- XIX, Nº 37, abril-septiembre 2021. Pág. 96-111
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M. Abascal, M. L. Chauvet, C. Ávalos, C. Díaz, M. Mabres, G. Ruiz
Cabe mencionar algunos criterios utilizados para la construcción de los datos que
se presentan en los análisis descriptivos de este trabajo. Por un lado, la clasicación
de los tipos de discapacidad sigue los criterios propuestos por el Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas 2010 de la Argentina. Por otro, se planteó caracterizar
el alcance de los estudios secundarios como base para el acceso a estudios superiores
y el alcance de estos en la población de 18 a 40 años. El recorte etario seleccionado
es amplio, ya que las trayectorias educativas de las personas con discapacidad, en
muchos casos, no siguen las edades teóricas en las que se estructura el sistema edu-
cativo.
2.1.1. Análisis del acceso a estudios, nivel alcanzado, tipo de discapacidad
y cantidad de limitaciones en Argentina
El Estudio Nacional sobre el Perl de las Personas con Discapacidad (INDEC, 2018)
reportó que, del total de la población de 15 a 29 años con discapacidad
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que asistía en
2018 al sistema de educación común o de adultos, casi dos tercios (63,7 %) cursaba
el nivel secundario; un 29,4 %, el nivel superior y el 6,8 %, el nivel inicial o prima-
rio. Mientras que, en la franja etaria de 30 a 39 años, más de la mitad asistía al nivel
superior (57,5 %), el 39,3 % asistía a nivel secundario y un 3,2 % cursaba el nivel
primario.
Respecto al máximo nivel educativo alcanzado por la población con dicultad o li-
mitación permanente de 15 años y más que cursó en el pasado pero no asistía en 2018
-al momento de la encuesta- a un establecimiento educativo, se observó que quienes
tenían el secundario completo representaban el 19,3 % de la población y que 13,3 %
habían alcanzado niveles superiores de educación (universitario, terciario o posgrado,
nalizados o no) (INDEC, 2018).
Por una parte, se constató que el tipo y la cantidad de limitaciones que tiene la
población afecta el nivel educativo alcanzado. Así, a medida que se alcanzan mayores
niveles educativos, el porcentaje de población con una sola dicultad aumenta. En este
sentido, entre la población con dicultad que alcanzó el nivel secundario completo,
quienes tienen una sola dicultad representan el 65,2 % frente al 15,9 % y 8 % que
tienen dos o tres dicultades y más, respectivamente. Estas diferencias son similares
para quienes alcanzaron el nivel superior (universitario, no universitario, posgrado),
incompleto o completo: el 67,9 % con una sola dicultad y el 15,7 % y 5 % con dos o
tres dicultades y más, respectivamente.
Por otra parte, el nivel educativo alcanzado es mayor -y esto para todos los nive-
les- en quienes tienen solo dicultad motora respecto a las personas que tienen una
sola dicultad de otro tipo. Entre quienes alcanzaron el nivel superior, el 31,9 % tiene
solo dicultad motora; el 16,7 %, solo visual y el 14,4 %, solo auditiva. El máximo ni-
vel educativo de quienes tienen dicultad solo mental-cognitiva es considerablemente
más bajo respecto de la población que maniesta otro tipo de dicultades, con una
media de 5,4 % por todos los niveles educativos analizados (INDEC, 2018).
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La identicación de las personas con dicultad remite a la autopercepción de la población acerca de sus di-
cultades para ver, oír, agarrar y levantar objetos con las manos o brazos, caminar o subir escaleras, bañarse,
vestirse o comer solos, hablar o comunicarse, aprender cosas, recordar o concentrarse y controlar sus com-
portamientos, entre otras.