- XIX, Nº 38, octubre 2021-marzo 2022. Pág. 173-186
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La nueva normalidad de los jóvenes universitarios españoles: vocación…
De acuerdo a García-Plana y Taberna-Torres (2021), ofrecer una enseñanza semi-
presencial/virtual no signica solo digitalizar contenidos o sustituir el aula por una pla-
taforma electrónica. La impartición de carreras a distancia requiere una planicación
previa, un proceso de aprendizaje previo y un trabajo continuado, tanto del profesora-
do como del alumnado, para que realmente sea una experiencia signicativa. Carrasco
(2020), por ejemplo, encontró que los jóvenes universitarios que cambiaron a una
modalidad virtual durante la pandemia redujeron su rendimiento educativo en compa-
ración con aquellos que tuvieron la oportunidad de mantener las clases presenciales.
Como señala Moore (2001), las personas que se ven sometidas por primera vez a
un aprendizaje virtual presentan dicultades, debido a la lejanía que perciben con su
entorno educativo, principalmente con sus compañeros y docentes. En otras palabras,
algunas de las posibles consecuencias del abrupto paso a la virtualidad pueden ser
los agujeros comunicativos y la distancia socioafectiva que se están generando entre
las comunidades universitarias (Rodriguez Rodriguez et al., 2020, p. 182). Aunque
las hipótesis de este estudio no llegaron a conrmarse, lo que impide generalizar o
alcanzar conclusiones especícas, los resultados sí presentan señales de que, con una
muestra mayor, habría probabilidades de que los universitarios españoles que están
en una modalidad semipresencial/virtual perciban estar más aislados socialmente que
aquellos que están en un formato presencial.
En cuanto al horario académico, varios autores subrayan que las y los estudiantes
asumen un nuevo papel en su proceso de aprendizaje cuando lo hacen de manera
online (Zambrano et al., 2010). Este rol requiere que las personas dominen las herra-
mientas tecnológicas, estén altamente motivadas, sean completamente autónomas y
asuman una total responsabilidad para llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendi-
zaje en un entorno virtual. Siguiendo esta línea, numerosas investigaciones muestran
que el poco espacio de adaptación que las y los estudiantes han tenido para ajustarse
a este nuevo rol inuye en sus expectativas de mantener un horario y un escenario
lectivo regular (Balluerka-Lasa et al., 2020, p. 29; Rosario-Rodríguez et al., 2020, p.
178). Los resultados obtenidos parecen indicar que, incluso con una muestra mayor, la
diferencia sería mínima entre los universitarios españoles que están en una modalidad
presencial o en una semipresencial/virtual.
Por otra parte, las disposiciones tomadas para frenar la pandemia en España han
supuesto una reducción económica en la mayoría de sus sectores. Uno de los grupos
poblacionales más vulnerables a estas medidas están siendo las y los jóvenes (Llo-
rente Heras, 2020, p. 11), como se observa en la tasa de desempleo juvenil antes y
después de la pandemia3. Esto es debido a que la juventud española está ligada a los
dos sectores más afectados por la pandemia: hostelería y turismo. Esta vulnerabilidad,
de acuerdo a otros estudios (Rosario-Rodríguez et al., 2020, p. 181), se evidencia en
que las y los jóvenes enfrentan dicultades para pagar la matrícula de sus estudios,
conseguir becas universitarias y acceder a una vivienda.
En cuanto al abandono universitario, esta es la hipótesis que más cerca estuvo de
tener un valor p signicativo. Lovón y Cisneros (2020), quienes sí lograron conrmar
este interrogante, encontraron que una de las repercusiones más preocupantes de la
3 Según datos del Eurostat (2021), la tasa de desempleo juvenil (menores de 25 años de edad) en España
durante agosto de 2019 era de 32,8 %. En ese mismo mes, un año después y durante la pandemia, el paro en
las y los jóvenes alcanzó un 42 %.