
Kim A, Gómez E, Ruidiaz V, Castillo V.A, Suraniti A.P. Canino con miastenia gravis y dermatomiositis
Revista Methodo: Investigación Aplicada a las Ciencias Biológicas. Universidad Católica de Córdoba. Jacinto
Ríos 571 Bº Gral. Paz. X5004FXS. Córdoba. Argentina. Tel.: (54) 351 4938000 Int.3219 / Correo:
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ethodo.ucc.edu
.ar |
ARTICULO
ORIGINAL R
ev.
Methodo
202
5
;10(1):
S
48-
51.
Introducción
Las enfermedades inmunomediadas en medicina
veterinaria representan un desafío diagnóstico
debido a su diversidad clínica, su baja frecuencia
y la complejidad de los mecanismos patogénicos
involucrados. Entre ellas, miastenia gravis (MG)
y la dermatomiositis (DM) destacan por afectar
de manera significativa la unión neuromuscular
y los tejidos musculares y cutáneos,
respectivamente
1,4
.
La MG adquirida es una enfermedad
neuromuscular inmunomediada caracterizada
por la producción de anticuerpos dirigidos contra
los receptores de acetilcolina en la placa motora,
lo que interfiere con la transmisión
neuromuscular y provoca debilidad muscular
generalizada, fatiga, disfonía, disfagia y, en
algunos casos, regurgitación secundaria a
megaesófago
1,3,4
. Puede presentarse en formas
focales, generalizadas o paraneoplásicas. El
diagnóstico se basa en la correlación clínica, los
hallazgos electromiográficos de estimulación
repetitiva, la detección de anticuerpos anti-
receptor de acetilcolina y la respuesta terapéutica
favorable a los inhibidores de la colinesterasa
2,3
.
Por su parte, la dermatomiositis canina (DM) es
una enfermedad inflamatoria inmunomediada
que afecta simultáneamente la piel y el músculo
esquelético, con base genética demostrada
principalmente en razas como el Collie y el
Shetland Sheepdog
4,5,6,7,8
. En la histopatología se
caracteriza por degeneración vacuolar de
queratinocitos basales, atrofia epidérmica y
folicular, infiltrado inflamatorio linfocítico
perivascular y perifolicular, y necrosis focal de
fibras musculares con infiltrado mononuclear
3,5
.
Las lesiones cutáneas suelen localizarse en los
pabellones auriculares, labios, cara y áreas de
presión, pudiendo coexistir con signos
musculares de variable severidad
5,6
.
La coexistencia de MG y DM en un mismo
paciente canino es extremadamente infrecuente,
lo que sugiere una predisposición inmunológica
compartida o una desregulación inmune
sistémica que afecta simultáneamente tejidos de
origen neuroectodérmico y mesodérmico
1,4
.
Estas asociaciones pueden pasar desapercibidas
clínicamente, dado que los signos
neuromusculares pueden enmascarar o preceder
a las manifestaciones cutáneas.
El presente trabajo describe el caso clínico de un
canino hembra, mestiza, joven diagnosticada con
MG asociada a DM.
Materiales y métodos
Se recibió en la Unidad de Neurología del
Hospital Escuela de la Facultad de Ciencias
Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires,
un canino hembra, mestiza, de tres años de edad,
con dificultad para deambular de sus cuatro
miembros, que se agravaba con el ejercicio y se
normalizaba con el reposo, con 3 meses de
evolución. La paciente no manifestaba dolor ni
alteraciones en la apertura de la mandíbula, pero
presentaba dificultades al orinar y defecar.
Previamente, había recibido prednisolona
durante 15 días sin respuesta clínica satisfactoria.
En la consulta inicial se realizó un examen
objetivo general (EOG) y un examen neurológico
(EN) completo, complementado con estudios de
laboratorio e imagen.
Se obtuvieron muestras para hemograma
completo, bioquímica sérica (urea, creatinina,
glucemia, GPT, GOT, fósforo, calcio, fosfatasa
alcalina, ionograma y creatina fosfoquinasa), y
perfil tiroideo (T4 libre y TSH). Se efectuó
además un urianálisis y estudios por imágenes:
radiografías de columna cervical, toracolumbar y
lumbosacra, y ecografía abdominal.
La electromiografía (EMG) se realizó en
músculos semimembranosos, semitendinosos,
cuádriceps femoral, bíceps braquial y
carporradial, complementada con una
electromiografía de estimulación repetitiva
(EMG-ER) para la evaluación de la función
neuromuscular.
En el EOG los parámetros se encontraron dentro
de los valores normales. El EN reveló una
cuadriparesia no ambulatoria con hiporreflexia
generalizada. El reflejo anal estaba disminuido.
No se observaron anormalidades en el análisis de
sangre, orina, ecografía abdominal o en las
radiografías de columna. Las hormonas tiroideas
se encontraron dentro de los rangos de referencia.
La electromiografía muscular sólo mostró signos
de denervación en curso. El dato más importante
fue la EMG ER con un trazado en forma de U,
compatible con diagnóstico electromiográfico de
MG (figura 1).
No se solicitó detección de anticuerpos anti-
receptor de acetilcolina (AChR) debido al
tratamiento previo con corticoides, que podría
interferir con los resultados.
El tratamiento instaurado consistió en bromuro
de piridostigmina (0,5 mg/kg, cada 12 horas, por
vía oral).