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Diálogos Pedagógicos. Año XVI, Nº 32, octubre 2018-marzo 2019.
otra y, en este sentido, atestigua su historia. Al aprender, "el sujeto forma un
relato", forma "su saber" a través de la reorganización permanente de su psiquismo,
es decir, de una conciencia y de un inconsciente. Se concibe como proceso dinámico,
que implica a su vez una estabilidad que puede traducirse en fenómenos lo
suficientemente repetidos como para ser observados (Beillerot, Blanchard-Laville
& Mosconi, 1998).
Desde esta teoría se rompe con ideales homogeneizadores que provienen
del convencimiento de que existe una génesis inicial de igualdad entre los sujetos,
ya que dos sujetos nunca aprenden exactamente lo mismo, puesto que cada uno
crea el saber, lo fabrica, lo produce, lo inventa.
El sujeto no sabe qué sabe hasta el momento de su aplicación, de su puesta
en actividad: "En toda unidad de saber, el aprendizaje no es registro, sino
aprendizaje de una relación con ese saber, que incluye, para cada sujeto, los
imaginarios de ese saber, sus usos, etc." (Beillerot, Blanchard-Laville & Mosconi.
1998, p. 67).
Para Charlot es el sujeto el que aprende (nadie puede hacerlo en su lugar)
pero él solo puede aprender por la mediación de otro (frente a frente o indirecta-
mente) y participando de una actividad. Esa actividad y el objeto, respecto sobre
el cual dice presentan especificidad, debe ser tomada en cuenta para comprender
la relación con el saber y aún más para comprender las relaciones con los saberes.
La educación es una mediación en la constitución del sujeto y no solo posi-
ción, acción, actividad, subjetivación, habitus. La educación es, fundamentalmen-
te, el triple proceso por el cual, de manera indisociable, el hijo del hombre se
vuelve humano, miembro de una sociedad, y de una cultura en un lugar y en un
momento dado, un sujeto con su historia personal. Es el movimiento de
humanización, de socialización, de subjetivación; es cultura, como movimiento de
construcción de sí mismo, es derecho al sentido, a las raíces, a un futuro: es dere-
cho a lo universal, a la diferencia cultural, a la originalidad personal (Charlot, 2008,
p. 149).
Para entender esta teoría es necesario comprender lo que significa el apren-
dizaje y sus figuras, hay que distinguir entre la relación con el aprendizaje (forma
más general) y la actividad-acción-relación al saber (forma específica de la relación
-rapport- al aprender).
Analizar la relación con el saber es estudiar al sujeto confrontado con la
obligación de aprender, en un mundo que comparte con otros, la relación con el
saber es la relación con el mundo, consigo mismo y con otros. Analizar la relación
con el saber es analizar una relación simbólica, activa y temporal (Charlot, 1997,
p. 89).
Así, entonces, la cuestión del aprender es más amplia que la del saber, en dos
sentidos. Primero, hay una manera de aprender, como el caso del especialista de
un conocimiento, que es el mejor ejemplo del sujeto epistémico, que no consiste
en apropiarse de un saber en el sentido de un contenido de pensamiento. Segundo,
en el momento mismo en que se busca adquirir un tipo de saber, se establecen
M. G. García
Pág. 95-105