La persistencia del clivaje
peronismo-antiperonismo en
el marco de la discusión por el
Matrimonio Igualitario en Argentina
Fernando Chavez Solca
*
Resumen
En el año 2010 en la Argentina se sancionó el matrimonio igualitario. Las
múltiples investigaciones referidas a las discusiones acontecidas por aque-
llos días no han reparado lo suciente en la importancia que el clivaje pe-
ronismo-antiperonismo tuvo para dar forma a los posicionamientos de los
actores respecto a la ley. El presente trabajo apunta precisamente a eviden-
ciar la centralidad que dicha fractura tuvo por aquellos días mostrando su
persistencia y también sus nuevos anclajes que posibilitaron su desplaza-
miento y singulares articulaciones. A través de una mirada ubicada en la
*
Doctor en Ciencia Política por el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional
de Córdoba (UNC). Licenciado en Ciencia Política y Licenciado en Relaciones Internacio-
nales. Profesor concursado de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) en las cáte-
dras de Análisis Político y Teoría Política Contemporánea. Becario posdoctoral de CONI-
CET. Correo electrónico de contacto: ferchavezsolca@gmail.com.
Código de referato: SP.294.LV/21
http://dx.doi.org/10.22529/sp.2021.55.02
STUDIA POLITICÆ Número 55 primavera/verano 2021/2022 pág. 41–66
Recibido: 10/02/2021 | Aceptado: 09/12/2021
Publicada por la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales
de la Universidad Católica de Córdoba, Córdoba, República Argentina.
42 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
teoría política del discurso observamos a partir de la agrupación Putos Pero-
nistas y de las intervenciones de los Diputados y Senadores en el Congreso
el carácter sobredeterminado del signicante peronismo y sus corrimientos.
Palabras clave: matrimonio igualitario – peronismo – clivaje – discurso
kirchnerismo
Abstract
In 2010, in Argentina, equal marriage was sanctioned. The multiple re-
searches referred to the discussions that took place in those days have not
sufciently repaired the importance that the Peronism-anti-Peronism cleav-
age had in shaping the positionings of the actors regarding the law. This
paper aims precisely at showing the centrality that this fracture had in those
days, showing its persistence and also its new landmarks that made possible
its displacement and singular articulations. Through a look located in the
political theory of discourse, we observe the overdetermined character of
the signier Peronism and its displacements from the group Putos Peronis-
tas and the interventions of the Congressmen.
Key Words: equal marriage Peronism cleavage discourse Kirch-
nerism.
Introducción
E
l 15 de julio de 2010 se sancionó en Argentina la modicación de la
Ley 26.618/2010 o lo que popularmente se conoció como el Matrimo-
nio Igualitario durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Aquel suceso estuvo precedido de un amplio y prolongado debate canalizado
a través de una multiplicidad de actores que se expresaron en los ámbitos
institucionales y espacios de opinión pugnando por persuadir a los auditorios
con sus argumentos a favor o en contra del casamiento entre personas del
mismo sexo.
Mucho tiempo antes, el 17 de octubre de 1945, una multitud reunida en la
Plaza de Mayo reclamaba la libertad de Juan Domingo Perón cantando “ma
-
ricones a otra parte, viva el macho de Eva Duarte”. 65 años después agru-
paciones que se reconocen como herederas de aquellas gestas a unas pocas
cuadras de aquel lugar celebraban la sanción del matrimonio igualitario y
hasta se animaban a manifestar que “si Evita viviera sería tortillera” y Hugo
Moyano, representante del sindicalismo peronista clásico manifestaba que
los gays “son personas muy respetables. ¿Por qué vamos a privarles el de-
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 43
recho a casarse, a una legalidad?” (El Cronista, 29/04/10). ¿Qué sucedió en
ese lapso de tiempo para que ese cambio fuera posible? ¿Cómo se pasó de
la reivindicación del “macho” Perón por oposición a los “maricones” de la
oligarquía a impulsar el matrimonio entre personas del mismo sexo como
una expansión de la justicia social peronista? Creemos que las frases citadas
sintomatizan algo más que un puro cambio de época y el paso del tiempo.
En esas intervenciones rastreamos, es cierto, un cambio: la anterior subalter-
nización es reemplazada para dar lugar a la incorporación del campo de la
diversidad sexual, pero, además, lo que también aparece es una persistencia,
una apelación que se mantiene más allá del paso de la historia: el peronismo.
Si estamos en lo correcto, el espectro peronista continúa rondando la con
-
temporaneidad congurándose como supercie de inscripción de diversas
luchas que afectan y dan nuevas formas a su contenido sobredeterminándolo.
Si el modo en que los actores vuelven inteligibles sus acciones remite al viejo
signicante, de lo que se trata entonces no es de mostrar la delidad con los
contenidos originales (como si los hubiera), sino de recorrer y visibilizar los
desplazamientos en lo que el peronismo y también su opuesto el antiperonis-
mo se encarnan, permanecen activos y dan sentido a la coyuntura. Creemos
que es posible contemplar a través del caso en cuestión el enlace producido
entre diversidad sexual y peronismo y el carácter elástico del signicante que
se pone en juego. De eso se tratan las próximas líneas.
La coyuntura a analizar, con una esfera pública vibrante y el involucramiento
de una porción considerable de la ciudadanía, nos proporciona un escena
-
rio particularmente sugerente para poner en juego la hipótesis que venimos
defendiendo desde una mirada discursiva en el transcurso de otras interven-
ciones: el clivaje peronismo-antiperonismo como estructurante de la política
argentina contemporánea y su simultáneo desplazamiento de sentido (Chá-
vez Solca, 2015, 2016, 2018). Decimos esto precisamente porque un primer
pantallazo o una mirada intuitiva de la cuestión tendería a pensar este tipo
de episodios como decididamente ajenos a la oposición peronismo-antipero
-
nismo o como una cuestión no particularmente relevante para los contenidos
que ambos polos conguran. Una aproximación canónica desde la teoría de
los clivajes
1
podría arriesgar de manera apriorística que la forma que debería
1
Existen básicamente tres modos en que la literatura politológica ha tendido a pensar la
categoría de clivaje político: a) estructuralista: el clivaje es apenas la expresión de una
fractura original que se da en el seno de la sociedad, que debe ser trasladada de manera tras-
parente al ámbito de los partidos políticos; b) institucionalista: las arenas organizacionales
moldean/generan/determinan los clivajes habilitándolos o suprimiéndolos según las reglas
44 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
asumir la discusión en torno al matrimonio igualitario responde a la típica
oposición religioso-secular. Sin embargo, una vez que acercamos lo sucien
-
te nuestro lente detectamos que el enfrentamiento Iglesia-Estado, si bien está
presente y circula a lo largo de la discusión, no es la clave explicativa que
permite entender la forma en que los actores políticos se alinearon a favor o
en contra de la ley en cuestión, ni tampoco del modo en que construyen sus
discursos. De igual forma, los intentos por mostrar al matrimonio igualitario
como una división entre centro y periferia, en donde los principales centros
urbanos “mas avanzados” estaban en condiciones de asimilar la nueva ley
mientras que un interior “conservador” impulsaba su rechazo
2
, tampoco re-
sultaron efectivos en términos político-partidarios, ni explicativos en térmi-
nos académicos sobre lo ocurrido. Es por ello que a lo largo de las próximas
páginas nos proponemos evidenciar que el clivaje peronismo-antiperonismo
constituyó un eje importante al cual los actores apelaron para dar sentido y
sostener sus argumentos, congurásndoe una serie de tradiciones y discur-
sos de los que los sectores involucrados se sirvieron para volver inteligibles
sus posiciones. En este punto, vale aclarar que no estamos señalando que la
totalidad de la discusión sea reductible al par señalado, o que las sumas de
los actores intervinientes hayan sido permeadas de manera homogénea por
la lógica antagónica del clivaje. Admitimos que (sobre todo para el campo
especializado en los estudios de género y de la diversidad sexual) la discu-
sión tiene una serie de complejidades y especicidades que no deben ser in-
visibilizadas y escapan a los objetivos que aquí nos planteamos. Pero lo que
intentamos señalar, sin desconocer la relevancia de aquellos otros aspectos
sobre los que no ahondaremos, es la pervivencia, utilización y reactualiza-
ción del peronismo y el antiperonismo inclusive en temáticas que pudiéra-
mos considerar alejadas de los supuestos contenidos originales o indiferentes
a sus planteos programáticos. Justamente, entendemos que es en este tipo de
acciones en donde el clivaje no solo se torna visible, sino que además pone
que establezcan; c) estratégico: los actores políticos producen ciertos clivajes y hacen uso
de su capacidad racional para mantenerse vivos en las contiendas electorales y ganar adhe-
siones. Nosotros, desde una mirada discursiva, ofrecemos pensarlo de un modo diferente
como intentaremos evidenciar a continuación.
2
Tal fue la apuesta de legisladores como Liliana Negre de Alonso quien sostuvo que tras
haber recorrido el país no estaban dadas las condiciones para la ley: “Esta es una ley que
se gestó en el puerto, es una ley que gestaron los porteños, que quieren que Buenos Aires
sea la capital gay del mundo […] quieren atropellarnos a las provincias argentinas, como
si la Argentina fuera sólo Buenos Aires” (Senadora Negre de Alonso en un acto contra la
iniciativa en San Luis, Diario Los Andes, 19/06/10).
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 45
en evidencia la ausencia de tópicos esenciales y la posibilidad siempre abier-
ta a múltiples articulaciones y apropiaciones novedosas en cada coyuntura.
La sanción del matrimonio igualitario generó una gran cantidad de inter
-
venciones públicas y de producciones académicas. Las voces especializadas
para cubrir el acontecimiento han remarcado múltiples aristas de lo ocurri
-
do. Por un lado existe un conjunto de trabajos provenientes de la esfera del
derecho preocupados por describir las modicaciones y efectos jurídicos de
la nueva ley (Solari y Von Opiela, 2011; Gargarella, 2010; Clérico, 2010;
Medina y Solari, 2010; Carrasco 2011). Por otra parte, también proliferaron
los abordajes que buscaron mostrar la enunciación de los medios de comu-
nicación sobre la temática, los que pusieron el acento en las construcciones
que aquellos hacían de lo que estaba ocurriendo e hicieron visibles sus ses-
gos (Turiacci, 2013). Finalmente, un tercer conjunto de intervenciones se
preocupó particularmente por los discursos y estrategias retóricas llevadas
adelante por los actores que participaron de los debates en distintos ámbitos
y los procesos que desembocaron en la aprobación de la ley (Pecheny y de
la Dehesa, 2010; Hiller, 2010, 2011; Sgró Ruata, 2011; Rabbia e Iosa, 2011;
Morán Faúndes, 2011; Bimbi, 2011; Dellamata, 2013). Nuestra contribución,
denitivamente cercana a estos últimos enfoques, propondrá algo ligeramen-
te distinto. No apuntamos de desarrollar un tratamiento riguroso y pormeno-
rizado del matrimonio igualitario en sí, sino que buscamos exponer la rele-
vancia que mantiene el clivaje peronismo-antiperonismo en el marco de esa
discusión. Mostrar los pliegues y los modos en que esa fractura estructurante
descentrada continúa operando y dando sentido a los discursos políticos de
la época. Mientras que simultáneamente adquiere nuevas articulaciones que
le aportan elementos antes no inscriptos en su supercie y lo vuelven un
polo en constante restructuración que retorna una y otra vez en la coyuntu
-
ra para recongurarse a partir de discusiones que lo sobredeterminan. Así,
pretendemos mostrar lo que el peronismo es pero no con la aspiración de
recuperar sin más un conjunto de características que le serían fundacionales
y que se replican en la historia, sino para dar cuenta de que el peronismo (y
el antiperonismo en consecuencia también) es en función de la denición
performativa que el escenario político e histórico le habilita ser. Allí radica
nuestro principal aporte, en revelar que por detrás del debate sobre el ma
-
trimonio igualitario hay también una discusión (hacia adentro) por lo que
el peronismo es, por cristalizar sus límites (veremos algunas intervenciones
contradictorias en pugna por estabilizar esa denición) y, simultáneamente,
una reconguración del lugar el antiperonismo.
46 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
Para evidenciar nuestro planteo, por una cuestión de extensión, nos centra-
remos solo en dos puntos que darán forma a la estructura del trabajo: por un
lado, recuperaremos y analizaremos la conformación y el posicionamiento
en el marco de la discusión por el matrimonio igualitario de la agrupación
Putos Peronistas, lo que nos permitirá mostrar el cruce que esta organización
construye entre peronismo y diversidad sexual y que genera una contamina
-
ción que performativamente convierte a la diversidad sexual en una lucha
inscipta en el pueblo peronista y redene la frontera política subyacente. Por
otro, revisitaremos y escrutaremos algunos fragmentos de las intervenciones
realizadas durante las Sesiones y debates acontecidos en el Congreso de la
Nación en el marco de la sanción de la ley en cuestión. Con ello apuntamos
a evidenciar que el signicado de lo que el peronismo es estaba siendo ten-
sionado hacia dentro del propio movimiento dando cuenta de su existencia
y al mismo tiempo de sus desplazamientos y nuevas articulaciones. Queda
excluido de este análisis y pendiente para futuras investigaciones el análisis
de la forma que asume y los argumentos empleados en el otro polo del clivaje
que nos interesa.
1. La emergencia de Putos Peronistas y la sobredeterminación identita
-
ria
Putos Peronistas es una organización surgida en el año 2007 en la localidad
González Catán del distrito de La Matanza. El 17 de noviembre de 2007
decidieron participar de la 16° Marcha del Orgullo L.G.B.T. (Lésbico, Gay,
Bisexual y Trans) en coincidencia con la conmemoración del retorno de Pe
-
rón al país (Médica y Villegas, 2012). En su primer comunicado emitido para
tal convocatoria la agrupación decía:
La Agrupación Putos Peronistas de La Matanza convoca a sumarse a la
Marcha del Orgullo prevista para el sábado 17 de noviembre. En lo que
para nosotros es una doble celebración ya que también se celebra el “Día
del Militante” vamos a hacernos presentes por primera vez en la marcha
que se realiza todos los años en defensa de la diversidad sexual. Repre-
sentamos al homosexual de los barrios que tiene una doble condena, por
un lado su condición sexual que lo hace motivo de burla y discriminación,
por otro su condición social, de ser parte del pueblo pobre y sin acceso a
condiciones de vida digna. Somos los pantaloneros, los costureros, los pe-
luqueros, el travesti con silicona barata. Los otros, los gays de clase media,
son aceptados por la sociedad capitalista del mercado en tanto su capacidad
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 47
económica le abre un espacio de “aceptación”. Pero en ese gueto de consu-
mo no tenemos acceso todos. […] Porque este sábado vamos a volver a la
Plaza de Perón, que es también de sus putos. Concentramos en Entre Ríos
e Yrigoyen, Congreso 15:30 hs. Mesa Promotora de la Agrupación Doble
Pe- (Agrupación Putos Peronistas, 16 de noviembre de 2007)
3
.
La organización se autodene como un espacio conformado por “tortas, tra-
vestis, trans y putos del pueblo” y retoma de algún modo el legado del escri-
tor y periodistas Néstor Perlongher, quien lideraba la agrupación Frente de
Liberación Homosexual Argentino (FLHA) recordada por llevar en el acto
del 25 de mayo de 1973 en la Plaza de Mayo un cartel que rezaba “Los putos
con Perón”.
La revisión de los testimonios y reexiones de los militantes y fundadores
del espacio da cuenta que en sus imaginarios el peronismo era el nombre
de la expresión de la lucha por la existencia y por la reivindicación de los
derechos de toda alteridad. Es el elemento a la mano que estos actores encon
-
traron disponible en los años de su emergencia para poder dar sentido a su
actividad y su deseo de cambio. En sintonía con James que sostiene que “las
personas coneren sentido a su vida a través de las historias que tiene a su
alcance e intentan ajustarla a ellas” (2004, p. 233), el peronismo se evidenció
para los integrantes como la tradición en la cual era posible inscribir sus de-
mandas y sostener sus deseos de igualdad
4
.
Por lo dicho, opera en su construcción identitaria una doble oposición o
frontera. En primer lugar, respecto a quienes los discriminan producto de su
3
Tomado de Médica y Villegas (2012). Gentileza de Pablo Ayala.
4
Solo para gracar lo que estamos sosteniendo citamos el comentario de Iara, trabajadora
sexual y militante: “A mí me aburren los discursos, a mí me gusta que hagan. Viste así como
Perón que ayudaban a los pobres, ayudaban. Mis abuelos que son del Chaco me decían, que
son de provincia, me decían: ‘acá no sabes cómo se ponía cuando llegaba Evita en el tren
a repartir cosas del tren, traían lleno de cosas y la gente se ponía y era la felicidad’ [acota
‘se me pone la piel de gallina’] […] Mi abuela antes de morir […] cuando yo le contaba mi
evolución (hacia el peronismo) le pregunté: ‘¿allá llegó? Sí, llegó a todos lados’. Me gustó
de Evita eso de ir en contra del sistema” y completa diciendo sobre su vínculo con Pablo
Ayala, fundador del espacio: “Lo conocí por una amiga en común y me demostró de como
yo era en mi vida, que eso me hacía ser peronista. Mi forma de vida, mi lucha”. En con-
cordancia, el propio Ayala dice: “A mí me enamoró del peronismo la capacidad de guerra,
la magia y la protección. Si nosotros [alude a su familia y su situación] hubiésemos vivido
en el peronismo de aquella época no hubiésemos pasado lo que pasamos” (fragmentos en
Médica Villegas, 2012, pp. 9-10).
48 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
condición sexual, en tanto putos, tortas o trans y, en segundo lugar, respecto
a quienes también los discriminan, pero por condiciones socio-económicas,
en tanto integrantes de los sectores humildes, marginales, convirtiéndolos
en ciudadanos con derechos restringidos de facto. A partir de ello, se cons
-
truye un lazo entre peronismo y sexualidad dado que ambos comparten su
condición de discriminados, excluidos y despreciados. El “puto peronista” se
opone a la clase social media-alta que desprecia a las clases bajas (ya sean
sujetos de la diversidad sexual o heterosexuales). En sus propias palabras,
que retomamos del documental “Putos Peronistas. Cumbia de un sentimien-
to” algunos testimonios explícitamente enuncian “el puto es peronista, el
gay es gorila”. En base a ello la positivación de la nominación tiene además
una reivindicación de lo barrial, de lo popular, de lo horizontal, en tanto así
se lo nombra en su territorio, así se dicen en el lugar del que se forma parte,
mientras que por contrapartida el gay viene de afuera, es impuesto desde arri
-
ba, es en buena medida extranjerizante y por lo tanto esa etiqueta sí produce
rechazo.
Lo que está por detrás de esta construcción es fundamentalmente la reac
-
tivación de un clivaje y más especícamente su capacidad de politización.
Una nueva forma de encarnar la contradicción principal y sobredeterminarla
otorgándole sentidos antes no inscriptos en su supercie. Así, se visibiliza y
se vuelve políticamente relevante a un contenido –la diversidad sexual– que
anteriormente permanecía ajeno al (o al menos como no prioritario dentro
del) universo del peronismo. En términos de los propios integrantes, no es lo
mismo “ser puto” en el conurbano bonaerense y ser pobre, negro, migrante
interno, inmigrante de los países limítrofes y vestirse en la Feria de La Salada
para trabajar de colectivero en la Línea 193 (como en el caso de la “Cuca”
conocida travesti de Gregorio de Laferrere), que “ser gay” profesional y vi-
vir en Puerto Madero. Aquí, en el conurbano bonaerense, “ser puto peronis-
ta” portaría una doble carga de estigmatización anclada en ser puto y pobre
(Médica y Villegas, 2012, p. 4). No hay una apelación a la pertenencia de
clase en abstracto, sino que esta está mediada por el signicante peronista en
tanto representante de lo bajo, lo cual muestra la disponibilidad y el agarre de
dicho signicante para hacer inteligible el escenario en el cual estos sujetos
viven. A su vez, se logra trazar una frontera muy contundente instituyendo un
antagonismo que no aparecía previa, obvia o naturalmente y que mantiene en
el clivaje los dos polos de sentido articulantes (peronistas vs. gorilas). Pero,
simultáneamente, la condición sexual produce una sobredeterminación en el
propio peronismo al inscribirse como expresión genuina de su causa despla
-
zándolo de sus fronteras cristalizadas.
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 49
A su vez, se recupera también un ejercicio efectuado por el peronismo en
otros momentos de la historia consistente en apropiarse de aquellas marcas
estigmatizantes y dotarlas de connotaciones positivas. Así, no se rehúye del
término puto o torta, sino que se lo retoma heréticamente. Hay una reconver
-
sión de signicados semejante al realizado sobre los términos negros, grasi-
tas, descamisados, a los que se les invirtió su carga simbólica otorgándoles
un nuevo estatus: que esas huellas antes denigratorias pasan a ser el emblema
del lugar protagónico de los trabajadores y emblema de orgullo (Díaz, 2016;
Barberi, 2007). Del mismo modo, y a distancia de lo que la mayoría del resto
de las organizaciones del campo de la diversidad sexual hace, esto es, dotar
al sector de vocablos y términos de apariencia más amables para (auto)deno
-
minarse, los putos peronistas no rechazan esa marca, que aunque impuesta,
retoman e inscriben en un colectivo de mayor envergadura: el pueblo pero
-
nista. En palabras de Galzerano y Diaz esto no es n u número regionalismo
ya que “viven fuera de la frontera ‘gay friendly’ que marca la General Paz.
Son sobrevivientes del conurbano bonaerense, donde el gay es marginado
y no tiene acceso a la salud, la educación ni el trabajo” (Galzerano y Díaz,
2015, p. 9). Asimismo, el epíteto gorila que reere a la élite que aborrece el
ascenso de las clases populares mediante el reconocimiento de derechos o
el acceso universal a los ámbitos antes vedados a los desposeídos deriva por
transitividad en alguien que también se opone a los derechos de la diversidad
sexual (Díaz, 2016).
Hay en ese modo de leer su situación una reactivación de un clivaje y la
producción de un enlace no prexistente, la apropiación de una tradición que
provoca desplazamientos en sus sentidos al reactivarla. Esto es, el clivaje
muestra en este gesto su capacidad operativa al tiempo que solo se torna vi
-
sible en las nuevas fronteras que lo constituyen y atraviesan. La frase “ellos
no son el otro, son el nosotros porque la única minoría que existe es la oligar-
quía” (Cesati, Cumbia del sentimiento) es la evidencia más acabada de lo que
estamos señalando. El polo peronista del clivaje asume nuevos sentidos que
politizan sus límites al amplicarlos y sirve como supercie de inscripción
de luchas que lo tornan visible. La diversidad sexual y la justicia social para
el pueblo ya no son parte de dos idearios distintos, sino que forman parte de
uno solo, los putos y los pobres comparten una misma lucha encontrándose
enlazados en el peronismo que es el nombre que se le otorga a ese horizonte
posibilitador de derechos. Sin embargo, vale hacer una salvedad respecto a
la analogía que trazábamos hace algunas líneas atrás: mientras que los nom-
bres de grasitas o cabecitas negras fueron asignados por el “antipueblo” para
aquellos sectores excluidos que el peronismo visibilizó, el mote de puto no
50 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
tiene exactamente la misma trayectoria. Es decir, la denominación “puto”
viene fundamentalmente de los demás sectores populares que conforman ese
pueblo peronista al que los putos peronistas reclaman pertenecer. Se produce
entonces también una subversión no solo hacia afuera frente al “antipueblo”
que busca excluirlos, sino también respecto a los propios pares que los mar-
ginaban del campo popular, lo que redene los contornos que dan forma al
“pueblo peronista”, ahora más inclusivo.
Es en el marco especíco de la sanción del matrimonio igualitario que la
agrupación tendrá una explosión de visibilidad pública y en donde volverá a
exponer de manera contundente los puntos que acabamos de mencionar en
los párrafos precedentes. En la vigilia por la sanción del matrimonio igualita
-
rio en la Plaza de los dos Congresos, se leía un documento que rezaba:
Porque en este momento histórico, los putos, las tortas, las travestis que
siempre estuvimos y hemos sido parte del pueblo, nos organizamos y lu-
chamos junto a las organizaciones del campo popular, por una patria justa,
libre, soberana y diversa (Discurso Putos Peronistas por la ley de matrimo-
nio igualitario, 2010).
En este enunciado, se refuerza la asociación putos-pueblo-peronismo, al in-
cluir las demandas de la diversidad en el ideario de las luchas y las banderas
del movimiento (Díaz, 2016). En la misma intervención se remataba esta
equivalencia diciendo:
Desde el 2003 comenzó un proceso de profundos cambios en nuestro país
llevado a cabo, primero, por Néstor Kirchner y ahora por Cristina Fernán-
dez. Estamos recuperando el trabajo como base social de nuestro país. Nos
estamos independizando políticamente de los poderes internacionales, nos
abrimos hacia nuestros hermanos latinoamericanos, estamos reconstruyen-
do nuestra historia poniéndole n a la impunidad de los genocidas de la
última dictadura militar y a sus cómplices. Los laburantes volvimos a estar
contemplados por el poder político, recuperamos la dignidad de nuestros
jubilados y jubiladas y logramos una ley de medios de comunicación que
le quitará el dominio de la comunicación a las corporaciones económicas
para dársela a su pueblo. En este proceso en el que nosotros decimos: va-
mos por más. No hay mejor momento que este para el debate de la ley de
matrimonio y estamos orgullosos de que sea el peronismo, el que una vez
más, le coloque el cascabel al gato, porque como decía la compañera Evita:
“donde existe una necesidad, nace un derecho”. Apoyamos este proyecto
porque signica el reconocimiento de nuestros derechos sociales: el dere-
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 51
cho a una obra social, a una pensión, el derecho de las hijas y los hijos de
contar con el reconocimiento de sus dos padres o sus dos madres, porque
un derecho que no es para todos, más que un derecho es un lujo” (Discurso
Putos Peronistas por ley de matrimonio igualitario, 2010)
La enumeración presente en el documento permite situar a todos esos re-
clamos –devenidos en políticas públicas– como elementos que conforman
un mismo espacio que tiene por nalidad otorgar los derechos sociales aún
faltantes. Y el nombre que encarna a esa pluralidad de demandas no es otro
que el del peronismo. Las banderas de ayer y hoy se confunden en un solo
proyecto político, el kirchnerismo, que para los actores no es otra cosa que el
nombre que el peronismo asume en este siglo XXI. En este marco, la idea de
derechos es la que permite la reactualización de aquellos viejos ideales y su
continuidad hasta la actualidad: la ampliación de derechos es el hilo conduc-
tor que unica y hace a estos grupos partícipes de algo mayor que excede su
reclamo particular. No se reivindica el matrimonio igualitario, la defensa de
los derechos humanos o la política latinoamericanista como aspectos parcia
-
les e inconexos, sino como integrantes de un todo complejo que los agrupa
en nombre de lo que todos tienen en común, la ampliación de derechos con
independencia de su contenido óntico. Así, en tanto el matrimonio igualitario
es presentado como la institución y ampliación de esferas de igualdad es
susceptible de ser receptado y asimilado como una lucha del peronismo que
apunta a la expansión de los derechos de la ciudadanía en desmedro de los
sectores acomodados (asimilados al antiperonismo) que pugnan explícita o
implícitamente el mantenimiento de sus privilegios. De esta manera es que el
peronismo en el discurso de la agrupación Putos Peronistas no puede ser otra
cosa que la reivindicación de los derechos de la diversidad sexual.
En su intervención en las comisiones del Senado durante las audiencias
públicas la agrupación apuntó a mostrar que la histórica preocupación del
peronismo por la familia no se vuelve de ningún modo contradictoria con
el casamiento entre personas del mismo sexo y, sobre todo, enfatizaban la
pervivencia del antagonismo entre el pueblo y los sectores conservadores:
Por eso les pedimos a aquellos Senadores Compañeros y Senadoras Com-
pañeras que dudan en su posición, recuerden cual es el lugar que la je-
rarquía de la Iglesia Católica ha ocupado tantas veces en nuestra historia,
como en el golpe del ‘55 y del ‘76 […] Les pedimos que intenten reexio-
nar que posición tomaría hoy la compañera Evita en este debate. Nosotros
no tenemos ninguna duda. Como le dijera Paco Jamandreu: “Sabe Señora,
compartimos la misma suerte, ser puto, ser pobre y ser Eva Perón en este
52 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
país despiadado es la misma cosa” (Putos Peronistas en el Senado, 2010).
La equivalencia entre puto-pobre-Eva Perón y la de Iglesia-Golpe del
‘55-Golpe del ‘76 nos permite observar la restitución del enfrentamiento his-
tórico entre pueblo y sectores privilegiados que niegan el reconocimiento y
la consecuente reactivación del clivaje estructurante de la política argentina.
Como vemos, la discusión no es entre laico y religioso, de hecho al momento
de interpelar al Congreso de la Nación, la agrupación Putos Peronistas no
se opone frontalmente a la religión, “dado que se reconocen como creyen-
tes, sino que se dedican a evidenciar las tensiones históricas entre la justicia
social propugnada por el peronismo y la Iglesia Católica” (Díaz, 2016, p.
15). Entonces, si bien la dicotomía Iglesia-Estado circula permeando las in-
tervenciones, la forma que asume el conicto es peronismo-antiperonismo.
El primero encarnado en el reconocimiento de la igualdad de derechos inde-
pendientemente de la forma en que los sujetos elijan vivir su sexualidad y el
segundo, en torno al mantenimiento de la diferencia y enemigo del pueblo
5
.
En clave derridiana, lo que estamos mostrando es que para que se produzca
la perduración de un signo este debe ser repetido, pero en ese mismo acto se
reinstituye, en consecuencia para la deconstrucción conservar la identidad
signica transformarla (Derrida, 1967/2005; 1972). Es decir, es el peronismo
resignicado que suma a la diversidad sexual repitiéndose, pero siendo trans-
formado en el mismo movimiento.
Para complementar, vale destacar la recuperación que se hace de la gura de
Eva Perón (que en los fragmentos citados ha aparecido al menos ya en tres
oportunidades). Su presencia no es menor ya que constituye el mito más aca
-
bado de la simbología peronista que encarna en sí misma la multiplicidad de
luchas del movimiento y la diversidad de injusticias y discriminaciones a las
que fue sometido el pueblo hasta su llegada, su historia es la de miles hasta la
aparición del peronismo: por haber sido hija extramatrimonial, por su origen
plebeyo, por su condición de mujer, por su muerte prematura, entre otras.
Convertida en la abanderada de los humildes por su obra, es difícil imaginar
una condensación más potente que la que produce su gura:
5
“Los sectores más reaccionarios de nuestra sociedad se alarman y dicen que permitir la
adopción a parejas no heterosexuales conforma un peligro de desintegración social. Nos
preguntamos: ¿qué sociedad está en peligro de desintegración a partir de un proyecto de
ley inclusiva? Seguramente una sociedad marginadora basada en jerarquías inherentemente
antidemocráticas y es a n de cuentas, lo que estamos discutiendo con esta y con las demás
leyes recordadas” (Discurso de Putos Peronistas en las audiencias públicas en el Senado de
la Nación ante el debate sobre el matrimonio igualitario, 13 de junio de 2010).
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 53
Porque nosotros no tenemos ninguna duda de que la compañera Evita es-
taría hoy en esta plaza, en este momento en la Argentina se está dando un
paso más para que reine en el pueblo el amor y la igualdad, compañeros
(Putos Peronistas, 2010).
Desde ese lugar, la legitimación que produce la apropiación de la gura de
Evita permite hegemonizar el sentido del peronismo en este contexto. Si Evi-
ta es el peronismo, el peronismo es la ampliación de áreas de igualdad para
el pueblo y este colectivo reclama igualdad para poder casarse, entonces el
peronismo es el movimiento por la defensa y reconocimiento de los derechos
de la diversidad sexual y Evita no podría faltar en esa plaza. Así, la perviven-
cia de Evita como símbolo de la lucha por la igualdad reeja, en primer lugar,
la centralidad que aún ocupa el peronismo como elemento estructurante de
la discusión política (no se apela a otros actores o espacios, las razones que
se esgrimen para argumentar las posturas se fundamentan desde el interior
de la tradición) y, en segundo lugar, la reapropiación que los colectivos de la
diversidad sexual y particularmente Putos Peronistas hacen, y evidencia el
carácter contingente y sometido a múltiples desplazamientos que opera sobre
el signicante peronismo
6
.
Lo que hemos intentado exponer en este apartado es que la existencia de la
agrupación Putos Peronistas constituye un elemento que evidencia la per
-
vivencia del clivaje peronismo-antiperonismo al tiempo que congura su
desplazamiento y rellenado coyuntural. El clivaje en cuestión construye una
relativa estructuralidad que limita a los discursos que buscan dar sentido a
lo que acontece, pero a los que simultáneamente les proporciona elementos
necesarios para hacer audible sus intervenciones. Con esas condiciones de
posibilidad es que la agrupación se impregna de las tradiciones y las resigni-
ca a la vez que liga al peronismo a la lucha por la diversidad sexual.
2. Discusión en el recinto y argumentación de los dirigentes
Hemos visto el modo en que peronismo y diversidad sexual se contaminan
en el espacio de las organizaciones. Quisiéramos a continuación mostrar el
modo en que el clivaje peronismo-antiperonismo reemerge y se activa en la
retórica y los pronunciamientos de los dirigentes políticos que participaron
del debate en el Congreso.
6
La frase recurrente utilizada desde los primeros tiempos del movimiento gay que sostiene
que “si Evita viviera sería tortillera” no hace más que reforzar nuestro punto.
54 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
Ha sido largamente resaltado por las crónicas de la época que la división de
votos atravesó transversalmente a todas las fuerzas políticas de aquel mo
-
mento. A pesar de ello, creemos que el clivaje se mantiene en funcionamiento
asumiendo una forma distinta. Queremos decir, no se trata de encontrar al
peronismo como una organización política o instancia institucional siempre
unicada en torno a posiciones monolíticas y sosteniendo un conjunto de
ideas predeterminados de ante mano, lo que naturalmente nos llevaría a con-
cluir que en este caso el clivaje peronismo-antiperonismo carece de relevan-
cia. Por el contrario, se trata de observar atentamente en clave ideológica
el modo en que el signicante peronismo es recapturado por las diferentes
posiciones y articulado de forma particular en función de las coyunturas que
se atraviesan. Si el clivaje peronismo-antiperonismo no resultara relevante
para la discusión sobre el matrimonio igualitario tales signicantes no debe
-
rían aparecer en el léxico de lo sujetos intervinientes. Pero como veremos,
tal división ocupa un lugar clave para entender el posicionamiento y los dis-
cursos que se construyen para dar forma a lo que estaba sucediendo. El ejer-
cicio entonces no es de puro chequeo o constatación de valores inmutables y
premisas objetivas transhistóricas, sino de evidenciar que hay una polémica
que se perpetúa por el signicado de ambos polos en la que se movilizan
permanentemente las fronteras de uno y otro sin llegar a una clausura de
-
nitiva. De esta manera, el debate podrá leerse como una discusión en clave
peronismo-antiperonismo ya que la diferencia se hará presente, pero ya no en
los términos clásicos de diferencias socio-económicas, sino sobredetermina-
das por el discurso de la diversidad sexual. En la misma línea, no se trata de
que el mundo se encuentre permanente y transparentemente ordenado entre
peronistas que se reconocen como tales, comparten un conjunto de reivindi
-
caciones y se inscriben institucionalmente en la misma opción partidaria, por
un lado, y, por otro, los sectores antiperonistas igualmente homogéneos hacia
adentro y enfrentados a los primeros a través de otra alternativa organiza
-
cional. La frontera está constantemente siendo rediagramada estabilizándose
solo de manera precaria a partir de las sobredeterminaciones que la coyuntu-
ra le imprime. Por eso mismo, porque ese límite no se traduce literalmente y
de manera automática, es que pueden existir expresiones paradójicas como
un “gorilismo progre” o un “peronismo homofóbico” que evidencian no solo
el carácter desplazado de los polos del clivaje, sino la jación siempre hege
-
mónica de su contenido.
Durante el debate en el recinto de ambas cámaras pudimos rastrear al menos
dos aspectos relevantes en que el clivaje peronismo-antiperonismo parece
reverdecer de la mano de la discusión por el matrimonio igualitario. Por un
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 55
lado, hay una discusión hacia el interior de ese polo en torno a lo que sig-
nica ser peronista. Allí se observan dos construcciones antagónicas, una a
la que podríamos nominar como “progresista” que deende el matrimonio
igualitario incorporándolo al imaginario peronista, ser peronista es entonces
estar a favor del matrimonio igualitario en tanto gesto de justicia social y
otra, que llamaremos “conservadora”, que apela al tradicionalismo del mode
-
lo heteronormado de familia que se encuentra anudado al primer peronismo
como parte de su identidad para sostener su negativa al matrimonio igualita-
rio. Por otro lado, aunque derivado de lo que acabamos de enunciar, simultá-
neamente a esa disputa se produce una estructuración del polo antiperonista
en términos “natural-consensualistas”. Nos detendremos solo en el primer
punto de los dos mencionados por razones de extensión.
Insistimos una vez más, la necesidad de invocar al peronismo para justicar
y dar forma al debate evidencia en primer lugar su vigencia y en segundo lu
-
gar su permanente desplazamiento y anudamiento con otros registros dispo-
nibles. Que sea este y no otro el eje que orienta en buena medida la discusión
es lo que pasaremos a dar cuenta a continuación.
a. El peronismo progresista
Respecto al primer punto, dijimos que había una polémica por el sentido del
peronismo en tanto se lo retomaba para justicar tanto el apoyo como la opo
-
sición al matrimonio igualitario. En el caso de la primera opción se defendía
esta medida al ser presentada como una restitución de derechos y reconoci-
miento de la igualdad, ambas causas a las que el peronismo históricamente se
sintió ligado. En ese sentido decía una diputada de la provincia de La Pampa:
Si miro la cuestión desde mi condición de peronista, a pesar de la diversi-
dad de opiniones que existe dentro del justicialismo, debo reconocer que
siempre este movimiento consagró estatutos y leyes en pos de la igualdad,
de la igualdad de género, la inclusión, la protección de personas discapaci-
tadas, de un Estado laico y en defensa a las minorías. Entonces, por ser el
justicialismo un movimiento que sostiene la movilidad social ascendente,
integrador e inclusivo, esta es una más de las medidas de acción positiva.
(Diputada Irma García, sesión 04/05/10).
Como vemos, se vincula al peronismo, en tanto espacio preocupado por la
igualdad y la inclusión, a la lucha por los derechos de la diversidad sexual. Se
articula una cadena entre igualdad-derechos-peronismo que obliga a hacer a
56 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
la lucha por la diversidad sexual partícipe del entramado peronista. Agregado
a ello, aparece la idea de “movilidad social ascendente”, pero no para refe
-
rirse únicamente a su dimensión económica (aunque también tenga que ver),
sino porque la nueva ley permitirá que aquellas personas que tengan una
preferencia sexual diversa puedan desarrollarse en condiciones de igualdad.
En ese sentido es que la movilidad social opera como signicante que legi-
tima la acción y lo aúna al peronismo. En una línea convergente, el senador
Banicevich, también de extracción peronista, señalaba:
Varios sectores de la sociedad de nuestro país han sufrido durante años
discriminaciones que estaban basadas en el prejuicio, en el concepto colo-
nial de supremacía, en el desconocimiento de los derechos de las minorías,
simplemente porque eran minorías. Y nosotros, como peronistas, podemos
decir que fuimos víctimas de este concepto de discriminación. Al comienzo
de nuestra vida política, fuimos los cabezas negras; luego, fuimos tildados
de patoteros, vagos y no qué más. Posteriormente, a algunos inocentes
los tildaron como culpables diciendo que “algo habrán hecho” y pagaron
con sus vidas y con sus desapariciones. Y así fuimos transcurriendo nuestra
vida como movimiento organizado, siendo discriminados por los sectores
poderosos de la Argentina, aquellos que se jactaban de “pertenecer”, como
si solamente un sector tuviera pertenencia a un todo. Nos castigaron, nos
separaron, nos encarcelaron por pensar distinto. Nos menoscabaron, nos
prohibieron por las dudas. No podemos olvidar nuestros orígenes (Senador
Banicevich, sesión 14/07/10).
La analogía que establecíamos hace algunas páginas aparece de modo ma-
niesto en las palabras del Senador por Santa Cruz que solidariamente une
la exclusión perpetrada contra los peronistas con la que sufren los grupos de
la diversidad sexual, siempre a manos de los sectores poderosos. Y agrega:
No podemos olvidar, no debemos olvidar, que cuando nos discriminaron,
nos negaron nuestros derechos. No podemos avanzar en la misma línea
de aquellos que nos quitaron la posibilidad de ser iguales a todos. Porque
todos somos iguales, aunque a algunos les duela o les cueste admitirlo. […]
Y ejerciendo la memoria a la que aludí en un principio, debemos unirnos
y no separarnos. Por eso, ante la posibilidad de reparar derechos posterga-
dos, como hombre de la democracia, como peronista, no puedo hacer otra
cosa que apoyar el proyecto de ley en revisión, que hace que todos seamos
iguales (Senador Banicevich, sesión 14/07/10).
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 57
Nuevamente, se construye un lazo imaginario entre peronismo y el campo de
la diversidad sexual a través de la restitución de derechos y la búsqueda de la
igualdad. A lo que se agrega que ese lazo es posible porque ambos espacios
comparten un pasado de discriminación, un pasado de exclusión, un pasado
en el que esos derechos fueron negados y esa igualdad no reconocida. Por
eso es que comparten un adversario aquellos que hoy como ayer pretenden
mantener los privilegios y las desigualdades, aquellos que creen que tienen
el monopolio de la existencia pública. Esta analogía no es casual, en este
discurso hay un pasado que emparenta a todas las luchas por la igualdad,
a todos los colectivos que enarbolan el reclamo por existir, por ser parte de
la ciudadanía en condiciones de igualdad. Esa reivindicación que era la que
tenían los cabecitas negras del primer peronismo y es la misma que tienen los
gays, lesbianas y trans del 2010. De esta manera, no estamos ante un reclamo
por simples libertades individuales, es un reclamo por pertenecer y ser reco-
nocido como un igual ante el resto de los ciudadanos, por existir a la par de
otros sin importar la orientación sexual, por poder hacer lo mismo que hacen
aquellos que ya estaban incluidos.
En sintonía con lo que venimos indicando, complementaba la senadora Ro
-
jkes de Alperovich:
Los derechos humanos, la igualdad civil y la justicia social son principios
fundamentales, no susceptibles de ser plebiscitados. Lo cierto es que, hoy,
tenemos un sector del pueblo que está luchando para que se le reconozca la
igualdad ante la ley, y otros que se oponen, apelando a todo tipo de razona-
miento moral, ético y –diría– fanáticamente religioso, a juzgar por lo que
hemos visto y oído en estos días. No es casual que quienes hoy se oponen
a esta iniciativa sean los mismos que se opusieron en otros tiempos al ma-
trimonio civil, al voto femenino, al divorcio, a las campañas de prevención
del VIH y a la prevención de embarazos no deseados (Senadora Rojkes de
Alperovich, sesión 14/07/10).
Nuevamente, la lucha por la justicia social sin importar el tiempo histórico
se encuentra atravesada por los mismos adversarios de ayer y hoy que se
oponen a reconocer la igualdad que apuntan a sostener sus privilegios en
desmedro de la inclusión democrática. El antagonismo es el mismo aunque
las causas se desplacen.
El peronismo funciona como enlace para cualquier lucha a favor de los dis
-
criminados y perjudicados del sistema. En este marco, es que el Estado no
58 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
puede permanecer ausente y debe intervenir a favor de los más desprotegidos
para otorgar esos derechos que aún les faltan:
A me parece que cuando se trata de reconocer derechos, hay que recono-
cerlos en plenitud y no hay que encontrar ni atajos ni salidas intermedias: o
se los reconoce o no se los reconoce. Y, en este sentido, para uno que forma
parte de una generación que, inclusive, tiene origen cristiano; para uno que
hizo la opción por el peronismo desde el cristianismo; para uno que forma
parte de la década del ‘70 y siempre luchó en contra de las desigualdades,
esta que estamos viviendo hoy es una desigualdad maniesta ante la ley.
Eso está claro y concreto, y creo que, en esto, todos hemos coincidido.
Entonces, me parece que, en este sentido, no hay que darles demasiadas
vueltas a las cosas: se los tenemos que reconocer en plenitud. Por eso,
mi voto será absolutamente armativo al proyecto de ley que le reconoce
en plenitud los derechos a este sector que los viene reclamando (Senador
Guastavino, sesión 14/07/10).
Siguiendo el razonamiento del senador, quien se reconozca como peronista,
como militante de los ‘70, como luchador contra las desigualdades, no puede
más que apoyar esta demanda y trabajar desde el Estado para garantizar sus
derechos. Nuevamente, se traza un puente imaginario que comunica al pe-
ronismo con contenidos a priori no articulados, pero que en tanto demandan
al Estado un reconocimiento se vuelven articulables en un proceso de con-
taminación que produce reconguraciones novedosas al interior del campo
popular entre particularidades heterogéneas que dan forma a la coyuntura.
Así, la diversidad sexual no ingresa a formar parte de un colectivo más am-
plio y sus reclamos son considerados como parte del imaginario democrático
del peronismo, sino que el espacio de la diversidad sexual es el imaginario
democrático del peronismo que reactualiza una y otra vez su pregunta por la
igualdad y la ampliación de derechos. Esta tendencia por demandar la inclu-
sión radical incondicionada explica el enlace producido y el carácter elástico
del signicante que se pone en juego.
El matrimonio igualitario es inscripto en una retórica de la ampliación de
derechos, en la lógica de la democratización como un proceso en constante
avance que implica, fundamentalmente, reconocer y otorgar la condición de
igualdad entre todos los ciudadanos en todos los ámbitos. De este modo,
operaba un proceso de democratización doble, no solo por la alta moviliza
-
ción y participación pública que hubo durante toda aquella discusión, sino
porque posibilitó la modicación de los actores autorizados para hablar en
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 59
el espacio público, porque amplió los márgenes de visibilidad y permitió
la incorporación y modicación de las identidades previamente existentes,
inscribiendo en el seno de la reivindicación peronista a los derechos de la
diversidad sexual y articulando en clave popular a las demandas por la igual
-
dad de ese colectivo.
b. El peronismo conservador
Hasta aquí hemos dicho que el peronismo es recuperado articulándolo en
base a su propuesta igualitaria, de ampliación de derechos y preocupación
por los marginados. Sin embargo, hay un segundo espectro que aparece y
pone en tensión esta lectura “progresista”. Hubo un conjunto de actores, que
también reivindicando la tradición peronista sostuvieron su oposición al ma
-
trimonio entre personas del mismo sexo. Para ello vincularon el tradicional
ideario familiarista del cual el peronismo formó parte a una lógica biolo-
gicista preocupada por la perpetuación de la especie. En estos términos se
pronunciaba el diputado por la provincia de La Pampa, Roberto Robledo, al
referirse al peronismo y su forma de entender al matrimonio derivado de la
doctrina social de la Iglesia:
En primer término, como peronista deseo dejar en claro desde qué óptica
fundo mi opinión respecto del matrimonio de personas del mismo sexo.
La doctrina que el general Perón nos legó considera a la familia como la
célula básica y, como tal, debe ser protegida por el Estado […] Para nuestra
ideología el matrimonio y la familia sólo tienen sentido si los remitimos
a la doctrina social de la Iglesia. El peronismo es la versión política de la
doctrina social de la Iglesia. A ella hacía referencia Perón cuando hablaba
del “efectivo gobierno”. Desde nuestra doctrina política el sentido de pro-
greso de la humanidad no es otro que el de avanzar hacia un sistema en el
que –según palabras de nuestro líder– no exista la explotación del hombre,
donde seamos todos colaboradores de una obra común para la felicidad
común, vale decir, la doctrina esencialmente cristiana. El matrimonio es
una institución particular, autónoma y anterior al Estado, con propósitos
determinados que requieren de la complementariedad entre el hombre y la
mujer por su capacidad única de concebir unión y concordancia, formando
a la sociedad por el camino de la maternidad y la paternidad. Bien se sabe
que en todas las comunidades la diferenciación entre mujeres y hombres es
un dispositivo esencial de la organización social (Diputado Roberto Roble-
do, sesión, 04/05/10).
60 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
Tenemos, en primer lugar, el anudamiento entre el peronismo y la doctrina
social de la Iglesia, ello conduce al diputado a pensar al matrimonio en térmi
-
nos esencialistas que lo anclan a la unión de un hombre y una mujer en tanto
son los únicos con capacidad de concebir y permitir la organización social.
Esto es, el argumento ecológico-biologicista que apunta al mantenimiento
de la especie, no aparece en el vacío, como una idea antojadiza o caída del
cielo, sino que está anclada no solo en el pensamiento religioso, sino que se
basa fundamentalmente en la doctrina peronista que atraviesa a su discurso.
En consecuencia, no es por esencialista, no es por cristiano, sino que es en
tanto peronista que debe reconocer las supuestas virtudes y las características
centrales del matrimonio como célula básica de la familia. El matrimonio
igualitario, aquí no es un derecho, sino que es confeccionado como la ame-
naza ante la necesidad de mantener el ordenamiento social y la distribución
de lugares naturalmente asignados.
Tenemos en consecuencia, tal como enunciamos al comienzo de este apar
-
tado, una disputa hacia el interior del peronismo sobre lo que signica ser
peronista, sobre cuáles son las demandas articulables y el modo de construir
el mundo. La frontera entre lo que signica ser peronista y lo que implica
estar del otro lado está siendo tensionada y apropiada de dos modos distintos
y hasta antagónicos. En este contexto, la que da un paso más al respecto y ex-
plicita de manera cruda la disputa es la senadora bonaerense Hilda Duhalde
a la que vale la pena reproducir in extenso:
Hoy es el matrimonio homosexual, mañana es otra cosa, porque no te-
nemos proyecto de país y son cientos de horas las que perdemos acá sin
ocuparnos seriamente de los temas de la gente […] El día que la Argentina
garantice todos los derechos humanos básicos, podremos plantearnos como
sociedad los derechos de los homosexuales. [...] Pero a los peronistas que
nombraron tanto a Perón y a Evita debo decirles que si Evita viviera no
tendríamos la cantidad de instituciones que hoy tenemos llenas de chicos
abandonados por cuestiones sociales, por cuestiones penales; se hubiera
enojado ante esa situación y la hubiera resuelto. […] A los peronistas quie-
ro decirles que si no lo leyeron, lean El Proyecto Nacional, lean el testa-
mento que nos dejó el general Perón para comprender que por lo menos
estamos faltando a nuestros principios doctrinarios […] Decía Perón, que
como toda misión radicalmente verdadera supera incesantemente el ámbito
individual para insertar a la familia argentina en una dimensión social y
espiritual que deberá justicarla ante la historia de nuestra Patria. Y con la
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 61
visión casi profética que lo caracterizaba decía el 1° de mayo de 1974 que
pese a los embates de una creciente anarquía de los valores esenciales del
hombre y de la sociedad que parece brotar en diferentes partes del mundo,
la familia seguirá siendo, en la comunidad nacional, por la que debemos
luchar; el núcleo primario; la célula social básica cuya integridad debe ser
cuidadosamente resguardada. Para nalizar, creo que no hemos cumplido
con el legado, el testamento dejado por el general Perón el 1° de mayo de
1974. (Senadora Hilda Duhalde, sesión, 14/07/10).
La ecléctica reconstrucción de la senadora vuelve a sustentar su posición en
una interpretación del peronismo al que esencializa en la preocupación por
los pobres en un sentido socio-económico. Todo lo que exceda a esa deman-
da es interpretado como un reclamo secundario o marginal que no se adapta
al legado e ideario original, por eso es que los derechos de la diversidad
sexual no cuajan y deben esperar a su turno (que vendría luego de que se
satisfagan los derechos humanos básicos en la Argentina). Desde esa mirada
que podríamos denominar (a falta de una mejor palabra) como “etapista” es
que reprocha a sus compañeros por mejores lecturas y comprensiones más
acabadas de lo que “verdaderamente” es ser peronista. En esa idea de lo
verdaderamente peronista o el legítimo legado de Perón parece encontrarse
el quid de la discusión. En su clave de lectura, es ese mandato peronista in-
auténtico el que coloca en un lugar primordial al reclamo por el matrimonio
igualitario cuando en realidad es apenas una lucha por derechos y libertades
individuales que se opone o no permite atender a las preocupaciones comu-
nitarias arraigadas en el peronismo. El modo diferencial en que plantea el
asunto lo vuelve inarticulable al ser del peronismo, los gays, lesbianas y trans
no son asimilables a la familia ideal que la senadora imagina en su cabeza,
ello afecta de manera directa los valores comunitarios que se transmiten, en
consecuencia, no es posible hacer lugar a sus reclamos a menos que estemos
en contra de la doctrina explícita de Perón. Ergo, los derechos de la diversi-
dad sexual no están de ningún modo incorporados, ni pueden estarlo, en el
reducido pueblo peronista que plantea Hilda González de Duhalde.
De esta manera, lo que hay en buena parte del debate es una disputa hacia el
interior del polo peronista por jar el sentido de aquel. Una primera construc
-
ción que apunta a trazar un hilo invisible que une las luchas democráticas en
nombre de la igualdad y la justicia social. Este modo ha sido típico del dis-
curso kirchnerista que articuló en sus años de gobierno: peronismo históri-
co-derechos humanos-democratización produjo una contaminación entre las
partes al tiempo que se montó sobre tradiciones que lo preexistieron. Y una
62 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
segunda lectura que reivindica su pertenencia al peronismo en nombre de los
valores tradicionales, de una lógica particularista y en términos esencialistas.
Como estamos viendo, el peronismo no se presenta en esta discusión como
un elemento menor, sino precisamente como el punto de partida desde el que
muchos actores intervinientes dan forma a sus discursos e intentan persuadir
a otros de acompañarlos. Está claro que este proceso no ocurre de manera
exclusiva, es decir, no pretendemos reducir la discusión sobre el matrimonio
igualitario a la disputa de sentido por el peronismo, sino evidenciar que ese
signicante tuvo un rol sumamente relevante para entender la politicidad y
las articulaciones surgidas en tal momento. Así, en la coyuntura que estamos
analizando, la primera opción que más arriba denominamos progresista fue
la que logró hegemonizar la contienda y derribó el mito del peronismo (na-
cional y) católico, a la vez que reescribió el vínculo bajo nuevas improntas
producto de la ampliación de sus límites y signicados (Di Marco, 2012).
Recapitulación
A modo de cierre intentaremos recapitular lo hecho en estas páginas. El re
-
corrido que propusimos para mostrar la pervivencia y la relevancia del cli-
vaje peronismo-antiperonismo en una coyuntura crítica como fue la sanción
del matrimonio igualitario que tuvo dos momentos: primero, abordamos el
discurso de la agrupación Putos Peronistas. Sobre ellos dijimos que a partir
de su liación kirchnerista logran verse a mismos y a las demandas de la
diversidad sexual como integrantes de un campo más amplio que los incluía,
pero no se agotaba, en ellos. De ese modo, como su propio nombre lo testi-
ca, forman parte de una articulación más amplia sin dejar de reclamar por
su particularidad y reconocen en el peronismo el lenguaje a partir del cual
incorporarse al espacio público en condición de igualdad. Aquí el peronismo
es el grip que continúa haciendo audibles sus demandas y el marco que les
permite reconocerse como ciudadanos. Segundo, mostramos la forma en que
el polo peronista del clivaje cobra sentido en los ámbitos institucionales en
la boca de los dirigentes políticos. Dijimos que el peronismo es tensionado
entre una lectura que lo presenta como un lenguaje defensor de la igualdad
y el otorgamiento de derechos que pone en cuestión los límites de lo dado y
una mirada más conservadora que lo instituye como una tradición defesora
de la heteronorma y la diferencia. Así, el espectro del peronismo que recorre
la contemporaneidad argentina, en tanto espectro, no aparece idéntico a
mismo, ni a partir de la utilización del sello partidario como marca distintiva,
ni convocando a los mismos actores que en otros episodios históricos, sino a
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 63
partir del modo en que polemiza y resquebraja las fronteras instituidas de lo
social. El clivaje es así el nombre en que se encarnan las diversas polémicas
de contenidos y articulaciones novedosas, pero repitiendo el modo de cons-
trucción política.
Tal como aclaramos al comienzo de este escrito, nuestro objetivo no ha sido
reducir la complejidad de aristas presentes en la discusión sobre el matrimo
-
nio igualitario a la dicotomía peronismo-antiperonismo. Pero aún recono-
ciendo la multiplicidad de aspectos que se nos escapan nos pareció relevante,
además de innovador, apuntar la presencia de este clivaje en la discusión.
Esto es, indagar sobre el modo en que el clivaje emerge, preguntarnos por el
cómo de ese clivaje en cada contexto y no dándolo por supuesto como una
entidad autocentrada y cerrada. No es una pura repetición de algo prexistente
que se desprende de otras instancias, sino el modo mismo en que la estruc-
tura de sentido logra estabilizarse de manera precaria. En términos teóricos,
si todo sistema está constitutivamente abierto e imposibilitado de clausura,
el clivaje es lo que viene a ordenar y a volverlo inteligible. Entonces, tal
como vimos en estas páginas, para dar sentido a su reclamo buena parte de
los sectores que defendieron el matrimonio igualitario se proveyeron de sen
-
tidos disponibles en el espacio (el lenguaje de los derechos y el reclamo por
la igualdad) y de esa forma encarnaron al (y se encarnaron en el) peronismo
lo cual conmovió sus límites. De forma tal que el antagonismo fundamental
volvió a expresarse y a operar como punto de sutura sobre lo que estaba ocu-
rriendo e instituyó la frontera explicativa. Entre los múltiples clivajes que po-
drían haber representado la discusión (la oposición religioso-laico, era el más
obvio que señalamos en nuestra intervención) fue el peronismo-antiperonis-
mo el que volvió a estar a la base de buena parte de las intervenciones, aun
siendo una temática que de suponer elementos esenciales le resultaría ajena.
Enfatizando la naturaleza política y desplazada del clivaje, detectamos que
durante la discusión por el matrimonio igualitario lo que ocurrió fue además
una polémica por el sentido mismo del polo peronista del clivaje y que sec
-
tores que institucionalmente pertenecían al espacio decidieron oponerse a la
medida. Lo que este enfrentamiento evidencia a nuestro juicio es la natura
-
leza sobredeterminada y hegemonizable de los contornos del peronismo. Es
decir, que la discusión haya mostrado que hay peronistas que apoyan la ley
y peronistas que se contraponen a ella, no deriva en que el peronismo es un
elemento marginal en esta disputa o que no dice nada, sino que maniesta
el carácter poroso y siempre abierto de este signicante que sin embargo
opera como elemento aglutinante y que es reclamado como símbolo de legi-
64 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
timación. Así, aunque no hay traducciones lineales, su poder politizador se
mantiene vigente.
Referencias bibliográcas
BIGLIERI, P. (2013). Emancipaciones. Acerca de la aprobación de la ley del matrimonio
igualitario en Argentina. Iconos. Revista de Ciencias Sociales, FALTA VOLUMEN(46),
145-160.
BIMBI, B. (2011). Matrimonio Igualitario. Planeta.
CARRASCO, M. (2011). El Matrimonio Igualitario en el Parlamento Argentino. Antecedentes
parlamentarios. Los proyectos que se convirtieron en ley. El tratamiento en ambas cá-
maras y votaciones. En Solari, N. y Von Opilea, C. (dirs.), Matrimonio entre personas
del mismo sexo Ley 26.618. Antecedentes. Implicancias. Efectos (FALTA PP-PP). La
Ley.
CLÉRICO, L. (2010). El matrimonio igualitario y los principios constitucionales estructu-
rantes de igualdad y/o autonomía. En Pecheny, M. y de la Dehesa, R., Matrimonio
Igualitario. Perspectivas sociales, políticas y jurídicas (FALTA PP-PP). EUDEBA.
DERRIDA, J. (2005). De la gramatología. Siglo XXI. (Original publicado en 1967).
DERRIDA, J. (1989). “Firma, acontecimiento y contexto”, en Derrida, Jacques, Márgenes de
la losofía. Cátedra. (Original publicado en 1989).
DI MARCO, G. (2012). Las demandas en torno a la ciudadanía sexual en la Argentina, Revis-
ta Debates y Combates, Año 2(3), 163-196.
DÍAZ, C. (2016). Antagonismo y matrimonio. La retórica de Putos Peronistas. Avá [online
AL FINAL HAY QUE PONER EL ENLACE], FALTA VOLUMEN(29), 219-239.
GARCÍA, D. (2016). Del Arcoiris a la norma. La ley de matrimonio igualitario como estra-
tégica biopolítica (FALTA PP-PP). Río Ancho Ediciones.
GARGARELLA, R. (2010). Matrimonio y diversidad sexual: el peso del argumento igualitario.
En Pecheny, M. y de la Dehesa, R., Matrimonio Igualitario. Perspectivas sociales,
políticas y jurídicas (FALTA PP-PP). EUDEBA.
HILLER, R. (2012). En las faldas de O’Donnell: discutiendo los alcances del “matrimonio
igualitario” en Argentina, Sociedade e Cultura, 15(2), 359-368.
HILLER, R. (2011). Conyugalidad y ciudadanía: disputas en torno a la regulación estatal
de las parejas gay lésbicas en la Argentina contemporánea [tesis para optar por el
título de Doctora en Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de
Buenos Aires, tesis no publicada].
HILLER, R. (2010). Matrimonio igualitario y espacio público en Argentina” En Pecheny, M.
y de la Dehesa, R., Matrimonio Igualitario. Perspectivas sociales, políticas y jurídicas
(FALTA PP-PP). EUDEBA.
FERNANDO CHAVEZ SOLCA 65
JAMES, D. (2004). Doña María. Historia de vida, memoria e identidad política. Cuentos
contados en los márgenes. Manantial.
MARTÍNEZ, P. (2015, FALTA FECHA). Las leyes de Matrimonio Igualitario e Identidad de
Género como irrupción de nuevo “momento político” bajo la conceptualización de
Rancière [ponencia]. XII Congreso Nacional de Ciencia Política, Sociedad Argentina
de Análisis Político y la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina.
MECCIA, E. (2010). Los peregrinos de la ley. Una tipología sobre los discursos de expertos,
jueces y legisladores en torno a las demandas LGBTI y al matrimonio igualitario. En
Pecheny, M. y de la Dehesa, R., Matrimonio Igualitario. Perspectivas sociales, políti-
cas y jurídicas (FALTA PP-PP). EUDEBA.
MÉDICA, G. Y VILLEGAS, V. (2012). A la vera de la Ruta 3 “la gloriosa doble P”. Una aproxi-
mación a los “Putos Peronistas” de La Matanza. Oral History Forum d’histoire orale,
(32), 1-18.
MORÁN FAÚNDES, J. (2011). Las fronteras del género: el discurso del movimiento conser-
vador religioso de Córdoba y el matrimonio igualitario. En Sgró Ruata, M. C. et al.,
El debate sobre matrimonio igualitario en Córdoba. Actores, estrategias y discursos
(137-178). Ferreyra Editor.
PERELLÓ, G. (2012). ¿Qué hay en la demanda? El poder transformador de la demanda por el
matrimonio igualitario. Debates y Combates, Año 2(3), 119-136.
RABBIA, H. E IOSA, T. (2011). Plazas multicolores, calles naranjas. La agenda del matrimonio
entre parejas del mismo sexo en el activismo LGTB cordobés y la oposición religiosa
organizada. En Sgró Ruata, M. C. et al., El debate sobre matrimonio igualitario en
Córdoba. Actores, estrategias y discursos (FALTA PP-PP). Ferreyra Editor.
SGRÓ RUATA, M. C. (2011). Matrimonio entre personas del mismo sexo. Estrategias político
discursivas de oposición en la Audiencia Pública de Córdoba. En Sgró Ruata, M. C. et
al., El debate sobre matrimonio igualitario en Córdoba. Actores, estrategias y discur-
sos (179-231). Ferreyra Editor.
SGRÓ RUATA, M. C. Y VAGGIONE, J. M. (2012). Las marcas de lo religioso en la política
sexual: debate legislativo y matrimonio entre personas del mismo sexo en Argentina.
Sociedade e Cultura, 15(2), 331-345.
SOLARI, N. Y VON OPILEA, C. (dirs.) (2011). Matrimonio entre personas del mismo sexo Ley
26.618. Antecedentes. Implicancias. Efectos. La Ley.
TABBUSH, C.; DÍAZ, M. C.; TREBISACCE, C. Y KELLER V. (2016). Matrimonio igualitario, iden-
tidad de género y disputas por el derecho al aborto en Argentina. La política sexual
durante el kirchnerismo (2003-2015): Sexualidad, Salud y Sociedad. Revista Latinoa-
mericana, FALTA NRO DE VOLUMEN(22), 22-55.
TURIACI, M. (2013, FALTA FECHA). El género en la prensa. La cobertura de la ley de Ma-
trimonio Igualitario en la prensa gráca nacional [ponencia]. VII Jornadas de Jóvenes
Investigadores, Buenos Aires, Argentina.
66 STUDIA POLITICÆ Nº 55 primavera/verano 2021/2022
VAGGIONE, J. M. (2009, agosto FALTA FECHA). Sexualidad, religión y política en América
Latina [ponencia] Diálogos Regionales, Río de Janeiro, Brasil.
Fuentes:
Discurso de Putos Peronistas en la vigilia de la sanción del Matrimonio Igualitario en la
plaza de los dos Congresos, 18 de julio de 2010.
Discurso de Putos Peronistas en las audiencias públicas en el Senado de la Nación ante el
debate sobre el Matrimonio Igualitario, 13 de junio de 2010.
Versión taquigráca de las sesiones de la Cámara de Diputados: Sesión ordinaria, 4 de
mayo de 2010 Periodo 128°. Disponibles en: www.hcdn.gob.ar/secparl/dtaqui/dia-
rio_sesiones/acordeon.html
Versión taquigráca de las sesiones de la Cámara de Senadores: Sesión ordinaria, 14
y 15 de julio de 2010. Disponible en: www.senado.gov.ar/parlamentario/sesiones/tac