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su cuidado de sí en pos de la felicidad de su pueblo
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(Souroujon, 2016).
En el caso de Kirchner asistimos a un trabajo de sacralización política so-
bre su figura tras su deceso, percibido no sólo en los discursos de su viu-
da sino también en la gran cantidad de escuelas, parques, calles que fue-
ron bautizadas con su nombre, en las películas que relatan su biografía, en
los cánticos de los militantes, etc.
Para finalizar, la tercera dimensión implica ese elemento incondicional
que describimos anteriormente, asociado a la defensa de las posiciones e
ideas que se encuentran encarnadas como elementos de fe, no en la razón
ni en los intereses, sino en la pasión. Lo que lleva a concebir el escenario
político como un espacio de lucha, de debate caliente, características que
son elogiadas como positivas.
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La elevación de la figura de la genera-
ción de militantes y desaparecidos de la década del 70 como arquetipo
que perfilaba los contornos de la identidad kirchnerista (Montero, 2012),
puede ser comprendida como el símbolo principal de esta dimensión (y
también de las dos anteriores). Una generación caracterizada en el imagi-
nario kirchnerista por el compromiso y la lucha por una causa, por la in-
transigencia radical de sus posturas, por el desapego hacia los intereses
personales y por un activismo militante en el espacio político.
De esta manera, el kirchnerismo había dejado tras su salida del poder no
sólo una identidad dura en el seno de sus simpatizantes y seguidores más
comprometidos, sino un dispositivo pasional en la vida pública que im-
pregnaba a toda la sociedad, caracterizado por una sociedad civil que se
apropiaba del espacio público cada vez que debía demandar algo al régi-
men y habituada a comprender las diferencias políticas como luchas anta-
gónicas, en donde lo que se pone en juego no es una mera decisión de po-
lítica pública sino un concepto de país.
GASTÓN SOUROUJON
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“Sin pasión, seguramente, esta señora que está acá atrás mío no hubiera transforma-
do, la pasión la consumió. A esa sí que la pasión la consumió, como a otro que yo cono-
cí durante mucho tiempo” (Discurso de Fernández: 30/03/11).
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“Defender una idea es algo glorioso, a mí me encanta la gente que tiene ideas y prin-
cipios, defenderlas con la palabra, con la decisión, con la militancia, con la pasión, eso
es lo que le hace falta profundamente a la Argentina” (Discurso de Kirchner: 16/06/05)
“No le tengan miedo a la discusión pasional. Yo desconfío de esos a los que les da lo
mismo que llueva, haga frío o haga calor. A mí me gusta la gente que siente las cosas,
que discute, que debate; me gusta la gente, inclusive, cuando dentro de nuestra propia
fuerza, se debate y se discute con amigos, con compañeros, que por allí tienen una vi-
sión diferente y que, finalmente, podemos articular algo en común” (Discurso de Fer-
nández: 14/05/13).