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Editorial: Grupos en conflicto y
territorio
Milton Ernesto Escobar
*
Heike Pintor Pirzkall
**
L
A Organización de las Naciones Unidas (ONU) se creó para resta-
blecer el orden mundial tras los efectos negativos de dos guerras
mundiales. El objetivo no era otro que evitar que tanto los conflictos
armados como las guerras volviesen a repetirse y, de esta forma, poder ga-
rantizar un mínimo de equilibrio y paz en el mundo. Sin embargo, los con-
flictos no han cesado.
En 1997, el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, afirmaba que vivi-
mos en una era de reestructuración, y “como en todos los periodos de tran-
sición, en la actualidad coexisten, en una tensión inquietante, expresiones
muy diferentes de la situación humana: la mundialización se difunde pero
* Profesor Titular de la Cátedra de Historia de las Relaciones Internacionales y Profesor
Adjunto de la Cátedra de Seguridad Internacional de la Facultad de Ciencia Política y
Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Córdoba, Argentina
** Profesora Titular del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad
Pontifica Comillas, Madrid, España.
STUDIA POLITICÆ Número 44 ~ otoño 2018 – pág. 7-11
Publicada por la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales,
de la Universidad Católica de Córdoba, Córdoba, República Argentina.
http://dx.doi.org/10.22529/sp.2018.44.01
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STUDIA POLITICÆ
aumenta la fragmentación y la afirmación de las diferencias; se amplían las
zonas de paz a la vez que se intensifican diversas explosiones de terrible
violencia; se está creando una riqueza sin precedentes pero sigue habiendo
grandes bolsones de pobreza endémica; la voluntad de los pueblos y sus
derechos integrales se celebran y violan al mismo tiempo; la ciencia y la
tecnología mejoran la vida humana en tanto que sus efectos secundarios
amenazan a los sistemas que sustentan la vida en el planeta”.
1
Veintiún
años después, podríamos afirmar que el orden internacional actual aún se
presenta “disfuncional” en cuanto al logro de sus objetivos e “inestable”,
en términos de seguridad global.
Los elementos económicos, geopolíticos y geoestratégicos, ideológicos, ét-
nico-culturales, territoriales y religiosos continúan siendo las principales
causas de los conflictos que hoy presenciamos. Muchos de esos conflictos
son, en realidad, la prolongación de disputas que tuvieron lugar hace déca-
das. Otras, en cambio, han surgido tras el orden mundial que se impuso
desde 1948. A pesar de que actualmente no existe ninguna guerra activa
declarada de forma oficial entre Estados, al menos 13 países sufren en la
actualidad conflictos armados. Otros muchos padecen, desde hace años e
incluso décadas, situaciones de grave violencia o realidades bélicas no re-
sueltas aún y calificadas, según el momento, como conflictos de “alta” o
“baja” intensidad.
En relación a la disputa de un territorio o territorios, existen en la actuali-
dad más de 35 casos. Los territorios disputados hacen referencia a aque-
llos territorios, terrestres o marítimos, sobre los que dos o más países dis-
putan su soberanía o no han establecido
1
una demarcación clara de sus
fronteras. Por regla general están bajo la administración de un Estado que
no ha reconocido la reclamación territorial del otro Estado, o en otros casos
son áreas terrestres o marítimas sobre las que ninguna parte posee un con-
trol efectivo sobre el territorio, o lo controla sólo parcialmente. También
existen disputas en aquellos territorios que habiendo sido divididos, las
partes no se reconocen mutuamente y también aquellos que perteneciendo
a un Estado, quieren convertirse en Estados independientes o ya se han
constituido. Además existen territorios que se encuentran bajo ocupación
militar de otro Estado y disputas territoriales que están latentes o “congela-
das” temporalmente.
1
ANNAN, Kofi. Transición renovada. Memoria anual sobre la labor de la organización.
Naciones Unidas, Nueva York, 1997, pág. 1.
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EDITORIAL
En 2017 y según la información expuesta por el Programa de Recopilación
de Datos sobre Conûictos de la Universidad de Uppsala (UCDP), podemos
afirmar que los conflictos armados de base estatal han disminuido. Sin em-
bargo, los conflictos armados liderados por actores violentos no estatales
han aumentado, especialmente durante la última década. Dichos conflictos
no son producto de intereses incompatibles e irreconciliables entre Estados,
ni de confrontaciones entre facciones nacionales claramente definidas que
se disputan el poder al interior del Estado. El conflicto que domina el esce-
nario actual es la manifestación de un proceso de fragmentación política y
social, usualmente acompañada por procesos de desintegración estatal. En
términos generales, presentan identidades nacionales, etnias y/o concep-
ciones religiosas enfrentadas al interior de un mismo territorio, persecucio-
nes de minorías, genocidios y migraciones masivas. El número, letalidad y
complejidad de estos se han incrementado y prolongado violentamente en
Medio Oriente, África y Asia Meridional hasta constituirse en fuentes de
inestabilidad regional e internacional. El año pasado se registró un nuevo
máximo de conflictos de base no estatal activos, con el consiguiente au-
mento de víctimas fatales.
En contraste con los patrones históricos, los conflictos contemporáneos
tienden a desarrollarse y concentrarse en las zonas urbanas. Como resulta-
do de ello, la población civil es la más afectada por esta violencia física,
psíquica, estructural y cultural de carácter organizado, así como por diver-
sas modalidades criminales engendradas en su seno y que también atentan
contra la supervivencia de aquella. Según el Alto Comisionado de Nacio-
nes Unidas para los Refugiados (ACNUR, 2017), al finalizar el año 2016
había más de 65 millones de personas desplazadas forzosamente en todo el
mundo a consecuencia de la persecución, los conflictos, la violencia o las
violaciones de Derechos Humanos.
Sin embargo, las migraciones internacionales no se producen únicamente
como consecuencia de conflictos. También existen migrantes voluntarios
que se movilizan más allá de sus fronteras nacionales en busca de mejores
oportunidades y condiciones de vida, en un mundo en el que las desigual-
dades e injusticias crecen cada día. Acordamos que la pobreza y las des-
igualdades no son causa de la violencia, pero tal como afirma Kaldor (La
sociedad civil global, 2001), su persistencia global es un argumento e in-
centivo para ella.
Este volumen de la revista StudiaPoliticae, Grupos en conflicto y territorio,
procura ofrecer al lector una serie de artículos que ayudarán a esclarecer
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STUDIA POLITICÆ
algunos conflictos y desafíos presentes en el orden internacional contempo-
ráneo, así como constituirse en una oportunidad para avanzar en la re-
flexión teórica y política al respecto. Autores especializados tanto de uni-
versidades europeas como latinoamericanas presentan unas contribuciones
de gran calidad y originalidad.
El primer artículo, Nexos entre migraciones forzadas y desarrollo en el
marco de la gobernabilidad migratoria: aproximaciones a la categoría de
refugiado en el contexto sudamericano, de la Doctora Janneth Clavijo y la
Doctoranda Clara Dalmasso del Centro de Investigaciones y Estudios sobre
Cultura y Sociedad – CONICET y UNC, tiene como objetivo analizar el
modo en que el enfoque de la gobernabilidad migratoria, y en particular la
discusión sobre el desarrollo, ha permeado la (re)configuración de las polí-
ticas de refugio en el escenario sudamericano, haciendo hincapié en el aná-
lisis del carácter construido de la categoría de refugiado y su diferencia-
ción de las migraciones económicas.
En el segundo artículo, Maximiliano Zuccarino, Licenciado en Relaciones
Internacionales, Facultad de Ciencias Humanas (FCH) – Universidad Na-
cional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNCPBA) y Doctor en
Historia (FCH-UNICEN), aborda la política exterior como política pública
y analiza la incidencia de las variables internas en la formulación de la pri-
mera, a partir de un estudio de caso: la posición adoptada por la Argentina
ante un conflicto interestatal de carácter territorial entre Paraguay y Boli-
via, por la región del Chaco Boreal.
Desde Europa, la profesora agregada de Relaciones Internacionales en la
Universidad Nebrija, Gracia Abad, nos habla en el tercer artículo sobre
Xinjiang o la gestión china de un conflicto étnico-territorial, relativo a la
lucha por la independencia política de la comunidad uigur en el seno de
una potencia emergente como la actual República Popular China. Para
ello, la autora nos plantea un recorrido por las causas subyacentes en los
conflictos territoriales y las particularidades étnico-religiosas presentes en
la región, así como en las demandas uigures y la postura china asumida al
respecto.
Para terminar, Heike Pintor Pirzkall, profesora de Cooperación Internacio-
nal y Desarrollo en la Universidad Pontifica Comillas, hablará en el último
artículo de este número sobre el proceso de integración de la minoría su-
dete en Alemania después de 1945 y cómo este pueblo ha mantenido su
identidad desde entonces.