a la edad de trece años, toma
contacto con los Targum, textos religiosos, que
son transcripciones, en la lengua aramea, de la
interpretación oral de la Torah o del Antiguo
Testamento hebreo. El adolescente Jousse les
preguntaba en aquel entonces a sus maestros:
¿en qué lengua habló Jesús?. La respuesta a esta
cuestión le llegaría por la vía del estudio de las
lenguas semíticas, a las que dedicó gran parte de
su vida. Casi toda la posterior antropología
joussiana del gesto, el mimismo, el ritmo y el
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formulismo se basará en la aplicación de estos
conceptos al medio étnico palestino y a sus
modos de comunicación y significación.
En 1912 Marcel Jousse se ordena sacerdote y
en 1913 ingresa a la Compañía de Jesús. En el
mismo año de 1913 obtuvo su Licence de Lettres
Classiques en la Facultad de Letras de la
Universidad de Caen, con un análisis de la
célebre inscripción de Delfos: Conócete a tí mismo.
Esta consigna, que había sido adoptada como
divisa por la Escuela de Antropología de París,
donde años más tarde dictaría muchos de sus
cursos, da expresión al tema central de sus
investigaciones: la toma de conciencia por parte
del hombre acerca de su propio funcionamiento
(Guérinel, 2009, p.40).
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-
1918) Jousse fue reclutado y se desempeñó
como oficial de artillería. Siendo herido en
combate, tras su recuperación se trasladó a los
Estados Unidos, al servicio del estado francés.
Permaneció en aquel país alrededor de dos
años, como instructor en materia de artillería y
como representante de Francia en actividades
de tipo diplomático y comercial. En ese tiempo,
se puso en contacto con pobladores indígenas
norteamericanos, visitando con frecuencia
cotidiana una de las reservas donde esta
población había sido confinada. Entre los
indígenas norteamericanos investigó sus muy
desarrolladas formas de expresión y
comunicación gestual. Regresó a París en 1922,
donde emprendió estudios de filosofía,
lingüística, etnología, psicología y fisiología. Sus
maestros fueron los grandes sabios franceses de
la época: Jean-Pierre Rousselot (fonética),
Pierre Janet (psiquiatría), Marcel Mauss, Lucien
Lévy-Brühl (etnología y antropología). Mientras
tanto, desarrolla su estudio sobre las leyes
antropológicas fundamentales. En 1925, publica
en los Archives de philosophie su memoria Études
de psychologie linguistique. Le style oral rythmique et
mnémotechnique chez les verbo-moteurs. Se trata de la
obra fundadora, que inaugura su carrera
científica. Como todo en Jousse, es también en
este caso una obra singularísima, elaborada en
base a una compleja articulación de citas
procedentes de libros y artículos dedicados a
muy diversos campos del saber científico y
humanístico, citas que son hilvanadas
coherentemente por Jousse a modo de una
primera aproximación a la antropología del
gesto y el mimismo.
4
De acuerdo con Titus
Jacquignon, otro de los estudiosos
contemporáneos de la teoría del gesto y el
mimismo, Jousse trató siempre de alcanzar la
unión interdisciplinaria de las fuerzas científicas:
Sobre todo, está su obra fundacional El estilo
oral rítmico y mnemotécnico de los verbo-motores,
escrita en 1925. Este libro pone en marcha
su carrera científica. Se compone de citas
extraídas de 500 libros. Jousse las sintetiza y
las orienta de acuerdo con su propia lógica;
por medio de este método singular, Jousse
quiere demostrar que su tesis, tan original
como es, se apoya sin embargo en las
disciplinas científicas y en las observaciones
de su tiempo. También quiere demostrar la
conveniencia de vincular entre los trabajos
de especialistas muy diversos a fin de
comprender al “compuesto humano” en
toda su complejidad. Una sola ciencia no
basta y la división de las fuerzas es una
debilidad, un error epistemológico y
metodológico. Así, toda su vida, Jousse, el
oficial de artillería (14/18) investigará la
vinculación de las armas, con el fin de
conquistar un saber más vasto y más
profundo, que la especialización a ultranza es
incapaz de alcanzar. (Jacquignon, 2011,
pp.33-34).
Entre 1931 y 1957 impartió su enseñanza a
través de una enorme cantidad de cursos libres
en la Sorbonne. En 1932 se incorporó a la École
d'Anthropologie de Paris, donde ocupó hasta 1951
la cátedra de Antropología Lingüística. Al
mismo tiempo enseñó historia del cristianismo
en la École Pratique des Hautes Études (1933-
1945). De 1932 a 1940, dirigió el Laboratoire de
rythmo-pédagogie de París. Durante todo este
período publica un conjunto de memorias
científicas más o menos breves. Su obra más
conocida, L’anthropologie du geste, basada en los
cursos orales, inicialmente estenotipeados por
profesionales en este tipo de registro y luego
transcriptos por su colaboradora y biógrafa
4 El autor de este escrito prepara actualmente una
traducción al español de Le Style Oral, que irá
acompañada de algunos comentarios acerca de la visión
joussiana de la antropología lingüística.
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Gabrielle Baron, fue publicada en 1974, varios
años después de su muerte.
A semejanza del Curso de Lingüística General
de F. de Saussure, la enseñanza de Jousse fue
recogida por sus alumnos a partir de clases y
cursos orales. A diferencia de Saussure, para
Jousse el objeto central de la investigación no es
la lengua en tanto estructura del lenguaje, sino
más bien la palabra viva, el habla como parte de
la expresividad global y gestual del ser humano.
Es por ello que algunos autores no dudan en
calificarlo como un oralista, es decir, un
estudioso de la expresión, la creación y la
cultura orales. Así también lo sugiere, desde el
título, su obra de 1925, Le style oral. Sin
embargo, la concepción joussiana del lenguaje y
la expresión humana va mucho más allá de lo
puramente oral, ya que involucra, junto a la
comunicación verbal, toda la amplitud del
psiquismo, que se concibe fusionado de modo
indisociable con el cuerpo, en una totalidad
compleja, dinámica y global de dimensión
antropológica. De allí que el llamado estilo oral,
predominante en aquellos pueblos y tradiciones
culturales no mediatizados por la escritura
fonética, que Jousse llamaba los verbo-motores, se
caracterice por ser también corporalmente
rítmico y funcionalmente mnemotécnico.
El
Anthropos
El Anthropos joussiano es un irreductible e
inseparable compuesto humano de espíritu y
materia, concebido como ser viviente, sintiente,
expresivo, pensante y actuante. La
epistemología cosmológica que enmarca a la
antropología joussiana concibe la realidad como
devenir innumerable e interminable de acciones
e interacciones energéticas concretas. En la
antropología joussiana del gesto y del mimismo, el
hombre no es solamente, como para
Aristóteles, el más mimético de los animales,
sino más bien el único dotado de la facultad de
engendrar y producir en mimemas y gestos
proposicionales a partir de su experiencia y su
interacción con el mundo circundante, de
atesorarlos en su memoria, de recrearlos,
recombinarlos y expresarlos de acuerdo con
una modalidad global (corporal, verbal y
gráfica).
El psiquismo consciente, privilegio exclusivo
de la especie, es la capacidad humana de
registrar y asimilar las interacciones energéticas
y materiales del mundo circundante, los juegos
del macrocosmos, atesorando y asimilando las
impresiones sensibles en la intimidad de su
singular microcosmos. Esto es, según la
terminología de Jousse, intu-suscepcionando la
actividad de lo real, a través de una función o
propiedad mimística o mimismológica que le es
innata. Aunado a lo anterior, el anthropos está
dotado de la facultad de recrear (rejouer) estas
impresiones nacidas del permanente contacto
sensorial e interaccional con el mundo -que son
almacenadas en su memoria psicofísica,
sensorial y rítmica- mediante formas semiótico-
gestuales de naturaleza mimismológica, a las que
Jousse denomina mimemas y gestos proposicionales
trifásicos. Es también propio y exclusivo del
hombre el espontáneo y natural impulso hacia
la expresión, que transforma -sin solución de
continuidad entre las distintas modalidades- a
los mimemas en acciones y gestos manuales y
corporales (mimodramas), en representaciones
gráficas (mimogramas), en grupos de sonidos
articulados, o en palabras y frases escritas.
Como ha señalado T. Jacquignon (2011), el
anthropos conoce y se expresa a través de su
cuerpo, sede material de sus mimemas y de su
memoria mimismológica:
El cuerpo (en el sentido global de
compuesto físico y psicológico dinámico) es
la sede de todas nuestras experiencias del
mundo. Nos impregnamos de todo lo que
sucede a nuestro alrededor desde el vientre
materno. Todo esto se convierte en un
tesoro dormido, en un capital inconsciente.
Es nuestra memoria que espera ser
despertada. Ha obtenido estos
conocimientos potenciales en forma de
mimemas. Luego, el ser humano en su
globalidad ha de devenir capaz de
comunicarlos y de transmitirlos a los demás.
(Jacquignon, 2011, p.35).
La antropología joussiana del gesto y del
mimismo concibe al anthropos como un
compuesto inseparable de cuerpo y psiquismo:
A Jousse le gustaba citar a su maestro Janet
quien decía: “La acción depende a la vez del
cerebro y del músculo. En realidad, el
hombre piensa con todo su cuerpo; piensa
con sus manos, sus pies, sus orejas, tanto
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como con su cerebro”. El tema del cuerpo
ocupa de hecho un lugar completamente
central en el trabajo de investigación y
enseñanza del autor de La Antropología del
Gesto, como él mismo lo señaló y reiteró en
numerosas ocasiones. Así por ejemplo, en la
lección que dio en la Escuela de
Antropología de París, el 3 de marzo de
1933, Jousse declaró: “Cuando estudiamos el
pensamiento humano, nunca se menciona lo
que constituye su centro de irradiación: el
cuerpo”. (De Monvallier, 2008, p.1).
El anthropos es un ser vivo capaz de percibir,
concebir, conservar y expresar las propiedades,
las formas, los movimientos e interacciones del
cosmos a través de formas y fórmulas
mimismológicas porque está dotado de
facultades derivadas de un breve conjunto de
principios o leyes antropológicas.
Las leyes antropológicas de Marcel Jousse
La antropología del gesto y del mimismo
postula un mínimo conjunto de leyes o
principios antropológicos fundamentales: el
globalismo; el mimismo; el bilateralismo; el
ritmismo (o ritmo-melodismo); el formulismo
(Jacquignon, 2011, p.42).
Globalismo
La ley joussiana del globalismo coincide en
espíritu con el paradigma holístico vigente en la
ciencia de su época, donde regía el
reconocimiento de la globalidad y la
complejidad de los procesos estudiados. Este
holismo epistemológico se había iniciado en un
conjunto de descubrimientos y modelos
explicativos que revolucionaron la física teórica
a fines del siglo XIX. En aquellos tiempos la
clásica ciencia newtoniana venía siendo
rápidamente desplazada por la novedosa
mecánica cuántica. El movimiento del todo y las
dinámicas especiales integradas en su seno
reemplazaban al análisis lineal y al cálculo
aislado de las partes inorgánicas. Retornaba así,
al pensamiento científico, la lucidez -que había
perdido en los tiempos de predominio
positivista y de una excesiva subordinación a las
aplicaciones técnicas inmediatas. Una
cosmología más amigable con los procesos de la
vida reorientaba y al mismo tiempo superaba a
la ciencia de la modernidad:
Esta es la muerte anunciada de la mecánica
clásica; el universo está vivo, es vibrante y
complejo. Panta rei murmura nuevamente
Heráclito desde el fondo de su tumba. Las
separaciones y las certezas de los tres siglos
precedentes se derrumban y el trabajo
fundamental debe ser retomado. Además, es
tal vez allí donde realmente nace la llamada
“posmodernidad”, y la onda de choque aún
continúa. El pensamiento cuántico vuelve a
habilitar al sujeto humano en la observación
y la experiencia científica; rompe con el
positivismo dominante, que en nombre de la
objetividad había descalificado y desterrado
al Sujeto. Ahora sabemos hasta qué punto el
científico interfiere con el fenómeno
observado. Todo está conectado. Todo vive
(Jacquignon, 2011, p.43).
En conformidad con su globalismo
cosmológico, el anthropos, unidad indisociable de
cuerpo y espíritu, vive, siente y piensa con todo
su cuerpo, y se expresa, al menos en los
contextos étnicos espontáneos, de acuerdo con un
estilo de expresión también global.
¿Ven ustedes con sus ojos? Vuestro
mecanismo se pone en juego como un todo.
¿Oyen con sus oídos? Todo vuestro
organismo entra en escena. Saborean con su
lengua. Se pone en juego todo el organismo.
Es un hecho bien conocido, que uno no
escucha la música sólo con los oídos. Como
también que uno no ve sólo con los ojos.
Toda intususcepción ocular tiende a
irradiarse, tiende a jugar a través de todo el
cuerpo. Es el efecto del globalismo. Existe
entonces, ya en el mismo momento de la
intususcepción, una tendencia a la
exteriorización, dado que aquéllo que ha
entrado en nosotros no puede mantenerse
en un único y pequeño rincón. Tiene que
diseminarse a través de todo el cuerpo. Esto
es lo que he llamado la equivalencia entre
irradiación y globalismo. […] El pensamiento
nunca se desarrolla en una sola parte del
cuerpo. De hecho, la palabra globalismo no
significa absolutamente nada, es una
tautología. El hombre sólo puede ser uno,
no puede ser otra cosa que global. No hay
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división en el anthropos. Es como un todo
que todo el ser se entrega al todo. (Jousse,
2011, Conferencia en Laboratorio de Ritmo-
Pedagogía, 11/03/33)
Mimismo
La ley del Mimismo especifica el principio
antropológico fundamental: “en el comienzo
fue el mimismo (Sienaert, 2014). La teoría
joussiana concibe la realidad objetiva como
manifestación de una misma y única energía
cósmica, cuyos infinitos movimientos e
interacciones se consolidan en tres paquetes o
esferas de algún modo concebibles como
concéntricas: la física, la biológica, la
antropológica. Esta última, que es la esfera de la
vida inteligente o de la conciencia, está regida
por la ley del mimismo. En esta esfera, las
acciones del cosmos son aprehendidas en un
sistema que es exclusivo del compuesto
humano, capaz de capturar el juego cósmico
(jeu) en su propio ser y de almacenarlo para una
posible replicación (rejeu). Mimar es ex-presar,
replicar (rejouer) afuera las im-presiones, es decir,
lo que primero obró desde el mundo externo
hacia nuestros adentros. Las impresiones del
mundo, captadas como interacciones, son
transformadas, modeladas y expresadas como
gestos antropológicos. El pincipio del mimismo
describe la singular relación del hombre con el
mundo. En virtud del mimismo humano, las
interacciones del cosmos se transforman en
gesto antropológico. Su modo característico es el
del juego infantil, un comportamiento de
mímesis a través del cual las cosas del mundo
circundante se captan imitándolas, esto es,
transfiriendo sobre el sujeto las formas, los
rasgos y el movimiento de los objetos, sus
gestos característicos. Jousse desarrolla un
descubrimiento antropológico realizado en la
antigüedad por Aristóteles, quien en su Poética
caracterizó al hombre como el más mimético de
todos los animales y al conocimiento humano
como el fruto de la imitación. El mimismo es
exclusivamente humano, lo humano es
inherentemente mimístico. El mimismo,
facultad original y emergente, de modo
exclusivo, en la especie humana, organiza y
regula la conexión del anthropos con el
acontecer del cosmos.
En el mimaje, que es la manifestación activa
del principio del mimismo, los gestos
característicos de las cosas mundanas se
irradian desde los órganos sensoriales a la
totalidad global del individuo o compuesto
humano, se integran a la memoria
neuromuscular, y así resulta que el anthropos es
una musculatura inteligida. En su última fase, los
movimientos y gestos de las cosas, sus
interacciones y el juego que han impresionado al
anthropos mimístico, son re-actuados sobre el
mundo, devolviendo –ya transformados- esos
gestos característicos de las cosas y los seres
hacia el exterior, expresándolos como gestos
mimísticos significativos:
jugar, es decir, intususcepcionar y expresar lo
real. […] El juego es lo exterior desconocido
que se inflige en nosotros, que se inserta en
nosotros y después de haberse impreso nos
fuerza a que lo expresemos. El juego es lo
que recibimos y lo que nos modela. (Jousse,
2011, Conferencia en Sorbona 18/02/54).
Como veremos más adelante, al tratar el
principio o ley del formulismo, la noción
joussiana de mimema describe al mimaje
(manifestación actual y particular del mimismo)
como un mecanismo o fórmula interaccional de
tres fases (un Actuante -Actuando en- un
Actuado), algo que se denomina el gesto
proposicional, al que se atribuye el carácter de
unidad observable del gesto humano, como si
se tratase de “ladrillos” con los que está
construido el compuesto humano:
El gesto proposicional es las transposición
antropológica de la actividad interaccional
cósmica. (Jousse, 2011, Conferencia en
Hautes Études, 05/11/41).
…fuera de nosotros, sólo hay acciones. Pero
estas acciones devendrán gestos en el
humano que las recibe y las replica. (Jousse,
2011, Conferencia en Escuela de
Antropología, 01/02/39).
De lo que está fuera de nosotros, sólo
sabemos lo que se replica [rejoue] en
nosotros y que podemos expresar. ¿Qué es
el humo? El niño que traje aquí hace pocos
años para hacer una experiencia me dijo: “El
humo es algo que hace esto (gesto)”. Y
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efectivamente, hablamos de las volutas de
humo. (Jousse, 2011, Conferencia en
Laboratorio de Ritmo-Pedagogía,
08/12/37).
Al enfrentarnos al mundo mediante todo
nuestro ser global y al replicar las cosas y los
eventos a través del gesto antropológico, los
humanos participamos del mimaje con
anterioridad a todo lenguaje y es posible decir
que “en el comienzo fue el gesto”:
¿A qué llamo gesto? Específicamente, a todo
movimiento en el compuesto humano.
Pequeño o grande, microscópico o
macroscópico, total o parcial, incoativo o
completo, yo llamo gesto a todo movimiento
humano. (Jousse, 2011, Conferencia en
Escuela de Antropología, 06/12/43).
Los mimemas incorporados y retenidos por el
compuesto humano constituyen la calidad y
amplitud de su conocimiento del mundo, y de sí
mismo, su auténtica riqueza, su tesoro en
experiencia personal y directa con lo que es real.
Ritmismo
El anthropos está sometido, como todo ser
vivo, a una multiplicidad de ritmos, de
variaciones periódicas de la energía biopsíquica,
que adoptan una cadencia ondulatoria. Ellas
son de naturaleza automática e involuntaria. Al
igual que los procesos de la fisiología, la
expresión y la comunicación humanas son, en
sus formas espontáneas, básicamente rítmicas.
La gesticulación expresiva, la conversación y el
diálogo, la poesía y la oratoria, el canto, la
escritura, la plástica y las artes visuales,
finalmente, la música, son -todas ellas-
actividades rítmicas. En Le style oral rythmique et
mnémotechnique chez les verbo-moteurs, obra
inaugural y en cierto modo programática de la
antropología del gesto y del mimismo, que fue
publicada en 1925, Jousse comienza su
particular argumentación, basada en citas de
numerosos autores, con un análisis del ritmo.
Lo presenta allí como una cualidad fundamental
de todo lo que es real y en particular de todo lo
que está vivo:
Ninguna actividad de la materia puede
escapar al ritmo (….). En la naturaleza
psíquica, los fenómenos toman muy
frecuentemente, si no universalmente, la
forma rítmica. (…) Si nos elevamos de la
existencia inorgánica a la vida orgánica y
animada, el ritmo aparece allí como una
condición esencial, ritmo intensivo
[explosiones sucesivas de]… la energía vital
[que] sube y baja en oleadas iguales [o por lo
menos equivalentes]. (…) En fisiología, en
efecto, la ritmicidad significa la alternancia
[no ya matemáticamente, sino, podría
decirse, vitalmente] regular de períodos de
actividad y períodos de reposo o de menor
actividad…. (Jousse, 1925, p.10)
Esta cualidad rítmica de la realidad es
aprehendida y descripta siempre desde la
perspectiva de un anthropos global y por lo
tanto gestual-verbal que es mimismológico-rítmico y
también –como se verá más adelante–
bilateralizado y formulaico.
En tiempos de Jousse el tema del ritmo
recibía especial atención por parte de
psicólogos, psiquiatras, fisiólogos,
neurofisiólogos y demás estudiosos del
funcionamiento del sistema o unidad global de lo
que nuestro autor llamaba el indisociable
compuesto humano. En la segunda parte de la obra
en cuestión, Jousse presenta e interpreta los
contextos socioculturales y sociolingüísticos en
que se insertan los esquemas rítmicos tradicionales,
en diversas culturas del Cercano Oriente, África
y otras regiones. Presenta y sistematiza, de
acuerdo con su propia terminología y forma de
notación, esquemas rítmicos bimembres y
trimembres, correspondientes a géneros
litúrgicos y también populares o propios de las
artes creativas en el orden profano, depositarios
de las formas de conocimiento que hoy en día
llamaríamos las etnociencias. Emplea,
principalmente, para ello, numerosas
descripciones etnográficas realizadas por
viajeros y agentes coloniales, etnógrafos,
misioneros y otros observadores y estudiosos,
interesados en las tradiciones orales, rituales,
melódicas y rítmicas y en las formas y fórmulas
tradicionales de la improvisación y la creación,
en los géneros orales, recitativos y dramáticos
de los pueblos y culturas de Oriente. Quienes
estudian las tradiciones orales o los aspectos
semántico-pragmáticos, fonéticos o prosódicos
de las lenguas, en las culturas llamadas étnicas,
por ser no-occidentales, se ven obligados a
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atender al componente rítmico de los discursos,
a sus esquemas rítmicos (casi siempre de dos
tiempos o fases, excepcionalmente tres). Las
diversas piezas o composiciones que integran
los repertorios etnomusicales y etnolingüísticos
de este tipo han sido originalmente
representaciones rituales, es decir, movimientos
de tipo gestual y escénico acompañados de
palabras y otros gestos vocales, formando
conjuntos con función performativa, esto es,
provistos de eficacia y dotados de un mayor o
menor valor emotivo de sacralidad. La
comunicación ritual es, pues, entre otros
aspectos, una actividad pautada por diferentes
ritmos vivientes expresivos. El ritmo tiene una
función estética, vinculada con el placer
proporcionado por los movimientos pulsátiles
automáticos y más o menos isocrónicos del
sistema neuromuscular, de manera que su
fundamento último está en los procesos
automáticos e involuntarios que caracterizan a
los tejidos vivos. Sin embargo, la principal
función del ritmo en la expresión humana no es
estética, sino, de acuerdo con Jousse,
mnemotécnica. En efecto, la distribución de los
discursos expresivos en unidades y variaciones
rítmicas constituye la trama que subyace y que
organiza, en el tiempo, a los contenidos de la
memoria oral étnica o tradicional. Siempre
antes y siempre subyacentes a los discursos
verbales puestos por escrito -y susceptibles así
de una lectura fonética y morfosintáctica
segmentable, encontraremos las cadencias y los
tiempos rítmicos de la improvisación
tradicional, es decir, las flexibles reglas y las
variaciones graduadas del estilo oral.
La acción del universo es continua, y la
energía cósmica fluye ininterrumpidamente
dentro del ser humano. Este flujo de acciones
provoca un reflujo de reacciones. Es este
incesante movimiento de la interacción cosmos-
anthropos lo que el hombre necesita canalizar si
es que va a dominarlo. El ritmo es un
mecanismo de redistribución del flujo continuo
del tiempo, en tiempo medido. El ritmo deriva y
da forma al flujo de las intususcepciones, de
modo que el ser humano pueda entender a su
propio ser y al cosmos. La herramienta de
solidificación que el hombre encuentra en
mismo es el ritmo: es una canalización, un
diqueado y un amansamiento. El ritmo
proporciona tanto el flujo que energiza la
recepción y la integración, como la lógica, el
orden, con que el hombre almacena y conserva
los mimemas formados por sus impresiones
intususcepcionadas. El ritmo es lo que luego va
a permitirle preservarlos y transmitirlos. El
hombre los replica para construirse a mismo
como individuo –porque cuando los expresa,
éstos se imprimen nuevamente en él. El
hombre los reactúa con el fin de transmitirlos a
otros seres humanos –como individuos o como
miembros de una comunidad. Por lo tanto, el
origen y propósito del ritmo es práctico (sirve
para captar en uno mismo y para conservar),
comunicativo y pedagógico (sirve para expresar
y transmitir). El juego mimísmico del anthropos
en el cosmos se expresa en el tiempo; el tiempo
es ritmo, rhythmos, flujo, corriente. Rítmicamente
quiere decir temporalmente.
La fluidez es el pensamiento obrante en el
hombre de estilo manual: el gesto, con su
fluidez, permite captar los ltiples
significados de las cosas, pero la (misma)
fluidez los vuelve frágiles y transitorios. Es
por esto que el hombre rápidamente se dio
cuenta de que el bronce líquido de sus gestos
puede solidificarse con la inserción del
ritmo… El ritmo endurece el gesto humano,
fijando su flexibilidad en forma inalterable.
(Jousse, 2011, Conferencia en la Escuela de
Antropología, 19-03-34)
Bilateralismo
La categoría del espacio es concebida por
Jousse de acuerdo con un principio de
movimiento oscilante o bilateral. La simetría
bilateral del cuerpo humano y sus movimientos
de balanceo constituyen un principio de
motivación somático, espacial, kinético y
alternante para la organización de los gestos
expresivos y de las resultantes estructuras
esquemáticas, como son las que se encarnan en
el orden de la semiosis social, sean de
naturaleza conceptual, lógica, lingüística o
gráfica. Esta idea de que el cuerpo humano, de
acuerdo a su configuración externa y visible, es
la base de la conceptualización del espacio, la
planteó Kant en un opúsculo previo a la Crítica
de la razón pura, titulado Acerca del primer
fundamento de la distinción de regiones en el espacio
(Kant, [1768]1991; ver también Levinson and
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Brown 1994), concebimos el espacio
“antropocéntricamente”, esto es, diferenciando
sus diversas regiones en virtud de la natural
asimetría de nuestro cuerpo; la espacialidad, en
tanto forma a-priori de la intuición (percepción),
se organiza en torno a un esquema ortogonal
tridimensional, que tiene por centro al sujeto
cognoscente y, como términos u orientaciones,
los movimientos que pueden extenderse o
proyectarse en las direcciones de arriba y abajo,
izquierda y derecha, delante y detrás. De este
modo, la organización de la categoría espacial,
marco de toda representación perceptual y
temporal y de cualquier aprehensión coherente
de la realidad, está regida, según Jousse, por la
ley antropológica del bilateralismo. De acuerdo con
este principio bilateral, la percepción, la
memoria y la actividad expresiva son tanto
rítmicas como alternantes. Para dominar su
cosmos, el Hombre se ubica en el centro y
divide el espacio en un triple bilateralismo:
izquierda-derecha; arriba-abajo; frente-detrás.
Con base en la organización triplemente
bilateral del espacio, se hace posible una
conceptuación de las coordenadas de tiempo:
por ejemplo, el destacado caso de las metáforas
temporales en aymara, donde el pasado se
representa al frente versus el futuro como algo
que está detrás, lo que aparentemente
contradice la ideología occidental del progreso.
También son bilaterales las actividades ligadas al
movimiento fundamental del balanceo y la
cadencia del arrullo y las cantinelas maternas,
campesinas y étnicas, un tema que es pieza
fundamental de la antropología psicolingüística
joussiana.
El ritmo, que requiere de un cuerpo para,
por así decirlo, encarnarse, manifestarse y
expresarse, es triplemente bilateral y así el ritmo
del hombre va a ser bilateral como lo serán
también sus expresiones en el plano de las
fórmulas étnicas rítmicas y mnemotécnicas que
caracterizan a toda tradición étnica o cultural.
Las composiciones narrativas, los mitos,
leyendas, poemas y canciones de la tradición
sagrada o profana de los pueblos tradicionales,
son siempre orales y mimodramáticas. Mucho
antes de ser -en algunos casos- puesta por
escrito, la expresión verbal es siempre estilo
verbo-motor bilateralmente rítmico y
mnemotécnico, está fundada en el balanceo, en la
cadencia. En resumen, en la expresión humana
espontánea, que es gestual, corporal y manual,
verbal y gráfica, el ritmo y el bilateralismo
tienen funciones fundamentales de naturaleza
estética, gica y mnemotécnica. Este
fundamental balanceo bilateral del Anthropos
viviente determina la bilateralidad de sus
concomitantes expresivas: el canto, la
recitación, la danza y la improvisación escénico-
musical de los cultores de las artes sagradas y
profanas en los medios étnicos donde
predomina el estilo oral rítmico y
mnemotécnico, poseen una esquemática rítmica
básicamente bilateral. El bilateralismo está
presente en las plegarias y oraciones de
cualquier tradición y liturgia. Los esquemas
bilaterales del movimiento corporal espontáneo
o de las formas del ritual trascienden hacia
niveles abstractos del pensamiento, alcanzando
el estado de la formulación algebraica. El
mimismo es la capacidad humana de buscar y
hallar la analogía universal e inacabable. De
acuerdo con Jousse, la herramienta humana de
la metáfora es, en esencia, una comparación que
el anthropos interpone –como mediación creada
por su gesto– entre su propio ser y el mundo que
lo rodea y se impresiona en él. El bilateralismo,
por su parte, es la base esquemática bimembre
de toda comparación y de toda metáfora. Al
igual que en una pareja de versos o unidades
rítmicas puestos en un contrapunto espacial,
una ecuación y una idea metafórica desarrollan
esquemáticamente el gesto o mimema alegórico de
la equidad o justicia, que sostiene en equilibrio
los platillos de su balanza:
En el Principio fue el Gesto
La Luna es una banana
Derecha Izquierda
Grande Pequeño
X = Y
2
Formulismo
En la experiencia humana, espontánea y
concreta, el fluir de las sensaciones e imágenes
intususcepcionadas, esto es, “recibidas-dentro”,
por la captación global de los eventos que se
suceden en el tiempo, como igualmente, el
decurso inacabable de la expresión, se regulan y
modulan por influencia del ritmo y el
bilateralismo, pero también lo hacen mediante
la creación de fórmulas, es decir, de disposiciones
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regulares y reiteradas de unidades o ciclos
equivalentes. El formulismo responde a un
deseo de establilidad, tan espontáneo en el
hombre como su conciencia de que “todo
fluye”. El fluido discurrir del pensamiento, el
curso interminable de las imágenes y las
sensaciones, finalmente se solidifican, fijándose
en mimemas proposionales. Las diversas
tradiciones étnicas se valen del formulismo
como de un útil gestual de la memoria:
El “formulismo” es el útil viviente de
cristalización por excelencia. Los gestos del
hombre, ya sean conscientes o inconscientes,
tienden a “replicarse” [se rejouer], y marchan
por solos hacia la estereotipia, que facilita
la expresión. La estereotipia de las fórmulas
verbales es sólo un caso especial de esta
tendencia fundamental. (...) En todos los
medios étnicos encontramos este
formulismo gestual y oral, en la base de las
tradiciones y de todas las liturgias. Las
“fórmulas” de la expresión están hechas de
gestos esenciales tradicionalmente
conservados y transmitidos. (Jousse 2008
[1974], p.329).
Las proezas de memorización e
improvisación que pueden observarse –cada
vez con menor frecuencia– en los medios
étnicos no letrados, tienen como vehículo el
llamado estilo oral; las fórmulas tradicionales son
su principal recurso. Edgard Sienaert, miembro
destacado de la Asociación Marcel Jousse, ha
dicho lo siguiente, respecto del formulismo:
El formulismo: La ley del formulismo. La
tendencia biológica hacia la
estereotipificación de los gestos crea hábitos,
que aseguran una inmediata, fácil y segura
repetición; se trata de un dispositivo de
facilitación psico-fisiológica, que organiza la
intususcepción y la repetición mnemónica de
los automatismos –esto es, de los
dispositivos adquiridos, necesarios para tener
una base firme en la acción. El formulismo
es un almacén, vinculado con la memoria,
orientado a mantener la firmeza de la
enseñanza y su fundamento en la fidelidad a
las tradiciones. En el estilo oral, las fórmulas
estereotipadas se adaptan flexiblemente a la
realidad concreta, ya que las fórmulas
tradicionales pueden ser yuxtapuestas de
nuevas maneras, en combinaciones más o
menos originales, aunque estas dependerán
de las leyes físicas del cuerpo del que hayan
surgido. Estas tres leyes antropológicas
apuntalan el estilo oral, que está
profundamente enraizado en el cuerpo, de
ahí su gran eficacia desde el punto de vista
mnemotécnico, porque en el movimiento y
en la voz, el cuerpo contribuye a la
conformación del pensamiento con formas
memorizables. Jousse estudió en particular
las leyes antropológicas del estilo oral y sus
múltiples relaciones con el medio étnico del
Antiguo y el Nuevo Testamento. (Sienaert,
1990, p.97).
De modo espontáneo y en virtud del
formulismo, el anthropos moldea sus
pensamientos en fórmulas espaciotemporales,
rítmicas y bilaterales, que tienen el sentido de
facilitar su asimilación y su conservación en la
memoria, su expresión pública y su
comunicación o transporte intergeneracional.
La fórmula más general y abstracta de todas es
aquélla que Jousse denomina gesto proposicional.
El gesto proposicional es la unidad formulaica del
sentido, en la que el mimismo, concretado en
mimaje, se expresa y se realiza. El gesto
proposicional es unidad de tres fases: un
actuante-la acción-un actuado. Lo real objetivo se
manifiesta al anthropos como totalidad compleja
descomponible en unidades mimodramáticas:
El elemento esencial del cosmos es una
Acción que actúa sobre otra Acción. Es lo
que hemos llamado el Trifasismo. El paquete
de energía que llamamos Agente actúa de
cierta manera sobre otro paquete de energía
que llamamos el Actuado. (Jousse, 1974
[2008], p.46)
…es allí donde radica la gran creación
humana: Debo ser capaz de apropiarme del
mundo como totalidad para luego
reutilizarlo en forma de fragmentos
proposicionales. (Jousse, 2011, Conferencia
en Escuela de Antropología, 03/12/33).
…mimemas trifásicos que constituyen lo
que he denominado el gesto proposicional.
(Jousse, 2011, Conferencia en Escuela de
Antropología, 30/11/50).
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Siempre hay un actuante actuando sobre
un actuado: como pan, bebo agua.
Cualquiera sea nuestra forma de escritura y
cualquiera sea nuestra forma de hablar, las
expresiones humanas tomarán siempre la
forma del gesto proposicional, en espejo y
eco de la actividad interaccional cósmica.
Siempre vemos el mundo externo
diseminado en gestos humanos trifásicos, y
esto es la estructura básica de la ciencia
humana, la memoria humana y la lógica
humana. (Jousse, 2011, Conferencia en
Escuela de Antropología, 06/03/33).
El conocimiento y la expresión humana se
desarrollan como proceso mimístico
ininterrumpido, que fluye a través del
encadenamiento inacabable de infinidad de
gestos proposicionales, combinaciones de tres fases
que siguen siempre la antes aludida fórmula
general.
Esquema interaccional del gesto proposicional trifásico.
A consecuencia de ello y en virtud del
automatismo replicante de las estructuras
vivas
5
, todos los productos expresivos de la
actividad humana tienden a organizarse como
fórmulas estandarizadas, fórmulas
mnemotécnicas-motoras que estabilizan el
sentido, fórmulas al servicio de la recitación y la
improvisación, fórmulas que regulan el
pensamiento, la memoria, la creación y la
comunicación no escrita, en los medios étnicos
de estilo oral. El formulismo es nuestra tendencia
5 Esta noción de replicación o iteración automática de
los procesos biológicos, emparentada con lo que
actualmente se entiende como una propiedad de
distribución fractal de los fenómenos complejos, es
concomitante de la alternancia rítmica y del bilateralismo
que Jousse toma de la fisiología, la neuropsiquiatría y la
filosofía de los grandes maestros de su época, como P.
Janet y H. Bergson. Ver Le style oral, caps I y II.
natural a la estereotipia de los gestos, es el
hábito:
Se trata aquí, en efecto, de otra ley
antropológica fundamental. El hombre no
podría vivir en una perpetua espontaneidad
naciente. Puede decirse que el Formulismo
es la tendencia biológica, misteriosa pero
irresistible, a la estereotipia de los gestos del
Anthropos. Es esta tendencia la que empuja
a la expresión humana desde el
“concretismo” hacia el “algebrismo” y, con
ayuda de la pereza, hacia la “algebrosis”
(algébrose). Pero es también por ella que se
creó el armazón de la trama que establece el
enlace entre generaciones y que constituye
mentalidades y culturas. A este respecto, el
Formulismo es a la vez fuente de vida para
un pueblo, cuando da lugar a fórmulas vivas,
portadoras de realidades. Pero puede
también ser causa de resecación y de
esterilidad en la medida en que la
estereotipia ha desembocado en la
“algebrosis”, y en la necrosis de las fórmulas
sociales, religiosas, litúrgicas, artísticas, etc.
Esta ambivalencia es una de las leyes de la
vida; ella está constantemente presente en
este libro.
(…) la fórmula es la herramienta para su
conservación, memorización y recitación.
Las proposiciones, unidades de pensamiento,
están hechas para llevarse a término de
modo fácil y confiable. La fórmula posibilita
este traslado, este transporte, esta
transmisión. (…) En un comienzo, para estar
más en resonancia con el medio social,
[Jousse] habló de «Estilo de clichés». Pero
este término no le permitía ninguna
extensión de su vocabulario y se prestaba a
enojosas confusiones. Para reemplazarlo,
toma de la exactitud matemática la palabra «
fórmula », de donde derivarán « Ley del
Formulismo, « Estilo formulario », «
Formulaciones étnicas », etcétera. (Jousse
[1974] 2008, 17. Del Prólogo del Comité de
Estudios Marcel Jousse).
Las modernas investigaciones acerca de los
discursos sociales, culturales e ideológicos
convencionalizados, que realizan la semántica y
la antropología cognitivas, han enfocado
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Revista Pelícano Vol. 2. El asalto de lo impensado
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 69-81
Agosto 2016 – Córdoba
diversos discursos culturales y étnicos
describiendo la presencia de fórmulas
esquemáticas, ancladas en las constricciones de
la organización y la interacción social. Distintos
autores se refieren a este tipo de fórmulas como
guiones cognitivos y culturales o modelos culturales
internalizados (Holland and Quinn, 1987; Lakoff
and vecses, 1987). A nuestro entender, la ley
joussiana del formulismo anticipa estas
investigaciones y en gran medida supera sus
presupuestos teóricos y metodológicos, pues
toma como objeto no ya a la mente o a la
cognición humanas, desarrolladas como
esquemática e imaginística cultural y lingüística,
sino al Antropos viviente en toda su dinámica
global de interacción sensitiva, comprensiva,
volitiva y expresiva, con respecto a la realidad.
La “nueva ciencia” de la antropología del
gesto y el mimismo
Este sucinto resumen biográfico y teórico de
Marcel Jousse y su obra puede ayudar al lector
especializado en temas etnológicos y
etnolingüísticos en lengua española, y más en
general a estudiantes e investigadores en el área
de las ciencias sociales y las humanidades, a
tomar contacto con un novedoso enfoque
epistemológico y metodológico, de incalculable
valor científico, que hasta el momento
permanece siendo desconocido en nuestra
comunidad académica. El modelo joussiano
ofrece instrumentos transdisciplinarios para la
investigación antropológica, semiológica,
psicológica, lingüística y pedagógica, entre otras
disciplinas sociales y humanísticas. Su difusión
en lengua española es incipiente, pues, al
parecer, se reduce a un Seminario Permanente
en la Universidad de México. Este seminario
desarrolla actualmente un proyecto de difusión
de la obra joussiana en Latinoamérica, junto a
un ensayo de aplicación de la antropología del
mimismo a las tradiciones culturales y lingüísticas
indoamericanas.
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