Pecano
Revista de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Córdoba
EL VUELO DEL PELÍCANO
PENSAMIENTO CRÍTICO LATINOAMERICANO
María Cristina Liendo: Acerca del Pensamiento Latinoamericano
Estela Fernández Nadal: El ser humano: infinitud atravesada por la
finitud. La dimensión vida-muerte en el pensamiento de Franz
Hinkelammert
Cecilia Inés Luque: La máquina vs el misterio. Tribulaciones de la
modernización desigual y contradictoria en Brasil
EL ASALTO DE LO IMPENSADO
Mario Rojas Hernández: Crítica ético-racional objetiva del positivismo
del poder
Juan Ezequiel Rogna: Del snob al gestor: una propuesta kuscheana
para re-pensar al sujeto político desde el peronismo
Gabriel Luis Bourdin: Marcel Jousse y la antropología del gesto
Ana Victoria Britos Castro: Interpelaciones a la dinámica
estado/sociedad civil en la lógica de la colonialidad del poder. Una
revisión de la Bolivia contemporánea
Mateo Paganini: Locura y colonización. Irrupciones autobiográficas en
los testimonios del reino de Araucanía y Patagonia
Guadalupe Estefanía Arenas Pacheco: Una aproximación al
pensamiento inculturado en el itinerario intelectual de Juan Carlos
Scannone
Victoria Casado Tolosa: Exotismo e indianismo: un sujeto político
místico
LAS FORMAS DE LA MEMORIA
Luis Miguel Baronetto: Angelelli: mártir del Concilio
Guillermo Alejandro Barón Del Pópolo: La intuición de una América
Latina distinta. Entrevista a Rolando Concatti sobre la revista Alternativa
Latinoamericana
NUEVAS NARRACIONES
Porfirio H. Calsín Zapana: Breve reseña revista AymaraQuechua
Volumen 2 – Año 2016
ISSN 2469-0775
DOI: 10.22529/p
Directora
Cecilia Padvalskis (Universidad Católica de Córdoba, Argentina).
Editor
Octavio Pedoni (Universidad Nacional de Jujuy, CONICET - Universidad Católica de Córdoba,
Argentina).
Correctora
Marcela Bricca (Colegio Nacional de Monserrat, Argentina).
Traductor
Diego Fonti (CONICET, Universidad Católica de Córdoba, Argentina).
Comité editorial
Carlos Martínez Ruiz (Universidad Católica de Córdoba - Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina).
Silvia Anderlini (Universidad Católica de Córdoba - Universidad Nacional de Córdoba, Argentina).
José María Bompadre (Universidad Católica de Córdoba - Universidad Nacional de Córdoba – Instituto
de Culturas Aborígenes, Argentina).
Patricia Scherman (Universidad Católica de Córdoba - Universidad Nacional de Córdoba, Argentina).
Carlos Asselborn (Universidad Católica de Córdoba, Argentina).
Comité académico
Nancy Bedford (Garrett-Evangelical Theological Seminary, USA; e Instituto Universitario ISEDET,
Argentina); Horacio Cerutti (Universidad Nacional Autónoma de México, México); Rogelio De La
Mora V. (Universidad Veracruzana, México); Carlos Domínguez Morano (Facultad de Teología de
Granada, España); Diego Fonti (CONICET, Universidad Católica de Córdoba, Argentina); Francesca
Gargallo (Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México); Noemí Girbal (CEAR. Universidad
Nacional de Quilmes, Argentina); Marcelo González (Universidad Nacional de San Martín, Argentina);
Francis Gonsalves (Vidyajyoti College, India); Michael Löwy (Directeur de Recherche émérite du
CNRS, Francia); Eduardo Mattio (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina); Martín Morales
(Pontificia Universidad Gregoriana, Italia); Beatriz Moreyra (CONICET, Universidad Nacional de
Córdoba, Universidad Católica de Córdoba, Argentina); Guillermo Nieva Ocampo (Universidad
Nacional de Salta, Argentina); Gustavo Ortiz (Universidad Católica de Córdoba, Argentina) †; Lila
Perren (Universidad Católica de Córdoba, Argentina); Germán Plasencia (Colegio de Saberes, México);
Pablo Quintanilla (Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú); Eugenio Rubiolo (Universidad
Católica de Córdoba, Argentina); Aaron Saal (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina); Héctor
Samour (Universidad de Centroamérica José Simeón Cañas, El Salvador); Arturo Sandiano (Universidad
Católica de Córdoba, Argentina); Carlos Schickendantz (Universidad Alberto Hurtado, Chile); Daniel
Vera (Universidad Nacional de Córdoba. Universidad Católica de Córdoba, Argentina).
Revista Pelícano
ISSN 2469-0775
Facultad de Filosofía y Humanidades - Universidad Católica de Córdoba
Sede Centro. Obispo Trejo 323 Bº Centro. X5000IYG - Córdoba - Argentina
Tel. (54) 351 4219000. Correo: pelicano@uccor.edu.ar - Sitio web: pelicano.ucc.edu.ar
Volumen 2 – 2016
Revista Pelícano Vol. 2.
pelicano.ucc.edu.ar
Agosto 2016 – Córdoba.
Orientaciones para la presentación de trabajos
Esta revista de la Universidad Católica de Córdoba es una publicación periódica anual de artículos de
investigación científica, originales y de revisión, sobre temáticas de Historia, Psicología, Filosofía, Letras
y Ciencias de las Religiones, escritos por investigadores de la propia institución y externos a ella.
Pelícano es una revista plural que sólo exige calidad científica, para lo cual se vale de un sistema de
arbitraje basado en dos evaluaciones con reserva de identidad de los autores y evaluadores, estos
últimos integrantes del Comité Editorial de la Revista y especialistas externos convocados al efecto. El
Consejo de Redacción de la Revista aceptará artículos originales e inéditos con pedido de publicación
en idioma español, inglés y portugués. El envío de los artículos puede hacerse durante todo el año, más
allá de las convocatorias periódicas que se efectúen y deberán ajustarse a las Instrucciones para los
autores.
Las contribuciones que se recepten podrán obedecer a la siguiente estructura interna de la
publicación:
1) El vuelo del Pelícano. Sección en la que se puede participar sólo por invitación o pedido expreso
de la Revista Pelícano. Consiste en un Dossier con artículos (hasta siete) originales que debaten en
torno a un tema o eje temático común, y que persiguen objetivos similares entre sí. Estarán
supervisados por uno o dos coordinadores como máximo, quienes escribirán una “presentación
general” de la propuesta, que rescate los principales aportes individuales.
2) El asalto de lo impensado. De participación libre. Consiste en artículos de revisión e investigación
científica que exponen, de manera exhaustiva, los resultados originales de proyectos de
investigación individuales o colectivos. Abarca también las investigaciones que analizan, sistematizan
e integran los resultados de investigaciones publicadas o no publicadas, sobre un campo de las ciencias
sociales, humanas y/o teorías y desarrollos conceptuales en el ámbito de la filosofía, psicología, las
ciencias de las religiones, la historia y la literatura, con el fin de dar cuenta de los marcos teórico-
epistemológicos, metodologías y estados de las investigaciones en cuestión. Se caracteriza por
presentar una cuidadosa revisión bibliográfica y por su rigor teórico y metodológico. Además por la
argumentación reflexiva y crítica sobre nuevos problemas teóricos y prácticos.
3) Las formas de la memoria. De participación libre. Ocasionalmente Pelícano publicará
traducciones de documentos relevantes para el estudio de las Humanidades, como así también
entrevistas a personalidades destacadas en dichas disciplinas. Como también artículos y/o trabajos en
homenaje a algún autor o personalidad destacada.
4) Nuevas narraciones. De participación libre. Consiste en comentarios bibliográficos breves en
la que se presentan los aportes científicos de un libro de reciente aparición en el mercado editorial
(hasta cuatro años). No se atiene solamente al contenido, sino a una revisión crítica y contextual de su
contenido.
El Consejo Editorial de la Revista aceptará artículos originales e inéditos con pedido de publicación
en idioma español, inglés y portugués. El envío de los artículos puede hacerse durante todo el año, más
allá de las convocatorias periódicas que se efectúen.
Para más información de los requisitos que deben cumplir los artículos o trabajos que se
envíen: http://pelicano.ucc.edu.ar/pdf/autores.pdf
Revista Pelícano Vol. 2.
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar
Agosto 2016 – Córdoba
Índice
EL VUELO DEL PELÍCANO
PENSAMIENTO CRÍTICO LATINOAMERICANO
Presentación (5-6)
María Cristina Liendo: Acerca del Pensamiento Latinoamericano (7-21)
Estela Fernández Nadal: El ser humano: infinitud atravesada por la finitud. La dimensión vida-
muerte en el pensamiento de Franz Hinkelammert (22-32)
Cecilia Inés Luque: La máquina vs el misterio. Tribulaciones de la modernización desigual y
contradictoria en Brasil (33-39)
EL ASALTO DE LO IMPENSADO
Mario Rojas Hernández: Crítica ético-racional objetiva del positivismo del poder (40-59)
Juan Ezequiel Rogna: Del snob al gestor: una propuesta kuscheana para re-pensar al sujeto
político desde el peronismo (60-68)
Gabriel Luis Bourdin: Marcel Jousse y la antropología del gesto (69-81)
Ana Victoria Britos Castro: Interpelaciones a la dinámica estado/sociedad civil en la lógica de la
colonialidad del poder. Una revisión de la Bolivia contemporánea (82-94)
Mateo Paganini: Locura y colonización. Irrupciones autobiográficas en los testimonios del reino
de Araucanía y Patagonia (95-105)
Guadalupe Estefanía Arenas Pacheco: Una aproximación al pensamiento inculturado en el
itinerario intelectual de Juan Carlos Scannone (106-115)
Victoria Casado Tolosa: Exotismo e indianismo: un sujeto político místico (116-121)
LAS FORMAS DE LA MEMORIA
Luis Miguel Baronetto: Angelelli: mártir del Concilio (122-145)
Guillermo Alejandro Barón Del Pópolo: La intuición de una América Latina distinta. Entrevista a
Rolando Concatti sobre la revista Alternativa Latinoamericana (146-155)
NUEVAS NARRACIONES
Porfirio H. Calsín Zapana: Breve reseña revista AymaraQuechua (156-159)
4
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
Pensamiento Crítico Latinoamericano
Acerca del Pensamiento Latinoamericano
About Latin American Thought
María Cristina Liendo
1
Universidad Nacional de Córdoba
Modo de citar: Liendo, M., C. (2016). Acerca
del Pensamiento Latinoamericano. Pelícano, 2.
Recuperado de http://revistas.bibdigital.uccor.
edu.ar/index.php/pelicano/article/view/1117
Resumen
Considero al pensamiento latinoamericano
como la elaboración de una nueva tradición,
que se expresa como mirada crítica al conjunto
de lo que convenimos en llamar pensamiento
occidental, sobre todo en su dimensión de
legado colonial epistémico, es decir, lo que fue
impuesto en América desde finales del siglo XV
por la vía del proyecto impositivo de una
modernidad eurocentrada. Atenta a su
construcción histórica, social y política, la
mirada crítica del pensamiento latinoamericano
va construyendo una tradición propia de
pensamiento desde otras categorías: la
pluralidad, que señala la multiplicidad de
existencias; la diversidad, que lo hace respecto
de la variedad de esas existencias; la
contingencia, que marca la posibilidad de la
intervención en el curso de las cosas humanas y
mundanas; la diferencia, que señala el hiato
constitutivo de y en ellas. y a la complejidad de
las existencias humanas históricas y es esta
apertura categorial la que permite los
constantes recomienzos del pensar,
posibilitando también la emergencia de lo
contingente y del compromiso existencial con
lo pensado.
Palabras clave: tradiciones, categorías,
recomienzos, juridicidad.
1 Doctora en Filosofía. Integrante del proyecto de
investigación: Re-pensar el sujeto político desde las
heterogeneidades latinoamericanas. Aportes críticos a la
tradición de la Historia de las Ideas latinoamericana
desde el proyecto colonialidad/modernidad. Centro de
Investigaciones. Facultad de Filosofía y Humanidades.
Universidad Nacional de Córdoba.
Abstract
I consider Latin American thought as a
construction of a new tradition, which is
expressed as a critical view to the whole of
what is usually called Western thought, first and
foremost in its dimension of epistemic colonial
legacy. This refers to the thought which was
imposed in the Americas since the end of the
15th Century by means of the project of
imposing an Euro-centrical Modernity. The
critical perspective of Latin American thought
pays attention to its historical, social and
political construction, and thus builds its own
tradition using other categories: plurality, which
points at the multiplicity of existences; diversity,
which shows the variety of those existences;
contingency, which denotes the possibility of
intervention in human and worldly affairs; and
difference, which shows a constitutive hiatus
within them. These categories are open to
heterogeneity and to the complexity of human
historical existences. This categorial opening
allows for constant new beginnings of thought,
making possible the emergence of contingency
and of existential commitment with what is
thought.
Key words: Traditions, Categories, New
Beginnings, Juridicity.
7
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
1.- De la dimensión categorial
En términos muy generales y como un primer
acercamiento, podría especificar al pensamiento
latinoamericano como la lenta elaboración de una
nueva tradición, que se expresa como mirada
crítica al conjunto de lo que convenimos en
llamar el pensamiento occidental, sobre todo en sus
caracteres de legado colonial epistémico, esto
es, lo que fue impuesto en América desde
finales del siglo XV por la vía del proyecto
impositivo de una modernidad eurocentrada. La
imposición se produce no tanto en los
contenidos trasmitidos sino mejor en sus
modos de saber: análisis racionalista, positivista,
excluyente, esencialista, con una fuerte
aplicación de los principios lógicos clásicos. El
pensamiento latinoamericano es una crítica
inicial en tanto implica poner en cuestión las
más tradicionales categorías occidentales de
pensamiento: las certezas inamovibles de la
Unidad, de la Universalidad y de la Necesidad que,
desde Parménides hasta Hegel, establecen una
continuidad tradicional en tanto es necesario
que haya Uno, que éste sea único, no puede
haber otros unos porque ya serían el Otro, que
sea inmutable o, si se mueve, lo haga en una
sola y totalmente previsible dirección. Estas
categorías confluyen en la institución de la
Originalidad, puesto que la Unidad y la
Universalidad se cierran en el único Uno, el cual
siendo el Origen, establece la exigencia de lo
original y engendra la Verdad única, que se
corresponde con la Esencia
2
. Son categorías
cerradas, puesto que no hay espacio para nada
más: lo que toma distancia de la unidad es
simplemente la otredad, la carencia de
universalidad es sólo accidente, lo no necesario
es pura eventualidad y azar y lo no verdadero es
únicamente falsedad.
Atenta a su construcción histórica y social y
política, la mirada crítica del pensamiento
latinoamericano se ocupa de ir construyendo
una tradición propia de pensamiento desde
otras categorías: la pluralidad, que señala la
multiplicidad de existencias; la diversidad, que lo
hace respecto de la variedad de esas existencias;
la contingencia, que marca la posibilidad de la
intervención en el curso de las cosas humanas y
2 El uso de las mayúsculas es intencional, ellas marcan el
uso simbólico de la preeminencia de esos términos sobre
otros.
mundanas; la diferencia, que señala el hiato
constitutivo de y en ellas. La pluralidad y la
diversidad implican y acogen a las
particularidades, las especificidades y las localías
de tiempo y espacio a la vez que alimentan la
inexistencia de un único lugar originario como
centro y, consecuentemente, también la
inexistencia de las periferias como márgenes. Son
categorías abiertas a la heterogeneidad, a la
complejidad de las existencias humanas, las que,
a su vez, se reconocen en diferentes
situacionalidades
3
; desde allí establecen relaciones
muy consistentes con las culturas en donde
operan
4
. Es esta apertura categorial la que
permite los constantes recomienzos
5
del pensar:
puesto que no hay predeterminación de ese
ámbito, no está dicho de antemano qué es lo
que hay que pensar y mucho menos cómo,
también posibilita la emergencia de lo
contingente y abre al compromiso existencial
con lo pensado.
En este contexto, el pensar no es una tarea
reservada sólo a los ámbitos académicos ni es
exclusivamente una función intelectual, el
pensamiento es una “función de la vida y que la
vida humana no es algo dado, sino algo por
hacerse por parte de quien la va viviendo”
6
; lo
cual nos remite al sujeto pensante que nunca es
individual, puesto que el pensar se vive
comprometidamente inserto en la vida social,
con sus situacionalidades y sus contextos
radicales.
2.- De la dimensión histórica
Como toda producción humana, el
pensamiento latinoamericano va construyendo
su historia, lo que nos permite interrogarnos
acerca de sus comienzos, en plural. Nos
encontramos nuevamente con la contingencia y
la responsabilidad de la decisión acerca de qué
cuestión va a ser considerada un comienzo y
por cuáles razones. Frente a la pregunta por los
comienzos del pensamiento latinoamericano, la
respuesta nos obliga a pendular entre lo que se
3 El término alude al concepto de situacionalidad, que a su
vez comprende otros como empiricidad; axiología,
experiencia, mundos, historias, como es usado por el filósofo
argentino Arturo Roig en el Cap. XV de su obra Teoría y
Critica del Pensamiento Latinoamericano (1981).
4 Ver A., Roig (1993). Cap. 7.
5 Ver A., Roig (1981). Introducción.
6 Ibíd. p.13.
8
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
entienda más específicamente por ese
pensamiento y lo que se entienda por América
Latina
En primer lugar, apelando a la óptima
herramienta del lenguaje, en la ya superada
disputa de las preposiciones acerca de si el
pensar está en un lugar definitivo (América
latina, en este caso), o es de ese lugar más
específicamente, o versa sobre un objeto
determinado, se considera que las críticas del
pensamiento latinoamericano emergen
7
desde un
lugar de enunciación nuevo
8
: el espacio de la
voz propia de un sujeto que tiene como
“valioso el conocerse a mismo”
9
y que es
siempre un sujeto de discurso
10
. En este
sentido, la construcción de este pensamiento es
el trabajo arduo que se realiza como un ejercicio
crítico de descentralización discursiva, ya que
no hay un centro ni, consecuentemente, una
originalidad originaria; hay lugares de
enunciación que siempre son originales porque
son el origen de la palabra propia; también hay
un sujeto que habla con otros, desde su lugar
enunciativo, con un discurso público y,
consecuentemente, político. Así, el pensamiento
latinoamericano se va construyendo como una
acción, como práctica política que, desde su
misma estructura categorial (pluralidad,
diversidad, contingencia, diferencia, situacionalidad,
heterogeneidad) democratiza el ejercicio del pensar
en el modo de una apertura para todos, sin élites
privilegiadas para su práctica, haciendo surgir,
de esta manera, las condiciones de posibilidad
7 El término emergencia está usado aquí en el doble
sentido de lo que sale a la luz y de lo que es urgente y lo
hace de manera apremiante
8 Considero que esta afirmación coincide, en su
intención manifiesta, con la de Juan Obarrio cuando
asevera: “Si el Sur es un conjunto de vidas singulares, en
los últimos tiempos este espacio y esta vida ha ido
generando un pensamiento propio sobre esas formas y
texturas. En este sentido resulta más preciso hablar de un
pensar ‘al’ Sur y no ‘desde’ el Sur. La frase ‘pensar al’
implica, a la vez, el lugar de producción del teorizar y su
objeto”. En cambio, no coincide con la frase siguiente,
con la que cierra el párrafo: “La fórmula ‘desde el Sur’
parece seguir respondiendo al motivo de un pensamiento
que es generado para una audiencia privilegiada situada
en otro sitio: en el Norte”. J., Obarrio (2015). “Pensar al
Sur” en Intersticios de la cultura y la política. Perspectivas críticas
desde América Latina.
9 Ver A., Roig (1981). Introducción. p.11.
10 Ver A., Roig (1981). Cap. II y Roig, A. (1991).
para las transformaciones sociales con anclaje
en la dimensión epistémica-existencial.
En segundo lugar, el pensamiento
latinoamericano se interroga sobre las
identidades étnicas de América: ¿es latina, es
india, es ibérica, es americana? Las respuestas se
pluralizan en la complejidad del sujeto que se
siente interpelado, porque la función
nominativa es siempre un ejercicio de poder,
esto es, algo es nombrado por quien tiene el
poder para hacerlo. En este aspecto se cruzan
dos espacios epistémicos, el histórico y el
lingüístico, desde donde se puede preguntar:
¿qué sujeto nombró a América y la adjetivó
como latina?, ¿por qué y cuándo lo hizo?,
¿cómo se llamaba América antes de ser
nombrada así?, ¿qué sujeto la nombró Indias
Occidentales o Nuevo Mundo?, ¿quién la nombró
Abya –Yala? ¿Cuándo y para qué sujeto fue
Iberoamérica?, ¿o Indoamérica?
11
¿Cuál de todas es la América que es nuestra?,
se pregunta José Martí. Y se responde, todas:
Con los pies en el rosario, la cabeza blanca
y el cuerpo pinto de indio y criollo,
venimos, denodados, al mundo de las
naciones. Con el estandarte de la Virgen
salimos a la conquista de la libertad. Un
cura, unos cuantos tenientes y una mujer
alzan en México la república, en hombros
de los indios. Un canónigo español, a la
sombra de su capa, instruye la libertad
francesa a unos cuantos bachilleres
magníficos, que ponen de jefe de Centro
América contra España al general de
España. Con los hábitos monárquicos, y el
Sol por pecho, se echaron a levantar
pueblos los venezolanos por el Norte y
los argentinos por el Sur… (Martí, 1993,
p.123).
12
La América que es la nuestra de Mar da
cuenta más especialmente de la situación
contextual del 1998 caribeño, esto es, somos
una pluralidad diferente de Estados Unidos de
América y también somos una multiplicidad de
legados internamente diversos. En ese
entramado histórico y político se justifica la
explícita binariedad de oprimidos y opresores y
11 Ver A., Roig (1981) Cap. II.
12 “Nuestra América” de José Mar apareció en El
Partido Liberal, en México, enero de 1891. En Zea, L.
(1993).
9
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
un cierto aire mesiánico y pedagógico que
permea el texto. Sin embargo, considero que la
intención de pensamiento crítico martiano
desborda las localías históricas, impregna las
transformaciones emancipatorias y libertarias
de la historia de nuestra América, las realizadas,
las soñadas, las abortadas, las por venir
13
y, por
fin, extiende la decisión y el compromiso de lo
que vamos a considerar como nuestro a los
sucesivos futuros de América cuando propone:
Con los oprimidos había que hacer una
causa común, para afianzar el sistema
opuesto a los intereses y hábitos de
mando de los opresores. Los pueblos han
de vivir criticándose, porque la crítica es la
salud; pero con un solo pecho y una sola
mente. ¡Bajarse hasta los infelices y
alzarlos en los brazos (Martí, 1993, p.125).
La dimensión histórica del pensamiento
latinoamericano acarrea la ineludible
interrogación por los comienzos que, al menos,
podrían diferenciarse en dos grandes tipologías:
epistemológico y cronológico. Considero que el
desplazamiento discursivo que efectúa Roig
14
,
desde su relectura de El comienzo de la Historia de
la Filosofía de Hegel
15
, es un acontecimiento
fundante para la historización del pensamiento
latinoamericano, puesto que tal lectura habilita
al filósofo argentino la elaboración del
concepto de los constantes recomienzos del
pensar y, consecuentemente, de un pensar
nuestro. Afirma Hegel:
La historia de la filosofía comienza allí
donde el pensamiento logra alcanzar la
existencia en su libertad, donde logra
arrancarse de su estar sumergido en la
Naturaleza, de su unidad con ella, y se
constituye para sí, donde el pensar entra
en mismo y es por sí. (Hegel, 1965,
p.190) […] Este surgir del espíritu se
relaciona, por el lado histórico, con el
florecimiento de la libertad política; y la
13 Horacio Cerutti Guldberg se pregunta: “¿Hasta dónde
llega Nuestra América? Quizá hasta donde esté el s
alejado de nuestros migrantes, porque lleva consigo su
cultura a modo de una segunda piel, siempre y cuando la
metáfora no lleve a naturalizar lo que es intrínsecamente
histórico”. H., Cerutti Guldberg (2005).
14 Ver A., Roig (1981). Introducción.
15 Ver Apartado C: “División General de la Historia de
la Filosofía” en Hegel G. F. (1965).
libertad política (…) tiene su comienzo allí
donde el individuo, donde el sujeto se
sabe como tal en la universalidad, o donde
la conciencia de la personalidad se
manifiesta teniendo en un valor infinito,
en tanto me pongo para y valgo
sencillamente para (Hegel, 1965,
p.191).
Es así como la libertad política aparece
cuando el pensar puede darse la “determinación
de lo universal” o “pensarse como una esencia
libre que se refiere a sí misma”, porque en esto
está “contenido el momento de la libertad
práctica, política” (Hegel, 1965, p.192). Estas son
las condiciones que le permiten a Hegel afirmar
que el pueblo griego “es la primera forma de la
conciencia de sí, libre, espiritual”, son los griegos
los primeros que pueden superar como pueblo la
“esencia oriental” (Hegel, 1965, p.193). Empero,
son también éstas las condiciones
epistemológicas para iniciar en cualquier tiempo,
lugar y pueblo la aventura del pensar, cualquiera
sea éste y que precisamente Roig retoma para
afirmar que:
en la medida en que para Hegel el
‘comienzo concreto’ de la filosofía deja de
ser un mero dato histórico de carácter
erudito y nos plantea antes que eso las
condiciones de dicho comienzo, éste
resulta ser fundamentalmente un ‘re-
comienzo’ (Roig, 1981, p.11).
Si bien el pensamiento latinoamericano es
uno de los muchos comienzos del pensamiento
humano, también se pueden señalar en su
interior diversos recomienzos de sí. Esta
afirmación coloca en primer plano la cuestión
del tratamiento metodológico de los contenidos
que se abordan para su reflexión, porque:
“Según sea la metodología, será la historia y
aquella metodología, a su vez, dependerá tanto
de lo que entendemos como sujeto histórico y,
en particular, como sujeto del filosofar” (Roig,
1994, p.97). La metodología más privilegiada
resulta en una Historia de las Ideas
Latinoamericana
16
, en el sentido de considerarla
16 El término Latinoamericana, en este caso, está
adjetivando a la totalidad de la expresión Historia de las
Ideas y no lo hace sólo con Historia o con Ideas en forma
separada. De esta manera pretende sugerir una forma de
tratamiento de las ideas, no con un sentido de erudición
10
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
“... una historia de todas las formas de objetivación en
las que se han puesto en ejercicio actitudes críticas
17
, aún
cuando éstas se muevan dentro del horizonte de
la cotidianidad, sin alcanzar propiamente una
formulación teorética...” (Roig, A. 1995, 35), y
donde aparecen fuertemente implicadas las
relaciones de poder que se ponen en juego en los
discursos que cruzan ambos espacios. Esta
forma metodológica “…extirpa totalmente la
idealización y la absolutización de la idea,
colocándola en el campo de la ambigüedad y
favoreciendo el quiebre de las totalizaciones
conceptuales que suelen estar presentes en una
historia ‘interna’ de la filosofía” (Liendo, 2008,
pp.67-68).
Intentar historizar el corpus del pensamiento
latinoamericano es un trabajo complejo que
implica dar cuenta de la dinamicidad interna
ínsita en toda actividad humana, capaz de
mostrar los procesos de su propia
contextualización y localizaciones, privilegiando
las diversas formas de autocomprensión de sus
sujetos. Es la novedad de la relación sujetos
históricos - praxis políticas y socioculturales la
que consigue ir señalando algunos hitos
importantes que pueden, a su vez, tomarse como
recomienzos. En este sentido, Roig apunta que
es importante tener en cuenta que toda
periodización, por encima de cualquier
cronología, remite a una unidad de sentido, y que
ésta remite a su vez al sujeto que la otorga, ya
que son las diversas rupturas y quiebres con la
continuidad de la racionalidad vigente y
dominante, las que van marcando los
recomienzos.
18
Considero que cada recomienzo va
surgiendo desde la posibilidad de instalar una
pregunta fuerte, en el sentido usado por Santos
cuando afirma que: “Las preguntas fuertes se
dirigen no sólo a nuestras opciones de vida
individual y colectiva sino, sobre todo, a las
fundaciones que crean el horizonte de
posibilidades entre las cuales es posible
escoger” (Santos, 2010, p.52), es decir, son
respecto de su contexto de formulación y de justificación,
sino de trabajo respecto de los efectos en la vida social y
política habilitando resistencias y transformaciones
sociales emancipatorias.
17 El uso de las cursivas es mío, para destacar
expresamente la expresión señalada.
18 A., Roig (1994). Cap. “El método de pensar desde
nuestra América”. pp.97-103.
preguntas fuertes las que crean una distancia
importante en relación a las tradiciones que
han regido unos conocimientos o disciplinas
determinadas, abriendo el espacio de la
contingencia, de las incertidumbres y de las
complejidades que implica avanzar en terrenos
poco conocidos.
3.- De los recomienzos
Por otro lado, el desplazamiento discursivo que
realiza Roig en el texto arriba mencionado, al
tiempo que abre la posibilidad de hablar de un
comienzo epistemológico del pensamiento
latinoamericano, problematiza el tratamiento
histórico - cronológico habitual como una serie
de hechos historiables que se suceden unos a
otros o una línea más o menos continua y
causal. En su lugar, recogiendo parte del
pensamiento de Foucault y de Gramsci, habilita
un modo de pensar desde nuestra América
como historia subterránea” o “historia
secreta” o “historia no historiada” (Roig, 1994,
p.102), que pone en cuestión la idea de
continuidad histórica: “el gran aporte de
Foucault es el de haber establecido la sospecha
de que la ‘continuidad’ dentro de la historia
establecida es cosa cargadamente ideológica a
tal punto que puede llegar a marcar a la
totalidad del discurso histórico” (Roig, 1994,
p.98). La historia “oficial”, periódica y continua
queda perturbada por “la historia de las clases
subalternas (que) es necesariamente disgregada
y episódica” (Roig, 1994, p.102). También
considero importante afirmar que los
recomienzos que podría señalar en el interior
del pensamiento latinoamericano, al momento
que rompen los cauces de la racionalidad
dominante y en el mismo espacio de esa
fractura, descubren y dejan ver lo que estaba
allí mismo, subyacente y oculto por ella.
*En este sentido, podría pensarse, que es el
cauce de la normalización filosófica el que
aprisiona el estallido de la Filosofía de la
Liberación donde se acentúa, a pesar de sus
profundas diferencias internas, la construcción
de la relación entre espacio geo histórico,
político, cultural y espacio epistémico, como un
desafío fuerte al canon establecido con
respecto de la libertad del pensamiento y como
un saber de compromiso político con la
situación contextual de los países
11
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
latinoamericanos, compromiso que excede
largamente el ámbito académico. Respecto de
la propuesta de la normalización Horacio Cerutti
Guldberg explica:
En 1942 ya se ocupa Romero
19
de la
filosofía hispanoamericana […] donde
explícitamente habla de los “fundadores”
y de la “normalización” filosófica […] Los
“fundadores” filosofan por su cuenta […]
La filosofía se convierte en una actividad
cultural “normal” de la sociedad y se
acorta la distancia que nos separa de los
países que hoy llamaríamos centrales
(Cerutti Guldberg, 1986, p.90). No se
puede desolidarizar la noción de
“fundadores” y la de “normalización” de
la noción de cultura entendida como
espíritu, de la filosofía como culminación
autoconciente de la cultura, de la noción
instrumental de concepción del mundo,
del retraso de influencias, de la
caracterización de épocas, de la obra
como resultado de la creación individual,
etc. (1986, p.91).
20
En tanto, la ruptura epistemológica de la
Filosofía de la Liberación Latinoamericana,
también recogiendo las categorías de la
pluralidad, la diversidad y la contingencia las
hace jugar en otros lugares y con otras
funciones para redefinir espacios, sujetos y
tareas y lleva a algunos de sus integrantes a
postular, en los primeros 70, una función
filosófica que se encuentra en las antípodas
del pensar normalizado. El documento que se
conoce como Manifiesto Salteño contiene 2
partes. La primera es un Manifiesto para una
“filosófica” latinoamericana, donde se leen tales
afirmaciones:
2. Postulamos, en cambio, una filosófica
entendiéndola como una práctica
específica dentro de las prácticas
conformadoras del todo social. No nos
interesa la “imagen” o el rol del filósofo,
sino la “función filosófica” exigida y
exigible a todos y cada uno de los que
integran ese todo social. 3. Esta filosófica
incluye la mediación de la política como
una de las prácticas que la condicionan y
19 Se refiere a Francisco Romero.
20 Ver H.,Cerutti Guldberg (1986). Cap. 6.
que deberá ser esclarecida en su tensión
dialéctica con las restantes prácticas
sociales (Cerutti Guldberg, 1983, p.297).
21
Respondiendo a una pedagogía de la
desprofesionalización del pensamiento, la segunda
parte del documento es un Plan de estudios
filosóficos en la perspectiva de la constitución de una
filosófica latinoamericana, puesto que la filosófica en
su función de servicio debe asumir la práctica
de la ideología “para que toda la praxis social
sea una praxis liberadora” (Cerutti Guldberg,
1983, p.297)
22
. De esta manera nociones tales
como pueblo, discurso, ideología, historia
pasan a ser categorías de análisis con muy
diferentes tratamientos en el interior de esta
perspectiva y también con diversas
repercusiones en la actualidad en este
recomienzo del pensamiento latinoamericano.
*La rebelión contra la lógica de la colonia y
su racionalidad imperial vigente, anima tanto las
luchas de la resistencia india en América, muy
anteriores a las independencias del siglo XIX,
esto es, tanto la memoria larga de las grandes
movilizaciones aymara, qheshwa, guaraní, etc.
de hace más de doscientos años como la
memoria corta de los proyectos políticos indios
para repensar e intervenir en y contra los
ideales republicanos
23
. En 1492, cuando la
Europa imperial construye la modernidad
conjuntamente con lo que será América, la
forma moderna del Estado queda establecida
como el espacio privilegiado de la acción y del
pensamiento político subsumiendo todas las
otras formas de reflexión y de organización
sociocultural, que pudieran construir otros
procedimientos u otros ordenamientos.
También los modos de la resistencia a esta
situacionalidad son temporal y regionalmente
muy diversos: ellos van desde el choque frontal
y el exterminio, pasando por la cooptación y la
adaptación a las maneras occidentales para
21 Cursivas en el original.
22 Cursivas en el original.
23 “La síntesis entre la memoria larga (luchas
anticoloniales, orden ético prehispánico) y la memoria corta
(poder revolucionario de los sindicatos y milicias
campesinas a partir de 1952) es en realidad un proceso
difícil y contradictorio y sus divergencias se manifiestan a
mediados de la década del 70 en una primera
diferenciación regional del movimiento campesino-
indio”. S. Rivera Cusicanqui (1984). p.212.
12
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
ocupar espacios invadidos, los cercos y las
marchas, las formas híbridas de la socialidad y
la religiosidad americanas, sobre todo en los
actuales países con muy altos porcentajes de
poblaciones que se reconocen como indias,
hasta la expresión del pensamiento indio, como
otro de los recomienzos del pensamiento
latinoamericano.
Las diversas formas de las luchas se
manifiestan en modos de pensar y pensarse, de
conocerse y tenerse a sí mismos como valiosos.
En una profunda afirmación de sí, en los
pueblos indios se fueron generando
proposiciones teóricas como la de las dos
repúblicas y la de los horizontes del colonialismo
interno en Bolivia. Dice Silvia Rivera:
Las identidades étnicas plurales que cobijó
el Estado multiétnico del Tawantinsuyu,
fueron sometidas a un tenaz proceso de
homogeneización que creó nuevas
identidades: indio, o incluso aymara y
qhichwa son identidades que podríamos
llamar coloniales, pues llevan ya la huella
de la estereotipación racial, la intolerancia
cultural y el esfuerzo de “colonización de
las almas”. En este sentido, postulamos
que las contradicciones coloniales
profundas - y aquellas que renovadas,
surgen como resultado de las reformas
liberales y populistas - son, aún hoy, en
una sociedad abigarrada como la
boliviana, elementos cruciales en la forja
de identidades colectivas (Rivera
Cusicanqui, 2010, p.41).
Me parece interesante señalar que la idea de
los recomienzos ya está presente en el
pensamiento indio de América en las
temporalidades cíclicas del Pachakuti que implica
la reversibilidad del mundo, la revuelta que
busca retomar el equilibrio perdido (Pacha:
tiempo-espacio; Kuti: vuelta, turno revolución).
Como todo lo andino, tiene sentidos
divergentes y/o complementarios, puede
significar una cosa y su contrario, sin
contradicción, una catástrofe o una renovación.
La llegada del blanco europeo fue un pachakuti
en el primer sentido. El pachakuti disloca la
temporalidad lineal, como la contemporaneidad
de lo no pasado, el pasado es hoy y el futuro ya
llegó, en una devolución de la armonía al
mundo desquiciado. No hay progresión, no hay
un ir desde un punto hasta otro en el tiempo.
Nayrapacha remite a los tiempos antiguos que
son también pasado-futuro, un pasado capaz de
emerger como futuro, un modo de estar en el
presente, revirtiendo la situación vivida; con la
reversibilidad del mundo, el nayrapacha implica la
restauración del orden cósmico.
Temporalidades y espacialidades no
modernas se traman y atraviesan en la
concepción de sociedades abigarradas
24
experimentadas como la sobreposición
desarticulada de diferentes tipos de sociedad, lo
que implica varios tiempos históricos, lenguas,
diferentes modos de producción, formas de
organización social y de gobierno:
En una formación social abigarrada no
sólo coexisten varias relaciones sociales y
jurídicas de producción, sino que
básicamente se trata de una
heterogeneidad de tiempos históricos.
Este es un tipo de diversidad profunda,
ya que en la medida en que existe esta
diferencia, también hay diferencias en las
estructuras políticas y la cultura general,
diferencias que son más o menos
irreductibles. Otra característica de una
formación social abigarrada es la
diversidad de formas políticas y de las
matrices sociales de generación (Tapia,
2002, p.309).
También la condición de multisocietalidad
remite a distintos tipos de sociedad operando
en un espacio delimitado modernamente como
Estado nacional, como consecuencia de la
colonización.
Las luchas indias por las demandas de
autonomía para sus organizaciones sociales y
políticas arraigan en la concepción integrada de
24 me considero ch’ixi, y considero a ésta la traducción
más adecuada de la mezcla abigarrada que somos las y los
llamados mestizas y mestizos. La palabra ch’ixi tiene
diversas connotaciones: es un color producto de la
yuxtaposición, en pequeños puntos o manchas, de dos
colores opuestos o contrastados: el blanco y el negro, el
rojo y el verde, etc. Es ese gris jaspeado resultante de la
mezcla imperceptible del blanco y el negro, que se
confunden para la percepción sin nunca mezclarse del
todo. La noción ch’ixi, como muchas otras (allqa, ayni)
obedece a la idea aymara de algo que es y no es a la vez,
es decir, a la lógica del tercero incluido”. S., Rivera
Cusicanqui (2010). p.69.
13
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
tierra y territorio. La tierra no es un medio de
producción y recursos naturales y el territorio
no es la delimitación jurídica de los estados
nacionales. En la concepción andina: Ambos
tienen connotaciones ‘sacras’ y, a la vez, son
realidades sociales y económicas fundamentales
[…] este conjunto de tierra y territorio es
percibido como una forma de expresión del
espacio” (Ticona Alejo, 2010, p.63)
.
Por eso la
tierra-territorio es propiedad comunitaria que
no puede ser dividida ni puede ejercerse ni
delimitarse sobre ella propiedades individuales.
Ella es Pacha. Las luchas por la tierra tienen este
fundamento filosófico y cobijan una
antropología y una teoría del conocimiento
andinas
25
*La construcción del proyecto
independentista criollo, entre fines del siglo
XVIII y la primera mitad del siglo XIX, marca
otro de los recomienzos del pensamiento
latinoamericano, donde se ponen en juego y en
disputa los conceptos políticos de libertad,
igualdad, colonia, patria, guerra, independencia,
soberanía, pueblo, revolución, entre los más
significativos. Juan Bautista Alberdi lo expresa
claramente en 1837:
Nuestros padres nos dieron una
independencia material; a nosotros nos
toca la conquista de una forma de
civilización propia: la conquista del genio
americano. Dos cadenas nos ataban a la
Europa: una material que tronó, otra
inteligente que vive aún. Nuestros padres
rompieron la una por la espada; nosotros
romperemos la otra por el pensamiento.
Esta nueva conquista deberá consumar
nuestra emancipación […]. El
pensamiento es llamado hoy por el orden
necesario de las cosas […] pasó el reinado
de la acción; entramos en el del
pensamiento. Tendremos héroes, pero
saldrán del seno de la filosofía (Alberdi,
1955, p.55).
¿Cuáles fueron los núcleos del pensamiento
político de las revoluciones independentistas,
25 Para una ampliación de esta temática, entre muchos
otros textos, se puede consultar: F., Reinaga (2010); E.,
Ticona Alejo (2010); Colectivo Katär Uta (2011); S.,
Soriano Hernández (2009); X., Albó (2003); L., Tapia
(2008); M., Mejía Huamán, (2005); C., Lenkersdorf,
(2007), (2008).
que hegemonizaron el pensamiento
latinoamericano en este recomienzo y
reconsideración de tener como valioso el
conocimiento de sí? Esa experiencia histórica se
instituye como un momento fundante de la
socialidad americana, puesto que en él se
interiorizan en el imaginario social
determinadas significaciones políticas, cuyos
efectos de sentido se manifestarán, también, en
los siglos siguientes. A pesar de la existencia de
una pluralidad estructural en los procesos
independentistas americanos y la gran
dinamicidad histórica en que se inscriben,
podría señalar, muy en general, algunos cruces y
derivas de los conflictos que potencian las
luchas mediante las siguientes oposiciones:
-La retroversión de la soberanía al pueblo en
oposición a la monarquía establecida por el
poder divino, puesto que pensar al pueblo
como el sujeto de la revolución es asumir la
pregunta por la forma de sustitución del
régimen monárquico y por la cualidad de las
instituciones con que se llevaría a cabo
26
. En
general, los procesos revolucionarios
americanos se caracterizaron por un
movimiento hacia la democratización de la vida
pública, en el modo del republicanismo, que
implica la división de los poderes y la cuestión
de la representación, en oposición al ejercicio
despótico de la autoridad colonial. Se trata de
instalar una nueva legitimidad política bajo el
supuesto filosófico de la adecuación al derecho
natural, que determina la libertad
incondicionada de todos los hombres. Dice
Bernardo de Monteagudo en su Oración
Patriótica:
cuando la América conozca que el santo
código de la naturaleza es uno e invariable
en cualquier parte … y que son iguales los
derechos …cuando recuerde su antigua
dignidad …entonces deducirá …que
siendo la soberanía el primer derecho de
los pueblos, su primera obligación es
26 En general, el término pueblo refería a la ciudad, al
ámbito de los cabildos, a la jurisdicción del ayuntamiento.
En América, la pluralidad del sustantivo pueblos, alude a la
vida económica y social de las Indias, delimitada por las
ciudades y sus regiones de influencia. Se apoyaba en la
organización de la monarquía española, como un conjunto
de reinos o provincias, contraria a la teoría moderna del
estado que postulaba la indivisibilidad de la soberanía
nacional”. M.C., Liendo (2010). p.44.
14
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
sostenerla, y el supremo crimen …la
tolerancia de su usurpación (Monteagudo,
1944, p.22).
-Las tendencias confederalistas o federalistas
en oposición a las centralistas, teniendo en
cuenta dos formas de concebir el federalismo, y
consecuentemente, la mayor o menor
concentración del poder. Las ciudades capitales
que fueron asentamiento virreinal durante la
colonia (Buenos Aires, Santiago, México,
Bogotá, Caracas) tienen tendencias
centralizadoras, mientras que las demás se
encaminan hacia la figura de la Confederación
con propuestas van desde el autonomismo
hasta la independencia total
27
. Se piensa esta
figura como una sociedad de estados
independientes, donde cada uno de ellos
conforma un Estado soberano, con
posibilidades de asociación y la Federación o
Estado Federal, como estado nacional
soberano, sin perjuicio de las soberanías de los
estados miembros
28
.
-La concepción de la divisibilidad de la
soberanía opuesta a la imposibilidad de su
división, esto es, mientras que para las elites
portuarias, la retroversión de la soberanía llega
sólo hasta la primera institucionalidad de los
antiguos cabildos, en el Río de la Plata, Jo
Gervasio de Artigas piensa en la exclusiva
particularidad de su pueblo, el oriental, como
uno de los tantos pueblos en los cuales la
soberanía debería asentarse legítimamente. Esta
posición queda expresada en el Congreso de
Tres Cruces, en abril de 1813: Mi autoridad
emana de vosotros y ella cesa por vuestra
presencia soberana”; también cuando firma el
acuerdo con Rondeau para unificar tareas frente
27 Se puede afirmar que es posible una cierta
congruencia entre autonomismo y centralismo. La
autonomía de administración local y la afirmación de su
autoridad soberana no es incompatible con un estado
centralizado, con someter su normatividad ad
referéndum del conjunto de los pueblos soberanos
reunidos. En el Río de la Plata, todo el proceso de
fracturas y alianzas con Buenos Aires, y de las provincias
entre en contra de ésta, puede entenderse mejor desde
la mencionada congruencia. (Por ej.: Jujuy, en 1811 era
autonomista más que independentista, pero también
centralista, para poder defender su autonomía frente a
Salta).
28 Ver J.C., Chiaramonte (2004). Cap. III; M., Ternavasio
(2007). Caps. 2, 4 y 5.
a los realistas de Montevideo, lo hace sólo
como el Jefe de los Orientales. Artigas piensa a la
soberanía como divisible y queda inscripto muy
claramente dentro de una tendencia
confederacionista. Para las tendencias
centralistas, en cambio, una representación
nacional unificada y entendida como voluntad
general no es el vocero de las diversas
comunidades de donde provienen los
representantes, sino el cuerpo deliberante
unificado de un gobierno único. La divisibilidad
o indivisibilidad de la soberanía, se establece así
como uno de los nudos más conflictivos del
proceso revolucionario, que tendrá sus
repercusiones en la cuestión de la división de
los poderes y la consecuente mayor o menor
concentración en el ejercicio del poder
29
.
*El proyecto independentista criollo, sin
embargo, no contempla la cuestión de la
desesclavización y el gobierno negro como lo
concibió la temprana revolución de Haití que,
saliendo de su refugio vudú como forma de
resistencia a la esclavitud y la muerte, después
de muchos años de luchas, consiguió proclamar
la República de Haití como un estado libre el
de enero de 1804, restableciendo para el lugar
su nombre arahuaco original, que hasta
entonces se nominaba Saint-Domingue. El
antecedente reconocido más remoto de la
revolución fue Mackandal, quien comandó una
primera revuelta que llegó hasta 1758
30
. La
revolución haitiana registra por lo menos dos
fases, donde están muy presentes los nombres
de François Dominique Toussaint-
Louverture, Jean-Jacques Dessalines, Henri
Cristophe y Alexandre Pétion hasta llegar a
proclamar la primera constitución escrita donde
se ponía en ejercicio efectivo los principios
fundantes de la revolución francesa
31
. Este
proyecto que también puede considerarse otro
recomienzo queda claramente expresado por
Grüner:
La articulación temporal entre la
revolución francesa y la haitiana hizo las
veces de un radical salto cualitativo en el
significado histórico de esos diversos
movimientos: ahora ya no se trataba
29 Ver E., Palti (2007). Cap. 4.
30 Ver A., Carpentier (1999).
31 De la profusa bibliografía sobre el tema sugiero ver
Dossier (2009) Estudios. Filosofía Práctica e Historia de las
Ideas; S., Castro Gómez (2008); E., Grüner (2010).
15
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
solamente de una puesta en cuestión
“objetiva” del sistema esclavista, sino de la
voluntad progresivamente consciente de su
derrocamiento (…) ya no bastaba con el
“retorno a África” sino que emergía la
voluntad de una diferente sociedad futura
aquí, en América” (Grüner, 2010,
p.290).
32
*Los procesos de globalización, en sus
diversidades económicas, tecnológicas,
políticas y culturales, en el modo de la
interdependencia a nivel mundial, irrumpen
en las últimas décadas del siglo XX,
particularmente desde el fin de la Guerra
Fría, la caída de los regímenes comunistas y
la expansión impositiva del capitalismo
global, la sociedad de consumo, las
democracias liberales y las normativas y
ordenamientos jurídicos internacionales.
Ellos se manifiestan mediante
transformaciones en todos los aspectos de
la vida social, intersectando dimensiones
locales y globales, esfumando límites
geográficos, políticos, históricos, culturales y
epistémicos, ya sean ellos reales o
simbólicos, revelando nuevos modos de
pensar y actuar las subjetividades y de
intervenir en el mundo, a partir de la
masificación de las tecnologías de la
información y de la comunicación. Desde
estas plataformas de lanzamiento se
producen modificaciones muy importantes
en todos los espacios geopolíticos, con el
ensanchamiento de las sociedades civiles, el
protagonismo creciente de las
organizaciones no gubernamentales e
intermedias, las diversas formas del
multiculturalismo, el accionar de los
movimientos sociales, la multipolaridad con
el surgimiento de potencias regionales, la
expansión de los derechos humanos, entre
las más significativas.
Estas transformaciones dejan ver otros
recomienzos en el espacio del pensamiento
latinoamericano, integrados en sus diferencias
por unas renovadas críticas al proyecto
político, social y epistémico de la modernidad
occidentalmente eurocentrada y a sus
32 Las comillas y las cursivas están en el original
consecuencias para el Resto del mundo.
33
El
pensamiento contra hegemónico se extiende
por América desde México al sur, África y
gran parte de Asia y opera no sólo
fracturando y fragmentando las totalidades
opresivas modernas sino también superando
la mirada anticolonial, creando y abriendo
espacios y horizontes propios de enunciación
poscoloniales, no occidentales,
posoccidentales, decoloniales y de la
subalternidad, que desarticulan los espacios y
formas más reconocidas de representación y
acción y las desplazan política y
epistémicamente. Tales espacios y horizontes
asientan en las luchas por establecer órdenes
sociales más solidarios e igualitarios que
desafían las regulaciones hegemónicas y
producen transformaciones potentes en las
subjetividades y en las prácticas
34
Así como para Martí, la palabra clave de la
tarea, en su contexto, era creación, para este
recomienzo del pensamiento latinoamericano
esa palabra es descolonización. Aunque desde
perspectivas diversas, la densidad textual que
produce este recomienzo es la conformación
de una política y una epistemología de la
descolonización. En este sentido afirma
Alejandro de Oto:
Descolonizar es un verbo que ha tenido
diferentes implicaciones en la historia
contemporánea, pero ha adquirido su
mayor relevancia en la segunda mitad del
siglo XX a la luz de las experiencias de las
sociedades africanas, asiáticas y
latinoamericanas inmersas en los procesos
de crítica en todos los terrenos del
colonialismo moderno y de las formas de
sujeción históricas caracterizadas como
coloniales (…) la crítica del colonialismo,
en las configuraciones históricas que
alcanzó en los siglos XIX y XX a escala
global, tiene un núcleo de sentido situado
en la constitución de nuevos sujetos
históricos, políticos y sociales (De Oto,
2011, p.41).
La complejidad contextual y la diversidad de
América Latina en sus procesos sociales,
33 Ver S., Hall (2013). Cap. “Occidente y el Resto:
discurso y poder”.
34 Ver S., Hall (2008).
16
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
políticos y culturales desde la segunda mitad del
siglo XX y en lo transcurrido del XXI,
acreditan la diversidad de perspectivas teóricas y
horizontes de sentido que postulan sus
interpretaciones y que se realimentan en las
transformaciones emancipatorias por las que
batallan los nuevos sujetos históricos, puesto
que: “La idea de descolonización apunta desde
el comienzo a un acto de invención histórica
que ayuda a comprender la naturaleza de la
lucha” (De Oto, 2011, p.42).
Las luchas se multiplican y diversifican en los
múltiples frentes donde se manifiestan los
sujetos emergentes y el pensamiento
latinoamericano da cuenta de ello en su
diversidad textual
desde espacios de trabajo
crítico como los estudios de la subalternidad,
los estudios poscoloniales, los estudios
culturales, el proyecto modernidad/
colonialidad, los estudios de género y la
racialidad, entre los más significativos.
35
Ellos
van habilitando análisis sociales, históricos,
culturales, filosóficos y políticos desde nuevas
categorías tales como Frontera, Diferencia,
Hibridez, Historias, Temporalidades, Heterogeneidad,
Racialidad, Género; marcando las procesuales y
dinámicas configuraciones y las nuevas
relaciones de poder - saber, que se despliegan
como prácticas en el interior del espacio de lo
político - epistémico latinoamericano.
4.- De los itinerarios en camino
Para la introducción de estos recorridos más
personales, en el contexto del último
recomienzo del pensamiento latinoamericano,
vuelvo al ya citado texto de Alejandro de Oto,
cuando afirma que “descolonizar tiene el
carácter de una acción destinada a subvertir
cada rincón de las prácticas sociales (…) y se
mueve en la dirección de lo que hoy llamamos
la creación de nuevas subjetividades en espacios
muy concretos” (De Oto, 2011, p.42). El área
35 Menciono sólo algunos textos, dentro de las profusas
bibliografías temáticas. Estudios poscoloniales: K.,
Bidaseca (2010); Castro Gómez, S; Mendieta, E (1998);
Hall, S. (2008); Estudios culturales: García Canclini, N.
(1990); Hall, S.; Du Gay, P. (2003); Hall, S. (2010);
Proyecto Modernidad/ Colonialidad: Lander, E. (2000);
Mignolo, W. (2003); Quijano, A. (2014); Estudios de
género y racialidad: Bidaseca, K.; Vasquez Laba, V.
(2011); Cruz, G. (2009); De Oto, A. (2003); Gargallo, F.
(2004); Gargallo, F. (2013); Picotti, D. (1998); Prada, G.
(2005); Ungo, U. (2000).
de investigación que voy transitando es lo que
he llamado la colonialidad del deber, esto es, el
espacio concreto del derecho, por considerar
que la juridicidad establecida, que impregna las
praxis políticas, es uno de los ámbitos más
privilegiados de la colonialidad. Pretendo
profundizar en la relación modernidad/
colonialidad, en la que el derecho aparece como
la estructura de juridicidad que sustenta ese
proyecto de regulación normativa de lo social,
asociado con el capitalismo, como el sistema
socioeconómico que opera en tanto su
horizonte global y que exige una normatividad
acorde a sus impulsos imperiales. Frente a esta
forma de la colonialidad, me pregunto por las
posibilidades emancipatorias del derecho para
pensar cómo va siendo posible la conformación
de otro discurso que posibilite una
relocalización y un desplazamiento del sentido
canonizado y estereotipado de la representación
de lo jurídico. La intención epistemológica es la
de abandonar, o por lo menos, debilitar la
consideración sustantiva y esencial del derecho
para trabajarlo como un agente capaz de
impulsar procesos de cambio social, como un
espacio de promoción de transformación en
una dirección social emancipatoria. Esto
implica una relocalización de todos los actores
en juego para pensarlo, no como un espacio de
sutura final de las grietas sociales y de
institucionalización conclusiva de la legalidad,
sino de apertura y puesta en debate de la
legitimidad de la ley. Como ninguna
transformación emancipatoria
36
se resuelve sin
luchas sociales, los considero conceptos
correlativos, en tanto pareciera que siempre se
trabaja o se lucha ya sea para concretarlas o
para impedirlas. De esta manera, las
transformaciones y las luchas se me muestran
como ideas y procesos sociales convergentes,
puesto que, si bien no es posible una
determinación previa de la dirección y/o el
resultado de las luchas emancipatorias, aquéllas
parecen una condición necesaria de éstas.
Es en el lugar de lo político, en tanto forma
de construcción de lo público, que considero al
afianzamiento en alguna forma de positividad
jurídica de aquéllos momentos de insurrección
36 Por transformaciones emancipatorias entiendo el
conjunto de luchas procesuales con un sentido
estratégico político de esos procesos.
17
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
instituyente, puesto que lo jurídicamente
establecido no deviene necesariamente en el
ocaso de lo político; puede ser también una
apertura de transformación puesto que no
siempre lo instituido es justificante de la
violación de los derechos ni, necesariamente, es
legitimante de las muchas formas de la
exclusión. Es allí donde me pregunto acerca de
las posibilidades de sostener una
transformación cuando ésta va siendo
promovida desde las luchas sociales, me
pregunto por el momento de la decisión
institucional que, a diferencia del momento de
la insurgencia, produce una concentración que
puede manifestarse en alguna forma de
juridicidad positiva (manifiesto, documento, ley,
programa). Ambos momentos corren riesgos: el
primero, el de la dispersión, el segundo, el del
conservadurismo, pero ninguno de los riesgos
vuelve no político a ninguno de los momentos.
En este sentido, algunos de los interrogantes
que me movilizan podrían formularse así: ¿por
qué se lucha por crear espacios nuevos de
legalidad?; ¿hay en el derecho una fuerza que
también actúa disruptivamente y no sólo
conteniendo y conservando los cauces de
legalidad ya establecida?; ¿cuándo lo jurídico
dejó de pertenecer también al espacio de lo
político?; ¿puede el derecho ser instituyente y
emancipatorio de manera simultánea?; ¿puede
producir nuevas subjetividades políticas?;
¿cómo son posibles las fisuras en el interior de
las estructuras jurídicas?.
El derecho da cuenta de la construcción de
las regulaciones normativas de lo social y, como
su contracara, también de los procesos
emancipatorios. Esto es un movimiento
contingente que depende del predominio de
estos últimos, entendidos como creatividad y
capacidades de transformación, por sobre los
procesos regulatorios y normativos, entendidos
como conservación de lo establecido. En este
sentido coincido con Santos, cuando afirma que
el derecho no sólo es una construcción social
sino, también, una construcción de lo social,
desde alguna forma de estructuración que las
prácticas pueden desestabilizar, desequilibrar y
desarticular o, por el contrario, consolidar y
fortalecer.
37
En la construcción de la juridicidad
que efectúa un determinado grupo social, se
37 Ver B., Santos (1998). Cap. 2.
pueden observar momentos puntuales de
extrema tensión entre la conservación de las
estructuras jurídicas vigentes y las fisuras que
los sujetos pueden provocar en ellas a partir de
prácticas concretas de contra hegemonía. Es
sabido que las fisuras tienden a cerrarse a partir
de la consolidación de cualquier cambio; el
problema se presenta cuando lo que se cierra es
la misma posibilidad de abrir una fisura, de
encajar una cuña, porque esto es la cerrazón
totalitaria de la estructura.
En épocas de transición, cambios de época,
o momentos de bifurcación en la dirección del
cambio la contingencia suele sobrepasar a la
determinación, es decir, la emergencia de las
posibilidades emancipatorias de creación,
invención y transformación, son más potentes
que las normativas, regulativas, de lo ya
establecido
38
. Estas tendencias pueden variar
según como los sujetos sociales vayan tomando
posiciones diferenciadas, según como ellos
vayan modificando la producción de sentidos
en sus procesos de significación. Tales
variaciones no son instantáneas, son resultados
que obedecen a plazos más largos, son
derivaciones de tendencias y procesos
39
que se
van articulando y promoviendo desde el subsuelo
de lo político.
40
De esta manera se habilita el
espacio de la utopía.
La relación entre transformaciones sociales y
derecho autoriza a postular utopías no
modernas, que conservan el sentido de una
operatividad concreta y de una voluntad de
transformación hacia la posibilidad política de
mundos mejores, pero sin poder anticipar cuál
es el rumbo y cuáles son los sujetos
privilegiados para esa concreción; cuestiones
señaladas no como carencias a ser remediadas
38 Idem.
39 Entre nosotros, en la Argentina, se puede pensar por
ejemplo, cómo fue posible el madrinazgo presidencial de
una niña, hija de un matrimonio igualitario de dos
mujeres y preguntarse cuántas grietas se abrieron en estas
estructuras institucionales: madrinazgo y no padrinazgo,
de una niña y no de un séptimo niño de la misma pareja,
hija de dos mujeres lesbianas, que implica la doble grieta
de la aceptación de la homosexualidad y de la
homosexualidad parental. Página 12 (2014, 6 de abril).
“Primer bautismo de un be de dos mujeres. Con
madrina presidenta [en línea] www.pagina12.com.ar
(consulta: 17 de octubre de 2014).
40 Ver L., Tapia (2011). Cap. “Subsuelo político”.
18
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
sino como un plus vigorizante que abre más el
horizonte de las posibilidades utópicas.
Una pregunta asoma, entonces, acerca de las
capacidades de transformación de esa apertura,
es decir, cuán abierto es ese horizonte. La
modernidad tiene y trae problemas para los que
la modernidad - entendida como el proyecto de
predominancia y hegemonía de la regulación
por sobre los procesos emancipatorios - ya no
tiene respuestas adecuadas, las respuestas
modernas son insuficientes. Por ejemplo, ya no
hay una respuesta moderna satisfactoria para
los desarrollos económicos y los problemas que
acarrea: altos índices de contaminación,
problemas de desarraigo y desempleo, empleos
insalubres, pobreza, etc. Estos problemas, o
bien tienden a ser resueltos con más desarrollo,
lo que podría multiplicarlos, o bien hay que
plantear la cuestión de otra manera.
Paradójicamente, son las comunidades
científicas las que vienen alertando desde hace
bastante tiempo acerca del no reconocimiento
de los límites de la conjunción del
conocimiento científico con las conquistas
desarrollistas del capitalismo. Las poblaciones
que se enfrentan con el avance constante de la
frontera agropecuaria, la contaminación con
agroquímicos y el desarrollo de la minería a
cielo abierto se encuentran en esta disyuntiva.
La respuesta moderna a la mercantilización de
la vida humana y a la colonización capitalista
del deseo es más mercantilización y más
colonización estética (Asselborn, Cruz y
Pacheco, 2009, pp.47-54).
Idéntica situación sucede respecto de la
reducción de la naturaleza a las condiciones de
producción. Promediando la segunda década
del siglo XXI vemos mo se acentúa la
contradicción del capital y su tendencia a la
reproducción infinita, con la naturaleza que es
finita y agotable, a la que ese capital toma como
proveedora de recursos naturales y como
condición de producción capitalista. Plantear la
cuestión de otra manera implica pensar nuestro
planeta Tierra y su satélite no sólo como un
bien común, sino también como un sujeto y
como un sujeto de derechos. Podemos pensar
esta subjetivación de la naturaleza como una
condición para la subjetivación del trabajo
humano
y dentro de un horizonte de
posibilidades al que Santos llama “la utopía
ecológica de un futuro para todos (Santos,
2006, 45-49), que no implica que todos
tengamos la misma vida porque no todos
asumimos las mismas memorias, ni historias ni
moramos en el mismo ambiente físico vital.
La utopía ecológica que es también una
práctica utópica de democratización, presupone
una transformación global que reconoce límites
muy fuertes a la regulación capitalista y que
involucra también la cuestión de los Derechos
Humanos. Ellos pueden ser revisitados
41
,
atendiendo a la posibilidad de pensar en su
desantropologización, esto es, poniendo entre
paréntesis el adjetivo humanos, que está
implicado de manera fuerte en la noción de
simetría entre un sujeto de derechos y un sujeto
de obligaciones, de manera que pudieran tener
derechos solamente los sujetos que pueden
comprometerse con un deber correspondiente.
Esto dejaría fuera de la consideración sujetiva a
los i-rresponsables de toda clase, incluida la que
los humanos llamamos Naturaleza.
42
Referencias bibliográficas
ACOSTA, Y. (2008). Filosofía Latinoamericana y
democracia en clave de derechos humanos.
Montevideo: Nordan-Comunidad
ALBERDI, J. B. (1955). Fragmento preliminar al
estudio del derecho. Buenos Aires: Hachette.
ALBÓ, X. (2003) Pueblos indios en la política. La
Paz: Plural.
41 Ver Y., Acosta (2008). Caps. 3 y 19
42 La preocupación seria a nivel político acerca del
cambio climático comenzó muy tardíamente, en la última
década del siglo. El Protocolo de Kyoto sobre el cambio
Climático de 1997, tuvo su primera confirmación y
seguimiento en el año 2005 (Montreal, Canadá), seguido
de otros encuentros (2007 Bali, Indonesia; 2009,
Copenhagen, Dinamarca; 2010, Cancún, México), con un
espíritu altamente declarativo más que efectivo de
mitigación de los daños y de cooperación entre los países
parte. Se ha extendido la vigencia del Protocolo hasta el
2020, pero se sigue manteniendo la debilidad del
compromiso de los países más industrializados y
contaminantes. La XX Conferencia Internacional sobre
Cambio Climático o XX Conferencia de las Partes (COP
20) se celebró en Lima, a capital del Perú desde el 1 al 12
de diciembre de 2014, con el principal objetivo de
consolidar el acuerdo definitivo para sustituir
el protocolo de Kyoto y debatir la conclusión del
mecanismo de los fondos para enfrentar el cambio
climático y el compromiso de cada país en la reducción
de emisiones de gases de efecto invernadero. La
conferencia obtuvo acuerdos muy escasos re relación a
las expectativas
19
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
ASSELBORN, C; CRUZ, R. & PACHECO, O
(2009). Liberación; Estética y Política.
Aproximaciones filosóficas desde el sur. Córdoba:
Universidad Católica de Córdoba.
BIDASECA, K. (2010). Perturbando el texto
colonial. Los estudios (pos) coloniales en América
Latina. Buenos Aires: SB.
BIDASECA, K. & VASQUEZ LABA, V.
(comps.) (2011). Feminismos y poscolonialidad.
Descolonizando el feminismo desde y en América
Latina. Buenos Aires: Godot.
BRITOS, A; GRAMAGLIA, P. &
FONTENLA, M. (comps.) (2015). Intersticios de
la cultura y la política. Perspectivas críticas desde
América Latina. Córdoba: Universidad Nacional
de Córdoba.
CARPENTIER, A. (1999). El reino de este mundo.
Santiago de Chile: Andrés Bello.
CASTRO GÓMEZ, S. & MENDIETA, E.
(1998). Teorías sin disciplina (latinoamericanismo,
poscolonialidad y globalización en debate). México:
Porrúa.
. (2008). “El lado oscuro de la ‘época
clásica’. Filosofía, Ilustración y Colonialidad en
el siglo XVIII”. En El color de la razón: racismo
epistemológico y razón imperial. Buenos Aires: del
Signo.
CERUTTI GULDBERG, H. (1983). Filosofía de
la Liberación Latinoamericana. México: FCE.
. (2005). 25 años después: tareas
pendientes en Los estudios sobre América Latina y
el Caribe: nuevos temas y perspectivas. México:
UNAM.
CHIARAMONTE, J. (2004). Nación y Estado en
Iberoamérica. El lenguaje político en tiempos de los
independientes. Buenos Aires: Sudamericana.
COLECTIVO KATÄR UTA (2011). ¿Ahora es
cuando? Bolivia: cambios y contradicciones. México:
Pez en el Árbol.
CRUZ, G. (2009). La liberación indígena
contemporánea en Bolivia. Crítica filosófica a una
política-estética racializada. Córdoba: Universidad
Católica de Córdoba.
De OTO, A. (2003). Política y poética del sujeto
poscolonial. México: Centro de Estudios de Asia
y África/El Colegio de México
. (2011). Frantz Fanon en el siglo en
Tiempos de homenajes/tiempos descoloniales: Frantz
Fanon. América Latina. Buenos Aires: Del Signo.
GARCÍA CANCLINI, N. (1990). Culturas
Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la
modernidad. México: Sudamericana.
GARGALLO, F. (2004). Ideas feministas
latinoamericanas. México: Universidad de la
Ciudad de México.
. (2013). Feminismos desde Abya Yala. Ideas
y proposiciones de las mujeres de 607 pueblos en
Nuestra América. Buenos Aires: América
Libre/Chichimora.
GRÜNER, E. (2010). La oscuridad y las luces.
Capitalismo, cultura y revolución. Buenos Aires:
Edhasa.
HALL, S., & DU GAY, P. (2003). Cuestiones de
identidad cultural. Buenos Aires: Amorrortu.
HALL, S. (2008). “Cuándo fue lo poscolonial?
Pensar al límite”. En Estudios poscoloniales.
Ensayos Fundamentales. Madrid: Traficantes de
Sueños.
. (2010). Sin garantías. Trayectorias y
problemáticas en estudios culturales. Eduardo
Restrepo, Catherine Walsh y Víctor Vich (Eds.).
Popayán-Lima-Quito: Envión/Instituto de
Estudios Peruanos/Universidad Javeriana/
Instituto Pensar/Universidad Andina Simón
Bolívar.
. (2013). Discurso y Poder. Huancayo.
Perú: Ricardo Soto Sulca.
HEGEL, G. F. (1965) Introducción a la Historia de
la Filosofía. 4º. Ed. Buenos Aires: Aguilar.
LENKERSDORF, C. (2007). Lo que los
tojolabales nos enseñan. Pensares y Quehaceres, 5,
pp.55-59.
. (2008). Aprender a escuchar. Enseñanzas
maya-tojolabales. México: Plaza y Valdés.
LANDER, E. (2000). La colonialidad del saber:
eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas
latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.
LIENDO, M. C. (2008). Las críticas a la
modernidad en la Filosofía Latinoamericana.
Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba.
. (2010). Emancipación y Diferencia: el
programa de Artigas en 200 años construyendo la nación.
Rosario: Corpus.
MEJÍA HUAMÁN, M. (2005). Hacia una filosofía
andina. Doce ensayos sobre el componente andino de
nuestro pensamiento. Lima: (Autor).
MIGNOLO, W. (2003). Historias locales/diseños
globales. Colonialidad, conocimientos subalternos y
pensamiento fronterizo. Madrid: Akal.
MONTEAGUDO, B. (1944) Oración
Inaugural. Apertura de la Sociedad Patriótica
20
Revista Pelícano Vol. 2. El vuelo del Pelícano
ISSN 2469-0775 - pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 7-21
Agosto 2016 – Córdoba
del 13 de enero de 1812 en El pensamiento de
Bernardo Monteagudo. Buenos Aires: Lautaro.
PALTI, E. (2007). El tiempo de la política. El siglo
XIX reconsiderado. Buenos Aires: Siglo XXI.
PICOTTI, D. (1998). La presencia africana en
nuestra identidad. Buenos Aires: Del Sol.
PRADA, G. (2005). Mujeres forjadoras del
pensamiento costarricense: ensayos femenimos y
feministas. México: Universidad de la Ciudad de
México.
QUIJANO, A. (2014). Cuestiones y horizontes. De
la dependencia histórico - estructural a la
colonialidad/descolonialidad del poder. Buenos Aires:
CLACSO.
REINAGA F. (2010). La Revolución India. La
Paz: (Autor)
REVISTA ESTUDIOS DE FILOSOFÍA
PRÁCTICA E HISTORIA DE LAS IDEAS.
(2009) Año 10, N° 11. Mendoza: CONICET.
RIVERA CUSICANQUI, S. (1984). Oprimidos
pero no vencidos. Luchas del campesinado aymara
qhechwa 1900 1980. La Paz: La mirada salvaje.
. (2010). Violencias (re)encubiertas en
Bolivia. La Paz: La mirada salvaje/Piedra Rota
. (2010). Ch’ixinakax utxiwa: una reflexión
sobre prácticas y discursos descolonizadores. Buenos
Aires: Tinta Limón.
ROIG, A. (1981). Teoría y Crítica del Pensamiento
Latinoamericano. México: FCE.
. (1991). Historia de las ideas, Teoría del
Discurso y Pensamiento Latinoamericano.
Análisis, 53-54, Bogotá: Universidad de Santo
Tomás. pp.107-127.
. (1993). Rostro y Filosofía de América
Latina. Mendoza: Ediunc.
. (1994). El pensamiento latinoamericano y su
aventura. Tomos I y II. Buenos Aires: CIAL.
. (1995). “Consideraciones sobre la
metodología de la historia de las ideas”. En
Dina Picotti (comp.) Pensar desde América.
Buenos Aires: Catálogos.
SANTOS, B. (1998). De la mano de Alicia. Lo
social y lo político en la posmodernidad. Bogotá: Siglo
del Hombre/ Uniandes.
. (2010). Para descolonizar Occidente. Más
allá del pensamiento abismal. Buenos Aires:
Prometeo/CLACSO.
SORIANO HERNÁNDEZ, S (Coord.) (2009).
Los indígenas y su caminar por la autonomía. México:
UNAM/EON.
. (2002). “Tiempo, historia y sociedad
abigarrada”. En La producción del conocimiento
local: historia y política en la obra de René Zavaleta.
La Paz: Muela del Diablo.
. (2011). Política Salvaje. Buenos Aires:
Clacso/Waldhuter.
TERNAVASIO, M. (2007). Gobernar la
revolución. Poderes en disputa en el río de la Plata,
1810 – 1816. Buenos Aires: Siglo XXI.
TICONA ALEJO, E. (2010). Saberes,
conocimientos y prácticas anticoloniales del pueblo
aymara quechua en Bolivia. La Paz:
Agruco/Plural.
UNGO, U. (2000). Para cambiar la vida: política y
pensamiento del feminismo en América Latina.
Panamá: Instituto de la mujer de la Universidad
de Panamá.
ZEA, L. (1993). (comp.) Fuentes de la Cultura
Latinoamericana. Tomo I. México: FCE.
21