intervienen en una trama subjetiva e institucional determinada. Consideran las
características del entorno, de la familia, de la escuela como espacio específico, las
particularidades de los directivos y docentes, las relaciones circunscriptas por la
especificidad de la institución.
El desafío es el de dar lugar y visibilidad a una trama de relaciones, espacios,
tiempos, instancias institucionales, figuras y dispositivos puestos en juego a la hora
de sostener trayectorias y actos educativos en estos tiempos. Comprender que allí,
en la organización de vínculos, saberes y recursos -materiales y simbólicos- es
donde se desempeñan los sujetos -con sus límites y capacidades- y que los modos
de organización los constituyen (Ministerio de Educación de la Nación, 2014, pp. 11
12).
A la hora de construir intervenciones, el trabajo del equipo del programa EFC se
basa centralmente en el diálogo interdisciplinario, entre las diversas disciplinas y saberes
que conforman el equipo tales como, la psicología, la pedagogía, la sociología, la
psicopedagogía, la fonoaudiología, el trabajo social.
Según Moscovici (1996) “en el trabajo interdisciplinario, el primer paso no es la
defensa del campo sino la apertura a las otras disciplinas: [...] el fenómeno fundamental es
la interacción”. (Ministerio de Educación de la Nación, 2014, p.57)
Stolkiner (2005) sostiene que el trabajo interdisciplinario se sitúa en un paradigma
pos positivista, deja atrás las relaciones lineales de causalidad, dándole lugar a la lógica de
la complejidad. Se trata de una epistemología que no homologa el objeto del conocimiento al
objeto real, reconoce que el sujeto forma parte de los constructos teóricos que construye y
acepta la historicidad y relatividad de los saberes disciplinarios.
Al referirse al modo de trabajo concreto de los equipos, la autora expresa que lo
interdisciplinario aparece cuando la distribución de las funciones y la importancia de cada
saber se definen en relación al problema y no por el peso o la tradición de cada profesión.
Además, estos equipos se caracterizan por tener coordinadores flexibles que comprenden
horizontalmente el lenguaje de las diversas disciplinas.
Dentro del equipo del Programa EFC lo interdisciplinario se manifiesta claramente, ya
que se promueve el encuentro de saberes entre los agentes pertenecientes a diferentes
campos disciplinares, y además, no se considera que haya tantos sujetos como disciplinas
(el sujeto del psicoanálisis, el sujeto de la antropología, etc.) sino que hay un sujeto, que es
mirado en su complejidad, considerando todos los fragmentos que lo componen.
La idea que comparten los miembros del equipo es que la forma de recomponer
cualquier tensión es desde la tarea con otro; en este sentido tienen una mirada
desprejuiciada. Escuchan desde un lugar, tienen un encuadre, todos los miembros del
equipo comparten los mismos mojones (entendidos como una serie de conceptos que los
guían en su tarea). Se apunta al otro haciendo, sostienen que los diversos agentes
institucionales se relacionan de manera diferente a través del hacer, se encuentran de otra
manera niños, jóvenes y adultos.
Los espacios de discusión, de intercambio, de pensamiento con otros, los
modos de comprender y nombrar las situaciones, la construcción de dispositivos de
intervención, la búsqueda de herramientas disponibles para organizar, sistematizar y
dar cuenta del trabajo se revelan y (re) construyen en el diálogo interdisciplinario, un
proceso que lejos de ser meramente secundario, se constituye también como objeto
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