14 Diálogos Pedagógicos. Año XX, Nº 39, abril-septiembre 2022.
Estas construcciones se enraízan en la persona a partir de los mensajes que
recibió, principalmente, desde el hogar, del mismo modo que lo identificó López (2015),
los cuales conforman objetos cognitivos que condicionan la propia vivencia de la
sexualidad, aunado a las situaciones traumáticas. Así, por ejemplo, lo explica DF2:
"Es gente que ha crecido muy al amparo de lo que decían sus papás, de que la
sexualidad no se hablaba porque era pecaminosa, porque era sucia; entonces,
que eso era algo privado; entonces, todavía nosotros estamos en un segmen-
to histórico en que todavía que estamos apenas como abriéndonos a hablar
claramente de la sexualidad…".
A tono con lo expuesto por otros teóricos como Foucault (2002) y Schifter
Sikora (2016), lo conservador y dogmático se convierten en referentes para la
interpretación de los roles de género, para el control del cuerpo en el cómo se
debe vivir la experiencia coital en pareja, el placer y la autoexploración, tal y como
lo afirman las siguientes docentes:
DF2: "Condicionado totalmente. Entonces, ¿qué pasa con el asunto religioso?
Cuando se quiere manejar algo, se trabaja desde la culpa o desde el pecado.
Entonces, se le ha dado una connotación a la genitalidad como que es algo
impuro… y, luego, este… es darle rienda al placer y al erotismo y la religión llega
y dice ‘Tenemos que ser… este… tenemos que hacer sacrificios, tenemos que
martirizar la carne’, decía uno por ahí… ¡Verdad!".
DF4: "Lo que pasa es que la religiosidad dice que la sexualidad es solo para
vivirla en su matrimonio y no, les digo: ‘Usted me está hablando de relaciones
coitales; eso es apenas una de las expresiones de la sexualidad, pero eso no es
la sexualidad, la dimensión erótica está en todo’".
DF6: "Costa Rica todavía es un país muy religioso; yo no creo que la religión y
el tema estén realmente en polos opuestos porque la religión habla sobre lo
que es la realidad humana y la condición humana tiene que tocar el tema de
sexualidad porque es parte de la condición humana, o sea, no se pueden sepa-
rar tan fuertemente y, bueno, yo soy católica, mi hermano es un cura y yo, a
veces, habló con él y veo que tampoco es como que todos los curas o que todas
las iglesias tienen una posición tan cerrada".
En esta última cita, se rescata que -más allá de lo que dicte cada religión- hay
una interpretación propia que realiza cada persona de ese conjunto de mensajes
(Hernández y Peña, 2011 y Álvarez Conde y Rodríguez Castro, 2017).
Tal y como lo refiere la teoría y hallazgos en otras investigaciones (Foucault,
2002; Hernández y Peña, 2011; Preinfalk Fernández, 2014 y Schifter Sikora, 2016),
ese conjunto de huellas modeladas en el conservadurismo transversaliza la pro-
pia vivencia y praxis docente, por lo tanto, debería ser uno de los ejes fundamen-
tales a abordar en la formación universitaria como parte de esa deconstrucción de
saberes. Como docentes en cualquier nivel, es necesario leerse las propias hue-
llas para debatirlas, entenderlas y, probablemente, conciliarlas para mediar una
educación sexual pertinente y oportuna. Los PFU también tenemos este llamado,
como lo indican Zabalza y Zabalza (2012, p. 98):
Educación sexual en docentes de Educación Especial...
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