El trabajo del psicólogo/a en contextos vulnerables requiere un compromiso ético y
político: que los profesionales que se inserten en él, encarnen y lleven a cabo la
transformación evidenciada en la complejidad educativa, social, cultural, histórica,
económica, entre otras.
Consideramos importante tener en cuenta la trama institucional/ organizacional, la
posición de cada sujeto-profesional y los objetos de trabajo que se construyen en su
cotidianeidad. Para lo cual se hace necesario comprender la noción de trama que implica
reconocer espacios, demanda, tiempos, condiciones, tareas, formas de hacer y pensar,
roles, recursos, culturas institucionales y comunitarias vinculadas con la escuela en cada
contexto. "La trama no aparece inmediatamente visible, pero es lo que sostiene y
caracteriza, lo que se hace en el marco de una institución” (Greco et al., 2014, p.26). Es
decir, no tiene que ver sólo con lo que ya está establecido, sino también con aquello que se
recrea diariamente.
Con respecto a la posición de cada sujeto que interviene, se hace indispensable que
éste delimite su lugar construido, tanto individualmente como en interacción con los demás,
según Greco (et al., 2014, p.22) "la posición es el espacio propio y a la vez relacional, en el
cual se ubica un sujeto”
Los objetos de trabajo, es decir aquello sobre lo cual se va a intervenir, suponen una
construcción permanente por medio de la revisión de experiencias, saberes, pensamientos,
emociones. Es un trabajo que requiere mirar, recortar, definir, demarcar el espacio educativo
específico de un lugar.
El objeto de trabajo no es un sujeto, ni tampoco una disciplina o conjunto de
conocimientos cerrados sobre si o una institución en sí misma. Requiere un trabajo
de composición para poner en relación elementos diversos y a la vez recortar, acotar
(Greco, et al., 2015, p.26).
Construir y configurar el rol, la trama, la posición, los objetos de trabajo, no es un
trabajo sencillo para el psicólogo, el cual tampoco puede ser llevado a cabo en soledad o en
aislamiento, más bien es un trabajo complejo, multideterminado que debe ser desempeñado
en relación a otro/s haciendo dialogar la dimensión intrasubjetiva, intersubjetiva y
transubjetiva. Resaltando que la lectura que se debe realizar del plano contextual, será la
que reclame flexibilidad a encuadres rígidos e inamovibles.
Esta lectura del rol del/a psicóloga/o desde el paradigma de la complejidad nos lleva
a interpelar o poner en tensión algunas intervenciones "esperables”, "naturalizadas” como
casi las únicas a ser tenidas en cuenta. Dígase:
Intervenciones proactivas como ‘prevención primaria’, ‘participación en
proyecto educativo institucional’, ‘planificación curricular’, ‘diagnóstico áulico’,
‘integración de alumnos con necesidades especiales’, ‘orientación vocacional’,
‘evaluación psicológica de alumnos al inicio del ciclo’, ‘Psicodiagnóstico’, ‘orientación
a directivos’ y ‘resolución de problemas interpersonales entre alumnos’ (Betsh, Bur,
Cameán, Erausquin&Sulle, 2001, p.203)
Observamos que, en la trama del ámbito educativo, surgen diversas contradicciones,
desde lo que se demanda, se espera e interpela respecto a la función del mismo. Por eso se
requiere, del rol del psicólogo capacidades de apertura, reflexión y autocrítica para abordar
problemáticas cada vez más complejas que van desafiando posicionamientos hegemónicos
en distintos contextos de la práctica profesional.
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