Las ideas griegas y su influencia en
la Reforma Agraria de los hermanos
Tiberio y Cayo Graco
María Cristina Filippi de G hirardi1
La historia griega era bien conocida por quienes frecuentaban el
san de Cornelia, la madre de Tiberio y Cayo Graco. Tales asisten
tes se contaban entre los más conspicuos representantes de la oligar
quía ilustrada, y esa precisa historia contenía narraciones que habla
ban de crisis y desigualdades sociales, de la tierra y la manera de
repartirla, tanto en Esparta como en Atenas. En una palabra, de pro
blemas similares a los que los romanos enfrentaban por entonces.
Esparta fue la ciudad que los dorios erigieron en Lacedemonia,
cuando se apoderaron del sur de Grecia, sometiendo a los aqueos.
De los vencidos surgió la clase social de los ilotas. Posteriormente
los esparciatas (nombre que se daban los espartanos a sí mismos,
como clase social), una vez reunido en sus manos todo el poder
político, concedieron la libertad y parte de tierra a sus hermanos de
raza vencidos, si bien negándoles los derechos políticos y obligán
doles al servicio militar. Así se cree que surgió la clase social de
los periecos, o habitantes de las cercanías.
El espartano no se ocupaba del cultivo o la cría de ganado, lo suyo
eran las armas y la guerra, así como la potica. Para la labranza esta-
1 Doctora en Derecho. Profesora Titular de Derecho Romano I en la Universi
dad Calica de Córdoba y Profesora Adjunta de Derecho Romano en la Univer
sidad Nacional de Córdoba. Secretaria Administrativa Permanente de la Asocia
ción de Profesores de Derecho Romano de la República Argentina. El siguiente
es un fragmento de la tesis doctoral titulada Un análisis crítico de la reforma
agraria de Tiberio y Cayo Graco.
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ban los ilotas, que eran una especie de siervos del Estado, puestos a
disposición de los particulares para trabajar la tierra, a la que iban
unidos sin posibilidad de abandonarla para radicarse en otro lugar.
Así literalmente. Podían tener su casa y su familia, con lo que
vivían muchísimo mejor que los esclavos comunes. Pero todo ello
dentro de la parcela que se les había entregado para cultivar, de la
cual no podían salir, y tenían la obligación de entregar cada año al
propietario, al espartano que consideraba el comercio, la artesanía
y la agricultura como actividades indignas, una cantidad determina
da de trigo, vino y aceite 2.
Tal la organización social de este Estado bicéfalo, regido por
dos reyes, desde los remotos tiempos de Licurgo 3, monarca que
sin embargo ninguna disposición adoptó acerca del reparto de tie
rras, o condonación de deudas a favor de los más humildes.
Hemos de avanzar hasta la época de Agis, para hallar medidas
de este tipo. Bastantes siglos después, ya que vivió entre la 13°
Olimpíada y el segundo año de la 14°, esto es, fallece unos dos
cientos diecinueve años a J.C. Fue rey en esos tiempos borrascosos
cuando, acabada la guerra del Peloponeso, Esparta había triunfado
sobre su archienemiga Atenas, pero emergiendo de la contienda su
mamente debilitada, y plena de tensiones sociales.
A él se le ocurrió un proyecto de ley, conforme el cual se con
donaban las deudas de todos los ciudadanos, pero iba bastante más
lejos. Proponía dividir el territorio del reino, formando cuatro mil
quinientas suertes 4 con la tierra existente entre el barranco que se
extendía de Palenes al Taigeto, Malea y Selasia, y otras quince mil
con los campos que se localizaban fuera de esta línea.
Estas últimas serían repartidas entre los colonos que pudiesen
llevar armas, y las primeras entre los mismos esparciatas, cuyo nú
mero (obviamente era menor al de las parcelas) sería completado
2 Cfr. Cari G rim berg y Ragnar Svanstrom. Grecia. Editorial Daimon S.A.
Buenos Aires. 1982.
3 Se cree que vivió hacia el 884 a J.C., fecha en que se consideran sancionadas
sus leyes.
4 Se denomina suerte a una porcn de tierra deslindada.
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con colonos y forasteros, escogidos por su figura, su educación, y
su aptitud militar. Estos nuevos ciudadanos conformarían quince
mesas, o banquetes, de doscientos a cuatrocientos integrantes cada
una, y tendrían en adelante el deber de llevar el mismo estilo de
vida vigente en Esparta.
A tal iniciativa se oponía Leónidas, el rey colega de Agis, que
representaba los intereses de los más ricos y poderosos. Y sobre
todo el noble Agesilao, su pariente, uno de los mayores detentado
res de tierra.
Pero Agis resultó un monarca flojo y débil, cuya vida no termi
nó bien. Fue condenado a muerte por el tribunal de los Éforos 5,
debido a sus actos de gobierno, y ejecutado junto con el resto de su
familia. Hemos por fuerza de pensar que entre los actos de gobier
nocuya responsabilidad le costó la vida, debió pesar el haber pro
puesto las leyes a las que me acabo de referir. Sin embargo se sal
su hermano Arquimado, que pudo fugarse a tiempo.
Tan precipitado fue el escape que dejó tras de sí a su mujer, que
acababa de dar a luz. Ella, de nombre Agitáis, era renombrada por
su belleza, y fue obligada a casarse con Cleómenes, aún imber, e
hijo de Leónidas, que heredó el trono a la muerte de su padre.
Fue Cleómenes, ya rey, quien concibió la idea de hacer regresar
al fugitivo Arquimado, para restablecer la doble corona, aunque no
logró su propósito. El hermano del difunto Agis falleció a su vez,
asesinado ni bien volvió a poner los pies en la ciudad. Crimen que
se atribuyó a la inspiración de Cleómenes, el actual esposo de la
mujer de aquél.
Sea como fuese, el rey se consolidó en su poder, haciendo eje
cutar a los cinco Éforos y después de victoriosas campañas milita
res, se atrevió a concebir la idea de restaurar el proyecto de Agis de
distribución de tierras, que iba a completarse con la liberación de
todos los esclavos.
Hizo realidad esto último, pero no llegó a poner en práctica su
reforma agraria, ya que finalmente vencido por Antígono, fue obli-
5 Era el de los Éforos un tribunal de cinco magistrados electivos, que en Espar
ta tenían como misión contrabalancear el poder de los reyes y el Senado.
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gado a abandonar Esparta, refugiándose en Alejandría con la corte
de los Ptolomeos. Donde finalmente halló la muerte, en ocasión de
una revuelta popular, sin haber podido regresar a su patria.
Quien habla de Grecia, sin embargo, habla de Atenas. Y Atenas
sin duda fue la referencia de los romanos de ideas progresistas, re
presentaba la libertad y el imperio de las ideas, frente al conserva
durismo, y al rígido orden propios de Esparta.
Nacido en el 640 a J.C., Solón fue uno de los siete sabios de
Grecia, el cual, una vez arribado al poder, hizo abolir las severas
leyes de Dracón, reemplazándolas por otras muchísimo más benig
nas, que llevan su nombre.
Pero vayamos al principio. Atenas tenía una Constitución, que
no por el hecho de no hallarse plasmada por escrito dejaba de ser
menos real, la Constitución de los Atenienses 6. Ella era la razón
que ordenaba las acciones del hombre en sociedad, su carencia era
impensable. Tal fue el motivo, por ejemplo, de que cuando Pericles
decidió, a mediados del siglo V a J.C., fundar la ciudad de Turios
en la Magna Grecia, su primer acto en tal sentido fue encargar a
Protágoras que redactase la Constitución de la nueva urbe.
La Constitución de los Atenienses, al menos la versión que nos
ha llegado a través de transcripciones hechas en antiguos papiros,
recopilados y publicados por primera vez en 1891, habría entrado
en vigencia después de los sucesos que narro a continuación. Posi
blemente entre el o 332 y el 322 a J.C. Se ha discutido si integró
el corpus de las obras aristotélicas, aunque ello no es seguro, si
bien conocemos que la nómina de las obras de Aristóteles incluía,
desde muy antiguo, una colección de 158 constituciones.
Pero aún desde antes de esta última Constitución, Atenas tenía
ya un orden jurídico. Ahora bien y esto es válido en cualquier si
tuación, cuando dicho orden jurídico (el de Atenas o para el caso,
cualquier otro), entra en crisis, es evidente que se imponen cam
bios. Tal lo que sucedió cuando Solón resultó designado arconte de
6 G hirard i, Olsen A. “La Constitución de los Atenienses, en Cuadernos de
Historia. Volumen VII. Edicn de la Academia Nacional de Derecho y ciencias
Sociales de Córdoba. Córdoba. Argentina. 1997.
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Atenas, en el año 594 a J.C., porque para ese entonces los oligar
cas, es decir los ciudadanos más ricos y custodios de la ley, tenían
a los agricultores prácticamente como esclavos. La tierra estaba
concentrada en muy pocas manos, los pobres contraían deudas
que no podían pagar, y eran reducidos a la esclavitud, al igual que
sus hijos.
Esto admite una lectura algo menos superficial que la simple
mirada sobre un hecho histórico. Porque si las deudas eran hipote
carias, la falta de pago de las mismas implicaba que los ocupantes
de la tierra, colonos o agricultores, perdían no sólo la libertad, sino
el dominio de sus fundos. Lo que permitía que ellos se concentra
sen en cada vez menos manos.
Por eso, una de las primeras medidas de gobierno de Solón tie
ne directamente que ver con esta situación, y además con la tierra,
ya que anuló definitivamente todas las deudas que abrumaban a los
dueños de las modestas propiedades agrícolas, e hizo liberar a
quienes habían caído en esclavitud por ser deudores. Repatrió, in
clusive, a los que con antelación fueran vendidos en el extranjero, y
lo hizo con fondos del Estado.
Adoptó medidas contra el lujo, reglamentó los signos externos
de riqueza, y acabó con la fastuosidad en los funerales, se ocupó de
las pesas, las medidas, y la moneda, para unificarlas y facilitar el
comercio con otras ciudades, como Corinto, Eubea y Egina.
Ahora bien, todas estas disposiciones administrativas le granjea
ron el odio de los más pudientes, sin atraerle necesariamente la be
nevolencia de los menesterosos, los que no veían que su situación y
su miseria hubiesen mejorado demasiado con el gobierno de Solón.
Por ello cae finalmente en desgracia, y debe marchar al exilio.
Fue sucedido por el tirano Pisístrato, junto a sus hijos Hiparco e
Hipias. A éstos les sobrevino Clístenes, más tarde Pericles... En fin,
se trata de la historia de Grecia, y no voy a adentrarme en ella.
Sí desearía, no obstante, formular una reflexn: Tiberio y Cayo
Graco debieron conocer estas experiencias, no en vano escucharon
las enseñanzas de Plutarco y del filósofo Blosio de Cumas. Debie
ron saber que los poderosos no se dejan arrebatar, sin pelear, sus
privilegios.
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Ambos han recorrido la campiña italiana, los dos y sobre todo
Tiberio vieron sus miserias, pero no las entienden. No son capaces
de captar qué es lo que la gran masa popular realmente desea.
Ofrecen un gran proyecto, pero la plebe va a terminar dándoles la
espalda porque, en realidad, busca algo distinto.
Una cosa es ver, mirar con los propios ojos y juzgar de acuerdo
a las necesidades personales, presumiendo sin más que eso mismo
es lo que precisan los demás. Otra muy diferente es tener la viven
cia real, convivir con la gente a la que se quiere ayudar para poder
discernir, con conocimiento de causa, qué es lo que precisamente
quieren. No haber sabido percibir esto es, a mi juicio, la gran falen
cia de las iniciativas de Tiberio y Cayo Graco.7
Repárese que ese pueblo, destinatario y beneficiario último de
las leyes agrarias de los hermanos tribunos, es el mismo pueblo que
vendió por monedas las parcelas que les habían asignado las leyes
Sextias y Licinias. Hizo eso porque el trabajo del campo ya no le
interesaba, por eso también rehusará instalarse en una colonia leja
na, si el precio es abandonar Roma y sus placeres.
Tal, en fin, el motivo por el cual prefieran unirse a la oligarquía
dando la espalda a sus benefactores, cuando éstos pretendieron in
cluir a otros menesterosos, italianos esta vez, entre los favorecidos
por su política distributiva. La que se entabla es una guerra de po
7 Voy a intentar explicarme con un ejemplo, porque considero que el punto es
crucial. Supongamos un turista recorriendo una montaña desolada, alejada de la
civilización. Imaginémoslo visitando un rancho, cuyos habitantes carecen de ve
hículos automotores, de electricidad, de tefono, de conexión a Internet, de te
levisn, radio y la infinidad de electrodomésticos que nuestra cultura consumis
ta nos ha hecho considerar vitales para la subsistencia. Imaginemos también que
este hombre, bienintencionado, llegue con un camn trayendo de obsequio todo
eso, incluyendo un generador para producir electricidad. ¿Los hará más felices?
Posiblemente no, probablemente no haga más que crearles nuevos problemas,
como procurarse combustible por ejemplo. Quizás esos modestos pobladores
hubiesen preferido algo distinto, un casal de palomas, o tal vez un par de muías.
¿Q sucederá? Lo probable es que vendan los regalos, a una ínfima fracción de
su valor, para procurarse lo que verdaderamente necesitan. El gasto hecho por el
aspirante a benefactor no sedebidamente valorado, porque vio, pero miró sin
percibir, sin aprehender la realidad que sus ojos le mostraban, y lo que se ocul
taba detrás de ella.
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bres contra pobres, y no la gesta de un grupo de humildes que
hace, sin distinción del sector de donde provienen, campaña por la
igualdad social. Muy por el contrario, de lo que se trata es de man
tener la desigualdad, siempre que ella les permita conservar sus
mezquinos privilegios.
Por eso el fracaso de los hermanos. Les faltó consenso. No tu
vieron una base social amplia que los sostuviese. Tiberio careció
inclusive de un plan político, Cayo lo tuvo, pero su falla fue no ad
vertir exactamente qué era lo que querían sus seguidores. No de
seaban reparto de tierras, menos aún si ese reparto iba a incluir a
itálicos despreciados por la plebe urbana de Roma.
En una palabra, no buscan trabajar para vivir, pretenden vivir así
sea privados de dignidad, pero sin trabajar.
Al resultado final lo conocen todos, de modo que me excuso de
narrarlo. Sí considero interesante, para finalizar, trazar un breve
cuadro genealógico de los hermanos Graco.
PUBLIO CORNELIO ESCIPION EL VIEJO *
(padre de)
1
PUBLIO CORNELIO ESCIPION EL AFRICANO
I
PUBLIO C. ESCIPION EMILIANO (adoptado)
Se casa con
........
» « A CORNELIA
___
^ CNEO CORNELIO ESCIPION (hnos)
* ) LUCIO CORNELIO ESCIPION (hnos)
CORNELIA {casada con ESCIPION NASICA)
CORNELIA (CASADA CON TIBERIO GRACO)
(tres hijos vivos)
CAYO SEMPRONIO GRACO (casado con Licinia)