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Diálogos Pedagógicos. Año XVI, Nº 31, abril-septiembre 2018.
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Estrictamente, una sociedad diglósica ocurriría en cualquier sociedad: bastaría con que hubiera una
variedad lingüística de la lengua "oficial" solo utilizada en ámbitos domésticos o comunitarios, y que
esta fuera diferente a la requerida por la escuela. La complejidad regional es que además de estas
variedades del español, hay otra lengua, el portugués, con su variedad estándar y variedades no
estándar, una de las cuales es el portuñol.
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Es de reconocer que el estatuto de este fenómeno social y lingüístico no es consensuado entre los
autores citados. Al portuñol se le denomina lingua franca, interlinguas, dialecto, dialectos o directamente
lengua. Un panorama sobre algunos de estos aspectos y sus implicancias en la política lingüística
puede revisarse en Barrios (2014).
A partir de esta política y hasta finales del siglo XX, es decir por más de ciento
veinte años, la situación de coexistencia entre el castellano y el dialecto fronterizo
ha sido catalogada como una situación diglósica
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muy particular por los especialis-
tas (Barrios, Gabbiani, Behares, Elizaincín & Mazzolini, 1993). Los estudios han
mostrado que además de la presencia del español estándar (en la escuela, por
ejemplo), del portugués brasileño estándar (en los medios de comunicación
brasileros) y de variedades regionales del anterior (como la riograndense), en
esta región fronteriza se hablan otras variedades lingüísticas que han sido deno-
minadas informalmente portuñol, fronterizo, bayano, portugués fronterizo, portu-
gués uruguayo rural, etc.
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En Uruguay, la teoría lingüística que ha predominado sostiene que estas va-
riedades dialectales tienen base portuguesa, es decir que son, desde el punto de
vista lingüístico, variedades del portugués, aunque ciertamente influidas por el
contacto con el español (Behares, 2007). Estas variedades lingüísticas fronteri-
zas, que han sido denominadas dialecto fronterizo por Rona (1959) se han deno-
minado más recientemente dialectos portugueses del Uruguay (DPU) o también
portugués uruguayo (Carvalho, 2003). Así es actualmente estudiado en Uruguay
(Brovetto, 2009; Martínez, 2014; Nossar & Solana, 2010; Oronoz, 2009), aunque
el fenómeno del portuñol está lejos de ser exclusivo de esta frontera; sino que
más bien se registra en todos los territorios limítrofes de Brasil, habiendo sido más
estudiado en Argentina, Bolivia y Paraguay por la propia densidad de población en
estas fronteras (Marcos-Marin, 2004; Sturza, 2005).
3. Una región con una diglosia muy particular y más que centenaria
El término diglosia fue acuñado por Ferguson (1959) para referirse a situacio-
nes en las que en "una misma comunidad de habla, dos o más variedades de la
misma lengua son usadas por algunos hablantes bajo condiciones diferentes"
(Ferguson, 1959, p. 325). Este concepto fue luego extendido para comprender
también las situaciones en las que en un mismo territorio se identificaban varias
lenguas (y no necesariamente variedades de la misma lengua) usadas
diferenciadamente. Sin perjuicio de esta extensión en el dominio del concepto, se
ha conservado la observación fundamental de Ferguson: "la especialización del
funcionamiento de las variedades de tal forma que en algunas situaciones solo
una de ellas es socialmente apropiada para la comunicación oral o escrita"
(Ferguson, 1959, p. 235).
T. Fernández Aguerre, M. González Bruzzese, C. Rodríguez Ingold
Pág. 35-51