Octubre 2019: una mirada hacia
los “otros” actores movilizados, a
partir del caso de Marea Roja, barra
organizada de fĂştbol
Samantha Gordillo SuĂĄrez
*
Abrir la puerta para mirar a los “otros” actores, a aquellos
que nadie mira habitualmente es un ejercicio de justicia necesario,
mirar a todas las primeras lĂ­neas,
a todas las que sostuvieron las movilizaciones de octubre,
y que siguen sosteniendo el Ă­mpetu de aquellos dĂ­as de lucha.
Para todas las primeras lĂ­neas.
*
Samantha Gordillo Suárez, socióloga política por la Ponticia Universidad Católica del
Ecuador, mĂĄster en sociologĂ­a jurĂ­dica por la Universidad de Barcelona, estudiante de la
maestrĂ­a de SociologĂ­a PolĂ­tica en FLACSO Ecuador.
CĂłdigo de referato: SP.300.LVII/22
http://dx.doi.org/10.22529/sp.2022.57.04
STUDIA POLITICÆ Número 57 invierno 2022 pág. 59–81
Recibido: 11/05/2022 | Aceptado: 15/09/2022
Publicada por la Facultad de Ciencia PolĂ­tica y Relaciones Internacionales
de la Universidad CatĂłlica de CĂłrdoba, CĂłrdoba, RepĂşblica Argentina.
60 STUDIA POLITICÆ Nº 57 invierno 2022
“Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los
hombres se lo debo al fútbol”.
1
Resumen
Octubre de 2019, para Ecuador, signicó una transformación importante en
aquellas dinĂĄmicas que se estudiaron hasta entonces dentro del campo de
los movimientos sociales y de la acciĂłn colectiva, sobre todo en tĂŠrminos
organizativos y de movilizaciĂłn de recursos, asĂ­ como la presentaciĂłn de
otros repertorios por parte de nuevos actores sociales. Este ensayo explo-
ratorio plantea la importancia de revisar todos los actores movilizados du-
rante este ciclo de protestas y los matices que cada uno tuvo. Octubre fue
heterogĂŠneo, diverso y amplio. Muchos sectores no politizados o no iden-
ticados con organizaciones políticas tradicionales se volcaron a la calle,
entre ellos, el que ocupa este artĂ­culo: las barras organizadas del fĂştbol. Es-
tos actores, que han sido identicados sobre todo con incidentes violentos
y con el fútbol, toman otro rol en las protestas sociales y conguran un dis-
curso propio dentro de su comprensiĂłn de la identidad de su club y de sus
organizaciones a travĂŠs de una identidad popular. La inminente alza de los
precios de la gasolina produjo un impacto en ellos y en su decisiĂłn de salir
a protestar, ademĂĄs de otras tensiones acumuladas durante dos aĂąos. La
agenda de gobierno cambiĂł drĂĄsticamente y, con ello, la tensiĂłn de muchos
grupos. Octubre dio inicio a una posible transformaciĂłn, que pretendemos
indagar en este artĂ­culo y, a partir de esto, rastrear otros cambios en las dinĂĄ-
micas de acción colectiva de las barras, especícamente de la Marea Roja.
Palabras clave: octubre 2019 - barras de fĂştbol - estallido social - hincha-
das - fĂştbol.
Abstract
During October 2019 in Ecuador happened an important roll-off into the
traditional ways to read social movements, it meant an important transfor-
mation in those dynamics that were studied about social movements and
collective action, especially in terms of organization and mobilization of
resources, as well as in the using of other repertoires by new social ac-
tors. This exploratory essay raises the importance of returning to see all
the actors mobilized during this cycle of protests and the different point of
view and nuances that each one had. October was heterogeneous, diverse
and broad; many sectors not politicized or not identied with traditional
1
Camus A. (1958). L’Appel pour une trêve civile en Actuelles III, Chroniques Algériennes.
Disponible en: https://sites.google.com/a/ea.books-now.com/en42/9782070212170-51iqab-
GEspecep83
SAMANTHA GORDILLO SUÁREZ 61
political organizations turned the street, among them the one that occupies
this article: organized fan´s soccer clubs, actors who have been identied
above all with violent incidents and with soccer take another role in social
protests and congure their own discourse within their understanding of the
identity of their club and their organizations through a popular identity. The
imminent rise in gasoline prices had an impact on them and on their deci-
sion to go out and protest, but there were other tensions accumulated in two
years where the government’s agenda changed drastically, October gave the
beginning of a possible transformation, which we intend investigate in this
article, and from these other changes in the dynamics of collective action of
the bars are traced, specically of the Red Tide.
Key words: October 2019 - soccer - social movements - social protests-
Ecuador.
IntroducciĂłn
O
ctubre de 2019 abriĂł un debate importante alrededor de las movili-
zaciones sociales en Ecuador. Actores que habĂ­an perdido terreno,
como el movimiento indĂ­gena, retomaron la disputa del discurso
movilizador de manera abrupta. La oposiciĂłn a las medidas neoliberales im-
puestas por el gobierno de Lenin Moreno, si bien no fue capaz de unicarse
bajo un solo estandarte, logrĂł llevar una parte de la disputa a la calle, como
no se veĂ­a desde los 90. En esa lĂłgica, nuevos actores sociales tomaron par-
tido dentro de las movilizaciones y ocuparon la calle.
Uno de estos nuevos actores fueron los grupos de hinchas de equipos de
fĂştbol, que se organizan (u organizaban) hasta entonces solo en funciĂłn del
fĂştbol y su equipo, y se construĂ­an desde los antagonismos de sus equipos ri
-
vales y la identidad de su club. Pasaron de la convocatoria a los estadios, a la
convocatoria a las movilizaciones, como ya se habĂ­a visto en otros paĂ­ses de
la región, como Colombia (“Los barristas le ponen pasión al paro”, 2020) y
Chile (Navarrete y Bustos, 2020). Las hinchadas se han construido desde un
discurso popular y desde abajo, de acuerdo a sus propias expresiones, tanto
en cantos, dichos coloquiales e incluso publicaciones en sus redes sociales,
como sĂ­mil de su lugar en el estadio y en el fĂştbol, que podrĂ­a ser aquello que
los empuja a movilizarse.
Gran parte de los marcos analĂ­ticos utilizados para abordar las movilizacio
-
nes de octubre se han centrado en destacar el rol que tuvo el movimiento in-
dígena, rescatando su masividad. Igualmente, las guras que surgieron de las
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movilizaciones y que tuvieron cobertura mediĂĄtica tambiĂŠn giraron en torno
al movimiento indĂ­gena. Aunque, en menor medida, se hablaba tambiĂŠn de
la ciudadanĂ­a movilizada, como una masa homogĂŠnea en origen y discurso.
Poco esfuerzo se ha puesto en caracterizar a “otros” múltiples actores que se
unieron a las movilizaciones desde sus propias pulsiones y discursos, y que
el espacio mediĂĄtico ha invisibilizado.
1. Materiales y mĂŠtodo
Desde el anĂĄlisis de los movimientos sociales y la acciĂłn colectiva, asĂ­ como
desde la esfera de los medios de comunicaciĂłn, no se ha mirado a estos nue
-
vos grupos, cuyas acciones se han orientado hacia un discurso ĂŠtico y polĂ­ti-
co que nace de sus propias vivencias. Es por ello que vale la pena recuperar
las diversas narrativas de lo que sucediĂł en octubre, como un ejercicio de
justicia y memoria para todas las “primeras líneas”
2
.
Es necesario ampliar los marcos de interpretaciĂłn; indagar, inclusive, nuevas
categorĂ­as que permitan comprender quĂŠ actores y de quĂŠ manera se han
vinculado a la protesta social en la regiĂłn. A inicios de la dĂŠcada pasada, ya
parecĂ­a claro que muchas de las categorĂ­as de la sociologĂ­a clĂĄsica, en rela
-
ciĂłn con la protesta y la acciĂłn colectiva, no permitĂ­an comprender cabal-
mente la emergencia de estos nuevos actores, sus lĂłgicas, sus afectividades
y motivaciones.
3
ÂżQuĂŠ motiva a estos actores a tomar parte de las movilizaciones de octubre?
ÂżDesde quĂŠ marcos interpretativos es posible analizar estos movimientos y
su toma de acciĂłn dentro de las movilizaciones? ÂżCuĂĄl es el sentido que lo
popular tiene para ellos? A continuaciĂłn, se realizarĂĄ una aproximaciĂłn a es-
tos interrogantes desde la primera persona, desde las vivencias y emociones
de los propios hinchas de una de las barras que participĂł, Marea Roja.
Para ir respondiendo a estas preguntas, se ha diseĂąado un estudio explorato
-
rio de casos mĂşltiples. De esta manera, podremos observar las trayectorias
organizativas y de acciĂłn de Marea Roja de Ecuador en relaciĂłn con el mar-
co teĂłrico-analĂ­tico propuesto, para indagar el problema de la participaciĂłn
polĂ­tica de la barra en las protestas de octubre 2019. Para analizar estos fenĂł-
2
TĂŠrmino de origen militar utilizado para hacer referencia a aquellos grupos de personas
que están más cerca del conicto o de la zona de riesgo.
3
Ídem, 26.
SAMANTHA GORDILLO SUÁREZ 63
menos sociales, que son temporalmente cercanos o de los cuales no existen
cifras de campo por parte de las instituciones, se plantea una metodologĂ­a
cualitativa que permitirĂĄ el acercamiento a los fenĂłmenos de estudio, los
cuales serĂĄn contrastados con fuentes periodĂ­sticas, asĂ­ como con investiga
-
ciones previas en la regiĂłn.
Los métodos cualitativos permiten identicar la naturaleza más profunda de
las realidades que narran, sus estructuras dinĂĄmicas, aquello que motiva el
hecho que se explica, tanto como sus comportamientos (Guerrero, 2009), lo
cual permitirĂĄ ahondar en las dinĂĄmicas organizativas y en las motivaciones
de las barras que dan origen a estos cambios dentro de la acciĂłn directa.
AdemĂĄs, permiten una narrativa directa de quienes han sido y son parte de
las barras, que han visto a lo largo del tiempo estos cambios, para acercarse
a sus reexiones, sus interpretaciones, es decir, sus propias perspectivas de
lo que ocurriĂł y de lo que motivĂł ese hecho determinado (Serrano, 2001).
A travĂŠs de los mĂŠtodos cualitativos, buscamos comprender la dimensiĂłn
individual de quienes protagonizan los acontecimientos en cuanto eje cen
-
tral, valorando las experiencias subjetivas (Guerrero, 2009). A la vez, no se
excluye el uso de datos cuantitativos al momento de recrear un contexto o
explicar fenĂłmenos. En determinadas circunstancias, ambas metodologĂ­as
pueden crear dualidades Ăştiles para comprender el fenĂłmeno de estudio pro-
puesto (Pedone, 2000). También se realizará una revisión bibliográca y do-
cumental centrada en la informaciĂłn disponible en medios de comunicaciĂłn
y de aquella publicada por las barras mismas en sus redes sociales ociales.
Se han utilizado tĂŠcnicas de recolecciĂłn de informaciĂłn de prensa sobre las
barras, asĂ­ como la bĂşsqueda y anĂĄlisis de sus expresiones en redes sociales
ociales, para proceder a identicar hitos importantes en la problematiza
-
ciĂłn del cambio de su acciĂłn colectiva, ademĂĄs de actores relevantes. La
delimitaciĂłn temporal elegida tomarĂĄ en cuenta aquellos eventos y actores
fundamentales del siglo XXI, y un recuento histĂłrico del origen de las ba-
rras.
DespuĂŠs de analizar los datos obtenidos de esta primera fase de anĂĄlisis
documental e histĂłrico, se diseĂąaron los cuestionarios de las entrevistas en
profundidad a informantes clave, que fueron seleccionados con criterios de
género, edad, ubicación geográca. Se han realizado cinco entrevistas por
cada barra, una de ellas a una persona del liderazgo de la barra, una persona
que estuvo en el pasado en el liderazgo de la barra, una mujer perteneciente
a la barra, y dos personas que participan en la barra de diferentes puntos de
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la ciudad donde se concentran piĂąos (grupos internos de la barra) de impor-
tancia.
Las entrevistas son fundamentales, ya que le dan voz a los propios actores,
que narran y recrean el hilo de su propia memoria, la cual es, en efecto, ne
-
cesaria para su existencia, le otorga razones a la liación en determinados
contextos o procesos y la interrelacionan con los procesos sociales y polĂ­ti-
cos que viven tambiĂŠn, como una relaciĂłn dialĂŠctica entre la biografĂ­a de una
persona y la historia del mundo, en este caso de la barra y de su participaciĂłn
polĂ­tica (Pereira, 2011; Wright Mills, 2014).
AdemĂĄs, de los testimonios recogidos en entrevistas y encuentros con miem
-
bros de la barra, tambiĂŠn se toman expresiones recogidas en las redes socia-
les ociales de esta, para un ejercicio de contraste con autores que abordan la
construcciĂłn y emergencia de nuevos movimientos sociales como respuesta
a las nuevas condiciones sociales y globales. En estos tiempos de cambio
y convulsiĂłn social, es menester mirar a quienes convergen en el escenario
de lo social como respuesta a nuevas polĂ­ticas autoritarias y represivas en la
regiĂłn, y valorar sus vivencias y emociones como marcos explicativos de la
acciĂłn colectiva.
Para arrancar, se contextualizan los hechos que conguraron las movilizacio
-
nes de octubre y sus motivaciones, a partir de las acciones adoptadas por el
Gobierno. A continuaciĂłn, se realizarĂĄ una breve introducciĂłn sobre la con-
guración de Marea Roja, en cuanto a orígenes e identidades, y, nalmente,
un anĂĄlisis de la participaciĂłn de las barras en las protestas de manera general
para focalizar en el caso puntual de Marea Roja.
2. Octubre 2019: suben los combustibles, sube la tensiĂłn social
Durante octubre del 2019 en Ecuador se viviĂł una gran movilizaciĂłn po
-
pular que se extendiĂł desde el 03 al 16 de octubre. Dicha movilizaciĂłn fue
detonada a causa del Decreto Ejecutivo 883, que estipulaba la liberalizaciĂłn
del precio de los combustibles a partir de la eliminaciĂłn de los subsidios. A
pesar del recrudecimiento de la represiĂłn estatal, durante 12 dĂ­as decenas de
miles de ciudadanos y ciudadanas se movilizaron hacia la ciudad de Quito
y cerraron las principales carreteras del paĂ­s, bajo la consigna de lograr la
derogaciĂłn de este decreto.
La eliminaciĂłn del subsidio de los combustibles fue parte de una lista de
acciones a las que el Gobierno de turno se comprometiĂł con el Fondo Mone
-
SAMANTHA GORDILLO SUÁREZ 65
tario Internacional (FMI), para que este otorgue un crĂŠdito por 4200 millones
de dĂłlares norteamericanos al paĂ­s, dividido en varios desembolsos que es
-
tarĂ­an condicionados por el cumplimiento de dichas acciones, como la elimi-
naciĂłn de los subsidios. De acuerdo con las polĂ­ticas dictadas por el FMI, el
dĂ­a 02 de octubre de 2019, el Gobierno emitiĂł el Decreto 883.
A partir del 03 de octubre, miles de personas se convocaron en los alrededo
-
res del centro histĂłrico de Quito con el afĂĄn de protestar por la inminente alza
de los precios del combustible. Diversos gremios y asociaciones llamaron a
una gran movilizaciĂłn nacional: transportistas, estudiantes, organizaciones
de trabajadores y trabajadoras, y el movimiento indĂ­gena. Este Ăşltimo tuvo
un rol protagĂłnico en las movilizaciones de estos dĂ­as y acaparĂł en gran par
-
te la atenciĂłn de medios y ciudadanĂ­a.
Es, sin duda, una de las movilizaciones mĂĄs grandes que ha nacido del mo
-
vimiento indĂ­gena en las Ăşltimas dos dĂŠcadas. A lo largo de todo el paĂ­s,
organizaciones de base del movimiento indĂ­gena se organizaron para cerrar
las principales vĂ­as, tomar las plazas de las capitales de las provincias, y, en
muchas de ellas, ocupar momentáneamente los edicios de las gobernacio-
nes. A la par, miles de personas se movilizaron hacia Quito.
La espontaneidad de las movilizaciones daba cuenta de que las convoca
-
torias fueron diversas, desde organizaciones estudiantiles, de transportistas,
indĂ­genas, hasta vecinos y vecinas de Quito que se fueron sumando, lo cual
no da cuenta de un solo gran movimiento popular de discurso homogĂŠneo y
actuaciĂłn uniforme en la calle. A pesar de ello, abriĂł un paraguas de movi-
lizaciĂłn social que no se habĂ­a visto hace mucho tiempo. Ante la represiĂłn
exacerbada de la PolicĂ­a nacional, las personas heridas se contaban por de-
cenas. Desde el primer dĂ­a, mĂŠdicos, estudiantes de medicina, enfermeros y
paramĂŠdicos se autoconvocaron para atender a las vĂ­ctimas de la represiĂłn.
Los vĂ­deos de los hechos recorrĂ­an redes sociales y cadenas de Whatsapp, y
el mundo entero miraba en tiempo real lo que sucedĂ­a.
La movilizaciĂłn alrededor de las reivindicaciones inmediatas sobre lo eco
-
nĂłmico y lo polĂ­tico tuvo un eje articulador: sin duda, el alza de los com-
bustibles y el deterioro de las condiciones de vida que histĂłricamente ha
generado. Durante estos dĂ­as, uno de los hechos que destacĂł fue la diversidad
de las protestas, una movilizaciĂłn sin grandes polĂ­ticos al frente, sin una
“vanguardia” o espacio dirigente, sin pretensiones de “tomar el poder”, sin
discursos polĂ­ticos dicotĂłmicos de izquierda-derecha o populismo-liberalis-
mo. Por el contario, eran la suma de las demandas de aquellos y aquellas que
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sufrieron durante los meses anteriores el embate de las polĂ­ticas adoptadas
por el Gobierno, y que representaban la precarizaciĂłn en sus necesidades
diarias; fueron jornadas donde quienes “viven de su trabajo” se reunieron en
el paro (RamĂ­rez Gallegos, 2020).
Las movilizaciones tomaron tal magnitud que generaron olas de solidaridad
en la ciudadanĂ­a quiteĂąa, quienes se volcaron rĂĄpidamente al acopio de vĂ­
-
veres, frazadas y medicinas, a la preparaciĂłn de alimentos y a la apertura de
zonas de paz y cuidado de niĂąos y niĂąas. Las universidades aledaĂąas al par-
que El Arbolito, que se transformĂł en el epicentro de las protestas, se abrie-
ron como zonas de paz para acoger a los y las manifestantes. Una vez mĂĄs,
estudiantes y docentes se prestaron voluntarios para la cocina, actividades de
cuidado y atenciĂłn, etc.
Para abordar el estudio e investigaciĂłn de la acciĂłn colectiva y los movi
-
mientos sociales, se han utilizado marcos teĂłricos pensados a partir de mode-
los de acciĂłn racional o de la movilizaciĂłn de recursos (CefaĂŻ
, 2011
) y tambiĂŠn
desde la oportunidad polĂ­tica (Almeida, 2020). Estos han sido los enfoques
clĂĄsicos. Sin embargo, otros autores contemporĂĄneos, como CefaĂŻ (2011),
han acotado que no existe una sola forma de racionalidad ni de legitimidad
que se posiciona dentro una movilizaciĂłn colectiva; por el contrario, existen
múltiples regímenes de compromiso y de justicación en lo público que se
entrelazan entre sĂ­.
En este sentido, es posible comprender las movilizaciones de octubre 2019
en Ecuador como una multiplicidad de legitimidades y racionalidades que se
conjugan en el llamado del “paro nacional”. El conjunto de actores que se
movilizaron durante octubre denen la eliminación del subsidio de la gaso
-
lina como un problema y proponen la derogatoria del Decreto 883 como el
medio para resolver este problema. Este proceso de denición es lo que Cefaï
(2008) denomina “operaciones de enmarcamiento”.
Dentro de esta multiplicidad de actores que convergieron durante el octubre
2019, no es posible esbozar un solo marco de interpretaciĂłn de lo racional o
de las oportunidades polĂ­ticas o los recursos que tenĂ­an los actores movili
-
zados, sino que hace falta rastrearlos desde su contexto particular. Los con-
textos de los que parte cada actor son fundamentales para dar sentido a esta
exploraciĂłn sobre octubre y el rol de actores como las barras bravas que se
movilizaron en ese momento. Es el punto de partida para comprender catego-
rĂ­as que analicen la experiencia de los actores y cĂłmo llegaron a la situaciĂłn
que los llevĂł a la movilizaciĂłn (CefaĂŻ, 2011).
SAMANTHA GORDILLO SUÁREZ 67
3. Marea Roja: una hinchada popular
Marea Roja es el nombre con el que se identica el sector más organizado de
la hinchada del Club Deportivo El Nacional. Nace en 1998 en las gradas del
Estadio OlĂ­mpico Atahualpa, en el sector de la General Sur, con el afĂĄn de
alentar y animar al equipo de manera organizada a travĂŠs de la adquisiciĂłn
de instrumentos musicales de murga, la elaboraciĂłn de banderas de grandes
dimensiones y pancartas. En esa misma ĂŠpoca, nacen las barras de otros equi
-
pos de Quito, como LDU y Deportivo Quito.
Uno de sus miembros, Marco, ha estado en la barra mĂĄs de la mitad de su
vida. Actualmente tiene 30 aĂąos y es uno de sus referentes. Marco se autoi
-
dentica con la lucha antifascista y con los orígenes populares del club y
de la hinchada. Además, se siente identicado con otros clubes de orígenes
obreros, como el Sant Pauli de Alemania.
En cada conversación, rescata la identidad de “puros criollos” de su club,
que ha impulsado siempre la formaciĂłn de futbolistas desde temprana edad,
dando cabida a niĂąos de escasos recursos y de zonas alejadas a participar de
esta formaciĂłn.
Las barras es la organizaciĂłn, la instituciĂłn mĂĄs fĂĄcil para ingresar, ya que
para ingresar a una barra no necesitas tener un gusto musical, ideologĂ­a po-
lĂ­tica, ideologĂ­a religiosa, no necesitas absolutamente nada, entonces desde
el primer momento que ingresas o que conoces esto, te sientes incluido.
(Entrevistado en Migus, 2021)
Para Marco, la barra del Nacional agrupa a jĂłvenes de estratos populares con
intereses diversos que se reĂşnen alrededor del club. Para ĂŠl, es innegable el
origen de clase que tienen ellos, muchos vienen de hogares empobrecidos,
rodeados de diferentes formas de violencia, desde violencia intrafamiliar,
problemas de drogas o abandono de sus estudios.
En una reuniĂłn general de la barra o en un partido se puede ver que dentro
de la barra hay jĂłvenes con estĂŠticas mĂĄs roqueras, por un lado, mĂĄs raperas
en otros espacios o sin ningĂşn gusto musical en particular, lo que evidencia
la diversidad de sus miembros. Salta a la vista el origen popular de la gran
mayoría de ellos, agrupados por “piños”, como se denomina a los grupos
internos de las barras que se dividen geográcamente a lo largo de Quito. En
ellos, vemos representados barrios como Santa Anita, La RoldĂłs, La Plana
-
68 STUDIA POLITICÆ Nº 57 invierno 2022
da, Atahualpa, Ferroviaria, San Roque, Zona 6 (ComitĂŠ del Pueblo), Calde-
rĂłn, Carapungo, entre otros.
El club es la Ăşnica cĂŠdula de identidad en la que el hincha cree. Y en mu-
chos casos, la camiseta, el himno y la bandera encarnan tradiciones en-
traĂąables, que se expresan en las canchas de fĂştbol, pero que vienen de lo
hondo de la historia de una comunidad. (Galeano, 1995, p. 127)
La barra tiene una organización que no podría denirse ni puramente vertical,
ni tampoco horizontal. Han desarrollado (deliberadamente o no) complejos
sistemas de organizaciĂłn, que van desde la organizaciĂłn territorial a la toma
de decisiones en asambleas y la delegaciĂłn de funciones ejecutivas a un equi
-
po coordinador. No estĂĄ de mĂĄs decir que sus coordinadores no pasan por un
sistema de “elección”. Las lógicas de legitimación están dadas a partir de las
acciones y el acumulado histĂłrico que tiene un miembro de la organizaciĂłn:
el que mĂĄs viajes ha hecho para animar al club, el que mĂĄs peleas ha peleado,
el que mĂĄs tiempo lleva, el que nunca falta al club, el que siempre llega tem-
prano para poner las banderas, el que mejor toca los instrumentos, entre otros.
AdemĂĄs de la animaciĂłn del club, que es lo que cualquiera puede mirar du
-
rante los 90 minutos que dura el partido, la organizaciĂłn de la barra requiere
la coordinaciĂłn del transporte de sus banderas, de los lienzos (banderas hori-
zontales que identican a cada piño por su nombre), de los instrumentos, que
representan el patrimonio mĂĄs valorado y celosamente cuidado. Las barras se
enfrentan para “ganarles” en estos elementos a las otras barras. Estos enfren
-
tamientos se dan en la calle, en grandes peleas campales, o en una suerte de
operativos que diseĂąa cada barra para sorprender a las otras al momento del
traslado o instalaciĂłn de los objetos. A menudo gana la astucia, a menudo se
usa la violencia tambiĂŠn.
Los eventos de “mayor riesgo” son los partidos en los que el Nacional no
juega de local, sobre todo cuando la barra debe viajar fuera de Quito, ya que
hay menos miembros de la barra que viajan y se encuentran en inferioridad
numĂŠrica.
Una vez tuvimos que viajar a un partido entre semana, miĂŠrcoles o jueves,
en Chirijos. ÂżTĂş sabes dĂłnde es? Yo no sabrĂ­a volver, pero es ManabĂ­. Ju-
gĂĄbamos contra Emelec. Por la distancia y el dĂ­a, Ă­bamos un bus no mĂĄs.
Al llegar, nos estaban esperando los de la Boca del Pozo
4
, que eran muchos
4
Barra organizada del Club Sport Emelec.
SAMANTHA GORDILLO SUÁREZ 69
mĂĄs que nosotros. Paran el bus, nos rompen los vidrios. Lo Ăşnico que pensĂŠ
fue que el Chino
5
nos cuide. De pronto, se llevaron nuestras banderas y ahĂ­
mismo nos bajamos con machetes y todo, mientras una “man” que iba con
nosotros le gritaba al del bus que dĂŠ retro y nos saque de ahĂ­, y alcanzamos
a irnos. De regreso toco venir con frĂ­o por los vidrios rotos. (Steven H., 11
noviembre 2020)
6
En estos viajes, no solo se presentan circunstancias como esta, en las que
se transportan armas como machetes. TambiĂŠn hay acciones por fuera de
la legalidad, como hurtos a tiendas de las gasolineras o el “retaqueo”, que
es pedir dinero en las afueras del estadio a las personas que llegan a ver el
espectĂĄculo deportivo o que transitan cerca. En este Ăşltimo caso, el dinero
recaudado sirve principalmente para comprar las entradas al estadio, pero
muchas veces se trata de una acciĂłn colectiva y lo que se recauda se destina
a un fondo comĂşn.
Esta organizaciĂłn da cuenta de un funcionamiento muy cohesionado y orga
-
nizado en función de sus propios nes racionales: alentar al equipo, cuidar
las banderas e instrumentos, entrar al estadio y cuidar de las personas de la
barra. Esta lógica de cohesión genera conanza en los miembros de la ba-
rra. El saberse protegidos bajo la lĂłgica del colectivo hace posible montar
“operativos” para robar o recuperar banderas; protestas “sorpresa” que no
se publicitan, pero que convocan a 50 personas como mĂ­nimo en contra del
manejo del equipo; o la manera en que burlan a la policĂ­a cuando en deter-
minados partidos no se permite el ingreso de banderas o instrumentos, asĂ­
como las veces que se han enfrentado a la policĂ­a dentro de los estadios o en
los ingresos a ellos.
Gran parte de la opiniĂłn pĂşblica ha presentado a las hinchadas o barras bra
-
vas como “malos hinchas”, “violentos”, “problemáticos”, a raíz de hechos de
violencia en los estadios, pero no es posible reducirlos a esto. Las hinchadas
son un actor colectivo dentro del fĂştbol que expresan las relaciones existen-
tes en este fenĂłmeno, las prĂĄcticas y la exacerbaciĂłn de factores histĂłricos,
polĂ­ticos, sociales, simbĂłlicos y de seguridad alrededor del fĂştbol (Alabar-
ces, 2012).
5
Alias de un hincha del Nacional asesinado en 2006 por enfrentamientos con la barra de
LDU, Muerte Blanca, a quien las personas de la barra le piden siempre protecciĂłn y cuidado.
6
Entrevista realizada por Samantha Gordillo SuĂĄrez a Steven H., miembro de la Marea
Roja (11 noviembre 2020). Todas las entrevistas utilizadas en este documento fueron reali-
zadas por sus autores/as.
70 STUDIA POLITICÆ Nº 57 invierno 2022
Marea Roja, como hinchada, se presenta entonces como un actor colectivo
dentro del fĂştbol ecuatoriano en el que sus miembros comparten lĂłgicas de
identidad, se articulan en funciĂłn de un interĂŠs particular: su club, y un ob-
jetivo especíco: alentar por sobre todas las cosas a su club. Se relacionan
como tal con las dirigencias del club, con actores institucionales (sobre todo
PolicĂ­a nacional) e incluso increpan a medios de comunicaciĂłn a travĂŠs de
comunicados ociales en sus redes sociales.
4. Hinchadas de fĂştbol presentes en las movilizaciones sociales
En octubre, muchas barras dejaron los estadios y tomaron las calles. Dentro
del espectro de las grandes movilizaciones populares que se dieron a nales
del 2019 en parte de AmĂŠrica Latina (Castro, 2020), estos actores, que his
-
tĂłricamente no han actuado en el ĂĄmbito polĂ­tico, toman partido. Las barras
organizadas de animaciĂłn de equipos de fĂştbol, compuestas en su mayorĂ­a
por jĂłvenes hinchas cuyo interĂŠs central es participar en eventos que se re-
lacionan con sus equipos de fĂştbol, se movilizan en diferentes paĂ­ses de la
regiĂłn para reclamar por mayores derechos sociales, contra el alza del precio
de los combustibles o las tarifas de transporte pĂşblico.
Durante octubre de 2019, muchas barras de la ciudad de Quito se convocaron
para acudir a las movilizaciones colectivamente, un hecho que se repitiĂł en
otras movilizaciones en el continente: Colombia y Chile, sobre todo. Varias
imĂĄgenes relacionadas con este hecho recorrieron periĂłdicos y redes socia
-
les, sobre todo aquellas que aludĂ­an a la convergencia de barras rivales en
el mismo lugar y que, lejos de enfrentarse entre sĂ­, se daban la mano para
protestar.
En Chile, miembros de las barras mĂĄs grandes del paĂ­s protestaron juntos.
Periodistas locales destacaron que, lejos de las escenas de enfrentamientos
entre barras a las que estaban acostumbrados, iban del mismo lado a protestar
contra el Gobierno: “Ahora realmente estamos peleando por lo importan
-
te, entendiendo que el enemigo comĂşn es el Estado, la polĂ­tica criminal, el
modelo económico, y no entendiendo como rival al de un equipo distinto”
(Trejo, 2020).
Estos grupos, que muchas veces han sido estigmatizados y criminalizados,
tanto por el Estado y sus instituciones como por la sociedad, por primera
vez eran bien recibidos dentro de un espacio social amplio y diverso. Debi
-
do a esta misma criminalizaciĂłn, muchos de ellos construyen una identidad
SAMANTHA GORDILLO SUÁREZ 71
siempre en oposición a las guras de autoridad, sobre todo a la policía, que
como bien se ha estudiado ya, se relacionan con las barras en una suerte de
equiparaciĂłn con ellas: la policĂ­a dentro de los estadios son una barra mĂĄs,
pero mejor equipada (Galvani y Palma, 2005).
5. Octubre del 19: de los estadios a las calles
Octubre del 2019 fue una puesta en escena de diversos espacios sociales y
polĂ­ticos, como el movimiento indĂ­gena, jĂłvenes, mujeres, feministas, estu
-
diantes, ecologistas y personas no organizadas (Le Quang et al., 2020) que
respondieron, ya no a la ilusiĂłn y construcciĂłn de nuevas fuerzas progre-
sistas en la regiĂłn, sino a la reorganizaciĂłn de regĂ­menes represivos, auto-
ritarios y conservadores que surgen y toman fuerza regionalmente (Pleyers,
2018) y a un giro hacia polĂ­ticas abiertamente neoliberales, como en el caso
ecuatoriano.
En este marco, surgen movimientos de convergencia de emociones, identi
-
dades y reivindicaciones sociales basadas en otras legitimidades que no se
enuncian solamente en funciĂłn de su relaciĂłn y/o antagonismo con el Estado
(Jasper, 2012), sino que se fundan en reivindicaciones por su identidad, por
la conservaciĂłn del planeta, que no encajan en la lĂłgica de los movimientos
obreros o de los partidos polĂ­ticos tradicionales (BerrĂ­o Puerta, 2006). Estos,
a su vez, requieren otros marcos interpretativos, como aquellos que propo-
nen incorporar a la teorĂ­a de los movimientos sociales y acciĂłn colectiva en
el contexto desde el que surgen, asĂ­ como los cĂłdigos morales y polĂ­ticos
propios de donde surgen, y tambiĂŠn las complejas relaciones que tejen entre
sĂ­ (CefaĂŻ, 2011). De hecho, fue una sorpresa la incursiĂłn de actores como las
barras bravas de fĂştbol, que tradicionalmente no acudĂ­an a espacios polĂ­ticos
o de reivindicaciones sociales. Estos nuevos actores han sido desvalorizados
o invisibilizados dentro del espectro de lo polĂ­tico, e incluso de los movi-
mientos sociales porque no se los veĂ­a interactuar en las estructuras clĂĄsicas
de anĂĄlisis (Pleyers, 2018). Es, por lo tanto, necesario comprender quĂŠ los
motivĂł a participar de estas movilizaciones y cĂłmo construyeron sus narra-
tivas en torno a su propia participaciĂłn dentro de las ellas (Jasper, 2012). En
este caso particular, comprender quĂŠ motivĂł a los miembros de Marea Roja a
convocarse de manera pĂşblica para actuar como colectivo en las protestas de
octubre 2019 y a reivindicar, posteriormente, su rol en las protestas.
Marea Roja nunca habĂ­a participado en eventos polĂ­ticos o movilizaciones
sociales. Pese a que muchos de sus miembros, de manera personal, se identi
-
72 STUDIA POLITICÆ Nº 57 invierno 2022
can con ciertas posturas políticas antifascistas, anarquistas y de izquierdas,
estas nunca habĂ­an sido transversales a la barra. Sin embargo, octubre fue
excepcional: desde las redes sociales “ociales” se convocó directamente
a movilizarse en contra del Gobierno y de la eliminaciĂłn del subsidio a los
combustibles.
Asimismo, a travĂŠs de mensajes en los grupos de la barra, se coordinaron
puntos de encuentro para acudir en conjunto a las movilizaciones. Se envia
-
ban indicaciones de seguridad, se coordinaban acciones y se informaba cons-
tantemente de la situaciĂłn a travĂŠs de sus chats internos. La manera en que se
organiza Marea Roja para ir al estadio a alentar, para enfrentar la represiĂłn
policial que sufren en los estadios o a las otras barras, en esta ocasiĂłn les per-
mitiĂł coordinar acciones de resistencia y cuidado, incluso en los momentos
mĂĄs fuertes de la represiĂłn.
La relación que muchos de ellos han construido con la gura de autoridad,
sea la policĂ­a o cualquier otra, los motivĂł a responder ante la represiĂłn. Sin
embargo, esta vez no eran ellos solos en un estadio, eran ellos con otros ma
-
nifestantes, que, de acuerdo a sus propios relatos, decidieron ir a las primeras
lĂ­neas. En esta ocasiĂłn, compartieron un escenario de protesta junto con gran
parte de la sociedad que, lejos de criminalizarlos, compartĂ­a sus expresiones.
La experiencia que acumulan estas barras, tras aĂąos de peleas con la policĂ­a
y entre sĂ­, les permitĂ­a incluso proteger a quienes se encontraban en medio de
la represiĂłn. Al igual que otras barras, Marea Roja se puso en primera lĂ­nea.
Durante las movilizaciones de octubre, otros actores pisaron la cancha de lo
polĂ­tico y de las reivindicaciones sociales, por fuera de las lĂłgicas gremiales
y partidistas que mĂĄs se han destacado en este ĂĄmbito. Estos grupos no son
nuevos en sĂ­ mismos, existĂ­an ya en otros escenarios, como en el fĂştbol,
pero no habĂ­an generado interĂŠs en cuanto a su rol dentro de la polĂ­tica. Por
fuera de lo polĂ­tico, estos grupos tienen otras lĂłgicas de funcionamiento que
tambiĂŠn son contestatarias al sistema o el statu quo, pero desde lo cotidiano.
Muchos de estos actores de octubre no hilan un discurso polĂ­tico o tĂŠcni
-
co polĂ­tico de las medidas econĂłmicas, no construyen un discurso teĂłrico
antineoliberal o creen en un partido polĂ­tico o gremio que agrupe su lucha.
Estos actores luchan poniendo sus cuerpos (Pleyers, 2018), sus emociones
(Goodwin et al., 2001) y su experiencia subjetiva delante de todo. Salen a
protestar contra el alza de los precios de los combustibles con lo Ăşnico que en
ese momento sentĂ­an como suyo, sus cuerpos y sus vidas. Se autoconvocan
de manera autĂłnoma porque no creen en los partidos polĂ­ticos, ni en otros
SAMANTHA GORDILLO SUÁREZ 73
movimientos; muchos ya han intentado “reclutarlos” en sus las. Muchos de
aquellos actores polĂ­ticos que se han acercado lo han hecho buscando grupos
de choque o cuerpos de seguridad, instrumentalizando sus lĂłgicas de vio-
lencia. Muchos otros aparecen en ĂŠpoca electoral buscando sumar apoyos o
logos. En las las de Marea Roja, no hay conanza por las instituciones que
representan la polĂ­tica tradicional. En varias conversaciones, uno de ellos
recalca que “solo han querido aprovecharse de ellos”:
Uhhh, nos llaman para que llevemos la murga, para que les llenemos even-
tos, para hacerles el trabajo sucio de ir a sacar la propaganda de los otros,
o cuando tienen que ir a lugares densos
7
que les cuidemos, nos ven como
matones o pandilleros no mĂĄs. (Huevo, 23 diciembre 2020)
Asimismo, sus experiencias de vida los enfrentan con las instituciones de
seguridad y el Estado, y tampoco creen en ĂŠl. Muchos de los miembros de la
barra han sido detenidos por enfrentamientos con otras barras y la policĂ­a, y
no siempre son judicializados. SegĂşn narran, muchas veces los detienen has-
ta que acabe el partido y les dejan ir, y en estos momentos son violentados:
A los pelados les saben coger los “pacos”
8
antes de que comience el par-
tido. A mĂ­ una vez me cogieron saliendo de mi casa, antes que haga nada,
y te tienen ahí como “gil” hasta que se acabe el partido y te botan no más
luego, a los mĂĄs malcriaditos les pegan, les quitan las banderas. Una vez les
llevaron a 13 pelados detenidos por una pelea, 11 pelados y 2 peladas, y no
les separaron ni nada. (Marco CĂłrdova, 23 diciembre 2020)
9
En este sentido, algunas caracterĂ­sticas que motivaron la movilizaciĂłn de
Marea Roja calzan en las caracterĂ­sticas de lo que Pleyers (2018) a lo largo
de su obra a denominado “movimientos altermundistas”. La crítica profunda
y radical a todo lo que se identica como la clase política, la desconanza
y denuncia sobre la democracia, al ser excluyente o no sentirla parte de sus
vivencias cotidianas, generan una distancia casi inabarcable con los partidos
y movimientos polĂ­ticos tradicionales.
Las movilizaciones de octubre generaron en los miembros de Marea Roja
una reexión inmediata: para ellos, el alza del precio de la gasolina encare
-
7
Como sinĂłnimo de peligroso
8
PolicĂ­as
9
Entrevista a Marco CĂłrdova, miembro de la Marea Roja, 23 diciembre 2020.
74 STUDIA POLITICÆ Nº 57 invierno 2022
cería aún más el costo de su vida. Aquellos que “retaquean” para entrar al
estadio y se guardan una moneda para el pasaje veĂ­an con preocupaciĂłn la
eventual alza y el encarecimiento de su comida diaria.
Desde sus experiencias de vida, contenida en sus orĂ­genes de clase, sĂ­, pero
que rescata tambiĂŠn su cultura e identidad como barra, se problematiza las
consecuencias de la eliminaciĂłn del subsidio de los combustibles. Si bien el
alza de los pasajes o del precio de la comida representaba un problema en
su vida cotidiana, ya que muchos de ellos vienen de estratos populares y de
condiciones de vida empobrecidas, este no fue el Ăşnico factor movilizador.
El nivel de represiĂłn que escalĂł rĂĄpidamente y se viralizĂł en redes sociales
y en chats tambiĂŠn motivĂł que algunas personas se movilicen a medida que
avanzaba el paro. El antagonismo que genera la policĂ­a es latente y, cuando
esta ataca de manera brutal aquel antagonismo, toma fuerza y legitima la res
-
puesta organizada de la sociedad para resistir. Lejos de las tomas pacícas de
los primeros movimientos altermundistas, esta fue una resistencia organiza-
da y que, por primera vez en mucho tiempo, legitimaba el uso de la violencia,
diseĂąada para entorpecer el avance de la policĂ­a.
EstĂĄbamos bien cerca del centro, ya por la plaza de San Blas (entrada norte
al centro histĂłrico) y la policĂ­a estaba encerrando a la gente con las motos
para pegarles. HabĂ­a gente que ni estaba protestando, que querĂ­a pasar para
salir. HabĂ­a muchas seĂąoras con guaguas, nada les importaba. Entonces
nosotros empezamos a mover los troncos y las piedras de las plazas cerca,
en una cadenita, para poder bloquearles el paso a las motos y aunque sea
nosotros aguantarles con los chicos de los colegios que estaban ahĂ­ y darles
chance a las seĂąoras que salgan y tambiĂŠn retrasar el paso de las motos,
aunque sea. (Steven, 22 diciembre 2020)
10
Para los miembros de Marea Roja, la primera lĂ­nea era el lugar donde se sen-
tĂ­an cĂłmodos, pero ademĂĄs donde se sentĂ­an igual que en los estadios. AhĂ­ no
valĂ­an las jerarquĂ­as de los partidos polĂ­ticos, ni se distinguĂ­a a la gente por
tĂ­tulos o posiciĂłn econĂłmica, no importaba nada. AllĂ­, los que iban al frente,
los y las que pusieron el cuerpo, lo hacĂ­an desde la rabia, la indignaciĂłn, el
deseo de sobrevivir y las alegrĂ­as momentĂĄneas que causaba un repliegue de
la policĂ­a, por ejemplo. Las emociones eran las protagonistas de la primera
la y todos se equiparaban en ellas.
10
Entrevista a “Steven”, miembro de la barra Marea Roja. 22 diciembre 2020.
SAMANTHA GORDILLO SUÁREZ 75
Marea Roja y muchas otras barras establecen sus lĂłgicas de organizaciĂłn en
funciĂłn de sistemas de legitimidad propios que poco o nada tienen que ver
con organizaciones polĂ­ticas. Las relaciones que desarrollan con los otros
son diferentes, se conectan entre personas que alientan a su club, de “per
-
sona a persona”, desde lo individual (Pleyers, 2010). Y es desde esa misma
red que se sostuvieron las movilizaciones durante octubre de manera activa
y segura.
Hasta hoy, el discurso que ronda la barra es la resistencia de octubre como
una respuesta desde lo popular a las medidas que precarizaban sus vidas, y
también desde una rearmación de su oposición rme hacia la represión.
Ambas motivaciones quedaron plasmadas en las acciones que siguieron a
octubre para la barra.
Aunque parecieran efĂ­meras, las experiencias de octubre transformaron a
cada uno de sus participantes, reforzaron y renovaron la participaciĂłn de
los miembros de la barra dentro de lĂłgicas ya no delimitadas solo por su
pasiĂłn hacia el fĂştbol y su club, sino por una nueva identidad social que los
ha motivado a iniciar ollas populares bajo el lema “Solo el pueblo salva al
pueblo”, por ejemplo
11
. Son estos los nuevos actores, modestos, que persi-
guen transformar el mundo desde aquello mĂĄs simple, mĂĄs cercano y mĂĄs
cotidiano.
Al cumplirse un aĂąo de las protestas, la barra editĂł un vĂ­deo donde circulan
diferentes momentos de la represiĂłn policial con la canciĂłn de una banda de
streetpunk, que se llama A.C.A.B., acrónimo de All cops are bastards –en
castellano “Todos los policías son bastardos”–, como una manera de llamar
la atenciĂłn sobre lo que sucediĂł en octubre, pero tambiĂŠn de recordar que
aquellos abusos que el mundo mirĂł en octubre, en diferentes proporciones,
ya se vivĂ­an en los estadios y en sus propios barrios mucho antes.
Desde otras aristas, octubre permitiĂł tejer discursos sobre lo popular y el
pueblo dentro de la barra, llevando a la bĂşsqueda por instaurar un espacio de
vinculación con su comunidad a la que denominaron “Solo el pueblo salva al
pueblo”. En el margen de la pandemia de la COVID-19, se montó una fuerte
red de solidaridad que pone en marcha una olla popular solidaria cada tres
semanas para procurar raciones de alimentos a personas en condiciones de
calle. Esta iniciativa de la barra nace, por un lado, de octubre y de la expe
-
riencia de las ollas populares que alimentaron la resistencia y que marcaron
11
Íbid, 28.
76 STUDIA POLITICÆ Nº 57 invierno 2022
profundamente la solidaridad entre el pueblo. No todos podĂ­an ser primera
lĂ­nea, pero todos podĂ­an ser parte de las movilizaciones; y, por otro lado, de
la ruptura entre sociedad civil y Estado que ha impregnado espacios orga-
nizativos como Marea Roja. No se sienten parte del sistema polĂ­tico o de
la democracia representativa, pero tampoco quieren serlo. Reconocen en la
prĂĄctica individual la mejor manera de transformar sus realidades y de ser
consistentes con sus valores por fuera de las protestas.
12
Estos jĂłvenes se movilizan, mĂĄs allĂĄ de la barra, por proyectos precisos que
se interrelacionan entre sí, desde lo personal, los afectos y anidades perso
-
nales, que se aanzan en la lógica de la barra
13
. Son jĂłvenes que no se han
sentido atraĂ­dos ni incluidos en las formas tradicionales de la polĂ­tica, y que
tampoco se sienten atraĂ­dos por las grandes campaĂąas electorales llenas de
propaganda o de tiktokers, como hoy en dĂ­a. Se articulan en propuestas socia-
les que pueden medir, que son tangibles en lo inmediato, que luchan contra
la precariedad de la vida cotidiana. Para quienes construyen estas nuevas
formas de acciĂłn colectiva en lo social y en lo cotidiano, estĂĄn atravesados
por una ĂŠtica personal que teje sus relaciones colectivas, desde lo autĂŠntico y
lo coherente en sus proyectos colectivos.
Existe una reivindicaciĂłn del mundo que habitan por parte de quienes perte
-
necen a la barra, desde lo mĂĄs prĂłximo, desde sus experiencias de vida, que
no solo fue el impulso que motivĂł a la barra a movilizarse durante octubre
del 2019, sino que tambiĂŠn fue el eje articulador de nuevas prĂĄcticas sociales,
a partir de octubre: ollas populares, talleres sobre derechos humanos, dere
-
chos laborales, autodefensa para mujeres, y no solo para los de la barra, sino
para tejer redes con los barrios donde estĂĄn los miembros de la barra.
Conclusiones y hallazgos preliminares
Octubre del 2019 convocĂł a una multiplicidad de actores que se movilizaron
en contra de la eliminaciĂłn de los subsidios de los combustibles. Fueron
jornadas de protesta extensas y duras. La represiĂłn estatal se desbordĂł en
cruentas violaciones a los derechos humanos, tal como apuntan diferentes
informes de organismos de derechos humanos, y merece recordarse y reme
-
morarse en toda su inmensidad.
12
Íbid, 56.
13
Íbid
SAMANTHA GORDILLO SUÁREZ 77
El movimiento indĂ­gena fue uno de los protagonistas de este hecho y ocupĂł
un espacio fundamental en los medios de comunicaciĂłn, tanto en aquellos
alternativos que ampliaron el paraguas de la cobertura e informaciĂłn, como
aquellos medios mĂĄs tradicionales que incluso los criminalizaron. Esto les
ha permitido reubicarse en el foco de la atenciĂłn mediĂĄtica, pero es nece-
sario mirar hacia otros colectivos y espacios organizados que pusieron sus
cuerpos en octubre para protestar. Uno de estos grupos fueron las barras de
equipos de fútbol de la capital. A partir del caso especíco de Marea Roja, se
han explorado aquellas motivaciones que los hicieron tomar partido en estas
jornadas de octubre. Se ha podido indagar cĂłmo participar de estas jornadas
transformĂł tambiĂŠn las maneras de relacionarse con la comunidad y generĂł
otras prĂĄcticas dentro de su repertorio de organizaciĂłn ligada al fĂştbol.
Marea Roja habĂ­a construido, a lo largo de su existencia, un discurso de per
-
tenencia al pueblo y lo popular que se rearmaba en los orígenes de clase de
sus miembros, pero que en pocas o nulas ocasiones habĂ­a tenido la oportuni-
dad de legitimarse en la relaciĂłn directa con otros actores populares.
Sumado a ello, la relaciĂłn antagĂłnica entre las barras y la PolicĂ­a nacional
tambiĂŠn estuvo presente en estas jornadas y motivĂł la resistencia ante las
imĂĄgenes de la brutal represiĂłn estatal que se viviĂł durante los dĂ­as de oc
-
tubre. La rebeldĂ­a antiautoritaria como sello de su identidad colectiva, por
primera vez, fue un engranaje dentro de su accionar en el seno de la movili-
zaciĂłn popular y no una pieza de discordia.
Existe un material importante que debe ser explorado relacionado con es
-
tudios sobre movimientos sociales y acciĂłn colectiva por fuera de los pa-
radigmas clĂĄsicos. Las afectividades, construcciones ĂŠticas a partir de las
experiencias de vida propias, sistemas de valores propios conguran motiva-
ciones de grupos sociales para participar de eventos de protesta emergentes
que pueden transformar sus relaciones futuras con la sociedad.
Marea Roja nunca quiso involucrarse en prĂĄcticas tradicionales de la polĂ­tica,
fueron cautos al no inmiscuirse en ella, pero la emergencia de octubre los
puso en la calle y en primera lĂ­nea, y eso transformĂł sus relaciones futuras.
Rescato, sobre todo, cĂłmo la experiencia de octubre, sumada a la emergen
-
cia de la COVID-19, los llevĂł a organizar estas ollas solidarias e iniciativas
como los talleres sobre derechos humanos, autodefensa para mujeres o dere-
chos laborales.
78 STUDIA POLITICÆ Nº 57 invierno 2022
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bravas-del-futbol-chileno-estan-en-paz-gracias-al-estallido-social-1090100947.html
80 STUDIA POLITICÆ Nº 57 invierno 2022
ANEXO 1
Imágenes tomadas del Facebook ocial de Marea Roja.
https://www.facebook.com/marearojaec
SAMANTHA GORDILLO SUÁREZ 81