Trabajo publicado bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0. ©
Universidad Católica de Córdoba.Recibido: 21/02/2024-Aceptado: 01/05/2024
¿Colaboradores de Dios? Aportes de un diálogo entre Teología de Creación y Transhumanismo
1
Collaborators of God? Contributions from a Dialogue between Theology of Creation and
Transhumanism
Colaboradores de Deus? Contribuições de um Diálogo entre Teologia da Criação e Transumanismo
Luis Fernando Grippa, Joaquín Gutiérrez, Lucas Gonzalo Nazar, Joaquín María Reyna
Coautor: ChatGPT
1. Introducción
Nuestro intento será abordar la temática del transhumanismo desde sus encuentros y
desencuentros -en tensión- con la Teología. Partiendo del presupuesto teológico del hombre como
colaborador de la creación, nos preguntamos qué implicancias teológicas nos ofrece esta perspectiva en
los intentos transhumanistas. La intención de fondo, es hacer una interacción entre teología y
transhumanismo respecto al hombre concreto y situado en la historia, y su horizonte salvífico.
Con este objetivo, proponemos presentar nuestro trabajo ofreciendo, en primer lugar, lo que
significa para el hombre lo inevitable de la muerte, en segundo lugar, exponer al transhumanismo como
una respuesta a esta experiencia humana vital y, en tercer lugar, ofreceremos una valoración teológica,
tanto positiva como negativa, que tensiona los principales postulados del transhumanismo con la
reflexión teológica creacional. Al finalizar, a modo de conclusión, como equipo de trabajo brindaremos
una serie de consideraciones abiertas fruto de lo trabajado.
A modo de aclaración, para este trabajo se ha utilizado la herramienta de la inteligencia
artificial, en su plataforma de ChatGPT, por su estrecha vinculación con el tema estudiado.
2. Desarrollo
2.1 Lo inevitable de la muerte.
Para comenzar nuestro trabajo, le pedimos a ChatGPT, que nos brinde información acerca de
lo que es el Transhumanismo. Al preguntarle con el simple interrogante de “qué es el transhumanismo”,
el mismo respondió:
“El transhumanismo es una filosofía, un movimiento intelectual y cultural que aboga por la
mejora y la evolución de la condición humana a través de la aplicación de tecnologías avanzadas
1
Trabajo de la materia Teología de la creación, de la Licenciatura en Teología de la Universidad
Católica de Córdoba, 2023.
y la integración de la tecnología con el cuerpo y la mente humanos. Los transhumanistas creen
que, a través de la ciencia, la tecnología y la ingeniería, la humanidad tiene el potencial de superar
las limitaciones biológicas y mejorar significativamente sus capacidades físicas y cognitivas.
Algunos conceptos asociados con el transhumanismo incluyen:
-Mejora genética, Cibernética y tecnología implantable, Longevidad e inmortalidad,
Inteligencia artificial y singularidad:”
2
Intentemos ahora desgranar brevemente lo que nos indica ChatGPT. Ante la respuesta brindada,
el transhumanismo es ante todo una filosofía. Ante esto, es necesario traer la pregunta filosófica de qué
decimos cuando decimos transhumanismo. Para responder, nos vemos con la necesidad de preguntarnos
a su vez, a qué se refiere la palabra transhumanismo en su etimología, y por qué se mantiene como
constante en los grandes cuestionamientos del hombre de hoy. En el primer caso, el prefijo “trans” da
a entender, según la RAE, la significación de “pasar del otro lado”, por lo que podríamos también
considerar el prefijo como “meta”, es decir, “más allá”. Mientras que por “humanismo”, la RAE
entiende que, si bien su sujeto es el mismo hombre, debemos entender a este término en cuanto al
“hombre como ser histórico y que muestra lo que es a través de lo que hace con su esfuerzo y trabajo,
en cuanto es capaz de desarrollar sus posibilidades”
3
, es decir, al hombre en su praxis, en su trabajo, en
su despliegue siendo y haciendo cultura. Lo cierto aquí, es que, el transhumanismo, en su terminología,
presenta al hombre en su posibilidad de cruzar sus propias limitaciones que, hasta ahora, eran
consideradas herméticas y angustiantes.
El hombre, desde que existe como un pedazo de tierra que se ha echado a andar, en palabras de
Atahualpa Yupanqui, ha podido continuamente ir descubriendo posibilidades que le permitieran
ganancias en su subsistencia y desarrollo. Lo anteriormente dicho, no encuentra excepción en los
tiempos que nos toca vivir. Esto explica que el hombre, llamémosle, transhumanista, busque e intente
desde su ciencia y téchne mejorar su genética y capacidades, tal como lo anuncia la inteligencia
artificial.
El ChatGPT, nos brindó una serie de consideraciones respecto a lo que busca el
transhumanismo, entendiendo que lo transhumano está relacionado con la mejora de la genética,
pudiendo así poder hacer frente a enfermedades hasta ahora no dominadas; mejoras en la cibernética y
tecnología implantable en el hombre; apostar por la inmortalidad; y desarrollar la inteligencia artificial
hasta el punto de avanzar sobre la misma gnosis del ser humano. Sin embargo, no solo se refirió a lo
que significa e implica esta palabra para los hombres, sino que también, lanzó una información de tinte
profética, diciendo que “a menudo promueven la idea de la "pos humanidad", en la que las personas
2
ChatGPT [en línea], https://chat.openai.com/c/a4d01b9e-4af0-4289-b351-a2f4f53c6c90
3
Real Academia Española [en línea], https://dle.rae.es/humanismo?m=form
mejoradas tecnológicamente podrían alcanzar estados de ser muy diferentes de los humanos
tradicionales”
4
.
Si buscamos en el baúl del bagaje filosófico, no es raro encontrarse con aquella filosofía
heideggeriana de que el hombre es un ser-para-la-muerte. Si bien parece esta famosa frase pertenecer
al mundo de la filosofía nihilista, en cuanto que al final todo se reduce a la nada, Heidegger la expone
en que el hombre es el único ser que es consciente de su finitud, que, aunque sobreviva, morirá. Es por
ello que tal certeza produce miedo, incertidumbre, angustia, como consecuencia, en el mejor de los
casos, de aceptar dicha afirmación.
Sin embargo, en el común de la población humana, el hombre se resiste a morir, reniega de su
debilidad, de su finitud, le inquietan sus pobrezas, hasta el punto de hacer la misma experiencia de Job
que maldice el día de su nacimiento, pues “es el hombre quien nace para sufrir” (Job 5, 7). El Concilio
Vaticano II, no fue indiferente ante tal experiencia común del hombre, a la que presenta como un enigma
máximo dentro del misterio
5
.
Lo que está por detrás es evitar la muerte, o por lo menos prolongar su vida. ¿Cuestión de falta
de fe? ¿de esperanza en el Dios de la Vida? Antes, en los tiempos en que la ciencia no tenía suficiente
dominio sobre la vida del hombre, este confiaba más en Dios, pero con la llegada del avance
tecnológico-científico-medicinal, ahora el hombre pone su expectativa en la ciencia, y en otros casos
conjuga ciencia y fe, fe y ciencia. El avance transhumanista, según Vazquez-Borau, permitiría al
hombre vivir entre ciento veinte y ciento cuarenta años, a lo que la revista Time fija tal afirmación para
el año 2045
6
. A su vez, Vazquez-Borau, indica el cambio del paradigma indicativo que mueve al hombre
“imperativo antropológico no será “llega a ser lo que eres”, sino “llega a ser más de lo que eres”
7
.
En resumen, lo que se ha intentado decir, es que lo que molesta y angustia al hombre es la
certeza de que va a morir. Ante tal dramática certeza, deja aflorar su motivación de vivir y sobrevivir
desarrollando de tal manera sus capacidades que le permitan evitarla.
2.2 Transhumanismo: ¿una posibilidad para el hombre?
Con el devenir de los últimos os la idea de mejorar como humanos es una gran constante,
sobre todo al momento de enfrentarse con la finitud de la naturaleza humana: la enfermedad, el
envejecimiento y la muerte.
Este contexto es favorecido por una actual sociedad tecno-científica donde el culto a la técnica
es lo predominante con una facilidad absoluta de adaptar las tecnologías a nuevas necesidades,
transformando no solo objetos de acuerdo a lo que se requiere, sino a la misma persona. En este sentido,
4
ChatGPT [en línea],
https://chat.openai.com/auth/login?next=%2Fc%2Fa4d01b9e-4af0-4289-b351-a2f4f53c6c90
5
Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, n. 18.
6
Cf. Zuna Serrano Kleber y otros, Transhumanismo y realidades paralelas. Interpelaciones desde la filosofía y
la teología (Quito: Editorial Universitaria Abya-Yala, 2023) 44.
7
Ibíd., 45.
el transhumanismo es una respuesta basada en el deber moral de mejora, formulada en el derecho que
tenemos de usar las tecnologías disponibles para auto diseñarnos.
El transhumanismo surge como movimiento desde 1970 y se lo considera como “una ideología,
basada en la creencia en el mejoramiento de la naturaleza humana por medio de los avances de las
nuevas tecnologías, la cibernética, nanotecnología, ultraingeniería, neurociencia, farmacología y las
investigaciones sobre la extensión de la vida”
8
De esta manera configura por un lado, un sistema de
creencia donde es posible el mejoramiento de la naturaleza humana por medio del avance de las nuevas
tecnologías y, por el otro, una dimensión soteriológica arraigando la convicción en el poder de salvación
de la tecnología.
Esta ideología va a suponer una crítica y un ataque a los intentos, juzgados como fallidos, de la
religión, la ética y la filosofía que buscan ofrecer respuestas a los límites de la naturaleza humana. Ante
esto, las propuestas transhumanistas ofrecen una promesa que radica en la obtención de la inmortalidad,
el fin del sufrimiento y del conocimiento ilimitado por medios biomédicos. En este contexto, la
inmortalidad es entendida no como la posibilidad de no morir sino como “la prolongación
indeterminada de la vida biológica humana por medios cibernéticos y biomédicos”
9
. En pocas palabras,
promueven el ensanchamiento del potencial humano, el cual se ve condicionado por la experiencia de
fragilidad y desnudez obtenida desde el nacimiento.
De alguna manera, la deficiencia connatural del humano es el detonante de una re-creación de
por vía tecnológica, para ir más allá de toda limitación natural. Donde el “cuerpo físico se ha
convertido en una realidad deficiente que puede ser diluida y traspasada a otro tipo de corporalidad que
resulte mejor, que posea mayor bienestar, mayor capacidad para captar datos (IA) y que sea, en mayor
grado, virtuoso”
10
.
Lo anterior viene a reconfigurar lo que somos, pasando de aceptar nuestra condición de
vulnerabilidad y finitud humana, a constituir movimientos de auto diseño que buscan trascender lo
finito, para que cada uno, según sus necesidades, practique mejoras y logre una máxima optimización
de sus capacidades y su vida. De esta manera, el transhumanismo concibe al ser humano como proyecto
de sí, haciéndose el agente, actor y autor de su propia existencia.
El transhumanismo plantea el derecho que tenemos de usar la tecnología de la que disponemos
para mejorarnos o auto diseñarnos, hasta el punto de trascender a una condición pos humana. Representa
así una buena oportunidad para mejorar o potenciar la especie humana “y de ese modo generar seres
8
Juan Sebastián Hernández Valencia, ¿Es “humano” el transhumanismo? Visión desde los orígenes y desarrollo
del movimiento en Humanismo y transhumanismo: reflexiones desde las ciencias humanas y sociales (Colombia:
Editorial Universidad Pontificia Bolivariana, 2021) 227.
9
Ibíd., 228.
10
Jonny Alexander García Echeverri, “El cuerpo, un interrogante para el transhumanismo en: Humanismo y
transhumanismo: reflexiones desde las ciencias humanas y sociales (Colombia: Editorial Universidad Pontificia
Bolivariana, 2021) 250.
humanos más fuertes físicamente, más inteligentes y emocionalmente más equilibrados logrando un
crecimiento o desarrollo personal de acuerdo con los deseos de cada individuo.”
11
Este derecho al autodiseño le otorgaría a cada individuo “la libertad para decidir qué quiere ser,
incorporando nuevos sentidos a su cuerpo u órganos cibernéticos de mejoramiento”
12
, ofreciéndole la
posibilidad que no se identifique totalmente con lo que es. Esto nos lleva a preguntarnos en nuestros
contextos: ¿Buscamos mejorar nuestra naturaleza humana? ¿No resulta preocupante que el
transhumanismo formule un proyecto que requiera la anulación de la corporeidad humana, para
llevarnos a una mejor forma de vida o a un auténtico humanismo?
2.3 Valoración Teológica
Para comenzar este apartado que pretende ir hacia la reflexión teológica del trabajo, le
preguntamos a ChatGPT ¿Qué valoración teológica tenemos sobre lo que el transhumanismo ofrece al
hombre, tanto positiva como negativamente? Él mismo, como colaborador de este trabajo, nos ha
respondido:
“La valoración teológica del transhumanismo puede variar significativamente según las creencias
y perspectivas individuales de diferentes tradiciones religiosas y teólogicas. Aquí se presentan
algunas valoraciones teológicas comunes sobre el transhumanismo, tanto positivas como
negativas:
Valoraciones positivas:
Potencial para aliviar el sufrimiento: Algunos teólogos ven el transhumanismo como una
oportunidad para aliviar el sufrimiento humano y mejorar la calidad de vida de las personas.
Continuación de la creación divina: Para algunos, la participación activa en la mejora de las
capacidades humanas a través de la tecnología puede considerarse como una extensión de la
creación divina.
Aumento del potencial humano: Algunos teólogos consideran que el transhumanismo podría
permitir a los seres humanos alcanzar su pleno potencial, desarrollando dones y habilidades que
les permitan servir mejor a Dios y a la humanidad.
Valoraciones negativas:
Juego de Dios: Desde una perspectiva teológica, el transhumanismo a veces se critica por ser una
forma de "jugar a ser Dios".
11
Diana Vanessa Sánchez Salazar, Biohacking ¿mejoramiento o abandono de nuestra humanidad? en:
Humanismo y transhumanismo: reflexiones desde las ciencias humanas y sociales (Colombia, Editorial
Universidad Pontificia Bolivariana: 2021) 261.
12
Ibíd., 262.
Pérdida de la humanidad: Algunos teólogos argumentan que el transhumanismo podría socavar
la dignidad y la singularidad de la humanidad al convertir a las personas en "posthumanos" o
máquinas mejoradas.
Riesgos éticos y morales: La modificación genética y la inteligencia artificial plantean desafíos
éticos y morales, como la posibilidad de crear seres con capacidades sobrehumanas que podrían
ser explotados o utilizados para fines perjudiciales.”
13
2.3.1 Imágenes de Dios: presupuestos bíblicos a las propuestas transhumanistas
Consideramos necesario, antes de iniciar cualquier valoración teológica, sea positiva o negativa,
recuperar aquellos datos bíblicos de la creación que nos permitirán luego hacer una aproximación a la
valoración teológica del tema en cuestión. Este apartado lo hemos titulado “Imágenes de Dios”, porque
consideramos este concepto, que surge de la misma Escritura (Gn 1,27), como aquel que nos permitirá
recuperar algunos aspectos de la teológica bíblica de la creación. Habría que preguntarnos para empezar:
¿a qué hacemos referencia al hablar del ser creado a imagen (y semejanza) de Dios?
Juan Luis Ruiz de la Peña, hace un análisis de este concepto al hacer una exégesis del capítulo
1 del Génesis. Nos dice el autor, que el ser humano creado a imagen de Dios ha tenido dos claves de
interpretación: la primera hace foco en las cualidades espirituales de Dios tales como la racionalidad y
la capacidad para lo sobrenatural, mientras que la otra, visualiza cualidades físicas-somáticas, por
ejemplo, el rostro, la figura erguida, etc.
14
Sin embargo, nos dice el mismo autor, que ambas
interpretaciones han sido criticadas en la actualidad y que tal vez sea necesario asomarnos a una tercera
clave de interpretación: el que el hombre sea imagen de Dios significa que este cumple una función
representativa del Creador en su creación; retomando que el ser imágenes es re-presentar lo imaginado,
es decir, hacer presente aquello de lo cual uno es imagen.
15
Retomando lo dicho en el párrafo anterior, podemos descubrir que el autor entiende el ser imágenes de
Dios, en un sentido de una potestad otorgada al hombre por parte del mismo Creador, aunque habría
que decir también que: “Precisamente por tratarse de una potestad regia y vicaria, el señorío humano
sobre la creación incluye la tutela de lo enseñoreado. Al hombre se le hace responsable de la buena
marcha de la creación, a la que sirve gobernándola, y a sabiendas de que el verdadero señor es Dios, no
él.”
16
Es decir, que el ser imagen de Dios se traduce también en el encargo de custodiar y cuidar la obra
creadora de Dios, así entiende este concepto el autor citado. Agregamos a lo explicado, que el hombre
que aparece creado a la imagen de Dios hace referencia a todos los hombres y mujeres, es decir, que
todo ser humano es imagen de Dios y responsable de cuidar la creación.
17
13
ChatGPT [en línea], https://chat.openai.com/share/5d702000-d560-423d-89f1-20dd196e171f .
14
Cf. Juan Luis Ruiz de la Peña, Imagen de Dios. Antropología Teológica Fundamental (Santander, Editorial
Sal Terrae 1988) 41
15
Cf Ibíd., 42
16
Ibíd., 43
17
Cf Ibíd., 43
Otro elemento que toma Ruiz de la Peña, al decir que somos creados a imagen de Dios, es la
dimensión relacional del ser humano. Esta es la interpretación que tiene Karl Barth que afirma que la
analogía del hombre a Dios en cuanto imagen suya radica en que es el “ser capaz de la relación yo-tú”
18
.
El hombre no fue creado solo, fue creado junto con la mujer, en un llamado a vincularse entre ambos,
con Dios del cual son imágenes y con la creación entera, como venimos diciendo. Aquí también
podríamos citar numerosos autores que, en la reflexión teológica trinitaria contemporánea, afirman la
dimensión comunitaria y relacional de Dios. Si partimos de esto, somos imágenes de Dios porque, al
igual que Él, tenemos constitutiva y esencialmente el ser seres relacionales.
2.3.2 Otros presupuestos bíblicos
Ruiz de la Peña, trae a colación otros elementos de los relatos bíblicos que van más allá del
tema del ser imágenes de Dios, pero que ayudan a la propuesta de nuestro trabajo. El autor se propone
hacer un análisis de algunos términos antropológicos hebreos que ayudan a comprender los relatos
creacionales. Un término que analiza profundamente es el de basar. Este término que literalmente
significaría carne, apunta a dos dimensiones del hombre. La primera es la dimensión social, porque
carne apuntaría a eso común que comparten todos los seres humanos y aquello que los relaciona: “ todo
hombre es siempre carne junto a carne”
19
. Es la cuestión solidaria esencial, que ya hemos mencionado,
la que quiere explicitarse aquí.
Hay una segunda dimensión en la que se entiende el concepto de basar, este es el de la
“fragilidad y caducidad inherentes a la condición humana”
20
. Es decir, que cuando las Escrituras hablan
del ser humano en su integridad, también contemplan esta realidad constitutiva que es la de la fragilidad,
concepto que retomaremos en este trabajo cuando hablemos de vulnerabilidad. El hombre es creado
frágil, vulnerable y limitado, y esto lo testimonian numerosas veces las Escrituras.
Por último, habría que decir que tal como afirma el autor numerosas veces, la antropología
bíblica se aleja de cualquier tipo de dualismo antropológico. La Biblia está lejos de afirmar la maldad
ontológica de la carne o incluso la consideración de un espíritu separado de la materia. Cuerpo y espíritu
están en la concepción bíblica, inseparablemente unidos y ambas dimensiones del hombre tienen un
valor incuestionable. Nos dice el autor:
“Otra consecuencia importante de esta concepción integracionista es que ni el pecado se adscribe
a la carne o al cuerpo ni la santidad concierne a un estrato espiritual o anímico. Pecado y justicia,
vicio y virtud, proceden de decisiones personales que embargan al hombre entero, el cual está
ante Dios en su totalidad indivisible”
21
18
Ibíd., 44
19
Ibíd., 21
20
Ibíd., 21
21
Ibíd., 24
2.3.3 Valoración teológica positiva
Habiendo planteado los presupuestos bíblicos de la teología de la creación, podemos
introducirnos en una valoración teológica del transhumanismo. Para esta sección tomaremos un artículo
escrito por Lluis Oviedo titulado “La teología en el transhumanismo”. El autor quiere partir de una
consideración teológica más positiva del tema en cuestión: “Parto en mi análisis de un sentido de
transhumanismo más positivo y menos fantástico, algo que tiene que ver con los intentos de mejorar la
naturaleza humana, que pueden tener desarrollos interesantes y animan un gran debate ético.”
22
El autor se propone, encontrar aquellos puntos de diálogo en los que la teología puede traer luz
a los debates que se han dado en torno al tema del transhumanismo, y sus propuestas de mejora de la
naturaleza humana. El autor toma tres conceptos teológicos para exponer lo tratado: “la dignidad
humana que resulta de la fe de haber sido creados a imagen de Dios; la fragilidad y el fracaso humanos,
que recoge la doctrina del pecado original; y la posibilidad de restauración humana e incluso de
divinización a través de la gracia.”
23
Es evidente, que le daremos más importancia en este trabajo a los
dos primeros conceptos, ya que el tercer concepto le compete más al Tratado de la Gracia o a cuestiones
soteriológicas.
Con respecto al primer concepto, el autor rescata esta peculiaridad del hombre de haber sido
creado por Dios a su imagen y semejanza y se pregunta: “¿Hasta qué punto los esfuerzos por el
mejoramiento humano pueden aceptarse como convergentes con ese programa (creador de Dios)?”
24
.
A esta pregunta el autor ofrece tres modelos de respuestas que justificarían una visión positiva del
transhumanismo
25
.
El primer modelo es aquel que insiste en la mejoría de la naturaleza, es decir, que cualquier
intento por mejorar algún rasgo con el que hemos sido creados, sirve para ser más humanos y, por lo
tanto, más divinos. El segundo modelo de respuesta, parte de la idea que la esencia y naturaleza humana
no están finalizadas desde la creación como algo estático, sino que están en un proceso de desarrollo y
progreso. Este segundo modelo acepta los aportes que ha hecho la ciencia en la teoría de la evolución,
e introduce los cambios que propone el transhumanismo en este proceso de constante desarrollo y
progreso humano. El último modelo, se nutre de un concepto que utilizó el teólogo Philip Hefner, en su
obra El Factor Humano. Hefner hablaba del hombre como la criatura co-creadora, este aporte intenta
demostrar que “crear no es sólo una prerrogativa divina, sino también una habilidad humana, que nos
ha sido otorgada como parte de nuestra condición de semejanza con Dios”
26
.
22
Lluis Oviedo, “La teología ante el transhumanismo”, Pensamiento. Revista De Investigación E Información
Filosófica 78 (2022), 515-522
23
Ibíd., 516
24
Ibíd., 517
25
Cf. Ibíd. 517-518
26
Ibíd. 518
Detengámonos por un momento a analizar estos tres modelos. Los primeros dos hablan de algo
que se mejora en el hombre o que se ayuda a progresar. En estos casos la pregunta es: ¿es lícito mejorar
o modificar esa imagen de Dios a partir de la cual hemos sido creados? Es interesante descubrir, que la
idea de imagen de Dios que está detrás de estos primeros dos modelos es la de rasgos concretos,
espirituales y físicos, que serían modificados. El tercer modelo, por su parte, utiliza el argumento de la
imagen, no para hablar de ciertos rasgos a ser modificados, sino para justificar la pretensión del hombre
de ser co-creador con Dios. Este tercer modelo, es quizás el que se adecua más a la pretensión de nuestro
trabajo y que a partir de aquí analizaremos.
2.3.4 Colaboradores y co-creadores
El dato bíblico nos justifica para decir, como hemos visto con Ruiz de la Peña, que el hombre
tiene un lugar de señorío en la creación, por ser representante de Dios en ella y encargado de su cuidado.
En una visión amplia de esto anteriormente dicho, se encuentra la propuesta de Hefner del hombre como
co-creador. El hombre no sería, desde esta concepción, un cuidador o un colaborador de Dios, sino
alguien a quien le ha sido confiada la potestad de crear. Esta postura es muy beneficiosa para las
propuestas transhumanistas, ya que presenta la posibilidad del hombre de continuar la obra creadora de
Dios modificando, cambiando y/o potenciando aquello que fuera necesario. Esta es la visión más
positiva que podemos encontrar del transhumanismo en la teología.
Sin embargo, es justo preguntarnos: ¿es lícita esta interpretación tan abierta del lugar del
hombre en la creación? Esta pregunta cobra sentido, al descubrir que, con estas interpretaciones, el
hombre roza con tomar las atribuciones creadoras de Dios, con el riesgo de creerse o hacerse otro dios.
En este sentido, el hombre, a través del transhumanismo, ¿quiere ser colaborador de Dios, o quiere
convertirse en otro dios? El hombre que ha sido creado finito, vulnerable, incapaz de subsistir sin una
relación con un otro, ¿puede atribuirse la tarea creadora? ¿No es esto una atribución única del Dios
creador? Con estas preguntas queremos introducirnos a algunas críticas que podemos hacerle desde la
teología al transhumanismo.
2.3.5 Creatividad en tensión
En este apartado asociamos el hombre como co-creador con el concepto de creatividad: Dios
nos dio la capacidad de crear, de innovar, y en este sentido hemos realizado grandes cambios de la mano
de la creatividad. “Dios ha creado al hombre con la capacidad para hacerse a mismo. Pero esta
creatividad propia del ser humano no es absoluta; la ha recibido y, por tanto está en relación con el
origen del ser y con los demás seres.”
27
27
Justo Dominguez, Vencer a la muerte. Crítica antropológica y teológica del proyecto transhumanista”, Logos.
Anales del Seminario de Metafísica 53 (2020), 70
No somos de conformarnos con la naturaleza de las cosas creadas y por ello hemos buscado
nuevos horizontes, buscando nuestro propio bienestar. Somos creadores de lenguaje, clave de
humanización, donde desarrollamos el pensamiento y abrimos espacio a la cultura. Sin duda como seres
humanos a lo largo de nuestra existencia en el planeta tierra, hemos ido caminando en la evolución de
nuestra naturaleza de la mano de la creatividad.
“El hombre, más bien, tiene una capacidad creativa precisamente desde su finitud. Su grandeza
está en que es capaz de lo infinito y tiene una libertad creativa; pero esta grandeza humana va unida a
su fragilidad”
28
. Esta capacidad creativa que deslumbra al sujeto como creado a imagen y semejanza de
Dios, se realiza en la historicidad, ya que en ella se hace posible un proyecto de vida en el tiempo-
espacio. Sin dudas aquí es que planteamos cuestionarnos hasta qué punto el transhumanismo limita o
no esta libertad creativa. Será un cuestionamiento que quedará latiendo hacia el final ¿El
transhumanismo restringe la creatividad que nos descubre como co-creadores o es un modo de ser co-
creador?
2.3.6 Auto diseño
A su vez diremos según Emilio Domínguez que el hombre no tiene la vocación de realizarse
tecnológicamente sino personalmente”
29
. Si bien en el apartado anterior, hemos hablado de la
creatividad como aquella que ha ido permitiendo al hombre irse civilizando, adaptándose a la vida y
evolucionando, no queremos dejar de discutir esta posición a la que nos lleva a preguntarnos el
transhumanismo: la vida del sujeto como auto diseño.
La vivencia del cuerpo es experiencia concreta y singular de “vivir una biografía concreta y
estar en comunicación con otras personas, con el mundo y con lo trascendente”
30
. Entonces la
modificación del cuerpo como auto diseño nos lleva a preguntarnos: ¿es el auto diseño un aporte o una
búsqueda del transhumanismo que elimina las biografías de las personas?
En este sentido nos animamos a hablar de dos posibilidades a esta respuesta. Por un lado,
ciertamente el cristianismo tiene un punto común con el transhumanismo, “comparten el objetivo de
vencer la muerte; pero este objetivo común de superar la muerte puede tener respuestas diversas, según
la comprensión que se tenga de lo que significa la muerte, y en esto se distinguen la visión cristiana y
la transhumanista”
31
En este sentido, es que las dos posibilidades de respuestas se van a ir abriendo.
En el primer horizonte de posible respuesta diremos que este objetivo de vencer la muerte,
puede ser el punto medio para decir que el transhumanismo no pretende eliminar las biografías sino
mejorarlas. Pero a su vez, en la segunda respuesta, diremos que sí se desdibuja el límite del tiempo, se
pierde el horizonte de la finitud, allí es donde el cristianismo se separa, porque en el límite del tiempo
28
Ibíd.
29
Ibíd., 71
30
Ibíd.
31
Ibíd., 66.
la persona se descubre llamada a vencer la muerte no solo corporal sino espiritual. “En este sentido, la
victoria sobre la muerte, puesto que ésta es una negación corporal del hombre, incluye la resurrección
del cuerpo, con todas sus dimensiones: relacional, histórica y trascendente”
32
2.3.7 Vulnerabilidad y necesidad del otro.
Otra de las críticas al transhumanismo en su visión negativa es que este “pretende eliminar esta
vulnerabilidad considerando que es fuente de sufrimiento para el ser humano”
33
Ahora bien ¿Qué sucede
si eliminamos la vulnerabilidad en el ser humano? A primera diremos que esta significa una apertura a
los demás y es en este caso que se pierde la necesidad de otros que nos anima a la vinculación.
“La vulnerabilidad entraña la posibilidad de entrar en comunión con otros y de recibir algo de
otros.”
34
Es aquí que encontramos un punto que no se comparte con el cristianismo que es el
individualismo. La vulnerabilidad como encuentro, diálogo, apertura, comunicación, unión con los
demás a partir de la necesidad, es la respuesta al individualismo que el transhumanismo pretende
eliminar. En esta mirada crítica, diremos que el transhumanismo propone más bien experiencias
placenteras, por lo tanto, el evitar el dolor, y la vulnerabilidad no está en sus posibilidades, tampoco un
altruismo, y mucho menos el cuidado de lo creado.
3. Conclusión
A lo largo de este trabajo, se ha intentado abordar una gran temática de nuestro tiempo: el
transhumanismo. Hoy se nos presenta, tal como hemos visto, como desafío, posibilidad, aunque también
posible reduccionismo de la misma naturaleza del hombre. A esta realidad, la pusimos en tensión con
los principales postulados de la teología de Creación, permitiéndonos contemplar la temática,
reflexionar sobre ella, y tratar de decir algo, aunque sin emitir juicios morales o herméticos.
Sin lugar a dudas, quedan horizontes abiertos que siguen generando interrogantes a nuestro
quehacer teológico. Nuestra intención no era la de resolver todos aquellos interrogantes que surgen de
un tema relativamente nuevo para la teología, sino generar el dialogo entre ambas cuestiones e intentar
extraer los desafíos principales fruto de este diálogo.
32
Ibíd., 76
33
Ibíd., 73.
34
Ibíd.
Referencias
ChatGPT [en línea], https://chat.openai.com/c/a4d01b9e-4af0-4289-b351-a2f4f53c6c90
García Echeverri, J. A. “El cuerpo, un interrogante para el transhumanismo en: Humanismo y
transhumanismo: reflexiones desde las ciencias humanas y sociales. Colombia: Editorial
Universidad Pontificia Bolivariana, 2021.
Hernández Valencia, J. S. ¿Es “humano” el transhumanismo? Visión desde los orígenes y
desarrollo del movimiento en Humanismo y transhumanismo: reflexiones desde las ciencias
humanas y sociales. Colombia: Editorial Universidad Pontificia Bolivariana, 2021.
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