85
Código de Referato: SP.227.XLV/18
http://dx.doi.org/10.22529/sp.2018.45.04
La presencia de mujeres en el
poder legislativo y su relación
con la calidad de la democracia
en América Latina.
Belén Calvo Hereza
*
Resumen
El presente artículo investiga la cantidad y la calidad de las representan-
tes femeninas en las cámaras bajas o únicas en América Latina y su rela-
ción con la calidad democrática en los países de la región. Para ello, se
realizan una serie de análisis empíricos con los datos del Observatorio de
Élites Parlamentarias en América Latina como fuente fundamental. Esta
investigación se ha nutrido de las teorías expuestas por diferentes auto-
res en los ámbitos que conciernen al tema de estudio: 1) la representa-
ción legislativa de las mujeres y su vínculo con la democracia, 2) la cali-
dad democrática y 3) la calidad de los representantes políticos.
El objetivo principal es comprobar la existencia de tendencias que deno-
ten una relación lineal y significativa entre un número de variables. Por
*
Investigadora independiente.
STUDIA POLITICÆ Número 45 invierno 2018 – pág. 85-115
Publicada por la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, de
la Universidad Católica de Córdoba, Córdoba, República Argentina.
45 invierno 2018
86
STUDIA POLITICÆ
una parte, entre la calidad de la democracia y dos dimensiones que per-
miten medir la calidad de las diputadas latinoamericanas como represen-
tantes políticas. Por otra parte, entre la calidad de la democracia y la pre-
sencia cuantitativa de las parlamentarias.
Palabras clave: Mujeres en parlamentos nacionales – Calidad de la de-
mocracia – Calidad de los políticos – América Latina
Abstract
This paper explores the relationship between the quantity and quality of
the female representatives in the lower or single chambers of Latin
America and the quality of democracy of the countries of the region. For
this purpose, we carry out a series of empirical analyses mainly with data
from the Observatory of Parliamentary Elites in Latin America. This
research draws from theories by different authors in the relevant fields of
study: 1) the legislative representation of women and its link with
democracy, 2) the quality of democracy and 3) the quality of political
representatives.
The primary objective is to verify the existence of trends that indicate
significant linear relationships among a number of variables. On the one
hand, between the quality of democracy and two dimensions that
measure the quality of the female Latin American deputies as political
representatives . On the other hand, between the quality of democracy
and the quantitative presence of these parliamentarians.
Key words: Women in national parliaments – Quality of democracy –
Quality of politicians – Latin America
1. Introducción
D
ESDE tiempos inmemoriales, la política ha estado regida por hom-
bres. En América Latina, la discriminación hacia las mujeres en
la esfera pública no comenzó a aminorarse hasta el siglo XX. La
ciudadanía de las mujeres se reconoció por primera vez en Ecuador en
1929 y el sufragio femenino se estableció en último lugar en Paraguay y
El Salvador en 1961. En la década de los 80, en el contexto de los proce-
sos de transición y consolidación de la democracia, la igualdad de género
empezó a formar parte de la agenda pública, pero no fue hasta los años
90, especialmente tras la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en
Beijing en 1995, cuando empezaron a tomarse medidas legislativas para
garantizar el acceso efectivo de las mujeres a cargos políticos de respon-
sabilidad (Peschard, 2002).
87
Más recientemente, el restablecimiento de los sistemas democráticos en la
mayor parte de los Estados latinoamericanos, enmarcado en la denomina-
da tercera ola de democratización,
1
ha virado el enfoque de la literatura
de los procesos de transición y consolidación a la calidad de la democra-
cia (Levine y Molina, 2011). Algunas investigaciones acerca de la transi-
ción y la consolidación democráticas en América Latina han abordado el
papel desempeñado por las mujeres en dichos procesos. Sin embargo, las
publicaciones que versan sobre la calidad de la democracia han desatendi-
do esta dimensión. A nuestro parecer, existe una considerable falta de
análisis acerca del impacto de las mujeres legisladoras sobre la calidad de
la democracia, conceptualizada esta de una manera amplia. Por este moti-
vo, con el presente trabajo aspiramos, en primer lugar, a subsanar esta ca-
rencia.
En segundo lugar, nuestra investigación pretende reivindicar la importan-
cia de la calidad de los representantes políticos en cuanto factor de la ca-
lidad de la democracia. Por esta razón, nuestro análisis no mide única-
mente el efecto en la calidad democrática de la cantidad de mujeres
presentes en los parlamentos, sino también el de su calidad como repre-
sentantes.
En tercer lugar, cabe señalar el motivo de la elección de América Latina
como marco geográfico del estudio. Primeramente, se trata de la región
del planeta donde las cuotas de género llevan más tiempo implantadas.
2
Dado que las cuotas son un fenómeno reciente y que sus efectos tardan en
advertirse, América Latina se presenta como el lugar más adecuado para
estudiar sus resultados (Zetterberg, 2009). Sumado a eso, el continente
americano en su conjunto representa el área con la mayor proporción de
mujeres en las asambleas legislativas (Unión Interparlamentaria, 2015).
Por último, esta investigación aspira a alimentar el debate sobre los asun-
tos relacionados con el género y, en particular, con el cumplimiento de los
compromisos internacionales adquiridos en Beijing. De este modo, inten-
tamos contribuir al futuro desarrollo de políticas públicas en América La-
BELÉN CALVO HEREZA
1
Todos los países de América Latina, salvo Cuba, o bien eran ya democracias en 1978
(Costa Rica, Colombia y Venezuela) o bien atravesaron un proceso de transición a lo lar-
go de la tercera ola de democratización, que comenzó en dicho año con la República
Dominicana (O’D
ONNELL, OSZLAK, SCHMITTER y WHITEHEAD, 1988).
2
En América Latina, las cuotas de género se adoptaron por primera vez en Argentina
mediante la Ley de Cupos de 1991, que establecía una cuota del 30 % de candidaturas
de representación para las mujeres (P
ESCHARD, 2002).
45 invierno 2018
88
STUDIA POLITICÆ
tina y otras partes del planeta que avancen en la consecución de una so-
ciedad más igualitaria.
Con este fin, el artículo se ha estructurado de la manera que sigue. En pri-
mer lugar, en la sección Perspectivas teóricas sobre género y democracia
realizaremos un análisis exhaustivo de la literatura existente en torno a
nuestros ejes temáticos, haciendo hincapié en los elementos que hemos
escogido como guía para nuestra investigación empírica. Seguidamente,
en Metodología expondremos las técnicas de recolección y análisis de da-
tos empleadas en nuestro estudio, cuyos resultados revelaremos en el
apartado siguiente: Análisis y discusión. En último lugar, en las Conclu-
siones y propuestas sintetizaremos el resultado de nuestras indagaciones y
propondremos mejoras y futuras líneas de investigación.
2. Perspectivas teóricas sobre género y democracia
2.1. La representación legislativa de las mujeres y la democracia
La literatura acerca de la democracia y la representación legislativa de las
mujeres puede dividirse en tres tipos de estudios, según Fallon, Swiss y
Viterna (2012). El primer grupo abarca aquellos estudios cuantitativos
que tratan de hallar variaciones de alcance global en la representación le-
gislativa de las mujeres. El segundo tipo comprende aquellas investiga-
ciones cualitativas que estudian el impacto del proceso democratizador en
el poder político de las mujeres. Por último, el tercer conjunto de análisis
examina la efectividad de las cuotas para incrementar la presencia feme-
nina en el poder legislativo.
2.1.1. Estudios cuantitativos
Las investigaciones del primer tipo tratan de distinguir patrones globales
y generalizables en la representación legislativa de las mujeres. Los dis-
tintos autores coinciden en que los factores institucionales y los culturales
y religiosos contribuyen a aumentar la presencia parlamentaria de las mu-
jeres en mayor medida que los factores socioeconómicos (Fallon, Swiss y
Viterna, 2012; Tripp y Kang, 2008). Cabe mencionar varias de estas apor-
taciones, sistematizadas en el estudio de Tripp y Kang (2008). En cuanto
a los factores institucionales, la literatura ha identificado el tipo de siste-
ma electoral de un Estado como un elemento determinante de la represen-
89
tación política femenina.
3
Asimismo, la presencia de partidos de izquier-
das en el gobierno constituye otro factor relevante.
4
No obstante, pese a la importancia que los autores conceden a los factores
políticos, la mayoría de estudios apenas considera los efectos de la demo-
cracia. Entre el reducido grupo de investigaciones que sí lo hace, Tripp y
Kang (2008) distinguen dos maneras principales de abordar la cuestión.
Por un lado, algunos análisis, por ejemplo los de Kenworthy y Malami
(1999) y Paxton y Kunovich (2003), han medido la relación entre el tipo
de régimen político de los Estados y la representación de las mujeres, y
han revelado que esta es insignificante o muy débil. Por otro lado, un li-
mitado número de estudios, como los de Lindberg (2004) y Reynolds
(1999), ha tenido en cuenta el impacto de la calidad de la democracia,
evaluando factores como el número de elecciones competitivas pluriparti-
distas celebradas y la participación electoral. Sin embargo, como explica-
remos más adelante, esta se trata de una visión de la democracia mera-
mente procedimental o minimalista.
En lo referente a los factores culturales y religiosos, existen indicios de
que las “posturas” de los votantes con respecto a las mujeres en calidad
de representantes políticas tienen un impacto sobre el número de mujeres
electas en los parlamentos. A este respecto, Tripp y Kang (2008) citan a
autores como Inglehart y Norris (2003), Kenworthy y Malami (1999) y
Paxton y Kunovich (2003). No obstante, la medición de estas “posturas” a
escala global resulta compleja.
Con respecto a los factores socioeconómicos, Tripp y Kang (2008) indi-
can que no existen pruebas concluyentes de su vinculación con la repre-
BELÉN CALVO HEREZA
3
Estudios como los de HTUN y JONES (2002), HTUN y PISCOPO (2014), JONES (2009) y
T
RIPP y KANG (2008) demuestran que los sistemas de representación proporcional pro-
ducen una mayor representación de mujeres que otra clase de sistemas. Ello se debe a
que en los sistemas de representación proporcional la magnitud de las circunscripciones
o, dicho de otro modo, el número de escaños por distrito electoral, tiende a ser mayor.
De esta manera, los partidos políticos tienen más oportunidades de obtener varios esca-
ños en una circunscripción y, por tanto, las mujeres tienen más posibilidades de lograr
puestos representativos.
4
Como señalan TRIPP y KANG (2008), autores como NORRIS (1985) y REYNOLDS (1999)
consideran que los partidos de izquierda otorgan una mayor importancia a la igualdad de
género y, por ello, son más propensos a elegir candidatas femeninas. Sin embargo, otros
partidos en lugares diferentes del espectro político están presentando a un creciente nú-
mero de candidatas, especialmente en los países escandinavos, como apuntan L
OVEN-
DUSKI y NORRIS (1993) y MATLAND y STUDLAR (1996).
45 invierno 2018
90
STUDIA POLITICÆ
sentación política de las mujeres. Como hemos mencionado anteriormen-
te, las distintas investigaciones en este primer tipo de estudios demuestran
que los factores institucionales, culturales y religiosos tienen un mayor
peso en la presencia de diputadas que los socioeconómicos.
2.1.2. Estudios cualitativos
El segundo conjunto de investigaciones sobre la democracia y la repre-
sentación legislativa femenina se centra fundamentalmente en el cam-
biante poder político de las mujeres en países en desarrollo que han atra-
vesado un proceso de transición a la democracia. Estos análisis
cualitativos estudian los acontecimientos históricos que han conducido a
la transición, la “negociación del género” durante dicho proceso, y las
consiguientes instituciones, leyes y discursos que han dado forma a las
oportunidades políticas de las mujeres en la etapa democrática (Fallon,
Swiss y Viterna, 2012). Con respecto a nuestra región objeto de estudio,
América Latina, las obras de autoras como Caminotti (2013), centrada en
Argentina, Espina (2009), en Venezuela, y Ríos (2009), en Chile, consti-
tuyen ejemplos de este tipo de literatura. No obstante, nos centraremos en
la obra de Georgina Waylen,
5
uno de los sostenes teóricos de nuestro tra-
bajo. La autora, pionera en este campo, ha examinado el papel desempe-
ñado por las mujeres no solo en los procesos de transición, sino también
en los de consolidación.
Hace ya más de dos décadas, Waylen (1994) llevó a cabo un estudio com-
parado de los procesos de transición, así como los resultados de dichos
procesos, en América Latina, por un lado, y en Europa del Este, por otro:
Women and Democratization: Conceptualizing Gender Relations in Tran-
sition Politics. En esta obra, Waylen expresaba su descontento con la lite-
ratura disponible hasta entonces acerca de la democratización. Según la
autora, la ciencia política ortodoxa que estudiaba la democratización ape-
nas trataba los asuntos relacionados con el género, pese al papel tan signi-
ficativo que las mujeres y los movimientos de mujeres habían representa-
do, entre otros ejemplos, en la caída de los regímenes autoritarios en
América Latina y el consecuente regreso a la política democrática. El mo-
tivo de esta omisión radicaría, en gran parte, en la restringida definición
de la democracia empleada habitualmente por los investigadores desde la
5
Georgina Waylen es profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Mánchester,
Reino Unido.
91
BELÉN CALVO HEREZA
década de los 80, cuyo origen se remonta al concepto de poliarquía de
Dahl, sobre el que ahondaremos más adelante. Por este motivo, Waylen
aboga por una definición de la democratización que contenga elementos
no solo políticos, sino también sociales y económicos.
6
Unos años más tarde, siguiendo el curso de los acontecimientos en Améri-
ca Latina, Waylen (2000) analizó los procesos de consolidación que si-
guieron a las transiciones democráticas, a través del estudio contrastivo
de los casos de Argentina y Chile: Gender and Democratic Politics: A
Comparative Analysis of Argentina and Chile. La autora, trazando un pa-
ralelismo con su anterior publicación, señaló que los estudios disponibles
hasta ese momento sobre la consolidación democrática eran demasiado li-
mitados en cuanto a la definición de democracia que empleaban y la
gama de actores e instituciones que consideraban.
En definitiva, la autora, en una época en la que la literatura se centraba en
los procesos de institucionalización de la democracia y apenas prestaba
atención a los asuntos relacionados con el género, reivindicó la importan-
cia de analizar el papel desempeñado por las mujeres y defendió la nece-
sidad de una conceptualización más amplia de la democracia. Además,
basó sus investigaciones en América Latina y otras regiones del mundo
frecuentemente desatendidas frente a los países más desarrollados. En el
presente artículo, hemos tratado de seguir la estela del trabajo de la auto-
ra aplicando estas ideas al análisis de la calidad de los regímenes demo-
cráticos, ya consolidados, en la región latinoamericana.
2.1.3. Estudios sobre cuotas de género
El tercer y último grupo de estudios investiga la efectividad de las cuotas
de género para acrecentar la presencia parlamentaria de las mujeres (Fa-
llon, Swiss y Viterna, 2012). En la Conferencia de Beijing, la Organiza-
ción de Naciones Unidas tildó la desigualdad de género en la esfera polí-
6
Además, según la autora, no solo la democracia ha sido definida de una manera res-
trictiva, sino también la propia idea de “política”. El concepto de “política” esgrimido
por la mayoría de los académicos abarca tan solo las altas esferas. Por ello, dado que las
mujeres son una minoría entre las élites políticas, reciben una menor atención. Esta cir-
cunstancia rebaja la importancia de otras clases de actividades políticas como los movi-
mientos sociales, en los que las mujeres suelen involucrarse activamente. Tal enfoque ha
impedido a los investigadores analizar adecuadamente las actividades políticas de las
mujeres en las etapas de transición a la democracia.
45 invierno 2018
92
STUDIA POLITICÆ
7
Las autoras concluyen que las cuotas de género aumentan de manera significativa la
presencia de las mujeres en las asambleas legislativas.
8
Los escaños reservados han manifestado un impacto más positivo sobre la representa-
ción numérica de las mujeres que las cuotas para las candidaturas y las cuotas partidistas
(T
RIPP y KANG, 2008).
9
JONES (2009), basándose en el análisis de 19 países latinoamericanos, defiende fir-
memente que una legislación de cuotas bien diseñada tiene un impacto profunda-
mente beneficioso en la elección de mujeres como candidatas. En su opinión y la de
otros autores como D
AHLERUP (2005) y MARX, BORNER y CAMINOTTI (2007), dos ele-
tica no solo de problema democrático, sino también de obstáculo para el
desarrollo económico y humano. La reunión dio como resultado la Decla-
ración y Plataforma de Acción de Beijing, que instó a los Estados signata-
rios a tomar medidas para garantizar el acceso y la plena participación de
las mujeres en los procesos de toma de decisiones (Zetterberg, 2009). La
adopción de cuotas de género ha constituido una de las vías principales
para lograr estos objetivos. De esta forma, estas medidas se han converti-
do en un fenómeno de alcance global, y existen hoy en más de 120 países
(Unión Interparlamentaria, 2015).
En este contexto, este tercer conjunto de análisis estudia el efecto de las
cuotas de género en la presencia numérica de las mujeres o, dicho de otro
modo, en la representación descriptiva. Sin embargo, existen otras dos for-
mas de representación que Fallon, Swiss y Viterna (2012) no incluyen en
su clasificación pero que, como apunta Zetterberg (2009), también han
sido analizadas, si bien con mucha menor profusión: la sustantiva y la sim-
bólica. Con el fin de comprender el estudio de las repercusiones de las cuo-
tas, es preciso estudiar individualmente los tres tipos de representación.
Las primeras investigaciones acerca de la representación descriptiva se
centraron en países concretos, particularmente en Europa occidental y
América del Norte, mientras que los análisis más recientes han empleado
un enfoque mundial o regional (Tripp y Kang, 2008; Zetterberg, 2009). A
escala mundial, el análisis empírico de Tripp y Kang (2008), que abarca
153 países, constituye uno de los más actuales y exhaustivos.
7
El enfoque
latinoamericano lo ilustran autores como Archenti y Tula (2007), Gray
(2003), Jones (2009) y Marx, Borner y Caminotti (2007). Todas estas in-
vestigaciones no solo han tratado de discernir el efecto en términos numé-
ricos de estas medidas, sino también los factores que condicionan dichos
efectos, tales como el tipo de cuota de género en vigor,
8
el diseño de la
legislación mediante la cual se ha adoptado,
9
la motivación de los líderes
93
políticos para su correcta implementación
10
y las estructuras instituciona-
les existentes.
11
La segunda forma de representación sobre la que repercuten las cuotas es
la representación sustantiva, que gira en torno a las acciones de los repre-
sentantes en el parlamento, no a sus características. Según Zetterberg
(2009), la literatura que ha indagado sobre esta cuestión puede agruparse
en tres ámbitos: las condiciones bajo las cuales las mujeres elegidas a tra-
vés de cuotas desempeñan su trabajo, la tendencia de estas parlamentarias
a impulsar una agenda que destaque las demandas y las necesidades de
las mujeres, y el impacto de las cuotas sobre la elaboración de políticas
públicas sensibles al género. Los análisis de Archenti y Johnson (2006),
Franceschet y Piscopo (2008) y Marx, Borner y Caminotti (2007) ejempli-
fican este tipo de investigaciones en el continente latinoamericano.
Por último, un tercer grupo de académicos ha estudiado los resultados
producidos por las cuotas de género en la representación simbólica de
las mujeres. La representación simbólica hace referencia a la forma en
que los representantes son percibidos por aquellos a los que represen-
tan. La literatura ha examinado la hipótesis de que la adopción de cuo-
tas fortalece las actitudes y actividades políticas de las ciudadanas
(Zetterberg, 2009). Los distintos autores difieren considerablemente en
sus afirmaciones. A modo de ejemplo, en América Latina, Sacchet
(2008), apoyándose en la experiencia brasileña, defiende firmemente
que la adopción de cuotas de género ha traído consigo efectos positivos
sobre la cultura política, mientras que Piscopo (2006), Schwindt-Bayer
(2010) y Zetterberg (2009) refutan dicho argumento.
12
Estas discrepan-
BELÉN CALVO HEREZA
mentos son necesarios para garantizar una mínima representación femenina en todos
los partidos y circunscripciones: reglas sobre el orden de clasificación de los candi-
datos (placement mandates) y sanciones por incumplimiento. De este modo, por
ejemplo, en Argentina, Costa Rica y México queda asegurado que, si un partido ob-
tiene tres escaños en un distrito, al menos uno de ellos será ocupado por una mujer
(J
ONES, 2009).
10
En aquellos Estados donde las cuotas de género no están implementadas de manera
efectiva, los líderes políticos a menudo sitúan a las candidatas al final de la lista, por lo
que carecen de oportunidades reales de ser elegidas (Z
ETTERBERG, 2009).
11
En términos generales, los autores coinciden en que la mejor combinación consiste
en un sistema de representación proporcional, listas cerradas y amplia magnitud de cir-
cunscripciones (A
RCHENTI y TULA, 2007; GRAY, 2003; JONES, 2009).
12
PISCOPO (2006), que realiza un estudio de caso de Argentina, mantiene que las creen-
cias y las prácticas culturales se enraízan y que las normas nuevas no se internalizan en
45 invierno 2018
94
STUDIA POLITICÆ
cias podrían deberse, según Zetterberg (2009), a las diferentes metodo-
logías empleadas por los autores.
Tabla 1. Áreas de estudio en torno a la representación legislativa de
las mujeres y la democracia
Fuente: elaboración propia a partir de la literatura estudiada.
2.2. La calidad de la democracia
Una vez presentada la literatura que entrelaza la presencia de mujeres en
el poder legislativo y la democracia, cabe profundizar en un elemento
fundamental de esta última: la calidad. Como hemos señalado anterior-
mente, la transformación de la realidad política latinoamericana ha re-
orientado el enfoque de la literatura. Las investigaciones iniciales analiza-
ron las transiciones y las consolidaciones democráticas y, a medida que
los regímenes democráticos se afianzaban, comenzaron a considerar la ca-
lidad de dichas democracias (Levine y Molina, 2011).
El concepto “democracia” se aborda desde dos perspectivas fundamenta-
les. La primera se basa en la ya mencionada poliarquía de Dahl y corres-
Estudios cuantitativos
Factores institucionales
Factores culturales y religiosos
Factores socioeconómicos
Estudios cualitativos
Estudios sobre cuotas de género
Representación descriptiva
Representación sustantiva
Representación simbólica
el corto o medio plazo; por esta razón, las desigualdades siguen arraigadas y las legisla-
doras siguen siendo percibidas como representantes débiles. Por su parte, Z
ETTERBERG
(2009), analizando una muestra de 10.000 mujeres en 17 países latinoamericanos, con-
cluye que las cuotas no han tenido ninguna repercusión sobre la representación simbóli-
ca en América Latina, pues no halla efectos ni en las actitudes ni en la participación po-
lítica de las mujeres. Por último, y en esta línea, S
CHWINDT-BAYER (2010), tras estudiar
nueve formas de participación política en 24 países latinoamericanos, revela que, si bien
las cuotas, implementadas de manera adecuada, incrementan la representación descripti-
va, esto no se traduce en un aumento de la participación.
95
BELÉN CALVO HEREZA
ponde a la definición procedimental de la democracia, que incluye los si-
guientes factores:
1) la celebración de elecciones libres, justas y frecuentes;
2) la igualdad de acceso al voto;
3) la disponibilidad de información, de manera que los ciudadanos pue-
dan moldear su propio juicio;
4) que los representantes políticos posean verdadera capacidad para go-
bernar y lo hagan de manera responsable;
5) una definición inclusiva de la ciudadanía (Alcántara, 2008; Levine y
Molina, 2011).
El segundo enfoque del concepto “democracia” parte también de la po-
liarquía de Dahl, pero otorga más importancia a la participación de los
ciudadanos en la realidad política del Estado. Los defensores de esta vi-
sión sostienen que la democracia procedimental define una democracia de
mínimos, que no basta para proporcionar calidad. Por este motivo, este
segundo concepto se denomina democracia maximalista, pues añade fac-
tores nuevos a la democracia procedimental o minimalista (Levine y Mo-
lina, 2011). Como hemos comentado en la sección anterior, la mayoría de
los autores que han investigado la vinculación de la calidad de la demo-
cracia con la representación femenina en los parlamentos se ha basado en
el primer enfoque, dejando a un lado numerosas dimensiones que consi-
deramos necesarias para una democracia de calidad.
La calidad de la democracia se viene midiendo y contrastando empírica-
mente mediante la elaboración de índices, entre los que destacan los de
Freedom House, IDD-Lat, The Economist Intelligence Unit, Levine y Mo-
lina y Democracy Ranking Association. En primer lugar, el Índice de Li-
bertad en el Mundo de Freedom House, organización sin ánimo de lucro,
ha evaluado el estado de la libertad en 195 países y 15 territorios. El índi-
ce puntúa a cada uno de ellos, en una escala del 1 al 7, en dos aspectos:
los derechos políticos, por un lado, y las libertades civiles, por otro. La
calificación media de cada país y territorio determina si se considera “li-
bre”, “parcialmente libre” o “no libre”.
13
Las dos dimensiones del índice
13
En el índice de FREEDOM HOUSE (2015a), Cuba es el único país de América Latina
calificado como “no libre” y, por tanto, el país con la puntuación más baja de la región,
seguido de Venezuela y Honduras. En cambio, Chile, Costa Rica y Uruguay obtienen las
mejores puntuaciones.
45 invierno 2018
96
STUDIA POLITICÆ
se dividen a su vez en varias subcategorías. En cuanto a los derechos po-
líticos, Freedom House evalúa:
1) el proceso electoral;
2) el pluralismo político y la participación;
3) el funcionamiento del gobierno.
Por otra parte, la organización entiende por libertades civiles:
1) la libertad de expresión y de culto;
2) la libertad de asociación y de reunión;
3) el Estado de derecho;
4) la autonomía personal y los derechos individuales (Freedom House,
2015b).
El índice de Freedom House goza de un amplio reconocimiento interna-
cional. No obstante, algunos autores han cuestionado su rigor científico
debido a su marcado sesgo neoliberal y a la vinculación de la organiza-
ción con el gobierno de los Estados Unidos, que proporciona el 80 % de
sus ingresos (Lozovsky, 2016; The Economist, 2008).
En segundo lugar se encuentra el Índice de Desarrollo Democrático en
América Latina (IDD-Lat), elaborado por la Fundación Konrad Adenauer
y la consultora política PoliLat. La nota obtenida por cada país, en una es-
cala del 1 al 10, establece si posee un desarrollo democrático alto, medio,
bajo o mínimo.
14
El índice mide cuatro dimensiones:
1) la “democracia de los ciudadanos”: el respecto de los derechos políti-
cos y las libertades civiles;
2) la “democracia de las instituciones”: la calidad institucional y la efi-
ciencia del sistema político;
3) la “democracia social y humana”: la capacidad para generar políticas
que aseguren bienestar y desarrollo humano;
4) la “democracia económica”: la capacidad para generar políticas que asegu-
ren eficiencia económica (Fundación Konrad Adenauer y Polilat, 2014).
14
El índice de IDD-Lat incluye 18 países latinoamericanos, entre los que no se en-
cuentra Cuba, dada su naturaleza no democrática. Guatemala, República Dominicana y
Honduras presentan un desarrollo democrático mínimo, en contraste con Uruguay, Chile
y Costa Rica, las únicas naciones con un alto desarrollo democrático.
97
Podemos observar que el índice de IDD-Lat otorga una notoria importan-
cia al Estado de bienestar. Esta visión concuerda con los valores que pro-
mueve la Fundación Konrad Adenauer, estrechamente vinculada a la
Unión Democrática Cristiana de Alemania (CDU): la democracia, el Es-
tado de derecho y la economía social de mercado.
Asimismo, el Índice de Democracia de The Economist Intelligence Unit,
división de investigación y análisis de la empresa multinacional The
Economist Group, clasifica a 167 Estados en cuatro grupos: las democra-
cias plenas, las democracias deterioradas, los regímenes híbridos y los
regímenes autoritarios.
15
Las variables que contiene este índice que,
como el de Freedom House, parte de una filosofía neoliberal, son:
1) los procesos electorales y el pluralismo;
2) el funcionamiento del gobierno;
3) la participación política;
4) la cultura política;
5) las libertades civiles (The Economist Intelligence Unit, 2015).
En cuarta posición destacamos el Índice de Calidad de la Democracia
en América Latina de Levine y Molina,
16
cuya relevancia radica en la
extensión del concepto de calidad de la democracia, que incluye la ca-
pacidad de respuesta o responsiveness (la proporción de personas que
consideran que su voto puede cambiar la evolución de los procesos
políticos) y la soberanía (la autonomía económica y la autonomía del
poder civil frente al poder militar). En total, el índice evalúa cinco va-
riables:
1) la decisión electoral;
2) la participación;
3) la responsabilidad;
BELÉN CALVO HEREZA
15
Según el índice de The Economist Intelligence Unit, Cuba constituye un régimen au-
toritario; Ecuador, Honduras, Guatemala, Bolivia, Nicaragua y Venezuela, regímenes hí-
bridos, y Uruguay y Costa Rica, democracias plenas.
16
El índice de Levine y Molina, como el de IDD-Lat, tiene en cuenta 18 países lati-
noamericanos, pues no incluye a Cuba. Guatemala, Honduras y Paraguay obtienen las
peores puntuaciones, mientras que Uruguay, Costa Rica y Chile se sitúan en lo alto de la
clasificación.
45 invierno 2018
98
STUDIA POLITICÆ
4) la capacidad de respuesta;
5) la soberanía (Levine y Molina, 2011).
Por último, el índice Global Democracy Ranking de la Democracy Ran-
king Association, en sintonía con la visión de Waylen, parte de una defini-
ción de la democracia que incluye elementos no políticos, entre los que se
encuentra el género.
17
Dada su amplia concepción de la democracia y su
atención al género, se trata del índice elegido para la elaboración de nues-
tro trabajo empírico.
La fórmula que emplea es la siguiente:
Calidad de la democracia = (libertad y otras características del sistema político) +
(desempeño en las dimensiones no políticas)
Las dimensiones no políticas que evalúa el índice son:
1) el género (igualdad de género socioeconómica y educativa);
2) la economía (sistema económico);
3) el conocimiento (sociedad, investigación y educación basadas en el
conocimiento);
4) la salud (situación sanitaria y sistema de salud);
5) el medio ambiente (sostenibilidad medioambiental).
No todas las dimensiones tienen el mismo peso en el resultado final: la
dimensión política pondera un 50%; las dimensiones no políticas, un
10 % cada una. La dimensión política posee un valor superior debido a
que los autores la consideran más relevante, pero la combinan con las
otras cinco dimensiones porque opinan que el sistema político es también
responsable ante los otros sectores de la sociedad y ante el medio ambien-
te (Campbell, 2008).
17
Los resultados son acordes con los anteriores índices: Uruguay, Chile y Costa Rica
cuentan con la más elevada calidad democrática de la región, en contraposición con
Venezuela, Honduras y Guatemala (C
AMPBELL, PÖLZLBAUER, BARTH y PÖLZLBAUER,
2013).
99
BELÉN CALVO HEREZA
Gráfico 1: Dimensiones de la calidad de la democracia según el
Global Democracy Ranking
Todas las dimensiones constan, a su vez, de varios indicadores. Los indica-
dores políticos son los resultados obtenidos en el Índice de Libertad en el
Mundo de Freedom House, el Índice Global de Brecha de Género del Foro
Económico Mundial, el Índice de Libertad de Prensa de Freedom House y
el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional,
sumados a los cambios de jefe y de partido político del Gobierno.
Para el resto de dimensiones, los datos de los indicadores provienen de
los Indicadores del desarrollo mundial publicados por el Banco Mundial:
1) La dimensión del género mide la integración de las mujeres en diferentes
niveles de la vida social, considerando los niveles de empleo y de educa-
ción primaria, secundaria y terciaria, así como la esperanza de vida.
2) En cuanto a la economía, el Global Democracy Ranking incluye varia-
bles macroeconómicas relevantes según los patrones económicos neo-
liberales: el PIB per cápita, la deuda del gobierno central, la inflación,
el desempleo y el desempleo juvenil.
3) El conocimiento comprende indicadores como la inscripción escolar
en el nivel secundario y terciario, la proporción alumnos-maestro en el
nivel primario, las líneas telefónicas, los usuarios de Internet y el gas-
to en investigación y desarrollo.
4) El porcentaje de la salud se calcula con los datos de la esperanza de
vida, el gasto en salud, las camas hospitalarias, el número de médicos
y la tasa de mortalidad infantil, entre otros.
5) La dimensión del medio ambiente incluye variables como las emisio-
nes de CO
2
y el consumo de energía eléctrica (Campbell, Pölzlbauer,
Fuente: elaboración propia a partir de Campbell, 2008.
45 invierno 2018
100
STUDIA POLITICÆ
Índice
Freedom
House
IDD-Lat
EIU
Levine y Molina
Democracy
Ranking
Dimensiones
(1) Proceso (2) Pluralismo (3) (4) Libertad de (5) Libertad de (6) Estado de (7) Autonomía
electoral político y Funcionamiento expresión y de asociación derecho personal y
participación del gobierno culto y reunión derechos
individuales
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Derechos políticos Libertades civiles
(1) Respeto de los (2) Calidad institucional y (3) Capacidad para generar (4) Capacidad para generar
derechos políticos eficiencia del políticas que aseguren bienestar que aseguren eficiencia
y las libertades civiles sistema político y desarrollo humano económica
(1) Procesos electorales (2) Funcionamiento del (3) Participación (4) Cultura (5) Libertades
y pluralismo gobierno política política civiles
(1) Decisión electoral (2) Participación (3) Responsabilidad (4) Capacidad de respuesta (5) Soberanía
(1) Política (2) Género (3) Economía (4) Conocimiento (5) Salud (6) Medio ambiente
Fuente: elaboración propia a partir de la literatura estudiada.
Tabla 2: Dimensiones de la calidad de la democracia según los índices analizados
101
Barth y Pölzlbauer, 2013).
2.3. La calidad de los políticos
Manuel Alcántara Sáez,
18
que reivindica la calidad de los políticos como
elemento fundamental de la calidad de la democracia, también ha servido de
inspiración teórica y metodológica para este trabajo. En los artículos Cali-
dad de los políticos, profesionalización y formación (2011) y De políticos y
política: profesionalización y calidad en el ejercicio público (2013), el autor
señala que la literatura acerca de la calidad de la democracia ha despreciado
el papel llevado a cabo por los representantes políticos. Este aspecto aparece
únicamente relegado a un segundo plano en algunos análisis que hacen refe-
rencia a la capacidad de respuesta del régimen político.
19
Alcántara defien-
de que esta situación debe corregirse, dado que es indudable que la calidad
de los políticos afecta a la calidad de la política.
20
Así, aunque reconoce que
la calidad de los políticos es difícil de definir, propone un modelo con las
cualidades características de un político de calidad:
Tabla 3: La calidad del político profesional según Alcántara
Fuente: Alcántara, 2011.
BELÉN CALVO HEREZA
rio de Élites Parlamentarias de América Latina, un proyecto dedicado a
18
Manuel Alcántara Sáez es Catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Sala-
manca.
19
Cabe recordar que en el índice de Levine y Molina la capacidad de respuesta consti-
tuye la cuarta dimensión.
20
En su opinión (2008), en América Latina tan solo Chile y Uruguay cuentan con una
mayoría de parlamentarios de calidad.
En sintonía con este pensamiento, el autor dirige el Observato-
Dedicación de tiempo completo
Dotes innatas
Dotes mixtas
Dotes adquiridas
Actividad fuera de la política
Actividad política
Fenotipo, inteligencia, energía vital
Inteligencia emocional,
comunicación (oratoria y telegenia)
Educación formal, educación
especializada
Actividades de voluntariado, vida
laboral
Vida partidista, cargos públicos
desempeñados, grado de
especialización
Experiencia
Talento
45 invierno 2018
102
STUDIA POLITICÆ
investigar las trayectorias, valores, creencias y actitudes de las élites
parlamentarias latinoamericanas. El Observatorio proporciona informa-
ción sobre la educación y la trayectoria política de los parlamentarios la-
tinoamericanos, lo que nos ha permitido evaluar en cierta medida sus
“dotes adquiridas” y su “actividad política”. A efectos de nuestro traba-
jo, hemos extraído los datos correspondientes a las representantes feme-
ninas y los hemos utilizado para definir su incidencia sobre la calidad de
la democracia.
3. Metodología
En esta sección, explicaremos las técnicas de recolección y análisis de
datos que hemos empleado para desarrollar el posterior apartado de Aná-
lisis y discusión. Para comenzar, la información recabada para nuestro
análisis empírico emana de diversas fuentes. En primer lugar, el equipo
de investigación del Observatorio de Élites Parlamentarias de América
Latina, que forma parte del Instituto de Iberoamérica de la Universidad
de Salamanca, nos ha permitido el acceso a sus bases de datos. Estas ba-
ses de datos contienen las respuestas que los diputados latinoamericanos
vienen dando desde 1994 a cuestionarios que indagan sobre sus caracte-
rísticas personales, opiniones, actitudes y percepciones. Dichas entrevis-
tas se clasifican en cinco “olas” que se corresponden con los cinco perio-
dos legislativos que abarca la investigación. Para nuestro trabajo, hemos
utilizado la información contenida en los cuestionarios disponibles en
torno al año 2003 y al año 2013, de modo que pudiéramos valorar la
evolución del perfil de las parlamentarias en un periodo aproximado de
diez años. La siguiente tabla indica las legislaturas específicas que he-
mos considerado para cada país:
21
Tabla 4: Periodos legislativos analizados
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Observatorio de Élites Parlamentarias
21
No hemos podido incluir a Venezuela en el análisis del perfil de las parlamentarias
puesto que los datos más recientes que se encuentran disponibles se remontan a la legis-
latura 2000-2005.
103
BELÉN CALVO HEREZA
en América Latina.
País
Argentina
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Uruguay
Primer período legislativo
2003-2007
2002-2006
2002-2006
2002-2006
2002-2006
2002-2006
2002-2006
2003-2006
2004-2008
2001-2005
2003-2006
2001-2006
2004-2009
2003-2008
2000-2005
2002-2006
2000-2005
Segundo período legislativo
2009-2013
2010-2014
2007-2011
2010-2014
2010-2014
2010-2014
2009-2012
2009-2011
2012-2016
2010-2014
2009-2012
2007-2011
2009-2013
2008-2013
2011-2016
2010-2016
2010-2015
Asimismo, los porcentajes de mujeres en las cámaras únicas o bajas los
hemos obtenido de la página Women in Parliaments: World Classification
del sitio web de la Unión Interparlamentaria y los datos referentes al des-
empeño de los Estados latinoamericanos en calidad democrática nos los
ha proporcionado el Global Democracy Ranking, como hemos comentado
en el apartado anterior.
Cabe, pues, explicar las técnicas de análisis de datos en las siguientes lí-
neas. En primera instancia, hemos identificado a las mujeres de entre to-
dos los sujetos de estudio de cada una de las 34 bases de datos del Ob-
servatorio (esto es, a las personas que contestaron “Mujer” al enunciado
“Sexo”) y hemos recogido en un documento Excel las respuestas de estas
mujeres a dos preguntas:
¿Cuáles son los estudios de más alto nivel oficial que ha cursado?
¿En qué año comenzó a militar en un partido político?
Una vez organizada esta información, hemos procedido a calcular los re-
sultados promedios de estas dos dimensiones en cada legislatura y cada
país. En cuanto al nivel de estudios, las etiquetas de valor se encontraban
diseñadas de la siguiente manera:
45 invierno 2018
104
STUDIA POLITICÆ
1: Ninguno.
2: Primarios.
3: Secundarios o asimilados.
4: Universitarios de grado medio o asimilados.
5: Universitarios de grado superior.
6: Posgrado.
8: No recuerda.
9: No contesta.
En aras de la sencillez, hemos decidido descartar los resultados equivalentes
a “No recuerda” y “No contesta”, y calcular las medias en una escala del 1 al
6. Con respecto a la segunda pregunta, hemos restado el valor del año en el
que cada mujer comenzó su militancia (por ejemplo, 1987) al valor del año
en el que se inició el periodo legislativo correspondiente (2002), obteniendo
de este modo la cifra exacta de años de experiencia en partidos políticos que
cada diputada tenía al comienzo de la legislatura (en el caso de ejemplo, 15
años); con estos datos hemos calculado las medias para esta variable.
Sumados a estos datos se encuentran las puntuaciones del índice Global
Democracy Ranking, que hemos modificado ligeramente debido a un pro-
blema de endogeneidad.
22
La dimensión política del índice, que recorde-
mos pondera un 50 %, se divide a su vez en siete subdimensiones. La ter-
cera de estas subdimensiones es el resultado del Índice Global de Brecha
de Género del Foro Económico Mundial, que tiene en cuenta, entre otras
variables, la presencia cuantitativa de mujeres en los parlamentos. Para
solucionar este problema, hemos eliminado esta tercera subdimensión,
distribuido su valor porcentual a partes iguales entre el resto de subdi-
mensiones y recalculado la dimensión política y, por ende, la calificación
final de cada uno de los países de la muestra.
En último lugar, hemos creado una nueva base de datos con el programa
IBM SPSS Statistics 22 con toda la información debidamente organizada y
22
Guiándonos por la obra de MANHEIM, RICH y WILLNAT (2002) sobre métodos de in-
vestigación en Ciencia Política, hemos detectado un problema de endogeneidad, puesto
que uno de los parámetros de nuestra variable dependiente (la calidad de la democracia)
coincide con una de nuestras variables independientes (el porcentaje de mujeres en cá-
maras únicas o bajas).
105
hemos llevado a cabo diagramas de dispersión y correlaciones de Pearson.
23
4. Análisis y discusión
4.1. La calidad de la democracia y la cantidad de parlamentarias
En primer lugar, analizaremos la relación entre el porcentaje de mujeres
en cámaras únicas o bajas y los niveles de calidad de la democracia. Para
ello, comenzaremos elaborando un diagrama de dispersión. En el gráfico,
la calidad de la democracia, como variable dependiente, se sitúa en el eje
de ordenadas y el porcentaje de mujeres, como variable independiente, en
el eje de abscisas, y cada país viene representado por un punto de coorde-
nadas. Asimismo, dividiremos el diagrama en cuatro cuadrantes, de mane-
ra que nos permita identificar los valores superiores e inferiores al prome-
dio en ambas variables. El resultado obtenido es el siguiente:
Gráfico 2: Relación entre el porcentaje de mujeres en cámara única o baja y
la calidad de la democracia
El diagrama indica que la combinación más frecuente (33,3 %) es una ca-
BELÉN CALVO HEREZA
23
La correlación de Pearson consiste en un procedimiento estadístico que permite eva-
luar si la relación entre dos variables es estadísticamente significativa (M
ANHEIM, RICH y
W
ILLNAT, 2002).
Fuente: Elaboración propia.
45 invierno 2018
106
STUDIA POLITICÆ
Como puede observarse, el coeficiente de correlación de Pearson, r, es -
0,126. Se trata de un valor negativo, lo que nos indica que existe una rela-
ción inversa entre ambas variables. Sin embargo, el valor absoluto de r
(0,126) se encuentra considerablemente más próximo a 0 que a 1, por lo
que se trata de una relación muy débil. Asimismo, el nivel de significa-
ción estadística, el p-valor (0,617), es mayor que 0,05, lo que demuestra
lidad de la democracia por debajo del promedio regional acompañada de
un reducido porcentaje de mujeres en el poder legislativo (este es el caso
de Guatemala, Paraguay, Venezuela, Colombia, República Dominicana y
Honduras). Asimismo, un 27,8 % de países presenta elevados niveles de
calidad democrática junto con un porcentaje pequeño de representación
femenina (Brasil, Chile, Uruguay, Panamá y Perú). Un 22,2 % de países
se ubica en el cuadrante que representa una calidad de la democracia infe-
rior al promedio y un elevado porcentaje de diputadas (Nicaragua, Ecua-
dor, México y Bolivia). En último lugar, el gráfico refleja que tan solo el
16,7 % de los países tienen simultáneamente una calificación de calidad
democrática y un porcentaje de parlamentarias por encima del promedio
regional (El Salvador, Costa Rica y Argentina).
Estos porcentajes, sumados a la distribución de los casos en el gráfico, su-
gieren que no existe una relación lineal directa (o positiva) entre ambas
variables. No obstante lo anterior, hemos calculado la correlación de Pear-
son, obteniendo esta tabla:
Tabla 5: Correlación de Pearson entre el porcentaje de mujeres en cámara única o
baja y la calidad de la democracia
Fuente: elaboración propia.
Mujeres en cámara única
o baja (%)
Calidad de la democracia
(calificación sobre 100)
Correlación de
Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de
Pearson
Sig. (bilateral)
N
Mujeres en
cámara única o
baja (%)
1
18
-,126
,617
18
Calidad de la
democracia
(calificación sobre 100)
-,126
,617
18
1
18
107
BELÉN CALVO HEREZA
que la correlación no es estadísticamente significativa y que, por tanto,
hemos de mantener la hipótesis de independencia. Este resultado, de sig-
no negativo, rebate nuestro supuesto: que una proporción más elevada de
mujeres en la cámara única o baja redunda en una mejora de la calidad
democrática.
4.2. La calidad de la democracia y la educación de
las parlamentarias
En segundo lugar, analizaremos la relación entre la calidad de la demo-
cracia y dos de las variables que Alcántara considera definitorias de un
político de calidad: el nivel educativo y la experiencia en partidos políti-
cos. De este modo, trataremos de verificar la hipótesis de que un alto gra-
do de calidad de las representantes políticas latinoamericanas repercute
positivamente en la calidad democrática de sus respectivos países. Para
ello, hemos seguido la misma metodología que en el caso anterior. Con
respecto a la primera dimensión, la educación, el gráfico de dispersión re-
sultante ha sido:
Gráfico 3: Relación entre el nivel educativo de las mujeres en cámara única o
baja en torno al 2013 y la calidad de la democracia
Fuente: elaboración propia.
Este diagrama muestra, de nuevo, una distribución muy diversa de los
45 invierno 2018
108
STUDIA POLITICÆ
países. El cuadrante que más países concentra (el 29,4 %) es el que repre-
senta una calidad democrática inferior al promedio y un alto nivel de estu-
dios de las diputadas (en él se encuentran República Dominicana, Nicara-
gua, Colombia, México y Ecuador). El resto de cuadrantes recogen a los
países a partes iguales: el 23,5 % posee elevados niveles de calidad de-
mocrática y de nivel de estudios (Perú, Costa Rica, Chile y Panamá), otro
23,5 % tiene ambas variables por debajo de la media (Bolivia, Paraguay,
Honduras y Guatemala), y el último 23,5 % combina una calidad demo-
crática alta y niveles educativos bajos (Uruguay, Argentina, El Salvador y
Brasil).
Con respecto al análisis estadístico, al igual que en el caso anterior, el
gráfico parece indicar que no existe una relación lineal entre ambas varia-
bles. La correlación de Pearson ha generado la siguiente tabla:
Tabla 6: Correlación de Pearson entre el nivel educativo de las mujeres en
cámara única o baja en torno al 2013 y la calidad de la democracia
Fuente: elaboración propia.
Como puede comprobarse, el coeficiente de correlación de Pearson es
0,154, lo que indica una relación directa entre el nivel educativo de las
mujeres legislativas y la calidad de la democracia en América Latina. Esta
relación positiva concuerda con nuestra hipótesis pero, de nuevo, la rela-
ción entre las dos variables no es estadísticamente significativa, como re-
vela el p-valor (0,555).
4.3. La calidad de la democracia y la experiencia política de las
parlamentarias
Nivel educativo de las
mujeres en la cámara
única o baja en torno al
2013 (escala del 1 al 6)
Calidad de la democracia
(calificación sobre 100)
Correlación de
Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de
Pearson
Sig. (bilateral)
N
Nivel educativo
de las mujeres en
la cámara única o
baja en torno al
2013 (escala del
1 al 6)
1
17
,154
,555
17
Calidad de la
democracia
(calificación sobre 100)
,154
,555
17
1
18
109
Por último, estudiaremos la relación entre la experiencia de las mujeres
parlamentarias en partidos políticos y la calidad de la democracia en los
países latinoamericanos. A continuación mostramos el diagrama de dis-
persión:
Gráfico 4: Relación entre la experiencia en partidos políticos de las mujeres en
cámara única o baja en torno al 2013 y la calidad de la democracia
Fuente: elaboración propia.
Como hemos mencionado anteriormente, las diferencias entre los países
sí están marcadas en esta dimensión de la calidad política, lo que se re-
fleja en el gráfico. La combinación más habitual (35,3 %) es un alto gra-
do de calidad democrática y una dilatada experiencia en partidos políti-
cos de las parlamentarias (El Salvador, Costa Rica, Chile, Argentina,
Brasil y Uruguay). En segundo lugar, un 29,4 % de los países se sitúa
por debajo del promedio regional en ambas variables (Guatemala, Boli-
via, Ecuador, México y Colombia). Asimismo, un 23,5 % posee una re-
ducida calidad democrática junto con un elevado número de años de ex-
BELÉN CALVO HEREZA
45 invierno 2018
110
STUDIA POLITICÆ
periencia política de las diputadas (Honduras, Paraguay, República Do-
minicana y Nicaragua). Por último, tan solo el 11,8 % de los países (Perú
y Panamá) presenta una calidad democrática alta y un nivel de experien-
cia limitado.
Tabla 7: Correlación de Pearson entre la experiencia en partidos políticos de las
mujeres en cámara única o baja en torno al 2013 y la calidad de la democracia
Fuente: elaboración propia.
Experiencia en partidos
políticos de las mujeres
en la cámara única o baja
en torno al 2013 (años)
Calidad de la democracia
(calificación sobre 100)
Correlación de
Pearson
Sig. (bilateral)
N
Correlación de
Pearson
Sig. (bilateral)
N
Experiencia en
partidos políticos
de las mujeres en
la cámara única o
baja en torno al
2013 (años)
1
17
,405
,107
17
Calidad de la
democracia
(calificación sobre 100)
,405
,107
17
1
18
Este constituye el caso más interesante de nuestro análisis, pues el gráfi-
co es el que más linealidad muestra de los tres casos estudiados y el co-
eficiente de correlación de Pearson (0,405) es el más próximo a 1. Sin
embargo, el p-valor (0,107) demuestra una vez más que no existe una re-
lación lineal significativa y debemos mantener la hipótesis de indepen-
dencia.
5. Conclusiones y propuestas
En el presente trabajo hemos estudiado estadísticamente la existencia, en
la legislatura más reciente, de relaciones lineales entre la calidad de la de-
mocracia, como variable dependiente, y tres variables independientes: el
porcentaje de mujeres en las cámaras únicas o bajas y las dos dimensio-
nes de la calidad de las diputadas que consideramos en este trabajo, a sa-
ber, la educación y la experiencia partidista.
111
En primer lugar, no existen tendencias claras que vinculen una mayor o
menor presencia de mujeres en las asambleas legislativas con una ma-
yor o menor calidad democrática. La representación de las variables en
un diagrama de dispersión nos permite observar que los países se distri-
buyen sin linealidad a lo largo del gráfico y que el cuadrante que más
casos concentra es el que alberga a aquellos con una calidad democráti-
ca por debajo de la media regional y una proporción de representantes
femeninas también por debajo del promedio. El coeficiente de correla-
ción de Pearson señala una relación inversa entre el porcentaje de muje-
res en las cámaras únicas o bajas y la calificación de la calidad de la
democracia, lo que contradice nuestra hipótesis. No obstante, como ya
se infería del gráfico, se trata de una correlación sin significación esta-
dística.
En segunda instancia, tampoco es posible establecer patrones claros que
relacionen el nivel de estudios de las parlamentarias y la calidad de la
democracia. El diagrama de dispersión no revela una tendencia lineal,
siendo el cuadrante que más puntos reúne aquel que representa una
puntuación de calidad democrática inferior al promedio de la región
acompañada de un nivel educativo por encima de la media. En esta oca-
sión, a diferencia del caso anterior, la operación estadística no señala
una relación inversa sino una relación directa, lo que se ajusta a nuestra
hipótesis. Sin embargo, de nuevo, la correlación carece de significación
estadística.
En tercer y último lugar, el análisis de la correlación entre la experiencia
en partidos políticos de las diputadas y la calidad democrática arroja los
resultados más prometedores. Esta relación, como las anteriores, no es
estadísticamente significativa, pero el diagrama de dispersión es mani-
fiestamente el que más linealidad muestra y el coeficiente de correlación
de Pearson es el más cercano a 1. Además, el cuadrante del gráfico que
más países acoge corresponde a una calidad democrática y a una expe-
riencia política superiores a la media latinoamericana.
Así pues, cabe reflexionar sobre las limitaciones del presente trabajo y
proponer futuras líneas de investigación. Primeramente, creemos que re-
sultaría de interés en futuros trabajos indagar con mayor profundidad las
causas que explican los contrastes entre los países latinoamericanos con
respecto a la trayectoria educativa y política de sus parlamentarias.
24
Consideramos, además, que el estudio de la experiencia en partidos políti-
cos merece una especial atención por dos motivos: por una parte, porque
BELÉN CALVO HEREZA
45 invierno 2018
112
STUDIA POLITICÆ
denota diferencias muy marcadas y, por otra, porque la relación de esta
variable con la calidad de la democracia muestra una leve linealidad que
podría acentuarse en los años venideros y que, por tanto, cabe continuar
observando.
Asimismo, nuestro análisis de la calidad de las representantes latinoame-
ricanas, al abarcar únicamente dos de los parámetros propuestos por Ma-
nuel Alcántara (2011), es considerablemente limitado. Por ello, creemos
necesario realizar estudios más completos que aborden también otras di-
mensiones. Somos conscientes de las dificultades que entraña la medición
de las cualidades de los políticos, en especial las que el autor denomina
“dotes innatas” y “dotes mixtas”, pero, a nuestro parecer, continuar esta
línea de investigación sería de gran utilidad en el estudio de la calidad de
la democracia.
Sumado a lo anterior, la investigación podría ampliarse mediante la utili-
zación de índices de calidad de la democracia diferentes al Global Demo-
cracy Ranking, como los destacados en Perspectivas teóricas sobre géne-
ro y democracia. Por último, nuestro análisis tiene también cabida en
otras regiones del planeta; la comparación de los hallazgos en América
Latina con los de otras partes del mundo resultaría de enorme interés.
En definitiva, en consonancia con lo señalado en el apartado introducto-
rio, esperamos que nuestro diagnóstico contribuya a la elaboración de po-
líticas públicas de diseño institucional y participación que redunden en un
mayor protagonismo de las mujeres en la esfera política, con el fin último
de avanzar en la consecución de una sociedad más igualitaria.
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24
Por ejemplo, estos contrastes podrían estudiarse en relación con las estructuras so-
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113
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Fecha de recepción: 07/01/2017
Fecha de aceptación: 10/04/2017
BELÉN CALVO HEREZA