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Diálogos Pedagógicos. XX, Nº 39, abril-septiembre 2022.
nos entrevistados cursaron durante todo el 2020 bajo condiciones de virtualidad
debido al aislamiento por COVID-193. Estos jóvenes solo tuvieron dos días de
clase en todo el año de manera presencial. En la institución de referencia, los
intercambios escolares se llevaron a cabo a través de correos electrónicos y, des-
pués de mitad de año, se incorporaron algunas clases sincrónicas a través de
Meet. El colegio sumó el uso de una plataforma educativa, pero solo para la comu-
nicación institucional. La mayoría de ellos no conoció a sus docentes más que a
través de la pantalla, en los casos en los cuales tuvieron la oportunidad de tener
clases sincrónicas.
En 2021, los alumnos iniciaron la cursada regular de manera presencial, en
burbujas, cada quince días, con fluctuaciones debido a aislamientos periódicos. El
encuentro con los docentes implicó poner sobre la mesa varias cuestiones ligadas
al rol del profesor y al sistema educativo en general, cuyas consecuencias no pue-
den ser medidas aún dada la proximidad del impacto.
El 26 de mayo de 2021, la ciudad de Lobos (provincia de Buenos Aires, Argen-
tina) volvió a fase 2, motivo por el cual las clases volvieron a la virtualidad. Esta
virtualidad adoptó diferentes sistemas y mantuvo, en algunos casos, las burbu-
jas, para poder identificar mejor a los alumnos y porque la situación poco clara,
desde las autoridades educativas y sanitarias en cuando a tiempos de espera,
era demasiado inestable. Marchas y contramarchas volvieron el escenario un sitio
complejo, impredecible, de planificación a corto plazo y con muchos interrogantes,
y estudiar desde casa trajo aparejadas varias modificaciones. Concentrándonos
en las actividades y el aprendizaje, la apropiación del conocimiento se basó en la
lectura de materiales en formatos digitales, en ocasiones complementados con
tutoriales o videos realizados por los docentes, podcasts o imágenes ilustrativas,
entre algunos recursos. Tras ensayo y error durante varios meses y, luego de un
año, aún no se podían definir estrategias claras y contundentes.
En este marco, la adaptación a la mediación tecnológica, independientemente
de la edad de los docentes y de los alumnos, generó múltiples situaciones de
aprendizaje. Lo que quedó claro es que se trató de una experiencia en la que se
planteó un escenario sin precedentes que se iba construyendo y deconstruyendo
3 Durante todo 2020, en nuestro país, las condiciones de escolarización mantuvieron, en muchos casos,
el formato de virtualidad. Las estrategias implementadas en la provincia de Buenos Aires (Argentina)
presentaron alternativas que fueron desde plataformas institucionales -Google Classroom, correos
electrónicos, WhatsApp, videollamadas, algunas experiencias estatales poco eficaces- hasta cuader-
nillos en formato papel cuando la conectividad no era posible. Durante todo el ciclo, que fue conside-
rado bienio 2020-2021, las condiciones de obligatoriedad tuvieron mucha flexibilidad, ya que, al no
haber datos precisos de las condiciones de cada alumno en cuanto a situación de salud, conectividad
y realidad familiar, no existió el cómputo de inasistencias, no hubo calificación numérica ni repitencia,
ya que quienes hubieran desaprobado las materias seguirían cursando bajo el sistema de promoción
acompañada durante 2021 con dichos espacios pendientes. Las marchas y contramarchas del siste-
ma educativo implicaron políticas que -en principio- trataron de resolver la educación bajo el lema
"quédate en casa". Con poca información y con estrategias poco claras, transcurrió un año desde la
virtualidad hasta que, en noviembre, solo volvieron al colegio de modo presencial los alumnos de sexto
año con actividades socioeducativas al aire libre.
P. S. Vizio
Pág. 71-94