LA EDUCACIÓN EN LA CONSTITUCIÓN NACIONAL
REVISTA DERECHO DE LAS MINORIAS VOLUME 1 2022
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No
queda

claro,

con

ésta

decisión

judicial,

como

puede

hacerse

efectivo

el

derecho

de

los
alumnos a recibir educación religiosa en las escuelas de gestión estatal, y de sus padres o tutores cuando
solicitan
que

se

les

imparta

con

una

orientación

determinada,

como

lo

reconoce

y

declara

el
“constitucional” artículo 49 de la Constitución salteña y el artículo 12, 4 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, ya que al indicar con que orientación religiosa debe enseñárseles religión a
sus hijos o pupilos no necesariamente
significa
revelar

que

convicciones

religiosas

tienen,

que

incluso

pueden

ser

diferentes

a

la

de
dichos padres o pupilos, o a la de alguno de los que ejercen la paternidad o la tutoría.
Los que hemos cursado materias como derecho político o ciencia política en la universidad se
nos
ha

obligado

a

estudiar

ideologías

que

no

profesamos

o

que

rechazamos,

como

conocer

lo

que
expuso
en

“Mi

Lucha”

Adolfo

Hitler,

o

en

“La

doctrina

del

fascismo”

Benito

Mussolini,

o

en

“El
Capital” Carlos Marx. Sin embargo, estos conocimientos estaban incluidos en el plan de estudio de las
facultades, y se daban en horas de clase, no antes ni después de ellas. A nadie se le ocurrió pensar o
plantear que con ello se nos discriminaba.
VI. CONCLUSIONES
De
este

análisis

surge

como

imprescindible

que

debamos

considerar

prioritaria

la

reforma
educativa en nuestro país, si queremos salir de la crisis y del atraso que nos atormenta y nos mantiene
aislados del mundo. Para ello se hace necesario abrir un debate de política arquitectónica, como el que
se dio algunas veces en los Congresos Educativos que se realizaron en nuestro país, dejando de lado las
“grietas”, y donde podamos acordar una “política educativa de estado”, para que se ponga en marcha
cuando antes, teniendo en cuenta que los resultados no se verán de inmediato, y que no coincidirán con
los
plazos

electorales

que

marca

generalmente

el

ritmo

de

la

política

agonal. Un

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nuevo

congreso
pedagógico
nacional

no

vendría

mal

en

esta

especial

coyuntura

que

vivimos,

después

de

esta

larga
cuarentena que vivieron nuestros colegios y universidades.
No quisiera concluir sin recordar antes; a los destinatarios de estas líneas, que son los educando;
las
sabias

palabras

que

el

presidente

Barack

Obama

pronunció,

en

una

escuela

media

de

Arlington,
Virginia: “Pero en última instancia, aunque contemos con los maestros más dedicados, con los padres más dispuestos a
apoyar la labor educativa, con las mejores escuelas del mundo, nada de esto importará a menos que todos ustedes cumplan
8
Agradezco a la doctora Susana del Carmen Carena de Peláez sus consejos y las atinadas correcciones que le hizo
a este trabajo.