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Dlogos Pedagógicos. XXII, 43, abril-septiembre 2024.
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Ph.D. Ciencias de la Educación. Docente y coordinador del Grupo de Investigación Aprendizaje, Inno-
vación y Organizaciones Educativas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Pe. Correo
electrónico: aosanchezh@pucp.edu.pe
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Magíster en Gestión de la Educación. Docente e integrante del Grupo de Investigación Aprendizaje,
Innovacn y Organizaciones Educativas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Perú.
Correo electrónico: pmontalvan@pucp.pe
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Magíster en Gestión de la Educación. Docente e integrante del Grupo de Investigación Aprendizaje,
Innovacn y Organizaciones Educativas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Perú.
Correo electnico: alvaro.leon@pucp.edu.pe
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, 43, abril-septiembre 2024. Pág. 1-18.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)01 / Recibido: 11/10/2023 / Aprobado: 01/02/2024.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Situación de las organizaciones educativas
escolares en pandemia: tres aspectos clave
Situation of school educational organizations
in pandemic: three key aspects
Alex Sánchez Huarcaya
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Pablo Montalván Zuñiga
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Alvaro Leon Soria
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Resumen: Las organizaciones educativas fueron afectadas por la pandemia de la COVID-
19 a nivel global, por lo cual, con la finalidad de continuar y seguir brindando el servicio
educativo, muchas de ellas tuvieron que desarrollar estrategias y prácticas para lograr
dicho objetivo. Ante esto, el presente estudio se orientó con el objetivo de comprender
la situación de dichas organizaciones, durante la pandemia, desde los siguientes fenó-
menos educativos: la resiliencia organizacional, la mejora educativa y el liderazgo. Para
ello, la investigación fue abordada a través del método de revisión narrativa, para lo
cual se revisaron un total de sesenta y dos fuentes de los años 2020, 2021 y 2022. El
estudio concluye que existe evidencia de una ganancia en las capacidades resilientes,
así como en el ejercicio del liderazgo distribuido. A su vez, se concluyó que la mejora
educativa permitió potenciar las acciones relacionadas con los procesos de enseñanza
y aprendizaje durante la pandemia.
Palabras clave: aprendizaje, escuela, liderazgo, mejora educativa, resiliencia
organizacional
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Situación de las organizaciones educativas escolares en pandemia...
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Abstract: Educational organizations were affected by the global COVID-19 pandemic,
and, as a result, many of them had to develop strategies and practices in order to
continue providing educational services. In light of this, the present study aimed to
understand the situation of educational organizations during the pandemic, focusing
on the following educational phenomena: organizational resilience, educational
improvement, and distributed leadership. To do this, the research was approached
through the narrative review method, for which a total of sixty-two sources were
examined, from the years 2020, 2021 and 2022. The study concludes that there is
evidence of an increase in resilient capacities as well as the exercise of distributed
leadership. Additionally, it was concluded that educational improvement facilitated the
enhancement of actions related to teaching and learning processes during the pandemic.
Keywords: learning, school, leadership, educational improvement, organizational
resilience
Introduccn
Durante la pandemia, las escuelas -entendidas como organizaciones educati-
vas- sufrieron sus efectos. Desde el cierre de las instalaciones, el retiro de estu-
diantes y el abandono escolar hasta el despido de docentes y personal adminis-
trativo. No hacemos una distinción según el tipo de gestión (pública, privada) por-
que, finalmente, todas las escuelas pasaron por los efectos antes indicados, aun-
que algunas privadas cerraron por falta de estudiantes, ya que muchas familias
decidieron retirar a sus hijos por los efectos económicos, producto de las restric-
ciones sanitarias.
Ante esto, la decisión gubernamental fue que el servicio educativo se siga
brindado de manera virtual. Esto significaba todo un reto porque nunca antes se
haa realizado de manera masiva. Tanto las zonas rurales y la periferia de la
ciudad tienen una brecha digital muy marcada, a diferencia de las escuelas que
están dentro del casco urbano, aunque tampoco todas aseguraban una buena
conectividad, el uso de plataformas digitales y la preparación de todos los docen-
tes en habilidades digitales, entre otros. Esto se sumaba a las deficiencias estruc-
turales del sistema educativo que deviene de décadas: la falta de formación de los
directivos para atender situaciones de crisis, el alejamiento de los organismos
gubernamentales de las escuelas, el poco interés por las emociones en el trabajo
docente y la formación de los estudiantes, entre otros.
Frente a ello, las escuelas se pusieron de pie para continuar con la formación
de los estudiantes, por lo que recogieron información de otros contextos y siguie-
ron las orientaciones de los entes rectores. Esta práctica les permit encontrar
mecanismos y herramientas nuevas para lograr potenciar sus procesos pedagógi-
cos y administrativos con la finalidad de mitigar los efectos negativos de la pandemia
y convertirlos en oportunidades.
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A. Sánchez Huarcaya, P. Montalván Zuñiga, A. Leon Soria
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Entonces, para comprender los efectos de la pandemia en las escuelas, nos
planteamos la siguiente pregunta de investigación ¿cuál fue la situación de las
organizaciones educativas escolares durante la pandemia, desde el liderazgo edu-
cativo, la resiliencia organizacional y la mejora educativa?
Metodología
El estudio responde al método de revisión narrativa, cuya su intención es
explorar y recopilar información sobre una situación determinada, para luego ana-
lizarla, discutirla y dar respuesta a la pregunta de investigación planteada. En
este sentido, se analizaron sesenta y dos fuentes, entre arculos académicos
(arbitrados e indizados), informes, libros, ponencias, capítulos de libros y tesis,
entre 2020 al 2022. Ante esto, nos planteamos el siguiente objetivo: comprender
la situacn de las organizaciones escolares durante la pandemia, desde los si-
guientes fenómenos educativos: la resiliencia organizacional, la mejora educativa
y el liderazgo.
Considerando lo anterior, se bus información en las siguientes bases de
datos: Redalyc, Scielo, Taylor y Education Resources Information Center (ERIC).
En tal sentido, la información recabada permitun análisis más holístico de la
situación analizada a partir del uso de matrices que no solo permitieron comparar
y relacionar la información, sino que facultaron la discusión de los datos recogidos
por cada categoría.
Finalmente, con la informacn analizada, se abordó cada aspecto clave de
manera reflexiva en apartados separados en virtud de las categorías establecidas
con la finalidad de dotar de orden al estudio para a elaborar, finalmente, las
conclusiones.
Resultados y discusión
A partir del análisis realizado, se optó por trabajar tres apartados que res-
ponden a las tres categorías establecidas en el proceso de análisis de datos. En
tal sentido, es necesario destacar que cada apartado explicita las circunstancias
en las cuales se vieron inmersas, así como las tensiones vividas y, ades, la
capacidad para sobreponerse a la pandemia, es decir, cómo estas lograron alcan-
zar sus objetivos y brindar una enseñanza de calidad a los estudiantes.
Resiliencia organizacional en las escuelas como respuesta a la pandemia
Las escuelas, ante la pandemia, tuvieron que asumir una serie de retos por-
que se enfrentaron a un cierre total de sus instalaciones y tuvieron que brindar el
servicio educativo de manera virtual, lo que implicó muchos desafíos para todos
los que participan directamente en el proceso de aprendizaje y la gestión (Durand
Mercado et al., 2022; Gallegos Ruíz y Tinajero Villavicencio, 2020). Como conse-
cuencia, algunas escuelas suspendieron totalmente el servicio y dejaron sin tra-
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bajo a docentes, personal administrativo y las familias trasladaron a sus hijos
menores a otras instituciones.
Ante lo descrito y para comprender lo sucedido con las escuelas que siguen
brindando el servicio educativo durante la pandemia (2020, 2021, 2022), las ana-
lizaremos desde la resiliencia organizacional. En este sentido, este tema no es
nuevo en el campo educativo porque ha servido para estudiar los avances de las
escuelas en las áreas académicas y, en otros casos a nivel individual, tanto de
estudiantes y de docentes (Drossel et al., 2020; Vinogradov et al., 2022).
Como punto de partida, la resiliencia organizacional es la capacidad de res-
puesta de las organizaciones frente a cambios significativos o repentinos, condi-
ciones desfavorables, riesgos o desafíos a nivel interno y externo, lo que conlleva
a la regulacn emocional, relacional y cognitiva de todos los integrantes de la
organización con el fin de proteger y ayudar a todos ellos y salir adelante a nivel
organizativo, además, de recuperarse y seguir funcionando (Guillén Mondragón et
al., 2022; Sezen-ltekin y Argon, 2020; Castro, 2022; Rui y Huang, 2021;
Vinogradov et al., 2022; Ulukan y Ulukan, 2021). Esta resiliencia exige que la orga-
nización se prepare de manera estratégica con el fin de minimizar el impacto o los
efectos del suceso, lo que le permite estabilidad, adaptación favorable, transfor-
mación de sus prácticas, bienestar y recuperación mental y física de todos (Valen-
cia-Arias, 2021; Durand Mercado et al., 2022; Román et al., 2020; Ulukan y Ulukan,
2021; Castro, 2022).
Ante ello, es necesario puntualizar las capacidades relacionadas con la resiliencia
organizacional: empatía, positividad, flexibilidad, adaptabilidad, anticipación, in-
genio, agilidad, adaptación, redundancia, fortaleza, tolerancia, superación, alinea-
ción estratégica, planificación, sinergia y colaboración (Durand Mercado et al., 2022;
Gómez Rivadeneira et al., 2022; Rui y Huang, 2021; Urrutia-Aguilar et al., 2022;
Moreno Del Río et al., 2022; Castro, 2022). Dichas capacidades permiten afrontar
las angustias, el estrés y la ansiedad en los integrantes de la organización, en
este caso, provocados por la pandemia (Ulukan y Ulukan, 2021; Urrutia-Aguilar et
al., 2022; Vinogradov et al., 2022).
Para lograr lo indicado, la escuela debe transformarse, es decir, asumir lo que
le afecta y decidir actuar (Olmo-Extremera et al., 2021). Como lo señalan los estu-
dios, ante la adversidad, emergla identidad, el compromiso y los valores del ser
docente, lo que le brindándole fuerzas, optimismo y ganas de continuar con su
labor con el fin de que los escolares sigan avanzando (Gallegos Ruíz y Tinajero
Villavicencio, 2020; Olmo-Extremera et al., 2021; Castro, 2022).
Entonces, las escuelas, en el caso peruano, debieron afrontar la pandemia
desde la suspensión de clases (escuelas privadas) hasta el cierre total de las
escuelas, pero con la posibilidad de realizar las clases de manera digital. Todo
este proceso significó atender varios frentes que, a continuación, desarrollaremos
desde diferentes aspectos, teniendo como marco la resiliencia organizacional.
Gestión. Los directivos tuvieron que comprender que la pandemia y las medi-
das sanitarias afectaban directamente a las escuelas y fueron ellos quienes de-
bían tener una actitud de optimismo (Olmo-Extremera et al., 2021; Holguin-Alvarez
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et al., 2020), la cual debía contagiarse a la comunidad educativa. La comunicación
pasó a lo virtual, se intensificó el uso de las redes sociales, se implementaron
plataformas para la enseñanza, los procesos de gestión se digitalizaron y se au-
mentaron las demandas educativas.
Esto llevó a optar por un liderazgo resiliente, crítico, transformacional y
adaptativo por parte de los directivos, con el fin de promover espacios afectivos,
de acogida, cambio y confianza. Todo el personal sacó fuerzas internas para lograr
los aprendizajes, fortalecer el desarrollo profesional y mantener la eficiencia y la
eficacia (Olmo-Extremera et al., 2021; Gallegos Ruíz y Tinajero Villavicencio, 2020).
Entendieron que el servicio educativo debía continuar y seguir brindando el mejor
servicio posible con las mismas o menores condiciones. Cabe resaltar que esto fue
muy tenso porque la pandemia acentuó y evidenció las fallas del sistema, pero la
buena gestión log movilizar a las escuelas, aunque no necesariamente pudo
resolver los problemas estructurales.
Esta gestión, si bien no termina cambiando totalmente a la escuela, log
adaptarse y dependió mucho del der, la cual evidenció el empoderamiento y el
trabajo cercano con los docentes (Alava Barreiro et al., 2022). Por ejemplo, Drossel
et al. (2020) señalan que las escuelas competentes lograron integrar los medios
digitales sin mucho problema.
Cabe resaltar que la resiliencia mostrada no solamente es durante, crisis
(McLeod y Dulsky, 2021), ya que debemos pensar en sus efectos y que es posible
tener otra pandemia o crisis similar y, para ello, debemos estar preparados.
Docentes resilientes. Ante las medidas asumidas, los profesionales clave en
las escuelas fueron y son los docentes porque ellos aplican todas las medidas
asumidas y las adaptaciones realizadas y son las personas s cercanas a los
estudiantes y sus familias. Durante la pandemia, el docente tuvo que transmitir,
en lo posible, su compromiso laboral, un buen clima en las aulas, así como brindar
no solo recursos educativos materiales, si no recursos emocionales (Durand Mer-
cado et al., 2022; Gallegos Ruíz y Tinajero Villavicencio, 2020) porque afrontaba
sus propios temores y angustias, pero tenía que promover la resiliencia de sus
estudiantes, colegas y familias.
Autores como Gallegos Ruíz y Tinajero Villavicencio (2020) sostienen que el
docente se hace resiliente porque se encuentra en constantes modificaciones,
como la implementación de políticas o nuevos programas curriculares, sus expe-
riencias profesionales y la situacn socioeconómica de la escuela, entre otros.
Esto lo lleva a superar los retos y las dificultades y a continuar con su desarrollo
profesional. De ahí su automotivación, esperanza, recursos personales, toma de
decisiones, intereses, metas, manejo de sus emociones, inquietudes por seguir
avanzando, lo que demuestra su equilibrio y estabilidad (Vinogradov et al., 2022;
Durand Mercado et al., 2022; Olmo-Extremera et al., 2021).
Otro punto clave de los docentes fue la confianza recibida por parte de las
familias, la organización y el sistema educativo. Fue esencial para afrontar los
retos o las dificultades, ya que permite desenvolverse, aportar, asumir y proyectar
diversas acciones en beneficio de la escuela, así como la capacidad de relacionar-
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se al momento de realizar actividades o acciones concretas en el aula: iniciativa,
humor y buen trato con sus pares y sus estudiantes y demostrar, en lo posible,
paciencia, colaboración, carisma y tolerancia (Durand Mercado et al., 2022; Galle-
gos Ruíz y Tinajero Villavicencio, 2020; Machado et al., 2020; Gómez Rivadeneira
et al., 2022; Olmo-Extremera et al., 2021; Marín Che y Pinto Sosa, 2021). Es decir,
el docente sufrió lo mismo que los estudiantes y sus familias, pero tuvo que afron-
tarlo y, aunque fuera difícil, estuvo ahí para seguir trabajando. Sin embargo, no
debemos desconocer que también los docentes se hundieron en el dolor que se
vivía en esos momentos.
Adaptabilidad. Durante la pandemia, se tomaban decisiones todos los días
porque la organización tenía que adaptarse y no fue una cuestión simple. Algunas
eran a nivel estructural y otras, a nivel profesional-personal, las cuales eran las
más complejas. La adaptabilidad funcionaría con mayor rapidez o lentitud según
las condiciones de la organización educativa. Por ejemplo, funcionó muy bien la
incorporación de las TIC cuando los docentes tenían actitudes positivas (Drossel
et al., 2020) o cuando los problemas o desafíos eran vistos como posibilidades o
desde las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (FODA), una oportu-
nidad para la comunidad educativa (Olmo-Extremera et al., 2021).
Entonces, se tomaron acciones para enfrentar la crisis, desde riesgos indivi-
duales y organizacionales (McLeod y Dulsky, 2021), así como para generar nuevos
aprendizajes que involucraban a las familias y la comunidad. Por ejemplo, las re-
uniones virtuales con responsables de los estudiantes. También, se puede enten-
der como positiva la creatividad que emerge ante las exigencias y las necesidades
según cada contexto (Olmo-Extremera et al., 2021; McLeod y Dulsky, 2021).
Emociones. La pandemia afectó las emociones de las personas, desde situa-
ciones de ests a momentos muy dolorosos, sin dejar de lado la cantidad de
decesos que se proyectaban por los medios de comunicación. Esto despertó, en
las organizaciones educativas, la compasión, el interés por el bien común, la soli-
daridad, el coraje y el apoyo emocional (León Sandoval, 2020; McLeod y Dulsky,
2021; Walsh, 2021) aunque, desde la distancia, las medidas sanitarias no permi-
tían acercarse al otro de manera física y muchos tuvieron que resolver su dolor en
la soledad, sin el círculo de confianza (amistades, colegas).
Un aspecto menos importante ante las situaciones que afectaron las emocio-
nes fue la actividad física y el valor de las habilidades socioemocionales (Román et
al., 2020) como mecanismo de respuesta ante los cambios abruptos y las dolen-
cias sentidas.
Desarrollo profesional. Una capacidad asociada a la resiliencia a partir de lo
cognitivo es el aprendizaje continuo (Román et al., 2020), el deseo por saber y
aplicar. Esto se plasmó cuando las organizaciones promovieron el aprendizaje de
su personal para poder incorporar las tecnologías de la comunicación a las sesio-
nes remotas (Holguin-Alvarez et al., 2020), además de programas televisivos como
soporte del aprendizaje.
Esto necesitó aprendizaje, para lo cual aparecieron programas de capacita-
ción, seminarios virtuales, congresos y talleres para brindar herramientas a los
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docentes, aunque muy importante fue el apoyo que se daban entre colegas de la
misma organización y el autoaprendizaje que, en algunos casos, era en solitario
(Cedeno-Basurto y Oriz-Zambrano, 2022). Es claro que también se evidenciaron
las falencias formativas de los docentes, pero el entusiasmo por superarlo fue ser
resiliente (Holguin-Alvarez et al., 2020).
Finalmente, para lograr la resiliencia organizacional, fue necesario el apoyo y
la fuerza de las familias, la comunidad, los medios de comunicación, los organis-
mos estatales o privados que, de una u otra manera, aportaron para el funciona-
miento de las escuelas, pero, en algunos momentos también desalentaron, aun-
que se entiende que es propio de adaptarse y cambiar. Esta mirada sistémica es
clave para lograr los objetivos en las organizaciones educativas y pone en el cen-
tro a las personas, al humano que aporta a la sociedad (Alava Barreiro et al., 2022;
Sezen-Gültekin y Argon, 2020).
Cabe resaltar que la formación inicial se debe reflexionar y reorientar y consi-
derar las habilidades socioemocionales de los futuros docentes, que incluyen la
autoestima, los vínculos afectivos, la actividad física, la relajación, la respiración, la
escucha, la empatía y la espiritualidad (Urrutia-Aguilar et al., 2022; Cedeno-Basurto
y Oriz-Zambrano, 2022; Bendack y Tarazona, 2021), las cuales son tan importante
como investigar e innovar (Gómez Rivadeneira et al., 2022). Otros aspectos vincu-
lados con la resiliencia son la flexibilidad, la responsabilidad social y que debemos
aprender a vivir en incertidumbre (Walsh, 2021; Moreno Del Río et al., 2022). Es
necesario recordar que todavía hay un tema pendiente, que es trabajar los efec-
tos de la pandemia, los cuales ha marcado vidas, muchas de las cuales están en
las escuelas, tanto de docentes, directivos y estudiantes.
El impacto del liderazgo educativo como una respuesta para enfrentar la
crisis durante la pandemia
La pandemia evidenció una serie de carencias en el sistema educativo y
puso en jaque a los líderes educativos, quienes tuvieron que afrontar diferen-
tes desaos. Lamentablemente, en América Latina, se viv el cierre de escue-
las s prolongado del mundo y Perú no fue la excepción. Es, en medio de este
contexto, que muchos estilos de liderazgo se fueron constituyendo frente a la
situación particular de las diferentes instituciones educativas, los cuales deta-
llaremos en la Tabla 1.
Otros aspectos importantes, según Yokus (2022), en lo concerniente a
liderazgo, fueron la creación de redes, la mejora de las prácticas educativas, la
calma y la compasión frente a los diversos problemas suscitados, el pensa-
miento analítico y estratégico y la transparencia en la información. Esto permi-
t la visibilizacn de la gestn educativa, que colo un mayor interés en el
aspecto emocional de los estudiantes y sus familias. Cuando los docentes pu-
dieron ver que sus deres se preocupaban por su salud mental y valoraban su
trabajo, rindieron mejor e hicieron extensivo este apoyo a las familias que acom-
pañaban.
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Tabla 1: Estilos de liderazgo más utilizados durante la pandemia
Resultó de mucha utilidad, dada la co-
yuntura y facilitó prever los futuros
escenarios. Por ejemplo, el incremento
del uso del aula híbrida y su
implementación frente al futuro retorno
a la presencialidad.
Se buscaron soluciones a problemas de
forma colectiva y se encontró la res-
puesta en toda la comunidad educativa.
Un reto importante fue evitar la sus-
pensión perfecta (es una medida que
permite suspender temporalmente al
trabajador y reconocer sus pagos) del
personal de mantenimiento y adminis-
trativo de las instituciones educativas y
se puso la iniciativa solidaria a conside-
ración de todo el plantel. Esto fomentó
la cohesión institucional.
Fomentaron el optimismo, brindaron
soporte emocional y ponderaron el rol
de los docentes como piezas funda-
mentales en el acompañamiento de las
familias a su cargo.
Buscaron soluciones creativas e
inspiradoras entre los docentes, gene-
raron espacios de conversación y dis-
tensión para evitar el burnout (McLeod
y Dulsky, 2021).
Mayor énfasis en los aprendizajes
esenciales o competencias clave,
como lo plantean Reimers y Schleicher
(2020). Priorizar el bienestar
socioemocional, dado el contexto que
se estaba viviendo dentro de cada una
de las familias.
Por otro lado, la confianza se tuvo que
fortalecer entre los directivos y los do-
centes, basada en la autonomía conec-
tada propuesta por Fullan y Rincón
(2020), entendida como una red de
colaboración docente, que respeta la
autonomía creativa con la finalidad de
alcanzar objetivos comunes en favor
de los estudiantes.
Estilo Descripción Impacto durante la pandemia
Permitió la capacidad de prever y res-
ponder ágilmente a los cambios en
este contexto, la gestión de los ries-
gos, cómo lograr la eficacia en un es-
cenario cargado de imprevistos, la
construcción de los cambios requeridos
desde su rol y establecer ciclos vitales
de mejora continua para fortalecer la
capacidad de afrontar situaciones ad-
versas.
Se procura la comprensión y la resolu-
ción de los problemas que emergen de
escenarios cambiantes, hasta procesos
de construcción colectiva.
Dentro de una coyuntura de incerti-
dumbre, era importante contar con
gestores educativos íntegros y
carismáticos, que puedan liderar bajo
presión, enfatizar el optimismo, cuidar
a los estudiantes e inspirar el aprendi-
zaje. Estos deres ofrecían apoyo
emocional a los docentes y compren-
dían a la escuela como una familia,
en donde los gestores escolares guia-
ban y colaboraban con los maestros
en el desarrollo de sus habilidades y
valoraban la importancia de su rol
como soporte emocional.
Reconocido como aquel que concentra
su atención en los procesos de ense-
ñanza y de aprendizaje y el cumpli-
miento del currículo. Dada la emergen-
cia sanitaria, se tuvo que establecer
prioridades.
Adaptativo
(Torner, 2020)
Colectivo (Villafuerte
y Cevallos, 2021)
Transformacional
(Menon, 2021)
Pedagógico
(Ahtiainen et al., 2021)
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Fuente: elaboración propia.
Preocupación por verificar las trayecto-
rias educativas y evitar la deserción
escolar, pese a los graves problemas
económicos que estaban afrontando
las familias.
Existieron iniciativas para dar facilida-
des a los padres de familia para
publicitar sus emprendimientos dentro
de las redes sociales de las escuelas,
con la finalidad de mejorar sus ingre-
sos económicos y, de esa manera, sol-
ventar los gastos escolares. Esto deno-
ta "actos de apertura hacia enfoques
de corresponsabilidad frente a los fines
de la educación en nuestros tiempos"
(Aparicio Molina et al., 2020, p. 38).
La cultura de la colaboración entre re-
des educativas permitió consultar con
los primeros afectados por la
pandemia y tener así más tiempo para
planificar su capacidad de respuesta
ante los nuevos retos.
Según Caputo y Pérez (2022), cuando
hay puntos de vista diferentes pero un
propósito compartido, avanzar implica
diseñar y liderar un proceso en que las
partes resuelvan sus diferencias sin
que la autoridad lo haga por ellas. Esto
es distribuir el ejercicio del liderazgo.
Todo este impacto, producto de la pandemia, ha generado un nivel de aler-
ta importante en los deres educativos quienes, sen lo propuesto Vaillant et
al. (2022), deben, a partir de ahora, apostar por la necesidad de construir nue-
vos formatos que potencien el uso pedagico de la tecnología para la mejora
de los aprendizajes y el logro de mayores niveles de equidad. Por otro lado,
mejorar la capacidad para responder a escenarios de emergencia, fortalecer la
formacn de equipos directivos y docentes y mostrar el core de prácticas que
permitieron afrontar los contextos de emergencia, tal y como lo refuerzan Bolí-
var et al. (2022). Es importante trabajar en red para gestionar el conocimiento
entre directivos. Este nuevo "saber hacer" se fortalece cuando se comparte y
se promueve una disposicn permanente al cambio. Todas estas acciones con-
solidan al liderazgo educativo como una respuesta para enfrentar la crisis du-
rante la pandemia.
Se encuentra más centrado en las ha-
bilidades y las cualidades del director.
Fomenta prácticas de liderazgo de
"puertas abiertas", promueve relacio-
nes "cara a cara", con presencia fuerte
y cotidiana de los directivos que "cami-
nan en la escuela", Romero (2021)
plantea como fundamental la accesibili-
dad y la disposición de los líderes y
concibe como imprescindible su movili-
dad "en el terreno", en contraposición
al trabajo de escritorio. Considera el
aspecto emocional de la función direc-
tiva y docente para atender la crisis.
Implica la distribución del ejercicio del
liderazgo en los diferentes estamentos
de las instituciones educativas con co-
ordinacn, cooperación y comunica-
ción. Era importante, en este contexto,
establecer un enfoque de liderazgo
distribuido para gestionar la situación
de crisis, según Azorín y Fullan (2022),
con la finalidad de emplear redes inter-
nas y externas que logren mantener
las conexiones personales y profesio-
nales.
Estilo Descripción Impacto durante la pandemia
Directivo
(Romero, 2021)
Distribuido
(García, 2021)
A. Sánchez Huarcaya, P. Montalván Zuñiga, A. Leon Soria
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La mejora educativa como nea orientadora del cambio de las instituciones
en la pospandemia
La mejora educativa, según Reynolds y Neeleman (2021), es una línea de
investigación que se desarrolla, en el contexto actual, en función de la revisión de
las escuelas a través de un proceso de análisis de los aspectos que las componen
y una posterior investigación orientada hacia su optimización. Esto, a través del
compromiso de los agentes que las lideran para el logro de este último proceso.
En otros términos, la mejora educativa, como argumenta Gairín (2015, 2020), es
un medio de las instituciones para identificar los factores que facilitan y obstaculi-
zan los cambios en sus procesos, para delimitar cómo realizar estos en función de
las necesidades particulares de las escuelas.
En la actualidad, el mundo atraviesa un proceso de superación de la pandemia
de la COVID-19, la cual, en 2020, desa una situación que obligó, como bien
sostiene Hurtado (2020), a las escuelas a repensar su funcionamiento y a encon-
trar mecanismos para ajustarse a un nuevo escenario formativo. Esto, por el he-
cho de que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura [UNESCO] (2020), más de 849 millones de estudiantes se
encontraron confinados en casa y 113 países habían cerrado todo centro educati-
vo. Por ello, siguiendo a Feldman (2021), las escuelas necesitaron realizar nuevas
prácticas para conseguir la eficacia en el proceso de enseñanza-aprendizaje y, a
su vez, buscar la mejora de la ensanza tradicional para hacer expcitas las
nociones de cambio e innovación.
En tal sentido, Harris (2020) argumenta que es necesario el cambio en los
procesos institucionales desde el contexto de las escuelas para el logro de su
optimización. Dicho aspecto es resaltado, a su vez, por Mora et al. (2018) y Retamal
y Gairín (2020), quienes aseveran que el contexto en el cual se ve inmersa la
escuela y los procesos que se dan en ella la configuran como el escenario en el
cual se da el cambio, que permite identificar las prácticas relacionadas a la mejora.
La mejora educativa, entonces, contempla los aspectos internos y externos rela-
cionados a las escuelas, lo cual permite un análisis holístico y, a su vez, específico
en torno a la squeda para potenciar sus procesos.
De tal modo, la mejora educativa les ha permitido a las escuelas un análisis en
relación no solo a sus aspectos internos, sino que también concibe la contextualización
de estas para abordar sus necesidades y requerimientos de una manera más espe-
cífica. En otros términos, por un lado, según Pericacho et al. (2019), las escuelas que
mejoran tienen una apertura con su medio que promueve un intercambio con las
sociedades a las que pertenecen, mientras que, por el otro, como afirma Davis-
Singaravelu (2022), la mejora educativa se asienta sobre el hecho de que las es-
cuelas construyan sus propios mecanismos para lograr el desarrollo de los agentes
inmersos en el fenómeno educativo, lo cual implica un crecimiento progresivo.
Asimismo, es necesario destacar que, según Pericacho et al. (2019), la mejora
educativa cuenta con metodologías específicas y factores que inciden directamen-
te en la optimización de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. De tal modo,
el contexto de la educación virtual en tiempos de pandemia ha permitido la re-
flexión en torno a la identificación de componentes que permitirán que las escue-
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las logren mejorar a través del tiempo, tomando dichos elementos como insumos
importantes que les permitan lograr orientar la institución hacia la mejora educa-
tiva. Esta, entonces, según Gain (2020), se constituye como una oportunidad
para alinear las formas de pensar y de actuar de los actores del proceso educativo
con las actitudes que deben de tener los individuos en la sociedad.
De este modo, la mejora educativa faculta a las escuelas para lograr los obje-
tivos que delimitan en función de sus propias necesidades, debido a que aborda
sus problemáticas, teniendo en cuenta el contexto en el que se desarrollan. Por
ello, tal como afirman Adelman y Taylor (2022), las instituciones educativas son
exitosas en virtud del hecho de haber realizado prácticas y estrategias relaciona-
das a la búsqueda para garantizar el aprendizaje integral de los alumnos. No
obstante, Bohanon et al. (2021) arguyen que lo anterior sucede si y solo si la
escuela promueve que todos sus agentes participen en la delimitación de objeti-
vos orientados hacia potenciar los procesos de enseñanza y de aprendizaje con el
fin de que este proceso sea colaborativo y continuo.
Así pues, tal como sostienen Murillo y Krichesky (2012 y 2015), la mejora edu-
cativa se constituye como un recurso que poseen las escuelas para lograr un
cambio en las sociedades a las que pertenecen, a través de un proceso orientado
hacia la optimización de la calidad educativa. De tal modo, la búsqueda para lograr
potenciar los procesos de enseñanza y de aprendizaje es un proceso continuo y
cíclico, puesto que la mejora educativa se asienta sobre el hecho de comprender
la educación desde una visión novedosa que orienta la acción de las escuelas de
una manera específica. Así, según Rodríguez-Mantilla et al. (2020), la mejora se
asienta sobre un cambio planificado, sistemático y asumido por el centro para
introducir innovaciones necesarias para el cambio.
Teniendo en cuenta ello, en los últimos años, se han podido identificar aspec-
tos que se vinculan a la mejora educativa. Autores como Ortega-Rodguez y
Pozuelos Estrada (2022) y Luzarraga (2019) conciben que este campo de estudio
se vincula con el trabajo colaborativo docente y una implicación del resto de agen-
tes a través de un liderazgo sistémico que tenga por eje los procesos de ense-
ñanza y de aprendizaje, teniendo en cuenta que, en esta relación, debe existir un
debate responsable. Asimismo, Delgado Herrera y nchez Huarcaya (2021) y
Rodríguez-Gallego et al. (2020) sostienen que existe una relación entre la mejora
educativa y la práctica del seguimiento y la evaluación, el aprendizaje organizacional
y un liderazgo encaminado hacia la optimización de los procesos en las escuelas.
En tal sentido, como bien postulan Ceballos López y Saiz Linares (2020), el
cambio en las escuelas se sostiene en la existencia de finalidades y procesos de
planificación compartidos, que actúan a manera de un indicador que orienta al
proyecto educativo. A su vez, Queupil y Montecinos (2020) plantean que la mejora
educativa se vincula necesariamente con las interacciones entre los agentes par-
ticipantes en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, lo cual implica la delimita-
ción de roles de liderazgo y de distribución. De ahí que la mejora se constituye
como una manera de interpretar el fenómeno educativo sobre las bases del cam-
bio y la innovación e implica que todos los individuos pertenecientes a la comuni-
dad educativa posean una visión común para lograrla.
A. Sánchez Huarcaya, P. Montalván Zuñiga, A. Leon Soria
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Conclusiones
En relación con la resiliencia organizacional, es definida como la capacidad de
respuesta para enfrentar las vicisitudes de la vida, en este caso la pandemia. Ante
esto, se hace necesario ver el problema de manera sistémica, donde los esfuerzos
de mejora estaban para seguir brindando el servicio educativo y, sobre todo, aten-
der a los estudiantes que, en muchos casos, no tenían acceso al Internet, pero
había la intención de que sigan avanzando. Si bien la pandemia confirmó las falencias
del sistema educativo, los integrantes de las escuelas le hicieron frente y, aunque
las carencias eran visibles, los esfuerzos resilientes eran notables.
Se hace necesario ser consciente de las capacidades resilientes ganadas a
nivel organizacional, donde docentes, directivos, estudiantes y familias aportaron
y aprendieron, las cuales deben ser explicitadas y compartidas, ades de ser
puestas en común con otras organizaciones.
En este sentido, es importante contemplar y priorizar el ejercicio del estilo de
liderazgo distribuido, ya que permite identificar potenciales líderes para generar
una responsabilidad compartida respecto de la misión de la institución educativa.
Esto involucra a las familias, la comunidad local, los exalumnos, la municipalidad,
etc. Por lo tanto, se debe incidir en la preocupación por el capital humano de las
escuelas y su mundo interior, ya que, al garantizar un correcto manejo de las
emociones, es factible afrontar mejor los desafíos adaptativos que se presenten
en el futuro.
Consolidando esta visión del liderazgo compartido es posible anticipar la cri-
sis, ya que se puede trabajar en red y reconocer las buenas prácticas que permi-
tan un modelo de trabajo en contextos adversos. Por otro lado, es importante
encontrar este gran reto como una oportunidad de visibilizar la importancia de la
escuela y la revalorización de la carrera docente.
Con relación a la mejora educativa, esta radica en el hecho de que se consti-
tuye como un conglomerado de herramientas y mecanismos que permiten que las
escuelas enfrenten los efectos negativos de la pandemia y realicen los cambios
necesarios para afrontar los primeros. En ese sentido, la mejora se constituye
como una forma de pensar y de actuar, según la cual las instituciones educativas
orientan su labor hacia el cambio y hacia la optimización de sus procesos. A
pues, dicha línea permitió que las instituciones realizaran una transición adecuada
al periodo en el cual el mundo se vio afectado por la pandemia.
Por ello, es posible sostener que la mejora educativa, en el contexto de la
pandemia de la COVID-19, a su vez, les permit a las escuelas no solamente
mitigar los efectos negativos que desembocó dicho acontecimiento, sino que, ade-
más, les permittomar las oportunidades y repensar las fortalezas de la organi-
zación en función del cambio educativo. La mejora, en tal sentido, ayudó a las
escuelas a avanzar frente a las adversidades y a afrontar la pandemia de la mejor
manera posible, con la finalidad de potenciar sus acciones relacionadas con el
proceso de enseñanza y de aprendizaje para garantizar una educación equitativa
y democrática.
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Finalmente, los tres aspectos están vinculados y emergieron durante la
pandemia, aunque varía el tipo de organización educativa, ya que muchas no lo-
graron sobrevivir y otras fueron capaces de ser resilientes a nivel organizacional,
lo que evidencia un ejercicio del liderazgo orientado al estilo distribuido y adaptativo,
con un modelo de gestión preocupado por la mejora educativa. Además, atendió
las emociones de los miembros de la escuela: docentes, estudiantes, familias,
etc., mantuvo el servicio educativo y construyó los mecanismos para mejorar los
procesos de enseñanza y de aprendizaje.
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1
El presente artículo corresponde a una investigación mayor realizada durante 2021, en el Departamen-
to de Educación de la Universidad Católica del Uruguay. Contó con el apoyo de la Vicerrectoría de
Investigacn e Innovacn.
2
Magíster en Educacn. Investigadora del Departamento de Educación y docente de la Escuela de
Postgrados de la Universidad Católica del Uruguay. Montevideo, Uruguay. Correo electrónico:
iachard@ucu.edu.uy
3
Magíster en Sociología. Profesora de Alta Dedicación de la Universidad Católica del Uruguay. Monte-
video, Uruguay. Correo electrónico: abaraibar@ucu.edu.uy
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, Nº 43, abril-septiembre 2024. Pág. 19-39.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)02 / Recibido: 21/09/2023 / Aprobado: 13/03/2024.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Liderazgo pedagógico en pandemia.
Desafíos y aprendizajes
1
Pedagogical leadership in pandemic.
Challenges and learnings
Isabel Achard
2
Analí Baráibar
3
Resumen: La pandemia implicó reinventar el formato escolar y emplear diversas es-
trategias para garantizar la continuidad en la enseñanza. En 2021, se exploraron las
transformaciones en el liderazgo pedagógico en la Educación Media Básica de los cole-
gios católicos uruguayos y se lo analizó en seis dimensiones propuestas por Robinson
(2019). Combinando técnicas cuanti-cualitativas, se encuestaron a setenta y cuatro
directivos a nivel nacional y se realizaron entrevistas a una muestra intencional en
seis colegios. Sus percepciones, como actores clave, sobre las decisiones y estrategias
aplicadas, los aciertos, las dificultades y los aprendizajes vividos evidencian cambios
significativos del liderazgo pedagógico durante la pandemia. Implicó ajustar metas y
expectativas con los docentes, acompañar las replanificaciones, brindar capacitación y
apoyo para manejarse en entornos tecnológicos virtuales. Se favorecel surgimiento
de nuevos liderazgos y se potenciaron las coordinaciones docentes y el trabajo en red.
Además, se requirió contener socioemocionalmente a los integrantes de cada comuni-
dad educativa para alentar el compromiso activo y sostener la continuidad educativa
con nuevos vínculos colegio-familias.
Palabras clave: investigación, liderazgo, ambiente escolar, gestión del centro de en-
señanza, orientación pedagógica
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Abstract: The pandemic involved reinventing the school format using various strategies
to guarantee continuity in teaching. The transformations in pedagogical leadership in
secondary education in Uruguayan Catholic schools were explored (in 2021), analyzing
six dimensions proposed by Robinson (2019). Seventy-four managers nationwide were
surveyed using quantitative-qualitative techniques, and interviews were conducted
with an intentional sample in six schools. Their perceptions, as key actors, regarding
the decisions and strategies applied, as well as the accomplishments, difficulties, and
learning experiences, showed significant changes in pedagogical leadership during the
pandemic. It involved adjusting goals and expectations with teachers, accompanying
replanning, providing training and support to navigate virtual technological
environments. It favored the emergence of new leadership, enhancing teaching
coordination and networking. In addition, it required socioemotional support for the
members of each educational community to encourage active commitment and to
sustain educational continuity with new school-family links.
Keywords: research, leadership, school environment, school management, educational
guidance
1. La importancia de liderar los procesos pedagógicos en la educación
Potenciar la educación significa contar con líderes educativos que impulsen,
estimulen y lleven adelante los cambios necesarios, convoquen y guíen a su comu-
nidad educativa. Liderar los cambios en la educación es clave para crear las condi-
ciones institucionales que promuevan las transformaciones apropiadas para ase-
gurar las finalidades educativas y el buen funcionamiento de la organización esco-
lar (Bolívar et al., 2013).
La importancia de los liderazgos pedagógicos dentro de cada centro educati-
vo ha sido confirmada por numerosos autores, tanto en investigaciones empíricas
como a nivel de ensayos teóricos, especialmente, en las últimas décadas. El liderazgo
pedagógico de los directivos es el segundo factor que incide en los aprendizajes
de los estudiantes, luego de las prácticas docentes de aula (Leithwood et al.,
2004). El interés y la preocupación por fortalecer la formación de deres y gesto-
res educativos para promover procesos de cambio ha impulsado la creación de
distintos programas y políticas educativas, con el apoyo de organismos internacio-
nales (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cul-
tura [UNESCO], 2014).
Son varios los autores que señalan al liderazgo pedagógico como un factor
decisivo para garantizar una educacn de calidad (Braslavsky, 2006; Barber y
Mourshed, 2008; Rodríguez-Molina, 2011; Bolívar Botía et al., 2017), lo que ha
hecho surgir un marcado interés por caracterizar este tipo de liderazgo que impacta
en la calidad de los aprendizajes de los estudiantes. Se lo ha definido como la
"gestión y conducción de instituciones educativas y/o procesos pedagógicos, cuyo
eje fundamental de acción es lograr y garantizar un aprendizaje de calidad y el
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bienestar de todos los estudiantes" (Contreras, 2016, p. 245). De esta manera,
se pone el énfasis en el currículum y en la enseñanza, y, desde este marco, se
promueve el desarrollo profesional docente, la planificación y la supervisión de las
prácticas educativas y la generación de condiciones adecuadas para favorecer la
enseñanza y la mejora de los aprendizajes (Robinson et al., 2009).
En tal sentido,
Las escuelas deben garantizar a todos los alumnos los aprendizajes im-
prescindibles y la dirección de la escuela está para hacerlo posible, por lo
que tiene que entrar en la dimensión pedagógica, sin dejarla a la acción
individual o arbitrio de cada docente. (Bolívar et al., 2013, p. 7)
Los directores mejoran el aprendizaje de los alumnos, en gran medida, cuan-
do motivan a los profesores y fomentan el sentido de "comunidad profesional".
Los ayudan y guían para mejorar su enseñanza (Bolívar et al., 2013, p. 11).
Contreras (2016) plantea que el liderazgo se entiende como un proceso diná-
mico y complejo, que influye positivamente en las capacidades, las motivaciones,
los patrones de pensamiento, los talentos y las actitudes, no basadas en autori-
dad o posiciones formales de poder, sino en el ejemplo y el poder de persuasión.
En este marco, el aprendizaje exitoso y el desarrollo positivo de los alumnos son
el eje de las acciones colectivas. El compromiso con las metas y las visiones de la
institución educativa son fundamentales para construir una cultura organizacional
de aprendizaje. El liderazgo en relación con la formación docente está comprendi-
do desde una perspectiva de acompañamiento personalizado y con un abordaje
sostenido en las emociones y la motivación de las dinámicas de trabajo.
Robinson et al. (2014) toman como base la propuesta de Leithwood (Leithwood
et al., 2004), quien distingue tres dimensiones a través de las cuales el líder influye
en los aprendizajes de los estudiantes: el establecimiento de la dirección, el desa-
rrollo de las personas y el rediseño de la organización. Estos investigadores rea-
lizan un metaanálisis de las investigaciones disponibles y reconocen cinco dimen-
siones de liderazgo que impactan en los resultados de aprendizaje de los estu-
diantes: 1- establecimiento de metas y expectativas, 2- dotación de recursos es-
tratégicos, 3- planificación, coordinación y evaluación de la enseñanza y del currí-
culum, 4- promoción y participación en el aprendizaje y el desarrollo de los profe-
sores, y, por último, 5- aseguramiento de un ambiente ordenado y de apoyo. En
2019, a esas cinco dimensiones, Robinson le suma una sexta: la relación entre la
escuela y la comunidad. Así, las seis dimensiones que define son las siguientes:
1. Establecimiento de metas y expectativas. Implica generar un marco de referen-
cia que evidencie los lineamientos de acción, las expectativas, las normas, las
formas de participación y los resultados esperados para que la comunidad edu-
cativa tenga claro su rol y lo que se espera de ellos.
2. Dotación de recursos estratégicos. Comprende la asignación de recursos para
avanzar en las prioridades establecidas, en términos de objetivos de aprendi-
zaje. Implica la valoración de los recursos y la toma de decisión sobre su asigna-
ción. El recurso más importante que los líderes deben gestionar son los docen-
I. Achard, A. Baráibar
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tes, ya que la calidad de la docencia es el factor que más incide en las variacio-
nes del desempeño estudiantil (Nye et al., 2004, citados en Robinson, 2019, p.
127).
3. Planificación, coordinación y evaluación de la enseñanza y el currículo. El apoyo
a la docencia es una de las dimensiones de mayor impacto en los aprendizajes
de los estudiantes. Implica que los deres generen instancias de retroalimenta-
ción formativa con sus docentes en cuanto a la enseñanza, con insumos claros
y concretos para analizar y actuar en las mejoras necesarias.
4. Promoción y participación en el aprendizaje y el desarrollo de los profesores.
Las iniciativas que toman los líderes para fomentar la formación y la actualiza-
ción del cuerpo docente incluyen el apoyo para que estos aprendizajes se incor-
poren rápidamente para mejorar las prácticas de enseñanza.
5. Aseguramiento de un ambiente ordenado, seguro y de apoyo. Implica generar y
proteger el espacio y el tiempo de enseñanza para que el cuerpo docente pue-
da concentrar su dedicación en los aspectos pedagógicos. Implica liberarlos de
ocupaciones administrativas y despejar otras tareas que no aportan a la tarea
de enseñanza y seguimiento de los estudiantes. Desde el liderazgo, aportan a
esta dimensión: manejar un código de disciplina claro, asegurar interrupciones
mínimas del tiempo de instrucción, buscar efectividad en la resolución de conflic-
tos y hacer foco en la comprensión intercultural y el respeto por la diferencia. El
trabajo directo por parte de los directivos en el apoyo a la tarea docente y a su
formación es fundamental. Generar las instancias y las condiciones para garan-
tizarlo y sistematizar los procesos son responsabilidades de los líderes de las
instituciones educativas.
6. Relación entre la escuela y la comunidad. Esta dimensión se incorpora en 2019
y reconoce el impacto del vínculo entre los padres y la escuela en el compromiso
de los estudiantes con su escolaridad. "La omisión no se debe a que los víncu-
los entre la escuela y la comunidad carezcan de importancia, sino al hecho de
que contamos con pocas investigaciones sobre las prácticas de liderazgo nece-
sarias para establecer esos vínculos" (Robinson, 2019, p. 130).
Robinson identifica, además, tres capacidades clave que desarrollan los
líderes:
- Conocimiento profundo sobre aspectos vinculados al aprendizaje, la enseñan-
za y el currículo para poder tomar decisiones en cuanto a políticas escolares del
centro.
- Capacidad en la resolución de problemas complejos para reducir obstáculos en
el logro de objetivos.
- Construcción de relaciones de confianza para procurar que las relaciones en-
tre los adultos estén al servicio de los intereses y los aprendizajes de los
estudiantes.
Si bien todas las dimensiones definidas están vinculadas a las capacidades
clave de los deres, se pueden establecer vínculos más estrechos entre algunas,
como se aprecia en la Tabla 1.
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Tabla 1: Dimensiones y claves del liderazgo según modelo de Viviane Robinson
(2019)
Fuente: Elaboración propia basada en Robinson (2019).
2. El liderazgo educativo en tiempos de pandemia
La pandemia por expansión del COVID-19 causó cambios inesperados en 2020
y 2021. Las repercusiones abarcaron todas las dimensiones de la vida: sanitaria,
social, económica, laboral, cultural, afectiva e incluso, escolar.
Uruguay no quedó ajeno a esos procesos forzosos, en los que predominó el
uso de la modalidad virtual al establecerse la restricción de movilidad y la no
presencialidad en todos los niveles y los centros del sistema educativo nacional,
apenas iniciado el nuevo año lectivo (13 de marzo 2020). Una semana después,
se habilitó la enseñanza remota forzosa para sostener la continuidad educativa,
aprovechando las condiciones de conectividad del país y la accesibilidad generada
en la mayoría de la población mediante dispositivos tecnológicos, como alternativa
para implementar la enseñanza a distancia de emergencia.
En los centros educativos, naturalmente, se tiende a identificar el liderazgo
pedagógico con los roles directivos; posiblemente, por carecer de otros roles fue-
ra de los docentes de aula (que son líderes pedagógicos en ese ámbito). Las
cualidades de un líder se pueden desarrollar y potenciar no solo en esos roles,
sino fomentando además un liderazgo distribuido entre los actores de la comuni-
dad escolar. Sin duda, la situación de pandemia generó un movimiento inesperado
en el esquema tradicional de funcionamiento escolar. En esas condiciones, surgió
la inquietud por investigar lo que estaba sucediendo internamente en los centros
educativos.
Desde un fuerte compromiso con los estudiantes y las familias para asegurar
la continuidad de la ensanza, cada centro educativo y cada docente generó
I. Achard, A. Baráibar
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1. Establecimiento de metas y expectativas.
2. Dotación de recursos estratégicos.
3. Planificación, coordinación y evaluación de
la enseñanza y el currículo.
4. Promoción y participación en el aprendi-
zaje y desarrollo de los profesores.
5. Aseguramiento de un ambiente ordena-
do, seguro y de apoyo.
6. Relación entre la escuela y la comunidad.
Dimensiones Capacidades clave de los líderes
Resolucn de problemas complejos.
Conocimientos pedagógicos profundos.
Construcción de relaciones de confianza.
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mecanismos alternativos y empleó los medios que encontró a su alcance individual
y colectivamente. Como afirma Furman (2020):
Aun así, lo que está pasando es muy difícil. Hay buena parte de la pobla-
ción que está desconectada y, a pesar de estos esfuerzos, la escuela no
está llegando como uno querría y la continuidad pedagógica de este año
está puesta en jaque. (p. 2)
Sin duda, las dificultades de conectividad no se limitan al acceso tecnológico
literal: las diferencias de capital social y cultural de las familias y los estudiantes
quedan una vez más manifiestas en esta situación, con una brecha que se
incrementa. Docentes y directores, conscientes de esta situación, procuraron ge-
nerar respuestas de emergencia para evitar la discontinuidad de la enseñanza y
apelaron a los recursos que cada contexto les podía brindar -lo que evidencia las
diferencias preexistentes- y procuraron sortearlas.
Esta situación ha afectado, de diferente manera, a cada sector, nivel educati-
vo e, incluso, a cada centro educativo concreto, ya que cada uno posee caracterís-
ticas, condiciones y especificidades propias de su organización, edad, grados de
autonomía, planes de estudio, dinámicas de funcionamiento y contextos particula-
res (Banco Interamericano de Desarrollo [BID], 2020). La necesidad de tomar de-
cisiones de carácter urgente ha sido un denominador con para generar los
cambios necesarios en los procesos organizacionales internos, en las comunica-
ciones y en la vinculación de la escuela con estudiantes y familias.
La radicalidad de los cambios y su urgencia supuso, para los encargados de la
gestión, una preocupación en todos los órdenes del funcionamiento institucional.
La investigación realizada en Perú por Meza Revatta et al. (2021) destaca la im-
portancia de optimizar la gestión educativa mediante el fortalecimiento de los pro-
yectos educativos y el enriquecimiento de los procesos pedagógicos para mejorar
la calidad educativa y fortalecer las necesidades locales. Estos resultados colabo-
ran para resignificar la importancia del rol que cumplen quienes se desempeñan
en cargos de gestn educativa, particularmente, en determinados contextos
desfavorecidos.
Los centros educativos, sus docentes y estudiantes estaban en condiciones
muy dispares de equipamiento, experiencia y dominio de TIC. Debieron pasar la
totalidad de sus clases a la virtualidad masiva, lo que generó un amplio margen de
discrecionalidad para gestionar formatos y alternativas en medio de gran incerti-
dumbre. Al ser centros de enseñanza de gestión privada, la paralización de activi-
dades a nivel del país afectó a familias también a nivel laboral y, en consecuencia
directa, en el pago de mensualidades. Esta situación comprometida generó ries-
gos en la estabilidad y la continuidad de los servicios educativos y el personal. Las
decisiones urgentes se multiplicaron y se tensó la gestión que debía resolver, a la
vez, multiplicidad de aspectos importantes y de naturaleza diversa. Como expre-
san Achard y Baráibar:
Cada etapa demandó nuevas acciones y soluciones para hacerle frente a
los desafíos emergentes para los actores. Para los directivos implicó or-
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ganizar e ir ajustando en cada fase aspectos operativos (horarios, espa-
cios, personal y recursos ecomicos), pedagógicos (acompamiento,
orientaciones y formación para los docentes adecuando sus cursos en
forma permanente a las circunstancias, metodoloas, contenidos, moda-
lidad de cursado, cauces efectivos de comunicación, formatos e instan-
cias de evaluacn) y emocionales (de contención, cercanía y referencia).
(2023, pp. 24-25)
En ese escenario, se realizó esta investigación, que procura recoger las voces
y las vivencias de los directivos.
3. Diseño metodológico y trabajo de campo
La investigación se reali en todos los centros educativos católicos del país
con educación media básica, integrados en la Asociación Uruguaya de Educación
Católica (AUDEC), que funciona como red nacional y nuclea a 157 colegios de edu-
cación formal. Coordina y representa a las instituciones católicas de enseñanza en
todos los niveles ante autoridades y organismos nacionales e internacionales y
brinda asesoramiento y apoyo pedagógico, jurídico, laboral, técnico y administra-
tivo, acorde al Plan pastoral de la Iglesia católica. Desde 2006, ofrece instancias
de formación permanente para directivos y docentes con el fin de mejorar los
procesos pedagógicos y de gestión para cumplir su misión educativa y
evangelizadora. En los últimos tres años, las temáticas abordadas ponen énfasis
en la gestión educativa y el aprendizaje centrado en el alumno.
El objetivo general de la investigación matriz fue el siguiente:
- Analizar el liderazgo pedagógico en la educación media de los colegios católicos
uruguayos pertenecientes a AUDEC, a partir de las percepciones y las proyec-
ciones de directivos y docentes, durante la pandemia por COVID-19, con la fina-
lidad de identificar sus componentes más destacados.
Se definieron tres objetivos específicos (OE):
OE1- Caracterizar el liderazgo pedagógico de los directivos de educación media
básica en contexto de pandemia en todos los liceos católicos del Uruguay.
OE2- Identificar las prácticas de liderazgo pedagógico consideradas acertadas con
base en las percepciones de los docentes y los directores.
OE3- Sistematizar las opiniones y los relatos de experiencias de los actores con-
sultados conforme a las dimensiones del liderazgo pedagógico analizadas.
Para esta publicación, se realizó un recorte focalizado de la investigación. El
análisis se centró en el liderazgo pedagógico vivido y percibido por los directivos
durante el período de pandemia y se identificaron sus desafíos y aprendizajes. Se
tomaron las siguientes tres preguntas como eje:
- ¿Cómo perciben los directivos el liderazgo pedagógico en educación media si-
ca en los colegios católicos uruguayos en contexto de pandemia?
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- ¿Cuáles son las estrategias habituales y emergentes que aplicaron estos direc-
tores en el ejercicio del liderazgo pedagógico, durante la pandemia, en diversas
dimensiones de la gestión?
- ¿Q aprendizajes identifican estos directores a partir del proceso colectivo
vivido en pandemia?
El estudio realizado es exploratorio descriptivo y da cuenta de un proceso
único y excepcional en un terreno no explorado antes. "En tales casos los investi-
gadores deben justificar claramente por q conviene explorar este caso, indicar
los temas en los que se centra, y explicitar los criterios de la exploración" (Coller,
2005, p. 42). La investigación focaliza, específicamente, en el liderazgo pedagógi-
co y las vivencias de los directivos en los centros católicos de todo el país, para
comprender su alcance, valorar aciertos y dificultades y proyectar qué aprendiza-
jes recogen de lo vivido. Se centra en lo sucedido respecto a las decisiones de
gestn, en rminos de liderazgo pedagico, que debieron tomarse de forma
acelerada por parte de las autoridades y su relación con las dimensiones del mo-
delo de Robinson, empleado como referencia.
Se apliun diseño mixto, con abordaje cualitativo y cuantitativo (Hernández
Sapieri et al., 2010; Pereira Pérez, 2011), lo que permitió realizar una indagación
dinámica, con visión ampliada y profunda del objeto de estudio. Se valorizó la voz
y la perspectiva de los protagonistas del liderazgo pedagico y se recogieron
testimonios de todos los directivos y de una selección de docentes.
El trabajo contó con el aval del Comité de Ética de la Universidad Católica del
Uruguay. Se relevó el consentimiento de los actores, se verificaron los aspectos
metodológicos y se pautó el uso y la confidencialidad de la información según el
protocolo de actuación.
Cabe señalar que la investigación matriz fue más amplia e incluyó, también,
las percepciones de los docentes sobre el liderazgo pedagógico. En relación a los
docentes, se reali una encuesta en línea y entrevistas en profundidad a una
muestra intencional de doce docentes seleccionados por los directivos con crite-
rios predefinidos. En este artículo, se focaliza solo en los directivos; por eso, se da
cuenta detallada de ese núcleo de indagación.
Para seleccionar los casos, se utilizaron los criterios de viabilidad, heteroge-
neidad y accesibilidad expuestos por Valles (1999). La primera decisión fue selec-
cionar a los colegios católicos miembros de AUDEC de todo el país, que cuentan
con educación media básica en su oferta educativa. Se realizó un censo mediante
encuesta a todos los directivos, según el modelo de Robinson (2019).
Para seleccionar a los seis directivos con los que se realizaron las entrevistas
en profundidad, se mantuvieron los tres criterios ya mencionados de viabilidad
(factibilidad para realizar la entrevista dentro de los plazos previstos), heteroge-
neidad (ubicación de los centros, tamaño y antigüedad en el cargo como directivo)
y accesibilidad (directivos que respondieron. en el censo, tener disposición para
mantener una entrevista).
La Tabla 2 sintetiza el alcance y la cobertura total del trabajo de campo realizado.
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Tabla 2: Resumen del trabajo de campo de la investigación: técnicas y co-
bertura alcanzadas
* Tasa de respuesta (total y porcentaje).
Fuente: Elaboracn propia.
Los instrumentos se estructuraron en cinco categorías que articulan los apor-
tes teóricos ya señalados:
1. Datos generales de los colegios y de los actores implicados.
2. Liderazgo pedagógico de los directivos (construcción de metas y expectativas;
dotación de recursos estratégicos en el contexto; planificación, coordinación y
evaluación de la enseñanza y el currículo; participación en el aprendizaje y de-
sarrollo de los profesores; ambiente educativo; vínculo entre la escuela y la
comunidad).
3. Gestión de la innovación y el cambio en contextos forzosos.
4. Canales y formas de comunicación.
5. Aprendizajes emergentes en este período de pandemia.
Para validar los instrumentos (cuestionario del censo y guía semiestructurada
de las entrevistas), se aplicaron dos estrategias: lectura crítica de expertos y pilo-
taje previo de aplicados a actores similares.
En primera instancia, la encuesta se aplicó al universo de directores de los
centros definidos. En una segunda etapa, se seleccionaron seis centros a fin de
profundizar la información cualitativa sobre las dimensiones analizadas. Con la
I. Achard, A. Baráibar
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Técnica
aplicada
Censo
encuesta a
directores
Entrevista a
directores
Entrevista a
docentes
Encuesta
en nea
N° de
casos
83
6
12
256
Actores
Directores de
Educ. Media
sica (EMB).
Directores
de EMB.
Docentes
de EMB.
Docentes
de EMB.
Tasa
de rta.*
74/83
90 %
6/6
100 %
12/12
100 %
52/256
20 %
Criterios de seleccn definidos
Liceos católicos del país con EMB,
integrados a AUDEC.
Muestra seleccionada según pregun-
tas clave de la encuesta. Contempla
localizacn y tamaño del centro, y
antigüedad en la gestión.
Seleccionados por el director del co-
legio con base en la antigüedad, la
carga horaria y la percepción sobre
su conocimiento y uso de tecnolo-
as digitales.
Todos los docentes de EMB de los seis
liceos seleccionados.
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intención de garantizar la cobertura y la heterogeneidad en la muestra, se combi-
naron tres criterios para elegirlos:
a) Respuestas positivas a preguntas del censo sobre el interés manifiesto en parti-
cipar en la instancia cualitativa, la posibilidad de crear y concretar innovaciones.
b) Representación de colegios de Montevideo y de otras zonas del país para reco-
ger posibles variantes.
c) Antigüedad del director en el cargo. Se contemplan dos categorías: menos y
más de cinco años de experiencia en el colegio.
Las entrevistas semiestructuradas en profundidad fueron individuales y pre-
senciales (salvo en un caso que fue virtual). Todas estuvieron a cargo de las dos
investigadoras responsables y con grabacn de audio consentida para recoger
con total fidelidad sus testimonios completos.
El procesamiento de la información fue realizado empleando el software SPSS
(Statistical Package for Social Sciences) para las encuestas y ATLAS. ti para las
entrevistas, lo que impliel diseño de matrices de categorización. Para el análisis
del censo con los directivos, se definieron tres dimensiones: perfil de los directi-
vos, liderazgo pedagógico y aprendizajes a partir del proceso de pandemia, cada
una con sus subdimensiones e indicadores. En el caso de las categorías de ATLAS.ti,
se establecieron veintiocho códigos para procesar los contenidos de las entrevis-
tas en profundidad con los directivos.
4. Análisis de los resultados obtenidos
Los resultados se organizan de acuerdo con las tres dimensiones predefinidas
y relevadas: perfil de los directivos, liderazgo pedagógico (siguiendo el modelo de
Robinson, 2019) y aprendizajes en este período de pandemia.
4.1. Perfil de los directivos
En relación con las variables sociodemográficas, el 63 % son mujeres y el 37 %
son hombres. La distribución de edades permite identificar que, en el tramo de 45 a
65 años, se concentra el 60 % de los directores, lo que corresponde a una población
adulta madura. El 93 % de los directores tiene, al menos, diez años de experiencia
como docentes que conocen la dinámica de clases y el funcionamiento general de
los centros educativos. En cuanto a los años de desempeño del rol, el 60 % de los
directores lleva menos de cinco años en el ejercicio de la gestión educativa. Para
varios directivos, es su debut en el rol dentro del marco desafiante de la pandemia.
Más de la mitad está en una etapa inicial del ejercicio activo de la gestión, con el
desafío extraordinario de asumir el liderazgo en un período excepcional, sin
presencialidad, y de afrontar múltiples decisiones en tiempos inciertos y complejos.
En cuanto a su formación, el 64 % de los directores manifiesta tener estudios de
posgrado, lo que los califica sobre la amplia mayoría del personal docente de sus
centros.
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4.2. Liderazgo pedagógico según dimensiones del modelo de Robinson
Se analizaron las percepciones de los directores en relación con cada una de
las seis dimensiones definidas.
1) Establecimiento de metas y expectativas
Se destaca que el 76 % de los directivos indica que sus colegios ya tenían un
proyecto de centro escrito y vigente al momento de iniciarse la pandemia. En rela-
ción a la existencia de proyectos de mejora, el 80 % responde que los tenían y que
ya los estaban implementando previamente a la pandemia. La temática central de
los proyectos presenta una concentración marcada en dos temas de interés: las
metodoloas de enseñanza-aprendizaje y los procesos de evaluación. Contar
con proyectos de mejora en curso y formar a los docentes para ponerlos en prác-
tica se valoró como un apoyo que facilitó la generación de los cambios que la falta
de presencialidad impuso. En muchos casos, implicó encontrar a los docentes tra-
bajando ya en forma coordinada, con experiencias compartidas de instancias
formativas de reflexión, intercambio y actividades colectivas coordinadas.
2) Dotación de recursos estratégicos
En el marco de la pandemia, el 60 % de los directivos afirman que reasignaron
recursos técnicos para poder acompañar la nueva situación de enseñanza virtual
inicialmente y, luego, híbrida. En la mayoría de los centros (70 %), no existieron
nuevas contrataciones, lo que implicó resolver la nueva situación con el personal
que tenían. Antes de la pandemia, el 68 % usaba la plataforma educativa, pero le
daba un uso limitado que no generaba un impacto pedagógico significativo en las
prácticas docentes y los aprendizajes de los estudiantes. Para organizar la ense-
ñanza sin presencialidad, durante la pandemia, el 32 % de los colegios se vio en la
necesidad de incorporar una plataforma educativa. Un recurso nuevo fue la herra-
mienta de las videoconferencias (con diversidad de aplicaciones) para poder darle
continuidad a la propuesta educativa; el 96 % de los colegios las incorporó.
La situación de emergencia gene una solidaridad espontánea dentro del
personal y ofició como sostén para los docentes, tanto desde los directivos como
desde otros actores que tomaron protagonismo interno. Los adscriptos fueron las
figuras más destacadas como articuladoras y facilitadoras, incluso con presencia
virtual. Apoyaron a los docentes en las clases en aspectos tecnológicos, disciplina-
rios y de encuadre para facilitar la continuidad de las clases. Otras figuras impor-
tantes mencionadas fueron los docentes con mayor conocimiento y uso de aplica-
ciones y recursos informáticos, quienes generaron tutorías espontáneas o coordi-
nadas con sus colegas y dedicaron tiempo extra a asesorar a los directivos y a los
pares docentes.
3) Planificación, coordinación y evaluación de la enseñanza y el currículo
Las coordinaciones docentes se mantuvieron como espacios imprescindibles y
periódicos de reunión con la dirección, más allá de brindar cierta flexibilidad en la
frecuencia, propia de la situación excepcional que se estaba viviendo. El cambio
principal se señala en relación con los contenidos abordados en dicho espacio, ya
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Dlogos Pedagicos. Año XXII, 43, abril-septiembre 2024.
que el 87 % de los encuestados manifiesta que, en pandemia, tuvo variaciones.
Asimismo, el 74 % confirma que cambió el tipo de intercambio en las reuniones de
coordinación. Las entrevistas permiten agregar que estos espacios resultaron ser
un momento vital de encuentro y sostén emocional, no solo destinado a aspectos
relacionados con el desempeño académico. En cuanto al apoyo a los docentes, el
86 % de los directores considera que se brindó apoyo pedagógico entre algunas
veces o siempre durante todo el período. En relación al proceso de supervisión, el
57 % de los directores considera que supervisaron aspectos de planificación entre
algunas veces y siempre durante ese período. La respuesta del 32 % de los direc-
tores fue que las visitas a clase, en ese tiempo, no se realizaron. El proceso de
acompañamiento docente estuvo centrado en lo emocional, más alde los acom-
pañamientos que se realizaron a nivel de aspectos curriculares y pedagógicos.
4) Promover y participar en el aprendizaje y desarrollo de los profesores
La magnitud de la situación de emergencia fue tal que el desarrollo de los
docentes no fue uno de los aspectos más promovidos por los directores; por lo
menos, en las dos primeras fases de la pandemia. Se establecieron instancias de
aprendizaje s informales para convertirse rápidamente en usuarios de recur-
sos tecnológicos "sobre la marcha". En relación al acompañamiento, los directores
mencionan la necesidad de dar más tiempo e instancias para fomentar el diálogo
y la escucha de los docentes como colectivo, no solo en el mano a mano individual.
Incluso lo plantean como una buena oportunidad para buscar soluciones colecti-
vamente. Así lo experimentaron para resolver algunas dificultades que se les fue-
ron presentando.
Consultados respecto al ofrecimiento de instancias formativas a sus docentes
en pandemia, el 81 % de los directivos respondió afirmativamente. Es importante
considerar que se generaron nuevas posibilidades virtuales; por ejemplo, se abrie-
ron muchas conferencias o webinars gratuitas para educadores a nivel nacional e
internacional. En relación a las áreas de capacitación, destacan cuatro: las compe-
tencias digitales (87,8 %), las metodologías de enseñanza y aprendizaje (70,3 %),
la formación en evaluación (70,3 %) y las competencias socioemocionales (66,2 %).
Al indagar sobre el apoyo a la formación de los docentes desde los centros, se
respondió que contemplan diversas modalidades, desde la posibilidad de solicitar
licencias especiales por estudio o participación en eventos académicos (78 %), ofre-
cer descuentos en instituciones educativas para realizar cursos de formación y per-
feccionamiento (67,6 %) y, contratar personal técnico específico por parte del cole-
gio (66,2 %). Utilizar el apoyo externo de otras organizaciones para la capacitación
fue mencionado por el 55,4 % de los directores.
5) Asegurar un ambiente ordenado, seguro y de apoyo
En forma casi inmediata a la medida de suspensión de las clases presenciales,
el 72 % de los colegios señala haber realizado clases virtuales asincrónicas y
sincrónicas como forma de darle continuidad a los cursos. La modalidad más utili-
zada para desarrollar la propuesta de clases fue el uso de una plataforma virtual,
señalado por el 94,6 % de los directores encuestados. Entre las estrategias para
incentivar su uso, se apeló al apoyo de pares experientes en el empleo de recur-
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sos tecnológicos, tutoriales y apoyo directo; incluso, se respaldó sincrónicamente
el quehacer docente en las aulas virtuales. En las entrevistas, surge que ofrecer a
los docentes un marco de seguridad para sostener el desarrollo de sus clases fue
la forma más frecuente de acompañarlos. En algunas situaciones, llevar adelante
las clases en un entorno virtual les resultaba desafiante y complejo y requerían
apoyo externo para asegurar la continuidad: la presencia del director, del adscripto
o de otra figura colaboraba para desarrollar el curso.
La coordinación se destaca como espacio central para acordar la replanificación
curricular en ese escenario dinámico. Del relato de los directores, se manifiesta la
necesidad de mantener la unidad del colectivo de educadores en la dispersión, a
consecuencia de la no presencialidad, para lo cual se emplearon variados canales
de comunicación. Enfatizan la importancia de la comunicación directa y frecuente,
con transparencia, para estar todos manejando la misma información y brindando
posibilidades de expresar y escuchar. Afirman que el trabajo en equipo genera
cohesión y eso les da seguridad en momentos de mucha incertidumbre.
6) Relación entre la escuela y la comunidad
La vinculación con las familias se encauzó de diferentes formas y se recurrió a
estrategias variadas, dependiendo de cada contexto y posibilidad. Este proceso
fue cambiando en las distintas fases de la pandemia. Los directores encuestados
consideran este acercamiento de las familias como fundamental; el 88 % reconoce
cambios positivos en la comunicación con las familias, donde se destaca su incre-
mento, fluidez y mayor implicancia. En este proceso, la familia fue un protagonista
importante para mantener el proceso educativo, asegurar la continuidad en la
escolarización de sus hijos y establecer una alianza con el colegio. Esta situación
evidenc y marcó s la diferencia entre los estudiantes que no cuentan con
contención familiar y los que la tienen. El tema de las brechas estuvo presente
en las reflexiones y las acciones de los directivos.
Al indagar por los contenidos de la comunicación, se identifican como funda-
mentales: con 66,2 %, los intercambios sobre actividades de aprendizaje y pro-
puestas planteadas por los docentes y el 64,9 % menciona la información sobre
los cambios organizativos.
El uso de WhatsApp se expandió como un canal más ágil de comunicación y de
consulta inmediata, individual y masiva para la circulación de información con las
familias y los docentes. En algunos centros, ya existían grupos de WhatsApp de
padres para cada curso, por lo que fue instantáneo usarlo desde el primer mo-
mento; luego se reforzaban por ese medio los avisos importantes sobre cambios
organizativos e, incluso, sobre evaluaciones de los estudiantes. Como agentes de
comunicacn, varios directores destacaron la figura de los adscriptos, quienes
acompañaban también situaciones personales y familiares. En varios centros, se
generaron actividades con padres (reuniones e instancias de confraternidad, in-
cluso, virtuales) con la finalidad de mantener los vínculos.
En varios centros, se mencionaron nculos con otros actores del entorno.
Fundamentalmente, en los colegios del interior del país, mencionaron, por ejem-
plo, el apoyo recíproco con centros educativos públicos, con algunas organizacio-
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nes locales, centros pastorales o red de colegios (ej. AUDEC y fundaciones que los
apoyan). La Administración Nacional de Telefonía (ANTEL), organismo estatal, faci-
litó convenios de datos móviles para apoyar a las escuelas. La Administración
Nacional de Educacn Pública (ANEP) y Ceibal facilitaron el uso abierto de sus
plataformas y recursos digitales.
4.3. Aprendizajes sobre el ejercicio del liderazgo en contexto de pandemia
Al relevar los aprendizajes obtenidos a partir de las vivencias de la pandemia,
surgieron algunos componentes destacados desde las percepciones de los direc-
tivos, que contribuyeron a resignificar, en este proceso, tres elementos considera-
dos fundamentales:
1. Movimientos en actores y surgimiento de protagonismos.
2. Acciones destacadas, diferentes a las habituales.
3. Uso y circulación de recursos.
La Tabla 3 recoge la ntesis de los aportes destacados por los directivos
como aprendizajes a partir de las vivencias de sus liderazgos pedagógicos en el
período de pandemia.
En relación a los actores, en el proceso educativo, se mencionan cambios en
los roles y los vínculos. Se destacan a las familias como aliado fundamental, que
acompañaron los procesos de aprendizaje y las necesidades individuales. Se vol-
vió a pensar el lugar de los estudiantes, cómo mantener su motivación y cómo
apoyar su ubicación como protagonistas centrales del proceso educativo. Se pro-
curó centrar los esfuerzos en cada estudiante como destinatario central y se privi-
legió el encuentro, el acompañamiento y el desarrollo integral. Mantener su vincu-
lación con el centro y no "perderlos" fue la premisa. En este proceso, la adaptabi-
lidad y la creatividad fueron las claves frente a las incertidumbres, los límites y los
cambios forzosos.
En relación a los docentes y su rol como líderes pedagógicos, se vivieron si-
tuaciones donde se asumió el liderazgo y otras en las que resultó imprescindible
ofrecerles apoyo, orientación, formación y contención para dar continuidad a su
labor. En los colegios católicos, creció el protagonismo y el liderazgo de los adscriptos,
lo que facilitó las tareas. Se articuló a todos los actores para potenciar la búsque-
da de soluciones frente a las situaciones emergentes.
Respecto a las acciones propias del proceso educativo, la búsqueda de la
esencia educativa en este contexto particular supuso revalorizar su sentido últi-
mo: potenciar el desarrollo humano de manera integral. Se resignificó el acompa-
ñamiento, el trabajo en equipo, la comunicación, los procesos de aprendizaje, la
necesidad de generar espacios de encuentro emocional y profesional y de brindar
diversos apoyos: socioemocional, tecnológico-instrumental y pedagógico-filofi-
co. Se vitalizaron la fuerza y el valor de la comunidad educativa como núcleo cen-
tral y el cuidado por sostener un ambiente formativo de contención, que estimula
el desarrollo humano individual y colectivo y que vela por el bienestar de todos.
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Tabla 3: Síntesis de los aprendizajes señalados por los directivos vinculados
al liderazgo pedagógico
Fuente: Elaboración propia conforme a la información recogida en la investigación.
Un aspecto que surgió demandado con mucha necesidad fue el acompaña-
miento socioemocional, al punto de considerarlo como una dimensión emergente,
con entidad propia, por el valor asignado y la reiteración.
Se produjo una resignificación e incorporación de nuevos recursos. Espontá-
neamente, se potenció la comunicación en todos los sentidos y con todos los acto-
res para compartir recursos y soluciones colaborativamente. Liberar y socializar
recursos en horizontalidad, con apertura y circulación de los aprendizajes y las
innovaciones en entornos virtuales, fueron prácticas que ganaron terreno y se
instalaron. Esto implicó desafiarse, replanificar, incorporar dinámicas, cnicas y
aplicaciones nuevas, generar estímulos permanentes de motivación, modificar las
evaluaciones, así como incorporar nuevas aplicaciones, recursos virtuales y nue-
vas herramientas de comunicación y propuestas didácticas activas.
De las encuestas y las entrevistas, surge insistentemente que se ha invertido
mucho tiempo y trabajo extra en este período para garantizar la continuidad de la
enseñanza. Se enfatizó la importancia del reconocimiento a la entrega y el can-
sancio acumulado. En algunos centros, se concre y, en otros, no. Pese a los
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Roles y vínculos diferen-
tes entre escuelas y fa-
milias, unidas para apo-
yar a los estudiantes/
hijos.
Reflexiones sobre la
esencia de la tarea edu-
cativa.
Adaptacn, creatividad
y flexibilidad.
Apertura y generosidad
para la circulación de
saberes y recursos
entre educadores.
Principales ejes y cambios identificados en contexto de pandemia
Actores
Acciones
destacadas
Recursos
implicados
Focalización en la
centralidad de los estu-
diantes como actores
protagonistas a atender,
retener y contener.
Resignificacn práctica
del trabajo en equipo,
el acompamiento, la
comunicación y la moti-
vacn.
Innovacn e incorpora-
ción de nuevas técnicas,
dinámicas y aplicaciones
virtuales
Aumento del liderazgo
pedagógico de docentes
y reconocimiento de nue-
vos liderazgos emergen-
tes (ej.: los adscriptos y
los docentes con conoci-
mientos inforticos).
Concepción de los am-
bientes de aprendizaje
como espacios de apoyo
en diversos aspectos:
personales (contención
socioemocional) y profe-
sionales (pedagicos,
instrumentales, tecnológi-
cos).
Propuestas dicticas
activas que apelan a ma-
yor participación de los
estudiantes.
Inclusn de dinámicas
para incentivar la comu-
nicación.
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esfuerzos, se reconoce que los procesos de enseñanza y aprendizaje fueron afec-
tados significativamente, con resultados descendidos respecto a un o escolar
habitual y con presencialidad.
5. Conclusiones y proyecciones: ¿qué implicó crear y sostener liderazgos
pedagógicos en contextos de cambio e incertidumbre?
En relación a los desafíos, analizar el liderazgo pedagógico en el período de
pandemia, comprendido entre marzo 2020 y diciembre de 2021, implica reconocer-
lo inmerso en un escenario dinámico y complejo. En Uruguay, incluyó la identifica-
ción de siete fases diferentes dentro de la pandemia, con sucesivos cambios en la
modalidad de cursado y los consiguientes ajustes a los protocolos sanitarios esta-
blecidos en forma externa por las autoridades nacionales, lo que implicambios
internos en cada centro educativo. Fue un período muy desafiante para quienes
ejercieron el liderazgo pedagógico que requirió de soluciones creativas, abiertas,
variadas y flexibles en todas las instituciones. La forma tradicional de ejercer el
liderazgo, basada en un modelo presencial y centrada en los directores, se vio
afectada y se debieron desplegar nuevas estrategias de liderazgo con demandas
continuas y diversas. Cada etapa de la pandemia implicó replanificar, crear res-
puestas nuevas a los desafíos que fueron surgiendo, encausar el funcionamiento
de los centros en su globalidad y apoyar a todos los actores para transitar los
cambios del mejor modo posible.
El modelo propuesto por Viviane Robinson resultó apropiado para sistemati-
zar las iniciativas que, en materia de liderazgo pedagógico, aplicaron los directi-
vos, tal como se registra en los resultados compartidos precedentemente y en el
resumen de la Tabla 4.
Además de identificar estas estrategias, ligadas al desarrollo del modelo se-
leccionado, se identificaron dos dimensiones emergentes por parte de los directi-
vos, consideradas relevantes desde sus percepciones: el hecho de ser colegios
católicos y de prestar especial atención al desarrollo de las habilidades
socioemocionales para favorecer los vínculos y el compromiso de todos. Esto impli-
ca reflexionar sobre el liderazgo no solo en relación a las actividades centrales
que se realizan (contempladas en el modelo empleado), sino también estar aten-
tos a la consideración de los contextos institucionales concretos de desempeño y
a la cultura de cada centro, donde se integran los rasgos de personalidad de
quienes ejercen los liderazgos.
Es necesario incorporar el factor contextual enfatizando los efectos genera-
dos por decisiones externas (tomadas por las autoridades del sistema educativo
aplicando los protocolos sanitarios sujetos a la evolución de la pandemia), que
afectan fuertemente las condiciones de enseñanza y exigen atención a los cam-
bios permanentes y a la energía que requiere implementarlas.
El otro énfasis se apoya, especialmente, en los nculos personales que el
líder haya tejido con el entorno y las redes que emplea, que le permiten fortalecer
el desarrollo de la propuesta educativa del centro que dirige.
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Tabla 4: Resultados de cada dimensión considerando el modelo de Robinson
(2019)
Fuente: Elaboracn propia.
Estrategias aplicadas por los directivos
- Contar con proyectos de mejora, proyec-
tos educativos institucionales, escritos y
conocidos por todos y ya en ejecución,
contribuyó a mantener rumbo y dar seguri-
dad a la comunidad educativa.
- Ampliar cauces de participación, habilitar
espacios a otros actores para consultar,
definir y actuar en aspectos operativos de
funcionamiento cotidianos.
- Socializar recursos: circulación más abierta
de saberes y búsqueda de alianzas entre
pares.
- Involucrarse y capacitarse en el uso de
recursos virtuales para apoyar la innova-
ción y a sus docentes en procesos de
replanificación y adaptación curricular.
- Emplear recursos virtuales gratuitos de
capacitación.
- Mantener creativamente espacios de coor-
dinación e intercambio con los docentes,
los cuales incluyeron momentos sociales y
de contención.
- Flexibilidad para crear otras formas de eva-
luación y metodologías activas y lúdicas.
- Comunicación fluida por diversos canales
(virtuales y presenciales).
- Tomar decisiones de encuadre en relación
a horarios, canales de comunicación, en-
tregas de consignas y tareas. Organizar
pautas claras de funcionamiento comunes
para todos.
- Designar o asignar competencias como
referentes por nivel o sector para dar co-
hesión y unidad.
- Asumir una comunicación activa y fluida
con las familias para notificar los cambios.
- Establecer contactos puntuales o formar
redes con otras organizaciones para apo-
yarse.
Dimensiones
1.Establecimiento de
metas y expectati-
vas.
2.Dotación de recur-
sos estratégicos.
3.Planificación, coor-
dinación y evalua-
ción de la enseñan-
za y el currículo.
4.Promoción y parti-
cipación en el
aprendizaje y de-
sarrollo de los pro-
fesores.
5.Aseguramiento de
un ambiente orde-
nado, seguro y de
apoyo.
6.Relación entre la
escuela y la comu-
nidad.
Capacidades cla-
ve de los líderes
Resolución de pro-
blemas complejos
Conocimientos pe-
dagicos profun-
dos
Construcción de
relaciones de con-
fianza
El hecho de ser todos colegios católicos y de contar con componentes cultura-
les aglutinantes, como una formación pastoral que fortalece de manera explícita la
identidad y vivencia como comunidad educativa, y la dedicación puesta en la con-
tención y el fortalecimiento de aspectos espirituales por parte de los actores impli-
cados se valoró positivamente para responder a la situación desestabilizante del
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contexto de emergencia. En estas circunstancias, sentirse parte de un mismo colec-
tivo les ayua sostenerse en múltiples dimensiones, con gestos concretos (apoyo
espiritual y oración compartida, acompañamiento y cercanía personalizada, présta-
mo de equipamiento informático, incluso solidaridad económica para pago de cuo-
tas). Se evidencque, más allá de la diversidad de colegios en relación a su tama-
ño, ubicación y alumnado de diversos sectores sociales, la condición de ser centros
religiosos les otorga condiciones favorables de cohesión interna, espiritualidad com-
partida y seguridad para la comunidad educativa que lo conforma. Contar con pro-
yectos educativos institucionales, proyectos de mejora en curso y liderazgo para
hacerlos presente les permitió mantener su rumbo y consistencia interna, pese a
las transformaciones que provenían desde afuera del centro (la variación de proto-
colos sanitarios establecidos por las autoridades nacionales, por ejemplo), lo que
brindaba un marco de seguridad y confianza al quehacer de todos.
La otra dimensn que quedó destacada fue la atención a las habilidades
socioemocionales tanto en relación a la figura del directivo (como referente en sus
comportamientos y actitudes) como en la necesidad de brindar contención, armo-
nizar emociones y acrecentar la autorregulación en todos los actores implicados
(estudiantes, familias, docentes, directivos) para responder a la situación
desestabilizante de emergencia. Los vínculos personales que el líder ya haa
tejido con su comunidad, con el entorno y las redes que emplea para fortalecer el
desarrollo de la propuesta educativa son esenciales para garantizar la contención
de las personas y la continuidad del funcionamiento del centro, más al de los
cambios forzosos y las adaptaciones a realizar. Si bien puede señalarse que estas
habilidades esn presentes en todas las dimensiones ya analizadas, durante la
pandemia se hizo necesario activar de manera permanente el apoyo socioafectivo,
mediante espacios para escuchar y hablar, dedicando tiempo personal a la con-
tención y el acompañamiento. También, se apuntó a la promoción y la difusión de
diversas oportunidades formativas virtuales -mayoritariamente gratuitas- para los
docentes; por ejemplo, sobre el desarrollo de habilidades emocionales.
Se destacó, asimismo, un cambio en la fluidez de la comunicación bidireccional
con las familias, que acercó el reconocimiento y el agradecimiento hacia los docen-
tes y el colegio, especialmente, en las primeras fases de la pandemia, lo que po-
tenció un clima de unión. Las competencias comunicacionales se destacan como
centrales para lograr la continuidad y la calidad de la enseñanza, mediante la
coordinación docente como espacio colectivo y la comunicación personal directa y
cercana entre todos los actores. La importancia del trabajo común y en sintonía
con las familias emerge como un terreno a potenciar, que busca formas y cauces
que permitan consolidar su participación, más allá del contexto particular de
pandemia.
Se percibe el campo de las competencias socioemocionales como inherente al
liderazgo pedagógico, que fortalece el acompañamiento, la contención y el apoyo
de docentes, estudiantes y familias y procura desarrollar un ambiente de bienes-
tar para todos. La proximidad vincular socioemocional ha sido un componente cuya
incidencia se valoró y jerarquizó muy especialmente en la labor educativa durante
estos tiempos de pandemia.
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En las Tablas 3 y 4, se presentaron sintéticamente las estrategias desplega-
das para responder a los desafíos y los aprendizajes, que fueron destacados por
los directivos como procedimientos prácticos y efectivos para transitar este perío-
do disruptivo de cambios. Quedan respondidas las tres preguntas inicialmente
planteadas para esta comunicación. Difundirlos permite reflexionar respecto a su
posible incorporación en las prácticas cotidianas de ejercicio del liderazgo pedagó-
gico, más allá de estas condiciones excepcionales.
Un aspecto que merece considerarse en esa reflexión es la sostenibilidad en
el tiempo de una circunstancia mite, como se generó en este período estudiado.
Es lógico que tienda a disminuir el despliegue de energía y la dedicación puesta en
la contención y el apoyo de los actores que se realizó en este período prolongado
en el tiempo.
La situación de emergencia favoreció la consolidación de liderazgos pedagó-
gicos distribuidos al interior de los centros estudiados, que ampliaron su exten-
sión y se destacaron como más visibles los roles articuladores de los adscriptos,
los coordinadores y los referentes de nivel, a como los ejercidos por docentes
con mayor experiencia en el uso y dominio de recursos tecnológicos. La situación
de incertidumbre y la necesidad de garantizar rápidamente la continuidad de la
enseñanza llevaron a que varias direcciones habilitaran la participación de otros
actores (internos y externos) para buscar soluciones a los desafíos que debían
resolverse. La necesidad abrió una oportunidad para que surgieran nuevos
liderazgos emergentes asociados a los saberes, que se desplegaron y circularon
en cada centro, para permitir que siguieran cumpliendo su misión educativa. Los
aliados externos también fueron fundamentales como sostén colaborador, pero
no ocuparon liderazgos pedagicos.
La pandemia ya ha quedado atrás como tal y como contexto excepcional. El
liderazgo pedagógico dentro de las escuelas, en los directivos y en el rol de los
docentes ha cobrado mayor relevancia. Es un hecho que la educación precisa líde-
res y educadores que desarrollen buenas prácticas para fortalecerla, tanto en
contextos habituales como en situaciones excepcionales. La formación y las prác-
ticas de liderazgo extendidas en las organizaciones (liderazgo distribuido), con
visiones más amplias y flexibles que las tradicionales, resultaron ser una estrate-
gia imprescindible, necesaria y provechosa. Incorporar el desarrollo de competen-
cias de liderazgo como formación continua de los docentes, dentro de las organi-
zaciones educativas, facilita y fortalece su funcionamiento. Habilitar su ejercitación
alternando protagonismos entre los integrantes del colectivo permite dar oportu-
nidades de crecimiento y desarrollo del sentido de pertenencia e involucramiento,
incorpora intencionalmente la diversidad y hacer circular saberes en un rango más
amplio (incluyendo aspectos de la gestión), brindar reconocimientos, integrar po-
sitivamente la diversidad y generar motivación, compromiso y confianza en sus
integrantes.
La variedad y la profundidad de cambios que caracteriza al siglo XXI constitu-
ye un escenario cotidiano de incertidumbre para ejercer el liderazgo pedagógico
en las escuelas. Estos hallazgos aportan estrategias que resultaron acertadas y
que invitan a pensarlas y profundizarlas en el marco de otros contextos.
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1
Este artículo es basado en mi tesis de grado de Licenciatura en Sociología: Ponndole corazón al
hombre de hojalata: incidencia de la motivación en las expectativas educativas en estudiantes de de EMB.
o 2022. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la Reblica (Uruguay).
2
Licenciado en Sociología. Becario CONACYT (Colegio de xico). Ciudad de México, xico. Correo:
wilkinsandres@gmail.com
Diálogos Pedagógicos. ISSN en línea: 2524-9274.
o XXII, Nº 43, abril-septiembre 2024. Pág. 40-61.
DOI: http://dx.doi.org/10.22529/dp.2024.22(43)03 / Recibido: 18/08/2023 / Aprobado: 11/12/2023.
Artículo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar.
© Universidad Católica de Córdoba.
Incidencia de la motivación hacia el
aprendizaje y las expectativas educativas
de los estudiantes uruguayos de
de Educación Media
1
Incidence of motivation towards learning and educational
expectations of Uruguayan 3
rd
-year high school students
Andrés Wilkins Masse
2
Resumen: Recién a fines del siglo pasado, las Ciencias Sociales han comenzado a
interesarse en las habilidades socioemocionales; especialmente, en la motivación ha-
cia el aprendizaje al reportar la incidencia que esta tiene en el desempeño educativo
(Santos y Primi, 2014, Farrington et al., 2012).
En este estudio, nuestro objetivo es conocer la incidencia de la motivación hacia el
aprendizaje en las expectativas educativas de estudiantes de Educación Media. Para
ello, partimos desde una metodología cuantitativa y analizamos la encuesta de Aristas
Media 2018 (Instituto Nacional de Evaluación Educativa [INEEd], 2018) a una mues-
tra representativa de estudiantes de de Educación Media, que evalúa el desempeño
en Matemática y Lectura.
Los principales hallazgos son que, en las expectativas educativas a corto plazo, solo
incide la motivación intrínseca, mientras que, en las expectativas a largo plazo, incide
la motivación intrínseca y extrínseca a Matemática, teniendo en cuenta el efecto de la
variación de otros factores.
Palabras clave: motivación para los estudios, Uruguay, desigualdad social
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Abstract: Just by the end of the last century, the Social Sciences have begun to take
an interest in socioemotional skills; especially, in motivation for learning by reporting
the incidence that this has on educational performance (Santos and Primi, 2014,
Farrington et al., 2012).
In this study, our objective is to know the incidence of learning motivation on the
educational expectations of high school students. To do so, we start from a quantitative
methodology by analyzing the Aristas Media 2018 survey (Instituto Nacional de Eva-
luación Educativa [INEEd], 2018] to a representative sample of students in 3rd year of
high school that evaluates performance in Mathematics and Reading in Spanish.
The main findings are that only intrinsic motivation has an impact on short-term
educational expectations, while intrinsic and extrinsic motivation to Mathematics have
an impact on long-term expectations, taking into account variation effect of other factors.
Keywords: motivation for studies, Uruguay, social inequality
1. Introducción
Uruguay tiene una alta tasa de abandono en la Educación Media -EM en ade-
lante-. Desde 2020, el ingreso a la EM está universalizado, pero solo cuatro de
cada diez estudiantes egresaron de dicho nivel (Instituto Nacional de Evaluación
Educativa [INEEd], 2022). Este nivel comprende la formación de todos los jóvenes
de 12 a 18 años, en la que es obligatorio el egreso, tanto en su modalidad de
formación técnica como secundaria (Fernández Aguerre et al., 2022). A su vez,
está dividido en dos tramos: el primero, llamado Educación Media Básica -EMB-,
abarca hasta el tercer año de la EM y otro, desde el cuarto hasta el sexto año,
denominado Educación Media Superior -EMS-. No obstante, aunque el acceso está
universalizado y la cobertura pública es extensa, existen igualmente grandes des-
igualdades en el egreso de este nivel.
Según Menese Camargo (2020), la desigualdad de logro educativo ha sido
estudiada desde diversas perspectivas, que se pueden agrupar en tres principa-
les enfoques: aspectos socioeconómicos del hogar, caractesticas del sistema
educativo y, por último, los aspectos personales.
Este último enfoque ha sido el menos estudiado de los tres y se refiere a
aspectos individuales de los estudiantes que tienen incidencia en la trayectoria
educativa. Entre ellos, se pueden encontrar aspectos asociados a la edad, los
ciclos de vida de los estudiantes (Cardozo Politi, 2016) o aspectos emocionales
(Noboa et al., 2014; Wilkins Masse, 2022).
A diferencia del contexto internacional, en Uruguay, no han sido estudiadas
las habilidades socioemocionales de los estudiantes y su incidencia en el logro
educativo. Por habilidades socioemocionales, entendemos a aquellas habilidades
que permiten al individuo adaptarse de la mejor manera al entorno con el fin de
resolver diferentes problemas y estimular un mayor desarrollo personal (INEEd,
2021). Este concepto empieza a cobrar relevancia a fines del siglo XX como forma
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de complementar a las llamadas habilidades cognitivas, representadas por la ca-
pacidad del estudiante y asociadas con el aprendizaje en Matemática y Lectura
(Santos y Primi, 2014). Desde la década de los noventa, se formularon diversas
investigaciones desde varias disciplinas que destacan el papel de las habilidades
socioemocionales en los desempeños educativos de los estudiantes y en la inser-
ción a futuro en el mercado de trabajo (Cunha y Heckman, 2009; Farrington et al.,
2012; Heckman et al., 2006; INEEd, 2015).
En Uruguay, el estudio de estas habilidades se incorporó recientemente en la
investigación educativa y no se desarrollaron esfuerzos sistemáticos en la forma-
ción de docentes sobre cómo potenciar los aspectos socioemocionales de los es-
tudiantes en el aula, por más que los profesores y los maestros lidien constante-
mente con esta situación (Noboa et al., 2014).
La primera evaluación estandarizada de habilidades socioemocionales en Uru-
guay se encuentra en el marco de Programa para la Evaluación Internacional de
los Estudiantes
3
2012 -PISA -por sus siglas en inglés- con la inclusión de algunos
módulos en los que se incluía la motivación, la perseverancia, la autoeficacia y el
sentido de pertenencia a los centros educativos (INEEd, 2015). Posteriormente,
las habilidades socioemocionales se incluyeron en el estudio de Aristas realizado
por el Instituto de Evaluación Educativa de Uruguay
4
-INEEd, en adelante-, en la
Primaria (3° y grado) como en de la EM (INEEd, 2018).
Una de las habilidades socioemocionales más mencionadas es la motivación
hacia el aprendizaje (Santos y Primi, 2014). De hecho, es usual en la literatura la
jerarquización de la motivación hacia el aprendizaje como un lugar central dentro
de las habilidades socioemocionales (Farrington et al., 2012; Santos y Primi, 2014).
La definición de la motivación hacia el aprendizaje y las consecuencias sobre
el comportamiento humano varían notablemente dependiendo de la teoría desde
donde se enfoque la problemática (Curione y Huertas, 2016). En el presente estu-
dio, se entiende por motivación hacia el aprendizaje al proceso que mantiene en
actividad a un individuo para alcanzar una meta educativa determinada (Pintrich y
Schunk, 2006). En Uruguay, aunque existen varios antecedentes acerca de la inci-
dencia de la motivación hacia el aprendizaje en los desempeños académicos de
los estudiantes (Alemán et al., 2011; Cabrera, 2022; INEEd, 2020), no existen
antecedentes nacionales acerca de la incidencia de la motivación hacia el aprendi-
zaje en las trayectorias educativas de los estudiantes de la EM, período relevante
debido a los diversos cambios y experiencias que les suceden a los estudiantes.
Ahora bien, como carecemos de estudios longitudinales que tengan informa-
ción de variables socioemocionales, no se puede inferir acerca de la incidencia de
la motivacn en el abandono o las trayectorias educativas. Por lo tanto, para
acercarnos a esta problemática, utilizaremos las expectativas educativas a corto y
3
Estudio comparativo que evalúa los resultados educativos de varios pses llevada a cabo por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en estudiantes de 15 años.
4
Instituto creado en 2008 para el desarrollo de líneas de investigación y la evaluación de la calidad de
la educación uruguaya.
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largo plazo de los estudiantes. Por expectativas educativas, entendemos al nivel
que el estudiante espera alcanzar o finalizar en el futuro. Como se ha mostrado
en estudios antecedentes, las expectativas educativas son un buen predictor del
abandono escolar en Uruguay (de Melo y Machado, 2018).
2. Antecedentes
2.1. La creciente importancia de las habilidades socioemocionales
Desde la década de los noventa, en la literatura económica y sociológica, ha
emergido la conceptualización de habilidades o aspectos de las personas que son
considerados "no cognitivos", habilidades blandas o socioemocionales. Aunque
estas habilidades tienen diferentes denominaciones, hacen referencia al mismo
conjunto de habilidades de desarrollo personal que permiten una mayor adecua-
ción del individuo al entorno y que no son contemplados en la medición del coefi-
ciente intelectual (Heckman y Kautz, 2012). En esta investigación, se ha optado
por el nombre de habilidades socioemocionales, ya que se enfatiza el rol que jue-
ga la sociedad y la formación recibida por la persona en la infancia en la construc-
ción de las habilidades socioemocionales, como es destacado por teorías socioló-
gicas y psicológicas (Bronfenbrenner, 1987; Parsons, 1999; Pintrich y Schunk, 2006).
No obstante, cada vez es más frecuente la medición de las habilidades
socioemocionales en las pruebas estandarizadas. A nivel internacional, la OECD -
Organization for Economic Cooperation and Development- ha realizado una medición
de habilidades socioemocionales a niños entre 10 y 15 años en varios países, que
incluye varias dimensiones, como la curiosidad intelectual, la creatividad y la socia-
bilidad, entre otras (OECD, 2021). La misma organización ha impulsado la medi-
ción de algunas habilidades socioemocionales (entre ellas, la motivación hacia el
aprendizaje) en las Pruebas PISA desde el 2012, donde la unidad de análisis son
los estudiantes de 15 años en los pses participantes (OECD, 2017). Por otra
parte, en Uruguay, el INEEd ha incluido un módulo específico dedicado a las habi-
lidades socioemocionales al aplicar las pruebas estandarizadas Aristas en una
muestra representativa de estudiantes de de la EM (INEEd, 2020).
Todos estos esfuerzos convergen en un creciente consenso acerca de la impor-
tancia de las habilidades socioemocionales en diferentes beneficios sociales que reci-
ben los individuos en el mercado de trabajo (Heckman et al., 2006; Heckman y Kautz,
2012; OECD, 2021), la educacn (INEEd, 2015, 2020; Santos y Primi, 2014) y la salud
mental (Heckman y Kautz, 2012; OECD, 2021). En América Latina, el estudio de las
habilidades socioemocionales es escasa (Valdiviezo-Loayza y Rivera-Muñoz, 2022),
aunque existen algunos antecedentes en Brasil (Santos y Primi, 2014) y México (García
Cabrero, 2018). En Uruguay, con base en datos de Aristas Media 2018 -prueba de
logro acamico aplicada a estudiantes en 3° de la EM aplicada por el INEEd- (INEEd,
2018), las habilidades socioemocionales explican el 5 % de la varianza de los desem-
peños en los logros en Lectura y un 8 % en Matetica (INEEd, 2020).
Uno de los principales aportes de este campo es que ofrece una
complementariedad a la Teoría de la Acción Racional o a la Teoría del Capital Huma-
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no en la toma de decisiones educativas de los estudiantes. El estudiante no solo
toma su decisión con base en la expectativa de alcanzar determinada posición en
el mercado laboral o evitar caer en la estructura social, sino porque la concurrencia
a un establecimiento educativo genera determinados sentimientos y
emocionalidades. Es decir, no contemplamos a un ser humano puramente racional,
sino que tiene intereses y desarrolla afectos que inciden en sus acciones sociales
(Elster, 1997, 2010; Hedström, 2005).
2.2. La investigación reciente acerca de la motivación hacia el aprendizaje
Como fue mencionado en la introducción, la motivación al aprendizaje es una
de las habilidades socioemocionales más estudiadas como forma de acercarse a
por qué los estudiantes culminan una tarea. Por ello, al igual que la teoría de la
autodeterminación, concebimos que la motivación hacia el aprendizaje tiene dos
dimensiones principales: interna y externa (Ryan y Deci, 2000). La motivación in-
terna se refiere al interés genuino de los estudiantes por realizar una tarea. Por
ejemplo, un joven realiza su tarea de Matemática porque realmente disfruta la
actividad, mientras que la motivacn externa es el desarrollo de una tarea, a
partir de los incentivos externos a la persona, tales como el reconocimiento de un
docente o del padre, alcanzar un mejor puesto laboral, las recompensas de otro
año de educación finalizado, etc. Tanto la motivación intrínseca como la extrínseca
están fuertemente apoyadas en el contexto en el que está inserta la persona, ya
sea el clima educativo del centro (Maxwell et al., 2017), la pedagogía utilizada por
el docente (Korbel y Paulus, 2018), los vínculos con los compañeros de clase y la
familia (Kankaraš y Suarez-Alvarez, 2019; Ryan et al., 1994) y el entorno
socioeconómico (Alivernini y Lucidi, 2011; Santos y Primi, 2014).
Ahora bien, existe una amplia acumulación académica acerca de la incidencia
de la motivación hacia el aprendizaje, donde se muestra que, especialmente, la
motivación intrínseca tiene una alta correlación con el desempeño académico de
los estudiantes, tanto a nivel internacional (Anderman y Maehr, 1994; Farrington
et al., 2012; OECD, 2017) como nacional (Alemán et al., 2011; Cabrera, 2022; INEEd,
2015, 2020). En este marco, son relevantes los avances dados por el INEEd para
conocer cuál es la magnitud de la asociación entre la motivación hacia el aprendi-
zaje y el desempeño académico de los estudiantes. Con datos extraídos de PISA
2012, la motivación hacia el aprendizaje tiene un escaso impacto en el desempe-
ño de los estudiantes (INEEd, 2015).
Más allá de estos avances, a nivel internacional, existen varios estudios que
han analizado la relación entre la motivación hacia el aprendizaje y las expectati-
vas de abandono, como forma de acercarse a las trayectorias educativas al no
contar con información longitudinal en varios países. A nivel comparado de países,
en el estudio de la OECD (2021) antes citado, se encuentra que la curiosidad
académica (constructo similar a la motivación intrínseca) está asociada a una me-
nor intención de abandonar el sistema educativo en el futuro. Por otra parte, en
Italia, Alivernini y Lucidi (2011) estudian cómo la motivación hacia el aprendizaje
incide en la predisposición de los estudiantes a abandonar en tres instituciones
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de EM Superior, teniendo en cuenta factores socioeconómicos, escolares y familia-
res. El principal hallazgo es que, incluso al controlar por diversas variables, una
menor motivación hacia el aprendizaje aumenta la probabilidad de que el estu-
diante espere abandonar el sistema educativo. En Estados Unidos, se llega tam-
bién a conclusiones similares, aunque, en centros educativos secundarios rurales
en Iowa (Hardré y Reeve, 2003) y en Oklahoma (Hardré et al., 2007), donde, en
ambos casos, una menor motivación al aprendizaje es asociada a una menor
probabilidad de que los estudiantes esperen abandonar el sistema educativo.
Teniendo en cuenta las diferentes orientaciones motivacionales de las que dan
cuenta Ryan y Deci (2000), en Sudáfrica, se estudió cómo la motivación intrínseca
y extrínseca condicionan la transición al año siguiente en nueve instituciones de
diferentes contextos socioeconómicos y raciales. Contrario a lo que se suele seña-
lar en la literatura, Bénabou y Tirole (2003) encuentran que la motivación extrínse-
ca tiene mayor incidencia en la inscripcn de los estudiantes al año siguiente
(Grobler et al., 2014).
De esta forma, estas investigaciones muestran la importancia de la motiva-
ción hacia el aprendizaje en las disposiciones a la decisión educativa de los estu-
diantes. Por lo tanto, se entiende que complementa a los modelos de decisiones
basados en la Teoría de la Acción Racional.
3. Problema de investigación, objetivos e hipótesis
Con base en la fundamentación y el estudio de antecedentes, nuestro princi-
pal problema de investigación es conocer en q medida la motivación hacia el
aprendizaje influye en las expectativas educativas a corto y largo plazo de los
estudiantes de la EM en Uruguay. En este sentido, no solo existen antecedentes
que marcan la importancia de las expectativas en las trayectorias educativas de
los estudiantes uruguayos (de Melo y Machado, 2018), sino también las expecta-
tivas educativas suponen una condensación de las experiencias escolares del es-
tudiante.
Por lo tanto, el principal objetivo de este artículo es analizar cuál es la magni-
tud de la asociación entre la motivación intrínseca y extrínseca de los estudiantes
de de la EM en Uruguay en la construcción de sus expectativas educativas a
corto y largo plazo. Se consideran otras variables socioeconómicas, vinculares y
escolares que pueden tener un papel de antecedentes (género, nivel
socioeconómico, apoyo de los padres, tipo de centro o región de resistencia) o
covariantes (desempeños educativos) con las expectativas educativas.
Para una mejor respuesta al objetivo general, descompusimos en tres dife-
rentes objetivos específicos:
1. Describir la motivación intrínseca y extrínseca hacia el aprendizaje de los estu-
diantes de de la EM de Uruguay.
2. Describir las expectativas educativas a corto y largo plazo de los estudiantes.
3. Explorar la relación entre la motivación hacia el aprendizaje, el desempeño aca-
démico y las expectativas educativas de los estudiantes.
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Con tal de cumplir el objetivo pautado, se generaron dos principales hipóte-
sis: los estudiantes que muestran una menor motivación hacia el aprendizaje tie-
nen una menor probabilidad de esperar continuar el año siguiente o de alcanzar a
cursar alguna carrera de Educación Terciaria, incluso al controlar por variables de
socioeconómicas, escolares y familiares. La segunda es que la motivación intrínse-
ca tiene una mayor influencia en la construcción de las expectativas educativas de
los estudiantes a corto y largo plazo.
4. Métodos de investigación
Debido a las características del objetivo general, se selecciona un diseño no
experimental, cuantitativo y transversal (consideración de un solo período tempo-
ral). La mayor limitación es que contar con una estrategia transversal genera una
menor validez en las inferencias explicativas, ya que carecemos de un diseño que
pueda falsear los requisitos de la antecedencia temporal y el control de terceras
variables (Díaz de Rada, 2007).
Ahora bien, dado los objetivos planteados, se seleccionó como principal fuen-
te de información a los microdatos de las pruebas Aristas 2018 (INEEd, 2018) de
estudiantes de la EM, realizada por el INEEd. La principal ventaja del uso de esta
base de datos es que cuenta con información de las habilidades socioemocionales,
el contexto y su logro académico en Matemática y Lectura de los estudiantes de
todo Uruguay de de la EM en 2018
5
. De esta forma, nuestra base final cuenta
con información de 8445 estudiantes, distribuidos en 243 centros diferentes.
4.1. Operacionalización
Las principales variables que utilizamos son presentadas en la Tabla 1. En
este apartado, explicaremos dos variables en particular: la motivación hacia el
aprendizaje (variable independiente) y expectativas educativas (variable depen-
diente).
En primer lugar, por expectativas educativas, entendemos a las aspiraciones
académicas de los estudiantes en el futuro. A partir de los antecedentes, conside-
ramos que las expectativas tienen dos dimensiones principales: las expectativas
de trayectorias educativas (expectativas a largo plazo) y las expectativas de corto
plazo (Jacob y Wilder, 2010). Mientras que el primero se basa en la aspiración del
estudiante al máximo nivel educativo que espera alcanzar
6
, el segundo considera
si el estudiante espera permanecer el año siguiente en el sistema educativo.
5
La elección de la muestra elaborada por el INEEd es un muestreo aleatorio estratificado según el tipo
de centro y la región donde están ubicadas las escuelas. Para más información acerca de las decisio-
nes muestrales, se recomienda visitar la ficha técnica de Aristas Media 2018 (INEEd, 2018).
6
La pregunta sobre la que se generó la expectativa a largo plazo: "¿qué te gustaría cursar?". Esta
pregunta se tomará como indicador proxi de las expectativas educativas a largo plazo, ya que el verbo
gustar indicaría en mayor grado de aspiración que una proyección realística, es decir, una expectativa
de a dónde se espera llegar.
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Concepto Dimensiones Subdimensión Indicador / pregunta ejemplo
Contexto
socioeconómico
Capacidad de consumo
Capacidad de
consumo
Cantidad de personas en el hogar
Cantidad de menores en el hogar
Cantidad de perceptores de ingreso
Asistencia médica del jefe/a de hogar
Empleado/a doméstico
Material del techo predominante
Propiedad de vivienda
Departamento
Barrio
TV cable
Auto
PC (no Plan Ceibal)
Aire acondicionado
Capital cultural Capital cultural
Máximo nivel educativo padre
Máximo educativo madre
Cantidad de libros en el hogar
Sexo Sexo al nacer del estudiante Sexo ¿Sos varón / mujer?
Lugar de residencia Región Región ¿En qué departamento vivís?
Vínculos del
estudiante en el
centro educativo
Vínculos entre docentes y
estudiantes
Vínculos entre
docentes y
estudiantes (6)
“A los profesores le importa lo que los
estudiantes tienen para decir”.
Vínculos entre los
estudiantes
Vínculos entre los
estudiantes (6)
“En mi clase somos buenos compañeros”.
Vínculos entre los
estudiantes y adscriptos
Vínculos entre los
estudiantes y
adscriptos (6)
“Los estudiantes se llevan bien con el
adscripto”.
Apoyo parental Supervisión e
involucramiento parentales
“Mis padres me apoyan cuando me enfrento
a dificultades en el estudio”.
Motivación hacia el
aprendizaje
Motivación intrínseca “Estudio por el gusto de aprender”.
Motivación extrínseca
Motivación extrínseca
hacia Matemática (3)
“Lo que aprendo en Matemática me va a
servir para conseguir un buen trabajo en el
futuro”.
Tabla 1: Resumen de operacionalización de los conceptos
Fuente: Elaboración propia a partir de INEEd (2018).
En segundo lugar, por motivación del aprendizaje, se entiende llegar a cumplir
una tarea académica con éxito, evitando posibles distracciones y obstáculos (INEEd,
2021). Al interior de dicho concepto, como fue señalado en los antecedentes, se
distinguen dos principales dimensiones: la motivación intrínseca y extrínseca (Ryan
y Deci, 2000). La primera, como ejemplo de algunos de los indicadores utilizados
por Aristas, es "estudio por el gusto de aprender". Para la construcción de esta
dimensión, se utilizarán cinco indicadores de tipo Likert, resumidos en un índice
estandarizado, a partir de un alisis factorial exploratorio. Por otra parte, en
cuanto a la motivación extrínseca, hace referencia a la realización de una tarea
debido a la percepción de las recompensas futuras que recibirá el estudiante (Ryan
y Deci, 2000). Un indicador que lo ejemplifica es "Lo que aprendo en matemática
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me va a servir para conseguir un buen trabajo en el futuro". Aunque en Aristas
Media 2018 (INEEd, 2018) no fue recabado directamente, se utilizan las
subdimensiones de "valoración de la tarea en Idioma Español / Matemática" simi-
lares a otros esfuerzos de operacionalización de motivacn extnseca (Harter,
1981). Al igual que en la motivación intrínseca, a partir del análisis factorial, se ha
llegado a dos índices estandarizados: uno con la motivación extrínseca hacia Ma-
temática y otro, hacia el Idioma Español.
4.2. Técnicas de análisis
Además del análisis de tablas y promedios, se utilizaron dos principales técni-
cas de análisis: el análisis factorial exploratorio y el análisis logístico. La primera
técnica la utilizamos para la creación de los diferentes números índices acerca de
las relaciones, el apoyo parental y la motivación hacia el aprendizaje. Para ello, a
partir de la discriminación de la varianza común de los indicadores (factor común
entre todos los ítems que hace referencia al constructo latente al que se quiere
medir), se crea un índice estandarizado con media de 0 y un desvío estándar de 1
(Acock, 2013; Nunnally y Bernstein, 1994).
Por otra parte, seleccionamos el análisis de regresión logística, ya que permi-
te conocer la probabilidad de ocurrencia de un suceso a partir de una serie de
variables independientes (Gujarati y Porter, 2010). Para ello, la ecuación plantea-
da es la siguiente:
𝐿
𝑡
=
ln
𝑃
1
1
1
=
𝛽
0
+
𝛽
1
𝑋
𝑡
+
𝑢
𝑖
Ecuación 1: Ecuación general de regresión logística.
A modo general, cuando el logit es positivo, se interpreta como una relación
positiva entre la variable dependiente y la independiente. Es decir, a mayor valor
de la variable independiente, mayor es la chance de ocurrencia de la dependiente,
al aislar el efecto del resto de variables independientes. Por el contrario, cuando el
logit es negativo, la asociación entre las variables es negativa; en otras palabras,
a mayor valor de la variable independiente, menor será la chance de ocurrencia
del fenómeno. Para mayor facilidad en la lectura de las tablas 6 y 7, los coeficien-
tes representan el cambio promedio de ocurrencia de la variable dependiente al
cambiar en una unidad la variable independiente.
5. Resultados
En esta sección, se relevarán los principales resultados recabados de la inves-
tigación. Para ello, se seguirá el siguiente orden: en el primer apartado, se describi-
la expectativa educativa de los estudiantes. En el segundo, la motivación hacia el
aprendizaje de nuestra población. En el tercer apartado, se observala incidencia
de la motivación hacia el aprendizaje en las expectativas educativas de los estu-
diantes de de la EM por medio de diferentes técnicas estadísticas.
Incidencia de la motivación hacia el aprendizaje y las expectativas...
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5.1. Descripción de las expectativas educativas de los estudiantes
En este apartado, describiremos a nuestra variable dependiente, las expec-
tativas educativas de corto y largo plazo de los estudiantes de la EM.
En primer lugar, tomamos en cuenta las expectativas educativas de corto pla-
zo, es decir, qué porcentaje de estudiantes tiene la expectativa de continuar estu-
diando en el sistema educativo el año siguiente. En cifras: 8 de cada 10 estudian-
tes esperan continuar sus estudios el año siguiente. Ades, al comparar las
expectativas educativas con el abandono efectivo de los estudiantes, se puede
observar que las primeras reflejan, de forma adecuada, el abandono, ya que,
aproximadamente, 1 de cada 4 jóvenes de 18 años no culminó de la EM (INEEd,
2022). Este dato es alarmante, ya que significa que una proporción importante de
los jóvenes no espera completar los seis años obligatorios de la EM (ver Tabla 2).
Concretamente, al observar las expectativas a largo plazo, es decir, el máximo
nivel educativo que a los estudiantes les gustaría culminar, se expresa que el 7 %
de la población espera completar de la EM, año en que realizaron la encuesta.
Por otra parte, se destaca el alto porcentaje de expectativas para estudiar alguna
carrera terciaria (80 %), ya universitaria (52 %) como no universitaria (28 %) (ver
Tabla 3).
Tabla 2: Porcentaje de estudiantes de de la EM que espera continuar en el
sistema educativo el año siguiente
Fuente: Elaboración propia con base en Aristas Media 2018.
No espera continuar estudiando el o siguiente 19 %
Espera continuar estudiando el año siguiente 81 %
Total 100 %
Expectativa de continuar estudiando el año siguiente Porcentaje
Tabla 3: Máximo nivel educativo que los estudiantes de de la EM esperan
cursar, en porcentaje
Fuente: Elaboración propia con base en Aristas Media 2018.
No espera culminar 3° de la EM 1 %
Espera culminar de la EM 7 %
Espera culminar de la EM 13 %
Espera estudiar alguna carrera terciaria no universitaria 28 %
Espera estudiar alguna carrera terciaria universitaria 52 %
Total 100 %
Expectativa a largo plazo Porcentaje
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De hecho, al observar la distribución de las expectativas educativas a largo pla-
zo, el 80 % de los venes encuentra que le gustaría culminar la EM. En este caso, se
encuentran diferencias significativas con las decisiones educativas de los estudian-
tes, ya que, en 2021, solo el 43 % de los jóvenes culmina dicho nivel educativo (INEEd,
2022). Esta diferencia se puede deber a la formulacn de la pregunta que utiliza el
verbo gustar, como fue advertido en el apartado de la operacionalizacn.
5.2. Descripción de la motivación hacia el aprendizaje de los estudiantes
La motivación hacia el aprendizaje en Aristas está medido a través de una
serie de reactivos de tipo Likert, que miden la frecuencia que considera una serie
de ítems del 1 al 4, donde 1 es "Nunca o casi nunca" y 4 "Siempre o casi siempre".
Al observar por las diferentes dimensiones, los estudiantes muestran una mayor
motivación extrínseca, especialmente en Matemática (3,07), en comparación con
la motivación intrínseca (2,57). Este hallazgo se encuentra en armonía con algu-
nos antecedentes (OECD, 2017). Es decir, al completar una tarea, la mayor moti-
vación de los estudiantes son las futuras recompensas que pueden obtener, más
que un interés genuino por las tareas (ver Tabla 4).
Tabla 4: Promedio de los indicadores y la dimensión de la motivación hacia
el aprendizaje de los estudiantes de de la EM
* Media de la dimensión.
Fuente: Elaboración propia con base en Aristas Media 2018.
Estudio por el gusto de aprender. 2,51
Me gusta estudiar. 2,22
Disfruto lo que aprendo en el liceo/UTU. 2,57
Si me entusiasmo con un tema, sigo buscando información,
aunque no me lo pidan. 2,44
Me gusta aprender cosas nuevas. 3,13
Media
Media de
la dim.*
2,57
2,91
3,07
Motivación intrínseca
Lo que aprendo en Idioma Español me va a servir
para seguir estudiando. 2,99
Lo que aprendo en Idioma Español me va a servir
para conseguir un buen trabajo en el futuro. 2,86
Lo que aprendo en Idioma Español me va a servir para la vida. 2,88
Motivación extnseca hacia el Idioma Español
Lo que aprendo en Matemática me va a servir
para seguir estudiando. 3,18
Lo que aprendo en Matemática me va a servir
para conseguir un buen trabajo en el futuro. 3,06
Lo que aprendo en Matemática me va a servir para la vida. 2,96
Motivación extrínseca hacia Matemática
Incidencia de la motivación hacia el aprendizaje y las expectativas...
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Dlogos Pedagógicos. XXII, 43, abril-septiembre 2024.
Dentro de las subdimensiones, la motivación intrínseca se compone de cinco
reactivos que miden el interés y la curiosidad de los estudiantes como motor prin-
cipal para culminar las tares, por ejemplo: "disfruto lo que aprendo en el liceo /
UTU"
7
. El ítem en que mayor grado de acuerdo existe entre los estudiantes es "Me
gusta aprender cosas nuevas", donde el promedio ronda los tres puntos. Se podría
hipotetizar que esto se debe a que el reactivo no solo pregunta sobre el aprendi-
zaje en el ámbito educativo.
Al observar los reactivos correspondientes a la motivación extrínseca, se pue-
de observar que hacen mención a tres aspectos de las recompensas futuras: el
estudio ("Lo que aprendo en Idioma Español me va a servir para seguir estudiando"),
el trabajo ("Lo que aprendo en Matemática me va a servir para conseguir un buen
trabajo en el futuro") y en general ("Lo que aprendo en Matemática me va a servir
para la vida"). Los encuestados sistemáticamente valoran más las tareas en sus
retribuciones en el ámbito educativo especialmente. Los estudiantes muestran un
mayor acuerdo en cualquiera de los ítems correspondientes a Matemática que al
Idioma Español. Esto da a entender que, dentro de las percepciones de los estu-
diantes, Matemática reporta un mayor beneficio a futuro que el Idioma Español, lo
que es un punto de base que podría servir para la comprensión de las preferen-
cias educativas a futuro.
5.3. Incidencia de la motivación hacia el aprendizaje en las expectativas
educativas de los estudiantes
Para el estudio de cómo incide la motivación en las expectativas educativas
de los estudiantes, plantearemos dos acercamientos. En primer lugar, observare-
mos la diferencia en el promedio de declarar continuar el año siguiente, según el
tercil de motivación. En segundo lugar, pondremos a prueba esta relación al con-
trolar el efecto de diferentes variables por medio de varios modelos logit.
5.3.1. Relación entre la motivación hacia el aprendizaje y la construcción de las
expectativas educativas de los estudiantes
Para el estudio de la incidencia de la motivación en las expectativas educati-
vas de los estudiantes, observaremos la proporción de considerar continuar en el
sistema educativo a corto o largo plazo, según los terciles de motivación intrínseca
y extrínseca (Tabla 5). En segundo lugar, por medio de los modelos logit, pondre-
mos a prueba los cambios de coeficientes y la significación del efecto de cada una
de las variables.
Como se puede observar en la Tabla 5, la motivación intrínseca y la extrínseca
hacia Matemática tienen incidencia en las expectativas educativas a corto plazo. El
7
Liceo se refiere comúnmente a los centros educativos de EM en Uruguay. UTU hace referencia a la
Dirección General de Educación Técnico Profesional que ofrece educación técnica al nivel secundario
y terciario.
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tercio de estudiantes con menor motivación intrínseca tiene una probabilidad de
un 78 % de querer continuar el año siguiente, mientras que los estudiantes más
motivados aumentan siete puntos porcentuales dicha probabilidad. En la motiva-
ción extrínseca hacia Matemática, la brecha entre los terciles es de solo cinco pun-
tos porcentuales y la mayor distancia es entre el tercil 1 y 2. A su vez, no se
constatan diferencias significativas en la motivación extrínseca hacia el Idioma
Español al cursar el año siguiente.
En las expectativas educativas a largo plazo, se denota que la incidencia de la
motivación hacia el aprendizaje para cursar la educación terciaria es mayor que la
relación mostrada anteriormente. En este sentido, la brecha entre el tercil 1 y 3 de
motivación de los estudiantes en la probabilidad de cursar la educación terciaria
es de 11 %, la cual es cuatro puntos porcentuales más que en las expectativas a
corto plazo. La motivación extrínseca hacia Matemática también aumenta la pro-
babilidad de continuar el año siguiente. De hecho, la brecha es de nueve puntos
porcentuales, al igual que en las expectativas a corto plazo de los estudiantes. La
diferencia radica, especialmente, en los terciles 1 y 3 de la motivación. Por último,
tampoco se constatan diferencias significativas entre la motivación intrínseca ha-
cia el Idioma Español y las expectativas educativas a largo plazo de los estudian-
tes. Esto es un primer indicio de la importancia de considerar a las habilidades
socioemocionales en las expectativas educativas. A continuación controlaremos
esta sección a partir de un conjunto de variables de control.
5.3.2. Inclusión de variables de control en la relación entre la motivación hacia el
aprendizaje y las expectativas educativas
Aquí, pondremos a prueba cuánto incide la motivación hacia el aprendizaje en
las expectativas educativas, aun teniendo en cuenta otros factores de intes.
Tabla 5: Proporción de las expectativas a corto y largo plazo, según el tercil
de la motivación hacia el aprendizaje de los estudiantes de en 2018
Fuente: Elaboración propia con base en Aristas Media 2018.
Tercil 1 0,78 0,79 0,80
Tercil 2 0,81 0,84 0,81
Tercil 3 0,85 0,84 0,83
Motivación
intrínseca
Expectativa de continuar en el sistema educativo el año siguiente
Motivación extrínseca
hacia Matemática
Motivación extrínseca
hacia Idioma Español
Expectativa de continuar en el sistema educativo el año siguiente
Tercil 1 0,62 0,63 0,67
Tercil 2 0,65 0,71 0,66
Tercil 3 0,73 0,72 0,68
Incidencia de la motivación hacia el aprendizaje y las expectativas...
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Para ello, en primer lugar, analizaremos cuánto incide en las expectativas educati-
vas a corto plazo. Para controlar el efecto de terceras variables, construiremos
dos modelos: un primer modelo sobre los coeficientes de las variables de control
con respecto a las expectativas educativas y un segundo que incorpora las tres
dimensiones de la motivación. Este procedimiento lo replicaremos en las expecta-
tivas a largo plazo.
Un aspecto importante que debemos precisar con respecto a las variables de
control es el tema de la temporalidad con respecto a nuestra variable indepen-
diente (motivación hacia el aprendizaje), tal como se puede observar en los ante-
cedentes. En primer lugar, la mayor parte de terceras variables, para Gerring (2014),
tienen un papel lógico de antecedentes, es decir, su incidencia es previa temporal-
mente a la variable independiente. Tal es el caso del sexo biológico de los estu-
diantes, la región de residencia, el contexto socioeconómico y los vínculos del es-
tudiante con los padres y los actores escolares. Mientras que el desempeño aca-
démico tiene el papel de covariante, es decir, que tiene una relación con la variable
independiente y la dependiente simultáneamente.
En primer lugar, se puede destacar que solamente la motivación intrínseca
hacia el aprendizaje incide en la expectativa de estudiar al año siguiente que
construyen los estudiantes a un 95 % de confianza. En cifras, al incrementarse un
desvío estándar el índice de motivación intrínseca, el estudiante tiene un 15 %
más de probabilidades de continuar estudiando el año siguiente, ceteris paribus.
No sucede lo mismo con la motivación extrínseca, ni para Matemática ni para el
Idioma Español, donde no se encuentran diferencias significativas. Es decir, el in-
terés de los estudiantes de la EM con respecto a las tareas y las materias que
cursan incide en la predisposición a las elecciones educativas, incluso al controlar
por varios factores vinculares, sociodemográficos y escolares. Por lo tanto, este
podría ser un primer indicio para considerar cómo factores socioemocionales son
de importancia no solo para el desempeño, como ha sido estudiado, sino también
en las elecciones y las trayectorias educativas que forman los estudiantes. No
obstante, cabe aclarar que, al observar el cambio en el Pseudo R
2
, no existen
diferencias con respecto al modelo que no incluye la motivación hacia el aprendi-
zaje en la explicación de la varianza de las expectativas educativas a corto plazo
de los estudiantes
8
(ver Tabla 6).
Por otra parte, al analizar cómo cambian los factores que inciden en las expec-
tativas educativas al incorporar la motivación hacia el aprendizaje, podemos ob-
servar que no se dan cambios significativos, salvo en dos variables: el vínculo con
los docentes y la percepción de apoyo parental de los estudiantes. Ambas varia-
bles refieren al vínculo que establecen los encuestados con figuras referentes, ya
sean los docentes o los padres. En resumen, según las principales hipótesis del
sociocognitivismo y del estructural-funcionalismo (Bronfenbrenner, 1987; Parsons,
1999; Pintrich y Schunk, 2006), esto podría explicar el mecanismo de interiorización
8
Cabe aclarar que, como se afirma en Gujarati y Porter (2010), el Pseudo R
2
puede presentar problemas
a la hora de estimar el ajuste de los modelos a los datos.
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Tabla 6: Coeficientes y significación de factores asociados a las expectati-
vas educativas a corto plazo de los estudiantes de de la EM
*Significación a un 90 % de confianza.
**Significación a un 95 % de confianza.
***Significación a un 99 % de confianza.
Fuente: Elaboración propia con base en Aristas Media 2018.
Índice de motivación intrínseca 0,15***
Índice de motivacn extrínseca
hacia el Idioma Español 0,00
Índice de motivacn extrínseca
hacia Matetica 0,05
Contexto socioeconómico
del estudiante 0,25*** 0,26***
Sexo (Varón=0)
Mujer 0,52*** 0,51***
Región de residencia (norte=0)
Sur 0,05 0,10
Litoral oeste 0,11 0,14
Litoral sureste 0,04 0,04
Centro 0,14 0,18
Índice de percepción
de apoyo parental 0,09*** 0,08*
Tipo de centro (público=0)
Privado -0,36*** -0,31**
Técnico -0,17* -0,22**
Rezago
(con abandono o repetición=0)
Sin abandono / repetición 0,20** 0,20**
Logro en Matemática (en centenas) 0,14 0,11
Logro en Lectura (en centenas) 0,39*** 0,40***
Índice de vínculo entre
estudiantes y adscriptos 0,00 0,00
Índice de vínculo entre estudiantes 0,00 0,00
Índice de vínculo entre
estudiantes y docentes 0,12** 0,08
Constante 0,37 0,42
N 6483 6482
Pseudo R
2
0,05 0,05
Variable
Modelo con motivación
hacia el aprendizaje
Modelo sin motivación
hacia el aprendizaje
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del interés por las materias y el bito de estudio a medida que el estudiante
establece vínculos. Una vez interiorizada la motivación por parte del estudiante, el
nculo con los docentes o el apoyo de los padres sea menos relevante. La
contracara se puede dar en que la no interiorización de la motivación debe dar
una mayor relevancia a los vínculos establecidos con los padres y los docentes.
En cuanto a las expectativas a largo plazo, se da cuenta de que la motivación
intnseca y la motivacn extrínseca hacia Matemática son significativas en las
expectativas educativas. Es decir, además del interés de los estudiantes por los
contenidos de las materias escolares, también incide la percepción de recompen-
sas por terminar las tareas relacionadas con Matemática (ver Tabla 7).
En cuanto al cambio de los coeficientes, al incluir la motivación, se encuentran
algunas diferencias, especialmente, en la región de residencia y el tipo de centro
al que asiste el estudiante. En el primer caso, la región del litoral Norte y la región
del Centro pierden su significación, al menos, a un 95 % de confianza. Es decir, al
incorporar la motivación hacia el aprendizaje, los estudiantes de dichas regiones
tienen la misma probabilidad de esperar cursar la educación superior que los de la
región norte. Los mecanismos por detrás de dicha mediación entre las variables
deberán estudiarse con mayor profundidad en nuevos apartados. En el caso del
tipo de centro, se releva que, sin considerar la motivación, no existen diferencias
significativas a un nivel de confianza del 95 % con respecto a la EM pública. Sin
embargo, al considerar la motivación hacia el aprendizaje, se muestra que los
estudiantes que asisten a la Educación Técnica tienen un 30 % menos de chances
de esperar cursar el nivel terciario.
6. Conclusiones
En conclusión, la acumulación de investigación educativa en los últimos treinta
años acerca de la desigualdad educativa en Uruguay ha sido abundante y se han
utilizado diversos enfoques y metodologías. Rescatando la tipología de enfoques
analíticos de estudios de la desigualdad educativa propuesta por Menese Camargo
(2020), este artículo intenta ahondar sobre la importancia de los factores perso-
nales en las trayectorias educativas y, especialmente, en las habilidades
socioemocionales. A partir de los resultados extraídos en los diferentes modelos,
no se puede rechazar la hipótesis de que los estudiantes con menor motivación
hacia el aprendizaje tengan mayores expectativas de permanencia en el sistema
educativo, ya sea a corto o largo plazo, teniendo en cuenta algunas variables que
pueden afectar la relación que son señaladas por la literatura.
En suma, la investigación educativa, al analizar los factores que inciden en las
decisiones de los estudiantes, no se puede limitar a los factores cognitivos y racio-
nales, sino que es necesaria la complementariedad con las habilidades
socioemocionales. De esta forma, aunque las teorías de acción racional tienen un
rango explicativo muy grande, es necesario ampliar la mirada con el estudio de los
factores socioemocionales para una comprensión cabal de los factores que están
por detrás de las decisiones educativas de los estudiantes (Elster, 2010; Hedström,
2005; Noboa et al., 2014). En este sentido, la evidencia que recolectamos en este
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Tabla 7: Coeficientes y significación de factores asociados con las expecta-
tivas educativas a largo plazo de los estudiantes de de la EM
*Significación a un 90 % de confianza.
**Significación a un 95 % de confianza.
***Significación a un 99 % de confianza.
Fuente: Elaboración