UNA EXPERIENCIA CON PADRES E HIJOS: INTERVENCIONESFAVORECEDORAS DE
LAS FUNCIONES PARENTALES
Rosario De Biaggio, Fiorella Aichino
Colaboración: María Lanza Castelli, Coordinacn: Soledad Graglia3
RESUMEN
Desde el o 2013 un equipo de docentes y alumnos de la hoy tedra de
Intervenciones Psicoanalíticas4, desarrolla en el marco del programa de RSU de la UCC el
proyecto:Una experiencia con padres e hijos: intervenciones favorecedoras de funciones
parentales”5; el mismo se lleva a cabo en un Hogar de niños.
Los objetivos de la tedra están orientados a que nuestro abordaje con los papás
y sus nos, en situación de desvalimiento, colabore en la construccn de un nculo más
saludable, promotor de funciones vinculantes más sanas, en general. La importancia de
atender a esa problemática desde la Universidad se relaciona con su necesidad de sostener
un modelo de enseñanza-aprendizaje que vincule acciones de proyección social con
contenidos disciplinares de las tedras y, de esta manera, que los alumnos realicen una
experiencia que posibilite mayor articulacn teórico-pctica favoreciendo una construcción
del rol del psicólogo, éticamente comprometido con la realidad social actual.
Entendemos que el pensamiento cnico es una construccn a tras del tiempo,
atravesada por los autores que estudiamos, por las experiencias que vivimos, por las
personas con las que compartimos y fundamentalmente por aquellas emociones y
representaciones que vamos atesorando, a veces sin darnos cuenta. Por todo ello
aprehender a observar y observarnos, dimensionar la complejidad de la situacn en la que
intervenimos, es un ejercicio de la propia práctica que nos interpela y nos caracteriza cómo
psicólogos cnicos.
El objetivo de este trabajo surge de la necesidad de reflexionar sobre los efectos
producidos en las funciones parentales y el nculo mamá no en una familia con la que
trabajamos desde el inicio del proyecto RSU, al por el 2013. Efectos movilizados por
nuestra intervención.
Como dice la canción, caminante no hay camino, se hace camino al andar, hemos
pensado que a tras de la escritura de este trabajo, siempre parcial ya modo de ensayo,
podamos ir demarcando el camino que hemos venido transitando, en esta, nuestrapráctica
cnica que convoca a un equipo de trabajo conformado por docentes y alumnos.
3
Fiorella Aichino y Rosario De Biaggio son alumnas de la materia “Intervenciones desde la
perspectiva psicoanalítica, del 5to Año de la Lic. en Psicología de la Universidad Católica de
Córdoba.María Lanza Castelli y Soledad Graglia se desempeñan como docentes en dicha casa de
estudios. Direcciones de contacto: Rosario De Biaggio (rosaritod@hotmail.com); Fiorella Aichino
(fioreaichino@hotmail.com); María Lanza Castelli (marialanzacastelli@gmail.com); Soledad Graglia
(soledadgraglia@gmail.com)
4Hasta el 2013 inclusive cátedra de Clínica II. Titular y adjunto: Lic. Susana Belda y Lic. Teresa
Reyna.
5Proyecto 2013-2014: Una experiencia clínica con jóvenes madres y sus hijos en un Hogar de
Niños.
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Teorizar la práctica clínica desarrollada hasta aq se la problemática que
desarrollaremos. Situando en la escena cnica los diferentes actores y el despliegue de sus
personajes y recursos, a la luz de untrabajo de historizacn y de un proceso dico y grupal
que marco todo el recorrido.
La pluma de la mayor parte del cuerpo del trabajo corresponde a las alumnas de la
tedra que forman este equipo durante el período 2015. Deconstruir las hipótesis de trabajo
que hemos logrado configurar a la luz de los efectos producidos, cuestionarlas, y re crearlas
desde su propio proceso de aprendizaje, nos ha ido permitiendo construir modos de
intervención novedosos que van allá de la palabra, a veces impotente en situaciones de
vulnerabilidad social, donde lo cnico puede y tiene que apelar a estrategias de trabajo más
operativas, sin perder su subjetividad.
La subjetividad del cnico que vamos configurando en esta pctica, es de aquel
que desde una perspectiva psicoanalítica operante y ctica se acerca a la realidad, se siente
interpelado por ella y en esa implicacn activa y situada crea modos subjetivantes para
habitarla y hacerla habitable, sin fórmulas a priori, asumiendo el riesgo de la incertidumbre y
la gica de una clínica más cómo un efecto artesanal, que cómo una disciplina cienfica.
Aunque no por ello carente de una gica ctica y compleja.
PALABRAS CLAVE
EXPERIENCIA - VÍNCULO - FUNCIONES PARENTALES.
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Presentacn
Desde el o 2013 un equipo de docentes y alumnos de la hoy cátedra de
Intervenciones Psicoanalíticas6, desarrolla un convenio de trabajo con un Hogar de niños, en
el marco del programa de RSU de la UCC. Es en ese contexto es que se desarrolla el
proyecto que este año 2015 recibió el nombre de "Una experiencia con padres e hijos:
intervenciones favorecedoras de funciones parentales”7.
Los objetivos de la tedra están orientados a que nuestro abordaje con los pas y
sus niños, en situacn de desvalimiento, colabore en la construccn de un vínculo más
saludable, promotor de funciones vinculantes más sanas, en general.
El objetivo de este trabajo surge de la necesidad de reflexionar sobre los efectos
producidos en las funciones parentales y el nculo mamá no en una familia con la que
trabajamos desde el inicio del proyecto RSU, al por el 2013. Efectos movilizados por
nuestra intervención.
La pluma de la mayor parte del cuerpo del trabajo corresponde a las alumnas de la
tedra que forman este equipo durante el período 2015. Deconstruir las hipótesis de trabajo
que hemos logrado configurar a la luz de los efectos producidos, cuestionarlas, y re crearlas
desde su propio proceso de aprendizaje, nos ha ido permitiendo construir modos de
intervención novedosos que van allá de la palabra, a veces impotente en situaciones de
vulnerabilidad social, donde lo cnico puede y tiene que apelar a estrategias de trabajo más
operativas, sin perder su subjetividad.
Desarrollo
Dos cuerpos atravesados por la vulnerabilidad: frágiles territorios de un discurso y
una historia
"Dos mentes cercanas hablan continuamente de sí mismas, de su
interactuar, señalando siempre los nudos, las cualidades del
funcionamiento recíproco; esto a través de todas las narraciones
posibles, recurriendo a todos los dialectos y a todos los neros
literarios posibles: allí esn incluidas también todas las
modalidades de expresn artística (Ferro, 2001, pp.209-210)
Desde el o 2013 acompañamos a la institucn, junto con un grupo de alumnos,
ayudantes alumnos y profesores de la tedra. Este año daremos finalización a dicho
proceso y es por este motivo que a continuación realizaremos una historizacn acerca del
trabajo con una familia perteneciente al Hogar.
Consideramos necesario hacer un poco de historia para poder comprender cómo es
que llegamos hasta aquí, con avances y retrocesos que nos interpelaban en cada
6Hasta el 2013 inclusive cátedra de Clínica II. Titular y adjunto: Lic. Susana Belda y Lic. Teresa
Reyna.
7Proyecto 2013-2014: "Una experiencia clínica con jóvenes madres y sus hijos en un Hogar de
Niños.
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encuentro, impulndonos a repensar los modos de intervención y dejándonos más
preguntas que certezas.
Los invitamos, tal como lo hace Antonino Ferro, a recorrer este trabajo como “una
obra abierta, no marcada continuamente por las interpretaciones, sino donde lo que el
paciente trae (en este caso el vínculo, no el paciente) encuentra una acogida y un campo de
posible desarrollo. El analista (hoy nosotros como equipo), al renunciar a explicitar
(capacidad negativa), es en condiciones de acompañar al paciente en la búsqueda de
esas modalidades expresivas que harán decibles” las experiencias que constituirán las
narraciones (Ferro, 2001, p.25).
La familia con la cual nos encontramos para comenzar a transitar esta experiencia y
nuevo proceso, en el o 2013, estaba conformada por Lucía, una adolescente de dieciocho
años y su bebé Marcos, de cuatro meses. Con la mamá mantuvimos entrevistas individuales
desde el primer o de intervencn. Con el no compartimos horas de juego con cierta
sistematizacn desde el o 2014, ya que en el peodo 2013 pasaba largas estancias
hospitalizado. Sólo en unas pocas oportunidades trabajamos con los dos en mismo espacio
y tiempo y el objetivo de esos encuentros estuvo más relacionado a la investigación y
comprensn del modo de funcionamiento de ellos y su nculo, es decir, para contar
nosotros con más posibilidad de pensar la situacn, dado que las intervenciones eran
relativamente pocas, en comparacn a un encuadre de consulta más ordinario.
Cuando conocimos a Lucía, se encontraba viviendo desde los siete meses de
embarazo en un Hogar para madres, el cual aloja y ampara a mujeres embarazadas y
madres solteras en situacn de vulnerabilidad. Allí realizaba distintas tareas del Hogar y
talleres laborales que ese hogar dicta, como por ejemplo costura y pañalera. A su vez,
asistía a un colegio con plan especial para poder finalizar sus estudios secundarios.
La joven es del interior derdoba y lle a nuestra ciudad con el objetivo, en
palabras de ella, de cambiar su historia” y con la intención de diferenciarse de su grupo
familiar, con el cual había atravesado momentos traumáticos. Por aquel entonces no
mantenía mucha relacn con sus familiares debido a una decisn personal y sus redes de
contencn afectiva eran muy escasas y poco sólidas.
Su hijo Marcos asistía al Hogar de nos desde los dos meses. Era un bebé de
fisonomía muy pequeña y frágil, con bajo peso y en ese momento se encontraba anémico.
Cabe aclarar que a lo largo de ese o tuvo reiteradas internaciones por severas y
duraderas enfermedades sicas, especialmente por intolerancia a la lactosa. Del padre del
niño Lua no tiene datos, Marcos fue concebido en una relacn pasajera.
La historia de Lucia ha estado jalonada por diversas situaciones traumáticas,
vinculadas al abandono y la violencia, y en su incipiente adolescencia se suplementó el
consumo de diversas drogas. Siempre me pasaron cosas feas” (Registro de campo 2013):
En este contexto es significativa su expresión en relacn a la con la llegada de su hijo me
cambio la vida”. La joven expresa que le cuesta mucho separarse de su be, por un
profundo temor a que le suceda algo mientras ella no se encuentra cerca. “Soy yo. Soy a
re obsesiva con el bebé. No quiero que se golpee o que le peguen otros chicos. Si hasta
estuve con un psiquiatra el primer mes porque no me podía despegar de él. Siempre encima
de él. El psiquiatra me dijo que capaz que porque a mí me abandonaron de chica (Registro
de campo 2014). Nació y me encerré en la pieza con él. No quería ver a nadie, ni estar con
nadie, sólo con él, en la pieza los dos. El ginecólogo me mandó al psiquiatra, que me daba
clonacepam para dormir y descansar, porque tampoco podía dormir, tenía tanto miedo que
le pasara algo (Registro de campo 2014).
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El escenario con el que se encont el equipo de trabajo en relacn al vínculo
madre-hijo y las funciones parentales en juego era ctico. Durante este año, tanto la
asistencia de Lucía al colegio como la asistencia de Marcos al Hogar se vieron
reiteradamente interrumpidas por las internaciones del no. La salud sica y emocional del
pequeño era muy preocupante.
En ese momento pensamos que Lua y Marcos eran expresión de una misma
"cosa, que no sabíamos exactamente cómo nombrar, pero que las emocionalidades de
ambos estaban puestas en juego a tras del cuerpo de ambos y de la actualizacn en el
mismo de efectos traumáticos que no lograban, por entonces, otras as de expresión y
simbolizacn.
Frente a esta situacn, tambn nos surg la pregunta acerca de qué sucede con el
deseo materno de esta joven ma. Siguiendo a Lacan, existe un "apetito en el deseo
materno y en este caso no espudiendo ser regulado, resultando "estragante para Marcos,
coartando la posibilidad de creación de un espacio para la alteridad, de un "otro distinto a
Lucía. "Cuando la madre no consigue crear ese espacio "Otro, se siente succionada por las
demandas del no, percibiendo que en cada demanda pierde una parte de sí, de su propio
cuerpo y no del objeto (Tomás, 2011, p.32). ¿Será que para Lucía el imaginarse que su
niño se encuentre ausente, aunque sea por un corto lapso de tiempo, sea registrado por ella
como una "ausencia de una parte de su propio cuerpo?.
En consonancia con la evidente dificultad de "separacn-individuación que presenta
el vínculo, resulta sumamente interesante lo que pudo pensar el equipo en relacn a las
adicciones de Lucía y a la "relacn adictiva de esta mamá con su hijo, intentando este
último a partir de su cuerpo enfermo diferenciarse y poner un mite. mite entendido como:
"frontera que separa territorios implicando a su vez, un espacio interior a ese límite que
funciona con determinadas variables propias de esa interioridad (Análisis grupal registro
2015).
Hasta aq las intervenciones que realizamos fueron guiadas por las hipótesis de
trabajo que estamos planteando. Sosteniendo una actitud de escucha y acompamiento
para Lua y su pequeño, que fueran dando cuenta de una configuracn de continente para
ellos. A la vez que se mantuvieron líneas de trabajo en colaboración y red con otros que
permitieran hacer extensibles es contencn para Lucía, Marcos y sus emocionalidades y
deseos. Esto es: se favoreció el espacio terautico de Lucia en lo individual, se
mantuvieron estrategias de trabajo conjuntas con ese profesional, se asistió al equipo
cnico del hogar de nos para brindar más elementos que permitieran comprender más
profundamente la situación de esta familia y se pudieran encontrar otras vías que no sean
sólo las educativas y disciplinares.
Como resultado, la salud física de Marcos mejoraba paulatinamente. Las
enfermedades tenían menor gravedad y ya no hicieron falta internaciones. En continuidad la
joven mamá empezó a manifestar algunos inconvenientes con la alimentacn lo cual es
expresado de esta manera: “Si me pongo nerviosa no como, y si comí y me pongo nerviosa
después, vomito, vomito, vomito". Es preocupada por los problemas que su pequeño hijo
es atravesando en este mismo ámbito, la alimentacn: No entiendo por qué no come. Le
hago tres o cuatro comidas a veces. Pero no hay forma, si él no quiere comer no me va a
comer nada".
Antonino Ferro (2002) nos enseña que "cuando una mente no puede funcionar
"asumiendo-transformando-creando (p.166) los pensamientos y las emociones, se produce
una "inversión del funcionamiento mental, de modo que lo no metabolizado es evacuado del
aparato. . El autor dice que existen muchas vías para dicha evacuacn, pero hace hincap
en dos de ellas: "la del actuar con el cuerpo (...), y del actuar en el cuerpo, por lo tanto,
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enfermedades psicosomáticas (p.166). Pensamos, entonces, que Marcos evacúa
protomociones -elementos p- con su cuerpo cuando corre de un lado al otro, cuando pega o
muerde -como mencionaremos más adelante-, o incluso cuando no come; así como lo hace
en su cuerpo cuando enferma y requiere de la intervención de un otro externo al vínculo,
como son las internaciones. Sería necesaria una funcn reverie, en el caso ideal
desempeñada por Lucía, capaz de contener y transformar lo evacuado por Marcos: es decir
una función capaz de ponerse en contacto con los sentimientos de Marcos, de modo de
contenerlos y elaborarlos a fin de que sean más tolerables para él.
Lucía se desborda por las dificultades que el cuidado de Marcos le implica, es
consciente de las graves consecuencias que conlleva el no alimentarse, el bajo peso y las
internaciones anteriores n la atemorizan y movilizan. Se enoja, se angustia y se frustra.
Por un tiempo se senti impotente e incapaz de aportar alivio al conflicto.
Desde Bion, podemos preguntarnos:
¿estamos frente a un aparato para pensar pensamientos un tanto frágil, que no logra
contener, digerir, metabolizar los elementos desorganizantes (beta) que el bebé evaa?
¿Las dificultades en la funcn de Reverie sen posibles de revertir?
¿Lucía tiene o tuvo la contención necesaria para digerir sus propios conflictos?
Podremos desde el equipo operar desde ese lugar?,
La huelga de hambre” de Marcos, se puede considerar como una protesta frente a
la asfixia del intenso deseo materno que no lo deja desarrollarse con su particular
individualidad, es decir, ser otro. ¿El niño no coa para evitar ser “tragado” por Lua?
Lucía nos da pistas en su relato: “Yo lo cuidaba demasiado y le hacía mal. Y ahora lo
dejo un poco y me pongo mal. Quiero asfixiarlo de amor. Trato de darle todo lo que yo no
tuve, pero me falta, me falta, me falta. En el juego soy muy hartante. Él se pone rojo, es re
odioso le doy un beso y ahí nomás me corre” (Registro de campo 2014).
A ran de que muchos de los inconvenientes del o anterior ya habían encontrado
uno o varios espacios para ser pensados y eso produjo modificaciones favorables, a finales
de 2014 nos encontramos con una Lucía más tranquila, en un proceso de transferencia
mayor con este equipo de trabajo y con los profesionales que la asisan desde diferentes
perspectivas.
Marcos ya no realizaba con tanta frecuencia agresiones contra su cuerpo, en la hora
de juego muestra una diversidad de modos de expresión, desde los más esperables para su
edad como lo son algunas palabras y frases hasta aquellos más vinculados con la descarga
agresiva que busca cursar, ahora por suerte, fuera de su cuerpo. Como escomenzando a
hablar, a comunicarse, notamos un gran intes por los animales y sus sonidos, los cuales
imita con facilidad.
Desps de mucho trabajo, su alimentacn mejoró notablemente y en el transcurso
del o 2014 se enfermó sólo una vez.
Sin embargo, las narraciones de Lucía nos transmiten algo acerca de su sentimiento
como madre: una especie de sensación de que nunca es suficiente. Lo cual se
correlaciona con la accn de vaciar/llenar propia de la adiccn. Esto se advierte cuando
dice: “Siento que puedo darle más. O siento que hay alguna forma mejor. No transmitirle lo
que vos viviste a él. Yo no tuve a mis viejos que me besen y abracen. Le hago mal
pasándole mi pasado a Marcos. Todos me dicen: sí le das boluda. Yo siento que tengo que
estar con él y darle, y darle, y darle” (Registro de campo 2014). ¿Darle a qun? ¿A Marcos?
¿A ella? ¿A ella a tras de Marcos? Otra vez la problemática de los mites confusos nos
interpela.
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Las intervenciones de este año con la mamá, apuntaban a que Lucía pueda
diferenciar que sus necesidades, emociones, estados de ánimo son distintas a las de
Marcos y que de a poco, con tolerancia a la duda, a la espera, a la incertidumbre, vaya
creando un "espacio distinto y propio para su niño. Se le sugirió por ejemplo que le coloque
un plato distinto al de ella a la hora de comer y que ciertamente era saludable que ella le
diera de comer a su bebé, ya que ése era su deseo, a pesar de la frustracn que le
provocaba las dificultades, no dejando esa funcn delegada en otro representante de la
institucn, lo que hubiese validado que ella no era "buena” para eso.
Así Lucía va descubriendo que: "Cuando yo le hablo él me entiende. Me apunta todo,
se hace entender. Le propusimos que: ante esos apuntalamientos que Marcos te hace,
consúltale qué es lo que él quiere, aunque vos ya sepas su respuesta, pregúntale, a lo mejor
él dice otras cosas nuevas o expresa otras cosas diferentes a las que vos crees para
generar otros modos de comunicación" (Registros de campo 2014).
Esta pequeña viñeta refleja la comunicacn que se da en y entre el nculo, el cual
puede ser reflexionado a partir de lo que plantea Luis Hornstein en la siguiente cita: "Una y
otra vez el niño se enfrenta a una experiencia, a un discurso, a una realidad que se anticipan
a sus posibilidades de respuesta y a lo que puede saber y prever acerca de las razones, el
sentido, las consecuencias: Exceso de sentido, exceso de excitación, exceso de frustracn
pero también exceso de gratificación o exceso de protección: lo que se le pide excede
siempre los mites de sus respuestas” (Hornstein, 1991, p.41).
Como plantea el autor, quizás estamos frente a un "exceso de anticipación en el
discurso materno, el cual si bien es necesario, muchas veces obstruye las posibilidades de
respuesta de Marcos, "invadiendo los límites de su territorio subjetivo.
En el comienzo del trabajo este o La diferenciacn de mites comen tan
dificultosa como se la había notado en el 2014, pero con el detalle significativo de que la
indiferenciación está más expresada desde la palabra y los sentimientos:
No me gusta que haya gente cerca de él. (Registro de campo 2015).
“Soy mitad de él y mitad mía propia. (...) a él le cuesta que alguien se acerque a mí y
a mí que alguien a él. (...) me da besos todo el tiempo, me dice sos mía mamá, y yo le digo
que sí, soy de él, porque no quiero que tenga celos." (Registro de campo 2015).
Marcos se expresa a menudo a través del enojo. Las personas del hogar a su cuidado
dicen "es siempre enojado”. Además le cuesta compartir, todo tiene que ser de él: los
juguetes, la atencn, su mamá.
“Marcos dice que todo es de él". (Registro de campo 2015).
“Marcos comienza a tirar los lápices para todos lados y comienza a gritar". (Registro
de campo 2015).
“Marcos tira de los pelos a una voluntaria”. (Registro de campo 2015).
“Me da besos todo el tiempo, me dice sos mía mamá" (Registro de campo 2015).
Marcos extendía esta forma de reaccn en todas las situaciones de separacn con
las personas o con los objetos a quienes significa cómo parte de sí. Si los pierde, ¿se pierde?
En este caso, se puede considerar a la agresn de Marcos como un llamado, como
su manera de hacerse oír, para que la demanda de su madre no resulte aplastante.
Como modo de intervencn con Marcos decidimos implementar el cuento, el juego,
la identificacn de emociones a través de scaras y la construccn de cuerpo con
plastilinas. Cuando se hizo la identificación de emociones a tras de figuras de caras de
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animales pudimos ver mo le fue dificultoso salirse del "estar enojado”, todos los
personajes estaban enojados. Se le dio ayuda para que lograse ver que no era esa la única
posibilidad, que el abanico de emociones es mucho más grande.
Es así como el niño creando una distancia a tras de las personificaciones puede
representar y manejar fantasmas que de otra forma serían intolerables, domina angustias y
anticipa proyectos, da sentido y organiza su mundo interno, además de metabolizar y
ordenar los estímulos que le llegan del mundo exterior. (Ferro, 1998).
En una primera hora de juego Marcos reali gusanitos de plastilina de diferentes
colores diferenciando gusano be, gusano mamá y un gusano papá que luego fue
desarmado. Acto seguido volv a armar un gusano bebé y un gusano ma, pero éstos
habían perdido la diferenciación, eran del mismo color y estaban unidos. A medida que esto
sucea íbamos conversando con Marcos para que pudiese entender cómo se poa hacer
una separación entre los gusanitos y que sin embargo pudieran seguir conversando y
estando juntos, pero no pegados. Los mites difusos, borrosos, la cuestión de la separacn.
Presentes!!!, ahora tramitados a través del juego.
En otra hora de juego, también trabajando con plastilinas, Marcos reali muchos
cortes en una de éstas, evidenciando un alto nivel de concentración. Luego el juego
consistió en matar ("cortándoles la cabeza”) dinosaurios de pstico ¿Por qué?, Porqué sí.
Al hacer uso del cuento, (q construimos específicamente para trabajar con él)
tuvimos por objetivo reflejar aspectos del mundo interno de Marcos por medio de personajes
caracterizados por animales, siendo los tres principales los gusanos: gusanito bebé, gusana
mamá y señor gusano. Con esto quisimos plasmar cómo se puede lograr una relacn
cercana pero no indiscriminada con la mamá con la ayuda de personas externas a la díada.
Es decir, acomo en la vida de Marcos hay personajes tales como Carlos y personal del
Hogar, entre otros, que implican un corte en la díada madre-hijo sin ser un corte
amenazador o persecutorio, en el cuento los animales del bosque le enseñan a Gusanito
Pequeño que puede resolver situaciones de la vida acudiendo a otros que no sean
necesariamente su madre.
En referencia a esto y tomando las palabras de Antonino Ferro, decimos que el
cuento permite a los nos verse representados y representar sus miedos. También le
permite vivir en un lugar más lejano en tiempo y espacio junto a los miedos que el niño no
podría decir que provienen de las personas que más quiere. Le permite al no identificarse
con los personajes permitndole bonificar los sentimientos más terribles, además puede ver
que su misma situación le ha pasado a alguien antes que a él (Ferro. A, 1998).
Con respecto a la separacn, en este encuentro, se notó un gran avance. Pudo
afrontarla de una manera diferente; ya no se fue enojado y haciendo berrinches sino que se
despidió más tranquilo y aunque si bien algo enojado la tolerancia fue mayor a otras veces.
Nos interesa rescatar los efectos movilizados a partir de nuestras intervenciones. Las
mismas apuntaban al "encuentro padres-hijos y a promover unnculo beneficioso para
ambos que pueda ser ejercido en futuras relaciones y favorezca posicionamientos que
ayuden a la elaboración y/o prevención de situaciones traumáticas que pudieren atravesar
ambos” (Proyecto anual de proyeccn social con vinculacn curricular 2015).
En este sentido consideramos que el objetivo del proyecto se cumpl en su gran
mayoría, ya que durante el último tramo de este o nos encontramos con una joven que no
sólo pudo establecer un vínculo más saludable con su hijo, sino que también logró incluir a
nuevos personajes en su escena y tejer nuevas tramas de relaciones. Recordemos que a
Lucía le costaba mucho confiar en las personas de su entorno, ya que el relato de su historia
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pasada nos demuestra que sus vínculos primarios, familiares, siempre estuvieron muy
dañados y le produjeron profundas angustias. Afortunadamente, hoy en día sus vínculos son
más saludables y esto hace que se perciba al mundo externo y a los otros de una manera
menos hostil.
El último encuentro con Lucía fue en su casa. El cambio de escenario fue importante.
Era su hogar y nos estaba invitando a conocerlo. Durante el diálogo que mantuvimos ese
día, notamos que su red de contención afectiva se encontraba más solidificada, nuevas
figuras (sobre todo femeninas) la rodeaban y ella les hacía un lugar (cómo a nosotras). El
nombre de su suegra y su cuñada resonaron durante toda la conversacn; principalmente
su ayuda y disponibilidad en distintas situaciones. Hoy en día la joven y su no asisten a
almuerzos y a cenas de la familia de Carlos, a veces éstos mismos cuidan de Marcos o la
acompan en circunstancias tales como consultas médicas. Lucía mantiene su trabajo de
manicura a domicilio y a veces ayuda a limpiar a una vecina mayor de edad que también
muchos domingos la invita a comer junto con Marcos.
Podemos pensar que todo este novedoso escenario de nuevas figuras en la vida de
Lucía y su capacidad de efectuar una transferencia más saludable con ellas, es efecto y
"extensn de la sólida transferencia que mantiene hace ya tres os con los profesionales
de este equipo y también con su psiquiatra personal. Es decir, este vínculo beneficioso con
sus terapeutas fue desplazado con éxito a otros nculos.
"No solo la transferencia remite a la historia, sino que la historia es la historia de las
transferencias (Hornstein, 1991, p. 88). La transferencia que Lucía mantenía en un primer
momento con sus vínculos, era de desconfianza pero hoy en día su "historia de
transferencias” se modificó a partir de vinculaciones más sólidas y saludables que mantiene
con su entorno, repercutiendo ésta directamente sobre su (nueva) historia.
Otro de los objetivos del proyecto es la elaboracn o prevencn de aquellas
situaciones traumáticas que pueden llegar a atravesar tanto Lua como Marcos. Durante los
primeros encuentros la joven reiteradas veces manifestó su total negacn a "repetir el
modo de vinculacn que sus padres mantuvieron con ella en su infancia. Era notable el
esfuerzo por "diferenciarse de aquella historia familiar que la atormentaba. Pensamos que
hoy en día y luego de un arduo trabajo logró introducir modificaciones propias a su libreto.
En relacn a esto, podemos retomar lo que Luis Hornstein nos dice acerca de aquellos
aspectos modificables o permanentes que conforman la matriz identificatoria del yo y que
hacen singular a cada sujeto.
.e l yo es el redactor de un "compromiso identificatorio”; el contenido de una
parte de sus cusulas no deberá cambiar, mientras que el contenido de otra parte de
ellas tendque ser siempre modificable para garantizar el devenir de esta instancia.
Poda parafrasear a Freud y añadir que el principio de permanencia y el principio de
cambio son los dos principios que rigen el funcionamiento identificatorio. Pero
igualmente podamos sostener que el yo es este compromiso que nos permite
reconocernos como elemento de un conjunto y como ser singular, como efecto de
una historia que nos preced mucho antes, y como autores de aquella que cuenta
nuestra vida (Hornstein, 1991, pp.224-225).
Especialmente en el último tiempo, Lucía ha logrado modificar algunos aspectos de
su historia singular, comprobó por ejemplo que es capaz de ampliar y profundizar sus
vínculos sin temor a que éstos se diluyan, pudo registrar con mucho esfuerzo y a pesar de
algunas dificultades actuales que su hijo es alguien distinto a ella y que como madre uno
"hace lo mejor que puede (Registro de campo 2015).
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A su vez, retomando la cita anterior y el funcionamiento identificatorio al que Freud
se refiere, nos interesa destacar las identificaciones actuales y estables que mantiene con el
género femenino. En relación a esto último podemos pensar la identificación con su suegra
como una posible figura materna que la acoge y la acompaña en la crianza de su hijo, su
cuñada de 15 os como alguien con quien establece un nculo fraterno o una relacn de
par, la directora del Hogar desde un primer momento como principal contenedor de la joven
y su no, la señora mayor puede pensarse como una figura de abuela que los invita a
almorzar los domingos. Es decir, todas estas nuevas identificaciones le permiten a Lucía
darse cuenta que si bien hay una historia que la precede, es posible ser la autora de su
propio relato, sumar personajes sobre nuevos escenarios y crear un gun que se puede ir
modificando durante la marcha”.
Consideramos que todos estos avances en la joven repercuten como dijimos
anteriormente en el vínculo con su hijo, quien hoy en día posee una mayor tolerancia a la
separacn, puede desprenderse con mayor facilidad de su madre y por ende de su entorno
en general. Ambos pueden metabolizar la agresn de una manera más propicia, y el cuerpo
de Marcos ya no es el lugar en donde se escriben las angustias porque en el exterior es
encontrando un continente que puede responder a ellas poco a poco.
Para último, nos interesa dejar en claro como alumnas que ésta fue una satisfactoria
y enriquecedora experiencia de aprendizaje, que nos posibilitó conectarnos con el rol del
psilogo en y desde lo social, empaparnos” de realidad y reflexionar acerca del vínculo,
situacn novedosa ya que la formacn que recibimos está abocada principalmente al
conocimiento e interpretacn de lo intrapsíquico individual. Fue un gran desafío poder salir
de los libros, de lo puramente teórico y encontrarnos con una historia real atravesada por la
vulnerabilidad en todos sus ámbitos: sociales, económicos, personales, que nos interpelaba
en cada momento. Se logró aprehender a partir de la práctica todos aquellos conceptos
tricos que fueron desarrollados a lo largo del año por la cátedra, sumando a esto la
satisfaccn de comprometerse ética y responsablemente con la realidad social de hoy en
día.
A modo de Cierre
El pensamiento cnico es una construccn a través del tiempo. Es atravesado
por los autores que estudiamos, por las experiencias que vivimos, por las personas con las
que compartimos y fundamentalmente por aquellas emociones y representaciones que
vamos atesorando, a veces sin darnos cuenta. Por todo ello aprehender a observar y
observarnos, dimensionar la complejidad de la situacn en la que intervenimos, es un
ejercicio de la propia práctica que nos interpela y nos caracteriza cómo psicólogos cnicos.
La subjetividad del clínico que vamos configurando en esta pctica, es de aquel que desde
una perspectiva psicoanalítica operante y crítica se acerca a la realidad, se siente
interpelado por ella y en esa implicacn activa y situada crea modos subjetivantes para
habitarla y hacerla habitable, sin rmulas a priori, asumiendo el riesgo de la incertidumbre y
la gica de una clínica más cómo un efecto artesanal, que cómo una disciplina cienfica.
Aunque no por ello carente de una gica ctica y compleja.
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