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Dlogos Pedagógicos. XXII, 43, abril-septiembre 2024.
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Ph.D. Ciencias de la Educación. Docente y coordinador del Grupo de Investigación Aprendizaje, Inno-
vación y Organizaciones Educativas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Pe. Correo
electrónico: aosanchezh@pucp.edu.pe
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Magíster en Gestión de la Educación. Docente e integrante del Grupo de Investigación Aprendizaje,
Innovacn y Organizaciones Educativas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Perú.
Correo electrónico: pmontalvan@pucp.pe
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Magíster en Gestión de la Educación. Docente e integrante del Grupo de Investigación Aprendizaje,
Innovacn y Organizaciones Educativas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Perú.
Correo electnico: alvaro.leon@pucp.edu.pe
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, 43, abril-septiembre 2024. Pág. 1-18.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)01 / Recibido: 11/10/2023 / Aprobado: 01/02/2024.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Situación de las organizaciones educativas
escolares en pandemia: tres aspectos clave
Situation of school educational organizations
in pandemic: three key aspects
Alex Sánchez Huarcaya
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Pablo Montalván Zuñiga
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Alvaro Leon Soria
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Resumen: Las organizaciones educativas fueron afectadas por la pandemia de la COVID-
19 a nivel global, por lo cual, con la finalidad de continuar y seguir brindando el servicio
educativo, muchas de ellas tuvieron que desarrollar estrategias y prácticas para lograr
dicho objetivo. Ante esto, el presente estudio se orientó con el objetivo de comprender
la situación de dichas organizaciones, durante la pandemia, desde los siguientes fenó-
menos educativos: la resiliencia organizacional, la mejora educativa y el liderazgo. Para
ello, la investigación fue abordada a través del método de revisión narrativa, para lo
cual se revisaron un total de sesenta y dos fuentes de los años 2020, 2021 y 2022. El
estudio concluye que existe evidencia de una ganancia en las capacidades resilientes,
así como en el ejercicio del liderazgo distribuido. A su vez, se concluyó que la mejora
educativa permitió potenciar las acciones relacionadas con los procesos de enseñanza
y aprendizaje durante la pandemia.
Palabras clave: aprendizaje, escuela, liderazgo, mejora educativa, resiliencia
organizacional
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Situación de las organizaciones educativas escolares en pandemia...
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Abstract: Educational organizations were affected by the global COVID-19 pandemic,
and, as a result, many of them had to develop strategies and practices in order to
continue providing educational services. In light of this, the present study aimed to
understand the situation of educational organizations during the pandemic, focusing
on the following educational phenomena: organizational resilience, educational
improvement, and distributed leadership. To do this, the research was approached
through the narrative review method, for which a total of sixty-two sources were
examined, from the years 2020, 2021 and 2022. The study concludes that there is
evidence of an increase in resilient capacities as well as the exercise of distributed
leadership. Additionally, it was concluded that educational improvement facilitated the
enhancement of actions related to teaching and learning processes during the pandemic.
Keywords: learning, school, leadership, educational improvement, organizational
resilience
Introduccn
Durante la pandemia, las escuelas -entendidas como organizaciones educati-
vas- sufrieron sus efectos. Desde el cierre de las instalaciones, el retiro de estu-
diantes y el abandono escolar hasta el despido de docentes y personal adminis-
trativo. No hacemos una distinción según el tipo de gestión (pública, privada) por-
que, finalmente, todas las escuelas pasaron por los efectos antes indicados, aun-
que algunas privadas cerraron por falta de estudiantes, ya que muchas familias
decidieron retirar a sus hijos por los efectos económicos, producto de las restric-
ciones sanitarias.
Ante esto, la decisión gubernamental fue que el servicio educativo se siga
brindado de manera virtual. Esto significaba todo un reto porque nunca antes se
haa realizado de manera masiva. Tanto las zonas rurales y la periferia de la
ciudad tienen una brecha digital muy marcada, a diferencia de las escuelas que
están dentro del casco urbano, aunque tampoco todas aseguraban una buena
conectividad, el uso de plataformas digitales y la preparación de todos los docen-
tes en habilidades digitales, entre otros. Esto se sumaba a las deficiencias estruc-
turales del sistema educativo que deviene de décadas: la falta de formación de los
directivos para atender situaciones de crisis, el alejamiento de los organismos
gubernamentales de las escuelas, el poco interés por las emociones en el trabajo
docente y la formación de los estudiantes, entre otros.
Frente a ello, las escuelas se pusieron de pie para continuar con la formación
de los estudiantes, por lo que recogieron información de otros contextos y siguie-
ron las orientaciones de los entes rectores. Esta práctica les permit encontrar
mecanismos y herramientas nuevas para lograr potenciar sus procesos pedagógi-
cos y administrativos con la finalidad de mitigar los efectos negativos de la pandemia
y convertirlos en oportunidades.
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A. Sánchez Huarcaya, P. Montalván Zuñiga, A. Leon Soria
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Entonces, para comprender los efectos de la pandemia en las escuelas, nos
planteamos la siguiente pregunta de investigación ¿cuál fue la situación de las
organizaciones educativas escolares durante la pandemia, desde el liderazgo edu-
cativo, la resiliencia organizacional y la mejora educativa?
Metodología
El estudio responde al método de revisión narrativa, cuya su intención es
explorar y recopilar información sobre una situación determinada, para luego ana-
lizarla, discutirla y dar respuesta a la pregunta de investigación planteada. En
este sentido, se analizaron sesenta y dos fuentes, entre arculos académicos
(arbitrados e indizados), informes, libros, ponencias, capítulos de libros y tesis,
entre 2020 al 2022. Ante esto, nos planteamos el siguiente objetivo: comprender
la situacn de las organizaciones escolares durante la pandemia, desde los si-
guientes fenómenos educativos: la resiliencia organizacional, la mejora educativa
y el liderazgo.
Considerando lo anterior, se bus información en las siguientes bases de
datos: Redalyc, Scielo, Taylor y Education Resources Information Center (ERIC).
En tal sentido, la información recabada permitun análisis más holístico de la
situación analizada a partir del uso de matrices que no solo permitieron comparar
y relacionar la información, sino que facultaron la discusión de los datos recogidos
por cada categoría.
Finalmente, con la informacn analizada, se abordó cada aspecto clave de
manera reflexiva en apartados separados en virtud de las categorías establecidas
con la finalidad de dotar de orden al estudio para a elaborar, finalmente, las
conclusiones.
Resultados y discusión
A partir del análisis realizado, se optó por trabajar tres apartados que res-
ponden a las tres categorías establecidas en el proceso de análisis de datos. En
tal sentido, es necesario destacar que cada apartado explicita las circunstancias
en las cuales se vieron inmersas, así como las tensiones vividas y, ades, la
capacidad para sobreponerse a la pandemia, es decir, cómo estas lograron alcan-
zar sus objetivos y brindar una enseñanza de calidad a los estudiantes.
Resiliencia organizacional en las escuelas como respuesta a la pandemia
Las escuelas, ante la pandemia, tuvieron que asumir una serie de retos por-
que se enfrentaron a un cierre total de sus instalaciones y tuvieron que brindar el
servicio educativo de manera virtual, lo que implicó muchos desafíos para todos
los que participan directamente en el proceso de aprendizaje y la gestión (Durand
Mercado et al., 2022; Gallegos Ruíz y Tinajero Villavicencio, 2020). Como conse-
cuencia, algunas escuelas suspendieron totalmente el servicio y dejaron sin tra-
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bajo a docentes, personal administrativo y las familias trasladaron a sus hijos
menores a otras instituciones.
Ante lo descrito y para comprender lo sucedido con las escuelas que siguen
brindando el servicio educativo durante la pandemia (2020, 2021, 2022), las ana-
lizaremos desde la resiliencia organizacional. En este sentido, este tema no es
nuevo en el campo educativo porque ha servido para estudiar los avances de las
escuelas en las áreas académicas y, en otros casos a nivel individual, tanto de
estudiantes y de docentes (Drossel et al., 2020; Vinogradov et al., 2022).
Como punto de partida, la resiliencia organizacional es la capacidad de res-
puesta de las organizaciones frente a cambios significativos o repentinos, condi-
ciones desfavorables, riesgos o desafíos a nivel interno y externo, lo que conlleva
a la regulacn emocional, relacional y cognitiva de todos los integrantes de la
organización con el fin de proteger y ayudar a todos ellos y salir adelante a nivel
organizativo, además, de recuperarse y seguir funcionando (Guillén Mondragón et
al., 2022; Sezen-ltekin y Argon, 2020; Castro, 2022; Rui y Huang, 2021;
Vinogradov et al., 2022; Ulukan y Ulukan, 2021). Esta resiliencia exige que la orga-
nización se prepare de manera estratégica con el fin de minimizar el impacto o los
efectos del suceso, lo que le permite estabilidad, adaptación favorable, transfor-
mación de sus prácticas, bienestar y recuperación mental y física de todos (Valen-
cia-Arias, 2021; Durand Mercado et al., 2022; Román et al., 2020; Ulukan y Ulukan,
2021; Castro, 2022).
Ante ello, es necesario puntualizar las capacidades relacionadas con la resiliencia
organizacional: empatía, positividad, flexibilidad, adaptabilidad, anticipación, in-
genio, agilidad, adaptación, redundancia, fortaleza, tolerancia, superación, alinea-
ción estratégica, planificación, sinergia y colaboración (Durand Mercado et al., 2022;
Gómez Rivadeneira et al., 2022; Rui y Huang, 2021; Urrutia-Aguilar et al., 2022;
Moreno Del Río et al., 2022; Castro, 2022). Dichas capacidades permiten afrontar
las angustias, el estrés y la ansiedad en los integrantes de la organización, en
este caso, provocados por la pandemia (Ulukan y Ulukan, 2021; Urrutia-Aguilar et
al., 2022; Vinogradov et al., 2022).
Para lograr lo indicado, la escuela debe transformarse, es decir, asumir lo que
le afecta y decidir actuar (Olmo-Extremera et al., 2021). Como lo señalan los estu-
dios, ante la adversidad, emergla identidad, el compromiso y los valores del ser
docente, lo que le brindándole fuerzas, optimismo y ganas de continuar con su
labor con el fin de que los escolares sigan avanzando (Gallegos Ruíz y Tinajero
Villavicencio, 2020; Olmo-Extremera et al., 2021; Castro, 2022).
Entonces, las escuelas, en el caso peruano, debieron afrontar la pandemia
desde la suspensión de clases (escuelas privadas) hasta el cierre total de las
escuelas, pero con la posibilidad de realizar las clases de manera digital. Todo
este proceso significó atender varios frentes que, a continuación, desarrollaremos
desde diferentes aspectos, teniendo como marco la resiliencia organizacional.
Gestión. Los directivos tuvieron que comprender que la pandemia y las medi-
das sanitarias afectaban directamente a las escuelas y fueron ellos quienes de-
bían tener una actitud de optimismo (Olmo-Extremera et al., 2021; Holguin-Alvarez
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et al., 2020), la cual debía contagiarse a la comunidad educativa. La comunicación
pasó a lo virtual, se intensificó el uso de las redes sociales, se implementaron
plataformas para la enseñanza, los procesos de gestión se digitalizaron y se au-
mentaron las demandas educativas.
Esto llevó a optar por un liderazgo resiliente, crítico, transformacional y
adaptativo por parte de los directivos, con el fin de promover espacios afectivos,
de acogida, cambio y confianza. Todo el personal sacó fuerzas internas para lograr
los aprendizajes, fortalecer el desarrollo profesional y mantener la eficiencia y la
eficacia (Olmo-Extremera et al., 2021; Gallegos Ruíz y Tinajero Villavicencio, 2020).
Entendieron que el servicio educativo debía continuar y seguir brindando el mejor
servicio posible con las mismas o menores condiciones. Cabe resaltar que esto fue
muy tenso porque la pandemia acentuó y evidenció las fallas del sistema, pero la
buena gestión log movilizar a las escuelas, aunque no necesariamente pudo
resolver los problemas estructurales.
Esta gestión, si bien no termina cambiando totalmente a la escuela, log
adaptarse y dependió mucho del der, la cual evidenció el empoderamiento y el
trabajo cercano con los docentes (Alava Barreiro et al., 2022). Por ejemplo, Drossel
et al. (2020) señalan que las escuelas competentes lograron integrar los medios
digitales sin mucho problema.
Cabe resaltar que la resiliencia mostrada no solamente es durante, crisis
(McLeod y Dulsky, 2021), ya que debemos pensar en sus efectos y que es posible
tener otra pandemia o crisis similar y, para ello, debemos estar preparados.
Docentes resilientes. Ante las medidas asumidas, los profesionales clave en
las escuelas fueron y son los docentes porque ellos aplican todas las medidas
asumidas y las adaptaciones realizadas y son las personas s cercanas a los
estudiantes y sus familias. Durante la pandemia, el docente tuvo que transmitir,
en lo posible, su compromiso laboral, un buen clima en las aulas, así como brindar
no solo recursos educativos materiales, si no recursos emocionales (Durand Mer-
cado et al., 2022; Gallegos Ruíz y Tinajero Villavicencio, 2020) porque afrontaba
sus propios temores y angustias, pero tenía que promover la resiliencia de sus
estudiantes, colegas y familias.
Autores como Gallegos Ruíz y Tinajero Villavicencio (2020) sostienen que el
docente se hace resiliente porque se encuentra en constantes modificaciones,
como la implementación de políticas o nuevos programas curriculares, sus expe-
riencias profesionales y la situacn socioeconómica de la escuela, entre otros.
Esto lo lleva a superar los retos y las dificultades y a continuar con su desarrollo
profesional. De ahí su automotivación, esperanza, recursos personales, toma de
decisiones, intereses, metas, manejo de sus emociones, inquietudes por seguir
avanzando, lo que demuestra su equilibrio y estabilidad (Vinogradov et al., 2022;
Durand Mercado et al., 2022; Olmo-Extremera et al., 2021).
Otro punto clave de los docentes fue la confianza recibida por parte de las
familias, la organización y el sistema educativo. Fue esencial para afrontar los
retos o las dificultades, ya que permite desenvolverse, aportar, asumir y proyectar
diversas acciones en beneficio de la escuela, así como la capacidad de relacionar-
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se al momento de realizar actividades o acciones concretas en el aula: iniciativa,
humor y buen trato con sus pares y sus estudiantes y demostrar, en lo posible,
paciencia, colaboración, carisma y tolerancia (Durand Mercado et al., 2022; Galle-
gos Ruíz y Tinajero Villavicencio, 2020; Machado et al., 2020; Gómez Rivadeneira
et al., 2022; Olmo-Extremera et al., 2021; Marín Che y Pinto Sosa, 2021). Es decir,
el docente sufrió lo mismo que los estudiantes y sus familias, pero tuvo que afron-
tarlo y, aunque fuera difícil, estuvo ahí para seguir trabajando. Sin embargo, no
debemos desconocer que también los docentes se hundieron en el dolor que se
vivía en esos momentos.
Adaptabilidad. Durante la pandemia, se tomaban decisiones todos los días
porque la organización tenía que adaptarse y no fue una cuestión simple. Algunas
eran a nivel estructural y otras, a nivel profesional-personal, las cuales eran las
más complejas. La adaptabilidad funcionaría con mayor rapidez o lentitud según
las condiciones de la organización educativa. Por ejemplo, funcionó muy bien la
incorporación de las TIC cuando los docentes tenían actitudes positivas (Drossel
et al., 2020) o cuando los problemas o desafíos eran vistos como posibilidades o
desde las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (FODA), una oportu-
nidad para la comunidad educativa (Olmo-Extremera et al., 2021).
Entonces, se tomaron acciones para enfrentar la crisis, desde riesgos indivi-
duales y organizacionales (McLeod y Dulsky, 2021), así como para generar nuevos
aprendizajes que involucraban a las familias y la comunidad. Por ejemplo, las re-
uniones virtuales con responsables de los estudiantes. También, se puede enten-
der como positiva la creatividad que emerge ante las exigencias y las necesidades
según cada contexto (Olmo-Extremera et al., 2021; McLeod y Dulsky, 2021).
Emociones. La pandemia afectó las emociones de las personas, desde situa-
ciones de ests a momentos muy dolorosos, sin dejar de lado la cantidad de
decesos que se proyectaban por los medios de comunicación. Esto despertó, en
las organizaciones educativas, la compasión, el interés por el bien común, la soli-
daridad, el coraje y el apoyo emocional (León Sandoval, 2020; McLeod y Dulsky,
2021; Walsh, 2021) aunque, desde la distancia, las medidas sanitarias no permi-
tían acercarse al otro de manera física y muchos tuvieron que resolver su dolor en
la soledad, sin el círculo de confianza (amistades, colegas).
Un aspecto menos importante ante las situaciones que afectaron las emocio-
nes fue la actividad física y el valor de las habilidades socioemocionales (Román et
al., 2020) como mecanismo de respuesta ante los cambios abruptos y las dolen-
cias sentidas.
Desarrollo profesional. Una capacidad asociada a la resiliencia a partir de lo
cognitivo es el aprendizaje continuo (Román et al., 2020), el deseo por saber y
aplicar. Esto se plasmó cuando las organizaciones promovieron el aprendizaje de
su personal para poder incorporar las tecnologías de la comunicación a las sesio-
nes remotas (Holguin-Alvarez et al., 2020), además de programas televisivos como
soporte del aprendizaje.
Esto necesitó aprendizaje, para lo cual aparecieron programas de capacita-
ción, seminarios virtuales, congresos y talleres para brindar herramientas a los
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docentes, aunque muy importante fue el apoyo que se daban entre colegas de la
misma organización y el autoaprendizaje que, en algunos casos, era en solitario
(Cedeno-Basurto y Oriz-Zambrano, 2022). Es claro que también se evidenciaron
las falencias formativas de los docentes, pero el entusiasmo por superarlo fue ser
resiliente (Holguin-Alvarez et al., 2020).
Finalmente, para lograr la resiliencia organizacional, fue necesario el apoyo y
la fuerza de las familias, la comunidad, los medios de comunicación, los organis-
mos estatales o privados que, de una u otra manera, aportaron para el funciona-
miento de las escuelas, pero, en algunos momentos también desalentaron, aun-
que se entiende que es propio de adaptarse y cambiar. Esta mirada sistémica es
clave para lograr los objetivos en las organizaciones educativas y pone en el cen-
tro a las personas, al humano que aporta a la sociedad (Alava Barreiro et al., 2022;
Sezen-Gültekin y Argon, 2020).
Cabe resaltar que la formación inicial se debe reflexionar y reorientar y consi-
derar las habilidades socioemocionales de los futuros docentes, que incluyen la
autoestima, los vínculos afectivos, la actividad física, la relajación, la respiración, la
escucha, la empatía y la espiritualidad (Urrutia-Aguilar et al., 2022; Cedeno-Basurto
y Oriz-Zambrano, 2022; Bendack y Tarazona, 2021), las cuales son tan importante
como investigar e innovar (Gómez Rivadeneira et al., 2022). Otros aspectos vincu-
lados con la resiliencia son la flexibilidad, la responsabilidad social y que debemos
aprender a vivir en incertidumbre (Walsh, 2021; Moreno Del Río et al., 2022). Es
necesario recordar que todavía hay un tema pendiente, que es trabajar los efec-
tos de la pandemia, los cuales ha marcado vidas, muchas de las cuales están en
las escuelas, tanto de docentes, directivos y estudiantes.
El impacto del liderazgo educativo como una respuesta para enfrentar la
crisis durante la pandemia
La pandemia evidenció una serie de carencias en el sistema educativo y
puso en jaque a los líderes educativos, quienes tuvieron que afrontar diferen-
tes desaos. Lamentablemente, en América Latina, se viv el cierre de escue-
las s prolongado del mundo y Perú no fue la excepción. Es, en medio de este
contexto, que muchos estilos de liderazgo se fueron constituyendo frente a la
situación particular de las diferentes instituciones educativas, los cuales deta-
llaremos en la Tabla 1.
Otros aspectos importantes, según Yokus (2022), en lo concerniente a
liderazgo, fueron la creación de redes, la mejora de las prácticas educativas, la
calma y la compasión frente a los diversos problemas suscitados, el pensa-
miento analítico y estratégico y la transparencia en la información. Esto permi-
t la visibilizacn de la gestn educativa, que colo un mayor interés en el
aspecto emocional de los estudiantes y sus familias. Cuando los docentes pu-
dieron ver que sus deres se preocupaban por su salud mental y valoraban su
trabajo, rindieron mejor e hicieron extensivo este apoyo a las familias que acom-
pañaban.
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Tabla 1: Estilos de liderazgo más utilizados durante la pandemia
Resultó de mucha utilidad, dada la co-
yuntura y facilitó prever los futuros
escenarios. Por ejemplo, el incremento
del uso del aula híbrida y su
implementación frente al futuro retorno
a la presencialidad.
Se buscaron soluciones a problemas de
forma colectiva y se encontró la res-
puesta en toda la comunidad educativa.
Un reto importante fue evitar la sus-
pensión perfecta (es una medida que
permite suspender temporalmente al
trabajador y reconocer sus pagos) del
personal de mantenimiento y adminis-
trativo de las instituciones educativas y
se puso la iniciativa solidaria a conside-
ración de todo el plantel. Esto fomentó
la cohesión institucional.
Fomentaron el optimismo, brindaron
soporte emocional y ponderaron el rol
de los docentes como piezas funda-
mentales en el acompañamiento de las
familias a su cargo.
Buscaron soluciones creativas e
inspiradoras entre los docentes, gene-
raron espacios de conversación y dis-
tensión para evitar el burnout (McLeod
y Dulsky, 2021).
Mayor énfasis en los aprendizajes
esenciales o competencias clave,
como lo plantean Reimers y Schleicher
(2020). Priorizar el bienestar
socioemocional, dado el contexto que
se estaba viviendo dentro de cada una
de las familias.
Por otro lado, la confianza se tuvo que
fortalecer entre los directivos y los do-
centes, basada en la autonomía conec-
tada propuesta por Fullan y Rincón
(2020), entendida como una red de
colaboración docente, que respeta la
autonomía creativa con la finalidad de
alcanzar objetivos comunes en favor
de los estudiantes.
Estilo Descripción Impacto durante la pandemia
Permitió la capacidad de prever y res-
ponder ágilmente a los cambios en
este contexto, la gestión de los ries-
gos, cómo lograr la eficacia en un es-
cenario cargado de imprevistos, la
construcción de los cambios requeridos
desde su rol y establecer ciclos vitales
de mejora continua para fortalecer la
capacidad de afrontar situaciones ad-
versas.
Se procura la comprensión y la resolu-
ción de los problemas que emergen de
escenarios cambiantes, hasta procesos
de construcción colectiva.
Dentro de una coyuntura de incerti-
dumbre, era importante contar con
gestores educativos íntegros y
carismáticos, que puedan liderar bajo
presión, enfatizar el optimismo, cuidar
a los estudiantes e inspirar el aprendi-
zaje. Estos deres ofrecían apoyo
emocional a los docentes y compren-
dían a la escuela como una familia,
en donde los gestores escolares guia-
ban y colaboraban con los maestros
en el desarrollo de sus habilidades y
valoraban la importancia de su rol
como soporte emocional.
Reconocido como aquel que concentra
su atención en los procesos de ense-
ñanza y de aprendizaje y el cumpli-
miento del currículo. Dada la emergen-
cia sanitaria, se tuvo que establecer
prioridades.
Adaptativo
(Torner, 2020)
Colectivo (Villafuerte
y Cevallos, 2021)
Transformacional
(Menon, 2021)
Pedagógico
(Ahtiainen et al., 2021)
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Fuente: elaboración propia.
Preocupación por verificar las trayecto-
rias educativas y evitar la deserción
escolar, pese a los graves problemas
económicos que estaban afrontando
las familias.
Existieron iniciativas para dar facilida-
des a los padres de familia para
publicitar sus emprendimientos dentro
de las redes sociales de las escuelas,
con la finalidad de mejorar sus ingre-
sos económicos y, de esa manera, sol-
ventar los gastos escolares. Esto deno-
ta "actos de apertura hacia enfoques
de corresponsabilidad frente a los fines
de la educación en nuestros tiempos"
(Aparicio Molina et al., 2020, p. 38).
La cultura de la colaboración entre re-
des educativas permitió consultar con
los primeros afectados por la
pandemia y tener así más tiempo para
planificar su capacidad de respuesta
ante los nuevos retos.
Según Caputo y Pérez (2022), cuando
hay puntos de vista diferentes pero un
propósito compartido, avanzar implica
diseñar y liderar un proceso en que las
partes resuelvan sus diferencias sin
que la autoridad lo haga por ellas. Esto
es distribuir el ejercicio del liderazgo.
Todo este impacto, producto de la pandemia, ha generado un nivel de aler-
ta importante en los deres educativos quienes, sen lo propuesto Vaillant et
al. (2022), deben, a partir de ahora, apostar por la necesidad de construir nue-
vos formatos que potencien el uso pedagico de la tecnología para la mejora
de los aprendizajes y el logro de mayores niveles de equidad. Por otro lado,
mejorar la capacidad para responder a escenarios de emergencia, fortalecer la
formacn de equipos directivos y docentes y mostrar el core de prácticas que
permitieron afrontar los contextos de emergencia, tal y como lo refuerzan Bolí-
var et al. (2022). Es importante trabajar en red para gestionar el conocimiento
entre directivos. Este nuevo "saber hacer" se fortalece cuando se comparte y
se promueve una disposicn permanente al cambio. Todas estas acciones con-
solidan al liderazgo educativo como una respuesta para enfrentar la crisis du-
rante la pandemia.
Se encuentra más centrado en las ha-
bilidades y las cualidades del director.
Fomenta prácticas de liderazgo de
"puertas abiertas", promueve relacio-
nes "cara a cara", con presencia fuerte
y cotidiana de los directivos que "cami-
nan en la escuela", Romero (2021)
plantea como fundamental la accesibili-
dad y la disposición de los líderes y
concibe como imprescindible su movili-
dad "en el terreno", en contraposición
al trabajo de escritorio. Considera el
aspecto emocional de la función direc-
tiva y docente para atender la crisis.
Implica la distribución del ejercicio del
liderazgo en los diferentes estamentos
de las instituciones educativas con co-
ordinacn, cooperación y comunica-
ción. Era importante, en este contexto,
establecer un enfoque de liderazgo
distribuido para gestionar la situación
de crisis, según Azorín y Fullan (2022),
con la finalidad de emplear redes inter-
nas y externas que logren mantener
las conexiones personales y profesio-
nales.
Estilo Descripción Impacto durante la pandemia
Directivo
(Romero, 2021)
Distribuido
(García, 2021)
A. Sánchez Huarcaya, P. Montalván Zuñiga, A. Leon Soria
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La mejora educativa como nea orientadora del cambio de las instituciones
en la pospandemia
La mejora educativa, según Reynolds y Neeleman (2021), es una línea de
investigación que se desarrolla, en el contexto actual, en función de la revisión de
las escuelas a través de un proceso de análisis de los aspectos que las componen
y una posterior investigación orientada hacia su optimización. Esto, a través del
compromiso de los agentes que las lideran para el logro de este último proceso.
En otros términos, la mejora educativa, como argumenta Gairín (2015, 2020), es
un medio de las instituciones para identificar los factores que facilitan y obstaculi-
zan los cambios en sus procesos, para delimitar cómo realizar estos en función de
las necesidades particulares de las escuelas.
En la actualidad, el mundo atraviesa un proceso de superación de la pandemia
de la COVID-19, la cual, en 2020, desa una situación que obligó, como bien
sostiene Hurtado (2020), a las escuelas a repensar su funcionamiento y a encon-
trar mecanismos para ajustarse a un nuevo escenario formativo. Esto, por el he-
cho de que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura [UNESCO] (2020), más de 849 millones de estudiantes se
encontraron confinados en casa y 113 países habían cerrado todo centro educati-
vo. Por ello, siguiendo a Feldman (2021), las escuelas necesitaron realizar nuevas
prácticas para conseguir la eficacia en el proceso de enseñanza-aprendizaje y, a
su vez, buscar la mejora de la ensanza tradicional para hacer expcitas las
nociones de cambio e innovación.
En tal sentido, Harris (2020) argumenta que es necesario el cambio en los
procesos institucionales desde el contexto de las escuelas para el logro de su
optimización. Dicho aspecto es resaltado, a su vez, por Mora et al. (2018) y Retamal
y Gairín (2020), quienes aseveran que el contexto en el cual se ve inmersa la
escuela y los procesos que se dan en ella la configuran como el escenario en el
cual se da el cambio, que permite identificar las prácticas relacionadas a la mejora.
La mejora educativa, entonces, contempla los aspectos internos y externos rela-
cionados a las escuelas, lo cual permite un análisis holístico y, a su vez, específico
en torno a la squeda para potenciar sus procesos.
De tal modo, la mejora educativa les ha permitido a las escuelas un análisis en
relación no solo a sus aspectos internos, sino que también concibe la contextualización
de estas para abordar sus necesidades y requerimientos de una manera más espe-
cífica. En otros términos, por un lado, según Pericacho et al. (2019), las escuelas que
mejoran tienen una apertura con su medio que promueve un intercambio con las
sociedades a las que pertenecen, mientras que, por el otro, como afirma Davis-
Singaravelu (2022), la mejora educativa se asienta sobre el hecho de que las es-
cuelas construyan sus propios mecanismos para lograr el desarrollo de los agentes
inmersos en el fenómeno educativo, lo cual implica un crecimiento progresivo.
Asimismo, es necesario destacar que, según Pericacho et al. (2019), la mejora
educativa cuenta con metodologías específicas y factores que inciden directamen-
te en la optimización de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. De tal modo,
el contexto de la educación virtual en tiempos de pandemia ha permitido la re-
flexión en torno a la identificación de componentes que permitirán que las escue-
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las logren mejorar a través del tiempo, tomando dichos elementos como insumos
importantes que les permitan lograr orientar la institución hacia la mejora educa-
tiva. Esta, entonces, según Gain (2020), se constituye como una oportunidad
para alinear las formas de pensar y de actuar de los actores del proceso educativo
con las actitudes que deben de tener los individuos en la sociedad.
De este modo, la mejora educativa faculta a las escuelas para lograr los obje-
tivos que delimitan en función de sus propias necesidades, debido a que aborda
sus problemáticas, teniendo en cuenta el contexto en el que se desarrollan. Por
ello, tal como afirman Adelman y Taylor (2022), las instituciones educativas son
exitosas en virtud del hecho de haber realizado prácticas y estrategias relaciona-
das a la búsqueda para garantizar el aprendizaje integral de los alumnos. No
obstante, Bohanon et al. (2021) arguyen que lo anterior sucede si y solo si la
escuela promueve que todos sus agentes participen en la delimitación de objeti-
vos orientados hacia potenciar los procesos de enseñanza y de aprendizaje con el
fin de que este proceso sea colaborativo y continuo.
Así pues, tal como sostienen Murillo y Krichesky (2012 y 2015), la mejora edu-
cativa se constituye como un recurso que poseen las escuelas para lograr un
cambio en las sociedades a las que pertenecen, a través de un proceso orientado
hacia la optimización de la calidad educativa. De tal modo, la búsqueda para lograr
potenciar los procesos de enseñanza y de aprendizaje es un proceso continuo y
cíclico, puesto que la mejora educativa se asienta sobre el hecho de comprender
la educación desde una visión novedosa que orienta la acción de las escuelas de
una manera específica. Así, según Rodríguez-Mantilla et al. (2020), la mejora se
asienta sobre un cambio planificado, sistemático y asumido por el centro para
introducir innovaciones necesarias para el cambio.
Teniendo en cuenta ello, en los últimos años, se han podido identificar aspec-
tos que se vinculan a la mejora educativa. Autores como Ortega-Rodguez y
Pozuelos Estrada (2022) y Luzarraga (2019) conciben que este campo de estudio
se vincula con el trabajo colaborativo docente y una implicación del resto de agen-
tes a través de un liderazgo sistémico que tenga por eje los procesos de ense-
ñanza y de aprendizaje, teniendo en cuenta que, en esta relación, debe existir un
debate responsable. Asimismo, Delgado Herrera y nchez Huarcaya (2021) y
Rodríguez-Gallego et al. (2020) sostienen que existe una relación entre la mejora
educativa y la práctica del seguimiento y la evaluación, el aprendizaje organizacional
y un liderazgo encaminado hacia la optimización de los procesos en las escuelas.
En tal sentido, como bien postulan Ceballos López y Saiz Linares (2020), el
cambio en las escuelas se sostiene en la existencia de finalidades y procesos de
planificación compartidos, que actúan a manera de un indicador que orienta al
proyecto educativo. A su vez, Queupil y Montecinos (2020) plantean que la mejora
educativa se vincula necesariamente con las interacciones entre los agentes par-
ticipantes en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, lo cual implica la delimita-
ción de roles de liderazgo y de distribución. De ahí que la mejora se constituye
como una manera de interpretar el fenómeno educativo sobre las bases del cam-
bio y la innovación e implica que todos los individuos pertenecientes a la comuni-
dad educativa posean una visión común para lograrla.
A. Sánchez Huarcaya, P. Montalván Zuñiga, A. Leon Soria
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Conclusiones
En relación con la resiliencia organizacional, es definida como la capacidad de
respuesta para enfrentar las vicisitudes de la vida, en este caso la pandemia. Ante
esto, se hace necesario ver el problema de manera sistémica, donde los esfuerzos
de mejora estaban para seguir brindando el servicio educativo y, sobre todo, aten-
der a los estudiantes que, en muchos casos, no tenían acceso al Internet, pero
había la intención de que sigan avanzando. Si bien la pandemia confirmó las falencias
del sistema educativo, los integrantes de las escuelas le hicieron frente y, aunque
las carencias eran visibles, los esfuerzos resilientes eran notables.
Se hace necesario ser consciente de las capacidades resilientes ganadas a
nivel organizacional, donde docentes, directivos, estudiantes y familias aportaron
y aprendieron, las cuales deben ser explicitadas y compartidas, ades de ser
puestas en común con otras organizaciones.
En este sentido, es importante contemplar y priorizar el ejercicio del estilo de
liderazgo distribuido, ya que permite identificar potenciales líderes para generar
una responsabilidad compartida respecto de la misión de la institución educativa.
Esto involucra a las familias, la comunidad local, los exalumnos, la municipalidad,
etc. Por lo tanto, se debe incidir en la preocupación por el capital humano de las
escuelas y su mundo interior, ya que, al garantizar un correcto manejo de las
emociones, es factible afrontar mejor los desafíos adaptativos que se presenten
en el futuro.
Consolidando esta visión del liderazgo compartido es posible anticipar la cri-
sis, ya que se puede trabajar en red y reconocer las buenas prácticas que permi-
tan un modelo de trabajo en contextos adversos. Por otro lado, es importante
encontrar este gran reto como una oportunidad de visibilizar la importancia de la
escuela y la revalorización de la carrera docente.
Con relación a la mejora educativa, esta radica en el hecho de que se consti-
tuye como un conglomerado de herramientas y mecanismos que permiten que las
escuelas enfrenten los efectos negativos de la pandemia y realicen los cambios
necesarios para afrontar los primeros. En ese sentido, la mejora se constituye
como una forma de pensar y de actuar, según la cual las instituciones educativas
orientan su labor hacia el cambio y hacia la optimización de sus procesos. A
pues, dicha línea permitió que las instituciones realizaran una transición adecuada
al periodo en el cual el mundo se vio afectado por la pandemia.
Por ello, es posible sostener que la mejora educativa, en el contexto de la
pandemia de la COVID-19, a su vez, les permit a las escuelas no solamente
mitigar los efectos negativos que desembocó dicho acontecimiento, sino que, ade-
más, les permittomar las oportunidades y repensar las fortalezas de la organi-
zación en función del cambio educativo. La mejora, en tal sentido, ayudó a las
escuelas a avanzar frente a las adversidades y a afrontar la pandemia de la mejor
manera posible, con la finalidad de potenciar sus acciones relacionadas con el
proceso de enseñanza y de aprendizaje para garantizar una educación equitativa
y democrática.
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Finalmente, los tres aspectos están vinculados y emergieron durante la
pandemia, aunque varía el tipo de organización educativa, ya que muchas no lo-
graron sobrevivir y otras fueron capaces de ser resilientes a nivel organizacional,
lo que evidencia un ejercicio del liderazgo orientado al estilo distribuido y adaptativo,
con un modelo de gestión preocupado por la mejora educativa. Además, atendió
las emociones de los miembros de la escuela: docentes, estudiantes, familias,
etc., mantuvo el servicio educativo y construyó los mecanismos para mejorar los
procesos de enseñanza y de aprendizaje.
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1
El presente artículo corresponde a una investigación mayor realizada durante 2021, en el Departamen-
to de Educación de la Universidad Católica del Uruguay. Contó con el apoyo de la Vicerrectoría de
Investigacn e Innovacn.
2
Magíster en Educacn. Investigadora del Departamento de Educación y docente de la Escuela de
Postgrados de la Universidad Católica del Uruguay. Montevideo, Uruguay. Correo electrónico:
iachard@ucu.edu.uy
3
Magíster en Sociología. Profesora de Alta Dedicación de la Universidad Católica del Uruguay. Monte-
video, Uruguay. Correo electrónico: abaraibar@ucu.edu.uy
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, Nº 43, abril-septiembre 2024. Pág. 19-39.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)02 / Recibido: 21/09/2023 / Aprobado: 13/03/2024.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Liderazgo pedagógico en pandemia.
Desafíos y aprendizajes
1
Pedagogical leadership in pandemic.
Challenges and learnings
Isabel Achard
2
Analí Baráibar
3
Resumen: La pandemia implicó reinventar el formato escolar y emplear diversas es-
trategias para garantizar la continuidad en la enseñanza. En 2021, se exploraron las
transformaciones en el liderazgo pedagógico en la Educación Media Básica de los cole-
gios católicos uruguayos y se lo analizó en seis dimensiones propuestas por Robinson
(2019). Combinando técnicas cuanti-cualitativas, se encuestaron a setenta y cuatro
directivos a nivel nacional y se realizaron entrevistas a una muestra intencional en
seis colegios. Sus percepciones, como actores clave, sobre las decisiones y estrategias
aplicadas, los aciertos, las dificultades y los aprendizajes vividos evidencian cambios
significativos del liderazgo pedagógico durante la pandemia. Implicó ajustar metas y
expectativas con los docentes, acompañar las replanificaciones, brindar capacitación y
apoyo para manejarse en entornos tecnológicos virtuales. Se favorecel surgimiento
de nuevos liderazgos y se potenciaron las coordinaciones docentes y el trabajo en red.
Además, se requirió contener socioemocionalmente a los integrantes de cada comuni-
dad educativa para alentar el compromiso activo y sostener la continuidad educativa
con nuevos vínculos colegio-familias.
Palabras clave: investigación, liderazgo, ambiente escolar, gestión del centro de en-
señanza, orientación pedagógica
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Abstract: The pandemic involved reinventing the school format using various strategies
to guarantee continuity in teaching. The transformations in pedagogical leadership in
secondary education in Uruguayan Catholic schools were explored (in 2021), analyzing
six dimensions proposed by Robinson (2019). Seventy-four managers nationwide were
surveyed using quantitative-qualitative techniques, and interviews were conducted
with an intentional sample in six schools. Their perceptions, as key actors, regarding
the decisions and strategies applied, as well as the accomplishments, difficulties, and
learning experiences, showed significant changes in pedagogical leadership during the
pandemic. It involved adjusting goals and expectations with teachers, accompanying
replanning, providing training and support to navigate virtual technological
environments. It favored the emergence of new leadership, enhancing teaching
coordination and networking. In addition, it required socioemotional support for the
members of each educational community to encourage active commitment and to
sustain educational continuity with new school-family links.
Keywords: research, leadership, school environment, school management, educational
guidance
1. La importancia de liderar los procesos pedagógicos en la educación
Potenciar la educación significa contar con líderes educativos que impulsen,
estimulen y lleven adelante los cambios necesarios, convoquen y guíen a su comu-
nidad educativa. Liderar los cambios en la educación es clave para crear las condi-
ciones institucionales que promuevan las transformaciones apropiadas para ase-
gurar las finalidades educativas y el buen funcionamiento de la organización esco-
lar (Bolívar et al., 2013).
La importancia de los liderazgos pedagógicos dentro de cada centro educati-
vo ha sido confirmada por numerosos autores, tanto en investigaciones empíricas
como a nivel de ensayos teóricos, especialmente, en las últimas décadas. El liderazgo
pedagógico de los directivos es el segundo factor que incide en los aprendizajes
de los estudiantes, luego de las prácticas docentes de aula (Leithwood et al.,
2004). El interés y la preocupación por fortalecer la formación de deres y gesto-
res educativos para promover procesos de cambio ha impulsado la creación de
distintos programas y políticas educativas, con el apoyo de organismos internacio-
nales (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cul-
tura [UNESCO], 2014).
Son varios los autores que señalan al liderazgo pedagógico como un factor
decisivo para garantizar una educacn de calidad (Braslavsky, 2006; Barber y
Mourshed, 2008; Rodríguez-Molina, 2011; Bolívar Botía et al., 2017), lo que ha
hecho surgir un marcado interés por caracterizar este tipo de liderazgo que impacta
en la calidad de los aprendizajes de los estudiantes. Se lo ha definido como la
"gestión y conducción de instituciones educativas y/o procesos pedagógicos, cuyo
eje fundamental de acción es lograr y garantizar un aprendizaje de calidad y el
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bienestar de todos los estudiantes" (Contreras, 2016, p. 245). De esta manera,
se pone el énfasis en el currículum y en la enseñanza, y, desde este marco, se
promueve el desarrollo profesional docente, la planificación y la supervisión de las
prácticas educativas y la generación de condiciones adecuadas para favorecer la
enseñanza y la mejora de los aprendizajes (Robinson et al., 2009).
En tal sentido,
Las escuelas deben garantizar a todos los alumnos los aprendizajes im-
prescindibles y la dirección de la escuela está para hacerlo posible, por lo
que tiene que entrar en la dimensión pedagógica, sin dejarla a la acción
individual o arbitrio de cada docente. (Bolívar et al., 2013, p. 7)
Los directores mejoran el aprendizaje de los alumnos, en gran medida, cuan-
do motivan a los profesores y fomentan el sentido de "comunidad profesional".
Los ayudan y guían para mejorar su enseñanza (Bolívar et al., 2013, p. 11).
Contreras (2016) plantea que el liderazgo se entiende como un proceso diná-
mico y complejo, que influye positivamente en las capacidades, las motivaciones,
los patrones de pensamiento, los talentos y las actitudes, no basadas en autori-
dad o posiciones formales de poder, sino en el ejemplo y el poder de persuasión.
En este marco, el aprendizaje exitoso y el desarrollo positivo de los alumnos son
el eje de las acciones colectivas. El compromiso con las metas y las visiones de la
institución educativa son fundamentales para construir una cultura organizacional
de aprendizaje. El liderazgo en relación con la formación docente está comprendi-
do desde una perspectiva de acompañamiento personalizado y con un abordaje
sostenido en las emociones y la motivación de las dinámicas de trabajo.
Robinson et al. (2014) toman como base la propuesta de Leithwood (Leithwood
et al., 2004), quien distingue tres dimensiones a través de las cuales el líder influye
en los aprendizajes de los estudiantes: el establecimiento de la dirección, el desa-
rrollo de las personas y el rediseño de la organización. Estos investigadores rea-
lizan un metaanálisis de las investigaciones disponibles y reconocen cinco dimen-
siones de liderazgo que impactan en los resultados de aprendizaje de los estu-
diantes: 1- establecimiento de metas y expectativas, 2- dotación de recursos es-
tratégicos, 3- planificación, coordinación y evaluación de la enseñanza y del currí-
culum, 4- promoción y participación en el aprendizaje y el desarrollo de los profe-
sores, y, por último, 5- aseguramiento de un ambiente ordenado y de apoyo. En
2019, a esas cinco dimensiones, Robinson le suma una sexta: la relación entre la
escuela y la comunidad. Así, las seis dimensiones que define son las siguientes:
1. Establecimiento de metas y expectativas. Implica generar un marco de referen-
cia que evidencie los lineamientos de acción, las expectativas, las normas, las
formas de participación y los resultados esperados para que la comunidad edu-
cativa tenga claro su rol y lo que se espera de ellos.
2. Dotación de recursos estratégicos. Comprende la asignación de recursos para
avanzar en las prioridades establecidas, en términos de objetivos de aprendi-
zaje. Implica la valoración de los recursos y la toma de decisión sobre su asigna-
ción. El recurso más importante que los líderes deben gestionar son los docen-
I. Achard, A. Baráibar
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tes, ya que la calidad de la docencia es el factor que más incide en las variacio-
nes del desempeño estudiantil (Nye et al., 2004, citados en Robinson, 2019, p.
127).
3. Planificación, coordinación y evaluación de la enseñanza y el currículo. El apoyo
a la docencia es una de las dimensiones de mayor impacto en los aprendizajes
de los estudiantes. Implica que los deres generen instancias de retroalimenta-
ción formativa con sus docentes en cuanto a la enseñanza, con insumos claros
y concretos para analizar y actuar en las mejoras necesarias.
4. Promoción y participación en el aprendizaje y el desarrollo de los profesores.
Las iniciativas que toman los líderes para fomentar la formación y la actualiza-
ción del cuerpo docente incluyen el apoyo para que estos aprendizajes se incor-
poren rápidamente para mejorar las prácticas de enseñanza.
5. Aseguramiento de un ambiente ordenado, seguro y de apoyo. Implica generar y
proteger el espacio y el tiempo de enseñanza para que el cuerpo docente pue-
da concentrar su dedicación en los aspectos pedagógicos. Implica liberarlos de
ocupaciones administrativas y despejar otras tareas que no aportan a la tarea
de enseñanza y seguimiento de los estudiantes. Desde el liderazgo, aportan a
esta dimensión: manejar un código de disciplina claro, asegurar interrupciones
mínimas del tiempo de instrucción, buscar efectividad en la resolución de conflic-
tos y hacer foco en la comprensión intercultural y el respeto por la diferencia. El
trabajo directo por parte de los directivos en el apoyo a la tarea docente y a su
formación es fundamental. Generar las instancias y las condiciones para garan-
tizarlo y sistematizar los procesos son responsabilidades de los líderes de las
instituciones educativas.
6. Relación entre la escuela y la comunidad. Esta dimensión se incorpora en 2019
y reconoce el impacto del vínculo entre los padres y la escuela en el compromiso
de los estudiantes con su escolaridad. "La omisión no se debe a que los víncu-
los entre la escuela y la comunidad carezcan de importancia, sino al hecho de
que contamos con pocas investigaciones sobre las prácticas de liderazgo nece-
sarias para establecer esos vínculos" (Robinson, 2019, p. 130).
Robinson identifica, además, tres capacidades clave que desarrollan los
líderes:
- Conocimiento profundo sobre aspectos vinculados al aprendizaje, la enseñan-
za y el currículo para poder tomar decisiones en cuanto a políticas escolares del
centro.
- Capacidad en la resolución de problemas complejos para reducir obstáculos en
el logro de objetivos.
- Construcción de relaciones de confianza para procurar que las relaciones en-
tre los adultos estén al servicio de los intereses y los aprendizajes de los
estudiantes.
Si bien todas las dimensiones definidas están vinculadas a las capacidades
clave de los deres, se pueden establecer vínculos más estrechos entre algunas,
como se aprecia en la Tabla 1.
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Tabla 1: Dimensiones y claves del liderazgo según modelo de Viviane Robinson
(2019)
Fuente: Elaboración propia basada en Robinson (2019).
2. El liderazgo educativo en tiempos de pandemia
La pandemia por expansión del COVID-19 causó cambios inesperados en 2020
y 2021. Las repercusiones abarcaron todas las dimensiones de la vida: sanitaria,
social, económica, laboral, cultural, afectiva e incluso, escolar.
Uruguay no quedó ajeno a esos procesos forzosos, en los que predominó el
uso de la modalidad virtual al establecerse la restricción de movilidad y la no
presencialidad en todos los niveles y los centros del sistema educativo nacional,
apenas iniciado el nuevo año lectivo (13 de marzo 2020). Una semana después,
se habilitó la enseñanza remota forzosa para sostener la continuidad educativa,
aprovechando las condiciones de conectividad del país y la accesibilidad generada
en la mayoría de la población mediante dispositivos tecnológicos, como alternativa
para implementar la enseñanza a distancia de emergencia.
En los centros educativos, naturalmente, se tiende a identificar el liderazgo
pedagógico con los roles directivos; posiblemente, por carecer de otros roles fue-
ra de los docentes de aula (que son líderes pedagógicos en ese ámbito). Las
cualidades de un líder se pueden desarrollar y potenciar no solo en esos roles,
sino fomentando además un liderazgo distribuido entre los actores de la comuni-
dad escolar. Sin duda, la situación de pandemia generó un movimiento inesperado
en el esquema tradicional de funcionamiento escolar. En esas condiciones, surgió
la inquietud por investigar lo que estaba sucediendo internamente en los centros
educativos.
Desde un fuerte compromiso con los estudiantes y las familias para asegurar
la continuidad de la ensanza, cada centro educativo y cada docente generó
I. Achard, A. Baráibar
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1. Establecimiento de metas y expectativas.
2. Dotación de recursos estratégicos.
3. Planificación, coordinación y evaluación de
la enseñanza y el currículo.
4. Promoción y participación en el aprendi-
zaje y desarrollo de los profesores.
5. Aseguramiento de un ambiente ordena-
do, seguro y de apoyo.
6. Relación entre la escuela y la comunidad.
Dimensiones Capacidades clave de los líderes
Resolucn de problemas complejos.
Conocimientos pedagógicos profundos.
Construcción de relaciones de confianza.
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mecanismos alternativos y empleó los medios que encontró a su alcance individual
y colectivamente. Como afirma Furman (2020):
Aun así, lo que está pasando es muy difícil. Hay buena parte de la pobla-
ción que está desconectada y, a pesar de estos esfuerzos, la escuela no
está llegando como uno querría y la continuidad pedagógica de este año
está puesta en jaque. (p. 2)
Sin duda, las dificultades de conectividad no se limitan al acceso tecnológico
literal: las diferencias de capital social y cultural de las familias y los estudiantes
quedan una vez más manifiestas en esta situación, con una brecha que se
incrementa. Docentes y directores, conscientes de esta situación, procuraron ge-
nerar respuestas de emergencia para evitar la discontinuidad de la enseñanza y
apelaron a los recursos que cada contexto les podía brindar -lo que evidencia las
diferencias preexistentes- y procuraron sortearlas.
Esta situación ha afectado, de diferente manera, a cada sector, nivel educati-
vo e, incluso, a cada centro educativo concreto, ya que cada uno posee caracterís-
ticas, condiciones y especificidades propias de su organización, edad, grados de
autonomía, planes de estudio, dinámicas de funcionamiento y contextos particula-
res (Banco Interamericano de Desarrollo [BID], 2020). La necesidad de tomar de-
cisiones de carácter urgente ha sido un denominador con para generar los
cambios necesarios en los procesos organizacionales internos, en las comunica-
ciones y en la vinculación de la escuela con estudiantes y familias.
La radicalidad de los cambios y su urgencia supuso, para los encargados de la
gestión, una preocupación en todos los órdenes del funcionamiento institucional.
La investigación realizada en Perú por Meza Revatta et al. (2021) destaca la im-
portancia de optimizar la gestión educativa mediante el fortalecimiento de los pro-
yectos educativos y el enriquecimiento de los procesos pedagógicos para mejorar
la calidad educativa y fortalecer las necesidades locales. Estos resultados colabo-
ran para resignificar la importancia del rol que cumplen quienes se desempeñan
en cargos de gestn educativa, particularmente, en determinados contextos
desfavorecidos.
Los centros educativos, sus docentes y estudiantes estaban en condiciones
muy dispares de equipamiento, experiencia y dominio de TIC. Debieron pasar la
totalidad de sus clases a la virtualidad masiva, lo que generó un amplio margen de
discrecionalidad para gestionar formatos y alternativas en medio de gran incerti-
dumbre. Al ser centros de enseñanza de gestión privada, la paralización de activi-
dades a nivel del país afectó a familias también a nivel laboral y, en consecuencia
directa, en el pago de mensualidades. Esta situación comprometida generó ries-
gos en la estabilidad y la continuidad de los servicios educativos y el personal. Las
decisiones urgentes se multiplicaron y se tensó la gestión que debía resolver, a la
vez, multiplicidad de aspectos importantes y de naturaleza diversa. Como expre-
san Achard y Baráibar:
Cada etapa demandó nuevas acciones y soluciones para hacerle frente a
los desafíos emergentes para los actores. Para los directivos implicó or-
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ganizar e ir ajustando en cada fase aspectos operativos (horarios, espa-
cios, personal y recursos ecomicos), pedagógicos (acompamiento,
orientaciones y formación para los docentes adecuando sus cursos en
forma permanente a las circunstancias, metodoloas, contenidos, moda-
lidad de cursado, cauces efectivos de comunicación, formatos e instan-
cias de evaluacn) y emocionales (de contención, cercanía y referencia).
(2023, pp. 24-25)
En ese escenario, se realizó esta investigación, que procura recoger las voces
y las vivencias de los directivos.
3. Diseño metodológico y trabajo de campo
La investigación se reali en todos los centros educativos católicos del país
con educación media básica, integrados en la Asociación Uruguaya de Educación
Católica (AUDEC), que funciona como red nacional y nuclea a 157 colegios de edu-
cación formal. Coordina y representa a las instituciones católicas de enseñanza en
todos los niveles ante autoridades y organismos nacionales e internacionales y
brinda asesoramiento y apoyo pedagógico, jurídico, laboral, técnico y administra-
tivo, acorde al Plan pastoral de la Iglesia católica. Desde 2006, ofrece instancias
de formación permanente para directivos y docentes con el fin de mejorar los
procesos pedagógicos y de gestión para cumplir su misión educativa y
evangelizadora. En los últimos tres años, las temáticas abordadas ponen énfasis
en la gestión educativa y el aprendizaje centrado en el alumno.
El objetivo general de la investigación matriz fue el siguiente:
- Analizar el liderazgo pedagógico en la educación media de los colegios católicos
uruguayos pertenecientes a AUDEC, a partir de las percepciones y las proyec-
ciones de directivos y docentes, durante la pandemia por COVID-19, con la fina-
lidad de identificar sus componentes más destacados.
Se definieron tres objetivos específicos (OE):
OE1- Caracterizar el liderazgo pedagógico de los directivos de educación media
básica en contexto de pandemia en todos los liceos católicos del Uruguay.
OE2- Identificar las prácticas de liderazgo pedagógico consideradas acertadas con
base en las percepciones de los docentes y los directores.
OE3- Sistematizar las opiniones y los relatos de experiencias de los actores con-
sultados conforme a las dimensiones del liderazgo pedagógico analizadas.
Para esta publicación, se realizó un recorte focalizado de la investigación. El
análisis se centró en el liderazgo pedagógico vivido y percibido por los directivos
durante el período de pandemia y se identificaron sus desafíos y aprendizajes. Se
tomaron las siguientes tres preguntas como eje:
- ¿Cómo perciben los directivos el liderazgo pedagógico en educación media si-
ca en los colegios católicos uruguayos en contexto de pandemia?
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- ¿Cuáles son las estrategias habituales y emergentes que aplicaron estos direc-
tores en el ejercicio del liderazgo pedagógico, durante la pandemia, en diversas
dimensiones de la gestión?
- ¿Q aprendizajes identifican estos directores a partir del proceso colectivo
vivido en pandemia?
El estudio realizado es exploratorio descriptivo y da cuenta de un proceso
único y excepcional en un terreno no explorado antes. "En tales casos los investi-
gadores deben justificar claramente por q conviene explorar este caso, indicar
los temas en los que se centra, y explicitar los criterios de la exploración" (Coller,
2005, p. 42). La investigación focaliza, específicamente, en el liderazgo pedagógi-
co y las vivencias de los directivos en los centros católicos de todo el país, para
comprender su alcance, valorar aciertos y dificultades y proyectar qué aprendiza-
jes recogen de lo vivido. Se centra en lo sucedido respecto a las decisiones de
gestn, en rminos de liderazgo pedagico, que debieron tomarse de forma
acelerada por parte de las autoridades y su relación con las dimensiones del mo-
delo de Robinson, empleado como referencia.
Se apliun diseño mixto, con abordaje cualitativo y cuantitativo (Hernández
Sapieri et al., 2010; Pereira Pérez, 2011), lo que permitió realizar una indagación
dinámica, con visión ampliada y profunda del objeto de estudio. Se valorizó la voz
y la perspectiva de los protagonistas del liderazgo pedagico y se recogieron
testimonios de todos los directivos y de una selección de docentes.
El trabajo contó con el aval del Comité de Ética de la Universidad Católica del
Uruguay. Se relevó el consentimiento de los actores, se verificaron los aspectos
metodológicos y se pautó el uso y la confidencialidad de la información según el
protocolo de actuación.
Cabe señalar que la investigación matriz fue más amplia e incluyó, también,
las percepciones de los docentes sobre el liderazgo pedagógico. En relación a los
docentes, se reali una encuesta en línea y entrevistas en profundidad a una
muestra intencional de doce docentes seleccionados por los directivos con crite-
rios predefinidos. En este artículo, se focaliza solo en los directivos; por eso, se da
cuenta detallada de ese núcleo de indagación.
Para seleccionar los casos, se utilizaron los criterios de viabilidad, heteroge-
neidad y accesibilidad expuestos por Valles (1999). La primera decisión fue selec-
cionar a los colegios católicos miembros de AUDEC de todo el país, que cuentan
con educación media básica en su oferta educativa. Se realizó un censo mediante
encuesta a todos los directivos, según el modelo de Robinson (2019).
Para seleccionar a los seis directivos con los que se realizaron las entrevistas
en profundidad, se mantuvieron los tres criterios ya mencionados de viabilidad
(factibilidad para realizar la entrevista dentro de los plazos previstos), heteroge-
neidad (ubicación de los centros, tamaño y antigüedad en el cargo como directivo)
y accesibilidad (directivos que respondieron. en el censo, tener disposición para
mantener una entrevista).
La Tabla 2 sintetiza el alcance y la cobertura total del trabajo de campo realizado.
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Tabla 2: Resumen del trabajo de campo de la investigación: técnicas y co-
bertura alcanzadas
* Tasa de respuesta (total y porcentaje).
Fuente: Elaboracn propia.
Los instrumentos se estructuraron en cinco categorías que articulan los apor-
tes teóricos ya señalados:
1. Datos generales de los colegios y de los actores implicados.
2. Liderazgo pedagógico de los directivos (construcción de metas y expectativas;
dotación de recursos estratégicos en el contexto; planificación, coordinación y
evaluación de la enseñanza y el currículo; participación en el aprendizaje y de-
sarrollo de los profesores; ambiente educativo; vínculo entre la escuela y la
comunidad).
3. Gestión de la innovación y el cambio en contextos forzosos.
4. Canales y formas de comunicación.
5. Aprendizajes emergentes en este período de pandemia.
Para validar los instrumentos (cuestionario del censo y guía semiestructurada
de las entrevistas), se aplicaron dos estrategias: lectura crítica de expertos y pilo-
taje previo de aplicados a actores similares.
En primera instancia, la encuesta se aplicó al universo de directores de los
centros definidos. En una segunda etapa, se seleccionaron seis centros a fin de
profundizar la información cualitativa sobre las dimensiones analizadas. Con la
I. Achard, A. Baráibar
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Técnica
aplicada
Censo
encuesta a
directores
Entrevista a
directores
Entrevista a
docentes
Encuesta
en nea
N° de
casos
83
6
12
256
Actores
Directores de
Educ. Media
sica (EMB).
Directores
de EMB.
Docentes
de EMB.
Docentes
de EMB.
Tasa
de rta.*
74/83
90 %
6/6
100 %
12/12
100 %
52/256
20 %
Criterios de seleccn definidos
Liceos católicos del país con EMB,
integrados a AUDEC.
Muestra seleccionada según pregun-
tas clave de la encuesta. Contempla
localizacn y tamaño del centro, y
antigüedad en la gestión.
Seleccionados por el director del co-
legio con base en la antigüedad, la
carga horaria y la percepción sobre
su conocimiento y uso de tecnolo-
as digitales.
Todos los docentes de EMB de los seis
liceos seleccionados.
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intención de garantizar la cobertura y la heterogeneidad en la muestra, se combi-
naron tres criterios para elegirlos:
a) Respuestas positivas a preguntas del censo sobre el interés manifiesto en parti-
cipar en la instancia cualitativa, la posibilidad de crear y concretar innovaciones.
b) Representación de colegios de Montevideo y de otras zonas del país para reco-
ger posibles variantes.
c) Antigüedad del director en el cargo. Se contemplan dos categorías: menos y
más de cinco años de experiencia en el colegio.
Las entrevistas semiestructuradas en profundidad fueron individuales y pre-
senciales (salvo en un caso que fue virtual). Todas estuvieron a cargo de las dos
investigadoras responsables y con grabacn de audio consentida para recoger
con total fidelidad sus testimonios completos.
El procesamiento de la información fue realizado empleando el software SPSS
(Statistical Package for Social Sciences) para las encuestas y ATLAS. ti para las
entrevistas, lo que impliel diseño de matrices de categorización. Para el análisis
del censo con los directivos, se definieron tres dimensiones: perfil de los directi-
vos, liderazgo pedagógico y aprendizajes a partir del proceso de pandemia, cada
una con sus subdimensiones e indicadores. En el caso de las categorías de ATLAS.ti,
se establecieron veintiocho códigos para procesar los contenidos de las entrevis-
tas en profundidad con los directivos.
4. Análisis de los resultados obtenidos
Los resultados se organizan de acuerdo con las tres dimensiones predefinidas
y relevadas: perfil de los directivos, liderazgo pedagógico (siguiendo el modelo de
Robinson, 2019) y aprendizajes en este período de pandemia.
4.1. Perfil de los directivos
En relación con las variables sociodemográficas, el 63 % son mujeres y el 37 %
son hombres. La distribución de edades permite identificar que, en el tramo de 45 a
65 años, se concentra el 60 % de los directores, lo que corresponde a una población
adulta madura. El 93 % de los directores tiene, al menos, diez años de experiencia
como docentes que conocen la dinámica de clases y el funcionamiento general de
los centros educativos. En cuanto a los años de desempeño del rol, el 60 % de los
directores lleva menos de cinco años en el ejercicio de la gestión educativa. Para
varios directivos, es su debut en el rol dentro del marco desafiante de la pandemia.
Más de la mitad está en una etapa inicial del ejercicio activo de la gestión, con el
desafío extraordinario de asumir el liderazgo en un período excepcional, sin
presencialidad, y de afrontar múltiples decisiones en tiempos inciertos y complejos.
En cuanto a su formación, el 64 % de los directores manifiesta tener estudios de
posgrado, lo que los califica sobre la amplia mayoría del personal docente de sus
centros.
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4.2. Liderazgo pedagógico según dimensiones del modelo de Robinson
Se analizaron las percepciones de los directores en relación con cada una de
las seis dimensiones definidas.
1) Establecimiento de metas y expectativas
Se destaca que el 76 % de los directivos indica que sus colegios ya tenían un
proyecto de centro escrito y vigente al momento de iniciarse la pandemia. En rela-
ción a la existencia de proyectos de mejora, el 80 % responde que los tenían y que
ya los estaban implementando previamente a la pandemia. La temática central de
los proyectos presenta una concentración marcada en dos temas de interés: las
metodoloas de enseñanza-aprendizaje y los procesos de evaluación. Contar
con proyectos de mejora en curso y formar a los docentes para ponerlos en prác-
tica se valoró como un apoyo que facilitó la generación de los cambios que la falta
de presencialidad impuso. En muchos casos, implicó encontrar a los docentes tra-
bajando ya en forma coordinada, con experiencias compartidas de instancias
formativas de reflexión, intercambio y actividades colectivas coordinadas.
2) Dotación de recursos estratégicos
En el marco de la pandemia, el 60 % de los directivos afirman que reasignaron
recursos técnicos para poder acompañar la nueva situación de enseñanza virtual
inicialmente y, luego, híbrida. En la mayoría de los centros (70 %), no existieron
nuevas contrataciones, lo que implicó resolver la nueva situación con el personal
que tenían. Antes de la pandemia, el 68 % usaba la plataforma educativa, pero le
daba un uso limitado que no generaba un impacto pedagógico significativo en las
prácticas docentes y los aprendizajes de los estudiantes. Para organizar la ense-
ñanza sin presencialidad, durante la pandemia, el 32 % de los colegios se vio en la
necesidad de incorporar una plataforma educativa. Un recurso nuevo fue la herra-
mienta de las videoconferencias (con diversidad de aplicaciones) para poder darle
continuidad a la propuesta educativa; el 96 % de los colegios las incorporó.
La situación de emergencia gene una solidaridad espontánea dentro del
personal y ofició como sostén para los docentes, tanto desde los directivos como
desde otros actores que tomaron protagonismo interno. Los adscriptos fueron las
figuras más destacadas como articuladoras y facilitadoras, incluso con presencia
virtual. Apoyaron a los docentes en las clases en aspectos tecnológicos, disciplina-
rios y de encuadre para facilitar la continuidad de las clases. Otras figuras impor-
tantes mencionadas fueron los docentes con mayor conocimiento y uso de aplica-
ciones y recursos informáticos, quienes generaron tutorías espontáneas o coordi-
nadas con sus colegas y dedicaron tiempo extra a asesorar a los directivos y a los
pares docentes.
3) Planificación, coordinación y evaluación de la enseñanza y el currículo
Las coordinaciones docentes se mantuvieron como espacios imprescindibles y
periódicos de reunión con la dirección, más allá de brindar cierta flexibilidad en la
frecuencia, propia de la situación excepcional que se estaba viviendo. El cambio
principal se señala en relación con los contenidos abordados en dicho espacio, ya
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Dlogos Pedagicos. Año XXII, 43, abril-septiembre 2024.
que el 87 % de los encuestados manifiesta que, en pandemia, tuvo variaciones.
Asimismo, el 74 % confirma que cambió el tipo de intercambio en las reuniones de
coordinación. Las entrevistas permiten agregar que estos espacios resultaron ser
un momento vital de encuentro y sostén emocional, no solo destinado a aspectos
relacionados con el desempeño académico. En cuanto al apoyo a los docentes, el
86 % de los directores considera que se brindó apoyo pedagógico entre algunas
veces o siempre durante todo el período. En relación al proceso de supervisión, el
57 % de los directores considera que supervisaron aspectos de planificación entre
algunas veces y siempre durante ese período. La respuesta del 32 % de los direc-
tores fue que las visitas a clase, en ese tiempo, no se realizaron. El proceso de
acompañamiento docente estuvo centrado en lo emocional, más alde los acom-
pañamientos que se realizaron a nivel de aspectos curriculares y pedagógicos.
4) Promover y participar en el aprendizaje y desarrollo de los profesores
La magnitud de la situación de emergencia fue tal que el desarrollo de los
docentes no fue uno de los aspectos más promovidos por los directores; por lo
menos, en las dos primeras fases de la pandemia. Se establecieron instancias de
aprendizaje s informales para convertirse rápidamente en usuarios de recur-
sos tecnológicos "sobre la marcha". En relación al acompañamiento, los directores
mencionan la necesidad de dar más tiempo e instancias para fomentar el diálogo
y la escucha de los docentes como colectivo, no solo en el mano a mano individual.
Incluso lo plantean como una buena oportunidad para buscar soluciones colecti-
vamente. Así lo experimentaron para resolver algunas dificultades que se les fue-
ron presentando.
Consultados respecto al ofrecimiento de instancias formativas a sus docentes
en pandemia, el 81 % de los directivos respondió afirmativamente. Es importante
considerar que se generaron nuevas posibilidades virtuales; por ejemplo, se abrie-
ron muchas conferencias o webinars gratuitas para educadores a nivel nacional e
internacional. En relación a las áreas de capacitación, destacan cuatro: las compe-
tencias digitales (87,8 %), las metodologías de enseñanza y aprendizaje (70,3 %),
la formación en evaluación (70,3 %) y las competencias socioemocionales (66,2 %).
Al indagar sobre el apoyo a la formación de los docentes desde los centros, se
respondió que contemplan diversas modalidades, desde la posibilidad de solicitar
licencias especiales por estudio o participación en eventos académicos (78 %), ofre-
cer descuentos en instituciones educativas para realizar cursos de formación y per-
feccionamiento (67,6 %) y, contratar personal técnico específico por parte del cole-
gio (66,2 %). Utilizar el apoyo externo de otras organizaciones para la capacitación
fue mencionado por el 55,4 % de los directores.
5) Asegurar un ambiente ordenado, seguro y de apoyo
En forma casi inmediata a la medida de suspensión de las clases presenciales,
el 72 % de los colegios señala haber realizado clases virtuales asincrónicas y
sincrónicas como forma de darle continuidad a los cursos. La modalidad más utili-
zada para desarrollar la propuesta de clases fue el uso de una plataforma virtual,
señalado por el 94,6 % de los directores encuestados. Entre las estrategias para
incentivar su uso, se apeló al apoyo de pares experientes en el empleo de recur-
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sos tecnológicos, tutoriales y apoyo directo; incluso, se respaldó sincrónicamente
el quehacer docente en las aulas virtuales. En las entrevistas, surge que ofrecer a
los docentes un marco de seguridad para sostener el desarrollo de sus clases fue
la forma más frecuente de acompañarlos. En algunas situaciones, llevar adelante
las clases en un entorno virtual les resultaba desafiante y complejo y requerían
apoyo externo para asegurar la continuidad: la presencia del director, del adscripto
o de otra figura colaboraba para desarrollar el curso.
La coordinación se destaca como espacio central para acordar la replanificación
curricular en ese escenario dinámico. Del relato de los directores, se manifiesta la
necesidad de mantener la unidad del colectivo de educadores en la dispersión, a
consecuencia de la no presencialidad, para lo cual se emplearon variados canales
de comunicación. Enfatizan la importancia de la comunicación directa y frecuente,
con transparencia, para estar todos manejando la misma información y brindando
posibilidades de expresar y escuchar. Afirman que el trabajo en equipo genera
cohesión y eso les da seguridad en momentos de mucha incertidumbre.
6) Relación entre la escuela y la comunidad
La vinculación con las familias se encauzó de diferentes formas y se recurrió a
estrategias variadas, dependiendo de cada contexto y posibilidad. Este proceso
fue cambiando en las distintas fases de la pandemia. Los directores encuestados
consideran este acercamiento de las familias como fundamental; el 88 % reconoce
cambios positivos en la comunicación con las familias, donde se destaca su incre-
mento, fluidez y mayor implicancia. En este proceso, la familia fue un protagonista
importante para mantener el proceso educativo, asegurar la continuidad en la
escolarización de sus hijos y establecer una alianza con el colegio. Esta situación
evidenc y marcó s la diferencia entre los estudiantes que no cuentan con
contención familiar y los que la tienen. El tema de las brechas estuvo presente
en las reflexiones y las acciones de los directivos.
Al indagar por los contenidos de la comunicación, se identifican como funda-
mentales: con 66,2 %, los intercambios sobre actividades de aprendizaje y pro-
puestas planteadas por los docentes y el 64,9 % menciona la información sobre
los cambios organizativos.
El uso de WhatsApp se expandió como un canal más ágil de comunicación y de
consulta inmediata, individual y masiva para la circulación de información con las
familias y los docentes. En algunos centros, ya existían grupos de WhatsApp de
padres para cada curso, por lo que fue instantáneo usarlo desde el primer mo-
mento; luego se reforzaban por ese medio los avisos importantes sobre cambios
organizativos e, incluso, sobre evaluaciones de los estudiantes. Como agentes de
comunicacn, varios directores destacaron la figura de los adscriptos, quienes
acompañaban también situaciones personales y familiares. En varios centros, se
generaron actividades con padres (reuniones e instancias de confraternidad, in-
cluso, virtuales) con la finalidad de mantener los vínculos.
En varios centros, se mencionaron nculos con otros actores del entorno.
Fundamentalmente, en los colegios del interior del país, mencionaron, por ejem-
plo, el apoyo recíproco con centros educativos públicos, con algunas organizacio-
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nes locales, centros pastorales o red de colegios (ej. AUDEC y fundaciones que los
apoyan). La Administración Nacional de Telefonía (ANTEL), organismo estatal, faci-
litó convenios de datos móviles para apoyar a las escuelas. La Administración
Nacional de Educacn Pública (ANEP) y Ceibal facilitaron el uso abierto de sus
plataformas y recursos digitales.
4.3. Aprendizajes sobre el ejercicio del liderazgo en contexto de pandemia
Al relevar los aprendizajes obtenidos a partir de las vivencias de la pandemia,
surgieron algunos componentes destacados desde las percepciones de los direc-
tivos, que contribuyeron a resignificar, en este proceso, tres elementos considera-
dos fundamentales:
1. Movimientos en actores y surgimiento de protagonismos.
2. Acciones destacadas, diferentes a las habituales.
3. Uso y circulación de recursos.
La Tabla 3 recoge la ntesis de los aportes destacados por los directivos
como aprendizajes a partir de las vivencias de sus liderazgos pedagógicos en el
período de pandemia.
En relación a los actores, en el proceso educativo, se mencionan cambios en
los roles y los vínculos. Se destacan a las familias como aliado fundamental, que
acompañaron los procesos de aprendizaje y las necesidades individuales. Se vol-
vió a pensar el lugar de los estudiantes, cómo mantener su motivación y cómo
apoyar su ubicación como protagonistas centrales del proceso educativo. Se pro-
curó centrar los esfuerzos en cada estudiante como destinatario central y se privi-
legió el encuentro, el acompañamiento y el desarrollo integral. Mantener su vincu-
lación con el centro y no "perderlos" fue la premisa. En este proceso, la adaptabi-
lidad y la creatividad fueron las claves frente a las incertidumbres, los límites y los
cambios forzosos.
En relación a los docentes y su rol como líderes pedagógicos, se vivieron si-
tuaciones donde se asumió el liderazgo y otras en las que resultó imprescindible
ofrecerles apoyo, orientación, formación y contención para dar continuidad a su
labor. En los colegios católicos, creció el protagonismo y el liderazgo de los adscriptos,
lo que facilitó las tareas. Se articuló a todos los actores para potenciar la búsque-
da de soluciones frente a las situaciones emergentes.
Respecto a las acciones propias del proceso educativo, la búsqueda de la
esencia educativa en este contexto particular supuso revalorizar su sentido últi-
mo: potenciar el desarrollo humano de manera integral. Se resignificó el acompa-
ñamiento, el trabajo en equipo, la comunicación, los procesos de aprendizaje, la
necesidad de generar espacios de encuentro emocional y profesional y de brindar
diversos apoyos: socioemocional, tecnológico-instrumental y pedagógico-filofi-
co. Se vitalizaron la fuerza y el valor de la comunidad educativa como núcleo cen-
tral y el cuidado por sostener un ambiente formativo de contención, que estimula
el desarrollo humano individual y colectivo y que vela por el bienestar de todos.
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Tabla 3: Síntesis de los aprendizajes señalados por los directivos vinculados
al liderazgo pedagógico
Fuente: Elaboración propia conforme a la información recogida en la investigación.
Un aspecto que surgió demandado con mucha necesidad fue el acompaña-
miento socioemocional, al punto de considerarlo como una dimensión emergente,
con entidad propia, por el valor asignado y la reiteración.
Se produjo una resignificación e incorporación de nuevos recursos. Espontá-
neamente, se potenció la comunicación en todos los sentidos y con todos los acto-
res para compartir recursos y soluciones colaborativamente. Liberar y socializar
recursos en horizontalidad, con apertura y circulación de los aprendizajes y las
innovaciones en entornos virtuales, fueron prácticas que ganaron terreno y se
instalaron. Esto implicó desafiarse, replanificar, incorporar dinámicas, cnicas y
aplicaciones nuevas, generar estímulos permanentes de motivación, modificar las
evaluaciones, así como incorporar nuevas aplicaciones, recursos virtuales y nue-
vas herramientas de comunicación y propuestas didácticas activas.
De las encuestas y las entrevistas, surge insistentemente que se ha invertido
mucho tiempo y trabajo extra en este período para garantizar la continuidad de la
enseñanza. Se enfatizó la importancia del reconocimiento a la entrega y el can-
sancio acumulado. En algunos centros, se concre y, en otros, no. Pese a los
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Roles y vínculos diferen-
tes entre escuelas y fa-
milias, unidas para apo-
yar a los estudiantes/
hijos.
Reflexiones sobre la
esencia de la tarea edu-
cativa.
Adaptacn, creatividad
y flexibilidad.
Apertura y generosidad
para la circulación de
saberes y recursos
entre educadores.
Principales ejes y cambios identificados en contexto de pandemia
Actores
Acciones
destacadas
Recursos
implicados
Focalización en la
centralidad de los estu-
diantes como actores
protagonistas a atender,
retener y contener.
Resignificacn práctica
del trabajo en equipo,
el acompamiento, la
comunicación y la moti-
vacn.
Innovacn e incorpora-
ción de nuevas técnicas,
dinámicas y aplicaciones
virtuales
Aumento del liderazgo
pedagógico de docentes
y reconocimiento de nue-
vos liderazgos emergen-
tes (ej.: los adscriptos y
los docentes con conoci-
mientos inforticos).
Concepción de los am-
bientes de aprendizaje
como espacios de apoyo
en diversos aspectos:
personales (contención
socioemocional) y profe-
sionales (pedagicos,
instrumentales, tecnológi-
cos).
Propuestas dicticas
activas que apelan a ma-
yor participación de los
estudiantes.
Inclusn de dinámicas
para incentivar la comu-
nicación.
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esfuerzos, se reconoce que los procesos de enseñanza y aprendizaje fueron afec-
tados significativamente, con resultados descendidos respecto a un o escolar
habitual y con presencialidad.
5. Conclusiones y proyecciones: ¿qué implicó crear y sostener liderazgos
pedagógicos en contextos de cambio e incertidumbre?
En relación a los desafíos, analizar el liderazgo pedagógico en el período de
pandemia, comprendido entre marzo 2020 y diciembre de 2021, implica reconocer-
lo inmerso en un escenario dinámico y complejo. En Uruguay, incluyó la identifica-
ción de siete fases diferentes dentro de la pandemia, con sucesivos cambios en la
modalidad de cursado y los consiguientes ajustes a los protocolos sanitarios esta-
blecidos en forma externa por las autoridades nacionales, lo que implicambios
internos en cada centro educativo. Fue un período muy desafiante para quienes
ejercieron el liderazgo pedagógico que requirió de soluciones creativas, abiertas,
variadas y flexibles en todas las instituciones. La forma tradicional de ejercer el
liderazgo, basada en un modelo presencial y centrada en los directores, se vio
afectada y se debieron desplegar nuevas estrategias de liderazgo con demandas
continuas y diversas. Cada etapa de la pandemia implicó replanificar, crear res-
puestas nuevas a los desafíos que fueron surgiendo, encausar el funcionamiento
de los centros en su globalidad y apoyar a todos los actores para transitar los
cambios del mejor modo posible.
El modelo propuesto por Viviane Robinson resultó apropiado para sistemati-
zar las iniciativas que, en materia de liderazgo pedagógico, aplicaron los directi-
vos, tal como se registra en los resultados compartidos precedentemente y en el
resumen de la Tabla 4.
Además de identificar estas estrategias, ligadas al desarrollo del modelo se-
leccionado, se identificaron dos dimensiones emergentes por parte de los directi-
vos, consideradas relevantes desde sus percepciones: el hecho de ser colegios
católicos y de prestar especial atención al desarrollo de las habilidades
socioemocionales para favorecer los vínculos y el compromiso de todos. Esto impli-
ca reflexionar sobre el liderazgo no solo en relación a las actividades centrales
que se realizan (contempladas en el modelo empleado), sino también estar aten-
tos a la consideración de los contextos institucionales concretos de desempeño y
a la cultura de cada centro, donde se integran los rasgos de personalidad de
quienes ejercen los liderazgos.
Es necesario incorporar el factor contextual enfatizando los efectos genera-
dos por decisiones externas (tomadas por las autoridades del sistema educativo
aplicando los protocolos sanitarios sujetos a la evolución de la pandemia), que
afectan fuertemente las condiciones de enseñanza y exigen atención a los cam-
bios permanentes y a la energía que requiere implementarlas.
El otro énfasis se apoya, especialmente, en los nculos personales que el
líder haya tejido con el entorno y las redes que emplea, que le permiten fortalecer
el desarrollo de la propuesta educativa del centro que dirige.
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Tabla 4: Resultados de cada dimensión considerando el modelo de Robinson
(2019)
Fuente: Elaboracn propia.
Estrategias aplicadas por los directivos
- Contar con proyectos de mejora, proyec-
tos educativos institucionales, escritos y
conocidos por todos y ya en ejecución,
contribuyó a mantener rumbo y dar seguri-
dad a la comunidad educativa.
- Ampliar cauces de participación, habilitar
espacios a otros actores para consultar,
definir y actuar en aspectos operativos de
funcionamiento cotidianos.
- Socializar recursos: circulación más abierta
de saberes y búsqueda de alianzas entre
pares.
- Involucrarse y capacitarse en el uso de
recursos virtuales para apoyar la innova-
ción y a sus docentes en procesos de
replanificación y adaptación curricular.
- Emplear recursos virtuales gratuitos de
capacitación.
- Mantener creativamente espacios de coor-
dinación e intercambio con los docentes,
los cuales incluyeron momentos sociales y
de contención.
- Flexibilidad para crear otras formas de eva-
luación y metodologías activas y lúdicas.
- Comunicación fluida por diversos canales
(virtuales y presenciales).
- Tomar decisiones de encuadre en relación
a horarios, canales de comunicación, en-
tregas de consignas y tareas. Organizar
pautas claras de funcionamiento comunes
para todos.
- Designar o asignar competencias como
referentes por nivel o sector para dar co-
hesión y unidad.
- Asumir una comunicación activa y fluida
con las familias para notificar los cambios.
- Establecer contactos puntuales o formar
redes con otras organizaciones para apo-
yarse.
Dimensiones
1.Establecimiento de
metas y expectati-
vas.
2.Dotación de recur-
sos estratégicos.
3.Planificación, coor-
dinación y evalua-
ción de la enseñan-
za y el currículo.
4.Promoción y parti-
cipación en el
aprendizaje y de-
sarrollo de los pro-
fesores.
5.Aseguramiento de
un ambiente orde-
nado, seguro y de
apoyo.
6.Relación entre la
escuela y la comu-
nidad.
Capacidades cla-
ve de los líderes
Resolución de pro-
blemas complejos
Conocimientos pe-
dagicos profun-
dos
Construcción de
relaciones de con-
fianza
El hecho de ser todos colegios católicos y de contar con componentes cultura-
les aglutinantes, como una formación pastoral que fortalece de manera explícita la
identidad y vivencia como comunidad educativa, y la dedicación puesta en la con-
tención y el fortalecimiento de aspectos espirituales por parte de los actores impli-
cados se valoró positivamente para responder a la situación desestabilizante del
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contexto de emergencia. En estas circunstancias, sentirse parte de un mismo colec-
tivo les ayua sostenerse en múltiples dimensiones, con gestos concretos (apoyo
espiritual y oración compartida, acompañamiento y cercanía personalizada, présta-
mo de equipamiento informático, incluso solidaridad económica para pago de cuo-
tas). Se evidencque, más allá de la diversidad de colegios en relación a su tama-
ño, ubicación y alumnado de diversos sectores sociales, la condición de ser centros
religiosos les otorga condiciones favorables de cohesión interna, espiritualidad com-
partida y seguridad para la comunidad educativa que lo conforma. Contar con pro-
yectos educativos institucionales, proyectos de mejora en curso y liderazgo para
hacerlos presente les permitió mantener su rumbo y consistencia interna, pese a
las transformaciones que provenían desde afuera del centro (la variación de proto-
colos sanitarios establecidos por las autoridades nacionales, por ejemplo), lo que
brindaba un marco de seguridad y confianza al quehacer de todos.
La otra dimensn que quedó destacada fue la atención a las habilidades
socioemocionales tanto en relación a la figura del directivo (como referente en sus
comportamientos y actitudes) como en la necesidad de brindar contención, armo-
nizar emociones y acrecentar la autorregulación en todos los actores implicados
(estudiantes, familias, docentes, directivos) para responder a la situación
desestabilizante de emergencia. Los vínculos personales que el líder ya haa
tejido con su comunidad, con el entorno y las redes que emplea para fortalecer el
desarrollo de la propuesta educativa son esenciales para garantizar la contención
de las personas y la continuidad del funcionamiento del centro, más al de los
cambios forzosos y las adaptaciones a realizar. Si bien puede señalarse que estas
habilidades esn presentes en todas las dimensiones ya analizadas, durante la
pandemia se hizo necesario activar de manera permanente el apoyo socioafectivo,
mediante espacios para escuchar y hablar, dedicando tiempo personal a la con-
tención y el acompañamiento. También, se apuntó a la promoción y la difusión de
diversas oportunidades formativas virtuales -mayoritariamente gratuitas- para los
docentes; por ejemplo, sobre el desarrollo de habilidades emocionales.
Se destacó, asimismo, un cambio en la fluidez de la comunicación bidireccional
con las familias, que acercó el reconocimiento y el agradecimiento hacia los docen-
tes y el colegio, especialmente, en las primeras fases de la pandemia, lo que po-
tenció un clima de unión. Las competencias comunicacionales se destacan como
centrales para lograr la continuidad y la calidad de la enseñanza, mediante la
coordinación docente como espacio colectivo y la comunicación personal directa y
cercana entre todos los actores. La importancia del trabajo común y en sintonía
con las familias emerge como un terreno a potenciar, que busca formas y cauces
que permitan consolidar su participación, más allá del contexto particular de
pandemia.
Se percibe el campo de las competencias socioemocionales como inherente al
liderazgo pedagógico, que fortalece el acompañamiento, la contención y el apoyo
de docentes, estudiantes y familias y procura desarrollar un ambiente de bienes-
tar para todos. La proximidad vincular socioemocional ha sido un componente cuya
incidencia se valoró y jerarquizó muy especialmente en la labor educativa durante
estos tiempos de pandemia.
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En las Tablas 3 y 4, se presentaron sintéticamente las estrategias desplega-
das para responder a los desafíos y los aprendizajes, que fueron destacados por
los directivos como procedimientos prácticos y efectivos para transitar este perío-
do disruptivo de cambios. Quedan respondidas las tres preguntas inicialmente
planteadas para esta comunicación. Difundirlos permite reflexionar respecto a su
posible incorporación en las prácticas cotidianas de ejercicio del liderazgo pedagó-
gico, más allá de estas condiciones excepcionales.
Un aspecto que merece considerarse en esa reflexión es la sostenibilidad en
el tiempo de una circunstancia mite, como se generó en este período estudiado.
Es lógico que tienda a disminuir el despliegue de energía y la dedicación puesta en
la contención y el apoyo de los actores que se realizó en este período prolongado
en el tiempo.
La situación de emergencia favoreció la consolidación de liderazgos pedagó-
gicos distribuidos al interior de los centros estudiados, que ampliaron su exten-
sión y se destacaron como más visibles los roles articuladores de los adscriptos,
los coordinadores y los referentes de nivel, a como los ejercidos por docentes
con mayor experiencia en el uso y dominio de recursos tecnológicos. La situación
de incertidumbre y la necesidad de garantizar rápidamente la continuidad de la
enseñanza llevaron a que varias direcciones habilitaran la participación de otros
actores (internos y externos) para buscar soluciones a los desafíos que debían
resolverse. La necesidad abrió una oportunidad para que surgieran nuevos
liderazgos emergentes asociados a los saberes, que se desplegaron y circularon
en cada centro, para permitir que siguieran cumpliendo su misión educativa. Los
aliados externos también fueron fundamentales como sostén colaborador, pero
no ocuparon liderazgos pedagicos.
La pandemia ya ha quedado atrás como tal y como contexto excepcional. El
liderazgo pedagógico dentro de las escuelas, en los directivos y en el rol de los
docentes ha cobrado mayor relevancia. Es un hecho que la educación precisa líde-
res y educadores que desarrollen buenas prácticas para fortalecerla, tanto en
contextos habituales como en situaciones excepcionales. La formación y las prác-
ticas de liderazgo extendidas en las organizaciones (liderazgo distribuido), con
visiones más amplias y flexibles que las tradicionales, resultaron ser una estrate-
gia imprescindible, necesaria y provechosa. Incorporar el desarrollo de competen-
cias de liderazgo como formación continua de los docentes, dentro de las organi-
zaciones educativas, facilita y fortalece su funcionamiento. Habilitar su ejercitación
alternando protagonismos entre los integrantes del colectivo permite dar oportu-
nidades de crecimiento y desarrollo del sentido de pertenencia e involucramiento,
incorpora intencionalmente la diversidad y hacer circular saberes en un rango más
amplio (incluyendo aspectos de la gestión), brindar reconocimientos, integrar po-
sitivamente la diversidad y generar motivación, compromiso y confianza en sus
integrantes.
La variedad y la profundidad de cambios que caracteriza al siglo XXI constitu-
ye un escenario cotidiano de incertidumbre para ejercer el liderazgo pedagógico
en las escuelas. Estos hallazgos aportan estrategias que resultaron acertadas y
que invitan a pensarlas y profundizarlas en el marco de otros contextos.
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1
Este artículo es basado en mi tesis de grado de Licenciatura en Sociología: Ponndole corazón al
hombre de hojalata: incidencia de la motivación en las expectativas educativas en estudiantes de de EMB.
o 2022. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la Reblica (Uruguay).
2
Licenciado en Sociología. Becario CONACYT (Colegio de xico). Ciudad de México, xico. Correo:
wilkinsandres@gmail.com
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, Nº 43, abril-septiembre 2024. Pág. 40-61.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)03 / Recibido: 18/08/2023 / Aprobado: 11/12/2023.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Incidencia de la motivación hacia el
aprendizaje y las expectativas educativas
de los estudiantes uruguayos de
de Educación Media
1
Incidence of motivation towards learning and educational
expectations of Uruguayan 3
rd
-year high school students
Andrés Wilkins Masse
2
Resumen: Recién a fines del siglo pasado, las Ciencias Sociales han comenzado a
interesarse en las habilidades socioemocionales; especialmente, en la motivación ha-
cia el aprendizaje al reportar la incidencia que esta tiene en el desempeño educativo
(Santos y Primi, 2014, Farrington et al., 2012).
En este estudio, nuestro objetivo es conocer la incidencia de la motivación hacia el
aprendizaje en las expectativas educativas de estudiantes de Educación Media. Para
ello, partimos desde una metodología cuantitativa y analizamos la encuesta de Aristas
Media 2018 (Instituto Nacional de Evaluación Educativa [INEEd], 2018) a una mues-
tra representativa de estudiantes de de Educación Media, que evalúa el desempeño
en Matemática y Lectura.
Los principales hallazgos son que, en las expectativas educativas a corto plazo, solo
incide la motivación intrínseca, mientras que, en las expectativas a largo plazo, incide
la motivación intrínseca y extrínseca a Matemática, teniendo en cuenta el efecto de la
variación de otros factores.
Palabras clave: motivación para los estudios, Uruguay, desigualdad social
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Abstract: Just by the end of the last century, the Social Sciences have begun to take
an interest in socioemotional skills; especially, in motivation for learning by reporting
the incidence that this has on educational performance (Santos and Primi, 2014,
Farrington et al., 2012).
In this study, our objective is to know the incidence of learning motivation on the
educational expectations of high school students. To do so, we start from a quantitative
methodology by analyzing the Aristas Media 2018 survey (Instituto Nacional de Eva-
luación Educativa [INEEd], 2018] to a representative sample of students in 3rd year of
high school that evaluates performance in Mathematics and Reading in Spanish.
The main findings are that only intrinsic motivation has an impact on short-term
educational expectations, while intrinsic and extrinsic motivation to Mathematics have
an impact on long-term expectations, taking into account variation effect of other factors.
Keywords: motivation for studies, Uruguay, social inequality
1. Introducción
Uruguay tiene una alta tasa de abandono en la Educación Media -EM en ade-
lante-. Desde 2020, el ingreso a la EM está universalizado, pero solo cuatro de
cada diez estudiantes egresaron de dicho nivel (Instituto Nacional de Evaluación
Educativa [INEEd], 2022). Este nivel comprende la formación de todos los jóvenes
de 12 a 18 años, en la que es obligatorio el egreso, tanto en su modalidad de
formación técnica como secundaria (Fernández Aguerre et al., 2022). A su vez,
está dividido en dos tramos: el primero, llamado Educación Media Básica -EMB-,
abarca hasta el tercer año de la EM y otro, desde el cuarto hasta el sexto año,
denominado Educación Media Superior -EMS-. No obstante, aunque el acceso está
universalizado y la cobertura pública es extensa, existen igualmente grandes des-
igualdades en el egreso de este nivel.
Según Menese Camargo (2020), la desigualdad de logro educativo ha sido
estudiada desde diversas perspectivas, que se pueden agrupar en tres principa-
les enfoques: aspectos socioeconómicos del hogar, caractesticas del sistema
educativo y, por último, los aspectos personales.
Este último enfoque ha sido el menos estudiado de los tres y se refiere a
aspectos individuales de los estudiantes que tienen incidencia en la trayectoria
educativa. Entre ellos, se pueden encontrar aspectos asociados a la edad, los
ciclos de vida de los estudiantes (Cardozo Politi, 2016) o aspectos emocionales
(Noboa et al., 2014; Wilkins Masse, 2022).
A diferencia del contexto internacional, en Uruguay, no han sido estudiadas
las habilidades socioemocionales de los estudiantes y su incidencia en el logro
educativo. Por habilidades socioemocionales, entendemos a aquellas habilidades
que permiten al individuo adaptarse de la mejor manera al entorno con el fin de
resolver diferentes problemas y estimular un mayor desarrollo personal (INEEd,
2021). Este concepto empieza a cobrar relevancia a fines del siglo XX como forma
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de complementar a las llamadas habilidades cognitivas, representadas por la ca-
pacidad del estudiante y asociadas con el aprendizaje en Matemática y Lectura
(Santos y Primi, 2014). Desde la década de los noventa, se formularon diversas
investigaciones desde varias disciplinas que destacan el papel de las habilidades
socioemocionales en los desempeños educativos de los estudiantes y en la inser-
ción a futuro en el mercado de trabajo (Cunha y Heckman, 2009; Farrington et al.,
2012; Heckman et al., 2006; INEEd, 2015).
En Uruguay, el estudio de estas habilidades se incorporó recientemente en la
investigación educativa y no se desarrollaron esfuerzos sistemáticos en la forma-
ción de docentes sobre cómo potenciar los aspectos socioemocionales de los es-
tudiantes en el aula, por más que los profesores y los maestros lidien constante-
mente con esta situación (Noboa et al., 2014).
La primera evaluación estandarizada de habilidades socioemocionales en Uru-
guay se encuentra en el marco de Programa para la Evaluación Internacional de
los Estudiantes
3
2012 -PISA -por sus siglas en inglés- con la inclusión de algunos
módulos en los que se incluía la motivación, la perseverancia, la autoeficacia y el
sentido de pertenencia a los centros educativos (INEEd, 2015). Posteriormente,
las habilidades socioemocionales se incluyeron en el estudio de Aristas realizado
por el Instituto de Evaluación Educativa de Uruguay
4
-INEEd, en adelante-, en la
Primaria (3° y grado) como en de la EM (INEEd, 2018).
Una de las habilidades socioemocionales más mencionadas es la motivación
hacia el aprendizaje (Santos y Primi, 2014). De hecho, es usual en la literatura la
jerarquización de la motivación hacia el aprendizaje como un lugar central dentro
de las habilidades socioemocionales (Farrington et al., 2012; Santos y Primi, 2014).
La definición de la motivación hacia el aprendizaje y las consecuencias sobre
el comportamiento humano varían notablemente dependiendo de la teoría desde
donde se enfoque la problemática (Curione y Huertas, 2016). En el presente estu-
dio, se entiende por motivación hacia el aprendizaje al proceso que mantiene en
actividad a un individuo para alcanzar una meta educativa determinada (Pintrich y
Schunk, 2006). En Uruguay, aunque existen varios antecedentes acerca de la inci-
dencia de la motivación hacia el aprendizaje en los desempeños académicos de
los estudiantes (Alemán et al., 2011; Cabrera, 2022; INEEd, 2020), no existen
antecedentes nacionales acerca de la incidencia de la motivación hacia el aprendi-
zaje en las trayectorias educativas de los estudiantes de la EM, período relevante
debido a los diversos cambios y experiencias que les suceden a los estudiantes.
Ahora bien, como carecemos de estudios longitudinales que tengan informa-
ción de variables socioemocionales, no se puede inferir acerca de la incidencia de
la motivacn en el abandono o las trayectorias educativas. Por lo tanto, para
acercarnos a esta problemática, utilizaremos las expectativas educativas a corto y
3
Estudio comparativo que evalúa los resultados educativos de varios pses llevada a cabo por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en estudiantes de 15 años.
4
Instituto creado en 2008 para el desarrollo de líneas de investigación y la evaluación de la calidad de
la educación uruguaya.
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largo plazo de los estudiantes. Por expectativas educativas, entendemos al nivel
que el estudiante espera alcanzar o finalizar en el futuro. Como se ha mostrado
en estudios antecedentes, las expectativas educativas son un buen predictor del
abandono escolar en Uruguay (de Melo y Machado, 2018).
2. Antecedentes
2.1. La creciente importancia de las habilidades socioemocionales
Desde la década de los noventa, en la literatura económica y sociológica, ha
emergido la conceptualización de habilidades o aspectos de las personas que son
considerados "no cognitivos", habilidades blandas o socioemocionales. Aunque
estas habilidades tienen diferentes denominaciones, hacen referencia al mismo
conjunto de habilidades de desarrollo personal que permiten una mayor adecua-
ción del individuo al entorno y que no son contemplados en la medición del coefi-
ciente intelectual (Heckman y Kautz, 2012). En esta investigación, se ha optado
por el nombre de habilidades socioemocionales, ya que se enfatiza el rol que jue-
ga la sociedad y la formación recibida por la persona en la infancia en la construc-
ción de las habilidades socioemocionales, como es destacado por teorías socioló-
gicas y psicológicas (Bronfenbrenner, 1987; Parsons, 1999; Pintrich y Schunk, 2006).
No obstante, cada vez es más frecuente la medición de las habilidades
socioemocionales en las pruebas estandarizadas. A nivel internacional, la OECD -
Organization for Economic Cooperation and Development- ha realizado una medición
de habilidades socioemocionales a niños entre 10 y 15 años en varios países, que
incluye varias dimensiones, como la curiosidad intelectual, la creatividad y la socia-
bilidad, entre otras (OECD, 2021). La misma organización ha impulsado la medi-
ción de algunas habilidades socioemocionales (entre ellas, la motivación hacia el
aprendizaje) en las Pruebas PISA desde el 2012, donde la unidad de análisis son
los estudiantes de 15 años en los pses participantes (OECD, 2017). Por otra
parte, en Uruguay, el INEEd ha incluido un módulo específico dedicado a las habi-
lidades socioemocionales al aplicar las pruebas estandarizadas Aristas en una
muestra representativa de estudiantes de de la EM (INEEd, 2020).
Todos estos esfuerzos convergen en un creciente consenso acerca de la impor-
tancia de las habilidades socioemocionales en diferentes beneficios sociales que reci-
ben los individuos en el mercado de trabajo (Heckman et al., 2006; Heckman y Kautz,
2012; OECD, 2021), la educacn (INEEd, 2015, 2020; Santos y Primi, 2014) y la salud
mental (Heckman y Kautz, 2012; OECD, 2021). En América Latina, el estudio de las
habilidades socioemocionales es escasa (Valdiviezo-Loayza y Rivera-Muñoz, 2022),
aunque existen algunos antecedentes en Brasil (Santos y Primi, 2014) y México (García
Cabrero, 2018). En Uruguay, con base en datos de Aristas Media 2018 -prueba de
logro acamico aplicada a estudiantes en 3° de la EM aplicada por el INEEd- (INEEd,
2018), las habilidades socioemocionales explican el 5 % de la varianza de los desem-
peños en los logros en Lectura y un 8 % en Matetica (INEEd, 2020).
Uno de los principales aportes de este campo es que ofrece una
complementariedad a la Teoría de la Acción Racional o a la Teoría del Capital Huma-
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no en la toma de decisiones educativas de los estudiantes. El estudiante no solo
toma su decisión con base en la expectativa de alcanzar determinada posición en
el mercado laboral o evitar caer en la estructura social, sino porque la concurrencia
a un establecimiento educativo genera determinados sentimientos y
emocionalidades. Es decir, no contemplamos a un ser humano puramente racional,
sino que tiene intereses y desarrolla afectos que inciden en sus acciones sociales
(Elster, 1997, 2010; Hedström, 2005).
2.2. La investigación reciente acerca de la motivación hacia el aprendizaje
Como fue mencionado en la introducción, la motivación al aprendizaje es una
de las habilidades socioemocionales más estudiadas como forma de acercarse a
por qué los estudiantes culminan una tarea. Por ello, al igual que la teoría de la
autodeterminación, concebimos que la motivación hacia el aprendizaje tiene dos
dimensiones principales: interna y externa (Ryan y Deci, 2000). La motivación in-
terna se refiere al interés genuino de los estudiantes por realizar una tarea. Por
ejemplo, un joven realiza su tarea de Matemática porque realmente disfruta la
actividad, mientras que la motivacn externa es el desarrollo de una tarea, a
partir de los incentivos externos a la persona, tales como el reconocimiento de un
docente o del padre, alcanzar un mejor puesto laboral, las recompensas de otro
año de educación finalizado, etc. Tanto la motivación intrínseca como la extrínseca
están fuertemente apoyadas en el contexto en el que está inserta la persona, ya
sea el clima educativo del centro (Maxwell et al., 2017), la pedagogía utilizada por
el docente (Korbel y Paulus, 2018), los vínculos con los compañeros de clase y la
familia (Kankaraš y Suarez-Alvarez, 2019; Ryan et al., 1994) y el entorno
socioeconómico (Alivernini y Lucidi, 2011; Santos y Primi, 2014).
Ahora bien, existe una amplia acumulación académica acerca de la incidencia
de la motivación hacia el aprendizaje, donde se muestra que, especialmente, la
motivación intrínseca tiene una alta correlación con el desempeño académico de
los estudiantes, tanto a nivel internacional (Anderman y Maehr, 1994; Farrington
et al., 2012; OECD, 2017) como nacional (Alemán et al., 2011; Cabrera, 2022; INEEd,
2015, 2020). En este marco, son relevantes los avances dados por el INEEd para
conocer cuál es la magnitud de la asociación entre la motivación hacia el aprendi-
zaje y el desempeño académico de los estudiantes. Con datos extraídos de PISA
2012, la motivación hacia el aprendizaje tiene un escaso impacto en el desempe-
ño de los estudiantes (INEEd, 2015).
Más allá de estos avances, a nivel internacional, existen varios estudios que
han analizado la relación entre la motivación hacia el aprendizaje y las expectati-
vas de abandono, como forma de acercarse a las trayectorias educativas al no
contar con información longitudinal en varios países. A nivel comparado de países,
en el estudio de la OECD (2021) antes citado, se encuentra que la curiosidad
académica (constructo similar a la motivación intrínseca) está asociada a una me-
nor intención de abandonar el sistema educativo en el futuro. Por otra parte, en
Italia, Alivernini y Lucidi (2011) estudian cómo la motivación hacia el aprendizaje
incide en la predisposición de los estudiantes a abandonar en tres instituciones
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de EM Superior, teniendo en cuenta factores socioeconómicos, escolares y familia-
res. El principal hallazgo es que, incluso al controlar por diversas variables, una
menor motivación hacia el aprendizaje aumenta la probabilidad de que el estu-
diante espere abandonar el sistema educativo. En Estados Unidos, se llega tam-
bién a conclusiones similares, aunque, en centros educativos secundarios rurales
en Iowa (Hardré y Reeve, 2003) y en Oklahoma (Hardré et al., 2007), donde, en
ambos casos, una menor motivación al aprendizaje es asociada a una menor
probabilidad de que los estudiantes esperen abandonar el sistema educativo.
Teniendo en cuenta las diferentes orientaciones motivacionales de las que dan
cuenta Ryan y Deci (2000), en Sudáfrica, se estudió cómo la motivación intrínseca
y extrínseca condicionan la transición al año siguiente en nueve instituciones de
diferentes contextos socioeconómicos y raciales. Contrario a lo que se suele seña-
lar en la literatura, Bénabou y Tirole (2003) encuentran que la motivación extrínse-
ca tiene mayor incidencia en la inscripcn de los estudiantes al año siguiente
(Grobler et al., 2014).
De esta forma, estas investigaciones muestran la importancia de la motiva-
ción hacia el aprendizaje en las disposiciones a la decisión educativa de los estu-
diantes. Por lo tanto, se entiende que complementa a los modelos de decisiones
basados en la Teoría de la Acción Racional.
3. Problema de investigación, objetivos e hipótesis
Con base en la fundamentación y el estudio de antecedentes, nuestro princi-
pal problema de investigación es conocer en q medida la motivación hacia el
aprendizaje influye en las expectativas educativas a corto y largo plazo de los
estudiantes de la EM en Uruguay. En este sentido, no solo existen antecedentes
que marcan la importancia de las expectativas en las trayectorias educativas de
los estudiantes uruguayos (de Melo y Machado, 2018), sino también las expecta-
tivas educativas suponen una condensación de las experiencias escolares del es-
tudiante.
Por lo tanto, el principal objetivo de este artículo es analizar cuál es la magni-
tud de la asociación entre la motivación intrínseca y extrínseca de los estudiantes
de de la EM en Uruguay en la construcción de sus expectativas educativas a
corto y largo plazo. Se consideran otras variables socioeconómicas, vinculares y
escolares que pueden tener un papel de antecedentes (género, nivel
socioeconómico, apoyo de los padres, tipo de centro o región de resistencia) o
covariantes (desempeños educativos) con las expectativas educativas.
Para una mejor respuesta al objetivo general, descompusimos en tres dife-
rentes objetivos específicos:
1. Describir la motivación intrínseca y extrínseca hacia el aprendizaje de los estu-
diantes de de la EM de Uruguay.
2. Describir las expectativas educativas a corto y largo plazo de los estudiantes.
3. Explorar la relación entre la motivación hacia el aprendizaje, el desempeño aca-
démico y las expectativas educativas de los estudiantes.
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Con tal de cumplir el objetivo pautado, se generaron dos principales hipóte-
sis: los estudiantes que muestran una menor motivación hacia el aprendizaje tie-
nen una menor probabilidad de esperar continuar el año siguiente o de alcanzar a
cursar alguna carrera de Educación Terciaria, incluso al controlar por variables de
socioeconómicas, escolares y familiares. La segunda es que la motivación intrínse-
ca tiene una mayor influencia en la construcción de las expectativas educativas de
los estudiantes a corto y largo plazo.
4. Métodos de investigación
Debido a las características del objetivo general, se selecciona un diseño no
experimental, cuantitativo y transversal (consideración de un solo período tempo-
ral). La mayor limitación es que contar con una estrategia transversal genera una
menor validez en las inferencias explicativas, ya que carecemos de un diseño que
pueda falsear los requisitos de la antecedencia temporal y el control de terceras
variables (Díaz de Rada, 2007).
Ahora bien, dado los objetivos planteados, se seleccionó como principal fuen-
te de información a los microdatos de las pruebas Aristas 2018 (INEEd, 2018) de
estudiantes de la EM, realizada por el INEEd. La principal ventaja del uso de esta
base de datos es que cuenta con información de las habilidades socioemocionales,
el contexto y su logro académico en Matemática y Lectura de los estudiantes de
todo Uruguay de de la EM en 2018
5
. De esta forma, nuestra base final cuenta
con información de 8445 estudiantes, distribuidos en 243 centros diferentes.
4.1. Operacionalización
Las principales variables que utilizamos son presentadas en la Tabla 1. En
este apartado, explicaremos dos variables en particular: la motivación hacia el
aprendizaje (variable independiente) y expectativas educativas (variable depen-
diente).
En primer lugar, por expectativas educativas, entendemos a las aspiraciones
académicas de los estudiantes en el futuro. A partir de los antecedentes, conside-
ramos que las expectativas tienen dos dimensiones principales: las expectativas
de trayectorias educativas (expectativas a largo plazo) y las expectativas de corto
plazo (Jacob y Wilder, 2010). Mientras que el primero se basa en la aspiración del
estudiante al máximo nivel educativo que espera alcanzar
6
, el segundo considera
si el estudiante espera permanecer el año siguiente en el sistema educativo.
5
La elección de la muestra elaborada por el INEEd es un muestreo aleatorio estratificado según el tipo
de centro y la región donde están ubicadas las escuelas. Para más información acerca de las decisio-
nes muestrales, se recomienda visitar la ficha técnica de Aristas Media 2018 (INEEd, 2018).
6
La pregunta sobre la que se generó la expectativa a largo plazo: "¿qué te gustaría cursar?". Esta
pregunta se tomará como indicador proxi de las expectativas educativas a largo plazo, ya que el verbo
gustar indicaría en mayor grado de aspiración que una proyección realística, es decir, una expectativa
de a dónde se espera llegar.
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Concepto Dimensiones Subdimensión Indicador / pregunta ejemplo
Contexto
socioeconómico
Capacidad de consumo
Capacidad de
consumo
Cantidad de personas en el hogar
Cantidad de menores en el hogar
Cantidad de perceptores de ingreso
Asistencia médica del jefe/a de hogar
Empleado/a doméstico
Material del techo predominante
Propiedad de vivienda
Departamento
Barrio
TV cable
Auto
PC (no Plan Ceibal)
Aire acondicionado
Capital cultural Capital cultural
Máximo nivel educativo padre
Máximo educativo madre
Cantidad de libros en el hogar
Sexo Sexo al nacer del estudiante Sexo ¿Sos varón / mujer?
Lugar de residencia Región Región ¿En qué departamento vivís?
Vínculos del
estudiante en el
centro educativo
Vínculos entre docentes y
estudiantes
Vínculos entre
docentes y
estudiantes (6)
“A los profesores le importa lo que los
estudiantes tienen para decir”.
Vínculos entre los
estudiantes
Vínculos entre los
estudiantes (6)
“En mi clase somos buenos compañeros”.
Vínculos entre los
estudiantes y adscriptos
Vínculos entre los
estudiantes y
adscriptos (6)
“Los estudiantes se llevan bien con el
adscripto”.
Apoyo parental Supervisión e
involucramiento parentales
“Mis padres me apoyan cuando me enfrento
a dificultades en el estudio”.
Motivación hacia el
aprendizaje
Motivación intrínseca “Estudio por el gusto de aprender”.
Motivación extrínseca
Motivación extrínseca
hacia Matemática (3)
“Lo que aprendo en Matemática me va a
servir para conseguir un buen trabajo en el
futuro”.
Tabla 1: Resumen de operacionalización de los conceptos
Fuente: Elaboración propia a partir de INEEd (2018).
En segundo lugar, por motivación del aprendizaje, se entiende llegar a cumplir
una tarea académica con éxito, evitando posibles distracciones y obstáculos (INEEd,
2021). Al interior de dicho concepto, como fue señalado en los antecedentes, se
distinguen dos principales dimensiones: la motivación intrínseca y extrínseca (Ryan
y Deci, 2000). La primera, como ejemplo de algunos de los indicadores utilizados
por Aristas, es "estudio por el gusto de aprender". Para la construcción de esta
dimensión, se utilizarán cinco indicadores de tipo Likert, resumidos en un índice
estandarizado, a partir de un alisis factorial exploratorio. Por otra parte, en
cuanto a la motivación extrínseca, hace referencia a la realización de una tarea
debido a la percepción de las recompensas futuras que recibirá el estudiante (Ryan
y Deci, 2000). Un indicador que lo ejemplifica es "Lo que aprendo en matemática
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me va a servir para conseguir un buen trabajo en el futuro". Aunque en Aristas
Media 2018 (INEEd, 2018) no fue recabado directamente, se utilizan las
subdimensiones de "valoración de la tarea en Idioma Español / Matemática" simi-
lares a otros esfuerzos de operacionalización de motivacn extnseca (Harter,
1981). Al igual que en la motivación intrínseca, a partir del análisis factorial, se ha
llegado a dos índices estandarizados: uno con la motivación extrínseca hacia Ma-
temática y otro, hacia el Idioma Español.
4.2. Técnicas de análisis
Además del análisis de tablas y promedios, se utilizaron dos principales técni-
cas de análisis: el análisis factorial exploratorio y el análisis logístico. La primera
técnica la utilizamos para la creación de los diferentes números índices acerca de
las relaciones, el apoyo parental y la motivación hacia el aprendizaje. Para ello, a
partir de la discriminación de la varianza común de los indicadores (factor común
entre todos los ítems que hace referencia al constructo latente al que se quiere
medir), se crea un índice estandarizado con media de 0 y un desvío estándar de 1
(Acock, 2013; Nunnally y Bernstein, 1994).
Por otra parte, seleccionamos el análisis de regresión logística, ya que permi-
te conocer la probabilidad de ocurrencia de un suceso a partir de una serie de
variables independientes (Gujarati y Porter, 2010). Para ello, la ecuación plantea-
da es la siguiente:
𝐿
𝑡
=
ln
𝑃
1
1
1
=
𝛽
0
+
𝛽
1
𝑋
𝑡
+
𝑢
𝑖
Ecuación 1: Ecuación general de regresión logística.
A modo general, cuando el logit es positivo, se interpreta como una relación
positiva entre la variable dependiente y la independiente. Es decir, a mayor valor
de la variable independiente, mayor es la chance de ocurrencia de la dependiente,
al aislar el efecto del resto de variables independientes. Por el contrario, cuando el
logit es negativo, la asociación entre las variables es negativa; en otras palabras,
a mayor valor de la variable independiente, menor será la chance de ocurrencia
del fenómeno. Para mayor facilidad en la lectura de las tablas 6 y 7, los coeficien-
tes representan el cambio promedio de ocurrencia de la variable dependiente al
cambiar en una unidad la variable independiente.
5. Resultados
En esta sección, se relevarán los principales resultados recabados de la inves-
tigación. Para ello, se seguirá el siguiente orden: en el primer apartado, se describi-
la expectativa educativa de los estudiantes. En el segundo, la motivación hacia el
aprendizaje de nuestra población. En el tercer apartado, se observala incidencia
de la motivación hacia el aprendizaje en las expectativas educativas de los estu-
diantes de de la EM por medio de diferentes técnicas estadísticas.
Incidencia de la motivación hacia el aprendizaje y las expectativas...
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5.1. Descripción de las expectativas educativas de los estudiantes
En este apartado, describiremos a nuestra variable dependiente, las expec-
tativas educativas de corto y largo plazo de los estudiantes de la EM.
En primer lugar, tomamos en cuenta las expectativas educativas de corto pla-
zo, es decir, qué porcentaje de estudiantes tiene la expectativa de continuar estu-
diando en el sistema educativo el año siguiente. En cifras: 8 de cada 10 estudian-
tes esperan continuar sus estudios el año siguiente. Ades, al comparar las
expectativas educativas con el abandono efectivo de los estudiantes, se puede
observar que las primeras reflejan, de forma adecuada, el abandono, ya que,
aproximadamente, 1 de cada 4 jóvenes de 18 años no culminó de la EM (INEEd,
2022). Este dato es alarmante, ya que significa que una proporción importante de
los jóvenes no espera completar los seis años obligatorios de la EM (ver Tabla 2).
Concretamente, al observar las expectativas a largo plazo, es decir, el máximo
nivel educativo que a los estudiantes les gustaría culminar, se expresa que el 7 %
de la población espera completar de la EM, año en que realizaron la encuesta.
Por otra parte, se destaca el alto porcentaje de expectativas para estudiar alguna
carrera terciaria (80 %), ya universitaria (52 %) como no universitaria (28 %) (ver
Tabla 3).
Tabla 2: Porcentaje de estudiantes de de la EM que espera continuar en el
sistema educativo el año siguiente
Fuente: Elaboración propia con base en Aristas Media 2018.
No espera continuar estudiando el o siguiente 19 %
Espera continuar estudiando el año siguiente 81 %
Total 100 %
Expectativa de continuar estudiando el año siguiente Porcentaje
Tabla 3: Máximo nivel educativo que los estudiantes de de la EM esperan
cursar, en porcentaje
Fuente: Elaboración propia con base en Aristas Media 2018.
No espera culminar 3° de la EM 1 %
Espera culminar de la EM 7 %
Espera culminar de la EM 13 %
Espera estudiar alguna carrera terciaria no universitaria 28 %
Espera estudiar alguna carrera terciaria universitaria 52 %
Total 100 %
Expectativa a largo plazo Porcentaje
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De hecho, al observar la distribución de las expectativas educativas a largo pla-
zo, el 80 % de los venes encuentra que le gustaría culminar la EM. En este caso, se
encuentran diferencias significativas con las decisiones educativas de los estudian-
tes, ya que, en 2021, solo el 43 % de los jóvenes culmina dicho nivel educativo (INEEd,
2022). Esta diferencia se puede deber a la formulacn de la pregunta que utiliza el
verbo gustar, como fue advertido en el apartado de la operacionalizacn.
5.2. Descripción de la motivación hacia el aprendizaje de los estudiantes
La motivación hacia el aprendizaje en Aristas está medido a través de una
serie de reactivos de tipo Likert, que miden la frecuencia que considera una serie
de ítems del 1 al 4, donde 1 es "Nunca o casi nunca" y 4 "Siempre o casi siempre".
Al observar por las diferentes dimensiones, los estudiantes muestran una mayor
motivación extrínseca, especialmente en Matemática (3,07), en comparación con
la motivación intrínseca (2,57). Este hallazgo se encuentra en armonía con algu-
nos antecedentes (OECD, 2017). Es decir, al completar una tarea, la mayor moti-
vación de los estudiantes son las futuras recompensas que pueden obtener, más
que un interés genuino por las tareas (ver Tabla 4).
Tabla 4: Promedio de los indicadores y la dimensión de la motivación hacia
el aprendizaje de los estudiantes de de la EM
* Media de la dimensión.
Fuente: Elaboración propia con base en Aristas Media 2018.
Estudio por el gusto de aprender. 2,51
Me gusta estudiar. 2,22
Disfruto lo que aprendo en el liceo/UTU. 2,57
Si me entusiasmo con un tema, sigo buscando información,
aunque no me lo pidan. 2,44
Me gusta aprender cosas nuevas. 3,13
Media
Media de
la dim.*
2,57
2,91
3,07
Motivación intrínseca
Lo que aprendo en Idioma Español me va a servir
para seguir estudiando. 2,99
Lo que aprendo en Idioma Español me va a servir
para conseguir un buen trabajo en el futuro. 2,86
Lo que aprendo en Idioma Español me va a servir para la vida. 2,88
Motivación extnseca hacia el Idioma Español
Lo que aprendo en Matemática me va a servir
para seguir estudiando. 3,18
Lo que aprendo en Matemática me va a servir
para conseguir un buen trabajo en el futuro. 3,06
Lo que aprendo en Matemática me va a servir para la vida. 2,96
Motivación extrínseca hacia Matemática
Incidencia de la motivación hacia el aprendizaje y las expectativas...
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Dlogos Pedagógicos. XXII, 43, abril-septiembre 2024.
Dentro de las subdimensiones, la motivación intrínseca se compone de cinco
reactivos que miden el interés y la curiosidad de los estudiantes como motor prin-
cipal para culminar las tares, por ejemplo: "disfruto lo que aprendo en el liceo /
UTU"
7
. El ítem en que mayor grado de acuerdo existe entre los estudiantes es "Me
gusta aprender cosas nuevas", donde el promedio ronda los tres puntos. Se podría
hipotetizar que esto se debe a que el reactivo no solo pregunta sobre el aprendi-
zaje en el ámbito educativo.
Al observar los reactivos correspondientes a la motivación extrínseca, se pue-
de observar que hacen mención a tres aspectos de las recompensas futuras: el
estudio ("Lo que aprendo en Idioma Español me va a servir para seguir estudiando"),
el trabajo ("Lo que aprendo en Matemática me va a servir para conseguir un buen
trabajo en el futuro") y en general ("Lo que aprendo en Matemática me va a servir
para la vida"). Los encuestados sistemáticamente valoran más las tareas en sus
retribuciones en el ámbito educativo especialmente. Los estudiantes muestran un
mayor acuerdo en cualquiera de los ítems correspondientes a Matemática que al
Idioma Español. Esto da a entender que, dentro de las percepciones de los estu-
diantes, Matemática reporta un mayor beneficio a futuro que el Idioma Español, lo
que es un punto de base que podría servir para la comprensión de las preferen-
cias educativas a futuro.
5.3. Incidencia de la motivación hacia el aprendizaje en las expectativas
educativas de los estudiantes
Para el estudio de cómo incide la motivación en las expectativas educativas
de los estudiantes, plantearemos dos acercamientos. En primer lugar, observare-
mos la diferencia en el promedio de declarar continuar el año siguiente, según el
tercil de motivación. En segundo lugar, pondremos a prueba esta relación al con-
trolar el efecto de diferentes variables por medio de varios modelos logit.
5.3.1. Relación entre la motivación hacia el aprendizaje y la construcción de las
expectativas educativas de los estudiantes
Para el estudio de la incidencia de la motivación en las expectativas educati-
vas de los estudiantes, observaremos la proporción de considerar continuar en el
sistema educativo a corto o largo plazo, según los terciles de motivación intrínseca
y extrínseca (Tabla 5). En segundo lugar, por medio de los modelos logit, pondre-
mos a prueba los cambios de coeficientes y la significación del efecto de cada una
de las variables.
Como se puede observar en la Tabla 5, la motivación intrínseca y la extrínseca
hacia Matemática tienen incidencia en las expectativas educativas a corto plazo. El
7
Liceo se refiere comúnmente a los centros educativos de EM en Uruguay. UTU hace referencia a la
Dirección General de Educación Técnico Profesional que ofrece educación técnica al nivel secundario
y terciario.
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tercio de estudiantes con menor motivación intrínseca tiene una probabilidad de
un 78 % de querer continuar el año siguiente, mientras que los estudiantes más
motivados aumentan siete puntos porcentuales dicha probabilidad. En la motiva-
ción extrínseca hacia Matemática, la brecha entre los terciles es de solo cinco pun-
tos porcentuales y la mayor distancia es entre el tercil 1 y 2. A su vez, no se
constatan diferencias significativas en la motivación extrínseca hacia el Idioma
Español al cursar el año siguiente.
En las expectativas educativas a largo plazo, se denota que la incidencia de la
motivación hacia el aprendizaje para cursar la educación terciaria es mayor que la
relación mostrada anteriormente. En este sentido, la brecha entre el tercil 1 y 3 de
motivación de los estudiantes en la probabilidad de cursar la educación terciaria
es de 11 %, la cual es cuatro puntos porcentuales más que en las expectativas a
corto plazo. La motivación extrínseca hacia Matemática también aumenta la pro-
babilidad de continuar el año siguiente. De hecho, la brecha es de nueve puntos
porcentuales, al igual que en las expectativas a corto plazo de los estudiantes. La
diferencia radica, especialmente, en los terciles 1 y 3 de la motivación. Por último,
tampoco se constatan diferencias significativas entre la motivación intrínseca ha-
cia el Idioma Español y las expectativas educativas a largo plazo de los estudian-
tes. Esto es un primer indicio de la importancia de considerar a las habilidades
socioemocionales en las expectativas educativas. A continuación controlaremos
esta sección a partir de un conjunto de variables de control.
5.3.2. Inclusión de variables de control en la relación entre la motivación hacia el
aprendizaje y las expectativas educativas
Aquí, pondremos a prueba cuánto incide la motivación hacia el aprendizaje en
las expectativas educativas, aun teniendo en cuenta otros factores de intes.
Tabla 5: Proporción de las expectativas a corto y largo plazo, según el tercil
de la motivación hacia el aprendizaje de los estudiantes de en 2018
Fuente: Elaboración propia con base en Aristas Media 2018.
Tercil 1 0,78 0,79 0,80
Tercil 2 0,81 0,84 0,81
Tercil 3 0,85 0,84 0,83
Motivación
intrínseca
Expectativa de continuar en el sistema educativo el año siguiente
Motivación extrínseca
hacia Matemática
Motivación extrínseca
hacia Idioma Español
Expectativa de continuar en el sistema educativo el año siguiente
Tercil 1 0,62 0,63 0,67
Tercil 2 0,65 0,71 0,66
Tercil 3 0,73 0,72 0,68
Incidencia de la motivación hacia el aprendizaje y las expectativas...
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Para ello, en primer lugar, analizaremos cuánto incide en las expectativas educati-
vas a corto plazo. Para controlar el efecto de terceras variables, construiremos
dos modelos: un primer modelo sobre los coeficientes de las variables de control
con respecto a las expectativas educativas y un segundo que incorpora las tres
dimensiones de la motivación. Este procedimiento lo replicaremos en las expecta-
tivas a largo plazo.
Un aspecto importante que debemos precisar con respecto a las variables de
control es el tema de la temporalidad con respecto a nuestra variable indepen-
diente (motivación hacia el aprendizaje), tal como se puede observar en los ante-
cedentes. En primer lugar, la mayor parte de terceras variables, para Gerring (2014),
tienen un papel lógico de antecedentes, es decir, su incidencia es previa temporal-
mente a la variable independiente. Tal es el caso del sexo biológico de los estu-
diantes, la región de residencia, el contexto socioeconómico y los vínculos del es-
tudiante con los padres y los actores escolares. Mientras que el desempeño aca-
démico tiene el papel de covariante, es decir, que tiene una relación con la variable
independiente y la dependiente simultáneamente.
En primer lugar, se puede destacar que solamente la motivación intrínseca
hacia el aprendizaje incide en la expectativa de estudiar al año siguiente que
construyen los estudiantes a un 95 % de confianza. En cifras, al incrementarse un
desvío estándar el índice de motivación intrínseca, el estudiante tiene un 15 %
más de probabilidades de continuar estudiando el año siguiente, ceteris paribus.
No sucede lo mismo con la motivación extrínseca, ni para Matemática ni para el
Idioma Español, donde no se encuentran diferencias significativas. Es decir, el in-
terés de los estudiantes de la EM con respecto a las tareas y las materias que
cursan incide en la predisposición a las elecciones educativas, incluso al controlar
por varios factores vinculares, sociodemográficos y escolares. Por lo tanto, este
podría ser un primer indicio para considerar cómo factores socioemocionales son
de importancia no solo para el desempeño, como ha sido estudiado, sino también
en las elecciones y las trayectorias educativas que forman los estudiantes. No
obstante, cabe aclarar que, al observar el cambio en el Pseudo R
2
, no existen
diferencias con respecto al modelo que no incluye la motivación hacia el aprendi-
zaje en la explicación de la varianza de las expectativas educativas a corto plazo
de los estudiantes
8
(ver Tabla 6).
Por otra parte, al analizar cómo cambian los factores que inciden en las expec-
tativas educativas al incorporar la motivación hacia el aprendizaje, podemos ob-
servar que no se dan cambios significativos, salvo en dos variables: el vínculo con
los docentes y la percepción de apoyo parental de los estudiantes. Ambas varia-
bles refieren al vínculo que establecen los encuestados con figuras referentes, ya
sean los docentes o los padres. En resumen, según las principales hipótesis del
sociocognitivismo y del estructural-funcionalismo (Bronfenbrenner, 1987; Parsons,
1999; Pintrich y Schunk, 2006), esto podría explicar el mecanismo de interiorización
8
Cabe aclarar que, como se afirma en Gujarati y Porter (2010), el Pseudo R
2
puede presentar problemas
a la hora de estimar el ajuste de los modelos a los datos.
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Tabla 6: Coeficientes y significación de factores asociados a las expectati-
vas educativas a corto plazo de los estudiantes de de la EM
*Significación a un 90 % de confianza.
**Significación a un 95 % de confianza.
***Significación a un 99 % de confianza.
Fuente: Elaboración propia con base en Aristas Media 2018.
Índice de motivación intrínseca 0,15***
Índice de motivacn extrínseca
hacia el Idioma Español 0,00
Índice de motivacn extrínseca
hacia Matetica 0,05
Contexto socioeconómico
del estudiante 0,25*** 0,26***
Sexo (Varón=0)
Mujer 0,52*** 0,51***
Región de residencia (norte=0)
Sur 0,05 0,10
Litoral oeste 0,11 0,14
Litoral sureste 0,04 0,04
Centro 0,14 0,18
Índice de percepción
de apoyo parental 0,09*** 0,08*
Tipo de centro (público=0)
Privado -0,36*** -0,31**
Técnico -0,17* -0,22**
Rezago
(con abandono o repetición=0)
Sin abandono / repetición 0,20** 0,20**
Logro en Matemática (en centenas) 0,14 0,11
Logro en Lectura (en centenas) 0,39*** 0,40***
Índice de vínculo entre
estudiantes y adscriptos 0,00 0,00
Índice de vínculo entre estudiantes 0,00 0,00
Índice de vínculo entre
estudiantes y docentes 0,12** 0,08
Constante 0,37 0,42
N 6483 6482
Pseudo R
2
0,05 0,05
Variable
Modelo con motivación
hacia el aprendizaje
Modelo sin motivación
hacia el aprendizaje
Incidencia de la motivación hacia el aprendizaje y las expectativas...
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del interés por las materias y el bito de estudio a medida que el estudiante
establece vínculos. Una vez interiorizada la motivación por parte del estudiante, el
nculo con los docentes o el apoyo de los padres sea menos relevante. La
contracara se puede dar en que la no interiorización de la motivación debe dar
una mayor relevancia a los vínculos establecidos con los padres y los docentes.
En cuanto a las expectativas a largo plazo, se da cuenta de que la motivación
intnseca y la motivacn extrínseca hacia Matemática son significativas en las
expectativas educativas. Es decir, además del interés de los estudiantes por los
contenidos de las materias escolares, también incide la percepción de recompen-
sas por terminar las tareas relacionadas con Matemática (ver Tabla 7).
En cuanto al cambio de los coeficientes, al incluir la motivación, se encuentran
algunas diferencias, especialmente, en la región de residencia y el tipo de centro
al que asiste el estudiante. En el primer caso, la región del litoral Norte y la región
del Centro pierden su significación, al menos, a un 95 % de confianza. Es decir, al
incorporar la motivación hacia el aprendizaje, los estudiantes de dichas regiones
tienen la misma probabilidad de esperar cursar la educación superior que los de la
región norte. Los mecanismos por detrás de dicha mediación entre las variables
deberán estudiarse con mayor profundidad en nuevos apartados. En el caso del
tipo de centro, se releva que, sin considerar la motivación, no existen diferencias
significativas a un nivel de confianza del 95 % con respecto a la EM pública. Sin
embargo, al considerar la motivación hacia el aprendizaje, se muestra que los
estudiantes que asisten a la Educación Técnica tienen un 30 % menos de chances
de esperar cursar el nivel terciario.
6. Conclusiones
En conclusión, la acumulación de investigación educativa en los últimos treinta
años acerca de la desigualdad educativa en Uruguay ha sido abundante y se han
utilizado diversos enfoques y metodologías. Rescatando la tipología de enfoques
analíticos de estudios de la desigualdad educativa propuesta por Menese Camargo
(2020), este artículo intenta ahondar sobre la importancia de los factores perso-
nales en las trayectorias educativas y, especialmente, en las habilidades
socioemocionales. A partir de los resultados extraídos en los diferentes modelos,
no se puede rechazar la hipótesis de que los estudiantes con menor motivación
hacia el aprendizaje tengan mayores expectativas de permanencia en el sistema
educativo, ya sea a corto o largo plazo, teniendo en cuenta algunas variables que
pueden afectar la relación que son señaladas por la literatura.
En suma, la investigación educativa, al analizar los factores que inciden en las
decisiones de los estudiantes, no se puede limitar a los factores cognitivos y racio-
nales, sino que es necesaria la complementariedad con las habilidades
socioemocionales. De esta forma, aunque las teorías de acción racional tienen un
rango explicativo muy grande, es necesario ampliar la mirada con el estudio de los
factores socioemocionales para una comprensión cabal de los factores que están
por detrás de las decisiones educativas de los estudiantes (Elster, 2010; Hedström,
2005; Noboa et al., 2014). En este sentido, la evidencia que recolectamos en este
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Tabla 7: Coeficientes y significación de factores asociados con las expecta-
tivas educativas a largo plazo de los estudiantes de de la EM
*Significación a un 90 % de confianza.
**Significación a un 95 % de confianza.
***Significación a un 99 % de confianza.
Fuente: Elaboración propia con base en Aristas Media 2018.
Índice de motivación intrínseca 0,34***
Índice de motivacn extrínseca
hacia el Idioma Español 0,01
Índice de motivacn extrínseca
hacia Matetica 0,09**
Contexto socioeconómico
del estudiante 0,31*** 0,33***
Sexo (Varón=0)
Mujer 0,58*** 0,56***
Región de residencia (norte=0)
Sur -0,62*** -0,51***
Litoral oeste -0,31** -0,24*
Litoral sureste -0,39** -0,33**
Centro -0,31** -0,20
Índice de percepción
de apoyo parental 0,14*** 0,12**
Tipo de centro (público=0)
Privado -0,0 0,19
Técnico -0,19* -0,30**
Rezago
(con abandono o repetición=0)
Sin abandono / repetición 0,10 0,15
Logro en Matemática (en centenas) 0,51*** 0,49***
Logro en Lectura (en centenas) 0,50*** 0,47***
Índice de vínculo entre
estudiantes y adscriptos 0,01** 0,01*
Índice de vínculo entre estudiantes 0,00 0,00
Índice de vínculo entre
estudiantes y docentes 0,02 -0,06
Constante 0,09*** -0,12
N 6483 6482
Pseudo R
2
0,10 0,11
Variable
Modelo con motivación
hacia el aprendizaje
Modelo sin motivación
hacia el aprendizaje
Incidencia de la motivación hacia el aprendizaje y las expectativas...
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artículo está en armonía con los hallazgos internacionales (Alivernini y Lucidi, 2011;
Grobler et al., 2014; Heckman y Rubinstein, 2001) acerca de la importancia de la
motivación hacia el aprendizaje en las expectativas educativas.
En la segunda hipótesis planteada, consideramos que la motivación intrínse-
ca tenía una mayor incidencia en la construcción de las expectativas educativas a
corto y a largo plazo. En este sentido, encontramos una diferente pauta, conside-
rando la temporalidad de la expectativa educativa. En las expectativas a corto
plazo, encontramos que la motivación intrínseca solo incide en un 95 % de con-
fianza. No obstante, a largo plazo, incide tanto la motivación intrínseca como la
extrínseca hacia Matemática y la magnitud del coeficiente de la motivación intrín-
seca es mayor. De esta forma, no podemos rechazar nuestra segunda hipótesis
por el momento. Aunque Ryan y Deci (2000), al elaborar conceptualmente las orien-
taciones motivacionales, no asignan una mayor magnitud explicativa, estos ha-
llazgos se encuentran en sintonía con algunos artículos internacionales que mues-
tran un mayor poder explicativo de la motivación intrínseca a la extrínseca (Bénabou
y Tirole, 2003). En este sentido y siguiendo al sociocognitivismo, este hallazgo
parece pugnar por la creación de ambientes propicios para la creación de espacios
que fomenten el interés genuino de los estudiantes en las tareas educativas, a
partir de la consolidación de nculos con referentes escolares y familiares (Pintrich
y Schunk, 2006; Ryan y Deci, 2000).
Por último, con este trabajo, pretendemos aportar nuevos elementos a consi-
derar en las decisiones educativas de los estudiantes -las habilidades
socioemocionales son uno de ellos- y, de esta forma, abrir el camino en la conside-
ración de nuevas políticas educativas.
Agradecimientos
Agradezco profundamente los comentarios recibidos constantemente por Laura
Noboa durante todo el proceso de investigación. También los comentarios de Tabaré
Fernández, Alina Machado y Pablo Menese Camargo, que hicieron que esté traba-
jo sea más robusto.
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A. Wilkins Masse
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Dlogos Pedagicos. Año XXII, 43, abril-septiembre 2024.
1
Doctora en Educación. Magíster en Investigación Educativa. Licenciada en Educación en Ciencias del
Ambiente. Docente de nivel primario de la modalidad de jóvenes y adultos en el centro socioeducativo
y laboral Lelikelen. Córdoba, Argentina. Correo electnico: silviprevi@hotmail.com
2
Doctor en Educación. Magíster en Investigación Educativa. Licenciado y Profesor en Educación Física.
Docente de la Facultad de Educación Física, Universidad Provincial de Córdoba. rdoba, Argentina.
Correo electrónico: licranzuglia@hotmail.com
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, Nº 43, abril-septiembre 2024. Pág. 62-70.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)04 / Recibido: 1/07/2023 / Aprobado: 05/10/2023.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Trayectoria escolar de venes en
contextos de encierro: adecuaciones
curriculares necesarias para la
terminalidad escolar
School career of young people in contexts of confinement:
curricular adjustments necessary for school completion
Silvia Inés Previgliano
1
Gustavo Orlando Ranzuglia
2
Resumen: El presente informe refiere a la revisión teórica sobre la importancia de la
construcción de las adecuaciones curriculares necesarias para fortalecer las trayecto-
rias escolares de jóvenes en contextos de encierro. Se focalien un centro educativo
de la modalidad de jóvenes y adultos que presenta características particulares. Se
manifiesta la necesidad de desarrollar alternativas escolares para que los jóvenes que
permanecen fuera de la escuela se incluyan para completar su escolaridad. Es impor-
tante pensar en la necesidad de una mirada puesta en los procesos de aprendizaje de
jóvenes que, si bien han completado y certificado sus trayectos de educación primaria,
no han logrado desarrollar las competencias básicas de lectoescritura. Esta situación,
que se hace presente cada día con más impacto en todas las instituciones educativas
del sistema, nos hace reflexionar sobre cómo esta modalidad debe absorber esta po-
blación y definir una instancia nueva de acreditación para estos jóvenes.
Palabras clave: trayectoria escolar, escolaridad, jóvenes y adultos
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Abstract: This report refers to the theoretical review on the importance of constructing
the curricular adjustments necessary to strengthen the school trajectories of young
people in contexts of confinement. It focused on an educational center in the youth
and adult modality that has particular characteristics. There is a need to develop school
alternatives so that young people who remain out of school are included to complete
their schooling. It is important to think about the need to look at the learning processes
of young people who, although they have completed and certified their primary education,
have not managed to develop basic literacy skills. This situation, which is present
every day with more impact in all the educational institutions of the system, makes us
reflect on how this modality should absorb this population and define a new instance of
accreditation for these young people.
Keywords: School trajectory, scholarship, youth and adults
Introduccn
La oferta de educación de jóvenes y adultos en la Argentina ha existido desde
los albores de la organización nacional, ante la necesidad de asegurar el derecho
constitucional de igualdad en la educación (Scasso et al., 2015). Es por ello que las
instituciones que ofrezcan oportunidades a los venes y adultos deben adecuar
su oferta académica con la intención de responder a las características del contex-
to social y cultural que ellos tienen, como el sostenimiento del hogar, trabajo u
ocupación, padres adolescentes, vida signada por la droga, alcohol. La modalidad
de jóvenes y adultos, tiene por objetivo ofrecer la posibilidad de finalizar el trayec-
to escolar obligatorio a aquellos que no han terminado sus estudios primarios por
diversas causas de barrios periféricos de la ciudad de rdoba o ciudades barrios;
en el caso del presente estudio se refiere a jóvenes de entre 16 y 18 años que
asisten a un centro educativo en conteos de encierro.
La provincia de Córdoba se caracteriza por ser una de las jurisdicciones que
presenta, en su estructura educativa, esta modalidad escolar. Esta problemática
se puede observar en la intermitencia en los estudios de estos venes, tal como
lo señala Kessler (2004), una escolaridad de baja intensidad. En líneas generales,
continúan inscriptos, asisten de manera más o menos frecuente según los casos,
pero sin realizar casi ninguna de las actividades escolares. Completando la idea
del autor, habían pasado por la escuela, pero no les había producido ningún im-
pacto favorable; es decir, si bien han finalizado la escuela primaria no han logrado
incorporar los conocimientos básicos de lecto comprensión y matemáticas.
La modalidad educativa de jóvenes y adultos debe asumir el desafío de cons-
truir las condiciones necesarias frente a los procesos de desigualdad social y la
interrupción de las trayectorias escolares y tomar el compromiso de favorecer las
potencialidades de los jóvenes, a fin de posibilitarles el ejercicio pleno de su ciuda-
danía, el acceso al trabajo y la continuación de estudios secundarios.
S. I. Previgliano, G. O. Ranzuglia
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Dlogos Pedagicos. Año XXII, 43, abril-septiembre 2024.
Esta investigación entra en la trama íntima de los contenidos, sus formas de
ser abordados en la clase y sus adaptaciones, si fueran necesarias. En relación
con los contenidos curriculares, la escuela tiene que ofrecer las mismas oportuni-
dades a todos los alumnos para que puedan adquirir y desarrollar competencias
cognitivas, afectivas y culturales; para lograr una autonomía intelectual y social
que les permitan llevar un proyecto de vida, con una mejor calidad de vida.
Fundamentacn
Es creciente el número de jóvenes que necesitan de una efectiva ayuda per-
sonal para la superación de los obstáculos que impiden completar la trayectoria
educativa. Es preciso, como primer paso, atender a la reconciliación del joven con
el espacio escolar, para, a partir de allí, retomar el vínculo con la escuela y con sus
estudios.
En el régimen académico de la educación de jóvenes y adultos, se expresa lo
siguiente: los centros educativos de la modalidad son concebidos como espacios
inclusivos, respetuosos de la diversidad, abiertos al trabajo interinstitucional, orien-
tados a fortalecer las trayectorias educativas de los estudiantes en beneficio del
ejercicio del derecho a la educación.
Asimismo, son pensados como ámbitos propicios para el desarrollo de capaci-
dades para la interacción con otros y la participación crítica en una sociedad demo-
crática. Sus propósitos son garantizar el ingreso, la permanencia, la movilidad y el
egreso de los estudiantes, en cumplimiento con el derecho a la educación a lo
largo de toda la vida.
Los venes y adultos que asisten son heteroneos en diversos sentidos:
edades, experiencias de vida, intereses, motivaciones, situación laboral, historias
familiares e identidad cultural. Además, teniendo como principio pedagógico la in-
clusión, en los escenarios de la modalidad, están presentes jóvenes y adultos con
discapacidad certificada, en el menor de los casos, y, en la mayoría, discapacidades
evidentes sin diagnóstico ni acompañamiento.
Esta problemática se puede observar en la intermitencia en los estudios de
estos jóvenes, como lo expresa Kessler (2004), una escolaridad caracterizada por
el desenganche de las actividades escolares. El autor se refiere a lo que hacen
cuando van a la escuela, "asisten a la escuela, continúan inscriptos, van de mane-
ra más o menos frecuente, pero sin estudiar, sin realizar las tareas, sin llevar
útiles, sin llevar nada" (p. 24). Pero, al mismo tiempo, la escuela tiene su lugar en
el imaginario de estos jóvenes y "cuando hablaban de la educacn en general
todavía aparecía como valorada genéricamente. Se repetía la idea de que la edu-
cación es importante para conseguir trabajo, de que la educación es importante
para el futuro" (p. 22).
Al hablar de atender a los requerimientos de cada joven, se hace referencia a
que todos, a lo largo de su educación, pueden presentar dificultades para apren-
der. Estas dificultades pueden ser transitorias o permanentes y oscilar en un con-
tinuo de poco a muy significativas. Los cambios a escala mundial han sido significa-
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tivos; en este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura [UNESCO] (2022) propone que, para que se logre una
reorientación en la atención de alumnos que presentan dificultades o que requie-
ren de mayor atención en sus aprendizajes, es necesario que la escuela atienda
las características particulares de ellos, para que, de esa manera, se garantice el
acceso a una educación de calidad. Por ello, es necesario ajustar los contenidos
académicos con la idea de fortalecer la adquisición de nuevos conocimientos.
Marco legal y curricular
La Ley de Educación Nacional No. 26.206 (Argentina, Buenos Aires, 2006) ga-
rantiza la educacn permanente de jóvenes y adultos con el fin de regular el
ejercicio del derecho de enseñar y aprender, consagrado en la Constitución Nacio-
nal. Por su parte, la Ley Provincial de Educación No. 8.113 (Argentina, Córdoba,
1991), en su artículo 40, señala que la educación de adultos es la modalidad del
sistema educativo que tiene la finalidad de garantizar la educación básica general,
como también la capacitación técnico-profesional de la población adulta con el fin
de alcanzar el constante mejoramiento de su formación individual y de su integra-
ción en la sociedad. La Conferencia Internacional de Educación de las Personas Adul-
tas de Hamburgo y la Educación para Jóvenes y Adultos en América Latina, celebrada
en Hamburgo, en 1997, a la que Argentina suscribió, define a la educacn de
adultos al conjunto de procesos de aprendizajes, que permite a las personas
desarrollar sus capacidades, enriquecer sus conocimientos y mejorar sus compe-
tencias técnicas o profesionales con la intención de atender sus propias necesida-
des y las de la sociedad. Las propuestas educativas deben incluir las múltiples
dimensiones de la vida social y personal y superar las perspectivas utilitaristas.
Este criterio de aprendizaje permanente e integral debe contemplar las nece-
sidades y los proyectos que las personas definen en las distintas etapas de su
vida y las oportunidades que encuentran para adquirir o fortalecer conocimientos,
saberes y competencias. Para ello, es necesario pensar en una oferta de educa-
ción general y de formación para el mundo del trabajo, como instrumentos estra-
tégicos para el mejoramiento de su calidad de vida. Una educación contextualizada
que permita una visión amplia del entorno, es decir, cómo se construye y se apro-
pia del conocimiento, que favorezca la cultura que transforma y humaniza.
Un enfoque antropológico
Desde una mirada antropológica y tomando las dimensiones educables ex-
presadas por Noro (2005), como el ser en construcción, es importante indicar que
la educación debe y permite darle un sentido a la existencia, en el individuo y en la
persona, con el propósito explícito de lograr que cada sujeto alcance su proceso
de individualización. La dimensión educable del hombre adulto como ser libre y
responsable permite encauzar el impulso hacia la libertad, sumar la conciencia de
responsabilidad y la regulación moral de las acciones, como también constituirse
en el ser que recibe, transmite y produce cultura objetiva y subjetiva. De esta
S. I. Previgliano, G. O. Ranzuglia
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manera, el ser humano adquiere la cultura que le precede a través de la educa-
ción, aprende a decodificar sus significados, se sabe parte de ella, pero, a su vez,
se vuelve productor de cultura, una producción que transforma el mundo exterior
y que, sobre todo, transforma el interior de cada sujeto creado.
La población actual de jóvenes y adultos se caracteriza por jóvenes, algunos
que han sido expulsados de la primaria común en cuarto o quinto grado, no han
asistido más y las condiciones del entorno los obliga a retomar sus estudios. Otros
han transitado la escuela primaria sin repitencia, aunque sin lograr valorar sus
aprendizajes.
La calidad de los procesos educativos depende no solo de lo que las escuelas
están en condiciones de ofrecer, sino, y fundamentalmente, de lo que los alumnos
están en condiciones de demandar y de recibir. Estos ingresan al nivel secundario
y, ante la exigencia de aprendizajes, dejan de asistir y recurren nuevamente a la
primaria de adultos.
El conocimiento de la realidad y la lógica del desarrollo de las dimensiones de
la vida social son necesarios para desarrollar políticas educativas y ejercer una
acción pedagógica acorde a los cambios culturales. Es por ello que se requiere un
esfuerzo para aprender de los nuevos lenguajes y nuevos modos de actuar de la
sociedad de los jóvenes, culturas juveniles o cambios en las configuraciones cultu-
rales de la sociedad o de una parte de ella.
La perspectiva sociológica en contexto
Es momento de tomar a la sociología de la educación como una dimensión
clave para entender no solo el sistema de la educación escolar, sino también la
trayectoria educativa, en donde la familia, la religión, la ciudad y en el entorno
social, la presencia de pares, los medios de comunicación social y de transmisión
de la cultura juegan un papel fundamental. Sociológicamente, según Noro (2005),
la educación es un bien social y universal porque todos los ciudadanos deben ser
educados para poder lograr los niveles necesarios de disciplinamiento, moralización
y civilización.
Analizar a la población que asiste a la modalidad de jóvenes y adultos requie-
re, en primera instancia, reconocer las trayectorias escolares de estos venes y
establecer aspectos recurrentes. En su mayoría, provienen de instituciones edu-
cativas enmarcadas en contextos de vulnerabilidad extrema (barrios, ciudades o
zonas periféricas), donde la integración de los jóvenes, en su momento niños, y la
atención de demanda sociocomunitaria superan los aspectos puramente pedagó-
gicos en las prácticas docentes. No es factible por la población escolar que asiste
en cantidad de estudiantes (aulas superpobladas) y calidad de los abordajes in-
tervenir sobre las dificultades de lectoescritura en temprana edad, con formato de
atención personalizada y con un proceso sostenido por parte de los estudiantes.
Las características más notables corresponden al primer ciclo (alfabetización), en
donde su asistencia ha sido irregular, totalmente discontinua o fragmentada y con
carencia de inclusión a nivel inicial.
Trayectoria escolar de jóvenes en contextos de encierro...
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La escuela, como estructura sociocultural, se convirtió en una institucn
sobredemandada, recargada de nuevas funciones (alimentación, contención
afectiva, pacificación, salud), en desmedro de su función original y especifica (Tenti
Fanfani, 2008). En este contexto, es importante atender a la trayectoria de los
sujetos en el sistema escolar que, según Terigi (2008), son los recorridos que
realizan los sujetos en el sistema escolar comparados con la expectativa que su-
pone el diseño del sistema.
Las realidades adversas de muchos jóvenes hacen que las trayectorias edu-
cativas reales estén muy lejos de las trayectorias teóricas: jóvenes que se inser-
tan taramente en el sistema, abandono, deserción, inasistencias prolongadas,
repitencia, sobre-edad. Como dice Terigi (2008), estos factores hacen que las tra-
yectorias reales, las que se encuentran en la escuela, difieran de las trayectorias
teóricas de la teoría, lo que no implica que deban verse como trayectorias fallidas.
Son expresiones de un conjunto de condiciones socioeducativas diversas que atra-
viesan la vida escolar.
En la Figura 1, es posible observar una trayectoria de vida casi ideal, marcada
por una fuerte contención familiar en los primeros años de vida. Luego, el ingreso
y el acompañamiento en los trayectos escolares, con una perspectiva final de lo-
grar un título, un oficio y formar una familia.
En cambio, la trayectoria propia de los venes que asisten a la modalidad
antes descripta está marcada por poca contención en los primeros años de vida:
trayectorias escolares discontinuas, abandono, repitencia, un camino signado por
la droga y la delincuencia; familias numerosas con poca contención; madres solte-
ras, jóvenes y sin estudios; trayectorias escolares discontinuas; muchas personas
en la vivienda; mala alimentación; normas proporcionadas por su grupo; reinciden-
cia del delito y consumo de drogas desde temprana edad; contextos de encierro.
Ser estudiante es una construcción compleja que se da a lo largo de toda la
escolaridad. Esto implica una apropiación particular y singular de conocimientos,
capacidades, destrezas y habilidades que no se enseñan solo en el espacio es-
Figura 1: La línea continua es la trayectoria de vida esperada por la socie-
dad de parte de nuestros jóvenes
S. I. Previgliano, G. O. Ranzuglia
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colar, sino que comienza por las estimulaciones tempranas en el hogar, los recur-
sos materiales y educativos con los que cuentan las familias. En definitiva, una
compleja interacción de factores sociales a los que se suman las condiciones
naturales.
Atento a lo antes expresado, el aprendizaje de estas trayectorias educativas
se realiza por apropiacn de las representaciones sociales de los alumnos que
circula entre los otros alumnos y los adultos. Consideramos que la escuela -desde
sus prácticas- puede seguir instruyendo nuevos sentidos a la cultura que busca
transmitir un conjunto de valores y de representaciones, dentro de una interacción
y una relación determinada. En este sentido, Bambozzi (2005) propone
problematizar la especificidad que convierte en educativa a una práctica social y
en pedagógica a una reflexión. Tanto la educación como la pedagogía tienen en
común el mejoramiento integral de la persona. Este mejoramiento se da tomando
una posición antropológica que fija la definicn de persona tomada desde tres
atributos esenciales: libertad, razón y lenguaje.
Pero no podemos dejar de hablar de un factor determinante en el panorama
presentado. Parafraseando la idea de Meirieu (2007), el educador debe hacer
emerger el deseo de aprender, a través de situaciones favorables, diversificadas,
estimulantes, intelectualmente activas que pondrán al alumno en la posición de
actuar y no solamente de recibir. En este sentido, debemos realizar una mirada
sobre los objetivos de la modalidad de jóvenes y adultos, sobre su identidad, su
naturaleza, sus alcances, su misión y propósitos, ya que este panorama hace que
muchos jóvenes tengan dificultades para mantenerse en el sistema. Las condicio-
nes de vida de estos jóvenes se constituyen en obstáculos para una escolarización
exitosa.
Conclusión
El objetivo de la modalidad de jóvenes y adultos debe focalizar en una aten-
ción más personalizada del estudiante de acuerdo a sus necesidades para buscar
adecuaciones curriculares. Es oportuno citar miradas de profesionales vinculados
a la educacn con grandes aportes tricos. En atención a estas trayectorias,
Terigi (2008) manifiesta que hablar de trayectoria escolar refiere al desempeño de
los alumnos a lo largo de su paso por la escuela, año a año, valorando su punto de
partida, los procesos y los resultados del aprendizaje. Este concepto subraya la
importancia de conocer la historia de cada alumno en la escuela y de tener en
cuenta su pasado y su futuro. La educación es un acto multidimensional y comple-
jo; no se puede analizar desde una sola mirada.
Las instituciones educativas, para contener a los jóvenes, deben realizar pro-
puestas diferenciadas, brindar un marco referencial, ya que no todos aprenden de
la misma manera y del mismo modo con idénticos materiales, para que cada joven
descubra sus posibilidades y aprenda a partir de sus dificultades. En este sentido,
es importante poder acompañar y asistir a los jóvenes en los procesos de inclu-
sión escolar y sostener su trayectoria escolar al ofrecer una propuesta educativa
personalizada con adecuaciones curriculares. La escuela debe tener en cuenta,
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mediante diversas medidas educativas y sociales, aquellas condiciones vitales de
estos jóvenes que pongan en riesgo su proyecto de ser estudiantes y puedan así
finalizar el trayecto escolar requerido.
Resulta beneficioso crear instituciones que ofrezcan diversas oportunidades
a los venes para que se adecuen a sus posibilidades y den respuestas a las
restricciones del contexto social y cultural que ellos tienen, como el sostenimiento
del hogar, trabajo u ocupación, padres adolescentes, vida signada por la droga,
alcohol, delito, etc. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de un cambio
estructural en la función de la escuela a la que asisten estos jóvenes.
Se sugiere pensar en dispositivos de acompañamiento y nivelación que per-
mitan atender problemáticas de aprendizajes en los sujetos, que atiendan a las
trayectorias reales de los estudiantes como, por ejemplo, estudiantes con prima-
ria certificada que no están alfabetizados o alumnos en trayectorias avanzadas
en nivel secundario que no pueden resolver situaciones problemáticas ni identifi-
car las operaciones básicas.
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1
Magíster en Investigación Educativa. Licenciada en Ciencias de la Educación. Profesora de Educación
Secundaria en Psicología. Profesora Titular en el Instituto Superior "Nuestra Señora del Valle" (Cruz
del Eje, Córdoba) en los Profesorados de Educación Especial. Miembro de equipos de investigación de
la Universidad Católica de Córdoba. Cruz del Eje, Córdoba, Argentina. Correo electrónico:
alejandramercedes.delgado@gmail.com
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, Nº 43, abril-septiembre 2024. Pág. 71-90.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)05 / Recibido: 15/05/2023 / Aprobado: 19/12/2023.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Las prácticas de residencia en
formación docente inicial a través
de la investigación-acción participativa
Residency practices in initial teacher training
through research-participatory action
Alejandra Delgado
1
Resumen: Este artículo aborda una investigación basada en la metodología de inves-
tigación acción participativa. Se ha desarrollado en la ciudad de Cruz del Eje, cuyos
participantes fueron profesores de Práctica Docente IV y residentes de los profesora-
dos de educación inicial y primaria, directivos y docentes de tres escuelas asociadas. El
objetivo general es analizar y reflexionar la forma que adquiere el acompañamiento en
la residencia y lo enriquecedora que puede resultar la experiencia coparticipativa a par-
tir de metodologías que permitan contribuir a un encuentro entre formación e investi-
gación. Entre los resultados encontrados, se identificó la incidencia de la biografía esco-
lar en la residencia. La construcción de dispositivos y espacios para la mejora de una
cultura colaborativa se vio favorecida por la participación voluntaria e interesada de los
participantes en distintas experiencias, aunque permanecen aspectos a mejorar res-
pecto del vínculo entre residente y docente orientador.
Palabras clave: residencia de estudiantes, modelo didáctico, relación profesor-alumno,
innovacn, investigación-acción
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Abstract: This article addresses a research based on the participatory action research
methodology. It has been developed in the city of Cruz del Eje, whose participants
were teachers of Teaching Practice IV and residents of the initial and primary education
teachers, directors and teachers of three associated schools. The general objective is
to analyze and reflect on the form that accompaniment takes in residency and the
richness of the co-participatory experience to make visible the richness that they can
acquire from methodologies that allow contributing to a meeting between training and
research. Among the results found, the incidence of school biography in residence was
identified. The construction of devices and spaces to improve a collaborative culture
was favored by the voluntary and interested collaboration of the participants in different
experiences, although some aspects remain to be improved regarding the bond between
resident and guiding teacher.
Keywords: student's residence, teaching model, teacher-student relationship,
innovation, research action
Introduccn
Actualmente, la formación docente demanda nuevas formas de entender las
prácticas, entre las cuales se distinguen la modalidad que asumen las relaciones
entre los sujetos que en ellas intervienen, las formas de autoridad y las formas de
poder que se hacen presentes dentro de las instituciones y en el aula misma. Esta
nueva práctica requiere de innovación y reflexión, provoca un quiebre con los vie-
jos modelos y admite la incorporación de múltiples variables que la afectan.
Desde una perspectiva renovadora de la formación docente inicial, esta pue-
de transformarse en dos sentidos: desde lo material, en la disposición de un tiem-
po necesario para el replanteo de enfoques epistemológicos, donde el conoci-
miento hace posible el saber describir, explicar, comprender y transformar una rea-
lidad. En este sentido, la investigación que desarrollan los profesores es crucial
como estrategia de producción de la cultura institucional. Desde lo simbólico, para
Bromberg et al. (2008), la revisión de los propios modelos internos para significar
la escuela exige una actitud de constante autocrítica y de búsqueda de distintas
alternativas para su transformación.
La realidad educativa ya no puede reducirse a un encasillamiento dicotómico
de los modos de ser docente, tradicional o constructivista, sino, más bien, en en-
tender el contexto de formación y posibles transformaciones de estas categorías,
su matrizaje, el que pone en juego el docente al momento de desarrollar su prác-
tica. Es su biografía escolar entendida, según Alliaud, como:
La experiencia escolar vivida por los docentes durante todas las etapas en
las que fueron alumnos, pero lo particular de esta experiencia es que tiene
un carácter formativo que tiende a permanecer a pesar de las característi-
cas que asume la formación específica. (1999, p. 51)
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La experiencia de muchos os dentro de las instituciones educativas deja
huellas duraderas en los profesionales de la educacn. Estas huellas pueden
variar entre aspectos positivos y negativos. Entre algunos aspectos positivos,
se encuentra el desarrollo de las habilidades pedagicas, el vínculo con los
estudiantes y el sentido de logro en el progreso acamico y personal de los
alumnos. Entre algunas huellas negativas, se puede mencionar el estrés acadé-
mico, el aburrimiento por métodos de enseñanza tradicionales, el desarrollo de
inseguridades o problemas de autoestima y la falta de apoyo emocional y social
en momentos difíciles.
Por esto es que se requiere analizar cómo realizamos el acompañamiento en
las residencias desde una experiencia coparticipativa y promover un pensamiento
reflexivo sobre la propia práctica y la de quienes nos precedieron, el poder o estilo
pedagógico, el sentido hisrico que la sustenta, de las tradiciones que a ellas
subyacen o de los mandatos institucionales que les pertenecen.
En la historia de la educacn argentina, algunos de los maestros que se
formaron con metodologías pedagógicas tradicionales de la enseñanza toma-
ron distancias de dichas metodologías, esto es, de la efectividad y la naturali-
zación de ciertos rituales disciplinarios orientados a la conduccn del rebaño al
enfrentarse a situaciones educativas cticas de su contexto y su tiempo. Pese
a las adversidades sociales y poticas, se responsabilizaron de los aprendiza-
jes de sus estudiantes y atendieron a sus capacidades, necesidades e intere-
ses a partir de la innovacn en la elección de estrategias para la mejora de su
enseñanza. En este sentido, fueron pioneros en praxis y experiencias libertarias
cargadas de aprendizaje. La escuela de Zubiaur, de Olga Cossettini y el maes-
tro Iglesias ofrecieron variadas situaciones didácticas y facilitaron procesos de
reorganizacn, principio sobre el cual se sustenta una concepción de aprendi-
zaje más constructivista que tradicional. Gracias a la mediación de un tercero,
que adquiere el rol de facilitador de la realidad social y de guía en el camino
hacia la búsqueda de valores, es que se produce la comprensión por parte de
los sujetos a su cargo.
Por lo expuesto, hoy no es suficiente asumir una postura crítica del oficio de
enseñar, sino que, a decir de Bromberg et al. (2008) en el marco de la transforma-
ción institucional, se experimenten los siguientes cambios:
- De portar el conocimiento a enseñar a mediar entre este y las estructuras
cognitivas de los sujetos.
- De homogeneizar a los estudiantes desde una propuesta instruccional a respe-
tar su diversidad sociocultural.
- De ejecutar programas ya instituidos a recrear un diseño curricular en función
del contexto y del potencial de desarrollo del grupo.
- De trabajar aisladamente en el aula a contemplar articulaciones, según un aná-
lisis crítico de los aprendizajes recorridos.
- De abandonar su postura omnisciente a reconocer su no saber y aceptar su
posición de propio aprendiente.
A. Delgado
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Según Pérez-Van-Leenden (2019), la investigación acción es una de las mo-
dalidades más utilizadas en el profesorado para lograr una transformación de las
prácticas docentes, aunque, en nuestro país, se encuentra escasamente desarro-
llada. Pero si deseamos trascender esta opción, McMillan y Schumacher expresan
que "la investigación colaborativa y participativa introduce la noción de participa-
ción activa por parte del investigador y el comportamiento del papel de investiga-
dor con los participantes" (2005, p. 51). Como precursor fue Lewin (1948), quien
planteó combinar la teoría y la práctica mediante el alisis del contexto, la
categorización de prioridades y la evaluación. Rodríguez-Gabarrón y Hernández
Landa (1994) expresan que, en la investigación acción participativa, se integra a
los investigadores-educadores en un proceso colectivo de producción y reproduc-
ción de conocimientos necesarios para la transformación social. Mientras que, para
Bisquera (2009), la investigación participativa y colaborativa adopta una dimen-
sión colectiva en la que el investigador no se concibe como un experto externo
que realiza una determinada investigación, sino que se trata de una investigación
más emancipadora, esto es, que va trazando una relación de horizontalidad entre
investigadores y sujetos investigados.
Con el propósito de mejorar el acompañamiento en residencia, se optó por el
método de investigación-acción. Como señalan Kemmis y MacTaggart (1988), la
investigación acción: (a) se construye desde y para la práctica, (b) pretende mejo-
rar la práctica a través de su trasformación, al mismo tiempo que procura com-
prenderla, (c) demanda la participación de los sujetos en la mejora de sus propias
prácticas, (d) exige una actuación grupal por la que los sujetos implicados colabo-
ran coordinadamente en todas las fases del proceso de investigación, (e) implica
la realizacn de análisis crítico de las situaciones y (f) se configura como una
espiral de ciclos de planificación, acción, observación y reflexión.
En el marco de lo expuesto, se hace necesaria la construcción de espacios
formativos en los que sea posible investigar, reflexionar y convertir en contenido
las situaciones que, en la residencia, afrontan los diversos actores y la revisión
de los propios modelos internos, lo cual exige una actitud de constante autocrítica
y de búsqueda de distintas alternativas para una metamorfosis sustentable. Se
necesita, ante todo, asumir que los docentes somos un espacio concreto de
transformación, actores clave para pensar y poner en marcha cualquier cambio
educativo.
A partir de un enfoque cualitativo, se pone en el centro a los protagonistas
clave de las transacciones que se producen en las residencias y se considera a la
investigación acción el método que se erige como el más adecuado para llevar a
cabo la mejora y superar la brecha que ha existido entre teoría y práctica y entre
investigación y práctica. Siguiendo a Colmenares y Piñero (2008), Melero (2012),
Sales Ciges et al. (2019), diversas investigaciones demuestran que la investiga-
ción acción participativa resulta una buena estrategia para problematizar y dar
respuesta a las demandas y necesidades desde la práctica.
A continuación, se ofrecen algunos conceptos teóricos que considero de rele-
vancia para esta investigación, metodología y resultados.
Las prácticas de residencia en formación docente inicial...
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La práctica de residencia en la formación docente inicial
Las prácticas docentes han sido objeto de estudio permanente por miembros
de la comunidad científica y quienes somos partícipes de la formación de formadores
nos hemos cuestionado repetidamente nuestro abordaje al momento de guiar al
residente.
La práctica es la piedra de toque de la formación docente. En la actualidad,
cursar las prácticas de residencia durante la carrera docente es una condición
indispensable en el trayecto de la formación inicial. Para Devalle de Rendo, la resi-
dencia es la "permanencia temporal en una escuela para realizar pcticas de
clases con niños y ponerse en contacto con la dinámica institucional" (2009, p. 25).
Así, los residentes, al no ser todavía docentes, simulan la práctica a partir de
una situación para aprender cómo manejarla: se trata de un cómo del ejercicio
profesional y, a decir de Sanjurjo (2009), una fuente importante de aprendizajes
profesionales.
Desde un marco normativo, en el diseño curricular para los profesorados de
educación inicial y primaria en la provincia de Córdoba, se entiende por residencia
al "período de profundización e integración del recorrido formativo que vehiculiza
un nexo significativo con las prácticas profesionales. Implica una doble referencia
permanente para los sujetos que la realizan: la institución de formación docente
(IFD) y las instituciones de residencia" (Córdoba, Argentina. Dirección General de
Educación Superior, 2015, p. 66).
Son cuestiones de peso a investigar, analizar y reflexionar sobre la forma que
adquiere el acompañamiento en la residencia y la experiencia coparticipativa. No
bastan los aspectos burocráticos-administrativos, sino que se requieren acciones
cuidadosamente programadas y participativas, de manera tal que siempre están
en juego las relaciones interpersonales, las modalidades de convivencia, las for-
mas de enseñanza y los procesos de aprendizaje.
Los residentes construyen su identidad en la tensión entre lo que ellos qui-
sieran ser, lo que otros creen que es y lo que ellos creen ser. En este sentido, es
inexorable y necesaria la interacción con sus formadores, , entre ellos, su docen-
te orientador, con quien transitará momentos clave de las distintas etapas del
proceso de práctica. Ades, se considera la forma en que se desarrollará el
nculo pedagógico, ya sea reconociendo o no los aportes que los residentes
pueden hacer.
Lo expuesto nos permite afirmar que la formación docente en la residencia se
trata siempre de una experiencia subjetivante, contrariamente a los enfoques
clásicos de la formación, con bases en una filosofía positivista, de aplicación de
conocimientos, técnicas y métodos de forma mecánica y neutra. De acuerdo con
Ferry (1997), la formación docente puede ser entendida intersubjetivamente como
relación entre un sujeto en formación y sus formadores e instancias de formación,
en términos de experiencia intrasubjetiva. La formación también puede
conceptualizarse como transformación del sujeto que se va involucrando en accio-
nes sociales nuevas y, al transformarse, transforma su medio.
A. Delgado
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Parafraseando a Devalle de Rendo y Vega (2006), la práctica docente asistida
refiere a la responsabilidad de enseñar sosteniendo el protagonismo del estu-
diante en la construcción de su propio aprendizaje en el logro de su autonomía. Es
un proceso que demanda acompañamiento, guía y contención en los momentos
previos a la interacción con los estudiantes de la sala o grado, durante la planifica-
ción, durante la interacción en el aula y, posteriormente, en la reflexión, la revisión
y el ajuste de los aprendizajes.
Así, la residencia puede ser pensada como un período propicio, tanto para el
desarrollo de conocimientos y aprendizajes, pero también para la aparicn de
conflictos, interrogantes y reflexiones acerca de nuestra propia formación. Una
instancia caracterizada por diversas tensiones sobre los saberes teóricos y prác-
ticos, pero tambn sobre las formas que adquieren las relaciones humanas y
profesionales, lo que involucra las teorías implícitas que se actualizan, se reprodu-
cen o se deconstruyen.
A partir de la disposición de espacios que permitan poner en tensión teorías
implícitas que subyacen a las prácticas de residencia, en una acción colaborativa y
participativa, podrá mejorarse el acompañamiento en las residencias. Para Marrero
(1993), las teorías implícitas de los docentes son teorías pedagógicas personales
reconstruidas sobre la base de conocimientos pedagógicos históricamente elabo-
rados y transmitidos a través de la formación y en la práctica pedagógica. El com-
portamiento es, en gran medida, el resultado del pensamiento del profesor, tanto
de sus conocimientos como de sus estrategias para procesar la información y uti-
lizarla en la resolución de problemas (Pérez mez, 1985).
Desde un enfoque crítico, heredero de los aportes de Bourdieu (1990), el
habitus profesional actúa como mediador entre los saberes y la situación que exi-
gen una acción, ya que la acción pedagica, signada por un alto grado de
imprevisibilidad e incertidumbre, no siempre se apoya en los conocimientos teóri-
cos, sino que recurre a formas internalizadas. La revisión de estos esquemas
internalizados posibilita la construccn de una práctica s coherente con los
propios principios y teorías a las que adherimos.
Schön (1987) aportó a la práctica docente una comprensión profunda de la
reflexión, el conocimiento práctico, la resolución de problemas y el aprendizaje
experiencial. Desde una epistemoloa diferente de la pctica, el prosito es
superar las limitaciones de la racionalidad tecnocrática, propia de la pedagogía
tradicional. En este sentido, la práctica siempre es producto de la articulación de
un entramado de condiciones, entre las cuales, el pensamiento y el conocimiento
del profesor juegan un papel importante. Así mismo, para Perrenoud (2001), los
profesores son producto de un largo proceso de formación y socialización, durante
el cual fueron integrando supuestos, creencias, teorías implícitas y científicas. Es-
tos inciden en sus actuaciones al modificar su conocimiento y esto es lo que hace
posible pensar en que toda práctica docente tiene una lógica posible de conocer.
Como se expresara en párrafos anteriores, las prácticas de residencia tras-
cienden el mero hecho de cumplir con cuestiones de orden burocrático. Involucran
especialmente cómo se acompaña en la apropiación de herramientas metodológicas
Las prácticas de residencia en formación docente inicial...
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Dlogos Pedagógicos. XXII, 43, abril-septiembre 2024.
y teóricas de la investigación educativa y, en el proceso de la residencia, q
saberes/modelos se actualizan de manera más o menos consciente. En este sen-
tido, no todo en las residencias conforma la punta del iceberg, ya que las teorías
pedagógicas de elaboración personal, forjadas sobre saberes pedagógicos histó-
ricamente transmitidos, pueden sobrevivir a través del tiempo y resistir el cambio.
En 2018, al culminar la tesis de maestría en investigación educativa (con artí-
culo publicado: Delgado, 2022), se aplicó, en la muestra conformada por docentes
orientadores de nivel inicial y primario de escuelas de gestión estatal y privada y
residentes de los profesorados de educación inicial y primaria, el instrumento de-
nominado FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas). De su aná-
lisis, surgieron los resultados que se detallan en el Cuadro 1.
Conforme a este análisis FODA, surgió el compromiso de regresar a las escue-
las asociadas para la presentación de los resultados y seguir trazando un trabajo
conjunto para poner en tensión: a) la disposición a recibir a practicantes en las
escuelas asociadas; b) la gestión de recursos, dispositivos y espacios para mejo-
rar el acompañamiento en residencias; c) el análisis del vínculo de las relaciones
intergeneracionales y la alteridad para poder establecer su incidencia en las rela-
ciones pedagógicas y la necesidad de cambio; d) el discurso de la carencia y los
modos que asume la transmisión en el proceso de acompañamiento en las resi-
dencias.
Para concretar este compromiso, se ofreció un proyecto denominado Hacia la
deconstrucción de modelos tradicionales internalizados, reflexividad crítica y diseño de
alternativas para el acompañamiento en la residencia. Una propuesta de investigación-
acción.
Partimos de la concepción de la investigación como praxis para construir cono-
cimiento, como forma de profesionalización de la docencia y como forma de mejo-
rar la práctica educativa. Anderson et al. (2007) definen la investigación-acción
educacional como una investigacn deliberativa y sistemática, realizada desde
adentro por los propios actores y enfocada en su propio lugar de trabajo. Por otra
parte, Cochran-Smith y Lytle (1999) y Zeichner y Noffke (2001) señalan que, a
pesar de las diferencias, todos los enfoques de investigación-acción conceptualizan
a los profesores como agentes de cambio social y educativo. En este sentido, la
investigación-acción ha estado relacionada históricamente con la justicia social y
el propósito de cambiar las inequidades sociales y educativas.
Cuadro 1: Diagnóstico FODA
OPORTUNIDAD: apertura para recibir
a residentes en las escuelas/aulas.
AMENAZA: con énfasis en la relación
intergeneracional y marcada asimetría
en la relación pedagógica.
Diagnóstico FODA
FORTALEZA: recursos, dispositivos y
espacios para mejorar la práctica.
DEBILIDAD: con énfasis en la carencia
de los estudiantes.
A. Delgado
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En Australia, Carr y Kemmis (1986) y Kemmis y McTaggart (1988), a partir de
los años ochenta, enfatizaron la necesidad de que la investigación-acción se si-
tuara en vertientes más críticas y que se alejara del pragmatismo, en el que pre-
valecía un enfoque técnico. Carr y Kemmis (1986) enfatizaron los fines
emancipatorios de la investigación-acción (Somekh y Zeichner, 2009; Zeichner y
Noffke, 2001).
La investigación-acción requiere recoger datos y triangular diferentes fuentes
de información relacionadas con las prácticas educativas y el aprendizaje de los
estudiantes (Cochran-Smith y Little, 1999). Además, Cochran-Smith et al. (2009)
afirman que la investigación-acción asume que los educadores tienen conocimien-
to para identificar y resolver los problemas que ellos enfrentan en su práctica.
Asimismo, Anderson et al. (2007) señalan que los educadores, como agentes in-
ternos, tienen una posición privilegiada para resolver estos problemas por la gran
cantidad de conocimiento que tienen sobre su lugar de práctica o trabajo: "No hay
manera en que un agente externo, ni siquiera un etnógrafo que pase años como
observador, pueda adquirir el conocimiento tácito de un lugar que poseen quienes
diariamente deben actuar en él" (p. 4).
Darling-Hammond (2006) afirma que la investigación-acción presenta grandes
beneficios en la formación de profesores como una herramienta de aprendizaje y
evaluación, que ayuda a los futuros docentes a dar sentido y a analizar los proble-
mas que enfrentan y que permite evaluar sus habilidades analíticas y su capacidad
de definir y examinar situaciones problemáticas. Además, Phillips y Carr (2009) sos-
tienen que la investigación-acción educacional tiene el potencial de contribuir a la
formación de la identidad docente, fortalecerla voz profesional de los futuros docen-
tes y prepararlos para establecer discusiones sobre el cambio educativo.
Finalmente, para Cochran-Smith y Lytle (2009) y Zeichner y Noffke, (2001), la
investigación-acción educacional incluye el estudio de las creencias de los
formadores de profesores, sus procesos personales y su identidad durante la
transformación de sus prácticas y procesos de cambio al usar métodos narrativos
y biográficos. De esta manera, la innovación educativa puede fundamentarse en
la investigación-acción en tanto es una actividad de investigación intervencionista,
que brinda potencialidad para disminuir la brecha entre las prácticas en las aulas
y los resultados de investigación, ya que la innovación y la investigación se
retroalimentan en cada ciclo de implementación.
Metodología
El presente estudio se inscribe en el modelo de investigación cualitativa, pues
siempre que la intención sea analizar y mejorar la realidad, será necesario acer-
carse a ella, develarla y conocerla, de acuerdo a los elementos presentes en un
momento y contexto específicos, sin dejar de lado la naturaleza compleja de las
interacciones que al se dan. Para Martínez:
La metodología cualitativa trata del estudio de un todo integrado que for-
ma o constituye una unidad de análisis y que hace que algo sea lo que es,
Las prácticas de residencia en formación docente inicial...
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trata de identificar la naturaleza profunda de las realidades, su estructura
dinámica, aquella que da razón plena de su comportamiento y manifesta-
ciones, es un todo, no se opone a lo cuantitativo, sino que lo implica e
integra. (1999, p. 8)
Los participantes que han intervenido en cada una de las fases del proceso
de investigacn-acción participativa fueron los siguientes: 2 profesores de Pc-
tica Docente IV con 25 residentes a su cargo, 14 docentes orientadores, 3 di-
rectores y 3 tres vicedirectores de nivel inicial y primario de tres escuelas aso-
ciadas.
Para la participación en esta investigación, se acordó un espacio institucional
a partir del cual se aplicaron la sucesión de ciclos espiralados propios a la investi-
gación acción. Entre los objetivos del proyecto hacia la deconstrucción de modelos
tradicionales internalizados, reflexividad crítica y diseño de alternativas para el
acompañamiento en la residencia como propuesta de investigación-acción, se plan-
tearon los siguientes objetivos:
- Promover una cultura colaborativa a partir de la metodología de investigación -
acción participativa para la acción, reflexión y transformación sustentable en
prácticas de residencia.
- Promover la formación mediante dispositivos y espacio de aprendizaje de ma-
nera colaborativa y recíproca.
- Mejorar los espacios e itinerarios de acompañamiento en la residencia con inci-
dencia en la mejora del vínculo entre docente orientador y residencia.
En cada fase de la investigación-accn, se utili un elemento analizador.
Esto es algunas palabras o frases clave (derivadas del resultado del FODA) sobre
las cuales se piensa la estrategia y, a partir de la cual, se analizan los datos. Es
importante tener en cuenta que, en la investigación-acción, en términos de técni-
cas e instrumentos de investigacn, se puede ser misceláneo, lo que no hace
imposible la rigurosidad metodológica.
A decir de Carr y Kemmis:
Los docentes participantes en el estudio pudieron darse cuenta de que
sus prácticas normales de interacción en clase, en cuanto daban preferen-
cia a la clase magistral y al interrogatorio directo, en realidad funcionaban
en el sentido de privar a los estudiantes de la oportunidad de plantear
preguntas propias y llegar a desarrollar la independencia respecto del en-
señante en su aprendizaje. Las prácticas usuales tenan a asegurar el
control de la clase mediante el control del discurso en clase […] Empezaron
a comprender con más profundidad mo las prácticas de interrogatorios
podían crear para los alumnos la posibilidad de intervenir activamente en
el aprendizaje o por el contrario negárselas. (1988, p. 179)
A continuación, se presentan las fases y las estrategias metodológicas por
etapa, las cuales se concretaron a partir de tres comisiones, una por cada escuela
asociada.
A. Delgado
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En la fase diagnóstica, se apliel siguiente elemento analizador: tensionar
la apertura de las instituciones y los docentes a recibir residentes para pensar los
sentidos del docente orientador en la formación docente inicial. La estrategia
metodológica se basó en la escritura y la lectura de breves fragmentos de la bio-
grafía escolar. En relación a esta estrategia, se solicitó a cada participante el pá-
rrafo más significativo de su biografía escolar. Para Álvarez et al. (2010), la pers-
pectiva biográfico-narrativa permite reconstruir y reorganizar la experiencia a tra-
vés de los relatos, lo que atribuye significados al pasado con referencia al presen-
te y a las concepciones personales. Los sucesos se enmarcan en contextos socia-
les, culturales e institucionales que les dan sentido y se interpretan en función de
la interacción del individuo con el medio.
A través de estos espacios de encuentro, entre preguntas, escritura, escucha y
diálogo, comienza a surgir todo aquello que se aprende de la experiencia mientras
se vive. Es lo aprendido en tanto "nos pasa" como sujetos, como oposición a lo que
simplemente pasa (Larrosa, 1995 y Perrenoud, 2001). En estos espacios en los que
tiene lugar la intersubjetividad y la interacción humana, existen otros requisitos
epistemológicos como el conocimiento interactivo o el mundo de lo subjetivo, de lo
situacional y de lo estructural. Los datos fueron procesados a través del programa
ATLAS.ti en su versión 2022. En el Gráfico 1, se presenta la red de codificación y
categorización de los segmentos significativos de relatos biográficos.
En esta red, se muestra la co-ocurrencia en convergencias y divergencias para
el grupo de códigos con base en los segmentos significativos de las biografías
escolares de los participantes y su categorización, lo que evidencia una relación
significativa entre aquellos aspectos de la dimensión subjetiva que inciden en la
decisión de recibir residentes, significados sobre la residencia, el significado sobre
la docencia, acomo tensiones a seguir resolviendo.
A partir del análisis, reducción e interpretación de datos, de un conjunto
importante de segmentos, que convergen en la codificación respecto de la imagen
y la valoración de la docencia, emerge la categoría "Los docentes de vocación
tienen una luz especial", la cual se constituye en la categoría central. En una rela-
ción de asociación o propiedad a esta categoría, se encuentran las subcategorías
como "La pasión por enseñar se transmite". De acuerdo con una experiencia posi-
tiva o negativa, se afirma que "Te gusta un saber, por cómo enseña un profesor",
"A mi seño de 5to/1ro/6to/2do/…, la recuerdo por su amor", "Docentes que lo dan
todo", "Me siento motivada y acompañada en la residencia", "Me gusta recibir
practicante, yo también estuve en ese lugar", "Me acuerdo de mí, cuando recibo a
un practicante", "No hay aprendizaje sin emociones y afectos", "La residencia es
un camino a construir juntos", "Nos forman para nuestro futuro desempeño".
En contraste con la categoría central, se encuentran la categoría: "Trayecto-
rias educativas con un pasaje doloroso" y, asociadas a ella, "Heridas educativas",
"Heridas que dañan", "El taco de mi docente de práctica en el Nacional, temible",
"Residencia y cuesta arriba".
En estas experiencias positivas o dolorosas, se distinguieron a los docentes
de vocación, pasión, afecto y empatía en contraste con los docentes que dejan
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Están asociadas con
Están asociadas con
Me acuerdo de mi
seño de 1°, 5°, 6° y
2° por su amor
Me siento motivada
y acompañada en
mi residencia
Los docentes de
vocación sienten
una luz especial
.
Trayectorias
escolares con un
pasaje doloroso
Contradice
No hay aprendizaje
significativo sin
emociones ni
afectos
Están asociadas con
Docentes que lo
dan todo
El taco de mi
docente del
nacional, tiemblo
Residencia y
cuesta arriba
Heridas
Te gusta o no te
gusta una materia
por como enseña
el profesor
Experiencias Negativas o Positivas
Heridas que dañan
La pasión por
enseñar se
trasmite
Me gusta recibir
practicantes, yo
también estuve en
ese lugar
Nos insertan en la
realidad y
acompañan
Me acuerdo de mí
cuando recibo a un
practicante
La residencia es un
camino a construir
juntos
Aportamos con
nuestra
experiencia, pero
no nos formaron
para orientar a la
residencia
Empatía
Gráfico 1: Relación entre categorías emergentes de relatos autobiográficos
heridas o marcas que significan poder como la metáfora del taco de la profesora
de práctica del Nacional o la residencia como cuesta arriba. En palabras de una
residente: "Obstáculos que dañan son aquellas cosas que nos dejan marcas para
toda la vida, ya que algo que daña deja su cicatriz y un recuerdo inolvidable, así es
el recuerdo que no puedo borrar de aquella docente". Y en palabras de una do-
cente orientadora: En la residencia se enfrentan diferentes retos que trae incor-
porarse a lo más cercano de una realidad profesional, es por ello que valoro mu-
cho la motivación para el futuro docente, la empatía debe ser brindada por todos
A. Delgado
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Dlogos Pedagicos. Año XXII, 43, abril-septiembre 2024.
los actores institucionales, directivos, docentes orientadores, docentes de prácti-
ca, acompañamiento y comprensión. Esta red de análisis fue entregada nueva-
mente a cada participante quienes observaron la relevancia y la necesidad de
estos dispositivos y espacios de encuentro para la mejora del acompañamiento
en la residencia, sin cuestionar o poner resistencia a los resultados. Sino más bien
haciendo énfasis en concretar otros encuentros para pensar y seguir compartien-
do y produciendo experiencias formativas.
En el diagrama de Sankis 1
2
(ver Gráfico 2), se distinguen subcategorías con
mayor prevalencia de los significados positivos de los participantes respecto del
acompañamiento en las residencias.
Estos valores también se obtienen a partir de la tabla de co-ocurrencia de
códigos con el objetivo de observar cuál es la ruta de relaciones que siguen los
valores positivos sobre la residencia en el conjunto de los participantes.
A partir de la fase diagnóstica en la fase de acción, se aplicó como elemento
analizador: gestionar dispositivos y recursos innovadores para mejorar el acompaña-
miento en la residencia luego de haber apelado a la memoria desde un enfoque
histórico, sociocultural y político al compartir experiencias, creencias y valores en
relatos autobiográficos. La estrategia emergente fue el diseño de propuestas alter-
nativas para el acompañamiento en la residencia (acción-reflexión-acción). La plani-
ficación del dispositivo de la práctica logró poner en tensión los distintos saberes
que se podían compartir: taller ESI (Educación Sexual Integral), taller DUA (Diseño
Universal para el Aprendizaje) y marcos normativos en torno a la inclusión educati-
2
Es una herramienta de ATLAS.ti que permite mostrar los flujos de una categoría a otra. Es un tipo de
visualización de datos que permite representar gráficamente el flujo de una serie de valores.
Gráfico 2: Diagrama de Sankis 1. Significados positivos en el acompaña-
miento en la residencia
Las prácticas de residencia en formación docente inicial...
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La residencia es un
proceso continuo
Los residentes son
muy creativos
Es necesario
acompañar
los procesos
Los docentes
también hemos
sido residentes
Me siento
acompañado en
la residencia
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Dlogos Pedagógicos. XXII, 43, abril-septiembre 2024.
va. Esto implicó el necesario conocimiento, análisis y reflexión de los distintos saberes
y recursos que se pueden compartir. La formación en el campo de las prácticas debe
priorizar el trabajo y los procesos comunicativos, los trabajos colectivos, los espa-
cios de construcción de conocimiento compartido. Esta estrategia se vio enriquecida
por el uso de recursos tecnológicos de la información y la comunicación como: Drive,
formulario Google Forms, Padlet, Genially, Google Meet y Canva.
Los datos se registraron a través de videos, registros manuscritos, grabacio-
nes y registros fotográficos, los cuales se resguardan por compromiso de anoni-
mato de las personas que participaron en esta investigación, así como las institu-
ciones implicadas. Muchos de estos datos aún se están analizando. No obstante,
entre los avances de los análisis, se distingue lo siguiente:
- Respecto de los saberes como Educación Sexual Integral, los directivos y los
docentes otorgan valor a los aportes realizados por los profesorados en virtud
de dos dimensiones: a) sugerencias sobre bibliografía para la formacn del
docente respecto de pedagogías de la sexualidad humana y Núcleos de Apren-
dizajes Prioritarios para nivel inicial y primario y b) apoyo para la elaboración de
un proyecto que refleje la transversalidad de la ESI, que incluya el abordaje en
las trayectorias educativas integradas (interniveles). Para la planificación de los
talleres, se medió por videollamadas por Google Meet, en tiempos extraescolares,
cuando fue necesario, a través de dos coordinadores por cada comisión y se
comenzó por una lluvia de ideas respecto de los ejes temáticos a abordar. En
estos encuentros, se incluyeron procesos de sensibilización que permiten a los
distintos actores una automirada respecto de sus creencias sobre la ESI. Se
recuperan, a continuación, algunas creencias de los distintos participantes: A.
"En realidad no cómo abordar temas que considero son muy delicados, cómo
responder, ejemplo: en situaciones de abuso sexual", B. "Hay muchas cosas
que en su momento las veíamos como algo natural en mi propia vivencia, mis
padres son de otra generación, mi mamá ama de casa, la que hacía todo en mi
casa y mi papá nada y a mi hermano le hacía todo", C. "La ESI nos permite no
solo valorarnos a nosotros mismos sino al otro sea niño, adolescente o adulto",
D. "Hay mujeres que siguen reproduciendo el modelo patriarcal, incluso familias
que no desean que sus hijos reciban ESI", E. "Aún existe desigualdad en el
ámbito laboral: varones más fuertes, mujeres más débiles", "Nosotros no tuvi-
mos estas oportunidades y de hecho en este momento me da vergüenza halar
de sexualidad", "Yo creo que la familia sigue siendo un obstáculo frente al mo-
mento de implementar la ESI", "Creo que aún no contamos con un proyecto
transversal claro de cómo aplicar ESI en niveles de progresión y profundidad",
"La ESI tiene mayor presencia a partir de algún taller por alguna situación par-
ticular", "Los niños están más avanzados, a veces hacen preguntas que te de-
jan sin palabras". En estas breves frases, se reflejan algunas creencias que
esn implicadas en la enseñanza de la ESI, temores, formas naturalizadas,
formas de aprendizaje, incertidumbres, la propia sexosofía
3
, además de abrir un
3
Es el conjunto de principios y conocimientos que la gente tiene acerca de su propia e íntima experiencia
de su función sexual; se refiere, por tanto, a la filosofía acerca del sexo y del erotismo que la gente tiene
con relación a sí misma (valores culturales y sociales).
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abanico de temas, los cuales deben ser atendidos en la escuela. Por lo que, a
partir de lo que fue urgiendo en cada comisión, se pensó en aplicar un cuestio-
nario de Google Forms a la totalidad de docentes de las instituciones afectadas
a esta investigación en ambos niveles y a las familias. De acuerdo a los datos,
se pensaron dos neas de acción (aún en curso): una secuencia de talleres con
docentes y familias en articulación con las residencias y el espacio de Educación
Sexual Integral de los profesorados en inicial y primaria.
- En relación al taller Diseño Universal para el Aprendizaje, se realizan análisis de
planificaciones y prácticas que atiendan a la diversidad del alumnado. Entre los
distintos actores, se analizan si los objetivos, contenidos y aprendizajes, a
como la metodología y actividades, se diversifican en una misma planificación a
partir de tres pautas DUA: compromiso (el porqué del aprendizaje, redes
afectivas), la representación (el qué del aprendizaje, redes de reconocimiento),
acción y expresión (el cómo del aprendizaje, redes estratégicas) y donde el
protagonista sea el estudiante. Para ello, se recrearon distintas planificaciones
de manera conjunta. Durante esta dinámica, se registran las siguientes frases
desde los distintos participantes: A. "Cotidianamente se nos presentan distin-
tas barreras (por ejemplo incluir a niños con discapacidad) pero ¿pensamos en
que nuestras propuestas sean superadoras?, hacemos algo, pero nos falta", B.
"Implica un proceso lograr superar esas barreras, ensayando distintas estrate-
gias (hipótesis)" C. "no es imposible salirnos de la queja cuando estamos capa-
citados", D. Pasa que ustedes se están formando con otro paradigma", E. "Es
necesario adjudicar valor a la inteligencia emocional de alumnos y docentes", F.
"Nuestras aulas están superpobladas, esa es una barrera que no podemos
cambiar pero si podemos cambiar la forma de secuenciar y pensar con mayor
creatividad nuestras clases", G. Este taller me hace pensar en la importancia del
clima del aula y lo que produce este formato, de taller", H. "En nuestras planifi-
caciones ya reconocíamos algunos elementos del DUA, pero nos falta, mayor-
mente en la práctica, una cosa es la propuesta, puede estar muy bien, y otra la
praxis", I. "El desafío está en tener apertura, ofrecer una diversidad de opcio-
nes, recursos, actividades, y romper con la estructura tradicional de la clase", J.
"Conversaba con la practicante que este enfoque nos permite pensar lo creativo
que podemos ser si solamente tenemos voluntad de hacerlo", K. "Nuestros di-
seños curriculares tienen prórroga hasta el año 2024 inclusive, si bien se actua-
lizaron algunas cuestiones, no está explicito este enfoque", L. "La teoría siem-
pre se desarrolla muchos más rápido que nuestras realidades, lo que produce
un desfasaje".
El cruce de estos decires permite poner en foco los siguientes aspectos: las
personas con discapacidad y la diversidad se constituyen en una barrera toda vez
que el docente no sabe cómo actuar, así como las aulas superpobladas. También,
detecta la necesidad de la apertura a pensar distintas alternativas para la mejora
de la educación personalizada, al integrar la inteligencia emocional, la necesidad
de la capacitación sobre el enfoque DUA, el deseo de romper con clases tradicio-
nales y la dicotomía teoría práctica, así como la voluntad para lograr un cambio o
transformación. A partir de este espacio, se analiza la gestión y el perfil del aula y
la importancia en el desarrollo no solo de estrategias metodológicas diversificadas,
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sino en las redes afectivas, el por qué del aprendizaje. Así, por ejemplo, en el
alisis de documentos, la expresión de directivos y docentes de práctica y
orientadores y portafolios de los residentes, se observan avances en la aplicación
de emocionarios, inventarios de inteligencias múltiples, paisajes y estaciones de
aprendizaje, en los cuales se observan distintos apoyos de construcción artesanal,
andamiajes como grandes aliados, aplicaciones de pictogramas manuales y, a tra-
vés de distintas aplicaciones, como arasaac.org, diccionario.org, y aplicaciones para
escribir por voz. Así, para las pautas DUA en relación a las redes de reconocimien-
to y estratégicas, se ven enriquecidos los andamiajes sensoriales: elementos físi-
cos y visuales, objetos manipulables y ayudas visuales juntas. Modelados, ejem-
plos/contraejemplos. También, soportes gráficos, como infografías, mapas menta-
les y rúbricas. Y, finalmente, apoyos interactivos como trabajo colaborativo, apren-
dizaje cooperativo, aprendizaje diálogo y apoyo docente con preguntas.
En cuanto al taller sobre Marcos Normativos para la Inclusión, se analizó un
caso a partir del cual directivos, docentes y estudiantes reconocieron las principa-
les leyes y resoluciones que garantizan la inclusión educativa de niños en proceso
de inclusión, tanto en el nivel inicial como en el nivel primario. Este es el caso de un
estudiante x a quien diagnostican con el síndrome de marioneta feliz. Cuando se
encuentra en la escuela, es en la biblioteca junto a su docente de apoyo a la
inclusión y cursa pocas horas de clase en el aula junto a su docente y compañeros.
Muchos días, incluso, no asiste a la escuela. Este análisis permitió afianzar que la
inclusión educativa (y no solo para personas con discapacidad) no es una opción,
sino un derecho, ya que, a partir de aportes como el DUA y la planificación por
configuraciones de apoyo, se mejoran los procesos de inclusión educativa plena
para todos los niños y adolescentes y se logra eliminar las barreras al aprendizaje
y la participación. No obstante, se vuelve a distinguir la falta de capacitación sobre
estrategias que favorezcan una mejor comprensión sobre los nuevos conceptos y
estrategias ante las nuevas demandas y desafíos de la educación.
El uso de las tecnologías de la comunicación y la información enriquece esta
experiencia, ya que se utilizó Canva para invitaciones, infograas y tarjetas
motivacionales, tanto para el cierre de encuentros como para la implementación
en las clases. A través de carpetas Drive, se observa un conjunto de materiales
relacionados a la ESI, DUA y marcos normativos. A través de Padlet y Genially, se
comparten propuestas para el apoyo audiovisual sobre los tres ejes teticos
abordados en los encuentros.
Con el objetivo de favorecer el trabajo colaborativo a través de dispositivos y
espacios de formación de manera corresponsable, las comisiones lograron un apren-
dizaje fundamental, como lo es el encuentro y el cruce de miradas y experiencias
en torno a la formacn para quienes conducen, para quienes enseñan y para
quienes aprenden en el campo de la práctica docente. Se lograron transversalizar
ejes con algunas vacancias en su implementación, como la ESI, DUA y la regulación
de los derechos a una inclusión educativa plena de estudiantes con y sin
discapacidad. Así también, la aplicación de las nuevas tecnologías de la comunica-
ción y la información.
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Si bien se valoran los aprendizajes abordados, la mayor dificultad que se ob-
serva es que, si bien se avanza en los dispositivos y espacios de formación en la
práctica, en algunos casos, se sobrevalora el saber del residente, lo que deriva en
sobrecarga de actividades. Contrariamente, ante la subvaloracn del saber del
residente, resultan el desconocimiento de su rol y las limitaciones para intervenir
con creatividad en prácticas de enseñanza.
De acuerdo a experiencias, algunos residentes expresan: 1.A. "Aunque pudi-
mos dialogar en el taller, en el aula regresa la poca flexibilidad ante propuestas
creativas o diversas de lo que ella ha pensado", 2.A. "No toma en cuenta mi traba-
jo, me siento rechazada, siento que me ignora", 3.A. "Antes de ingresar al aula, no
importa su mirada, solo necesito aprobar". En este sentido es que es necesario
seguir abordando cuestiones referidas a la dimensión vincular entre docente orien-
tador y residente.
Finalmente, en la fase de reflexión, el elemento analizador implica una mirada
crítica al encuentro y la reacción a la acción. La estrategia metodológica se basó en
la narrativa pedagógica a partir de la cual se recrearon vívidamente distintos mo-
mentos del trabajo compartido con sus propias palabras. El trabajo con narrativas
desafía a los formadores y futuros formadores a transparentar, a hacer explícitas
las relaciones fundantes entre acciones, decisiones y supuestos nucleares de sus
propuestas y las formas en que estas se manifiestan en situaciones concretas.
Por lo que, a través de estas propuestas la reflexión crítica de los participantes
muestra el valor para:
1. Espacios y encuentros para construir lazos y comunidades de práctica para la
interacción, diseño de actividades, construcción de sentidos y reflexiones con el
propósito de mejorar la participación más plena y auténtica de los residentes.
También, una cultura s colaborativa entre todos los actores del equipo
coformador.
2. Deconstrucción de mitos o herencias tradicionales de enseñanza. En la propia
acción, con participación, con función crítica y finalidad formativa.
3. Democratización de conocimientos, procesos, clarificación de sentidos y valores
de la residencia desde una perspectiva ecológica.
4. Estrategias y recursos que permiten volver a pensar-se: autobiografías, narra-
tivas, talleres.
5. Saberes a partir de nuevos recorridos, alternativos, laberínticos y situados de
acuerdo a los requerimientos, desafíos y necesidades de nuestros estudiantes.
6. Recreación de nuestros proyectos institucionales de manera colaborativa con
los residentes, el profesorado.
7. Redes de apoyo y sustentabilidad a través de la cultura digital.
8. Empatía y solidaridad como mediadores de las residencias.
9. Participación y comprensión de los problemas desde quienes están implicados
en ellos a través del diálogo, la reflexión y la acción.
10. Protagonismo como prácticos y como investigadores.
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11. Escucha mutua y atenta.
12. Memoria autobiográfica, que nos recuerda también los gérmenes que no de-
bemos pero tendemos a reproducir.
13. Posibilidades y limitaciones en las relaciones sociales a partir de la pedagogía
para el encuentro, el amor y la enseñanza capaz de brindar herramientas
intelectuales, emocionales y cívicas en proyección a la mejora de la sociedad.
Pedagogía del cuidado.
De esta manera, se cierra un ciclo espiralado a partir del cual los participantes
han puesto al centro aquellas cuestiones que, muchas veces, limitan la comunica-
ción y el trabajo colaborativo debido a las concepciones que subyacen a sus prác-
ticas y decisiones.
Conclusiones
Este trabajo tuvo como objetivo general analizar y reflexionar sobre la forma
que adquiere el acompañamiento en la residencia y la experiencia coparticipativa
con el propósito de mejorar dichos procesos. Se obser que las comisiones se
involucraron con un importante compromiso, lo que se evidenció a través de la
participacn activa y el diseño de un portafolio por comisn en relación a las
distintas estrategias metodológicas que fueron resolviendo. Se espera que la re-
flexión crítica de los participantes -expresada en el anterior listado- pueda aportar
a la sustentabilidad de prácticas colaborativas y participativas de los involucrados
en la residencia, tanto en el presente como a futuro, siendo un objetivo de este
proyecto promover una cultura colaborativa a partir de la metodología de investi-
gación-acción participativa para la acción, reflexión y transformación sustentable
en prácticas de residencia.
Fue notable la empatía de unos y otros cuando se utilizaron recursos que
tocan la fibra de la subjetividad, aquellos recursos que evocan la historia y matri-
ces de la escuela a través de un relato autobiográfico, lo que hace circular la
palabra y recuperar lo que nos hace iguales y distintos a la vez. Así también, el
valor a la dimensión vocacional de la docencia y el haber pasado por la residencia,
en el caso de los docentes, lo cual trae recuerdos positivos y los negativos son los
que tienden a reproducirse o a quedar como heridas, lo que hace de la residencia
un pasaje, muchas veces, doloroso.
La coordinación de talleres (como espacios de codiseño y coconstrucción) para
la ESI, DUA y marcos normativos en torno a la inclusión educativa permitió revelar
los inconvenientes en relación a la implementación de la ESI, tanto en el nivel inicial
como en el nivel primario, así como en relación a la inclusión y la atención a la diver-
sidad. Esta realidad indicó la insatisfacción con el estado actual de esos saberes y
se evidenció la colaboración de los residentes, lo que contrarresta la concepción
sobre la carencia o vacío de sus saberes, aunque la problemática de seguir sobre-
cargándolos con actividades siga siendo una realidad. Aspiramos a mejorar los es-
pacios e itinerarios de acompañamiento en la residencia con incidencia en la mejora
de los vínculos entre residente y orientador; quizá esta todavía sea una deuda.
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Por lo expuesto, se puede afirmar que el carácter misceláneo de las estrate-
gias metodogicas que admite la investigación-acción fomentó la participación,
sobre todo, de aquellos de quienes necesitábamos escuchar: los residentes, quie-
nes suelen estar silenciados.
Gracias al análisis reflexivo de las consecuencias que genera el proceso de
investigación-acción participativa, emerge la pedagogía del encuentro para la cons-
trucción de vínculos sanos en el marco de la formación de las futuras generaciones
de docentes, pero, también, como futuros docentes orientadores. Cabe pregun-
tarnos: ¿Cuáles son los criterios con los que se seleccionan los docentes
orientadores en la residencia?, ¿implica necesariamente la construcción de una
identidad de este histórico rol?
Tanto los directivos, docentes y residentes valoraron positivamente la partici-
pación, ya que, al aplicar las etapas de la investigación-acción, pudieron apreciar
el valor de un proceso sistemático y de construccn de conocimientos para su
propia comunidad, pero, también, a separarse a decir de los participantes: de la
catarsis y la queja de unos sobre otros.
Respecto de esta investigación, se constituye, a la vez, en preinvestigación
de la tesis doctoral en educación sobre las concepciones de los residentes en su
vínculo con el docente orientador.
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1
Magíster en Investigación Educativa. Profesor y Licenciado en Ciencias de la Educación. Docente de
Nivel Medio y Superior. Director de Instituto Superior "Cruz del Sacrificio" (Asociación de Trabajado-
res de la Sanidad Argentina, filial Córdoba). Córdoba, Argentina. Correo electrónico:
miguelalbreynoso@gmail.com
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, Nº 43, abril-septiembre 2024. g. 91-110.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)06 / Recibido: 28/09/2023 / Aprobado: 28/02/2024.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Las prácticas profesionalizantes: innovación
curricular en la formación de enfermeros
Evaluación y propuesta en el Instituto Superior
"Cruz del Sacrificio" (Asociación de Trabajadores
de la Sanidad Argentina, filial Córdoba)
Professional practices: curricular innovation in nursing training.
Evaluation and proposal in the Higher Education Institute "Cruz del
Sacrificio" (Argentine Association of Health Workers, Cordoba District)
Miguel Reynoso
1
Resumen: La presente investigación, en una perspectiva participativa, reflexiva y cons-
tructiva, se enfocó en la evaluación y el desarrollo de propuestas transformativas de
las Prácticas Profesionales (I, II y III) de la carrera de Enfermería, considerando la
importancia de estos espacios curriculares en la formación de los futuros enfermeros.
Su desarrollo metodológico se sustentó en el enfoque cualitativo, centrado en la inves-
tigación acción y ha tomado como caso una institución de Nivel Superior de la Ciudad de
Córdoba (Argentina). El diagnóstico dio cuenta de problemáticas de congruencia, inte-
gración y aspectos didácticos. El plan de acción y su implementación permitieron el
logro de la participación cooperativa de estudiantes, docentes y directivos en la planifi-
cación e implementación de doce innovaciones curriculares con impacto en el fortaleci-
miento institucional. La evaluación resultó muy positiva por la mejora en los aprendi-
zajes a partir de la dotación de infraestructura y equipamiento tecnológico para la arti-
culación de teoría y práctica.
Palabras clave: enfermería, prácticas profesionalizantes, evaluación, innovación, re-
flexión cooperativa
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Abstract: This research, from a participatory, reflective, and constructive perspective,
focused on the assessment and the development of transformative proposals for
Professional Practices (I, II and III) in the Nursing program, considering the relevance
of these curricular spaces in the training of future nurses.
Its methodological development was grounded in the qualitative approach, centered
on action research, taking as reference a Higher Education institution in the City of
Cordoba (Argentina). The diagnosis revealed issues related to congruence, integration,
and didactics aspects. The action plan and its implementation facilitated a cooperative
participation among students, teachers, and directors in the planning and execution of
twelve curricular innovations with an impact on institutional strengthening. The
assessment showed positive results due to the improvement in learning outcomes,
thanks to the provision of infrastructure and technological equipment to facilitate the
articulation between theory and practice.
Keywords: nursing, professional practices, assessment, innovation, collaborative
thinking
1. Introducción
Los enfermeros constituyen la mayor parte de la fuerza laboral del ámbito de la
salud (De Bortoli Cassiani et al., 2020) y su papel es prioritario en la promoción, la
prevención y la rehabilitación de la salud de la persona, la familia y la comunidad;
además, son agentes fundamentales para la concreción de las políticas sanitarias
provinciales, nacionales e internacionales. El cuidado de enfermos o heridos o la
atención a la gestante son prácticas antiguas como la humanidad. Desde la Edad
Media y en su evolución histórica, la Enfermería, como profesión, tuvo por objetivo
principal el cuidado de la salud como su bien intrínseco más específico. Actualmente,
se la considera una profesión que implica una formación cienfica, técnica y
humanística, prioritaria para el bien de la comunidad, que presta asistencia en el
proceso salud-enfermedad en los niveles de promoción, prevención, recuperación y
rehabilitación de la persona (Argentina, Consejo Federal de Educación, 2013).
La presente investigación estuvo enfocada en la transformación curricular de
las Prácticas Profesionales I, II y III de la carrera de Enfermería (en adelante, Prác-
ticas 1, Prácticas 2 y Prácticas 3). Es de público conocimiento la escasez de este
recurso humano (Aspiazu, 2017), la importancia de su preparación para el sistema
de salud por su impacto sanitario y la necesidad de favorecer su profesionalización
con bases científicas y técnicas, necesarias para la sensibilidad social que implica.
En este sentido, cobra un papel fundamental la práctica profesional, su enseñanza
y la evaluación investigativa que permite la mejora académica. Resultó relevante,
por lo tanto, analizar el impacto del Plan de Estudios de Enfermería, vigente desde
el 2014, en el Instituto Superior "Cruz del Sacrificio", sito en la ciudad capital de
Córdoba, en el que se incorpoun trayecto conformado por Práctica 1, 2 y 3. Esta
investigación planteó la evaluación del trayecto curricular durante los seis años de
su implementación y consideró tres objetivos generales:
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A. Evaluar la propuesta de las Prácticas Profesionalizantes (PP) de la Tecnicatura
Superior en Enfermería, en relación al diseño curricular prescripto y al Proyecto
Institucional de las Prácticas Profesionalizantes (PIPP).
B. Elaborar propuestas transformativas, a partir de la reflexión cooperativa, como
aporte a la calidad de la enseñanza en las PP.
C. Implementar y evaluar las adecuaciones didácticas en las PP, a partir del proce-
so reflexivo cooperativo.
2. La inclusión curricular de las prácticas: sus fundamentos
Se ha tomado por referencia la normativa vigente (Argentina, Consejo Fede-
ral de Educación, 2016), que entiende a las PP como las experiencias formativas
intencionalmente planificadas, que aproximan a las tareas y a los ámbitos de des-
empeño profesional contemplados en el perfil de egreso de cada carrera. Las es-
trategias y las actividades propuestas tienen el propósito de que los estudiantes
consoliden, integren y/o amplíen capacidades y saberes prácticos. Las PP tienen
un carácter sustantivo y se orientan, específicamente, hacia la articulación de la
teoría y la práctica, al vincular conocimientos y habilidades, saberes académicos y
requerimientos de la realidad social.
Las PP, en tal sentido, implican la atención a la especificidad y la diversidad de
los contextos en que se desarrolla la propuesta educativa, en una dinámica formativa
de acción y reflexión sobre situaciones reales de trabajo. En nuestro caso, el ám-
bito propio de la Enfermería es el cuidado de la salud individual y grupal de las
personas, en su inagotable diversidad y complejidad, por lo que requiere una
formación profundamente humanística, además de científica, técnica y procedimental.
Las definiciones invitan a reconocer, al menos, tres aspectos relevantes de las
PP. Por una parte, su dimensión teleológica, es decir, su sentido dentro de la for-
mación. En nuestro caso, la preparación del profesional para que pueda brindar y
gestionar cuidados de enfermería, promoción, prevencn y rehabilitación de la
persona, la familia, el grupo o a la comunidad, hasta el nivel de complejidad de
cuidados intermedios, en el domicilio o en servicios sanitarios públicos y privados
(hospitales, clínicas, sanatorios, hogares de ancianos). Este saber práctico (infor-
mado desde la teoría a cargo de las demás asignaturas) supone, también, la toma
de decisiones y deliberaciones éticas vinculadas a las consecuencias de la acción,
más aún en el cuidado de la salud de las personas. El enfermero asume una res-
ponsabilidad integral del proceso en el que interviene e interactúa con otros pro-
fesionales del sector de la salud. Es, por tanto, un ámbito político en el que se
habilita a los estudiantes a participar y analizar los asuntos de la comunidad en
pos de la construcción de un mundo mejor y más justo (Pruzzo, 2010).
La dimensión epistemológica remite a la necesaria relación entre teoría y prác-
tica. Sin embargo, esta vinculación y su relación con el quehacer profesional han
encontrado, con frecuencia, ciertos obstáculos sustentados en algunas ideas-fuer-
za, concepciones y supuestos con que, habitualmente, se piensan y desarrollan
las PP. Entre ellas, la idea de una línea de separación nítida y tajante entre el
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tiempo de la formación inicial y el tiempo del ejercicio laboral o la demarcación de
mundos -el escolar y el laboral-, con fronteras poco permeables al intercambio de
saberes y experiencias (Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad Autó-
noma de Buenos Aires, 2013). También, se manifiesta la idea de las PP como ins-
tancias destinadas a aplicar conocimientos y saberes teóricos y cnicos de los
espacios curriculares de formación general y específica al campo del desempeño
profesional. Otra parcialización de las PP es el supuesto de que son ámbitos des-
tinados a desarrollar aprendizajes ligados a la dimensn cnica-operatoria del
desempeño profesional, que desatiende la perspectiva holística de la formación.
Es decir, la omisión de otros aspectos presentes en quien aprende; entre ellos, la
reflexión, la integración de conocimientos, la presencia de emociones, actitudes y
valores o el olvido del fin último de la tarea que realiza: el cuidado de la persona
en sus múltiples dimensiones, que no pueden ser ignoradas.
Un tercer aspecto constitutivo e implícito en la definición es su dimensión di-
dáctica. En cuanto campo de formación y espacio curricular, la práctica es un espa-
cio privilegiado para el aprendizaje, sustentado en la experiencia del sujeto y
orientado hacia el logro de un saber complejo, que va más allá de la aplicación de
una técnica especializada, pues le capacita para solucionar problemas, revisar
supuestos, tomar decisiones, descubrir nuevos territorios y combinar el pensa-
miento con la acción.
El aprendizaje académico y, particularmente, el de la PP conlleva una transfor-
mación de las estructuras del pensamiento y de otros aspectos que integran a la
persona en el aprendizaje. Se la puede definir como un proceso continuo de cons-
trucción, deconstrucción y reconstrucción del entramado de representaciones emo-
cionales y cognitivas, conscientes e inconscientes, que gobiernan nuestras per-
cepciones, interpretaciones y formas de actuar (Pérez Gómez, 2017). Se enmarca
en algo que se aprende a hacer, un estado disposicional a actuar (Villoro, 2008),
definido por un objeto o situación aprehendidos y guiados por una garantía segu-
ra de acierto. Implica, por tanto, una interacción entre los sujetos (estudiantes) y
un objeto o situación objetivos (tareas y ambiente del profesional) y el cumpli-
miento de determinados criterios de acierto o logro (perfil del egresado). El saber
y el conocer no son separables del desempeño o actividad que se aprende (Ibañez
Bernal, 2007).
Los conceptos vertidos sobre lo que significan las PP permiten reconocer una
renovada forma de entender y de llevar a cabo las actividades formativas, lo que
no siempre resulta tan sencillo. El nuevo plan de estudios, en correspondencia con
los parámetros curriculares referidos, expone una oportunidad de mejora acadé-
mica, no sin un esfuerzo conjunto con la comunidad educativa, en un marco
participativo de revisión y reflexión desde las propias prácticas.
Entendimos relevante indagar sobre el desarrollo curricular de las PP al con-
siderar el aporte que significaría al fortalecimiento de las prácticas de enseñanza
en las tres dimensiones que implican (teleológica, epistemológica y didáctica), al
reconocimiento de las fortalezas y de las dificultades que se pueden observar,
entendidas estas como oportunidad de mejoras que pueden ser emprendidas por
la comunidad educativa.
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3. Las Prácticas Profesionales como ejes articuladores de teoría y práctica
El Plan de Estudios de la Carrera de Enfermería propone una relación medular
entre la teoría y la práctica, donde las PP son el espacio de integración y articula-
ción con otros campos formativos.
Resulta relevante el ensayo realizado por Medina Moya y Castillo Parra (2006)
en el que exponen la racionalidad técnica como perspectiva epistemológica y pe-
dagógica que ha predominado en la formación de los enfermeros. Bajo esta visión,
el docente trata de enseñar al estudiante a solucionar problemas "instrumentales"
mediante la aplicación del conocimiento científico procedente de la investigación
empírica. Los autores citados cuestionan esta perspectiva porque el profesional
es un práctico reflexivo, cuya acción se funda en un conocimiento práctico y tácito
que se activa durante la acción y en el cual pueden, sobre todo a efectos heurísticos,
distinguirse tres componentes: conocimiento en la acción, reflexión en la acción y
reflexión sobre la reflexión en la acción. El ensayo nos remite a los aportes de Carr
(1996), Kemmis (1996) y Pruzzo (1999), quienes profundizan los temas sobre la
racionalidad técnica y la práctica reflexiva. Por otra parte, también nos recuerda la
visión que ofrece la Pedagogía Crítica, cuando señala que la teoría y la práctica se
encuentran íntimamente vinculadas en una relación solidaria y de mutuo impacto
(Pruzzo, 2010), que supera las perspectivas de oposición y dependencia, ya que
se construyen y reconstruyen en una relación dialéctica, mutuamente constituida,
socialmente desarrollada e históricamente construida.
Al respecto, son significativas las investigaciones que exponen la incidencia
positiva de la reflexión en las instancias prácticas de la formación del futuro profe-
sional y el desarrollo de competencias. Autores como Medina Moya y Castillo Parra
(2006) y Álvarez Rivera y Medina Moya (2017) resaltan la importancia de que los
estudiantes de enfermería aprendan las formas de indagación cuando se encuen-
tran con situaciones inestables, ambiguas y poco claras de la práctica cotidiana: la
reflexión en la acción. Por eso, las innovaciones didácticas sugeridas guardan re-
lación con la posibilidad de que el estudiante pueda reconocer la relación solidaria
entre la teoría y la práctica, que incluye instancias de procesos reflexivos. En el
mismo sentido, Alvarado (2018) plantea la importancia de la formación en el pen-
samiento reflexivo-crítico para la preparación de profesionales protagonistas en
los servicios de salud.
4. Las prácticas en el desarrollo de competencias generales y específicas de
la profesión
Este tema ha ocupado la agenda de debate internacional, particularmente,
en el ámbito educativo profesional, como fue el desarrollo del Proyecto Tuning para
América Latina (Beneitone et al., 2007). Entre sus líneas de trabajo, se encuentra
la definición de competencias genéricas (importantes socialmente para cualquier
titulación) y específicas de las áreas temáticas (propias de cada profesión). En una
nueva etapa del proceso de consenso, entre 2011 y 2013, se definieron en un
documento (Muñoz González, 2013) aspectos inherentes a la formación de Nivel
Superior de ocho profesiones. Entre ellas, enfermería, en los que se incluyeron
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sus competencias y una nueva categoría comprensiva: los metaperfiles. Es impor-
tante el marco conceptual que Pérez Gómez (2017) aporta sobre el concepto de
competencia, a la que considera como sistemas complejos personales de com-
prensión y de actuación, en el que entran en juego múltiples aspectos: conoci-
mientos, habilidades, emociones, actitudes y valores. La práctica es la ocasión de
una relación dialéctica entre la teoría y la práctica, donde se teoriza la práctica y se
experimenta la teoría (Pérez Gómez, 2012). El estudiante es protagonista en la
construcción de nuevos conocimientos que se forman y reconstruyen en los diver-
sos contextos.
En síntesis, las investigaciones señalan la existencia de problemáticas comu-
nes respecto a las prácticas en la formación de Enfermería, lo que demanda la
squeda de alternativas para abordar mejoras académicas. En este contexto,
resulta prioritario el desarrollo de trabajos investigativos en nuestro país para el
fortalecimiento de las prácticas educativas en pos de la mejor preparación de los
futuros enfermeros. En el mismo sentido, algunas producciones argentinas consti-
tuyen un sendero a continuar y profundizar, particularmente, en tanto que inclu-
yen significativamente un análisis pedagógico y didáctico de las prácticas.
5. La incorporación de las Prácticas Profesionalizantes en el plan de estu-
dios del Instituto
El Consejo Federal de Educación (2013) determina la constitución de las PP
como un campo de formación que debe desarrollarse en forma progresiva y conti-
nua a lo largo de la carrera y a medida que se cursan distintos espacios curriculares.
En este marco, el nuevo diseño curricular incluye a las PP como espacios curriculares
autónomos (Prácticas 1, 2 y 3), desarrollados en los años que dura la carrera (1ro,
2do y 3ro), con una carga horaria semanal. Estos rasgos potencializan la articula-
ción con los restantes espacios curriculares y la atención a la progresividad de los
aprendizajes.
Por otra parte, el diseño habilita a cada institución educativa a realizar un
PIPP, lo que favorece así la atención de las particularidades regionales y la articu-
lación con los escenarios reales del mundo del trabajo. En este caso, el menciona-
do proyecto institucional fue elaborado en el 2015, a partir del trabajo conjunto
del cuerpo de docentes de la práctica con el equipo de gestión, pero sin la partici-
pación de estudiantes, lo que parcializa la mirada, limita la información, la evalua-
ción y la toma de decisiones.
Otro punto importante a tener en cuenta es que el actual diseño redujo el
número de los espacios curriculares considerados en el plan de estudios anterior.
La eliminación de nueve asignaturas implicó la reubicación de la mayoría de sus
contenidos en las siguientes tres materias: Enfermería en la Comunidad, Enferme-
ría Materno Infantil y del Adolescente y en Enfermería del Adulto y del Anciano. En
consecuencia, estos espacios curriculares se sobredimensionan en cuanto a los
contenidos, lo que complejiza su dictado. Se entiende, en este marco, que la eva-
luación propuesta en esta investigación significaría un aporte al discernimiento
sobre cuál es el nivel de integración entre los espacios curriculares y las PP.
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6. Metodología
Esta indagación se inscribe en el enfoque cualitativo, centrado en la Investi-
gación Acción (IA) que, según Yuni y Urbano (2005) se sustenta en el paradigma
crítico y refiere a un modelo epistemológico caracterizado por
Su mayor compromiso con los cambios sociales y el valor intrínseco que
posee el conocimiento de la propia práctica y de las maneras personales
de interpretar la realidad, para que los propios actores puedan comprome-
terse en procesos de cambio personal y organizacional. (pp. 138-139)
Pruzzo (2013) la describe como "la indagación cooperativa que emprende una
comunidad educativa para poner en práctica planes de mejora a partir del diag-
nóstico de la situación educativa singular que se enfoca" (p. 51). Se valora, por
tanto, la inclusión de docentes y estudiantes en una dinámica que promueve el
compromiso y la cohesión desde los valores de la comunidad. Carr y Kemmis (1988)
destacan su importancia como investigación dialógica, pues incorpora a los docen-
tes y aporta al desarrollo de la ciencia y al cambio social. Este paradigma
investigativo, entonces, favorece el desarrollo de actitudes cívicas de participación
de la comunidad, en tanto que incorpora todas las voces (directivos, docentes y
alumnos) en el análisis, las discusiones y, también, en las decisiones curriculares.
Otro aspecto a considerar es que, a diferencia de otros paradigmas, en la
IA, al investigador no se lo considera un experto externo que realiza una inves-
tigacn con personas, "sino un coinvestigador que investiga con y para la gen-
te interesada por los problemas prácticos y la mejora de la realidad" (Latorre,
2005, p. 25).
La presente investigación se desarrol entre mayo de 2020 y diciembre de
2021. Se basó, como ya se mencionó, en el estudio de un caso, que tomó como
población a una institución de Nivel Superior de la ciudad de Córdoba con el obje-
tivo de evaluar la propuesta de las Prácticas Profesionalizantes de la Tecnicatura
Superior en Enfermería, proyectar su mejora y procurar su implementación. El de-
sarrollo de esta investigación se llevó adelante de forma virtual y presencial, aten-
to al contexto de pandemia y las posibilidades que ofrecía la evolucn de las
restricciones sanitarias.
La dinámica de la IA implicó, además del equipo de docentes, un total de 216
estudiantes de 1ro, 2do y 3er año de la carrera de Enfermería. Por lo tanto, las
fuentes primarias para la búsqueda de información -tanto en la evaluación
diagnóstica como en la implementación de la mejora- fueron los distintos actores
institucionales, copartícipes del proceso de investigación.
La hetereogeneidad de los instrumentos de recogida de información y de fuen-
tes consultadas permitió el proceso de triangulación, a fin de consolidar la validez
y la confiabilidad de la investigación. Como lo refiere Vasilachis de Gialdino (1992),
la triangulación permite superar los sesgos y las limitaciones propios de cada mé-
todo, a partir de su integración con otros. Habilita, también, una mirada crítica
sobre los datos obtenidos para identificar sus debilidades y la necesidad de
abordajes complementarios.
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7. La investigación en acción
Para el diagnóstico de la situación, se realiun análisis comparativo entre lo
establecido en el Proyecto Institucional y los Programas de las Prácticas, a través
del análisis de contenido. Se concluyó que, en las practicas, predominaban los
contenidos teóricos y se observaba, además, la carencia de congruencia entre los
ejes prioritarios del Proyecto Institucional (PIPP) con los de los Programas de las
Prácticas 1, 2 y 3. En estos programas, se omiten prácticas fundamentales en la
formación del futuro enfermero. Entre ellas, la promoción y la prevención de la
salud del adulto mayor, los cuidados de enfermería en ocasión de trastornos de
salud o de intervenciones quirúrgicas. Tampoco se consideran la orientación y la
contención a la familia, el trabajo en equipo o interdisciplinar.
Por otra parte, los programas de la práctica no reflejan integración con otros
espacios curriculares y con la realidad profesional de Enfermería. Sumada a esta
problemática, los documentos analizados no consideran, entre sus contenidos
prácticos, las interacciones con el equipo de salud y otros actores del área. Tam-
poco se mencionan las relaciones con estructuras institucionales previstas en el
plan de estudios.
A la vez, estudiantes y docentes, a través del focus group, también dieron
cuenta del énfasis teórico dado a las prácticas. Esto se evidencia en el tipo de
estrategias que predominaban: exposición de los docentes, evaluaciones centra-
das en aspectos teóricos (por ejemplo, la implementación del uso de cuestionarios
escritos o la exposición verbal de temas).
Se pudo verificar un significativo nivel de disconformidad de los estudiantes
de los tres cursos de Enfermería en relación a las prácticas que se realizan en la
institución por ser escasas en cuanto al tiempo que se les dedica y limitadas en los
recursos que disponen para su ejercicio. En correlación con esta problemática, los
alumnos plantearon la importancia de incrementar las prácticas en gabinetes de
simulación y la necesidad de una mayor articulación entre la teoría y la práctica y la
inclusión de Farmacología en ambas. En cuanto a las prácticas en hospitales, los
estudiantes las perciben como un desafío y destacaron el acompañamiento de los
docentes, ya que favorece la comprensión de los temas, la resolución de proble-
mas y el desarrollo de la autoconfianza. También identifican como importante el
compañerismo porque lo vivencian como un apoyo para el desempeño.
Fueron importantes las sugerencias de los estudiantes y de los docentes en
cuanto a las propuestas de mejoras. Por ejemplo: la realización de videos propios
(de simulación de técnicas y procedimientos), la ejercitación en gabinetes -en par-
ticular, sobre Farmacología- y la redacción de informes de Enfermería.
8. La institución en acción
El diagnóstico realizado fue puesto a consideración de los distintos actores de
la Carrera de Enfermería (docentes, estudiantes y directivos) mediante informes
que se compartieron en reuniones virtuales -videollamadas de Google Meet-. Se
complementaron con informes escritos (en formato PDF), los cuales fueron envia-
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dos a los grupos de WhatsApp y casillas de correos electrónicos. Los resultados
comunicados tuvieron una amplia recepción, por lo que se consiguió la implicación
de otros directivos, docentes y estudiantes. El análisis de las fortalezas y las debi-
lidades permitió la reflexión retrospectiva y posibilitó el planteamiento de estrate-
gias prospectivas, que se plasmaron en un plan de acción enfocado en la transfor-
mación de las PP.
Así, se pudieron efectuar distintas propuestas con premisas convergentes en
la mejora de la enseñanza, que surgieron a partir del diálogo entre la Dirección del
instituto, la coordinadora de la Tecnicatura, las docentes de las Prácticas (1, 2 y 3)
y los profesores de los espacios curriculares teóricos de Enfermería en la Comuni-
dad, Tecnología de la Información y la Comunicación, Enfermería Materno-Infantil y
del Adolescente, Antropología Social y Cultural, Enfermería del Adulto y del Ancia-
no y Enfermería en Salud Mental. Es decir que se conformó, para la elaboración del
plan de mejora, un equipo interdisciplinario de 11 integrantes: 9 de sus miembros
fueron docentes y 2 del equipo de gestión (1 coordinadora y 1 directivo).
El plan de acción incluyó doce innovaciones, de las cuales seis se caracteriza-
ron por su carácter institucional para lograr la articulación entre teoría y práctica:
1. Articulación entre Práctica I y Tecnología de la Información y Comunicación. Los
estudiantes desarrollaron 52 videoproducciones destinadas a la promoción de
la salud y la prevención de enfermedades.
2. Articulación de Práctica y Enfermería en la Comunidad (1er año): Los estudiantes
implementaron el Registro de Enfermería Modelo ISBAR (Identification, Situation,
Background, Assessment, and Recommendation) a partir de casos clínicos.
3. Incorporación de prácticas en Farmacología. Los docentes elaboraron un Proyec-
to de enseñanza de Farmacología para los tres años de la carrera. Se dictó un
módulo teórico extracurricular de Farmacología en el segundo año de la carrera y
se adecuaron las prácticas de Farmacología de forma articulada con la teoría.
4. Articulación de prácticas y Antropología Social y Cultural (2do año): Los estu-
diantes realizaron prácticas de Atención Primaria de la Salud en una zona de la
ciudad de Córdoba, que incluyeron el Proceso de Atención de Enfermería Fami-
liar. Aplicaron, además, estrategias de prevención con el centro de salud.
5. Articulación de prácticas y Enfermería en Salud Mental (3er año): Los estudian-
tes implementaron el Proceso de Atención de Enfermería considerando los ca-
sos de los adultos mayores (atendidos por ellos en la práctica hospitalaria) y las
actitudes que favorecen un envejecimiento saludable.
6. Articulación de prácticas y Enfermería del Adulto y del Anciano (3er año): Los
profesores de ambos espacios comparten sus clases teóricas y prácticas.
Otro grupo de las innovaciones propuestas desarrollaron transformaciones
didácticas:
7. Proyecto de gabinete de simulación clínica para las prácticas: A partir de la ela-
boración de un proyecto de mejora de los gabinetes de simulación, se adecuaron
dos aulas en cuanto a su infraestructura, equipamiento técnico y recursos.
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8. Videoproducciones de estudiantes y docentes: Los docentes de Práctica 1, 2 y 3
y los estudiantes produjeron videos como soportes de aprendizaje y como ins-
tancias de evaluación formativa.
9. Prácticas en el aula virtual: Los docentes subieron al aula virtual numerosas
videoproducciones demostrativas de procedimientos y cnicas.
10. Integración de experiencias prácticas extracurriculares en Prácticas 3: Se in-
corporaron las experiencias prácticas de estudiantes que ya se desempeña-
ban como enfermeros o auxiliares de enfermería y la experiencia de los estu-
diantes en la campaña de vacunación contra la COVID-19.
11. Evaluación a través de rúbricas: El equipo de docentes elaboró instrumentos
evaluativos por cada curso, para las instancias prácticas en gabinetes y en
hospitales.
12. Tutorías: Se planificaron y se llevaron adelante tutorías para cada curso, como
apoyo de aprendizaje práctico y de articulación con conocimientos de la teoría
(ver Gráfico 1).
Gráfico 1: I.A. Innovaciones en las PP
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Atendiendo a la extensión posible del artículo, a continuación, solo se descri-
ben sintéticamente tres de las innovaciones mencionadas (3, 4 y 7), su
implementación y evaluación.
8.1. Incorporación curricular de contenidos y prácticas de Farmacología
Entre las problemáticas detectadas, el diagnóstico dio cuenta de la carencia
de los conocimientos teóricos y prácticos relevantes de Farmacología, asignatura
suprimida en el nuevo plan de estudios de Enfermería. Bajo esa inquietud, en el
proceso de construcción colaborativa, se elaboró el Proyecto de enseñanza de
Farmacología, aplicable a los tres años de la carrera. En su elaboración, participó
el equipo de gestión, los docentes de las Prácticas 1, 2, 3 y los profesores de los
espacios curriculares de Enfermería en la Comunidad, Enfermería Materno-Infantil
y del Adolescente, Enfermería en Salud Mental y Enfermería del Adulto y del Ancia-
no. Las reuniones fueron virtuales y conllevó el análisis documental, el diálogo, el
debate y la definición de un documento final, donde se expusieron los contenidos
mínimos de Farmacología por año de cursado. En consonancia con el proyecto, los
programas y las planificaciones de los espacios curriculares teóricos y prácticos se
ajustaron al nuevo marco de referencia definido.
También, se acordó y se llevó adelante, durante el año lectivo 2021, el dictado
virtual de un módulo teórico extracurricular de Farmacología para el segundo año
de la carrera, para suplir así la carencia de este espacio, excluido en el plan de
estudios vigente (ver Gráfico 2).
Gráfico 2: Innovación teórica y práctica en Farmacología
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Estas transformaciones se complementaron con la inclusión de prácticas refe-
ridas a Farmacología en los gabinetes de simulación. Se caracterizaron por la di-
versidad de las ejercitaciones conforme a la etapa de formación.
En Práctica 1, se incluyeron saberes sobre técnicas no invasivas, responsabi-
lidades legales, bioseguridad e inmunizaciones. En Práctica 2, se abordaron pro-
cedimientos de farmacoterapia invasivos, además de los relacionados con la en-
fermería obstétrica y pediátrica. En Práctica 3, se profundizó sobre la medicación,
las cnicas y los procedimientos relacionados con Enfermería del Adulto y del
Anciano. La incorporación de Farmacoloa en las Prácticas 1 y 2 se realizó en
forma virtual y presencial, según la etapa de la pandemia y, en el caso de Práctica
3, fue presencial.
Las encuestas de evaluación de esta innovación nos permitieron comprobar
que la implementación del Proyecto de Enseñanza de Farmacología, desarrollado
en forma teórica, fue relevante para los docentes y los estudiantes. Si bien todos
los estudiantes reflejaron una experiencia positiva, los alumnos del segundo año
de Enfermería expresaron un nivel de conformidad del 100%, lo que guarda rela-
ción con la innovación implementada para estos alumnos con el dictado de un
módulo teórico sobre el tema.
Los estudiantes destacaron que los gabinetes virtuales y presenciales les
fueron muy favorables en los aprendizajes de vía de administración, conocimiento
del carnet de vacunas, reglas de tres simple, responsabilidades legales y recono-
cimiento de áreas limpias y sucias.
En Práctica 2, los estudiantes consideraron que fueron muy buenas las expe-
riencias de aprendizaje sobre prácticas de menor complejidad y no invasivas, ta-
les como el carnet de vacunas, el cálculo de dosis y el factor goteo. Tambn,
percibieron como muy positivo el aprendizaje de técnicas más complejas. Por ejem-
plo: la técnica de venoclisis y los cuidados de enfermería que le implican, así como
la preparación y la administración de medicación. Destacaron, a su vez, las prácti-
cas relacionadas con oxigenoterapia y la preparación y la administración de insulina.
Suma valor a la opinión positiva el hecho de que muchas de las actividades estu-
vieron limitadas, por la pandemia, a la virtualidad durante varios meses. Además,
las prácticas implicaron procesos complejos que incluían conocimientos teóricos y
prácticos de otras variables; por ejemplo, edad, indicaciones médicas, etc.
Las encuestas sobre las prácticas farmacológicas en Práctica 3 mostraron tam-
bién un nivel de conformidad muy alto en las ejercitaciones. A modo de ilustración,
integramos una de las tablas del análisis evaluativo correspondiente al tercer año
(ver Tabla 1).
En la Tabla 1, se puede observar las respuestas a la encuesta evaluativa,
realizada a estudiantes del tercer año y referidas a ocho prácticas importantes
para la etapa de formación. Si bien algunas de estas pcticas también están
presentes en el segundo año, son diversas en su ejecución, dado que se aplican
en otra etapa biológica de la persona, con otras necesidades y circunstancias de
salud. Es el caso del cálculo de la medicación, el factor goteo, la preparación y la
administración de insulina, las técnicas de venoclisis y la oxigenoterapia. Todas las
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Tabla 1: Evaluación de Práctica 3 en Farmacología
lculo de medicación 7 23 20 67 3 10 30
Factor goteo 8 27 19 63 3 10 30
Preparación y administración de insulina 4 13 18 60 8 27 30
Dosis de fármacos por patología 5 17 18 60 7 23 30
Técnica de venoclisis 11 37 19 63 0 30
Oxigenoterapia 7 23 20 67 3 10 30
Responsabilidad legal 6 20 21 70 3 10 30
Balance drico 9 30 19 63 2 7 30
Muy
adecuado
Aspecto consultado
Adecuado
Poco
adecuado
% % % Total
categorías, a excepción de las dosis de fármacos por patología y la preparación y
la administración de insulina, mostraron un alto nivel de conformidad. Incluso, en
una de ellas (técnica de venoclisis), llegó al 100 % de conformidad. En el caso de
las dificultades, que también denota la Tabla 1, guardan correlación con su com-
plejidad práctica y, por lo tanto, requieren más tiempo de aprendizaje.
En todos los cursos, los estudiantes lograron desarrollar actividades de
Farmacoterapia de diversa complejidad y en una línea de progresividad de saberes.
Además, sortearon la dificultad de la limitada cantidad de clases presenciales con
motivo del aislamiento sanitario. Por otra parte, la opinión de los alumnos nos
permite también reconocer un aporte a la reducción de la distancia entre la teoría
y la práctica, cuya carencia es detectada en otra investigación latinoamericana
(Piedrahita Sandoval y Rosero Prado, 2017).
Las encuestas y las entrevistas permitieron reconocer el trabajo realizado por
los docentes participantes, quienes se destacan por el alto nivel de conformidad
estudiantil de los tres cursos analizados en relación a los aprendizajes alcanzados.
8.2. Implementación del Proceso de Atención de Enfermería Familiar
En segundo año, se realizó una articulación entre los espacios curriculares de
Antropología Social y Cultural y Prácticas 2, tomando como punto de convergencia
la implementación del Proceso de Atención de Enfermería
2
Familiar, que consideró
un sector de la población de un barrio ubicado en zona urbano marginal de la
ciudad de rdoba.
2
El Proceso de Atención de Enfermería es una estrategia secuencial e integral, utilizada por Enfermería
para planificar y brindar cuidados eficientes y de calidad, que implica, al menos, cinco etapas: valora-
ción, diagnóstico, planeacn, ejecución y evaluación.
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El objetivo de la actividad fue brindar a los estudiantes una experiencia de
aprendizaje teórico y práctico de Atención Primaria de la Salud a las familias, en la
que pudieran aplicar la metodología de Enfermería para el reconocimiento de ca-
racterísticas y necesidades sanitarias de las familias.
La innovación implicó tres etapas interrelacionadas. En la primera, los docen-
tes, mediante clases en formato virtual, presentaron a los estudiantes el proyecto
de intervencn, las estrategias y el marco trico pertinente. En una segunda
etapa, los estudiantes, a través del formato de trabajo de campo, realizaron ta-
reas de indagación e intervención en terreno visitando distintas familias escogi-
das por ellos mismos. Esta actividad estuvo orientada a que los estudiantes logra-
ran relacionar la teoría con la práctica y desarrollaran distintas competencias vin-
culadas a la promoción de la salud, la prevención de las enfermedades y el trabajo
en equipo. Los estudiantes indagaron sobre los rasgos socioculturales de los gru-
pos, sus necesidades y riesgos emergentes, así como sobre el estado de salud de
las personas (tratamientos, inmunizaciones, alimentación, etc.). Complementaron
la visita brindando consejería a las familias sobre vacunación.
Para la valoración del Proceso de Atención de Enfermería, los alumnos
implementaron la entrevista abierta, la observación y el registro de datos objeti-
vos. En este último caso, recabaron información vinculada a la historia clínica, los
registros y los estudios complementarios de los integrantes de la familia en el
centro de salud cercano.
En cuanto al diagnóstico inherente al Proceso de Atención de Enfermería, los
estudiantes debieron analizar, organizar e interpretar la información, consideran-
do las categorizaciones según lo observable, los niveles de riesgos, la necesidad
de intervención y las expectativas familiares. En lo que refiere a las situaciones
críticas, sus docentes orientaron a los estudiantes para que aprendiesen a remi-
tirse al profesional que pudiera abordar la problemática (por ejemplo: profesional
de la salud, asistente social o la SENAF [Secretaria de Niñez, Adolescencia y Fami-
lia] u otros).
Por último, y como tercera etapa, el proceso conclu con una instancia de
puesta en con, en la que se compartieron los resultados y los aprendizajes
alcanzados. Sus docentes les solicitaron que incluyeran, en el informe final, el
familiograma y que tomaran por referencia terminológica los diagnósticos familia-
res que se proponen en NANDA (North American Nursing Diagnosis Association).
Los estudiantes manifestaron gran conformidad con la actividad en cuanto les
permitió resignificar los aprendizajes teóricos previos y ejercitarse en un abordaje
de la realidad desde una investigación de campo orientada hacia el desarrollo de
cuidados de enfermería.
Los estudiantes, en las entrevistas realizadas, expresaron lo siguiente:
Protocolo 2, EE. 2do año, A.1.: Y fue un reto para mi hacer el PAE [Proceso de
Atención de Enfermería] familiar, pero creo que llevándolo a la práctica está
muy bueno, porque hay cosas que no te olvidas más. Tuve una experiencia
linda y haciéndolo me quedaron más claras algunas cosas que no entendía y
terminé por entenderlos.
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A.6.: Fue muy buena y cómoda, se me permitió trabajar desde la persona,
familia y un todo social.
A.7.: ¡Fantástica, al realizar la entrevista y poder conocer cada área de la mis-
ma ayudó muchísimo a seguir eligiendo está profesión!
A.15.: Me pareció un trabajo de investigación, de lectura, entretenido, aprendí
a relacionar a unir contenidos de otras materias. Para mí son necesarios más
PAE durante el año.
A.16.: Fue muy interesante aprender lo que es realizar un PAE y poder ayudar
a las personas.
Tomando en consideración estas expresiones, se puede reconocer que la ex-
periencia significó la comprensión de los temas de Antropología Social y Cultural y
del Proceso de Atención de Enfermería, así como la valoración de las personas y
de la familia desde el rol del enfermero. Esta innovación contribuyó favorablemen-
te en la preparación del futuro profesional a fin de brindar y gestionar cuidados de
enfermería, ejercer la promoción de la salud y la prevención de enfermedades,
como también atender al fortalecimiento de la dimensión política del aprendizaje,
lo que habilita al estudiante a participar en los asuntos de la comunidad y en la
construcción de un mundo más justo. Por otra parte, esta experiencia también nos
recuerda lo señalado por Alvarado (2018), dado que este tipo de actividad favore-
ce la preparación de profesionales protagonistas en los servicios de salud, aten-
tos a la realidad sociosanitaria, que desarrollan el pensamiento reflexivo y crítico
basado en teorías de Enfermería.
Cabe mencionar, además, que el proceso de investigación e intervención que
los estudiantes llevaron a cabo se relaciona directamente con uno de los
metaperfiles definidos en Tuning (Muñoz González, 2013), en el que se destaca la
importancia de estimular la participación social y el desarrollo comunitario en el
área de sus competencias en salud.
8.3. Implementación del gabinete de simulación clínica
Entre las necesidades observadas en el diagnóstico, se destacó la carencia
de preparación práctica en los gabinetes de simulación. Denominamos gabinetes
a los espacios de la institución escolar preparados para la práctica y el desarrollo
de habilidades en el cuidado de Enfermería. Previo a la investigación, en la institu-
ción formadora, solo había un aula destinada al gabinete de simulación, que esta-
ba escasamente equipada en cuanto a recursos. Por ejemplo, no tenía camillas,
muñecos ni mobiliario, por lo que era limitada la posibilidad de realizar ejercitaciones.
Por otra parte, la pandemia incrementó la necesidad de contar con un gabinete de
simulación más preparado para que los docentes pudieran desarrollar ahí sus
clases virtuales (en los períodos de restricción de asistencia de los estudiantes) o
las clases presenciales, con grupos reducidos (burbujas), según los protocolos
sanitarios establecidos. Es importante recordar que el aislamiento sanitario incidía
directamente en la enseñanza de Práctica 1, 2 y 3. El equipo de gestión y los
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docentes de prácticas elaboraron un proyecto orientado a la mejora de este espa-
cio y de sus estrategias de enseñanza. En lo referido a la infraestructura física y al
equipamiento del gabinete, las autoridades del instituto se hicieron cargo de la
innovación de los espacios y la compra de mobiliario clínicos y quirúrgico. En cuan-
to a las estrategias didácticas, los docentes de práctica trabajaron de forma
articulada con tres profesores de espacios curriculares del campo de formación
específica. En sus propuestas, incluyeron otras innovaciones didácticas, como, por
ejemplo, videoproducciones, tutorías y rúbricas.
Entre los logros, se pueden señalar los siguientes: ampliación del número de
aulas destinadas para gabinetes; adecuación de las instalaciones de uno de esos
espacios para incorporar mesadas con piletas para el lavado de mano; renovación
de la instalación eléctrica; división de ambientes con construcción en seco; instala-
ción de ventilación y calefacción y colocación de cerámicos en algunas paredes.
En ambos gabinetes, se compraron y se usaron muñecos tamaño adulto y de
bebé, un tórax y un brazo. La inversión efectuada incluyó, también, algunos mue-
bles que favorecieron la réplica de los escenarios clínicos o quirúrgicos.
El collage de fotografías de la Figura 1 nos muestra a estudiantes del 3er año
de la Carrera de Enfermería realizando distintas actividades de simulación:
Foto 1: Técnica de colocación de sonda nasogástrica.
Foto 2: Técnica de canalización en un maniquí de simulación.
Foto 3: Alumna asistiendo a las compañeras que están canalizando.
Fotos 4 y 5: Técnica de enema.
Foto 6: Técnica de colocación de sonda vesical.
Foto 7: Estudiante realizando control de signos vitales.
Fotos 8 y 9: Estudiantes preparando y registrando medicación.
Las imágenes también nos permiten visualizar los espacios áulicos adaptados
para gabinetes de simulación y alguno de sus recursos: una camilla y una cama
ortopédica, un maniquí de simulación multifuncional (hombre-mujer) de tamaño
real, adecuados para intervenciones de tipo invasivas. Por ejemplo: colocación de
sondas, aplicación de inyectables, etc., y movilidad óptima de las principales arti-
culaciones (similares a las posibles en el cuerpo humano).
Las encuestas de evaluación permitieron comprobar que los estudiantes de
Práctica 1, 2 y 3 tuvieron una percepcn muy positiva sobre los gabinetes de
simulación. Todos los porcentajes rondan el 90 % de conformidad, entre los que
se destacan la organización de los espacios, el uso de los recursos (muñecos e
insumos) y las explicaciones de las docentes. Consideraron, además, como muy
positivo el desarrollo de habilidades técnicas y de autoconfianza, con alta inciden-
cia en el reconocimiento de roles y funciones. La evaluación también permitió reco-
nocer que los gabinetes favorecieron la reflexión sobre las prácticas, ya que se
alcanzó una mayor comprensión de la teoa. De forma similar, los estudiantes
manifestaron que las prácticas en gabinetes fortalecieron la comunicacn y la
actividad en equipo.
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Figura 1: Gabinete de simulación clínica
Fueron n más relevantes las respuestas de los alumnos del tercer año,
pues casi todas las categorías sobre los aprendizajes reflejan un 100 % de con-
formidad, lo que significa un gran logro para todos.
Se pudo reconocer el aporte de los docentes porque impliun trabajo con-
junto, colaborativo y fueron los protagonistas de la IA. Al respecto, nos parece
importante remitirnos a lo que señalan Hargreaves y Fullan (2012) sobre el capital
profesional docente, necesario para favorecer la calidad de la enseñanza. Dicho
capital está conformado, según los autores, por el capital humano (las capacida-
des del sujeto), el social (la potenciación que ejercen los equipos) y el decisorio.
La práctica, en especial la práctica reflexiva y colectiva, es esencial para el capital
decisorio y, en este sentido, para todo el capital profesional. En resumen, cuando
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añadimos la capacidad reflexiva y la investigación-acción a los valores del capital
social y humano, perfeccionamos nuestra capacidad para tomar decisiones funda-
das. Al igual que la Medicina, la docencia es una ciencia imperfecta y necesitamos
profesionales inteligentes que trabajen juntos para maximizar su efectividad
(Hargreaves y Fullan, 2012).
9. Discusión y conclusiones
La IA realizada nos permite reconocer, en cada una de sus etapas, tres ejes
estructurantes intervinculados, que contribuyeron a la mejora formativa de las PP:
el eje institucional, el eje curricular, el eje epistemológico y el eje didáctico (Pruzzo,
1999).
En cuanto al eje institucional, el proceso implicó el fortalecimiento de la parti-
cipación de los actores institucionales, sustentado en la democratización de la
evaluación de las PP, al dar lugar a la voz de los estudiantes. Esto generó un clima
de escuela constructora de una sociedad s justa, más humana. Los docentes
reflejaron una amplia apertura hacia la crítica constructiva, la reflexión y la acción
cooperativas, que dio cuenta de su compromiso ético con la enseñanza. Las inno-
vaciones reflejaron creatividad y un alto nivel de cohesión de parte de la comuni-
dad educativa. La dinámica misma de la IA, basada en la participación de los acto-
res, fortaleció el clima de confianza.
El eje curricular se activó por medio del análisis documental. Los parámetros
utilizados fueron la congruencia, la integración y las interacciones en relación al
diseño curricular, al PIPP y a los programas de las propias Prácticas, con la revisión
conjunta del equipo de docentes para el diseño de innovaciones en la enseñanza
práctica y la elaboración de documentos curriculares (proyectos) ya mencionados.
El eje epistemogico también fue central en el desarrollo del proceso, en
cuanto permitió a la comunidad investigativa reflexionar sobre el saber propio de
la Enfermería, que articula necesariamente aportes científicos con el ejercicio de la
profesión. La relación entre la teoría y la práctica se vio fortalecida con las accio-
nes que habilitaron la integración entre los espacios curriculares (teóricos y prác-
ticos) y el mundo del trabajo (realidad sanitaria y desafíos profesionales).
El eje didáctico fue esencial en este camino recorrido y estuvo íntimamente
vinculado con los otros ejes. Las innovaciones y su impacto positivo en la calidad
de la enseñanza son expresión del aporte en esta dimensión. El aislamiento
sanitario fue ocasión también del reconocimiento de oportunidades para la me-
jora, con la inclusión de recursos tecnogicos y de la simulación en la enseñanza
de las PP.
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1
Maestro en Investigación en Psicología Aplicada a la Educacn. Xalapa, Veracruz. México. Correo
electrónico: hectoravilesmorgado3@gmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9072-1666
2
Maestro en Ciencias Sociales. Xalapa, Veracruz. México. Correo electrónico: edegetali@gmail.com.
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8604-1529
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, 43, abril-septiembre 2024. Pág. 111-129.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)07 / Recibido: 7/08/2023 / Aprobado: 16/09/2023.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Conformación de las trayectorias escolares
de los estudiantes de un programa de
maestría: un estudio de caso
Conformation of the educational trajectories of the
students in a Master's degree program: a case study
Héctor Avilez Morgado
1
Alim Getze Mani Eden Vasquez Feria
2
Resumen: El presente artículo de investigación analiza las trayectorias de los egresados
de un programa de maestría, que orienta sus prácticas hacia la formación de investiga-
dores en Psicología aplicada a la educación. Utilizamos una metodología cualitativa, en
la que se abordó el estudio de caso tipo instrumental con el propósito de contrastar las
generalidades y particularidades que se tienen en los casos seleccionados. Se comple-
mentó con el diseño de un cuestionario para acceder a la información de nuestros
colaboradores. Los resultados revelan que las trayectorias escolares de los estudian-
tes se integran por diferentes elementos que influyen en su futuro académico, cientí-
fico y laboral. Identificamos que algunos casos mantienen una correspondencia con las
temáticas y los quehaceres con los que fueron formados en el posgrado, mientras que,
en otros, no mantienen esta misma sincronía. Se reconocen algunos aspectos que
inciden en el actuar del programa y en el devenir de los estudiantes.
Palabras clave: programa de investigación, formación de formadores, estudiante gra-
duado, ruta escolar, incentivos del comportamiento
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Abstract: This research article analyzes the trajectories of the graduates of a master's
program, whose practices are oriented towards the training of researchers in Psychology
applied to education. We used a qualitative methodology, in which we approached the
instrumental type case study with the purpose of contrasting the particularities of
these. I was complemented with the design of a questionnaire to access the information
of our collaborators. The results reveal that the students' school trajectories are
integrated by different elements that influence their academic, scientific and labor future.
We identified that some cases maintain a correspondence with the subjects and tasks
with which they were trained in the postgraduate program, while others do not maintain
the same synchrony. We recognize some aspects that influence the performance of
the program and the academic, scientific and even labor future of the students.
Keywords: research program, training of trainers, graduate student, school pathway,
behavior incentive
Introduccn
Los procesos de formación dentro de las instituciones de educación superior
(IES) y los correspondientes programas de posgrado influyen tanto en la constitu-
ción de habilidades científicas como en las posibilidades laborales que enfrentan
sus egresados. Si bien es cierto que existe una cercana relación con las IES, la
manera en que se es institucionalizado el comportamiento científico dentro de los
programas de posgrados representa una cohesión de múltiples factores que par-
ticipan en el devenir laboral y académico de los estudiantes.
De manera general, la investigación y la formación de investigadores en el
contexto mexicano se han desarrollado por las indicaciones administrativas e
institucionales del actual Consejo Nacional de Humanidades Ciencias y Tecnologías
(CONAHCyT) -previamente Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT)-, la
Secretaria de Educación Pública (SEP) y la Asociación Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior (ANUIES) (Flores, 2018), así como por el Siste-
ma Nacional de Posgrados (SNP) y el ya existente Sistema Nacional de Investigado-
res (SNI).
El soporte y la reglamentación que instauran estos organismos se perciben
como los ideales de las prácticas académicas y de investigación que orientan la
labor de los académicos, investigadores y estudiantes que participan en los
posgrados. Cada programa establece diversas estrategias curriculares para al-
canzar, en un corto o mediano plazo de tiempo, los estándares que se visualizan
sobre los programas federales (conformación y orientaciones que tienen sus pla-
nes o programas de estudio y las perspectivas teóricas y metodológicas que sus-
tentan las actividades académicas y científicas que emprenden los actores).
En el caso del contexto mexicano -y en otras partes del mundo-, se conforman
los Cuerpos Académicos (CA) y las neas de Generación y Aplicación del Conoci-
Conformación de las trayectorias escolares de los estudiantes...
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miento (LGAC), los cuales se adhieren a los programas académicos con el objetivo
de darle un ordenamiento en las actividades académicas y científicas que efectúan
tanto los académicos como los estudiantes. Respecto a los CA, podemos señalar
que componen un sustento actoral de las LGAC, mientras que las LGAC constitu-
yen la manera en la que se organizan los posgrados.
Cuando los posgrados concretan estas estrategias y son reconocidos por los
programas promotores del desarrollo científico del país, logran obtener diferentes
apoyos para los estudiantes -becas, seguros médicos, entre otras cosas- y para
las actividades relacionadas con la investigación que emprenden los académicos.
No obstante, estos reconocimientos repercuten en la manera en que se estable-
cen las dinámicas de trabajo que formalizan los actores, lo que deriva en
segmentaciones entre los actores y los grupos.
De acuerdo con Pallán y Marúm (1997), en la mayoría de los posgrados, esta
lógica regulatoria y evaluativa de las prácticas les confiere una constante idea de
competitividad a sus académicos que participan dentro de los CA o en las LGAC de
los programas, lo que les convierte, en palabras de Latour (2017) y García (2007),
en agentes capitalistas que buscan producir e intercambiar aquellos bienes que
cosifican al ideal científico que se tiene en los programas evaluadores.
Para algunos autores, la disposición de recursos (económicos, sociales, aca-
démicos y científicos) que tienen ciertas LGAC o CA en los posgrados constituye
una herramienta que potencializa las actividades que emprenden sus actores,
pero también alude a un sentido que tiende a apremiar el valor meritocrático y el
individualismo de algunos representantes (Sime-Poma, 2013; Silva-Montes y Cas-
tro-Valles, 2014; Cordero et al., 2021).
Estudios previos han mostrado el relieve que tiene el estudiar a los progra-
mas de maestría, debido a que constituye el inicio de la formación científica de los
estudiantes, así como por revelar las principales características que tienen las
actividades que se realizan al interior de los programas y la manera en que son
percibidas por los maestrandos (Torres-Frías, 2006; Jiménez-Vásquez, 2011; Can-
to et al., 2019; Belykh y Jiménez-Vásquez, 2023).
Otras investigaciones se han enfocado en el análisis de la formación de inves-
tigadores en los programas de posgrado (Moreno, 2006 y 2011; Colina, 2008;
Colina y az-Barriga, 2012; Torres-Frías, 2013; Moreno y De la Torre, 2019). Di-
chos estudios han expuesto los inconvenientes que enfrentan los estudiantes
durante su proceso académico y destacan, entre otras cosas, el valor que tienen
la vinculación, la convivencia y la socialización que establecen con otros actores
durante sus procesos formativos.
Algunas investigaciones más han ahondado sobre el estudio de las trayecto-
rias laborales de los egresados de los programas de posgrado (Jiménez-Vásquez,
2009b, 2011 y 2014). Los trabajos refieren que el transito laboral de los egresados
de los programas se vincula a un mercado que es altamente competitivo y que, en
la mayoría de las ocasiones, los campos de la docencia e investigacn se han
visto minorizados.
H. Avilez Morgado, A. G. M. E. Vasquez Feria
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Una vez realizado el análisis documental de los reportes de investigación que
conforman los antecedentes del tema que nos ocupa, identificamos la oportuni-
dad que tiene el exponer los detalles que se hilvanan sobre las trayectorias aca-
démicas de los estudiantes que pasaron por un programa de maestría y, en espe-
cífico, cuáles son las percepciones, las dificultades y los resultados que han conse-
guido durante su paso por el programa y al egreso de este.
Para ello, tomamos como objeto de estudio a las trayectorias de los estudian-
tes de un programa, Maestría en Investigación en Psicología Aplicada a la Educa-
ción (MIPAE). Dicha maestría se ubica en la ciudad de Xalapa, en el estado de
Veracruz, México. El programa posee el reconocimiento del SNP, así como la parti-
cipación de algunos de sus académicos en el SNI.
La pregunta de investigación que inició el interés de la investigación fue la
siguiente: ¿cuál es la influencia que tiene la formación académica que recibieron
los estudiantes de un programa de maestría con las actividades que desempeñan
durante y posterior al posgrado?
El sustento teórico
Como perspectiva teórica, recuperamos elementos de investigaciones expues-
tos por Guevara y García (2010), Dávila y Ghiardo (2018) y Silva y Cardoso (2020),
quienes han centrado su atención sobre el estudio de las trayectorias escolares.
El concepto de trayectorias escolares busca recuperar la experiencia formativa de
los estudiantes durante el tránsito por instituciones escolares a fin de identificar la
influencia de dicha experiencia en sus siguientes itinerarios.
El concepto de trayectoria escolar se inspira en la propuesta de Glen Elder
(1985) en la socioloa de las transiciones, que parte del enfoque de curso de
vida. El eje de investigación más general del enfoque del curso de vida consiste en
el análisis de los eventos hisricos, los cambios sociales, culturales e, incluso,
laborales que configuran tanto el trayecto individual de las personas como lo con-
siderado en la colectividad con otros actores (Blanco, 2011). Elder (1985) advierte
que la dinámica del curso de vida se origina por las interacciones que tienen las
trayectorias y las transiciones que formalizan los sujetos con el tiempo y en rela-
ción con otras personas.
De acuerdo con Elder (1985), la nocn de trayectoria refiere a una ruta o
camino de larga duración en la que se integran diferentes eventos que suelen ser
abruptos o de dicil acceso para los actores que se integran sobre un evento
principal. Las trayectorias ofrecen una visión a largo plazo de un evento o suceso
en el que se enlaza la participación de otras personas que afecta la participación
de esta. Settersten (2003), por su parte, menciona que el concepto de trayectoria
representa una pertinente herramienta conceptual para descifrar el desarrollo
humano y los diferentes inconvenientes que llegan a suscitarse en la vida acadé-
mica de los actores. Concretamente, resalta las participaciones y las vinculaciones
que establecen los actores con determinadas personas.
Conformación de las trayectorias escolares de los estudiantes...
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En el ámbito académico o dentro de los posgrados, esto puede referirse al
camino de la investigación al que se circunscriben los maestrandos; muchos de
estos continúan forndose al egreso de los programas. Trabajos como los de
Mendoza (2019) y Toscano et al. (2015) ofrecen elementos metodológicos para el
estudio de las trayectorias escolares desde una perspectiva cualitativa. Entende-
mos por trayectoria escolar a la descripción de la experiencia estudiantil durante
el recorrido de grados o procesos formativos según una cronología estándar o no,
que se suscita dentro de una institución (Mendoza, 2019; Toscano et al., 2015).
Toscano et al. (2015) enfatizan que la relevancia del concepto se debe a que
remite a la organización escolar, sus modos de regulación, las relaciones pedagó-
gicas que establecen y las oportunidades que las propician. En los posgrados,
tienen lugar diversas actividades académicas o de investigación que realizan los
estudiantes para conseguir su desarrollo académico o científico. Un ejemplo de
ello se observa en las estancias de investigación, en los cambios de director o en
el transitar que experimentan en los semestres. Todas estas actividades se fijan
sobre el paso de los posgrados, pero se sitúan en diferentes tiempos, contextos y
actores.
Consideramos que las actividades académicas constituyen una pieza necesa-
ria para analizar las trayectorias escolares toda vez que remiten a los procesos de
formación científica que han experimentado los maestrandos mediante las
interacciones que efectuaron con sus tutores, acamicos y otros actores que
participaron en su desarrollo académico. Esto hace evidente la necesidad de pre-
cisar estudios más específicos que manifiesten la voz de los actores principales,
así como de objetivar las ventajas -o desventajas- a las que acceden los estu-
diantes que se están formando en un campo intelectual (Moreno, 2011). Nos pro-
ponemos, mediante la noción de trayectoria escolar, hacer explícitos estos y otros
elementos.
Las características institucionales de la Maestría en Investigación en Psico-
logía Aplicada a la Educación (MIPAE)
A sus más de treinta años de existencia, la MIPAE ha sido testigo de innume-
rables modificaciones académicas y científicas que le han proporcionado una par-
ticular fisonomía e identidad al programa. De manera general, el posgrado se de-
fine como una casa de estudios que se orienta hacia la formación científica de
investigadores en Psicología, los cuales priorizan el análisis y las posibles solucio-
nes de los fenómenos presentes en el entorno educativo.
Los mayores referentes que se tiene respecto a la formación académica de
sus estudiantes versan sobre lo expuesto en las perspectivas conductuales e
interconductuales de la Psicología, las cuales han sido sustentadas por autores
como B. F. Skinner, J. B. Watson, J. R Kantor, E. Ribes y otros más, pero también
destacamos la incorporación del Modelo de la Práctica Científica Individual (MPCI)
al plan curricular del 2009 como un eje articulador de las prácticas académicas y de
investigación que emprenden los estudiantes (Gómez-Fuentes et al., 2012).
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La propuesta formativa del MPCI se habilita sobre cuatro ejes que participan
en el quehacer científico de los actores y que fue desarrollado por Ribes et al.
(1996). Comprendemos que el tejido de estas actividades ya ha integrado algu-
nos años. No obstante, en la actualidad, se han desarrollado diversas
reconfiguraciones que buscan atender las prácticas que se emprenden en la
MIPAE.
Un ejemplo de ello estriba en lo trazado en su nuevo plan curricular, el cual
busca que el posgrado sea capaz de contribuir a la formación científica de los
jóvenes investigadores que se inclinan sobre el campo de la Psicología y de los
fenómenos del entorno educativo. La estructura que tiene su mapa curricular se
integra por 16 experiencias educativas que proporcionan un total de 106 créditos;
435 horas teóricas y 540 horas prácticas.
El posgrado es sustentado por tres LGAC. La primera corresponde al Lenguaje
como comportamiento (LCC) y se cimenta en la concepción que tiene del lenguaje
como una forma de comportamiento que establecen los actores con su medio
ambiente. La segunda concierne a los Procesos psicológicos y educativos (PSE) que
analiza los fenómenos psicológicos presentes en el ámbito educativo y la última
aborda la Psicología y comportamiento humano (PCH), que es representada por el
condicionamiento operante y las nociones de la tecnoloa de la enseñanza de
Skinner (Universidad Veracruzana, 2021).
Todas las líneas son moduladas por sus tres Cuerpos Académicos (CA). Estos
son los siguientes: a) Comportamiento humano; b) Procesos psicológicos y extensio-
nes socioeducativas y c) Psicología y comportamiento humano. La suma de estas
cuestiones le ha permitido al programa ser reconocido como Consolidado
3
ante el
extinto PNPC y, en la actualidad, formar parte del SNP.
En su trayecto histórico, el posgrado ha participado en la formación de 14
generaciones de estudiantes nacionales e internacionales, que se interesaron
por el desarrollo científico de la Psicología. En promedio, solicitan su ingreso cerca
de 56 postulantes en cada generación y la cohorte generacional es de 25. En
términos generales, los aspirantes provienen de las carreras de Psicología, Peda-
gogía, Educación Básica, Administración, Filosofía, Artes y otras más (Universidad
Veracruzana, 2021).
Respecto al egreso de los estudiantes, la Tabla 1 ofrece información acerca de
las últimas cinco generaciones que han egresado del posgrado, así como los co-
rrespondientes indicadores.
Notamos que solo un poco s de la mitad de los estudiantes que ingresan al
posgrado se titulan en el periodo de tiempo que señala el programa académico -el
programa corresponde a un periodo de dos años: posterior a ello, el maestrando
cuenta con seis meses adicionales para concretar su proceso de titulación. Salvo
3
Esto expresa el estatus alcanzado del CA de acuerdo a la normativa que se contemplan sobre el
programa de PRODEP, el cual está adscrito a la SEP.
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Tabla 1: Datos estadísticos de las generaciones
* Durante la investigación, la generación 2019-2021 se encontraba en proceso de for-
mación dentro del programa.
Fuente: elaboracn propia a partir de los mostrado en la página institucional de la
MIPAE y lo expuesto en su actual plan de estudios.
2011-2013 22 22 18,19 % 14
2013-2015 19 19 15,79 % 13
2015-2017 23 22 35 % 7
2017-2019 18 18 23 % 10
2019-2021 24 En proceso* En proceso* En proceso*
Índice de
rezago en la
titulación
Generación Ingreso Egreso
Tasa de
graduación
en el tiempo
establecido
en el caso de la generación 2015-2017, en la cual ingresaron 23 y únicamente 7
de ellos culminaron el proceso en el periodo establecido, lo que representa un
problema que se integra por conflictos que participan en el proceso de formación
científica de sus estudiantes.
Trabajos precedentes (Campos et al., 2013; Olvera et al., 2017 y Gómez-Fuen-
tes et al., 2019) han identificado que el proceso formativo de los estudiantes se
fundamenta, principalmente, en la incorporación de las perspectivas teóricas y
metodológicas que sustentan el quehacer académico del programa, así como por
el hecho de compartir las prácticas y los hábitos que tienen los actores.
Otras investigaciones han explorado las implicaciones que tienen los factores
institucionales en los procesos formativos de los estudiantes de los programas de
posgrado (Colina y Osorio, 2004; Colina y Díaz-Barriga, 2012 y 2019; Torres-Frías,
2013; Moreno, 2002; Moreno y De la Torre, 2019).
Todo lo anterior deja ver las diversas complejidades y conflictos que se tienen
sobre el quehacer académico y científico dentro de los posgrados. Asumimos que
un primer paso gira en torno al análisis de las trayectorias escolares que enfrenta-
ron los estudiantes, que servirían para detectar la pertinencia y las posibles falencias
que se obtuvieron en su proceso formativo.
El objetivo general de la presente investigación se enfoca en identificar la
influencia que tuvo el posgrado en las trayectorias académicas y laborales de los
egresados de un programa de maestría que se formaron en diferentes líneas de
investigación. En este artículo, recuperamos los resultados parciales del análisis
de los datos que proporcionaron ocho informantes clave que tipifican las experien-
cias de los maestrandos.
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El encuadre metodológico
Partimos de un método cualitativo como una herramienta de análisis que per-
mite el uso del texto como un material empírico que nos permite exponer -y con-
trastar- la construcción social de los colaboradores (Flick, 2015). Abordamos el
estudio de caso de tipo instrumental como estrategia de investigación que posibi-
lita comprender una realidad social que se integra por la experiencia individual y
colectiva de los diferentes actores (Stake, 1999).
Entre las características s importantes que tienen los estudios de caso de tipo
instrumental, se visualiza de manera panomica el fenómeno de nuestro interés, ya
que ofrece la oportunidad de comprender -y seleccionar- la generalidad de una situa-
ción a partir de la individualidad que hemos seleccionado y, con esto, exponer las
propiedades y las singularidades de estos (Stake, 1999; Simons, 2011 y Colina, 2014).
Para la selección de los informantes, se recurrió a tres procesos de discrimina-
ción. El primero considera el haber concretado el 100 % de las experiencias educa-
tivas -algunos casos pueden tener pendiente el examen de grado-. El segundo
dimensiona el contar con la participación en congresos científicos y el tercero se-
ñala el haber egresado en un tiempo menor a los 24 meses (para los pertenecien-
tes a la generación 2011-2013) e inferior a los 6 meses (en lo relacionado con los
egresados de la generación 2013-2015). Como saldo, se obtuvieron ocho casos
(cuatro de cada generación) que cumplieron con estos señalamientos.
Como instrumento para la recolección de los datos, se realizó un cuestionario
conformado por 33 reactivos, de los cuales 12 fueron preguntas abiertas y 21 cerra-
das. Una vez concretada una versión preliminar del instrumento, se sometió a una
valoración de pertinencia que fue expuesta a cinco miembros del núcleo académico
de la MIPAE (como expertos en la formación académica y científica de los estudian-
tes). Posteriormente, fue empleado en la investigación. El cuestionario se estructuró
sobre siete dimensiones que visualizan el proceso formativo de los estudiantes y su
continuidad sobre otras actividades (académica, laboral, docencia, continuidad aca-
démica, continuidad en la investigación, producción y aplicación científicas).
Posterior a ello, el documento se env de manera electnica a los correos de los
colaboradores. La recoleccn de los datos abarcó un periodo de siete semanas (di-
ciembre 2016-enero 2017), para más tarde concentrarlos sobre una base de datos
en las que se integraron todas las respuestas de los informantes. Posteriormente, se
sepa sobre dos dimensiones de análisis que sostienen el objetivo del estudio. La
primera contempló las percepciones que tienen los estudiantes sobre las actividades
que realizaron durante su proceso acamico y la segunda expone las implicaciones
académicas, científicas y laborales que experimentaron al egresar del posgrado.
Resultados
En este apartado, compartimos los resultados del análisis cualitativo que se
construyó con las respuestas de los colaboradores a las 33 preguntas del instru-
mento de investigación. La información obtenida se reporta de acuerdo con las
dos dimensiones del estudio realizado.
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Las percepciones de los estudiantes sobre las prácticas efectuadas
En esta dimensión, se buscó indagar sobre las percepciones y las precisiones
que realizaron los maestrandos en sus actividades académicas y de investigación
científicas durante su paso por el posgrado.
Como primer elemento, compartimos la Tabla 2, la cual resume los datos ge-
nerales de los colaboradores. Se realizó con el propósito de proveer al lector una
mayor caracterización de estos. Cabe aclarar que los nombres que se colocaron
en dicha tabla son ficticios, debido al interés de salvaguardar la confidencialidad
de la información.
Inicialmente, observamos una asimetría entre la edad de los informantes. Uno
se encuentra en el rango de los cuarenta; dos, en el de los veinte y los cinco
restantes están en el rango de los treinta. Constatamos también un dominio de la
LGAC Psicología y comportamiento humano (PCH), la cual es impartida por los CA
Psicología y Comportamiento Humano y Procesos Psicológicos y Extensiones
Socioeducativas. Esta línea cuenta con dos académicos dentro del SNI y tres más
que no participan en dicho programa federal.
En lo que concierne a la línea de Lenguaje como comportamiento (LCC), está
impartida por los CA Comportamiento Humano y Procesos Psicológicos y Extensiones
Socioeducativas, en donde, de los tres académicos que participan en el colectivo,
dos son miembros del SNI. Aquí participan los CA de Procesos Psicológicos y Exten-
siones Socioeducativas.
Al preguntarle a los colaboradores si consideran que las habilidades y los
conocimientos que obtuvieron en la maestría les han sido útiles para su inserción
en el mercado laboral, obtuvimos dos vertientes. Por un lado, están aquellas que
significan de manera favorable las actividades que se cultivaron en el programa y,
por otro, están aquellas que no. Por ejemplo, Enrique menciona que el plan de
estudios y la formación recibida en la maestría constituyen un elemento clave para
desempeñar, de una manera eficiente, sus actuales actividades.
Tabla 2: Algunos datos de los colaboradores
Fuente: elaboración propia.
Enrique 30 Mexicano 2011-2013 PCH Alberto
Concepción 29 Mexicana 2011-2013 LCC Roberto
Ángel 46 Mexicano 2011-2013 PCH Luis
Rosa 33 Panameña 2011-2013 PCH Antonio
Griselda 38 Mexicana 2013-2015 PCH Estefanía
Luz 32 Mexicana 2013-2015 PCH Daniela
Janeth 31 Estadounidense 2013-2015 LCC Luis
Tania 28 Mexicana 2013-2015 LCC Olga
LGAC de
pertenencia
Nombre Edad Nacionalidad Generación
Nombre de
su director
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De igual manera, Rosa señala lo siguiente:
Me dio muchas bases para enfrentar los retos del nuevo trabajo, tanto en la
parte teórica (teorías de aprendizaje), como en la parte práctica (elaboración de
programas, instrucción programada, elaboración de anteproyectos, etc.). En la
universidad me ha ayudado a dictar mis clases de una manera más compleja,
ya que tuve la experiencia de investigación en México.
En ese mismo contexto, Janeth, comentó que "Como maestra la investigación
que hice en la maestría me sirvió para hacer actividades con mis alumnos y que ten-
gan mejor un rendimiento". Este caso cobra un particular interés, debido a que
muestra que los aportes y la preparación contribuyen a su actual trabajo en los
Estados Unidos, pero también sobresalen los aportes que obtuvo derivados de la
investigación que efectuó en el posgrado, ya que le permitió prepararse para sus
actuales labores docentes.
Estas respuestas reflejan una correspondencia con lo estimado en la visión y
la misión del posgrado y las actuales prácticas que realizan los egresados, lo que
permite hilar el significativo aporte que tuvieron en su formación académica y los
quehaceres profesionales que desempan en la actualidad. Conviene resaltar
que la formación de Enrique, Rosa y Janeth ha contribuido también a la formación
científica de las nuevas generaciones, lo que coincide con los objetivos definidos
en las instancias federales e institucionales.
En contraparte, presentamos la valoración que tiene Tanía sobre las contribu-
ciones que obtuvo en su actual trabajo. Ella refiere que sus competencias y lo
aprendido en la maestría han contribuido muy poco o casi nada para el desarrollo
de sus actuales actividades. Este caso adhiere una doble dificultad. Por una parte,
no cuenta con la culminación del programa y, por el otro, su ejercicio laboral no
tiene vínculo con la formación obtenida. Comprendemos que el futuro laboral de
los egresados no está resuelto ni garantizado, pero deja ver que, en algunos
casos, esto puede relacionarse con la culminación del programa y la oferta laboral
que se tiene.
Por lo hasta ahora expuesto, podemos señalar que las percepciones que tie-
nen los estudiantes o los egresados de la MIPAE se entretejen por diversos facto-
res que interfirieron su paso por el programa. Por ejemplo, las vinculaciones socia-
les que tienen otros actores, entre los que se destaca a su director o codirector de
tesis y a los integrantes de línea de investigación a la que pertenece. Respecto a
la influencia que ha tenido el programa sobre los aspectos laborales, en la mayo-
ría de los casos, muestra que la antesala académica de la maestría ha contribuido
a sus actuales prácticas laborales, salvo en el caso de Tanía, quien puede repre-
sentar el estado actual de muchos egresados de los programas.
Cabe señalar que la participación dentro de las LGAC puede proporcionar ele-
mentos implícitos o explícitos que diferencian la percepción de los estudiantes. Por
ejemplo, en los casos de Enrique y Rosa, ambos pertenecen a la línea de PCH. El
primero fue tutorado por un académico que pertenece al SNI y, para la segunda, su
director no participa en el programa, pero ambos cuentan con favorables percepcio-
nes de la MIPAE y sus actividades laborales se relacionan con la formación recibida.
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Por otra parte, están los casos de Janeth y Tania que pertenecen a la línea de
LCC. Janeth fue tutorada por un académico que pertenece al SNI y señala que sus
experiencias en el posgrado fueron favorables. En tanto que la segunda no se ha
titulado, debido a las demandas laborales y resalta la poca contribución que ha
tenido el programa con sus actuales actividades.
Consideramos que el punto clave para comprender la manera en que se con-
forman las trayectorias escolares de los estudiantes está en desmenuzar la indivi-
dualidad de la colectividad que enfrentan los estudiantes dentro de las líneas de
investigación, así como todos aquellos detalles que intervienen en su recorrido
académico. En los casos expuestos, podemos apreciar que las contribuciones, en
la mayoría de los casos, han sido favorables. Salvo en un caso en el que se objetivan
dificultades laborales para culminar la tesis de grado, pero también deja ver la
falta de supervisión por parte de su directora.
En diferentes ocasiones, se observa que las trayectorias académicas y de
investigación con las que disponen los estudiantes no siempre son las mismas.
Creemos que los programas y, sobre todo las líneas de investigación, deben apos-
tar por el trazado emergente de estrategias que coadyuven a los estudiantes a
desarrollarse de manera exitosa dentro de los programas, pero tambn a una
mayor supervisn de las actividades que se realizan durante la hechura de su
tesis de grado, en donde se puedan resolver las dudas de estos y se oriente de
una manera adecuada. Consideramos que este hecho puede contribuir en su fu-
turo profesional, académico, científico e, incluso, social.
Las implicaciones académicas, científicas y laborales
En esta dimensión, compartimos lo que los egresados de la MIPAE han preci-
sado respecto a su continuidad académica, científica y laboral al concluir el posgrado.
Esto, con el interés de exponer el impacto que ha tenido el programa sobre estos
aspectos. La literatura ha mostrado que, en muchas ocasiones, la escasa oferta
laboral, las necesidades económicas, los antecedentes académicos y otros tipos
de factores obligan a que los estudiantes de posgrado realicen otras actividades
para los que no fueron formados (Jiménez-Vásquez, 2011; Macias y Rivera, 2019).
Al explorar los resultados laborales, identificamos a aquellos egresados que
realizan otro tipo de actividades que no se vinculan con las actividades académi-
cas o de investigación o que, incluso, no laboran. Un ejemplo de ello está en el
caso de Ángel, quien menciona que no trabaja y que utiliza su tiempo para efec-
tuar diferentes actividades. Por su parte, Tanía, indica que es especialista de Re-
cursos Humanos en una empresa comercial, mientras que Luz funge como gerente
de área en una empresa privada. En este conjunto de informantes, se cuenta con
una mayoritaria presencia de egresados que provienen de la línea de PCH.
Por otro lado, observamos a un conjunto de egresados que mantienen cierta
continuidad con el conocimiento promulgado en la MIPAE. Un ejemplo de esto se
percibe en los casos de Griselda, Janeth y Concepción, ya que las tres ejercen la
docencia en una entidad académica y formalizan el uso estratégico de los queha-
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ceres académicos que fueron expuestos en el programa. Enrique, por su parte, es
director de una escuela y Rosa se desempeña como asesora académica.
Al detallar con mayor cercanía las respuestas, encontramos los siguientes
aspectos. Enrique funge como directivo en una institución que mantiene una afini-
dad teórica y metodogica con el posgrado en el que fue formado. En lo que
corresponde a Janeth, su experiencia laboral se internacionaliza, pues funge como
profesora en los Estados Unidos. Ella mencionó lo siguiente: "Imparto todo el ma-
terial académico para una primaria, específicamente en 5° grado, en un programa de
dual lenguaje".
Esto resulta relevante, debido al cruce que se tiene entre su nacionalidad y su
experiencia científica, pues existe una correspondencia laboral con las aproxima-
ciones que abordó en su tesis de grado. Este cruce se obtiene por su nacionalidad
y por sus aspectos formativos. Otro caso semejante es el de Rosa, quien orienta
su labor hacia los estudiantes de la educación superior. Entre su quehacer profe-
sional, ella señala que ha impartido los tópicos de "Metodología de la investigación,
Técnicas de Estudio, Aprendizaje y Procesos Cognitivos, Dinámica de Grupo y Psicolo-
gía Educativa".
En los casos de Griselda y Concepción, también laboran en universidades del
contexto mexicano. La primera trabaja en la Universidad Popular Autónoma de
Veracruz (UPAV) e imparte las experiencias académicas de Filosofía y Psicología.
La segunda labora en las Universidades del Valle de México, Universidad Antonio
Caso y UNIMEX. Ella aborda las experiencias educativas de Filosofía de la Educa-
ción; Diseño de Instrumentos de Medición; Métodos Inferenciales en Psicología y
en Ciencias de la Conducta.
Es s que claro que la influencia de ambas líneas ha proporcionado efectos
importantes en la vida académica y laboral de estos casos. No obstante, pode-
mos resaltar que, en los cinco informantes que se desarrollan sobre el ámbito
académico, existe una mayoritaria presencia de la línea de PCH, lo que es aunado
a la participación de un acamico que cuenta con un sobresaliente posiciona-
miento dentro del SNI.
En tanto que los egresados de la línea de LCC revelan una menor participa-
ción en las actividades académicas y científicas, que, a su vez, son acompañados
por un académico que cuenta con el reconocimiento federal del SNI.
Con relación a los casos que no se vinculan con los planos académicos, obser-
vamos que en dos de los casos (Tanía y Luz) provienen de diferentes líneas y que
una de ellas, incluso, ha sido tutorada por una académica que pertenece al SNI.
Esto deja ver que la relación que se tiene con el reconocimiento con el que cuen-
tan los acamicos dentro los programas federales no es factor determinante
para lograr el éxito académico y hasta laboral de sus egresados. El hecho de que
los académicos dispongan de este logro no asegura que todos sus tutorados
accedan a mayores beneficios.
El siguiente aspecto que se indagó fue si, al concluir el programa, los
egresados continuaron estudiando. Aq, encontramos dos tipos de respuestas.
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En el caso de Luz, ingresó a cursos relacionados con la docencia. Janeth, por su
parte, op por tomar s clases para acreditar la licencia de su estado y, con
ello, poder desempeñarse como maestra en los Estados Unidos. Enrique y Rosa
señalaron que hicieron una especialidad y únicamente en los casos de Ángel y
Concepcn se vinculan con los programas doctorales. De hecho, la segunda re-
veló que estaba por ingresar a un doctorado con el registro ante el extinto PNPC
del CONACyT.
Aquí debemos hacer un pequeño paréntesis, debido a que, si bien de los ocho
informantes seis continúan preparándose académicamente, solo dos de estos están
por ingresar a un programa doctoral. Algo que no coincide con los objetivos
institucionales y federales que permean el ideal académico y científico de los in-
vestigadores.
Por otra parte, encontramos a los egresados que no siguen en los planos
académicos. Un ejemplo de esto se presenta en los casos de Griselda y Tanía,
quienes indicaron que no siguen estudiando, debido a que no lo consideraban
necesario para cumplir con sus presentes actividades. Esto puede hilvanar tam-
bién algunas de las dificultades que vivieron en la MIPAE. Por ejemplo, es menes-
ter recordar que Tanía no ha efectuado la presentación de su tesis de grado y que
Griselda no dispone de los documentos oficiales que se expiden al acreditar el
programa.
La suma de estos factores muestra que la continuidad académica y de inves-
tigación que llegan a tener algunos de los egresados de la MIPAE se vincula, prin-
cipalmente, con el interés laboral -como se muestra en los casos de Janeth, Enri-
que y Rosa- y con el ingreso a los programas de posgrado, como son la especiali-
dad que cursan Enrique y Rosa o los programas doctorales que exponen Ángel y
Concepción.
Hay dos aspectos que conviene resaltar. En los primeros casos, son egresados
que laboran en entidades académicas, pero que no siguen formándose como in-
vestigadores, en tanto que los segundos convergen diferentes tipos de actores
que también trabajan, pero siguen formándose académicamente. También, están
los casos que se perfilan sobre la continuidad en los programas doctorales. Por
ejemplo, Ángel no trabajó y, quizás, esto le permitió alistarse para el ingreso al
doctorado y Concepción se ha preparado mientras ejerce sus labores docentes.
El último de los factores averig si los egresados han participado en la
formación científica de las nuevas generaciones y si participan en las redes rela-
cionadas a la investigacn, teniendo en cuenta que algunos de los colaborado-
res orientan sus actividades hacia la docencia y algunos continúan formándose
científicamente. Sobre este aspecto, la mayoría de los colaboradores expresaron
que han participado en la formación de los estudiantes, salvo en los casos de
Ángel, Luz y Tania.
En lo referente a la pertenencia a las redes relacionadas a la investigación,
ninguno de los informantes participa en alguna red o sociedad académica, lo que
representa un punto de quiebre en su quehacer científico, ya que la participación
en estas redes representa una vinculación con diferentes actores e instituciones
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que producen un conocimiento de frontera en un determinado campo científico.
Además, la participación temprana en estos ejes proporciona una valiosa oportu-
nidad formativa para los estudiantes.
A partir de lo expuesto, podemos salar que, en esta dimensión, se enla-
zan diversos factores que participan en la trayectoria académica e, incluso,
laboral de los egresados. Por una parte, identificamos una endeble continuidad
cienfica de los colaboradores, ya que solo cuatro de los ocho colaboradores
continúan en los estudios de posgrado, en donde únicamente dos de estos
esn en los programas doctorales. De igual manera, confirmamos una poca
participación sobre las redes relacionadas a la investigación; un aspecto nece-
sario para el intercambio y la vinculacn con otros investigadores (consolida-
dos o en proceso).
Además, en la continuidad laboral y sus principales características, notamos
que solo cinco informantes se desempeñan en el campo académico y que, de es-
tos, exclusivamente tres fungen como docentes. Los dos restantes ejecutan ta-
reas administrativas, directivas y de acompañamiento en las instituciones acadé-
micas. Lo anterior coincide con el trabajo de Jiménez-Vásquez (2009a), quien se-
ñala que, en el caso de los egresados de los programas de posgrado, en la mayo-
ría de las ocasiones, no cuentan con un trabajo estable, sino que, más bien, dis-
ponen de un trabajo en el que se llega a tener una movilidad interna.
Al examinar la procedencia de las líneas de investigación que tienen los cola-
boradores que trabajan, notamos que Rosa, Griselda y Luz pertenecen a la línea
PCH, en tanto que Concepcn procede de LCC. Otro aspecto de interés versa
sobre por quiénes fueron tutorados, ya que todos fueron tutorados por académi-
cos que no pertenecen a los programas federales. En los casos de Ángel, Enrique,
Janeth y Tanía, todos fueron tutorados por académicos que pertenecen al SNI. Los
dos primeros proceden de PCH y los otros dos, de LCC.
Esta variabilidad imprime una imagen en la que se percibe cómo se tejen, de
diferente manera, las trayectorias escolares de los estudiantes. Creemos que la
pertenencia a una determinada línea no resulta ser algo determinante ni tampoco
el reconocimiento federal con el que llegan a contar algunos académicos. Si bien
es cierto que los investigadores que pertenecen al SNI deben articular una mayor
cantidad de tareas de investigación, esto les permite a los estudiantes adoptar
diversas perspectivas y mejoras a sus prácticas académicas y científicas, lo que no
llega a coincidir con los resultados que encontramos.
La idea de analizar el trayecto científico por el que transitan los egresados y
los estudiantes de los programas de posgrado implica la impostergable tarea de
cuestionar los procesos académicos que son instaurados a nivel institucional. En
la actualidad, se ha aceptado que esta tarea converge únicamente sobre la articu-
lación de los seminarios de investigación, talleres o cursos sobre metodología de
la investigación o sobre la redacción científica, los cuales deben acreditar los estu-
diantes (Pacheco, 2009), lo que, invariablemente, proporciona una pequeña per-
cepción de los procesos académicos que intervienen en la consolidacn de los
futuros investigadores.
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Conclusiones
A partir de lo que hemos dimensionado sobre la noción de trayectorias esco-
lares, lo condensado en nuestros estudios de caso y las dimensiones de análisis
que fueron diseñadas, el presente artículo expone la manera en la que se han
construido las trayectorias escolares de los estudiantes de la MIPAE y las contri-
buciones que han conseguido en el campo laboral y su continuidad en la investiga-
ción. Ante esto, podemos decir que el impacto del programa ha sido relevante
para la mayoría de los colaboradores. La mitad de los colaboradores del estudio
contian con los estudios de posgrado y un porcentaje significativo labora en
instituciones académicas que abordan los picos con los que se formaron.
Sin embargo, en otros casos, se observa que las experiencias académicas
no suelen ser de utilidad para las actuales labores que precisan los egresados,
lo que acentúa la necesidad que tiene el diseño de estrategias que contribuyan
en la eficiencia terminal de su investigación. Es innegable señalar que la noción
de trayectoria propuesta por Elder (1985) hace alusión al camino por el que
transitan los estudiantes dentro de la MIPAE y en el que observamos que distin-
tos caminos llegan a ser abruptos para algunos, mientras que, para otros, resul-
ta ser más ligero.
Notamos que, dentro del ámbito académico, existen diferentes procesos que
intervienen en el proceso formativo de los estudiantes. Tal es caso de los proce-
sos pedagógicos, científicos e, incluso, sociales. Comprendemos que atender cada
uno requiere diseñar diferentes estrategias y metas académicas, pero es un buen
inicio para atenuar las dificultades que enfrentan los estudiantes en su trayecto
académico.
Creemos que los posgrados deben examinar con mayor intensidad la manera
en la se aprecian sus ejercicios académicos y científicos, ya que estos elementos
representan parte esencial de las trayectorias de los maestrandos. Terigi (2007)
manifiesta que, en la actualidad, las trayectorias escolares se expresan como un
problema que debe ser atendido sistemáticamente dentro de las instituciones, lo
que implica el ejercicio que deben realizar los programas académicos.
Observamos también que los procesos académicos y de investigación por los
que pasan los maestrantes pueden relacionarse con la procedencia de sus líneas
de investigación, pero que, en ocasiones, se precisan actividades que son
direccionadas específicamente por sus tutores y por sus contenidos.
Por otra parte, resaltamos la indisoluble participación que establecen los
programas con organismos como el CONACyT, SNP-PNPC, SNI y PRODEP, ya que
estos simbolizan importantes herramientas de juego que influyen en las labores
académicas y científicas de los actores (académicos y estudiantes). Lo anterior
demanda la integración de diferentes dimicas y estrategias que atiendan los
indicadores de los programas, a como la contextualizacn de los quehaceres
académicos y científicos que necesita cada estudiante. Por ello, la participación
de los CA y LGAC en los posgrados debe valorar, de manera recurrente, el traza-
do que tienen sus actividades académicas y establecer cambios de fondo y no
únicamente de forma.
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Con relación a la pregunta que nos planteamos, podemos expresar que las
estrategias académicas y de investigación que se han articulado en la MIPAE para
la formación de sus estudiantes no ha tenido el mismo impacto para todos sus
implicados. En algunos casos, se observa una significativa contribución en los
entornos laborales y científicos y, en otros más, lejos de tener una mejoría, existe
una falta de atención hacia la formación y la problemática que enfrentan los
maestrandos.
En cuanto a la percepción que tienen sus egresados sobre las prácticas que
se han instrumentado en el programa, se identifica que, para algunos, ha sido una
pieza clave su formación científica, mientras que, para otros, la tarea no ha sido
significativa. Esta dualidad implica una disociación con los objetivos que se buscan
en la entidad y la realidad que enfrentan los egresados.
Para finalizar, quisiéramos advertir que los resultados de este estudio simple-
mente contemplan un panorama que fue conformado por ocho actores y dos lí-
neas de investigación de un posgrado. Asumimos que, en futuras investigaciones,
convendría incluir una mayor cantidad de programas, líneas y actores que expon-
gan un escenario mucho más extenso y complejo en el que se identifique la dispo-
sición, el alcance y los resultados de los recursos académicos y científicos.
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1
Doctora en Psicología. Máster en Psicología de la Educación. Licenciada en Psicopedagoa. Docente
de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Miembro del Instituto
de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas (CONICET-UNRC). Río Cuarto, Córdoba,
Argentina. Correo Electrónico: fernandamelgar@gmail.com
2
Doctora en Psicología. Docente de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Río
Cuarto. Investigadora Adjunta del CONICET. Río Cuarto, Córdoba, Argentina. Correo Electnico:
relisondo@gmail.com
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, 43, abril-septiembre 2024. Pág. 130-151.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)08 / Recibido: 5/10/2023 / Aprobado: 12/03/2024.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Aprendizaje y creatividad.
Buscando oportunidades a lo largo de la vida
Learning and creativity.
Looking for opportunities throughout life
María Fernanda Melgar
1
Romina Cecilia Elisondo
2
Resumen: El Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (ALTV en adelante) es un enfoque
que reconoce la potencialidad de las personas para aprender desde que nacen hasta
que mueren. Para ello, se valen de diferentes oportunidades que se configuran en
distintos contextos educativos formales, no formales e informales presentes en las
ciudades. En este artículo, se comentan perspectivas teóricas, considerando dimen-
siones y contextos del ALTV, así como un conjunto de propuestas que se comprenden
como "oportunidades de aprendizaje" desde una mirada educativa creativa. Se anali-
zan estudios actuales sobre experiencias educativas que lo promueven y se discuten
condiciones que resultan propicias para el aprendizaje y la creatividad en diferentes
momentos de la vida. Entre las iniciativas, se destacan las experiencias en museos,
los viajes educativos, las ferias de ciencia, el teatro científico y el aprendizaje comuni-
tario. Se reconoce el ALTV en la intersección de componentes sociales y personales.
Palabras clave: aprendizaje permanente; creatividad, educación no-formal, aprendiza-
je por experiencia, educación científica
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Abstract: Lifelong Learning (ALTV hereinafter) is an approach that recognizes people's
potential to learn from birth to death. To do this, they use different opportunities that
are configured in different educational, formal, non-formal and informal contexts present
in cities. This article discusses theoretical perspectives, considering dimensions and
contexts of the ALTV, as well as a set of proposals that are understood as "learning
opportunities" from a creative educational perspective. Current studies on educational
experiences that promote ALTV are analyzed and conditions that are conducive to
learning and creativity at different moments of life are discussed. Among the proposals,
museum experiences, educational trips, science fairs, scientific theater, and community
learning stand out. ALTV is recognized at the intersection of social and personal
components.
Keywords: lifelong learning, creativity, informal education, learning by experience,
science education
Introduccn
Pasadas más de dos décadas del siglo XXI, es casi inevitable estar de acuerdo
con el supuesto de que las personas aprendemos a lo largo de toda la vida. Desde
que nacemos, no paramos de aprender. En nuestro desarrollo integral, vamos cons-
truyendo competencias y habilidades que nos permiten "ser humanos". Nuestra
formación como psicopedagogas nos permite comprender, asesorar y colaborar en
los procesos de aprendizaje que puedan desarrollarse en diferentes contextos y a
lo largo de toda la vida. Entendemos al aprendizaje y a la creatividad desde una
perspectiva sociocultural que enfatiza las relaciones sociales y los vínculos
intersubjetivos, el papel del contexto y las comunidades, las herramientas de la
cultura y la disposicn personal (Glaveanu
et al., 2020; Rinaudo, 2014).
Desde 1960, el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (ALTV, en adelante) ha
estado en agenda de diversos organismos internacionales, como la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO en
adelante) y el Consejo de Europa, vinculado a otros términos como el de educación
permanente o recurrente (UNESCO, 2020). En 1973, el Informe Faure (Faure et al.,
1973) pone en la escena internacional el término bajo el lema Aprender a ser. En
1996, se publica el Informe Delors en el marco de la Comisión Internacional sobre
la Educación en el Siglo XXI. Este documento se constituye en referente para re-
flexionar sobre la educación y el aprendizaje. Señala cuatro pilares para pensar el
ALTV, a saber: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir
juntos. Estos ejes no han perdido vigencia y siguen constituyéndose en perspec-
tivas relevantes en el siglo XXI.
El ALTV puede ser comprendido desde diferentes dimensiones que dan cuen-
ta de su carácter procesual, desde el punto de vista personal, social,
contextualizado, temporal, múltiple, situado, distribuido y creativo. Aprender su-
pone un compromiso individual que implica una actividad social, física y mental por
M. F. Melgar, R. C. Elisondo
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Dlogos Pedagicos. Año XXII, 43, abril-septiembre 2024.
parte de los sujetos. Se produce en un encuentro intersubjetivo, que reconoce la
habilidad humana para entender las mentes, ya sea a través del lenguaje, los
gestos u otros medios. Cuando aprendemos, lo hacemos desde diferentes entornos
que suponen la interacción con recursos variados (Melgar y Elisondo, 2021).
En línea con estos argumentos, todo aprendizaje requiere una cuota de crea-
tividad. No hay aprendizaje si algo nuevo no se construye, al menos, desde la
perspectiva del sujeto que aprende. Los modelos actuales que destacan la impor-
tancia de la minicreatividad en los procesos de producción de conocimiento resul-
tan relevantes para comprender las relaciones entre creatividad y aprendizaje.
Las personas, cuando aprenden, crean un nculo nuevo con los objetos de cono-
cimiento, una interpretacn novedosa sobre los contenidos, los procesos y los
problemas. Estas interpretaciones se consideran creativas desde una perspectiva
subjetiva, es decir, son originales para quienes las construyen, no para el resto de
las personas. En este sentido, nos referimos a la minicreatividad como proceso
subjetivo de construcción de interpretaciones novedosas sobre los objetos
(Kaufman y Beghetto, 2009). Según Corbalán (2022), la creatividad implica proce-
sos cognitivos vinculados a la originalidad, la flexibilidad y la fluidez. Asimismo,
supone acciones y decisiones conforme a las particularidades y las limitaciones de
los contextos, son indispensables pensamientos convergentes, evaluaciones y
autorregulaciones constantes. En síntesis, la UNESCO (2020) comprende el ALTV
"como aquel que se desarrolla de la cuna a la tumba, en todos los espacios y
mediante todos los recursos disponibles, combinando aprendizajes en entornos
formales, no-formales e informales" (p. 11).
En este artículo, nos interesa compartir, por un lado, las perspectivas teóricas
acerca del ALTV y, por otro, un conjunto de propuestas que se comprenden como
"oportunidades de aprendizaje" desde una perspectiva educativa creativa. Inten-
tamos articular educación y creatividad destacando la importancia de generar va-
riadas oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida. Las teorías de la crea-
tividad brindan interesantes herramientas para comprender los procesos de cons-
trucción de conocimientos y, también, para generar propuestas educativas en con-
textos formales, no formales e informales que promuevan experiencias diversas.
Estudios de la creatividad, desarrollados desde diferentes enfoques, indican
relaciones entre creatividad y apertura a experiencias. Es decir, la creatividad pa-
rece vincularse a la heterogeneidad de experiencias en contextos diferentes (Tan
et al., 2019). Los estudios afirman que las personas más creativas son las más
abiertas a las experiencias. No obstante, también podemos pensar que son s
creativas porque viven experiencias diversas donde aprenden muchas cosas en
interacción con otras personas. Pensamos que favorecer experiencias diversas en
entornos formales y no formales de educación puede potenciar el pensamiento
creativo, la minicreatividad y el aprendizaje a lo largo de la vida.
Dimensiones y contextos para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida
En este apartado, nos interesa compartir algunas ideas para pensar el ALTV
considerando dimensiones y contextos. Entendemos que aprender requiere de
Aprendizaje y creatividad. Buscando oportunidades...
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esfuerzos y disposiciones de las personas para hacerlo. Asimismo, estas se ponen
en juego en situaciones sociales y culturales que habilitan la construcción de
saberes, valores, conocimientos y competencias.
Dimensiones
El ALTV, desde una perspectiva sociocultural, se concibe como un proceso que
puede ser analizado considerando diferentes dimensiones. En primer lugar, para
aprender, es necesaria cierta disposición de los sujetos. La dimensión personal de
los aprendizajes supone reconocer las características específicas de las personas,
la estructura de conocimientos y experiencias previas, los gustos e intereses, la
motivación, las emociones, las creencias, la maduración, el desarrollo y las expec-
tativas.
Esta dimensión se puede relacionar con una de las competencias educativas
básicas propuestas por UNESCO para el siglo XXI, denominada aprender a apren-
der, que supone promover una actitud hacia el conocimiento para generar cons-
trucciones que van más alde las instrucciones ofrecidas en los espacios forma-
les. Implica intervenir para ampliar la capacidad intelectual de los estudiantes y
reforzar su voluntad y habilidad de seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida.
Por otro lado, la dimensión personal del aprendizaje pone en plano la necesidad
de trabajar en estrategias de autorregulación y metacognitivas, de igual manera,
entender que es posible continuar promoviendo el desarrollo de las funciones
ejecutivas a lo largo de la vida. El objetivo no es solo aprender sino aprender a
aprender, desarrollar el gusto, el interés y la capacidad para continuar aprendien-
do, individual o colectivamente, de manera autónoma (UNESCO, 2020).
La dimensión social refiere a que los aprendizajes siempre tienen un compo-
nente intersubjetivo y son producto de relaciones sociales. En este sentido, todo
aprendizaje se produce y se construye en el marco de sistemas sociales definidos,
que implican un funcionamiento psicológico intersubjetivo en el que las personas
participan en una tarea o situación, comparten la misma definición y saben que la
comparten (Baquero, 2009). La dimensión social del aprendizaje deja entrever la
importancia de los objetos y las herramientas de la cultura, del lenguaje y de los
contextos. El concepto de Zona de Desarrollo Próximo, definido por Vigotsky (1988,
en Baquero, 2009) permite pensar en los procesos educativos más allá de la es-
cuela como sistemas sociales definidos. Allí, se producen procesos intersubjetivos
que lo promueven y tienen por fin recuperar el papel de los educadores en el
diseño y la configuración de contextos que posibiliten la comprensión del aprendi-
zaje como una actividad social, inseparable de las relaciones con otros (Alderoqui
y Pedersoli, 2011).
En tanto, la dimensión creativa refiere a las minicreatividades, es decir, a las
interpretaciones novedosas sobre los objetos de conocimiento. La dimensión
creativa del aprendizaje supone procesos de creatividad personal. Según Runco
(2006), el mecanismo clave de la creatividad personal es la capacidad de producir
una interpretación original de la experiencia. En esta línea argumentativa, es pre-
ciso hacer algunas precisiones teóricas respecto del campo de investigación ac-
M. F. Melgar, R. C. Elisondo
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134
Dlogos Pedagicos. Año XXII, 43, abril-septiembre 2024.
tual de la creatividad. El Modelo de las cuatro creatividades, presentado por
Kaufman y Beghetto (2009), intenta dar cuenta de diferentes manifestaciones de
los procesos creativos. En primer lugar, está la mini-c, o creatividad personal, que
representa los autodescubrimientos subjetivos que forman parte del proceso de
aprendizaje. Es posible que otras personas no consideren creativas estas ideas e
interpretaciones nuevas y personalmente significativas. La siguiente es la c mi-
núscula, o la creatividad cotidiana, es el tipo de creatividad que todos podemos
alcanzar; es un trabajo que otros reconocerían y disfrutarían como creativo. Pro-c,
o creatividad a nivel de experto, proviene de años de práctica y trabajo duro en
determinado campo de conocimiento. La creatividad con mayúsculas incluye con-
tribuciones que cambian el campo y que se recuerdan para las generaciones veni-
deras. Para comprender la dimensión creativa de los aprendizajes, intentaremos
profundizar en la minicreatividad como componente indispensable. Definimos la
creatividad mini c como la interpretación novedosa y personalmente significativa
de experiencias, acciones y eventos. Es importante destacar que la novedad y el
significado de estas interpretaciones no necesitan ser originales o (incluso, signi-
ficativas) para otros. Además, la creatividad mini c destaca una relación importan-
te entre el aprendizaje y la creatividad. En los procesos cognitivos, las personas
permanentemente transforman y reorganizan la información que proviene del ex-
terior. Estas transformaciones se basan en conocimientos previos y generan inter-
pretaciones novedosas sobre los objetos. Entonces, pensar en el aprendizaje a lo
largo de la vida implica reconocer el papel de la creatividad en la construcción de
interpretaciones nuevas y, también, destacar el valor de las experiencias pasadas
en la reconfiguración de conocimientos. Las personas aprenden a lo largo de la
vida y lo hacen construyendo nuevas formas de interpretar los fenómenos, los
objetos y las experiencias.
La dimensión experiencial, por su parte, recupera el valor de las experiencias.
Todo aprendizaje se constituye en una experiencia; siempre incluye el componen-
te subjetivo de quien aprende y quien enseña. Buena o mala, linda o fea, memo-
rable o para el olvido, siempre hay, en las experiencias educativas, un componen-
te de significado propio, simbólico. Sirven a nuestros planteos algunas ideas se-
ñaladas por Fagotti Kucharski (2018). Si bien la autora trabaja en torno a las
experiencias en contextos formales, nos resulta interesante su postura para re-
flexionar sobre los ALTV. Señala que la diversidad y la variedad de experiencias de
aprendizaje y educación aportan a la configuración de subjetividades, en contex-
tos específicos, con participaciones que se construyen simbólica y emocionalmente
y que se encuentran sostenidas por espacios colectivos (grupos e instituciones).
La dimensión experiencial invita a pensar las prácticas educativas y de aprendiza-
je a lo largo de toda la vida como espacios de subjetivación, de significación en la
vida de las personas y de oportunidades.
Desde nuestra perspectiva, el ALTV se configura como un proceso donde se
encuentran imbricadas las dimensiones personales, sociales, creativas y
experienciales. Cada aprendizaje puede ser analizado a la luz de ellas y, de manera
similar, se constituyen en aspectos necesarios de ser considerados por los educa-
dores en los contextos formales, no formales e informales. Las dimensiones aquí
mencionadas no actúan de manera aislada, sino que conforman una trama que
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complejiza los aprendizajes en diferentes contextos y momentos. Esta trama supo-
ne condiciones personales, interacciones, vínculos, experiencias e interpretaciones
nuevas, que se entretejen con conocimientos previos y vivencias anteriores.
Contextos
El ALTV se produce en diferentes escenarios, contextos y lugares. Desde una
perspectiva sociocultural, se comprende a los contextos desde ideas que superan
la mirada reduccionista del ambiente físico únicamente. Los contextos son conce-
bidos en la interacción de componentes físicos, psicológicos, sociales, culturales,
económicos y pedagógicos, entre otros. Se presentan así como "ocasiones/oportu-
nidades" para aprender activamente y de manera constructiva en el marco de si-
tuaciones reales. En este sentido, señala Rinaudo (2014) que los contextos po-
derosos para aprender se caracterizan por estimular la participación de las perso-
nas, esto es, propiciar oportunidades para trabajar activamente en el logro de
nuevos conocimientos, valores y competencias que pueden concretarse a través
de la calidad de las tareas en las que participan. Esta calidad se encuentra relacio-
nada con la significación que otorgan las personas a su participación al considerar,
especialmente, a los objetivos.
Los contextos poderosos para aprender ofrecen apoyos a la participación de
las personas, a tras de la calidad del contenido, los tipos de lenguajes, las
herramientas y objetos culturales, los procesos de feedback (incluso las valora-
ciones) y la colaboración con otros. La participación activa en los contextos se ve
facilitada cuando se brindan apoyos para asegurar la construcción de significa-
dos y sentidos.
Asimismo, en los contextos poderosos para aprender, la participación se tra-
duce en término de experiencias. Estas se configuran en oportunidades para po-
der imaginar, pensar, crear y sentir. Destacamos su papel como ocasión y posibili-
dad para aprender, como intercambio con el medio a través de nuestros sentidos
y como generadoras de sensaciones. Las experiencias impactan en nuestro
psiquismo y promueven recuerdos que están cargados emocionalmente; de he-
cho, hablamos en términos de buenas o malas experiencias.
Desde una perspectiva educativa que reconoce los derechos de las personas
a aprender durante toda la vida, es posible pensar en contextos formales, no
formales e informales. UNESCO (2020) presenta una clasificación que resulta inte-
resante en la teoría y en la práctica, principalmente, si se reconocen las potencia-
lidades de cada uno y sus posibles complementaciones. Los contextos de educación
formal son aquellos referidos a las prácticas instructivas institucionalizadas, inten-
cionadas y planificadas por organizaciones públicas y organismos privados acredi-
tados. Se desarrollan en los diferentes niveles del sistema educativo de un país y
son reconocidos por las autoridades nacionales pertinentes o instancias equiva-
lentes. Los contextos de educación no formal representan una alternativa o un
complemento a la educación formal de las personas dentro del proceso de apren-
dizaje a lo largo de la vida. Se presentan como oportunidades para garantizar el
derecho a la educación de diferentes grupos etarios. En general, son propuestas
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cortas en término de duración y/o intensidad. Las certificaciones de estos aprendi-
zajes no suelen estar reconocida por las autoridades nacionales o subnacionales
competentes como equivalentes a las otorgadas por la educación formal e, inclu-
so, en algunas ocasiones, no otorga certificación alguna. Los contextos de educa-
ción informal se caracterizan por ser menos estructurados y organizados que los
otros dos. Incluyen tareas y propuestas realizadas desde el hogar, el lugar de
trabajo, la comunidad. Pueden realizarse de manera individual o grupal. García-
Martínez (2021) señala que los aprendizajes informales carecen de planificación
pedagógica y no están vinculados a una institución oficial de educación, ni a un
profesor, sino que es cada persona la que decide q aprender de acuerdo con
sus intereses y su ubicación en un contexto espefico, estos aprendizajes se
convierten en recursos para la vida.
Un enfoque de ALTV supone reconocer que el aprendizaje es un proceso con-
tinuo; no hay edades para aprender, todos lo podemos hacer, toda edad es buena
para hacerlo. En este sentido, los estudios neurocientíficos aportan conocimientos
sobre el funcionamiento del cerebro que reconoce su plasticidad y destrona pre-
juicios cognitivos sobre la edad adulta y enfatiza el aprendizaje multiedad e
intergeneracional. Este enfoque, además, reconoce que aprendemos en los diver-
sos espacios y prácticas en los que convivimos cotidianamente. En nuestros con-
textos, es posible trabajar en oportunidades de aprendizaje, que no provengan úni-
camente desde el sistema educativo formal, sino que abarcan aprendizajes no
formales e informales.
El ALTV implica aprender a aprender, es decir, desarrollar el gusto, el interés y
la capacidad para continuar aprendiendo, individual o colectivamente, de manera
autónoma. Aprender y reaprender todo aprendizaje supone una revisn de los
conocimientos anteriores, un dejar atrás algunos para sustituirlos gradualmente
por otros. Históricamente, hemos aprendido a aprender intergeneracionalmente
de este modo: padres e hijos, abuelos y nietos, jóvenes y personas mayores,
niños y adultos, aprendiendo juntos y unos de otros.
Los diferentes aspectos señalados promueven la idea de comunidad de apren-
dizaje, entendida como aquella que estimula a las instituciones educativas, la co-
munidad local, las comunidades profesionales y las comunidades de práctica a
reconocerse y desarrollarse como "sociedades" en las que sus miembros apren-
den unos de otros colaborativamente y cultivan una cultura de aprendizaje per-
manente. Una política educativa orientada por un enfoque de ALTV se empeña
diariamente en construir comunidades de aprendizaje y una sociedad del aprendi-
zaje como objetivo de mediano y largo plazo.
Apostar al ALTV implica adoptar un enfoque que reconozca a las ciudades como
continentes y contenidos para los procesos de aprendizaje. López Aguirre et al.
(2022) señalan que esta idea pone en valor la perspectiva que reconoce a los
aprendizajes tanto desde una perspectiva psicológica como aquella que señala la
relevancia de los aspectos sociales, políticos y el reconocimiento de las redes en la
formacn de las personas. Para UNESCO (2020), las ciudades del aprendizaje
ponen a disposición sus recursos para la promoción de un aprendizaje inclusivo,
fortalecen el aprendizaje en las familias y comunidades, los facilitan para y en el
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lugar de trabajo y fomentan una cultura de aprendizaje durante toda la vida,
entre otros. Las ciudades del aprendizaje muestran una apertura al ofrecer opor-
tunidades para aprender desde los diversos contextos.
Oportunidades para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida
Las oportunidades de aprendizaje no se refieren solo al sistema educativo
formal, sino que abarcan, también, aprendizajes no formales e informales, tales
como el acceso a cursos, talleres, pasantías, viajes, intercambios, programas de
capacitación en línea; el acceso a parques, bibliotecas, actividades culturales, de-
portivas, lúdicas y de recreación. En este apartado, nos interesa comentar un
conjunto de propuestas que pueden constituirse en oportunidades para el ALTV
desde una perspectiva educativa creativa. En la descripción de las experiencias,
mencionaremos diferentes grupos sociales (infancias, juventudes, adulteces o
vejeces). Algunas están planteadas desde espacios formales; otras, desde con-
textos no formales e informales. Algunas suponen el aprendizaje sobre un domi-
nio disciplinar; otras, sobre competencias o valores.
Experiencias en museos
Las experiencias en museos, conocidas como visitas, pueden convertirse en
oportunidades para el ALTV. Doering (2010) define a los museos como lugares y es-
pacios constituidos para facilitar experiencias. Los sujetos pueden acercarse con
sus propios objetivos y propósitos y buscar vivencias específicas que no logran en
otros espacios. El Consejo Internacional de Museos (en adelante, ICOM) señala
que son instituciones permanentes, no lucrativas y al servicio de la comunidad. Sus
funciones son la investigación, la colección, la conservación, la interpretación y la
exhibición del patrimonio material e inmaterial. Se enfatizan la apertura, la accesibili-
dad y la inclusión de los blicos, del mismo modo que se reconocen la diversidad y la
sostenibilidad como ejes fundamentales. Asimismo, se otorga un papel relevante a
las comunidades, a la profesionalización de los trabajadores, al tratamiento ético de
la información y a las experiencias educativas variadas (Melgar et al., 2023)
La educación en museos se ocupa de las experiencias lúdicas, cognitivas y so-
ciales de los públicos cuando sus cuerpos son interpelados por ciertos objetivos,
dispositivos o propuestas que los desafían y convocan (Alderoqui y Pederosli, 2011).
El aprendizaje en museos supone la integración de aspectos sociales, personales y
físicos en un tiempo y espacio determinados. Relatan historias y cuentos a través
de objetos; ellos definen nuestras vidas y constituyen hitos sobre los cuales la
recordamos (Santacana y Molina, 2012). Permiten experiencias memorables, diálo-
gos con otros de épocas y culturas distintas (Hafford, 2010). Asimismo, permiten
hacernos preguntas, habilitar la curiosidad y la creatividad, así como adquirir y cons-
truir nuevos conocimientos, informaciones y comprensiones de temas (Hooper
Greenhill et al., 2003). Posibilitan cambios de actitudes o valores (en relación a uno
mismo, a los otros y a organizaciones, grupos, etc.). Los museos generan satisfac-
ción en sus visitantes, provocan vivencias agradables y experiencias que merecen
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repetirse. Las sensaciones experimentadas en niveles más elevados son el orden,
la relajación, la significación, la atención, la orientación y el confort (Garde López,
2013). Respecto a las valoraciones, las personas señalan experiencias de desco-
nexión y relax, de esfuerzo intelectual y de disfrute. Asimismo, aparecen asociacio-
nes con experiencias de aburrimiento, pero, también, de aprendizaje y descubri-
miento (Laboratorio Permanente de Públicos de Museos, 2014).
Los museos se presentan como contextos para promover oportunidades de
aprendizaje en diferentes públicos: en las personas mayores (Pérez Testor, 2022);
en las infancias, ya sea en el marco de visitas escolares (Rigo et al., 2020) o como
parte de las experiencias familiares (Peralta, et al., 2020); en los jóvenes (Labora-
torio Permanente de Estudios de Público, 2020) y, también, en los adultos (Émond,
2022). Los museos reconocen, especialmente, la necesidad de llegar a públicos
cada vez más diversos a nivel internacional. Es posible reconocer dos grandes
eventos que se presentan como oportunidades para el aprendizaje en las ciuda-
des: El primero se denomina La Noche de los Museos (NM en adelante). Este se
realizó, por primera vez, en 1977, en Berlín. Su objetivo era atraer a nuevos públi-
cos hacia las instituciones culturales. Durante la NM, museos e instituciones cultu-
rales ofrecían propuestas diversas, que incluían la visita a los establecimientos,
así como el desarrollo de actividades artísticas y científicas, entre otras. Una no-
che al año, se abren las puertas para quienes, en los horarios habituales, no
pueden acceder. La NM se convierte en una ocasión para que las familias, los
amigos, las parejas y otros grupos participen activamente de diferentes propues-
tas. Los ciudadanos que participan suelen connotar el evento de manera positiva
y solicitan que se realicé con mayor frecuencia (Melgar y Tuninetti, 2017). El segun-
do evento es el Día Internacional de los Museos (DIM en adelante), que se celebra
el 18 de mayo da cada año en diferentes partes del mundo. El objetivo del DIM es
concientizar sobre el hecho de que los museos son un importante medio para el
intercambio cultural, el enriquecimiento de las culturas, así como para el desarrollo
de la comprensión mutua, de la colaboración y de la paz entre los pueblos. Los
eventos y las actividades planeados para celebrarlo pueden durar un a, un fin
de semana o, incluso, toda la semana. Durante 2023, el lema fue Museos,
sostenibilidad y bienestar. En el sitio web del ICOM (Consejo Internacional de Mu-
seos, s./f.), se señala que los museos contribuyen de manera fundamental al bien-
estar y al desarrollo sostenible de nuestras comunidades. Como instituciones de
confianza e importantes hilos en nuestro tejido social compartido, están en una
posición única para crear un efecto cascada que fomente el cambio positivo. Los
museos pueden contribuir de muchas maneras a la consecución de los objetivos
de desarrollo sostenible: desde el apoyo a la acción climática y el fomento de la
inclusión hasta la lucha contra el aislamiento social y la mejora de la salud mental.
Los museos, como comunidades de aprendizaje, intentan cuestionarse y se
plantean: ¿Quiénes acceden? ¿Quiénes se incluyen? En este sentido, el Palacio
Nacional de la Artes de Buenos Aires realiza una propuesta denominada ¿Qué
necesitan aprender los museos?, que se define como un ciclo de visitas guiadas y
conversatorios virtuales que invitan a reflexionar acerca de su rol histórico y el tipo
de público al que se dirigen estas instituciones. Una de las visitas fue diseñada
por el colectivo Identidad Marrón. Frente a los prejuicios y los estereotipos sociales
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plasmados en la historia y el arte, se proponen "desaprender" lo conservado y
transmitido por el dispositivo museal. En el sitio web del Palacio, se señala lo
siguiente:
Los museos necesitan escuchar aquellas voces que históricamente fueron
excluidas de los mismos, de forma directa o indirecta […] Los museos de-
ben preguntarse qué lugar ocupan las personas marrones, indígenas,
travestis, trans, villeras en su espacio, en las exposiciones, en la produc-
ción artística y en el público, para a poder generar no solo un acceso
igualitario sino también oportunidades igualitarias de creación y existen-
cia. (Palacio Nacional de las Artes, 2023, párr. 3-4)
En las ciudades del aprendizaje y desde un enfoque de ALTV, los museos se
presentan como espacios y contextos desde los que se revisan, apropian y com-
parten conocimientos, valores, modos de ser y hacer. Los museos se presentan
como espacios propicios para aprender a conocer, a hacer, a vivir juntos con otros
y a ser. La Imagen 1 permite ilustrar una propuesta educativa en un museo.
Imagen 1. La mesa que no miramos
Intervención de Identidad Marrón en el Palacio Nacional de las Artes
(Buenos Aires, Argentina)
Fuente: Secretaría de Cultura de la Nación https://acortar.link/qr8fcA.
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Viajar para aprender
Los viajes pueden constituirse en experiencias educativas significativas si
implican procesos de construcción de conocimientos y vínculos con personas,
objetos e historias diversos. Entendemos a los viajes como oportunidades de
aprendizaje a lo largo de la vida; especialmente, aquellas experiencias que im-
plican trasladarse hacia otros lugares con objetivos educativos (Aparicio et al.,
1998; Rehaag Tobey, 2007; Wass, 1992). En este sentido, se definen como pro-
puestas que se realizan con el propósito de potenciar aprendizajes en contextos
diferentes a los que cotidianamente habitan las personas. En ellos, las personas
pueden interactuar con objetos, sujetos y entornos diversos para construir co-
nocimientos a partir de la experiencia (Muratore y Elisondo, 2020; Rivarosa
Somavilla et al., 2016).
En el marco de los viajes educativos, nos interesa subrayar el papel del turis-
mo científico en tanto experiencias, en donde la motivación se centra en la ciencia
o en la necesidad de efectuar estudios e investigaciones científicos. El turismo
científico puede ser realizado de forma individual o en grupos conformados por
pocas personas, de forma que no se llegue a alterar el objeto de estudio, en caso
de ubicarse en un entorno natural. Además, intenta ofrecer propuestas orienta-
das a un mejor entendimiento de los entornos desde una perspectiva científica.
Dentro de este tipo de turismo, los campamentos científicos son experiencias que
se realizan al aire libre y en contacto con la naturaleza. Tienden a fomentar la
observación, el pensamiento crítico y la comprensión de los conceptos científicos
básicos para la formulación de proyectos a través de la aplicación procedimientos
científicos. Se pretende despertar el entusiasmo y la curiosidad mediante el em-
pleo de metodoloas activas que promuevan la creatividad en las actividades
planificadas y ejecutadas. Un ejemplo de este tipo de propuestas son los campa-
mentos científicos de Expedición Ciencia (s./f.), que pueden ser consultados en su
sitio web
3
. La Imagen 2 permite ilustrar algunas experiencias realizadas en los
campamentos.
Otra iniciativa vinculada al turismo científico, que fomenta ciudades del apren-
dizaje, son los recorridos y las caminatas que promueven la educación de los ciu-
dadanos a partir de diferentes rutas. En este sentido, se destaca el Proyecto
MurCiencia, elaborado por la Universidad de Murcia, España. La Imagen 3 permite
ilustrar un recorrido con sus posibles puntos de interés. Se señala en el sitio web
del proyecto:
Esta iniciativa explota la emoción cultural, los recursos turísticos y las técni-
cas de gamificación, retando al público a vivir una experiencia distinta en
3
Los campamentos científicos de Expedición Ciencia combinan la exploración científica y la aventura en
la naturaleza en una intensa experiencia de vivencias en grupo. Los campamentos no son para los
amantes devotos de la ciencia, nerds (palabra del inglés empleada para designar el estereotipo de la
persona de alto coeficiente intelectual, muy estudiosa, pero con pocas habilidades sociales) o futuros
ganadores del Premio Nobel, sino para todas las personas curiosas.
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Imagen 2: Joven en la experiencia ¡No pierdas nunca la capacidad de asombro!
Fuente: Imagen descargada de la página de Facebook de Expedición Ciencia.
https://www.facebook.com/Expedicion.Ciencia
torno a la ciencia en la ciudad de Murcia y con la ayuda de las nuevas
tecnologías. […] MurCIENCIA cuenta con una serie de rutas turísticas cien-
tíficas, eventos y señalizaciones con las que convertir las acciones en un
juego en el que los visitantes de la ciudad podrán aprender paseando por
la ciudad y descubriendo sus secretos científicos. (Universidad de Murcia,
2023, párr. 2-3)
En suma, los viajes educativos implican rupturas con las rutinas y las formas
habituales de enseñanza y aprendizaje, generan contextos propicios para la sor-
presa, lo inesperado y el descubrimiento. En ellos, se producen reconfiguraciones
de tiempos y espacios, se construyen experiencias variadas y se aprende con
otras personas. En este sentido, pensamos que son oportunidades valiosas para
el aprendizaje a lo largo de la vida.
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Imagen 3: La Ruta 1. ¿Por qué Marie Curie estuvo en Murcia?
Fuente: Imagen obtenida del sitio web de Murciencia.
https://www.um.es/web/murciencia/
Aprender ciencias más allá de los laboratorios
En este apartado, se mencionan propuestas educativas que propician apren-
dizajes sobre contenidos científicos en contextos variados que transcienden las
universidades y los institutos de investigación. Estas iniciativas intentan comuni-
car la ciencia en otros espacios y compartir conocimientos diversos con grupos
heterogéneos. Una de ellas son los Cafés Científicos, contextos de educación no
formal e informal que promueven encuentros entre ciudadanos acerca de diferen-
tes temas de ciencia, tecnología e innovación. En ellos, se promueve un diálogo y
un encuentro de saberes entre científicos y público asistente. En la ciudad de o
Cuarto, se desarrolla, desde 2015, un ciclo de estas características, enmarcado en
la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Con el
tiempo, el café se convirtió en una excusa para hablar de ciencia (Melgar, 2019).
Allí, se reconoce el derecho a la educación y a la comunicación como un ida y
vuelta. Además, la diversidad de disciplinas, contextos, públicos y modalidades
son considerados ingredientes necesarios para la apropiación social de la cultura
científica.
En general, las actividades de este tipo son valoradas positivamente por los
blicos que participan. Particularmente, en un estudio realizado por Fagotti
Kucharski et al. (2020), se recuperan las percepciones de las infancias, quienes,
en sus relatos, señalan información comentada por los investigadores durante un
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encuentro de comunicación pública de la ciencia, así como sus apreciaciones sobre
los recursos comunicativos empleados. En general, los niños valoran que los cien-
tíficos seleccionen recursos cercanos a los lenguajes que ellos emplean. Por otro
lado, resulta relevante que la escuela sea quien esté interesada en que los cien-
ficos se acerquen a ella. Es una forma para conocer que hacer ciencia es un
trabajo y que este se enmarca en universidades públicas, entre otras institucio-
nes dedicadas a la investigación. De manera similar, en un estudio realizado por
Melgar et al. (2020), se consultó a jóvenes, quienes valoraron los esfuerzos de los
investigadores por compartir e intercambiar conocimientos. Destacaron que les
gusta que, en el Café, se trabaje desde una modalidad relajada y cercana, que
apela a otros lenguajes, que se apoya en otras estrategias, diferentes a las char-
las de formato tradicional o a la comunicación o la socialización del conocimiento
académico-científico. En este estudio, los jóvenes valoraron las propuestas en las
que se apela al diálogo como una manera de intercambiar ideas y perspectivas. La
Imagen 4 permite ilustrar una propuesta de trabajo con infancias.
Imagen 4: Diferentes actividades realizadas en el marco del Ciclo Café
Científico
Fuente: Imagen obtenida de la página de Facebook del Café Científico.
https://www.facebook.com/cafecientificoriocuarto/
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Las ferias de ciencias y, también, las de arte, educacn y tecnología
4
son
espacios propicios para aprender a lo largo de la vida; generan lugares de en-
cuentro e intercambio entre diferentes grupos sociales. En ellas, las personas
exponen producciones e investigaciones sobre diversas temáticas sociales, cientí-
ficas, ambientales, tecnológicas, etc. Implican procesos comunicativos e intercam-
bios con grupos diversos dentro y fuera de las instituciones educativas, lo que
generando vínculos con la comunidad. Retana Alvarado et al. (2018) realizaron un
estudio en Costa Rica e identificaron que las ferias de ciencia y tecnología han
permitido a los estudiantes el desarrollo de competencias de investigación, así
como de habilidades comunicativas que incluyen el reconocimiento de la importan-
cia del quehacer científico y tecnológico.
También, las propuestas de teatro científico ofrecen interesantes contextos
para aprender ciencias. El teatro, como estrategia pedagógica,, contribuye al de-
sarrollo emocional, cognitivo y sociocultural; promueve la libre expresión de los
estudiantes como parte de la necesidad de comunicarse, crear, recrear e imitar
episodios de su vida cotidiana. Desde un punto de vista formativo, el teatro es
una manera de ver el conocimiento formal de modo lúdico. El teatro científico cons-
tituye una propuesta valiosa para llamar la atención del público hacia la importan-
cia de la ciencia, los científicos, los inventos y los descubrimientos (Consejo Nacio-
nal de Ciencia, Tecnología Innovación de Perú, 2024) El teatro científico puede
realizarse en contextos formales, no formales e informales. A modo de ejemplo, es
posible mencionar las intervenciones urbanas realizadas por Teatro Ciencia, de
Mundo Nuevo
5
, programa de popularización de la ciencia realizado desde La Plata,
Argentina. Un estudio realizado por Blanco Martínez y González Sanmamed (2015)
sobre una experiencia escolar de teatro científico recupera las potencialidades de
esta modalidad. Señalan que, a través de esta experiencia, se fomentan las com-
petencias comunicativas, el interés y las actitudes de los estudiantes hacia el tea-
tro y la ciencia y la transversalidad de los saberes al permitir trabajar distintos
contenidos del currículo.
Aprender en comunidad
En este apartado, intentamos destacar el valor de las propuestas educativas
en contextos comunitarios. Nos referimos, por ejemplo, a talleres artísticos, activi-
dades deportivas, cursos sobre oficios varios e iniciativas de cuidado personal,
entre otras. Estos proyectos no formales de educación se desarrollan en centros
comunitarios, vecinales y en otras organizaciones sociales que generan instancias
propicias para el aprendizaje a lo largo de la vida. Permiten acceder a conocimien-
4
"Las ferias de educación, arte, ciencia y tecnología tienen por objetivo fomentar el espíritu crítico y la
curiosidad en niñas, niños, jóvenes, adultas, adultos, docentes y en la comunidad en general; y desa-
rrollar habilidades de comunicación en las y los estudiantes a través de la exposición de sus produc-
ciones científicas, artísticas o tecnológicas" (Argentina, Secretaría de Educación, s./f., rr. 1).
5
En el siguiente enlace, se puede acceder a información de Nuevo Mundo https://r.issu.edu.do/AL
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tos específicos sobre diversas temáticas y desempeñar prácticas concretas, por
ejemplo, vinculadas al diseño, la carpintería, la pastelería, etc. En muchas ocasio-
nes, estos aprendizajes se vinculan con emprendimientos y desempeños labora-
les de los participantes. Estas iniciativas se constituyen en oportunidades de apren-
dizajes tricos y prácticos, además de ser ocasiones para compartir con otras
personas y desarrollar habilidades sociales y comunicativas (Martín et al., 2019).
En este sentido, la Universidad Barrial es un Programa de la Universidad
Nacional de o Cuarto (s./f.) en su sitio web se define que su propósito es la
articulación entre el espacio académico universitario y las demandas-necesidades
propuestas por los espacios y actores públicos-privados de nuestra ciudad. El
programa, se presenta, como un espacio de formación y capacitación conjunta
que contribuye a disminuir distancias entre saberes certificados y aquellos que
otorga el poner en movimiento la misma fuerza de trabajo y la creatividad. Se
plantea como un espacio para el intercambio de experiencias y conocimientos con-
cebido como una comunidad de aprendizajes. Las propuestas se organizan a par-
tir de cuatro áreas, a saber; la cultural, deportiva, de oficios y recalificación laboral
y de formación ciudadana.
Las bibliotecas públicas ofrecen interesantes espacios para aprender en co-
munidad. Numerosas y variadas propuestas de aprendizaje para grupos diversos
pueden hallar en el banco de experiencias de la Comisión Nacional de Bibliotecas
Populares (CONABIP
6
). Un recorrido por las experiencias, nos muestra interesan-
tes propuestas: bebetecas, maratones de lecturas, rincones infantiles, bibliomóviles,
talleres artísticos, de oficios y literarios, jornadas de capacitación sobre problemá-
ticas sociales, altoparlantes, blogs, radios, concursos, conciertos, teatros, feste-
jos, campañas, ferias, gestión del patrimonio, solo por mencionar algunas de las
más de 400 experiencias narradas en la página oficial de la CONABIP.
Propuestas para "Jóvenes hace mucho"
7
Tomamos prestada la expresión jóvenes hace mucho, recuperada en el Cua-
derno de Experiencias con Personas Mayores del Museo de Antropologías de Córdo-
ba (s./f.). Además de la expresión que da cuenta del valorar de la experiencia y la
juventud vivida a través del paso de los años, nos interesa remarcar el valor de
las propuestas compartidas en dicho documento y los propósitos educativos que
se persiguen. Específicamente, en el sitio web del Museo se señala: "nuestra meta
es crear un espacio de socialización dentro del museo que promueva, desde la
6
La Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) es un organismo dependiente del Ministe-
rio de Cultura de la Nación que fomenta el fortalecimiento de las Bibliotecas Populares como organiza-
ciones de la sociedad civil e impulsa su valoración blica como espacios físicos y sociales relevantes
para el desarrollo comunitario y la construcción de ciudadanía. https://www.conabip.gob.ar/
7
"En realidad, somos los venes hace mucho", expresó una mujer mayor cuando la guía le comen
sobre el uso de la expresión "persona mayor" en lugar de "adulto mayor", que se restringe al género
masculino (registro de visita guiada, 21/10/2019). Extraído de https://r.issu.edu.do/gv
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pedagogía museística, la apropiación y resignificación de las historias de vida de
las personas mayores" (Museo de Antropologías de Córdoba, s./f., párr. 3).
Adoptar un enfoque de ALTV supone darles valor a las experiencias de todas
las personas, en especial, destacar el aporte de las personas mayores a nuestras
sociedades. Además, del Museo de Antropología, el Museo Histórico Regional de
Río Cuarto, ha generado proyectos donde las personas mayores son quienes tie-
nen un papel activo. En este sentido, Melgar y Tuninetti (2017) presentan un estu-
dio donde se consideraron las valoraciones de un grupo de personas mayores
que desarrollaron un proyecto de vinculación intergeneracional por medio del em-
pleo de narraciones. En el escrito se comenta la modalidad empleada desde la
planificación hasta la puesta en escena. Se recuperan las voces de las narradoras
quienes se expresan en términos de deseo compartido y experiencias proyecta-
das. Del mismo modo que, reconocen la importancia de este tipo de propuestas
para su subjetividad y como espacios de interacciones sociales e
intergeneracionales. Finalmente, los museos se presentan como espacios propi-
cios para el acceso a derechos culturales y educativos de las vejeces. En un infor-
me desarrollado por el Laboratorio Permanente de Estudio de Público de Museos
se destacan propuestas que recuperar el valor de las reminiscencias y memorias
para potenciar las experiencias personales y vitales de los mayores a través de
los objetos de los museos y que les permiten relacionarlos con su propia vida.
Conclusiones
Las personas aprendemos a lo largo de la vida interactuando con otros, en
diferentes contextos. No podemos parar de aprender, siempre lo hacemos. Hemos
intentado en el desarrollo de este escrito enfatizar la idea de aprendizaje a lo
largo de la vida considerando perspectivas socioculturales de la educación y la
creatividad. Estas perspectivas nos permiten identificar ciertas dimensiones y con-
textos que resultan propicios para aprender. Asimismo, presentamos un conjunto
de acciones y actividades como oportunidades de aprendizaje, entre ellas destaca-
mos las experiencias en museos, los viajes, las ferias de ciencia, el teatro, los
aprendizajes comunitarios e intergeneracionales. Apostamos por la necesidad de
promover ciudades del aprendizaje donde se enfatiza en acciones de diferentes
organizaciones tales como la familia, las escuelas, las vecinales, los barrios, entre
otros. Subrayamos el valor de los vínculos y las experiencias, sin desconsiderar el
papel de las personas y de los procesos creativos en los aprendizajes a lo largo
de la vida. Aprendemos con otros y a partir de experiencias, pero estos procesos
siempre dependen de ciertas condiciones personales y cognitivas. Es decir,
enfatizamos el papel de los contextos sin desconocer los procesos cognitivos y
subjetivos que desarrollan las personas cuando aprenden. Todo aprendizaje im-
plica construcciones particulares de sentidos y significados que siempre son sub-
jetivas y novedosas para las personas. Tal como señala Larrosa (2006), las expe-
riencias suceden como eventos externos, pero implican componentes subjetivos y
resignificaciones de lo que sucede en el exterior. No es lo que pasa, sino lo que me
pasa y ello se vincula con las interpretaciones que permanentemente construyen
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lo sujetos sobre los eventos externos o las propuestas educativas. Estas interpre-
taciones nuevas o minicreatividades, son componentes indispensables de los
aprendizajes.
Compartimos solo algunas de las múltiples e infinitas actividades posibles para
aprender a lo largo de la vida. Esta limitación del presente escrito nos invita a
desarrollar, en futuros estudios, indagaciones s exhaustivas de experiencias
educativas de aprendizaje a lo largo de la vida en diferentes contextos. Las opor-
tunidades mencionadas se configuran como espacios permeables (Melgar et al.,
2023) que dejan entrar y salir personas, objetos, conocimientos y experiencias,
propiciando nculos y aprendizajes. Son espacios construidos y reconstruidos en
entornos formales, no formales e informales de educación. Son espacios que se
configuran en las intersecciones de diferentes organizaciones, que son difíciles de
encorsetar en los mites de lo formal, lo no formal o lo informal. En este sentido
son bastante indisciplinados (Elisondo, 2015), se transforman en las fronteras de
los contextos y de las disciplinas… no admiten límites y no paran de ofrecer opor-
tunidades para aprender ¿Qué argumentos tendríamos para no habitarlos?
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Dlogos Pedagicos. Año XXII, 43, abril-septiembre 2024.
1
Trabajo realizado en el marco del Doctorado en Educación, Universidad Católica de Córdoba, Argentina.
2
Magíster en Didáctica de la Matemática. Profesora de Educación Básica (primaria), mención Matemá-
tica. Docente de la Universidad Mayor. Santiago, Chile. Correo electrónico: angelica.aravena@umayor.cl
3
Doctora en Psicología Escolar y Desarrollo. Magíster en Gestión de Políticas Nacionales, mención en
Educación y Cultura. Licenciada en Educación. Profesora de Educación Diferencial, mención Deficien-
cia Mental. Docente e Investigadora de la Universidad Diego Portales. Santiago, Chile. Correo electró-
nico: constanza.sanmartin@mail.udp.cl
4
Doctora en Didáctica de la Matemática. Magíster en Didáctica de la Matemática. Profesora de Educa-
ción Básica, mención Matemática. Docente e Investigadora de la Universidad Alberto Hurtado. Santia-
go, Chile. Correo electrónico: mvalenzu@uahurtado.cl
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, 43, abril-septiembre 2024. Pág. 152-165.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)09 / Recibido: 24/10/2023 / Aprobado: 31/01/2024.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
La Etnometodología
1
: un método para
investigar los saberes docentes en la
planificación y ejecución de la enseñanza
Ethnomethodology: A Method for Researching Teachers'
Knowledge in the Planning and Implementation of Teaching
Angélica Aravena-Bauzá
2
Constanza San Martín Ulloa
3
Macarena Valenzuela
4
Resumen: Este artículo teórico se focaliza en la descripción y la valoración de la
Etnometodología como un método de investigación pertinente y útil para el estudio e
interpretación de los saberes docentes en el proceso de planificación y ejecución de la
enseñanza, así como también, para analizar las interacciones vividas en el aula: las
normas, los significados y las prácticas que regulan la acción pedagógica. En específico,
las actividades cotidianas que reflejan parte de estos saberes, propios del trabajo docen-
te, representan un área de interés investigativo para ahondar en las decisiones y las
acciones del profesorado como sujetos clave en la mejora de la calidad educativa. En este
sentido, el escrito busca aportar a la comunidad científica al sistematizar y dar cuenta de
las posibles aplicaciones empíricas de la Etnometodología para explorar la organización o
la planificación de la enseñanza, de tal manera de pesquisar normas que regulan la
acción pedagógica para tributar en la formación y el desarrollo profesional docente.
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Palabras clave: Etnometodología, saberes docentes, planificación educativa, prepara-
ción de clases
Abstract: This theoretical article focuses on the description and evaluation of
Ethnomethodology as a relevant and valuable research method for the study and
interpretation of teachers' knowledge in the process of planning and implementing
teaching, as well as for analyzing the interactions experienced in the classroom: the
rules, meanings, and practices that regulate pedagogical action. Specifically, the daily
activities that reflect part of this knowledge, typical of teaching work, represent an
area of research interest to delve into the decisions and actions of teachers as critical
subjects in improving educational quality. In this sense, this paper seeks to contribute
to the scientific community by systematizing and giving account of the possible empirical
applications of Ethnomethodology to explore the organization or planning of teaching
in such a way as to investigate the rules that regulate the pedagogical action to
contribute to the training and professional development of teachers.
Keywords: Ethnomethodology, teacher knowledge, educational planning, lesson
preparation
Introduccn
Investigar sobre los saberes docentes resulta ser un pilar fundamental en la
formación del profesorado para mejorar la calidad educativa (Guevara, 2018; Tardif,
2004; UNESCO, 2021). Estas indagaciones proporcionan una comprensión sobre
cómo el profesorado aplica sus conocimientos en el aula, lo que permite identificar
áreas de fortaleza, prácticas efectivas y oportunidades de mejora en la enseñanza.
Los saberes docentes, forjados en el contexto del trabajo, impulsan el desarrollo
profesional de maestros y maestras, lo que facilita la creación de acciones formativas
al considerar sus voces y acciones cotidianas (Mercado, 2002; Tardif, 2004).
Trabajos desarrollados en este campo han contribuido en la mirada metodológica
y teórica. El auge de la Pedagogía Activa, a principios del siglo XX, de la mano de uno
de sus pioneros, John Dewey (1916), aportó al pensamiento la importancia del sa-
ber y el conocimiento práctico docente. En la década de los ochenta y noventa,
surgieron trabajos más específicos sobre conocimientos, saberes, reflexión docen-
te, decisiones y la relación teórica-práctica (Shulman, 1987; Schón, 1987; Tardif et
al., 1991). Estas contribuciones, desde un paradigma más interpretativo, trabaja-
ron sobre el conocimiento, la reflexión o el saber profesional y abordaron estudios
de casos, análisis documentales, investigaciones bibliográficas, encuestas, análisis
del contenido y observaciones participantes. s próximo a la actualidad, se cuenta
con trabajos de cohorte etnográficos, sociocríticos, bibliográficos, de análisis de ca-
sos, que miran el conocimiento docente basado en constructos sociales, históricos,
dialógicos con la enseñanza. Esto tensiona la distancia entre el saber teórico, técni-
A. Aravena-Bauzá, C. San Martín Ulloa, M. Valenzuela
Pág. 152-165
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Dlogos Pedagicos. Año XXII, 43, abril-septiembre 2024.
co, pedagógico y didáctico con el saber práctico de la experiencia laboral (Mercado,
2002; Tardif, 2004, 2013; Mayorga Salas, 2013; Santana Salgado et al., 2014; Vezub,
2016; Cometta, 2017; Souza de Freitas, 2017). Aquí, se reconoce la complejidad del
trabajo docente como foco de interés en el campo investigativo, dado su impacto en
el desarrollo educativo de niños, niñas y adolescentes. Los trabajos presentados
reportan que estos saberes son atravesados por un saber construido en la expe-
riencia profesional y que aún se encuentra poco explorado.
Parte de estos saberes y prácticas cotidianas se traducen en la planificación
de clase, lo que implica una toma de decisiones pedagógicas. Organizar la ense-
ñanza es parte del trabajo práctico, cotidiano, experiencial y de responsabilidad
profesional docente, pues se consignan los objetivos perseguidos, orienta la ac-
ción y registra las actividades a desarrollar. Mirar la planificación de la enseñanza
resulta ser valorable para detectar qué y cómo declara el profesorado la lección a
impartir. Observar esas clases permitiría cotejar los saberes docentes en la acción.
En este escenario, la investigadora o el investigador debe tomar una decisn
metodológica sobre cómo orientar la investigación.
Una corriente todavía poco abordada para realizar investigaciones en el cam-
po educativo es la Etnometodología. Se propone este enfoque metodológico para
indagar en los saberes docentes asociados a la experiencia en la profesión (Tardif,
2004), específicamente a la planificación y la ejecución de la enseñanza, pues su
foco de interés está puesto en las interacciones sociales y pcticas cotidianas
(Campos, 2020). La Etnometodología y la planificación son áreas que se entrela-
zan en el campo de la investigación, de la sociología y la educación. En las siguien-
tes líneas, se expone cómo esta corriente resulta ser un todo efectivo para
indagar sobre los saberes docentes en la planificación y la ejecución de la ense-
ñanza en el contexto educativo.
Para ello, se presenta la Etnometodología, sus orígenes, área de interés, apli-
cación y conceptos clave que deben manejar quienes trabajen con este enfoque.
Luego, se expone sobre la planificación de la enseñanza como práctica del queha-
cer profesional que refleja significados propios del contexto y saberes docentes,
como un conjunto de conocimientos que se movilizan dinámicamente en la acción
pedagógica. En un tercer momento, se discuten las ideas expuestas para estable-
cer un diálogo entre la Etnometodología y la investigación sobre la planificación y
la ejecución de la enseñanza. Finalmente, se plantean reflexiones finales sobre el
método y su pertinencia en investigaciones sobre saberes docentes.
La Etnometodología
La Etnometodología es una corriente de investigación sociogica cualitativa
que se enfoca en la comprensión de cómo las personas construyen y dan sentido
a su realidad social en su vida cotidiana. Surge como una perspectiva crítica que
busca explorar las prácticas sociales y las normas subyacentes en las interacciones
diarias de una manera más detallada y minuciosa (Caballero Romero, 1991; Urba-
no, 2007). Los estudios desarrollados bajo este enfoque, "analizan las activida-
des cotidianas como métodos que sus miembros usan para hacer que esas activi-
La Etnometodología: un método para investigar los saberes docentes...
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dades sean racionalmente visibles y reportables para todos los efectos prácticos,
es decir, 'explicables'" (Garfinkel, 2006, p. 1).
El objetivo de la Etnometodología es entender las reglas, normas y prácticas
que no están escritas y son utilizadas por las personas para tomar decisiones,
interpretar y dar sentido a sus interacciones y acciones cotidianas. En tal sentido,
la descripción y el entendimiento de la cotidianidad y las interacciones es funda-
mental para investigar desde este enfoque, pues considera que las personas in-
fluyen o producen un cambio en el contexto y el contexto también influye o cambia
a las personas (Campos, 2020).
Harol Garfinkel, pionero desde la década de los sesenta en Etnometodología,
tiene como fuentes de inspiración y crítica los pensamientos de Parsons (1928;
Parsons y Neil, 1956), la Teoría Voluntaria de la Acción, influencias del
Interaccionismo Simbólico y la Fenomenología de Schutz (1932) (Campos, 2020;
Esquivel Ocádiz, 2016). De igual modo, "las principales ideas fundacionales de la
etnometodología provienen de las investigaciones sobre la interacción social, el
lenguaje, la etnografía, la psicología social y la ciencia cognitiva" (Esquivel Ocádiz,
2016, p. 2). Con estas ideas, Garfinkel planteó que las personas utilizan reglas en
sus acciones cotidianas para interpretar y dar sentido a sus interacciones socia-
les. Estas normas relacionadas con el "sentido común" son cruciales para com-
prender la construcción de la realidad social (Garfinkel, 2006).
Campos (2020) señala que la Etnometodología es un método que se debe
"utilizar cuando el problema a investigar contenga aspectos de conocimientos y
comportamientos regulados, de alguna forma, por el desempeño social" (p. 134).
Las personas demuestran sus acciones frente a los demás reguladas por la nor-
mativa de la cultura organizacional. Sin embargo, estos actos también evidencian
reglas tácitas que orientan el desarrollo de la conducta y la toma de decisiones.
Para ello, las personas manifiestan racionalidad y flexibilidad sobre los significa-
dos y el sentido que le otorgan a sus comportamientos y decisiones y se adaptan
a situaciones sociales específicas. Este orden que establecen las personas de una
determinada cultura no es de carácter intuitivo. Tardif (2004), referenciando a Harol
Garfinkel, señala lo siguiente:
Los actores sociales no son idiotas culturales. Por pertenecer a un ambien-
te de vida social, están dotados de competencias extremadamente
diversificadas, que se manifiestan en concreto a través de procedimientos
y de reglas de acción que utilizan para orientarse en las diversas situacio-
nes sociales. (p. 150)
Ahora bien, de acuerdo con Vargas Barrantes (2013), para desarrollar proce-
sos investigativos de cohorte etnometodológico, es preciso comprender ciertos
principios específicos en que se fundamenta este enfoque, tales como:
1. Las categorías de investigación se elaboran a partir del material empírico reco-
gido en el terreno.
2. El foco de atención está en el proceso de interacción entre participantes, resal-
tando cómo se construye el sentido en contextos sociales concretos.
A. Aravena-Bauzá, C. San Martín Ulloa, M. Valenzuela
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3. Se analiza la lengua hablada como un proceso interactivo, enfocándose en los
detalles y sutilezas de la comunicación verbal.
4. Las interacciones espontáneas están más reguladas de lo que se podría pen-
sar intuitivamente, revelando la complejidad de las prácticas cotidianas.
5. El objetivo es describir el orden subyacente en las actividades sociales para
revelar las regularidades de la comunicación en situaciones no planificadas.
Las investigaciones realizadas bajo el enfoque etnometodológico deben aten-
der las características y los conceptos clave usados y trabajados por esta corrien-
te, como herramientas que permiten progresar y generar una recursividad en la
investigación. Caballero Romero (1991) y Campos (2020) exponen características
y conceptos clave que han desarrollado los etnometologos. Estos elementos,
que se exponen a continuacn, colaboran en el discurso investigativo y deben
fundamentar el sustento de la evidencia:
a. Explicables o accountable: se refiere al análisis de los modos y las actividades
realizadas por las personas que explican y dan sentido a la realidad
b. Principio de etcétera: se estudian las relaciones/interacciones del individuo para
evaluar los faltantes dentro de la realidad. A modo de ejemplo, en las
interacciones entre seres humanos, se pueden detectar cosas que no se dicen
o no se hacen en este escenario, las personas quienes deben llenar esos va-
os con informacn conocida que permite dar sentido a las acciones y a su
realidad.
c. Indexicality o indéxeles: desde el ámbito de la Lingüística, se refiere a los múlti-
ples signos, frases y explicaciones usados, que pueden tener distinto significa-
do según el contexto.
d. Interacción reflexiva: técnica de interpretación e interacción entre los individuos.
Se refiere a la interpretación de las palabras, los gestos y las señales entre los
seres humanos al interactuar en un determinado contexto que sostiene la rea-
lidad construida.
e. Modo documental de interpretación: comparar la realidad con las pautas subya-
centes de las acciones y las apariencias, busca contrastar e interpretar un su-
puesto concebido y mo algunos aspectos han sido deformados por la realidad.
f. Miembro: significado de un grupo donde los individuos tienen aspectos cultura-
les similares (Caballero Romero, 1991; Campos, 2020).
De igual modo, la Etnometodología tiene cuatro distintas vertientes de la apli-
cación del método según el tipo de investigación a desarrollar. Cuenta con autores
(Caballero Romero, 1991, Garfinkel, 2006; Linstead, 2006) que han explorado y
descrito diversas formas para llevar a cabo los procesos indagatorios del fenómeno
(Campos, 2020). Así, es posible detectar el (1) procedimiento de ruptura que permite
al investigador o a la investigadora intervenir con alguna acción o dinámica distinta
para que las personas expongan o revelen sus prácticas cotidianas y conocer cómo
actúan y/o qué decisiones toman. A modo de ejemplo: preguntas inusuales, juego
de roles, cambio de rutina. De igual modo, se puede trabajar desde el (2) análisis
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conversacional. Este conlleva la descripción de los acontecimientos, la organización
de diálogos entre las personas, no se modifican los hechos, se plasma tal cual se
observa la realidad. Otro escenario lo otorga la (3) sociología cognitiva de Cicourel
(1974), que sugiere interpretar las acciones realizadas por los seres humanos, pues
evidencia una realidad construida por ellos. (4) El enfoque situacional permite mirar
las actividades desarrolladas por las personas, pues sus acciones podrían cambiar
las situaciones de interacción. Este se caracteriza por la observación del investiga-
dor. Cada una de estas vertientes no son antagónicas; todo lo contrario, pueden
trabajar en perfecta conformidad. El investigador o la investigadora decide cuáles
incorporaa su trabajo y el nivel de profundidad (Campos, 2020).
Investigaciones etnometodológicas desarrolladas desde otras disciplinas,
distintas a la Pedagoa, reportan algunas técnicas e instrumentos utilizados.
Así, por ejemplo, desde el área antropológica, el trabajo de Rivera (2014) se
refiere a los sistemas de interacción que sostienen las prácticas cotidianas y
que exponen signos, frases, descripciones y explicaciones propias del contex-
to. Realizar observaciones, grupos de discusn y alisis conversacional des-
pliega insumos sobre esos sistemas, lo que permite reportar vivencias y expe-
riencias de quienes participan del estudio respecto a un determinado problema
o situacn en con. En la misma línea metodogica, pero desde la educacn
médica, el estudio de Giraldo Ospina et al. (2021) usa la encuesta como cnica
de construcción de datos, cuyo alisis resulta de la edicn de unidades con
sentido, para luego comparar esa informacn hasta lograr una depuracn del
contenido. Ahora bien, desde el ámbito pedagico, el estudio de Leal-Leal et
al. (2023), sobre el enfoque etnometodológico para abordar la violencia esco-
lar, reporta el diseño de entrevistas y grupos focales para luego levantar cate-
gorías de alisis.
Atendiendo a las distintas vertientes del método, en cuanto a la construcción
progresiva de los datos, una de las técnicas más importantes y usadas es la ob-
servación del contexto y observación participante. Esta técnica permitiría capturar
las dinámicas e interacciones sociales en tiempo real, flexibilizar y adaptar la in-
vestigación al contexto, sumergirse directamente en el campo para recopilar infor-
mación con notas para caracterizar e interpretar los indéxeles. Otra técnica que se
debería incluir es la entrevista en profundidad para explorar en detalle las expe-
riencias y perspectivas de quienes participan del estudio. De igual modo, el análi-
sis de grabaciones y/o documental involucraría la recopilación del material para
analizar las interacciones y los patrones observados (Campos, 2020; Esquivel
Ocádiz, 2016). Combinar distintas fuentes de datos para indagar en las interacciones
y prácticas cotidianas permite una validación cruzada de información, que mejora
la confidencialidad y validez de los hallazgos.
Ahora bien, para seleccionar este todo de investigacn, se debe contar
con un fenómeno a investigar. En este caso particular, cabe preguntarse ¿cómo la
Etnometodología puede responder como enfoque metodológico a una investiga-
ción sobre los saberes docentes en la planificación y ejecución de la enseñanza?
Antes de discutir una alternativa, es imperativo reconocer la postura sobre cómo
se comprenderán los saberes docentes y la planificación de la enseñanza.
A. Aravena-Bauzá, C. San Martín Ulloa, M. Valenzuela
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Los saberes docentes y la planificación de la enseñanza
Uno de los fenómenos que tiene lugar en la investigación educativa se rela-
ciona con los saberes docentes (Guevara, 2018; Fernández et al., 2020; Tardif,
2004) y su trayectoria profesional. Esto, porque el profesorado es fundamental en
el desarrollo y el progreso de una sociedad. Es uno de los agentes o actores
responsables de transmitir conocimientos, desarrollar capacidades y habilidades
fundamentales para vivir y participar en comunidad; tiene la tarea de formar ciu-
dadanos inclusivos, con pensamiento crítico, responsables y comprometidos con
una sociedad más justa y democrática. Al respecto, la Organización de las Nacio-
nes Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO] (2021) señala que
el cuerpo docente representa una de las fuerzas más lidas e influyentes para
resguardar el acceso y la trayectoria educativa de niños y niñas. En este sentido,
los Estados deben comprometerse a atender sus demandas, pues este grupo de
profesionales tiene la tarea de salvaguardar la inclusión, equidad y calidad educa-
tiva, por lo cual las voces del profesorado deben ser escuchadas.
Desde una perspectiva crítica, como señalaba Paulo Freire (2018), en el libro
La voz del maestro, gestado en 1995:
Debemos tener en cuenta cuál es el sueño del educador. No en el sentido
de imponer un propio sueño al educando, sino en el sentido de dejarle en
claro a él que hay diferentes sueños políticos que corresponden a diferen-
tes maneras pedagógicas de actuar. (p. 45)
La pedagogía debiese buscar siempre la liberación de las personas a través de
la conciencia crítica, el diálogo y la participación para la transformación de la socie-
dad (Freire, 1970). Por tanto, atender a lo que dice y hace el maestro o la maestra
y, en específico, a sus saberes, supone reconocer conocimientos en juego que influ-
yen en los modos de concebir la realidad de niños, niñas y adolescentes.
En este escenario, la planificacn de la enseñanza ofrece una mirada so-
bre los objetivos, la tarea y la acción pedagógica. Brinda una oportunidad de
conocer significados y sentidos y una perspectiva sobre la educación y los al-
cances en la formación de estudiantes, pues el profesorado declara, en este
plan de clase, ideas y propuestas de acción desde sus propias experiencias
que influyen en la ensanza (Aravena-Bauzá y San Martín Ulloa, 2022). Como
señalan Smith y Stein (2016) "el plan escrito sirve como un recordatorio de las
decisiones claves […], recordándole al maestro/a el curso de acción que ha
establecido" (p. 84).
La planificación de clase se podría categorizar como un saber proveniente de
la formación profesional. En Chile, los Estándares de la Profesión Docente (Chile,
Ministerio de Educación, 2021) señalan que el profesorado en formación debiese
estar preparado para planificar la enseñanza, lo que implica la capacidad de dise-
ñar secuencias de aprendizaje, seleccionar recursos, materiales didácticos apro-
piados, establecer objetivos de aprendizajes claros y adaptar las estrategias pe-
dagógicas a la diversidad de estudiantes. Sin embargo, las decisiones que toma el
profesorado, con respecto al plan de acción, no estarían sujetas solo a saberes de
cohorte disciplinar, científico o pedagógico, sino también al trabajo propio de su
La Etnometodología: un método para investigar los saberes docentes...
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actividad laboral, al saber experiencial y colectivo, con el cual valoran y juzgan su
práctica cotidiana. La planificación de clase corresponde a una tarea práctica, com-
partida, colectiva y característica de la profesión (Urbano, 2007), que moviliza dis-
tintos tipos de saberes.
Tardif (2004) expone que los saberes del profesorado influyen en su traba-
jo diario y que su labor profesional va más al de la transmisión de conocimien-
tos, pues también involucra reflexionar y actuar sobre mo enseñar de mane-
ra s efectiva y adaptarse a las necesidades del estudiantado. De igual modo,
el autor señala que el saber docente se comprende como un conjunto de
saberes, conocimientos y competencias que son esenciales para la pctica efec-
tiva de la enseñanza y el trabajo profesional. Corresponden a pensamientos,
ideas, juicios, discursos o argumentos que obedecen a ciertas formas de racio-
nalidad. En otras palabras, se considera un saber cuando se justifica con razo-
nes lógicas el curso de la acción. Estos saberes acan de manera dinámica y
provienen de distintas fuentes de conocimiento: personales, etapa escolar, for-
mación profesional, disciplinarios, curriculares, programas y libros dicticos y
la experiencia en la profesión (experienciales). Además, los saberes docentes
tienen una naturaleza social, puesto que parte de ese saber se construye du-
rante la trayectoria profesional. Se comparte entre docentes, cambia según el
contexto histórico e incide en la educación y la transformación del estudiantado
(Tardif, 2004).
Aravena-Bauzá (2023), citando a Mercado (2002) y a los postulados de Tardif
(2004), señala que el proceso de planificación de clase implica movilizar distintos
tipos de saberes, pues la acción profesional docente está estructurada por dos
condicionantes: la transmisión de contenidos específicos y la interacción con sus
estudiantes. Ambas convergen en la planificación y ejecucn de la enseñanza.
Por tanto, es posible considerar como condición necesaria los saberes de la for-
mación profesional para planificar la enseñanza, pero entendiendo que no es
condición suficiente, pues se requiere de otros saberes y con mayor ímpetu del
saber experiencial, pues son las interacciones con sus estudiantes y con su equi-
po de trabajo lo que moviliza y sustenta el diseño de una planificación adaptada
a las necesidades del contexto y del estudiantado. Bergeron (2018) señala que
la planificación no es rígida. Permanecerá flexible y sujeta a ajustes durante la
ejecución de clase, debido a las interacciones que se producen entre estudian-
tes y docentes. Si bien se asocia a una fase previa a la clase, también es una
actividad práctica que se resuelve en el ejercicio mismo de la docencia frente al
estudiantado.
De esta manera, para develar los saberes docentes en la planificación de
clase, también es necesario mirar su ejecución e interacción con el estudiantado
porque el grupo puede modificar las decisiones preestablecidas en el plan. Aquí, la
Etnometodología resulta ser un método de investigación que puede contribuir en
la búsqueda de significados y sentidos de aquellos saberes de la profesión docen-
te, pues la planificación y la ejecución de clase son actividades prácticas donde el
profesorado evidencia parte de sus conocimientos y acciones basados en una
cierta racionalidad, influenciada por las interacciones del contexto escolar.
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La Etnometodología: un método para investigar la planificación y la ejecu-
ción de la enseñanza
Tardif (2004) anuncia a la Etnometodología como método para investigar los
saberes docentes y el curso de su acción en el contexto del trabajo. Aunque no se
refiere específicamente a la planificacn de la enseñanza, esta actividad puede
considerarse como un puente entre la actividad práctica de planificar, donde decla-
ra lo que piensa, sabe y desea cumplir, con la realidad e interacciones con sus
estudiantes. El profesorado, al pertenecer a una comunidad, está dotado de ac-
ciones, procedimientos, reglas, significados y razones que orientan sus decisiones
y situaciones cotidianas, lo que implica poner en juego sus saberes profesionales
en la planificación y la ejecución de la enseñanza.
En este escenario, la Etnometodología puede tributar en la exploración de
cómo los y las docentes construyen significado, sentido y orden en su vida cotidia-
na. Al combinar estos dos campos, enfoque etnometodológico y saberes docen-
tes, se abre la puerta a un análisis profundo de cómo el profesorado, en su con-
texto cotidiano, da forma y significado a sus planificaciones y acciones y, en última
instancia, afectan el proceso de aprendizaje de sus estudiantes.
La Etnometodología y sus vertientes ofrecen una perspectiva valiosa para
investigar los saberes docentes en la planificación y ejecución de la enseñanza.
En primer lugar, porque este método se basa en la observación participante y el
análisis de la realidad a través de un lente centrado en la interacción social y la
construcción de significado. Esto permitiría comprender cómo el cuerpo docente
interpreta y participa en su entorno laboral y, en específico, en sus salas de cla-
ses. Para investigar los conocimientos del profesorado en la planificacn de la
enseñanza, un investigador etnometodológico o una investigadora
etnometodológica podría, desde el enfoque situacional (Caballero Romero, 1991),
sumergirse en el contexto escolar. Esto implicaría revisar las planificaciones, explo-
rar el proceso de diseño de las mismas y entrevistar a la persona responsable de
su elaboración. Además, se observarían las acciones desde la perspectiva de la
sociología cognitiva (Cicourel, 1974) para interpretar las decisiones tomadas. Se
comparaa lo planeado en la clase con las decisiones tomadas en tiempo real
durante su ejecución, empleando un enfoque similar al modo documental de inter-
pretación, como elemento clave del enfoque etnometodológico.
En segundo lugar, la Etnometodología permite identificar las normas no escri-
tas y las reglas implícitas que guían la planificación y la ejecución de clases. El
personal docente, a menudo, opera según normas culturales y prácticas pedagó-
gicas implícitas que pueden no estar declaradas en los documentos curriculares, lo
que poda considerarse como un saber construido en la experiencia o saber
experiencial (Tardif, 2004). La Etnometodología, atendiendo al principio del etcéte-
ra e interacción reflexiva, puede revelar estas normas subyacentes y cómo influyen
en las decisiones de la planificación y la enseñanza.
En tercer lugar, cada paso durante los accountable permitiría desentrañar
indéxeles (Campos, 2020) que sustentan los saberes priorizados por el profesora-
do, entendiendo que la planificación es flexible y se modifica en la interacción docen-
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te-estudiante. La vertiente etnometodológica de análisis conversacional puede re-
flejarse en la observación y el registro, a través de notas de campo y entrevistas en
profundidad, de cómo cada docente adapta sus planificaciones a medida que sur-
gen situaciones imprevistas. Esto proporciona información valiosa sobre el trabajo
práctico cotidiano y la manifestación de sus saberes en la ejecución de la clase.
Por otro lado, por tratarse de una actividad subjetiva, quienes investigan
desde el enfoque etnometodogico podrían enfrentar dificultades si llegan a
malinterpretar, distorsionar la realidad o los datos registrados (Campos, 2020).
Una de las exigencias, que podría ser considerada como limitación del todo,
es el tiempo y la permanencia en el campo de estudio, pues requiere de un
período importante de observación e interacción con el entorno que permita un
conocimiento profundo del contexto y sus miembros. De igual modo, por tratarse
de momentos específicos de observación e interacción, también se corre el ries-
go de no evidenciar saberes del profesorado más alde la situación misma. En
tal sentido, investigadores de esta corriente debe reconocer estos aspectos y
contrastar constantemente la revisión trica y metodogica con las observa-
ciones realizadas en el campo.
Reflexiones finales
Adoptar un enfoque etnometodológico en investigaciones educativas sobre
los saberes docentes en la planificación y la ejecución de la enseñanza ofrece una
perspectiva única y valiosa para renovar la manera en que maestros y maestras
participan y transforman su experiencia en función del proceso educativo de ni-
ños, niñas y adolescentes. Este escrito ha explorado los principios fundantes de la
Etnometodología, centrado en la comprensión de las prácticas sociales y la inter-
pretación activa que puede enriquecer la comprensión de la planificación y la eje-
cución de la enseñanza en el contexto mismo del espacio educativo, a como
también, se ha expuesto sobre la riqueza de indagar en los saberes docentes que
se movilizan en la planificación y la toma de decisiones.
La Etnometodología permite observar más allá de las apariencias superficia-
les presentes en la sala de clases. Invita a mirar las prácticas cotidianas y a su-
mergirse en las complejidades de las interacciones sociales. En este caso, recono-
cer aquellas reglas no escritas que gan las acciones del profesorado para la
toma de decisiones y admitir una construcción activa de significados compartidos
entre docentes, estudiantes y comunidad.
En lo que respecta a la planificación de la enseñanza, los saberes docentes
no solo se limitan a la formulación de estrategias sobre la ejecución de la clase,
sino también, a la capacidad de adaptarse y negociar significados en tiempo real.
De esta manera, la flexibilidad y la adaptabilidad de la planificación se vuelven
elementos cruciales para aceptar aquellas contingencias inherentes a la interacción
propia del aula. En tal sentido, el enfoque etnometodológico asume la observa-
ción y la participación de quien investiga en el contexto. Su experiencia e inmer-
sión directa en el espacio educativo pueden revelar significados e interacciones
cotidianas que reflejen una imagen auténtica del aprendizaje.
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A modo de síntesis, se presenta un cuadro resumen (ver Tabla 1), que propor-
ciona un extracto y una conexión de aspectos clave, revisados y especificados en
este escrito, relacionados con el uso del enfoque etnometodológico para indagar
en los saberes docentes puestos en la planificación y la ejecución de la clase.
Tabla 1: Conexión de elementos relevantes entre la etnometodología, los
saberes docentes y la planificación y la ejecución de la enseñanza
Fuente: elaboración propia, basada en literatura consultada y presentada en este es-
crito (Tardif, 2004; Urbano, 2007; Bergeron 2018; Campos, 2020; Chile, Ministerio de
Educación, 2021).
Nota: Se destacan ideas con cierta conexión entre la Etnometodología, saberes docentes
y planificación y ejecución de la clase. Por ejemplo, los saberes docentes tienen una
naturaleza social, pues son compartidos por la comunidad y rigen el curso de la acción.
Aquí se considera un saber experiencial, propio del contexto. En algunas ocasiones, es
cito y regula las acciones y la toma de decisiones. La planificación de la clase se com-
prende como una actividad pctica y colectiva de la profesión, compartida por el cuerpo
docente, requerida y regulada. Al considerarse flexible y adaptable para responder a la
diversidad de estudiantes e interacciones propias del contexto educativo, algunas accio-
nes o decisiones no quedan explícitas en el papel; se observan solo en su ejecución. La
Etnometodología se encarga de estudiar aquellas prácticas sociales y actividades cotidia-
nas normadas por la organización cultural -en este caso, la planificación y la ejecución de
clases-, pero que no están escritas o explicitadas y que intervienen en la toma de decisio-
nes. En este caso, parte del saber experiencial.
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Etnometodología
Enfoque metodogico en
investigacn que explora
las prácticas sociales, acti-
vidades cotidianas, nor-
mas e interacciones entre
las personas.
Entender las reglas, nor-
mas y prácticas que no
están escritas y son utili-
zadas por las personas
para tomar decisiones,
interpretar y dar sentido a
sus interacciones y accio-
nes cotidianas
Se debe utilizar cuando el
problema de investigación
tenga aspectos de conoci-
miento y comportamiento
regulados por la normati-
va de la cultura
organizacional
Característica
Planificación y ejecu-
ción de la enseñanza
Actividad práctica, com-
partida, colectiva y carac-
terística de la profesión
docente, flexible y
adaptable al contexto.
Permite organizar los
objetivos, las tareas y
la accn pedagica.
Diseñar secuencias de
aprendizaje, flexibilizar,
tomar decisiones y adap-
tar las estrategias a la
diversidad de estudiantes
para cumplir objetivos de
aprendizaje.
Se usa para organizar y
recordar las decisiones
clave y el curso de la ac-
ción pedagógica. Aquí se
consagran ideas, regula-
das por el contexto, que,
posteriormente, se con-
cretan en la ejecución de
la clase.
Saberes docentes
Tienen una naturaleza
social. Parte de esos
saberes se comparte con
otros docentes y se cons-
truye en la trayectoria
profesional. Es un saber
cuando se justifica con
razones lógicas el curso
de la acción.
Influir en el trabajo diario,
reflexionar y actuar sobre
mo enseñar de manera
más efectiva y adaptarse
a las necesidades del es-
tudiantado.
Conjunto de saberes, co-
nocimientos y competen-
cias que son esenciales en
la profesn:
- Saber disciplinario
- Saber curricular
- Saber profesional
- Saber experiencial
ObjetivoUso
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Cabe precisar que esto es solo una propuesta, cuya intención es contribuir al
panorama académico. No busca generalizar o capturar la totalidad de la compleji-
dad y la especificidad inherentes al saber docente o al enfoque etnometodológico.
Más bien, su presentación pretende resaltar elementos discutidos, relacionados y
abordados en este escrito. Por tanto, para futuras o distintas propuestas teóricas
o de investigación, se recomienda consultar directamente a las fuentes primarias
para obtener una comprensión más exhaustiva y detallada de los conceptos aquí
expuestos.
Finalmente, la integración del enfoque etnometodológico en investigaciones
sobre saberes docentes en la planificación y la ejecución de la clase enriquece la
comprensión del proceso educativo como una práctica social y dinámica. Para ello,
se requiere de una rigurosidad metodológica, pues, a través de este enfoque y de
los saberes docentes, se pretende interpretar y comprender no solo aquello que
hace el profesorado, sino también, mo, por qué y para qué lo hace de cierta
manera. Trabajar con este todo proporcionaría hallazgos relevantes sobre la
práctica pedagógica y las normas que regulan su acción. Identificaa áreas de
interés y potenciales oportunidades de mejora para contribuir en la formación y el
desarrollo profesional docentes.
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A. Aravena-Bauzá, C. San Martín Ulloa, M. Valenzuela
Pág. 152-165
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1
Licenciado en Ciencias de la Educación. Bachiller Eclesstico en Teología. Profesor en Filosofía y
Profesor en Ciencias Sagradas. Docente en el Instituto Superior Particular Incorporado nº 4062 "San
Juan de Ávila". Santa Fe de la Vera Cruz, Santa Fe, Argentina. Correo electrónico:
andresnicolas_rodriguez@hotmail.com. ORCID: https://orcid.org/0009-0008-2273-3383
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, 43, abril-septiembre 2024. Pág. 166-186.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)10 / Recibido: 19/07/2023 / Aprobado: 18/11/2023.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
El rol de la esperanza en la educación
a partir de Gabriel Marcel
The role of hope in education from Gabriel Marcel
Andrés Nicolás Rodríguez
1
Resumen: El filósofo y dramaturgo Gabriel Marcel reflexiona sobre la esperanza como
fruto de una experiencia de comunión interpersonal que abre al hombre renovados hori-
zontes de sentido. A partir de sus aportes, en este artículo, se pondrá de manifiesto el rol
fundamental de la esperanza como dinamismo intrínseco de la relación pedagógica, la
cual se revela como recíproco alumbramiento de educador y educando, en un progresivo
despertar a la plenitud intersubjetiva.
Palabras clave: esperanza, educación, intersubjetividad, vocación
Abstract: The philosopher and playwright Gabriel Marcel reflects on hope as the fruit
of an experience of interpersonal communion that opens to man renewed horizons of
meaning. From his contributions, in this article, the fundamental role of hope will be
highlighted as an intrinsic dynamism of the pedagogical relationship, which is revealed
as a reciprocal birth of educator and learner, in a progressive awakening to intersubjective
fullness.
Keywords: hope, education, intersubjectivity, vocation
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Introduccn
Para el filósofo y dramaturgo francés Gabriel Marcel (1889-1973), la esperan-
za implica, fundamentalmente, una íntima experiencia de comunión, en la cual la
recíproca afirmación intersubjetiva se vivencia como germen de una plenitud eter-
na, que responde a la exigencia de sentido más profunda del hombre. Precisa-
mente, en su obra Homo viator, nos dejó la formulación más completa sobre lo que
comprende por esperanza:
La esperanza es esencialmente, se poda decir, la disponibilidad de un
alma tan profundamente comprometida en una experiencia de comunión
como para llevar a cabo el acto que trasciende la oposición entre el que-
rer y el conocer, mediante el cual ella afirma la perennidad viviente de la
cual esta experiencia le ofrece, a la vez, la prenda y las primicias. (Marcel,
2005, p. 79)
De este modo, al desarrollar la concepcn marceliana de la esperanza como
experiencia de comunn, podemos reconocer su rol esencial como alimento de
la relacn pedagógica. Como afirma Cañas Ferndez (1998, p. 247): "Marcel
cree en el hombre y en sus posibilidades de regeneración más allá de lo razo-
nable. Precisamente ésa es la capacidad de regeneración que llamamos espe-
ranza y que […] constituye el eje central de todo su pensamiento filofico". De
tal manera que toda la antropología de Marcel (1969, p. 100) se encuentra
animada y orientada por la esperanza y llega a afirmar: "el alma no existe sino
gracias a la esperanza. La esperanza es quizá la materia de que está hecha
nuestra alma".
En efecto, si bien Marcel no desarrolló de un modo directo la cuestión educa-
tiva, sus reflexiones antropológicas pueden ayudarnos, en gran medida, a revalo-
rizar la educación como experiencia de comunión interpersonal que alimenta la
esperanza. Al no tener propiamente una definición por parte del pensador francés
de lo que implica la relación pedagógica, tomamos la que nos aportan Bárcena y
Mèlich (2000), quienes asumen una perspectiva antropológica similar, inspirados
por la filosofía de Emmanuel Levinas:
La relación pedagógica implica un espacio de alteridad en el que el otro
(el discípulo, el aprendiz) es una y otra vez acogido hospitalariamente
por el maestro. Se trata, por tanto, de una relación de aprendizaje basa-
da en la fecundidad, en aquello cuya primera vocación es el acogimiento
de lo que va a nacer, de la radical novedad [] entonces lo que debe
guiar al maestro es una idea directriz que es esencial: aquella que funda
una imagen del aprendiz como un sujeto en constante porvenir. La "aco-
gida", el lenguaje de la "hospitalidad", es el lenguaje ético por excelen-
cia. (p. 159)
En tal sentido, ya en una primera visualización, constatamos la concordancia
de esta comprensión de la relación pedagógica como alteridad y hospitalidad, con
la definición marceliana de esperanza como experiencia de intersubjetividad y dis-
ponibilidad.
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1. Intersubjetividad educativa: el alumbramiento de la esperanza
Para Marcel, la esperanza se revela como el florecimiento de la intersubjetividad,
que consuma nuestra exigencia profunda de trascendencia y de sentido. Así, desde
esta comprensión integral del encuentro interpersonal, podremos revalorizar e ilu-
minar la relación pedagógica. En primer lugar, es importante destacar que el aconte-
cimiento educativo implica, esencialmente, un encuentro intersubjetivo por el cual
se establece un verdadero vínculo interpersonal, el cual busca promover el creci-
miento y el desarrollo pleno de las nuevas generaciones. Como afirma Giussani, en
su libro El riesgo educativo (2005, p. 78): "La novedad viene siempre del encuentro
con el otro; es la regla con la que ha nacido la vida: existimos porque otros nos han
dado vida […] el otro es esencial para que mi existencia se desarrolle". De tal mane-
ra que la calidad de la educación está íntimamente relacionada con la riqueza de la
relación pedagógica que se logra establecer. En este sentido Giussani también afir-
ma: "La verificación humana de la educación sólo puede realizarse […] dentro de
una trama comunitaria" (2005, p. 102). Y más delante agrega:
La educación confirma y desarrolla el corazón del hombre, en cuanto la
conciencia del yo vive como exigencia esencial de una totalidad […] cuan-
do el yo se encuentra ante un pronunciado con plena conciencia: nada
induce s a la veneración, a la devoción, que el hecho de decir "tú" de
modo consciente, verdadero de la verdad toda de mismo […] Por esto
la educación resulta […] introducción a la totalidad de lo real. (2005, pp.
113-114)
En este sentido, Marcel (2002, pp. 164-165) insiste en que la intersubjetividad
implica un verdadero acercamiento ontogico, desde el reconocimiento del otro
como un tú, con el cual se logra avanzar en un viaje mágico, que nos permite
trascender nuestro yo autorreferencial y que enciende, en nuestro interior, una
chispa espiritual, iniciadora de la dinámica ascendente del amor.
Constatamos así, de qué modo la intersubjetividad y la itinerancia, condicio-
nes antropogicas fundamentales, están llamadas a converger y desarrollarse
plenamente en un acompañamiento educativo integral; que ayude a dinamizar lo
que Marcel llama la gestación continua después del nacimiento, el cual, en verdad,
no es más que un pre-nacimiento (2002, p. 265). Vemos así de qué manera nues-
tro autor, con resonancias socráticas, comprende la labor educativa como un con-
tinuo alumbramiento: no solo por la luminosa experiencia del encuentro
interpersonal, sino también porque, de ese modo, se va dando a luz la verdadera
novedad humana. También, insistien la importancia de que los educadores lla-
men por su nombre a los alumnos, ya que el nombre propio se encuentra enraizado
en el ser y pone de manifiesto la dignidad profunda de cada persona. De tal mane-
ra que "es inadmisible suprimir la sustantivación del otro, funcionalizándolo com-
pletamente, a tal punto de reducirlo a un mero número" (pp. 244-245). Respecto a
esto sintetiza Blázquez Carmona (1988):
Si yo trato al otro como a un "él", lo problematizo, lo degrado al convertirlo
en un dato que no cuenta para . Precisamente aq está la raíz de la
traición del racionalismo, en que no tiene en cuenta suficientemente el
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mundo de lo concreto [] el mundo se convierte en un mundo
deshumanizado, despojado de significaciones y valores; por eso el mundo
del racionalismo es de una abrumadora tristeza. (p. 141).
Precisamente, a esta degradación conduce, según Marcel, la actitud del espe-
cialista, el cual categoriza y clasifica casos particulares, que se limita a ser un mero
etiquetador. De este modo, se traiciona el vínculo intersubjetivo, ya que el amor
verdadero implica afirmar al ser amado, en su unicidad y libertad, y no terminar
objetivándolo, negando así su inalienable dignidad (p. 266). Al respecto Urabayen
Pérez (2001) agrega:
El amor es, según Marcel, un conocimiento adecuado del ser amado por-
que es un conocimiento no objetivo que renuncia a toda explicación ex-
haustiva. No es un conocimiento de la esencia del amado, ya que no se
dirige a lo que es en el ser amado, sino a todas las posibilidades de
crecimiento de la que éste goza. El amor se dirige a lo que hay de único en
el ser amado, con la esperanza de obtener una respuesta de su parte.
(Urabayen Pérez, 2001, p. 179).
Podemos descubrir así la concordancia del planteo marceliano con la crítica
de Paulo Freire (2021) a la concepción bancaria de la educación
2
.
En este sentido, según el pensamiento de Marcel, no es posible la verdadera
comunicación sin una comunión intersubjetiva que la sustente (2002 p. 185)
3
. Con-
sideramos que esto es esencial a la hora de comprender la relación pedagógi-
ca, ya que el amor es la condición necesaria de todo lenguaje realmente humano.
Para nuestro autor, el indicador que nos permite reconocer que una realidad es
humana o no es justamente cuán impregnada espor el amor (Marcel, 1956, p.
52). De esta manera, el verdadero encuentro interpersonal goza de un valor espi-
ritual inestimable, enraizado en el ser, cuya profundidad no logra escrutar un mero
análisis psicológico (1956, p. 66)
4
. Así, reconociendo la importancia fundamental
del encuentro, descubrimos el carácter esencialmente misterioso de la relación
2
La educación bancaria, para Freire (2021, p. 75), implica "referirse a la realidad como algo detenido,
estático, dividido y bien configurado o, en su defecto, hablar o disertar sobre algo ajeno por completo
a la experiencia existencial de los educandos", de tal manera que al educador solo le corresponde
"llenar a los educandos con los contenidos de su narración. Contenidos que solo son retazos de la
realidad, desvinculados de la totalidad en que se engendran y en cuyo contexto adquieren sentido".
3
Así lo pone de manifiesto también el pedagogo español Francesc Torralba (2016, pp. 35-36): "La tesis
de la intersubjetividad, que ha sido puesta de relieve en la filosofía contemporánea […] tiene una clara
implicación en la educación y en la lógica del sentido. Resulta imposible pensar la educación
desvinculada de la relación interpersonal, como también resulta imposible comunicar sentido de un
modo impersonal. Tanto la educacn plena y auténtica, como la lógica del sentido, sólo pueden
encauzarse a través de personas, en el seno de la intersubjetividad".
4
En su autobiografía, rememorando los encuentros s significativos que marcaron su itinerario vital,
Marcel (2012, p. 161) afirma: "Cuando pienso en los encuentros que han sido decisivos en mi vida […]
todo parece haber ocurrido como si estos encuentros hubieran sido suscitados desde lo que se
presenta a nosotros como futuro. Pero esta finalidad ¿no nos obliga a romper los esquemas de la
representación cronológica de los que normalmente permanecemos prisioneros?".
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interpersonal, la cual, para Marcel, no se puede reducir a lo problematizable, y "no
depende de un saber hacer cuyos procedimientos podrían determinarse de una
vez para siempre" (Marcel, 2012, p. 161). Consideramos que esta acentuación
marceliana es especialmente significativa para el abordaje integral del acontecer
educativo, de tal manera que no se traicione, con análisis reduccionistas y super-
ficiales, la raigambre ontológica de la existencia humana y la riqueza insondable
de la intersubjetividad.
Por otro lado, para nuestro autor, es esencial al amor tanto la reciprocidad
(Marcel, 2004, p. 258), como el respeto a la libertad y a los ritmos vitales del otro,
lo cual exige confiar pacientemente en un proceso de crecimiento que siempre
puede sorprendernos (Marcel, 2005, p. 51)
5
. De este modo, es necesaria "cierta
pluralización temporal de [que] se opone radicalmente al acto por el cual deses-
pero del otro, declarando que no es bueno para nada o que jamás comprenderá
nada, o que es incurable" (p. 52). Esta relación de verdadera intersubjetividad
que favorece la esperanza implica, según Marcel, un respeto de la cadencia vital
propia del otro que posibilita su desarrollo creativo y renovador (p. 52). Las reso-
nancias educativas de estas afirmaciones son evidentes: solo si el educador logra
simpatizar y maridarse con el devenir interior del educando (Marcel, 1957, p. 326),
el acompañamiento pedagógico puede ser significativo y transformador, lo que
favorece el alumbramiento de la esperanza.
En este sentido, las reflexiones marcelianas sobre la paternidad son especial-
mente reveladoras. El padre de familia no debe pretender crear o modelar total-
mente a su hijo, sino que debe poder decirle: "deseo permitirte devenir lo que
eres y que precisamente es independiente de lo que yo soy, lo que reconoceré
cada vez más profundamente cuanto mejor haya calibrado mi insuficiencia, mi im-
perfección" (Marcel, 1959, p. 76, citado por Urabayen Pérez, 2001, p. 210). A su
vez, abordando la temática de la adopción, Marcel (2012, p. 100) desde su expe-
riencia personal, afirma comprenderla como una especie de injerto espiritual, testi-
monio de ese misterioso entrelazamiento de naturaleza, libertad y gracia, que
constituye la dinámica histórica.
Ciertamente, una de las características de la intersubjetividad educativa es el
deseo de compartir un descubrimiento personal, cuya riqueza espiritual apasiona
al educador, de tal manera que busca contagiar al educando su mismo entusias-
mo
6
. Esto implica que las búsquedas personales de sentido, tanto del educador
como del educando, no concluyen con una respuesta abstracta de manual, sino
que se dinamizan recíprocamente y descubren juntos nuevos horizontes que se
5
"La intersubjetividad favorece la libertad porque promueve la apertura de uno mismo. Cuanto más se
ama a un ser y s se espera de él, s se facilita su crecimiento y su transformación, y más se
transforma y libera uno mismo" (Urabayen Pérez, 2001, p. 249).
6
Al concluir su autobiografía, Marcel (2012, p. 220) afirma: "Lo que me siento obligado al menos a
declarar es el amor ardiente que en todos los períodos de mi vida he tenido por la belleza sensible, y
también el hecho de que siempre me ha oprimido la necesidad de compartir con un ser querido lo que
tan maravillosamente se me había dado, como si ese don no fuera enteramente efectivo sino en y por
el hecho de compartirlo".
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renuevan sin cesar
7
. En este sentido, Marcel (2012) llega a reconocer el desenga-
ño que ha sufrido, en diversas circunstancias de su vida, al no ser correspondido
en este intento de comunicación creativa:
Era la relación íntima entre y esa melodía, ese poema o ese paisaje la
que se me presentaba como alterada por el hecho de que el otro se hubie-
ra mostrado indigno de reconocer su calidad, en mi opinión, única,
irremplazable. Y por supuesto, mi relación con ese otro se veía también
afectada. (pp. 20-21)
Con este testimonio, no solo constatamos el deseo de nuestro autor de aso-
ciar a los demás a sus búsquedas y descubrimientos, sino que también se pone de
manifiesto la relación triádica que se revela en todo verdadero acontecimiento
dialógico. Este, para Marcel, se fundamenta en una nostridad que posibilita la co-
munión intersubjetiva, pero que también expresa la participación que nos vincula
al ser, al mundo y a Dios (Grassi, 2014, pp. 245-246). Esta unidad originaria del
nosotros, latente en lo íntimo de todo encuentro interpersonal, evita que objetivemos
y cosifiquemos al tú, reduciéndolo a un mero él (p. 247). Por otro lado, para poder
aproximarnos a la comprensión de este elemento intersubjetivo, el cual no puede
ser totalmente designado, Marcel (2002) hace referencia a sus experiencias en la
improvisación musical, la cual le permitió vislumbrar una comunicación viviente que
anima el entramado de relaciones constitutivo de la realidad (p. 210). Este substrato
de unidad supra personal es un orden de fondo musical que nos constituye como
personas (pp. 166-167)
8
. Además, los vínculos intersubjetivos, que le dan sabor a
7
En este sentido, es significativo el análisis que realiza el pensador italiano Massimo Recalcati (2019)
en su libro La hora de clase. Por una erótica de la enseñanza. Al comentar el gesto de Sócrates en El
banquete (el cual aclara a su discípulo Agatón que no debe pretender recibir pasivamente todo el saber
de su maestro, sino que es necesario que despliegue plenamente su proceso personal de búsqueda),
Recalcati agrega: "Al querer poseer el saber de Sócrates, Agatón […] no asume la verdad del saber, es
decir, el hecho de que ningún saber es capaz de decir la verdad […] el saber del maestro nunca es lo que
colma la carencia, sino más bien lo que la preserva". De este modo el maestro emerge como un
"amante del saber y no como un objeto amado, como aquél que desea la verdad y no como el que la
ostenta […] El aprendizaje no se realiza por trasvase de una copa llena a otra vacía, porque el modelo
en el que se cimienta no es jamás el de un vacío que ha de llenarse -las cabezas vacías de los alumnos
en cuyo interior debe verterse el cemento del saber-, sino el de un vacío que ha de abrirse. Al negarse
a encarnar el saber […] la función del maestro es la de hacer fructífero este vacío" (pp. 50-54).
8
En este sentido, es significativo el final de su obra teatral Le quatuor en Fa dièse , en la cual, a partir de
una reconciliación interpersonal, se manifiesta el misterio de la intersubjetividad como participación
profunda de carácter musical. Claire afirmara: "Tú él… ¿Dónde comienza una personalidad? […] ¿No
crees que cada uno de nosotros se prolonga en todo lo que evoca?" (Marcel, 1920, pp. 188-189). Y
Marcel (2004, p. 43) comentará más tarde en su obra De la negación a la invocación: "Lo que se revela
aq a mis protagonistas en una especie de relámpago que tal vez no sobreviva es, más al de los
sistemas cerrados donde el juicio nos incomunica, una especie de indistinción fecunda en la cual los
seres se comunican, en la cual esn dentro y en el acto mismo de comunicación. Pero aquí, como
anteriormente, el motivo de la libertad debe mostrarse a plena luz. Esta indistinción del y del yo, del
y del él, no es un elemento neutro en el cual debíamos perdernos y abdicar, sino más bien una especie
de medio vital del alma de donde ella extrae su fuerza, donde se renueva sintiéndose. Como hasta
ahora, lo que debe ejercerse es una voluntad de participación como única vía para salvarnos de la
confusión pura".
A. N. Rodríguez
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nuestra vida, salan, a su vez, según nuestro autor, "hacia una personalidad
situada más allá de nuestras perspectivas cotidianas [de tal manera que la misma
vida cotidiana se convierte en] el espejo en que el infinito se refleja"
9
(Marcel,
2004, p. 157).
La comprensión marceliana del diálogo interpersonal implica así el reconoci-
miento de que este solo puede desarrollarse en una atmósfera de auténtica intimi-
dad, la cual ayuda a explicitar el carácter fundamentalmente intersubjetivo de la
persona humana (Marcel, 2002, p. 167). En este sentido, Arroyo del Castillo (1957,
p. 125) al desarrollar su estudio sobre la comunicación docente a partir de las
reflexiones marcelianas, insistirá en que la labor educativa implica un diálogo fe-
cundo, que se convierte en una orientación vital que favorece que el educando se
conozca a mismo y la realidad, y que aprenda a saborear plenamente su vida.
De tal modo que lo se puede educar verdaderamente si se alcanza este nivel de
íntima y sincera comunicación.
Para Marcel (1957, p. 141), "toda vida espiritual es esencialmente un diálo-
go", el cual se fundamenta en una comprensión de la existencia como participa-
ción (Blázquez Carmona, 1988, p. 112)
10
. De este modo, el diálogo, más que una
transmisión de verdades embalsamadas, es comunión en la verdad viva de la
intersubjetividad (p. 156). Por otro lado, en su autobiografía, Marcel (2012, p. 40)
reconoce no solo su temprana atracción por el diálogo, en su condición de hijo
único, sino también su insuficiencia, el cual se encuentra como imantado por el
presentimiento de un más alque nos atrae con la melodía eterna del amor.
A su vez, ya desde su experiencia en el servicio de la Cruz Roja durante la
Gran Guerra, que implicó innumerables entrevistas en búsqueda de alguna luz de
verdad sobre los desaparecidos, Marcel fue asumiendo progresivamente para su
reflexión un procedimiento socrático que avanza mediante preguntas y respues-
tas (Cañas Fernández, 1998, pp. 123 y 135). Esto no es solo una opción
metodológica, meramente pragmática, sino que el preguntar se transforma en
una experiencia de trascendencia que manifiesta nuestra participación en una
intersubjetividad constitutiva (Prini, 1963, p. 101). De tal modo que, según nues-
tro autor, las preguntas ligadas al misterio, en el cual estamos comprometidos,
son inagotables y se renuevan constantemente, ya que la comunión profunda que
nos constituye no se puede reducir a una mera solución: "Lo metaproblemático es
una participación que funda mi realidad de sujeto (no nos pertenecemos a noso-
tros mismos), y […] si es real, no puede ser una solución; si no cesaría de ser […]
una realidad trascendente" (Marcel, 1969, p. 141). Así, el preguntar tiene un esta-
tuto ontológico, que refiere al ser que nos constituye, y no apela a una solución
inmanente, sino que se abre como invocación hacia el misterio de un encuentro
9
Esta expresión es un fragmento de una cita que hace Marcel del novelista inglés E.M. Forster, la cual
reconoce como una síntesis muy elocuente de toda su squeda filosófica.
10
"El diálogo es la puesta en acto de la tensión en que consiste siempre la existencia, la vida del hombre;
dado que cabe, por desgracia, vivir en tono menor, apagadamente, decaídamente" (García-Ba,
2005, p. 20, citado por Cantero Tovar, 2015, p. 105).
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que trasciende cualquier explicación
11
. Según Marcel, esto lo comprende especial-
mente el pensador existencial, para el cual los interrogantes que dinamizan su
reflexión no son ajenos a su misma vida, sino que se encuentra personalmente
involucrado en ellos (Blázquez Carmona, 1988, p. 110)
12
. En este sentido, solo es
posible un verdadero diálogo y una verdadera educacn, donde hay apertura
personal a lo universal, que es el espíritu, y el espíritu es amor (Marcel, 1955b, p.
13). Algo imposible en el marco de una masificación tecnocrática:
Las masas son lo humano degradado, son un estado degradado de lo
humano. No tratemos de persuadirnos de que una educación de las masas
es posible: hay ahí una contradicción en los términos. Sólo el individuo, o
más exactamente la persona, es educable. Fuera de eso no cabe sino un
amaestramiento. (Marcel, 1955b, p. 13)
Por otro lado, el arte del diálogo exige, para nuestro autor, no solo una delica-
da capacidad de escucha, sino también la apertura suficiente para generar la con-
fianza y la intimidad necesarias (Cañas Fernández, 1998, p. 125). El diálogo, como
dinámica intersubjetiva, exige, para Marcel, la apertura a la imprevisibilidad propia
del encuentro personal, lleno de sorpresas reveladoras (Marcel, 2012, p. 87). Ade-
más, en la medida en que se vive en plenitud la intersubjetividad, se revela y se
muestra (no se demuestra) la existencia personal, la cual eclosiona, rompe el ca-
pullo y hace presente la atracción profunda que ejerce en nosotros ese "mundo
bienaventurado de la creencia, en el que el ser y el pensamiento forman una
unidad" (Marcel, 2012, p. 68). Vemos así que el diálogo vivido como
intersubjetividad, según Marcel, nos constituye y plenifica nuestra identidad per-
sonal. Y, de este modo, se comprende con más claridad la íntima relación, en el
pensamiento marceliano, entre la comunión misteriosa que nos fundamenta y la
apertura creyente a la trascendencia:
No creemos verdaderamente sino en lo que amamos; ahora bien, amar a
un ser es tener con ese ser ligaduras vitales; el hombre que no cree en
nada, el hombre que no ama nada, es en realidad el hombre sin ligaduras.
Pero tal hombre no puede existir. La existencia sin ligaduras no es pensable,
11
Para Marcel (1956, pp. 68-69), la originalidad más profunda del hombre consiste, precisamente, no
solo en poder "preguntar por la naturaleza de las cosas", sino también en "interrogarse sobre su propia
esencia", situándose así "más allá de las respuestas inevitablemente parciales en que podría concluir
esta interrogación". De este modo, nuestro autor, sin discutir los resultados logrados por las ciencias
particulares, afirma: "Sólo debemos reconocer que, si sabemos más cosas sobre el hombre, estamos
cada vez menos claros sobre su esencia. Hasta me preguntaría si esta profusión de conocimientos
particulares en definitiva no es cegadora. Con ello quiero decir que parece excluir la posibilidad de esa
respuesta una y simple, en suma, de esa luz a la que algo en nosotros aspira invenciblemente".
Análogamente, agregamos, podríamos decir lo mismo del abordaje reflexivo del acontecimiento edu-
cativo.
12
"El verdadero problema metafísico es ¿qué soy yo?, que […] es la pregunta radical hacia la que remiten
todas las demás preguntas posibles. ¿Y no es acaso la pregunta por el ser que soy, la más socrática
de todas? ¿y no es ésta la que convierte en preguntas todas las demás preguntas posibles? ¿y no es
la que convierte la vida en pregunta?" (Cantero Tovar, 2015, p. 101).
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es imposible […] cuando ha desaparecido no solamente la creencia en su
sentido pleno, la creencia en Dios, sino la creencia en el prójimo, quizá se
pudiera decir la creencia en la vida […] ¿Qué es el tejido de un hombre que
no cree ya en nada? ¿A qué presta atención ese hombre? Diré crudamente:
a sí mismo. (Marcel, 1955b, pp. 53-54)
2. El neosocratismo cristiano
Por otra parte, Marcel rechazó cualquier encasillamiento de su pensamiento
en las diversas escuelas filosóficas de su tiempo e insistió, en reiteradas ocasio-
nes, en que su reflexión asumió las características de un neosocratismo cristia-
no
13
. En primer lugar, la metodoloa soctica implica responder a la inquietud
metafísica que nos constituye por medio de una reflexión interrogativa que asume
el mismo preguntar como pulso de un diálogo transformador. Como afirma Miguel
García-Baró:
Volverlo todo en la vida pregunta es la obra máxima del hombre, y así es
como el socrático entiende la filosofía. Nadie puede hacer por mismo y
por los demás algo superior a conseguir que la vida entera, todas las vidas
enteras, siempre se vuelvan preguntas; todos los instantes, pues, estímu-
los, signos. El hombre entero, signo y movimiento. (2005, p. 21, citado por
Cantero Tovar, 2015, p. 101)
Desde esta perspectiva socrática, no solo se descubre la novedad que res-
plandece en toda comunicación fundada en la intersubjetividad, sino que también
se manifiesta que el retorno al prójimo es condición necesaria de la aproximación
al misterio ontológico. Por el contrario, la dinámica tecnocrática, según Marcel
(1955b, p. 207), hace abstracción del prójimo y termina negándolo, hundiéndonos
en una profunda oscuridad donde ya no diferenciamos el ser del no-ser. Asimismo,
este reconocimiento de la dignidad personal del otro, por medio de un diálogo
liberador, llega a su plenitud para nuestro autor, cuando se convierte en una ver-
dadera mayéutica cristiana que, al tratar al otro como hijo de Dios, despierta en él
la conciencia de su filiación divina. De este modo, se reconoce, a partir del testimo-
nio del amor humano, la sagrada presencia de Dios que, precisamente a, es
evocado en su vida (Marcel, 2005, p. 172). Este alumbramiento pleno de lo huma-
no, que Marcel nos describe, nunca puede desarrollarse si no es a partir del en-
cuentro significativo con los demás, como fruto de un diálogo liberador y transfor-
mador. De tal manera que, sin alteridad ni comunión, no es posible ninguna verda-
dera mayéutica.
13
A lo explica el mismo Marcel (1956, p. 67) en su obra El hombre probletico: "A partir de la
interrogación del hombre por mismo o de lo que algunos llaman el pensamiento interrogativo, y
únicamente a partir de allí, la reflexión puede progresar […] con ese espíritu, y oponiéndome a los que
han tratado artificialmente de integrarme en lo que ellos llaman existencialismo, decla que la
expresión neosocratismo parecía convenir mucho mejor al camino, a veces vacilante, que empren
desde la época en que empecé a pensar por mi cuenta. El pensamiento interrogativo se opone en
última instancia a todo lo que se presenta como aserción […] o pretenderse sin réplica".
El rol de la esperanza en la educación a partir de Gabriel Marcel
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En este sentido, es destacable la consonancia del pensamiento y de la meto-
dología de Marcel con algunas de las reflexiones pedagógicas del pensador brasi-
leño Paulo Freire (1921-1997). Si bien las perspectivas y matrices de pensamiento
son distintas, los dos autores reconocen la importancia de la esperanza y del
diálogo y encuentran una fuente con de inspiración en el cristianismo. Para
Freire, es necesario promover una pedagogía de la pregunta, al modo de la
mayéutica socrática, que favorezca el desarrollo integral del hombre nuevo, por
medio del parto doloroso de la liberación (Freire, 2021, p. 45)
14
. Esta verdadera
pedagogía del oprimido busca restaurar, según el educador brasileño, la
intersubjetividad herida por diversas situaciones enquistadas de injusticia social
(p. 52). Así, la verdadera educación liberadora solo se realiza en la medida en que
se despliegan las dinámicas creadoras del diálogo, sostenidas en un compromiso
esperanzado
15
. De tal modo que, según Freire, no puede haber diálogo sin espe-
ranza, ya que la dialogicidad se fundamenta en una profunda fe en los hombres,
en su vocación a ser más, que se encuentra enraizada precisamente en la misma
esperanza
16
. El diálogo es, en definitiva, el encuentro de los hombres para ser más,
el cual jamás puede acontecer si reina la desesperanza. Por otro lado, para el
pedagogo brasileño, la esperanza pone de manifiesto la búsqueda que nos cons-
tituye, fruto de nuestra condición de inacabamiento. Búsqueda que solo pod
desarrollarse en comunión con los demás hombres (p. 109). Vemos ala similitud
con las reflexiones marcelianas sobre la esperanza, que hacen referencia a la
itinerancia y a la intersubjetividad como elementos constitutivos de nuestra condi-
ción. En este sentido, se expresará también Torralba (2016, p. 104), quien insiste
sobre el carácter socrático del diálogo educativo:
La mayéutica, no es en realidad s que el arte de la investigación en
común. El hombre no puede por solo llegar a ponerse en claro consigo
mismo. La investigación que le concierne no puede empezar y acabar en el
recinto cerrado de su subjetividad; por el contrario, sólo puede ser fruto de
un diálogo continuo con los demás, tanto como consigo mismo […] La pe-
dagogía y la transmisión del sentido no es monológica sino dialógica. El
educador debe ayudar al educando a hallar su gica del sentido. Su fun-
ción es de acompañante, como la comadrona de Sócrates.
14
Marcel hará referencia al hombre nuevo, sin ninguna connotación marxista, cuando introduzca los
testimonios de auténticas transformaciones personales, en el libro Un cambio de esperanza (1958, pp.
11-12): "Para mis amigos (del Rearme Moral) la experiencia fundamental es la del cambio, no lo
interior sino radical, de la persona […] a partir de ese momento […] llegó a ser realmente un hombre
nuevo".
15
En su libro Pedagogía de la esperanza, Freire (2018, p. 25) insistirá en la necesidad de educar la
esperanza y en la importancia de la práctica para que la esperanza, como necesidad ontológica, se
vuelva historia concreta: "Sin un mínimo de esperanza no podemos ni siquiera comenzar el embate,
pero sin el embate la esperanza, como necesidad ontológica se desordena, se tuerce y se convierte en
desesperanza que a veces se alarga en tgica desesperación".
16
En otra parte de su famosa obra Pedagogía del oprimido Freire (2021, p. 81) afirmará que "los hombres
son seres de la squeda [y que] su vocación ontológica es humanizarse". Además, insistirá en que
el verdadero educador debe dejar impregnar su acompañamiento pedagógico por una profunda creen-
cia en los hombres, en su poder creador.
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Volviendo a Marcel, desarrollaremos su comprensión específicamente cristia-
na del neosocratismo como dinamismo animado por la fe, teniendo en cuenta que,
para nuestro autor, la verdadera creencia no se reduce a una opción superficial y
pasajera, sino que se manifiesta como un modo de ser, una modificación ontológica
(Marcel, 1957, p. 156). En tal sentido, el pensador francés se considera un verda-
dero filósofo del umbral que acompaña al hombre contemporáneo en su vacilante
peregrinar hasta el atrio mismo de la experiencia religiosa (Marcel, 2005, p. 312).
A su vez, Marcel se reconocerá como "un filósofo del umbral, con los ojos más
vueltos a los incrédulos que a los creyentes" (Davy, 1963, p. 55, citado por Cañas
Fernández, 1998, p. 83). Podemos reconocer así, en su antropología, una articula-
ción fundamental entre el destino inmortal del hombre y su dignidad inalienable:
"Si la muerte es una realidad última, el valor se aniquila en el escándalo puro, la
realidad está como golpeada en el corazón [se fractura] en su núcleo la misma
comunión humana [e, incluso] el valor no puede ser pensado como realidad" (p.
163). Asimismo, en las reflexiones marcelianas, la muerte y la vida están íntima-
mente unidas y mutuamente referidas, de tal forma que la muerte debería ir ma-
durando a lo largo del propio itinerario vital (p. 241). Así, es esencial en esta
comprensión la referencia a la resurrección, ya que la misma vida es, para nuestro
autor, muerte y resurrección perpetua (p. 188).
De esta manera, descubrimos la perspectiva trascendente que adquiere la
mayéutica que nos propone Marcel: en última instancia, el alumbramiento de la
novedad humana y la realización plena de la comunión ansiada se fundamentan
en la Resurrección de Cristo, apoyo de toda fe y de toda esperanza (p. 294). De tal
modo que nuestro autor llegará a afirmar: "El milagro cristiano se me presenta en
la hora actual como punto de rejuvenecimiento absoluto. Y quizá como fuente
eterna o permanente de todo rejuvenecimiento posible" (Marcel, 1969, p. 31). En
este sentido, el pensador francés sostendrá que esta metafísica de la esperanza
es inconcebible si no se reconoce su inspiración profundamente cristiana (Marcel,
1951, p. 78). Así, resurrección y esperanza están íntimamente ligadas entre sí,
hasta el punto de llegar a identificarse. De este modo, para Marcel, la promesa de
la resurrección se nos revela como "el alma de la historia […] y se confunde con la
esperanza" (p. 79).
Por otro lado, nos puede iluminar, a la hora de comprender lo que implica la
mayéutica cristiana para Marcel, el relato de su experiencia personal de conver-
sión, la cual dejó testimoniada en su segundo Diario metafísico:
Se acabaron las dudas. Dicha prodigiosa, esta mañana. Por primera vez he
experimentado claramente lo que es la gracia. Palabras aterradoras éstas,
pero así es. Finalmente he sido acorralado por el cristianismo y me hallo
sumergido. ¡Bienaventurada sumersión! […] Impresión de balbuceo…, es
exactamente un nacimiento. Todo es de otro modo. (Marcel, 1969, p. 20)
Para concluir este apartado, es necesario subrayar, además, el carácter so-
cialmente transformador que, para Marcel (2005), tiene la esperanza cristiana, la
cual enciende en nosotros (al ritmo de la plegaria) la llama de esa confianza funda-
mental que hace a nuestro mundo habitable (p. 295). En este sentido, el Papa
Benedicto XVI, en su encíclica Spe salvi (2007), afirma: "Los cristianos reconocen
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que la sociedad actual no es su ideal; ellos pertenecen a una sociedad nueva,
hacia la cual están en camino y que es anticipada en su peregrinación" (nº 4). De
tal manera, que "la esperanza en sentido cristiano es siempre esperanza para los
demás […] Es tambn esperanza activa en el sentido de que mantenemos el
mundo abierto a Dios. lo a permanece también como esperanza verdadera-
mente humana" (nº 34).
De este modo, el actuar concreto por el bien de los demás se convierte en
auténtica esperanza en acto. Pero, a su vez, la misma necesita ser iluminada por
aquella gran esperanza, trascendente y superior, que permanece más allá de cual-
quier fracaso:
Sólo la gran esperanza-certeza de que, a pesar de todas las frustraciones,
mi vida personal y la historia en su conjunto están custodiadas por el po-
der indestructible del Amor y que, gracias al cual, tienen para él sentido e
importancia, sólo una esperanza así puede en ese caso dar todavía ánimo
para actuar y continuar. (Benedicto XVI, 2007, 35)
A su vez, el despertar de la conciencia filial anima y fortalece el compromiso
fraterno, de tal manera que pueda ser superada la dramática situación de los
desheredados, haciéndolos partícipes de la herencia espiritual que, muchas ve-
ces, les es negada (Marcel, 1955a, p. 72)
17
. En este sentido, al referirse a la urgen-
cia de fomentar el desarrollo en las poblaciones marginadas, nuestro autor insis-
tirá en la necesidad de que el espíritu que anime la labor educativa esté impregna-
do por la verdadera justicia, la cual se compromete con los cambios sociales de
fondo y se realiza plenamente en el amor (Marcel, 1967, p. 62). Precisamente, en
el próximo capítulo, desarrollaremos de qué manera el compromiso esperanzado,
propio de la intersubjetividad, se manifiesta como un testimonio concreto de fide-
lidad creadora.
3. La vocación educadora: centinelas de la esperanza
A partir del desarrollo del presente capítulo sobre la esperanza y la fidelidad
creadora, podemos identificar diversos aportes del pensamiento de Marcel a la
comprensión de la vocación educadora, como íntimamente animada por la espe-
ranza. De tal manera, el educador se descubrirá llamado a ser centinela de ella, en
medio de la noche de una cultura marcada por la angustia y el sinsentido. Precisa-
mente, Marcel hará referencia a la educabilidad propia del hombre a partir de esta
imagen de la luz: "La condición de un ser humano, sea quien sea, no es esencial-
mente diferente a la del artista que tiene un cierto mensaje que comunicar, una
cierta llama que atizar y transmitir, a la manera de los lampadóforos de Lucrecio"
(2005, p. 100). Así, desarrollaremos lo que implica comprender la vocación educa-
tiva como la de ser auténticos centinelas de la esperanza.
17
"El cristianismo no traduce su esperanza escatológica por una disminución de su compromiso concre-
to frente a la historia terrestre, sino por una renovación de su espíritu en este mismo compromiso"
(Moeller, 1960, pp. 301-302).
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En este sentido, el entonces cardenal Bergoglio (2014), en sus mensajes a
los educadores, nos ha dejado luminosas referencias sobre la educación como un
esperanzado camino de pasión por lo humano: "Educar es en mismo un acto de
esperanza, no sólo porque se educa para construir un futuro, apostando a él, sino
porque el hecho mismo de educar esatravesado por ella" (p. 134). De tal mane-
ra, los educadores, con su misión cotidiana, reorientan nuestro caminar como pue-
blo a la luz de la señal redentora y salvadora de la esperanza (p. 134), participan
de la novedad y la fuerza del Misterio Pascual, el cual le confiere un sentido y una
motivación trascendente (p. 60). A su vez, Bergoglio (2015) agrega:
¿Q otra cosa que la esperanza es la sustancia misma del empeño de
todo educador? ¿Qué sentido tendría consagrar las propias fuerzas a algo
cuyos resultados no se ven inmediatamente, si todos esos esfuerzos no
estuvieran enhebrados por el hilo invisible pero solidísimo de la esperan-
za? […] Educar es apostar y aportar al presente y al futuro. Y el futuro es
regido por la esperanza (pp. 49-50).
Más adelante, el entonces cardenal Bergoglio insistirá también en la impor-
tancia de que la esperanza se encarne en testimonios luminosos concretos:
La esperanza sostiene sin ser vista muchas de las esperas humanas, que
son a plazo fijo. La esperanza necesita legitimarse con mediaciones efica-
ces que la acrediten; son encarnaciones que ya introducen y concretan -
aunque no agotan- los valores más altos. (Bergoglio, 2015, p. 65)
Por otro lado, sobre la itinerancia como dimensión esencial del hombre espe-
ranzado Bergoglio (2014) afirmará:
Caminar es ya, de alguna manera, "entrar" en una esperanza viva. Así
como la verdad, la esperanza es algo en lo que debemos aprender a hos-
pedarnos, un don que nos mueve a caminar […] Caminar en esperanza es
tener certeza de que el Padre nos dará lo necesario. Es la confianza en el
don […] Caminar y esperar se convierten así, de algún modo, en sinónimos.
Podemos caminar porque tenemos esperanza. El hacer camino se vuelve
la imagen visible del hombre que ha aprendido a esperar en su corazón.
Caminar, sin detenerse o extraviarse, es el fruto tangible de la esperanza.
(pp. 102-103)
Esta referencia a la trascendencia, desde una antropología cristiana, es
esencial para el desarrollo integral de la humanidad, ya que "cuando el hombre
pierde su fundamento divino, su vida y toda su existencia empieza a
desdibujarse, a diluirse, a volverse intrascendente" (p. 65). De este modo,
Bergoglio (2015) invita a los educadores, animados por la esperanza auténtica,
a ser maestros de humanidad y a descubrir, en la realidad cotidiana, "los moti-
vos, grandes o pequeños, para reconocer los dones de Dios, para celebrar la
vida, para salir de la cadena del debe y el haber y desplegar el gozo de ser
semillas de una nueva creación" (p. 75). Únicamente a las escuelas no solo
sen lugar de trabajo y estudio, sino, sobre todo, un ámbito de encuentro,
celebración y gratitud (p. 76).
El rol de la esperanza en la educación a partir de Gabriel Marcel
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Por otro lado, a partir de las reflexiones marcelianas, podemos reconocer que
el educador está llamado a sostener una presencia que sea significativa en la vida
de los educandos, de tal manera que florezca plenamente la promesa que cada
uno lleva en su interior. En este sentido, consideramos muy significativo destacar
esta vinculación entre presencia y promesa en la relación pedagógica. De tal ma-
nera que la presencia del educador está invitada a convertirse en un profético
"llamamiento a cierta creatividad existente en el mundo, a los recursos reales
puestos a disposición de esta creatividad" (Troisfontaines, 1968, p. 194, citado
por Moeller, 1960, p. 312). Por otra parte, el pedagogo Max van Manen (2004, p.
65) insistirá también en la importancia de la presencia plena del educador en el
marco de la relación pedagógica: "Cuando los profesores no saben ser lo que de
forma tan ostensible hacen, entonces se encuentran realmente ausentes […] Po-
demos estar físicamente presentes para los niños al tiempo que algo esencial se
encuentra ausente de nuestra presencia"
18
. Además, el mismo Marcel (2005) reco-
nocerá la importancia de la paciencia, con nosotros mismos y con los demás, como
esencial en el proceso creador. Solo podremos favorecerlo si acompañamos la ple-
na realización del otro en su singularidad, si reconocemos y respetamos su ritmo
personal, confiando en cierto proceso de crecimiento o maduración que escapa a
cualquier análisis rápido y superficial. En este sentido, es significativo el testimo-
nio personal de Marcel en su autobiografía (2012) en la cual agradece el acompa-
ñamiento pedagógico de su maestro Victor Delbos, cuando le presentó sus
germinales reflexiones para que las valorara:
Los ánimos que tuvo a bien prodigarme y que yo tanto necesitaba me
dieron fuerzas para continuar. De verdad, no qué habría pasado si me
hubiera dicho que no encontraba ningún interés, quizá incluso ningún sig-
nificado, en los textos que, con el corazón latiéndome fuertemente, le trans-
mití. (p. 61)
A tal punto que esta confianza realmente pedagógica implica, para nuestro
autor, "adherirse de alguna manera a este proceso para favorecerlo desde den-
tro" (pp. 51-52). Precisamente, comentando estas reflexiones marcelianas, Moeller
(1960, p. 306) agregará: "Como saben los verdaderos educadores, otorgar con-
fianza al niño es provocar, por un misterioso contagio, un aflujo de vida nueva […]
la paciencia flexible […] despierta las energías profundas".
Por otra parte, desarrollando en el plano pedagógico los aportes reflexivos de
Marcel, podemos afirmar que la vocación docente exige un compromiso personal
que dinamice la relación educativa como verdadera participación de
intersubjetividad. Así, solo en la comunión interpersonal se alimenta el dinamismo
interior de la esperanza, que anima profundamente la labor educativa: "Esperar
no es sólo esperar para , es difundir esa esperanza, es mantener cierto resplan-
dor alrededor de uno mismo […] ésta es la única condición para que cada uno
18
"Cuando el adulto pasa a ser un simple ejemplo de conductas que el niño imita a ser un ejemplo
auntico, a vivir los grandes valores que predica a los nos, entonces […] esa persona se ha
convertido en pedagogo, en auténtico educador" (Van Manen, 2004, p. 66).
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consiga guardar viva la esperanza en el fondo de sí" (Marcel, 2002, p. 325). En
este sentido, en su estudio sobre la comunicación docente a partir de la obra de
Marcel, Arroyo del Castillo (1957, p. 132) concluye que el educador está llamado a
asumir en profundidad su misión, que favorece "una relación personal y directa
con su alumno […] una auténtica aproximación […] entonces surgiese clima de
confianza, de simpatía, de amor, donde podrá abrirse la intimidad en una fecunda
comunicación". De tal manera que, en la medida en que se acoja con una mirada
esperanzada al educando, se podrá favorecer esta comunicación creadora, esen-
cial al acontecimiento educativo. Solo así será posible, además, una verdadera
convivencia fraterna. Como afirma Osmunda, personaje de la obra Un hombre de
Dios: "Para vivir juntos hay que conservar un nimo de ilusión en los demás"
(Marcel, 2004, p. 444).
A su vez, desde las reflexiones antropológicas marcelianas, podemos afir-
mar que el educador está llamado a consagrarse plenamente al bien de los
educandos, de tal manera que su testimonio revele la novedad latente de lo
humano y despliegue todo su potencial creador. De este modo, la esperanza
educativa no se reduce a un simple estimulante subjetivo, sino que se revela
como "un aspecto vital del proceso mismo por el que la creación se lleva a cabo"
(Marcel, 2005, p. 69). En este sentido, en su artículo sobre la reflexión filofica
de lo educacional a partir de la obra de Marcel, Rojas Cortés (1983, p. 171)
reconoce cómo, a partir del testimonio creador de una presencia plena, se logra
recuperar el femeno ontológico fundamental que nos constituye. A tal punto
que solo apodremos abordar el misterio del hombre en toda su riqueza y com-
plejidad, el cual se revela plenamente a partir de la experiencia intersubjetiva:
"La base de la relación intersubjetiva es constituida por el descubrimiento si-
mulneo en dos sujetos del misterio central que los cualifica: el ser, frente al
cual lo cabe responder con el amor" (p. 173). Precisamente, esta es la expe-
riencia que favorece la relación pedagógica, vivenciada como una profundización
mutua en la experiencia existencial, en respuesta a la íntima vocación ontológica:
"Gracias a la relacn intersubjetiva es posible la 'opcn por el ser', categoa
profundamente educacional: estamos en presencia de dos 'siendo' que viven la
aventura y el riesgo de llegar hasta lo más profundo de la experiencia existencial"
(p. 174).
Por otro lado, Marcel describi el mismo encuentro interpersonal haciendo
una comparación con la experiencia artística, ya que, en los dos casos, se estimula
el cambio y la movilización personal, que invita a una verdadera conversión: la
obra de arte (o la persona amada) "ejerce sobre mí su autoridad, se convierte en
centro que me impone un reajuste de mismo [una] especie de desarticulación
previa de mismo" (Marcel, 1957, p. 230). Por esto mismo, el amor verdadero
implica inevitablemente el sufrimiento, ya que "si yo participo de ese amor […] yo
mismo todo entero me refundiré para penetrar en él; no lo subordino a mí, sino
que me subordino a él" (p. 229). Ciertamente, estas afirmaciones marcelianas nos
permiten vislumbrar lo que implica la verdadera autoridad pedagógica dentro de la
dinámica de participación intersubjetiva propia del amor, que favorece el amane-
cer pleno de la persona humana.
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4. Pedagogía del despertar
En primer lugar, el mismo título con el cual Marcel designó su autobiografía
(2012) nos permite constatar su comprensión de la vida humana como profunda-
mente tensionada por una dinámica de trascendencia: En camino ¿Hacia qdes-
pertar? Precisamente, el camino de la plena realización humana, para nuestro au-
tor, no implica ir vagando a la deriva, sino orientar decisivamente el propio caminar
como respuesta a una vocación espiritual, la cual conjuga misteriosamente la ra-
zón y el amor (p. 59). Para ello, es necesario abrir los ojos del espíritu y despertar-
nos, dejándonos movilizar interiormente por la exigencia de trascendencia que
nos habita, por esas solicitudes del mundo invisible que dignifican y transfiguran
nuestra vida. En este sentido, para Marcel, la filosofía tiene la misión de revelar,
confirmar y estimular esta inquietud profunda que nos anima a vivir en plenitud:
Despertar, alimentar, enseñar a respirar: sí, estas funciones esenciales en-
cuentran su exacta correspondencia en el nivel de la única filosofía válida a
mis ojos, la que puede ayudarnos a vivir y a prepararnos, quién sabe, por
las vías de la docta ignorancia, a la sorpresa indecible del mañana eterno.
(Marcel, 2005, p. 311)
Precisamente, este camino de gradual iluminación está estrechamente vincu-
lado, según nuestro autor, con la apertura a la trascendencia intersubjetiva como
realización plena de la vida humana y anticipo de la consumación final. De tal modo
que la labor propia de la auténtica reflexión filosófica, como afirma Prini (1963, p.
160), es "despertar y liberar en nosotros nuestra originaria disponibilidad de dar-
nos y de acoger el don de la presencia de los otros en una relación de intimidad,
de profundidad y de amor". De un modo análogo, podemos afirmar lo mismo sobre
el acompañamiento pedagógico, el cual está llamado a favorecer el amanecer de
una conciencia más plena de la participación intersubjetiva que nos constituye:
"No podremos transmitirnos jamás una fórmula, una receta, sino solamente des-
pertar -quizá- uno en otro esta vida en la que participa cada uno de nosotros"
(Marcel, 1957, pp. 203-204). Además, solo esta experiencia de comunión y de
profunda simpatía con el caminar del prójimo posibilita universalizar y hacer, de
algún modo, inteligibles las experiencias ligadas al orden espiritual, que permane-
cen propiamente inverificables (Marcel, 1957, p. 203). En este sentido, Marcel acu-
di al ejemplo del acompañamiento espiritual por parte de un sacerdote a un
enfermo en el lecho del dolor:
Sólo el amor puede conferir un contenido real […] a una afirmación del tipo
"es una prueba". Es preciso que haya una comunidad entre quien me ha-
bla así y yo mismo; es preciso que seamos mutuamente […] así aparece
el enlace entre la prueba y la caridad […] Se ve aquí cuál puede ser la
misión del sacerdote; su misión es despertar en nosotros esa vida palpi-
tante e indivisible, restituir en consecuencia a una idea como la de prueba
su cabal significación, pero esto no es posible sino en la medida en que yo
sea para él, en que él sea como la encarnación de la caridad (p. 202).
Por otro lado, en su introducción al libro Un cambio de esperanza, en el cual se
reúnen diversos testimonios de renovación y transformación de distintas perso-
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nas en contacto con el movimiento del Rearme Moral, Marcel (1958) hará referencia
a las condiciones que posibilitaron estas experiencias, hablando de un auténtico
descubrimiento vital y profundo
19
. Este se produce a partir de un encuentro
interpersonal significativo, que se convirtió en un acontecimiento-principio, en un
acontecimiento-fuente, que llegó a marcar la vida de estas personas (p. 12). Con-
sideramos que esta descripción de las posibles transformaciones que, nacen de la
relación intersubjetiva, bien puede iluminar lo que está llamado a ser el aconteci-
miento educativo, como aurora de una insospechada plenitud vital. Y, en este
amanecer, precisamente, la esperanza juega un papel central como misterioso
fermento de renovación. Así lo afirma el filósofo francés Henri Gouhier (1954), cita-
do por Marcel (1958, p. 7): "Nada más grande sucede jamás en la historia que un
cambio de esperanza".
Además, según Marcel, la aurora de trascendencia, hacia la cual caminamos,
nos estimula a despertarnos mutuamente en orden a una búsqueda y un caminar
vital que no es individual, sino, esencialmente, comunitario. De tal manera que
solo despertando a una vida de comunión intersubjetiva, podremos acceder a
nosotros mismos y a nuestro itinerario vital auténtico. De lo contrario, permanece-
remos en la indisponibilidad propia de quien está todavía dormido en su
autorreferencialidad, sonámbulo de la fascinación por las cosas y prisionero de la
ansiosa codicia (Marcel, 2005, p. 34). De este modo, para Marcel (2012), nuestra
inquietud más profunda nos invita a acceder a un grado de lucidez superior, aban-
donando toda superficialidad propia del mero espectador y renovándonos inte-
riormente por el compromiso personal (pp. 137-138). Así, el hombre que se revela
siempre como un "ser de debilidad y de esperanza [está llamado interiormente a]
despertarse a la conciencia del ser evocado en su plenitud" (Marcel, 2005, pp.
220-221), lo cual solo puede suceder en el marco del comercio espiritual entre
seres, propio del amor (Marcel, 1957, pp. 209-210). En este sentido, las reflexio-
nes de Marcel se armonizan con la comprensión de Levinas del ser como relación
con el otro y despertar (Riva, 2005, p. 654). Así lo destaca:
La nueva sabiduría y la nueva racionalidad que Marcel nos propone implica
una reciprocidad, un despertar propio de un ser que "no es conciencia de
sí, es relación con lo distinto de y despertar". De este modo, "el amor
significa, ante todo, acoger a otro como […] la espiritualidad del yo des-
pertado por el […] es tanto relación como ruptura y despertar: desper-
tar del Yo gracias a Otro […] al prójimo que no es más que prójimo […] un
despertar que significa una responsabilidad. (Levinas, 2001, pp. 82-83)
Desde estas reflexiones, podemos afirmar justamente que, para que los edu-
cadores puedan responder a su vocación de ser centinelas de la esperanza, tie-
nen que custodiar celosamente en su interior la llama de la esperanza, la cual les
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El Rearme Moral fue un movimiento moral y espiritual internacional, de carácter ecuménico e interreligioso,
iniciado en 1938 por el pastor estadounidense Frank Buchman (1878-1961). Marcel participó de un
modo ocasional en algunos encuentros del grupo y colaboró para presentar esta recopilacn de
testimonios (Marcel, 1958, pp. 7-24).
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permitirá mantenerse despiertos y sostener su compromiso fraterno, en medio de
la noche del individualismo y la dispersión. Como afirma Marcel (1967, p. 98): "Creo
que en la noche casi completa que nos envuelve y cuya densidad en determinados
momentos amenaza con asfixiarnos […] aparece una lucecita que brilla con fulgo-
res de esperanza, y que es como una respuesta a nuestro anhelo". En este sen-
tido, Moeller (1960) distinguirá entre la pálida claridad de una sala de conferen-
cias, símbolo de la pretensión positivista, y la luz velada, vacilante, amenazada pro-
pia de la esperanza (p. 290):
Hay entre aquella claridad y esta luz la misma diferencia que entre el res-
plandor brutal y mate del alumbrado eléctrico y la dorada penumbra de la
llama viva: el primero corre el riesgo de hacernos olvidar las paredes de la
caverna en que estamos cautivos, mientras que la segunda, al mismo tiem-
po que parece tornarlas s amenazadoras, más herméticas, más próxi-
mas a confundirse con la masa de sombra que la llama mantiene a su alre-
dedor, es como si les diera vida, movimiento, fluidez, al hacerlas participar de
la misteriosa y ágil palpitación del fuego […] la antorcha vacilante es la espe-
ranza teologal, que, en el seno mismo de las tinieblas, asumidas por el cau-
tivo, produce un relajamiento, una libertad, pues esta esperanza es una
especie de sol velado en el fondo de nuestra caverna interior. (p. 291)
A su vez, esta luz misteriosa de la esperanza, como nos ha testimoniado de
diverso modo el teatro marceliano, de un modo paradójico, suele resplandecer
sorpresivamente en medio de las tinieblas de una situación límite, donde humana-
mente ya no queda más que "abrirse hacia Aquel cuya respuesta nadie tiene
derecho a anticipar" (p. 40).
Por otro lado, el despertar del cual habla Marcel no solo se refiere al pleno
desarrollo de la vocación humana por medio de la intersubjetividad, sino también
al misterioso horizonte final de nuestro caminar terreno. En este sentido, de un
modo análogo a lo que experimenta el centinela que comienza a vislumbrar la
eclosión de la aurora, en la medida en que más se aproxima el misterio de nuestra
muerte, de un modo creciente, se ilumina espiritualmente nuestra vida y se descu-
bre, con mayor claridad, su sentido íntimo:
A medida que nos acercamos al término aparente de nuestra existencia,
somos cada vez s capaces de percibir nuestra vida bajo una luz que
deja transparentar el sentido oculto de los acontecimientos. Sólo que esa
luz no se nos revela sino en tanto nos alejamos de esos mismos aconteci-
mientos para adentrarnos cada vez más profundamente en una realidad
que sin duda está más allá de la vida, aunque probablemente sólo se nos
concede esta gracia cuando llegamos a desprendernos de nosotros mis-
mos lo suficiente. (Marcel, 2002, p. 311)
De este modo, según Marcel, incluso las experiencias más desconcertantes
de nuestra vida pueden redescubrirse y transfigurarse desde una nueva luz, cuya
fuente está más allá del horizonte vital de nuestro caminar, pero que, al mismo
tiempo, nos habita ya profundamente. En este sentido, la antropología marceliana
asume la perspectiva de un humanismo trágico, que no niega ninguno de los dra-
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mas que acechan al hombre contemporáneo (Marcel, 2012, p. 163), sino que, por
el contrario, ayuda a vislumbrar la posibilidad de acoger, en lo profundo de la
noche actual, que nos envuelve casi absolutamente, los imprevistos resplandores
que la atraviesan a intervalos extrañamente irregulares (Moeller, 1960, p. 252).
Así, desde estas reflexiones marcelianas, el educador, como centinela de la espe-
ranza, está llamado a velar incesantemente a estar despierto, presente, disponi-
ble y permeable al encuentro, plenamente atento "al más ligero parpadeo" de su
prójimo (Moeller, 1960, p. 301); desde la certeza de que "hay en nosotros algo
que vela siempre, una lámpara oculta que alza su llama cuando otra conciencia
habitada por la esperanza se pone en contacto con ella" (p. 222). Precisamente,
en su obra dramática titulada La señal de la cruz, Marcel (2002, p. 594) pone en
boca de uno de sus personajes estas preguntas: "¿No tengo derecho a pensar
que esos acontecimientos tienen un sentido?, ¿que la tía Léna me ha sido conce-
dida para aclarar mi camino? ¿Por q ciertos seres esn puestos en nuestro
camino como luces?".
De esta manera, si la educación implica avivar y transmitir el fuego de la espe-
ranza que habita en nuestro interior, solo será posible desde una experiencia
concreta de intersubjetividad que haga presente la mediación de un amor tras-
cendente, el cual se nos revela como abrazo que renueva, transforma y hace
renacer nuestro espíritu, acechado por la desesperanza (Marcel, 2004, p. 228). Al
respecto, Cañas Fernández (2010, p. 78) afirmará que la educación está llamada
a inmunizar a las nuevas generaciones contra la desesperación, como camino de
rehumanización de una sociedad y una cultura dramáticamente deshumanizadas.
Por otro lado, cuando Marcel (2012) rememora su conversión al catolicismo y,
en particular, la reveladora carta que le envió François Mauriac, reconoce precisa-
mente esta relación tríadica propia de la intersubjetividad profunda, en la que se
hace presente por mediación de otro "un poder invisible, que no era ciertamente
extraño a mí, sino que, por el contrario, diría usando las palabras de San Agustín,
estaba más dentro de que yo mismo" (p. 109). A partir de esta experiencia,
nuestro autor reconoce haber sido despertado a una vida de fe más plena y com-
prometida. Así, se nos revela otro sentido posible de este despertar, que la educa-
ción está llamada a favorecer:
A la nueva luz que la carta recibida había encendido, no en mi ni alrededor
de mí, sino como más allá de esta distinción entre fuera y dentro, descubrí
de pronto que tenía que poner mis actos en conformidad con mis pensa-
mientos; dicho brevemente: que tenía que comprometerme. (Marcel, 2012,
p. 109)
Podemos descubrir así un testimonio concreto de lo que implica la pedagogía
del despertar: solo por medio del diligente velar de su amigo, que act como
verdadero centinela de la esperanza, pudo desarrollarse el despertar pleno de
Marcel a la fe. Esto implicó, indudablemente, muchas búsquedas y reflexiones per-
sonales, pero nunca podría haber sucedido sin el testimonio luminoso de muchos
de sus más cercanos compañeros de camino. Del mismo modo, todos estamos
llamados a ese despertar espiritual e invitados a irradiar la luz de la verdad que
nos alimenta interiormente y que sostiene nuestro caminar.
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En este sentido, el acontecimiento educativo, vivenciado como trascendencia
intersubjetiva, puede purificar nuestro itinerario vital de tal manera que, por medio
del testimonio creador, resplandezca en nosotros el ser como concreto verdadero
frente a los espejismos abstractos de todo tipo. Precisamente, Marcel (2002, p.
301) nos invitará a hacer experiencia de esta profunda purificación, condición nece-
saria de todo caminar iluminado por la esperanza auténtica: "en última instancia,
purificarme es hacerme cada vez más permeable a la luz misma, y todavía eso es
poco: es ser más capaz, progresivamente, de resplandecer, de irradiarla a mi vez".
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