Revista Pelícano Vol. 1. El vuelo del Pelícano
pelicano.ucc.edu.ar – Pp. 19 – 24
Agosto 2015 – Córdoba
21
abre del otro a lo otro, como otro. Nudo
expuesto en el que persiste algo imposible de
desenredar; maraña en la que conviven lo
vivido y lo no conocido, lo olvidado y lo
inmemorial, lo anterior y lo porvenir. En tanto
límite inexorable de la interpretación que
impide la clausura, su imagen expone una única
certeza: no somos, como Adán, los primeros,
nuestra panza no es lisa como la suya.
Quizás por ello su extrañeza singular no ha
cesado de espejarse en palabra, símbolo, figura
que promete una (im)posible comunicación
entre los tiempos, los dioses, los hombres y los
muertos. Ombligo-origen-centro incluso de lo
increado; ombligo innumerables veces
refractado como monte-ombligo de la tierra,
como estrella-ombligo del cielo, como piedra-
ombligo sagrado. Atadura de la que, se dice, se
gestan como champiñones los deseos, las
imágenes, el erotismo y los sueños. Vestigio de
un final, en suma, que expone al mundo y se
pluraliza en él para contradecir, una vez más, al
dicho popular que advierte contra los riesgos de
querer ser “el ombligo del mundo”. Ni
ombligo, ni mundo: en sus pliegues y repliegues
se vuelve germen de los mundos y prueba de su
pluralidad.
Más acá o más allá de la cultura y su legado
simbólico, en el espacio-tiempo singular que
compartimos y en nuestra lengua, al espesor de
su extrañeza oponemos el saboreo inicial del
sonido: pu-po; luego el gesto infantil de meter el
dedo, hurgar en lo desconocido y sonreír.
***
Boca
Bucca, antiguamente mejilla, cavidad hinchada,
insuflada. Aire de la boca, boca que cruza el aire
para abrirse al mundo. Boca que aún no articula
palabra. La boca-mejilla deberá encontrar el os,
oris, y combinar el sonido consonante labial de
la B (sonido obstruyente, labios sonando en el
apretar de uno contra otro) para abrirse de la
baba a la oración. La boca nunca habló ni habla
exclusivamente. Hay boca cerrada apretando el
pezón que alimenta, como así también hay boca
cerrada apretando los dientes que rechinan (por
furia, por frío, por sueños pesados). Hay boca
abierta de sueño, boca cerrada sin moscas. Hay
boca entreabierta que escupe, que entredice.
Hay boca con tierra, con palabras; boca de aire,
con burbujas. Hay boca hecha agua, por el
deseo, por el hambre. Hay boca de agua en la
desembocadura de río y boca dura de la piedra
que se agrieta en su entrada. Hay boca abierta
enervando los nervios de la lengua hacia el
sonido; hay lengua fuera de la boca que lame el
amor y el dolor; hay lengua enrollada sobre su
propio gusto en la boca cerrada. La lengua está
pegada al fondo de la boca. La boca puede estar
pegada al suelo, en un perder que muerde el
polvo. Hay boca llena a la que se le prohíbe
hablar y hay bocca chiusa a la que se le permite
cantar, tan sólo murmurando. Hay boquitas
pintadas y bocazas descolocadas. Hay boquillas
que afinan el humo y bocados que se sacan al
alimento, al cuero, al cuerpo que se ama. Hay
un dios en la boca que juega al lenguaje y hay
ausencia de dios en la boca que pronuncia su
muerte. Hay boca limpia de higiene y boca sucia
de insultos. Boca de sonido, de grito, de
susurro; boca de silencio, de cerrazón, de
desprecio. Boca bucal y boca vocal: boca de
cavidades y boca de cuerdas, boca de aire y
boca de voz. ¿Dónde comienza la boca, dónde
finaliza? ¿Cómo hace la boca, aún sin la
prominencia que subsiste en los animales, para
guardar todo: aire, agua, tierra, fuego, deseo,
rabia, terror, ternura? La boca besa y muerde,
habla y calla, engulle y expulsa. Se respira por la
boca, se duerme boca arriba, con la boca
abierta. Se exhala el último aliento por la boca.
Una boca contra un espejo puede avisar la
muerte, y al morir, la boca se queda abierta: por
esa cueva ya no pasa la vida, hay apertura de
nada, al vacío. Una boca cerrada puede hablar
(mística: hablar con la boca cerrada). Una boca
abierta puede no decir nada (hablar por hablar).
Una boca puede besar con los besos de una boca
(Cantar de los Cantares) y puede bacciare tutta
tremante (Dante). Una boca puede morderse los
labios (queilofagia) o morderse la lengua
(contenerse). La boca puede comerse a sí
misma (antropofagia in extremis) o comer otra
boca (deseo in actu). Boca enferma: amarga,
seca, dulce, mojada. Boca loca lanzada a la
suerte (in bocca al lupo). Miedo en la boca: boca
de la noche, boca del lobo. ¿Quién sabe todo lo
que toca una boca, todo lo que bordea, todo lo
que saborea, todo lo que sabe, y al fin, todo lo
que puede?