Por dispositivo entendemos el conjunto de condiciones normativas de la tarea a
desarrollarse: número de integrantes, tiempo de las reuniones y frecuencia de las mismas,
duración limitada o ilimitada del funcionamiento del grupo, pero más especialmente los
significados, los contenidos de la escena dramática sobre los que se trabaja, las
construcciones de sentido que se producen y el tipo de intervenciones pertinentes a este
trabajo de los coordinadores del grupo. Según cuál sea el dispositivo grupal se favorecerá la
emergencia de determinadas producciones.
Si pensamos en los casos extremos, en los mediatizados, los que provocan
intensos sentimientos de odio, los que nos sumergen en la perplejidad, paralizando nuestro
"aparato de pensar los pensamientos”, el dispositivo grupal, a través de la verbalización de
la crueldad, de la creación grupal ligada a las causalidades, la posibilidad de depositación
masiva de la culpa en unas pocas personas, permite ir elaborando socialmente el trauma
social que causan debido a la gravedad que conllevan.
El grupo de reflexión permite un acceso múltiple: a las formaciones grupales del
psiquismo originadas en los vínculos primarios, a los procesos inter y transubjetivos y a los
modos en que estos fenómenos se enlazan, articulan o inscriben en las variables
institucionales y lo llamado macrocontextual.
La violencia impacta dentro del ámbito hospitalario a nivel individual, provocando
cortocircuitos y trastornos específicos para simbolizarla y metabolizarla y, si pensamos a
nivel institucional ¿cuáles constituirían los agujeros psíquicos grupales?
• La no escucha de la demanda
• La violencia en la interpretación de las problemáticas familiares
• Los modos agresivos de relación entre disciplinas, los reduccionismos tajantes que
provoca intervenir en el cuerpo atomizádolo.
No sólo defensivamente el aliarse a otros nos protege de la violencia instalada en el
cuerpo social. El grupo horizontaliza saberes, permite el crecimiento en democracia, en
tolerancia y espera frente a otros iguales. Va en contra de lo social imperante, de lo que las
nuevas tecnologías no vehiculizan (sin tiempos de espera posibles, en donde la
instantaneidad gobierna el mercado)
La tortura moderna está casi siempre presente en sociedades
desculturizadas, o sometidas a un proceso rápido de aculturación. Sobre esta forma
actual, la tortura puede encontrarse también cuando los códigos que estructuraban
los intercambios y encuentros entre diferentes grupos humanos han desaparecido
en beneficio de un modelo único de estructuración de intercambios entre grupos.
Las regulaciones entre diferentes grupos constitutivos de una sociedad dejan de ser
efectivas por la instauración, brutal o progresiva, de un modelo único de sociedad.
(Iglesias Saldaña, 2005)
Hay algo de lo traumático que requiere una especificidad en su abordaje. Los
dispositivos grupales son, en nuestra opinión un recurso privilegiado en esa dirección.
A nivel institucional lo intolerable de pensar es el sufrimiento de un niño. Lo
impensable para una generación según Janin, es indecible para la siguiente e innombrable
para la que le sigue. ¿Cuándo reflexionamos sobre la violencia social hecha cuerpo qué
lecturas del pasado podemos realizar? Los largos años de dictadura, la herencia de leyes
caducas, de historias calladas, de desapariciones en la impunidad social en conjunto con las
décadas de silencio podrían constituirse en lo traumático transgeneracional, la violencia no
será algo que aparece frente al silenciamiento social previo ¿La violencia social será un
indecible?
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