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Diálogos Pedagógicos. Año XVI, Nº 32, octubre 2018-marzo 2019.
que pueden ser individuos, colectivos, instituciones para ayudarlos a acce-
der y desarrollar su autonomía. (Garay, 2000, p. 295)
Ardoino (2005) incorpora la noción de multirreferencialidad como expresión de
la diversidad de miradas, ya que es el otro, sentido como fuente de alteración y de
frustración, quien modifica nuestro campo de referencias. En esta lectura, el con-
flicto se tornará en una fuente creadora de un acontecer inesperado y sorpresivo.
Por su parte, Mc Laren y Kincheloe (2008), continuando la misma línea de
pensamiento, plantean -desde la pedagogía crítica-, que resulta necesario com-
prender los elementos multidimensionales y multimetodológicos desde el paradig-
ma de la complejidad, en el hecho de ser estudiosos, investigadores o educadores
más rigurosos para promover cambios políticos y educativos de justicia social.
Para estos autores, en la tarea de investigación la elección de los problemas
y los temas se basa en decisiones y juicios subjetivos que deben contextualizarse
en la dinámica social, cultural, política, económica, psicológica, discursiva y peda-
gógica en el campo educativo. Esto equivale a la necesidad de explicitar e incorpo-
rar la dimensión emocional, afectiva y de valores en el acontecimiento humano.
Por lo cual, transforman al estudio sobre la justicia, el poder y la praxis educativa
en un entramado complejo, donde no existen respuestas simples o aplicables
universalmente.
Por tanto, la pedagogía crítica propone un campo de investigación y práctica
complejo, que requiere no solo el aprendizaje de técnicas pedagógicas y la incor-
poración de los conocimientos que establecen los currículos instituidos, sino tam-
bién el saber sobre las condiciones sociales, políticas, económicas y psicológicas
de las escuelas, las regiones y los sistemas donde están insertas.
Para recuperar la interacción entre lo macro (social), lo meso (institucional) y
lo micro (individual), resulta necesario revalorizar los fenómenos y lo acontecido
en cada uno de los contextos socio-históricos e institucionales y su efecto en los
procesos de subjetivación. Esta perspectiva ayuda a entender/comprender los
modos establecidos en la construcción social y subjetiva del conocimiento; y tam-
bién descubrir de qué manera el sujeto se responsabiliza por sus propias accio-
nes. Esto pone en evidencia la tensión existente entre autonomía (independen-
cia) y pertenencia (interacción social), contribuyendo al conocimiento de los proce-
sos de socialización de los sujetos:
Hoy incluso, ante la crisis institucional de las escuelas, ante las dinámicas
caóticas que caracterizan la cotidianeidad de muchas, la entrada de inves-
tigadores a las escuelas es anhelada como un "organizador"; más aún si
las investigaciones están legitimadas por un saber científico-técnico que
develará los misterios de la complejidad institucional. (Garay, 2000, p. 297)
La pedagogía crítica concibe a los espacios educativos como singulares y en
disputa política. Asimismo, promueve la investigación y la escucha de aquellos
sectores marginados, subyugados, reprimidos y de los grupos originarios, desde
las perspectivas epistemológicas y ontológicas fundamentales para la política y la
praxis educativa.
M. L Fornasari
Pág. 30-42