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Diálogos Pedagógicos. XXII, Nº 43, abril-septiembre 2024.
A. Evaluar la propuesta de las Prácticas Profesionalizantes (PP) de la Tecnicatura
Superior en Enfermería, en relación al diseño curricular prescripto y al Proyecto
Institucional de las Prácticas Profesionalizantes (PIPP).
B. Elaborar propuestas transformativas, a partir de la reflexión cooperativa, como
aporte a la calidad de la enseñanza en las PP.
C. Implementar y evaluar las adecuaciones didácticas en las PP, a partir del proce-
so reflexivo cooperativo.
2. La inclusión curricular de las prácticas: sus fundamentos
Se ha tomado por referencia la normativa vigente (Argentina, Consejo Fede-
ral de Educación, 2016), que entiende a las PP como las experiencias formativas
intencionalmente planificadas, que aproximan a las tareas y a los ámbitos de des-
empeño profesional contemplados en el perfil de egreso de cada carrera. Las es-
trategias y las actividades propuestas tienen el propósito de que los estudiantes
consoliden, integren y/o amplíen capacidades y saberes prácticos. Las PP tienen
un carácter sustantivo y se orientan, específicamente, hacia la articulación de la
teoría y la práctica, al vincular conocimientos y habilidades, saberes académicos y
requerimientos de la realidad social.
Las PP, en tal sentido, implican la atención a la especificidad y la diversidad de
los contextos en que se desarrolla la propuesta educativa, en una dinámica formativa
de acción y reflexión sobre situaciones reales de trabajo. En nuestro caso, el ám-
bito propio de la Enfermería es el cuidado de la salud individual y grupal de las
personas, en su inagotable diversidad y complejidad, por lo que requiere una
formación profundamente humanística, además de científica, técnica y procedimental.
Las definiciones invitan a reconocer, al menos, tres aspectos relevantes de las
PP. Por una parte, su dimensión teleológica, es decir, su sentido dentro de la for-
mación. En nuestro caso, la preparación del profesional para que pueda brindar y
gestionar cuidados de enfermería, promoción, prevención y rehabilitación de la
persona, la familia, el grupo o a la comunidad, hasta el nivel de complejidad de
cuidados intermedios, en el domicilio o en servicios sanitarios públicos y privados
(hospitales, clínicas, sanatorios, hogares de ancianos). Este saber práctico (infor-
mado desde la teoría a cargo de las demás asignaturas) supone, también, la toma
de decisiones y deliberaciones éticas vinculadas a las consecuencias de la acción,
más aún en el cuidado de la salud de las personas. El enfermero asume una res-
ponsabilidad integral del proceso en el que interviene e interactúa con otros pro-
fesionales del sector de la salud. Es, por tanto, un ámbito político en el que se
habilita a los estudiantes a participar y analizar los asuntos de la comunidad en
pos de la construcción de un mundo mejor y más justo (Pruzzo, 2010).
La dimensión epistemológica remite a la necesaria relación entre teoría y prác-
tica. Sin embargo, esta vinculación y su relación con el quehacer profesional han
encontrado, con frecuencia, ciertos obstáculos sustentados en algunas ideas-fuer-
za, concepciones y supuestos con que, habitualmente, se piensan y desarrollan
las PP. Entre ellas, la idea de una línea de separación nítida y tajante entre el
M. Reynoso
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