25
siempre
de

la

capacidad

imaginativa

y

de

los

temores
individuales -incluso paranoides- de cada evaluador.
En la sociedad tecnológica actual y en la política de todos
los
tiempos,

los

riesgos

de

engañar

y

defraudar

son
inevitables. De asumir la Corte esta competencia tutelar de
los
Pueblos,

que

en

modo

alguno

creo

que

le

corresponda,
abriría un camino de difícil tránsito y sin final, por lo menos
feliz.
En las democracias, como en el tránsito, hay riesgos que
el
derecho

debe

tolerar,

pues

de

lo

contrario

habría

que
suprimir el tránsito mismo, lo que no significa que no se deba
penar al que conduce en estado de ebriedad. Los riesgos no
tienen fin, porque inevitablemente siempre corremos cierto
grado de riesgo, tanto las personas como también los Pueblos.
14. La función preventiva de
la Corte
Lo anterior no significa desconocer que la Corte tiene a
su cargo una importante función preventiva de violaciones a
los Derechos Humanos, incluyendo las que eventualmente se
quieren
atribuir a la institución

de la

reelección indefinida.
Partiendo de la afirmación, formulada incluso por la mayoría
de
la

Corte,

de

que

el

respeto

se

garantiza

mediante

la
protección del Estado de derecho y de los Derechos Humanos,
la sanción a sus violaciones, oportuna y justa, es precisamente
la
forma

de

disuadir

a

los

Estados

y

de

prevenir

otras
violaciones, puesto que éstos se abstendrán de cometerlas en
la medida en que tengan la certeza de que existe una eficaz