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Diálogos Pedagógicos. Año XXII, Nº 43, abril-septiembre 2024.
no en la toma de decisiones educativas de los estudiantes. El estudiante no solo
toma su decisión con base en la expectativa de alcanzar determinada posición en
el mercado laboral o evitar caer en la estructura social, sino porque la concurrencia
a un establecimiento educativo genera determinados sentimientos y
emocionalidades. Es decir, no contemplamos a un ser humano puramente racional,
sino que tiene intereses y desarrolla afectos que inciden en sus acciones sociales
(Elster, 1997, 2010; Hedström, 2005).
2.2. La investigación reciente acerca de la motivación hacia el aprendizaje
Como fue mencionado en la introducción, la motivación al aprendizaje es una
de las habilidades socioemocionales más estudiadas como forma de acercarse a
por qué los estudiantes culminan una tarea. Por ello, al igual que la teoría de la
autodeterminación, concebimos que la motivación hacia el aprendizaje tiene dos
dimensiones principales: interna y externa (Ryan y Deci, 2000). La motivación in-
terna se refiere al interés genuino de los estudiantes por realizar una tarea. Por
ejemplo, un joven realiza su tarea de Matemática porque realmente disfruta la
actividad, mientras que la motivación externa es el desarrollo de una tarea, a
partir de los incentivos externos a la persona, tales como el reconocimiento de un
docente o del padre, alcanzar un mejor puesto laboral, las recompensas de otro
año de educación finalizado, etc. Tanto la motivación intrínseca como la extrínseca
están fuertemente apoyadas en el contexto en el que está inserta la persona, ya
sea el clima educativo del centro (Maxwell et al., 2017), la pedagogía utilizada por
el docente (Korbel y Paulus, 2018), los vínculos con los compañeros de clase y la
familia (Kankaraš y Suarez-Alvarez, 2019; Ryan et al., 1994) y el entorno
socioeconómico (Alivernini y Lucidi, 2011; Santos y Primi, 2014).
Ahora bien, existe una amplia acumulación académica acerca de la incidencia
de la motivación hacia el aprendizaje, donde se muestra que, especialmente, la
motivación intrínseca tiene una alta correlación con el desempeño académico de
los estudiantes, tanto a nivel internacional (Anderman y Maehr, 1994; Farrington
et al., 2012; OECD, 2017) como nacional (Alemán et al., 2011; Cabrera, 2022; INEEd,
2015, 2020). En este marco, son relevantes los avances dados por el INEEd para
conocer cuál es la magnitud de la asociación entre la motivación hacia el aprendi-
zaje y el desempeño académico de los estudiantes. Con datos extraídos de PISA
2012, la motivación hacia el aprendizaje tiene un escaso impacto en el desempe-
ño de los estudiantes (INEEd, 2015).
Más allá de estos avances, a nivel internacional, existen varios estudios que
han analizado la relación entre la motivación hacia el aprendizaje y las expectati-
vas de abandono, como forma de acercarse a las trayectorias educativas al no
contar con información longitudinal en varios países. A nivel comparado de países,
en el estudio de la OECD (2021) antes citado, se encuentra que la curiosidad
académica (constructo similar a la motivación intrínseca) está asociada a una me-
nor intención de abandonar el sistema educativo en el futuro. Por otra parte, en
Italia, Alivernini y Lucidi (2011) estudian cómo la motivación hacia el aprendizaje
incide en la predisposición de los estudiantes a abandonar en tres instituciones
Incidencia de la motivación hacia el aprendizaje y las expectativas...
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